viernes, noviembre 30, 2007
EN LA VIDA PASAN COSAS...
EN LA VIDA PASAN COSAS...
*
A veces en la vida pasan cosas
lejanas, inasibles, casi ajenas.
Como el amor de los otros,
un rayo sobre las islas,
un gol de alguien sobre la hora,
un tren que descarrila en la India,
otro niño muerto en Gaza,
la primera nevada en una aldea de Dinamarca,
un desplante de Chávez al Imperio.
Cosas, que pasan simplemente,
a los otros. ¿En qué me afligen,
o alegran? Digo, más allá
del pensamiento, de la razón.
Y a veces pasan otras,
parecidas, pero distintas.
Esta es una, inevitablemente.
Por que si, por que hay pocos como el,
solo por eso, y qué caray:
Bienvenido el premio Cervantes a Juan Gelman.
*De Udi, udi.cuatro.catorce@gmail.com
rosario, noviembre de 2007
Si dulcemente*
si dulcemente por tu cabeza pasaban las olas
del que se tiró al mar/ ¿qué pasa con los hermanitos
que entierraron?/¿hojitas les crecen de los dedos?/¿arbolitos/
[otoños
que los deshojan como mudos?/en silencio
los hermanitos hablan de la vez
que estuvieron a dostres dedos de la muerte/sonrien
recordando/aquel alivio sienten todavía
como si no hubieran morido/como si
paco brillara y rodolfo mirase
toda la olvidadera que solía arrastrar
colgándole del hombro/o haroldo hurgando su amargura
[(siempre)
sacase el as de espadas/puso su boca contra el viento/
aspiró vida/vidas/con sus ojos miró la terrible/
pero ahora están hablando de cuando
operaron con suerte/nadie mató/nadie fue muerto/el enemigo
fue burlado y un poco de la humillación general
se rescató/con corajes/con sueños/tendidos
en todo eso los compañeros/mudos/
deshuesándose en la noche de enero/
quietos por fin/solísimos/ sin besos
*de Juan Gelman.
-De "Si dulcemente" 1980
Nota XX*
No bajo a los infiernos/ subo
hasta mi hijo clausurado
en su bondad/ belleza/ vuelo/
y torturado/ concentrado/
asesinado/ dispersado
por los dolores del país/
¿algún fueguito crece del
gran silencio de tus ojos?/
oigo la noche caminar
Por tus huesitos/ duelen/ huelen
a tu menor pisado/ a
la palomita que tenías
tornasolándote la voz
de hijito solo por la guerra/
por la mitad/ por las provincias
desiertas del puro dolor/
hijo que nadie hará otra vez/
golpeo las puertas de la muerte
para desalojarte de
hechos que no te corresponden
*de Juan Gelman.
De "Si dulcemente", 1980.
JUAN GELMAN Y EL PREMIO CERVANTES, EL GALARDON MAS IMPORTANTE DEL HABLA HISPANA
“Están reconociendo a un viejísimo amor”*
Cansado (“Nunca estuve tan solicitado, excepto por mi mujer”), pero conmovido y feliz, el columnista de Página/12 destaca la significación del premio “en tiempos tan antipoéticos”, aunque subraya que “mi confianza en la poesía es independiente de los premios”. El jurado presidido por Víctor García de la Concha afirmó que la obra de Gelman “enriquece las letras españolas”.
Gelman en su hogar de México DF, en una jornada de emociones fuertes.
Imagen: Gustavo Mujica
*Por Silvina Friera
Orgullo y resistencia. Un acto de justicia poética para una voz indomable y compañera que “vuelve íntimo todo lo que toca”. Aunque esa voz suena emocionada y está cansado de tanto hablar, Juan Gelman atraviesa con un tono bajito y con mucha calma la distancia entre la ciudad de México, donde reside, y Buenos Aires, siempre con ese humor afilado, travieso e irónico. El teléfono no para de sonar, a veces lo atiende su asistente, Rosalía; otras, el propio poeta, “el pibe taquito”, como lo llamaban sus amigos de Villa Crespo. “Nunca estuve tan solicitado, excepto por mi mujer”, bromea el flamante ganador del Premio Cervantes, considerado el más importante en las letras hispanas y que concede el Ministerio de Cultura de España en reconocimiento al conjunto de la obra de un autor.
Cuando se le transmite que muchos recibieron la noticia como si hubiera ganado un familiar, como si fuera “nuestro” padre, el poeta responde: “Quizá soy un padre espiritual”. Después de una ardua deliberación entre una treintena de candidatos, los miembros del jurado, presidido por el director de la Real Academia Española (RAE), Víctor García de la Concha, decidieron otorgar por mayoría a Gelman el “Nobel español” porque el conjunto de su obra “enriquece las letras españolas”, según declaró De la Concha. “Creo que es un reconocimiento a la poesía que rebasa lo personal, porque el año pasado se lo dieron a un gran poeta español, Antonio Gamoneda. Me conmueve este premio en tiempos tan antipoéticos y deshumanos; en este mundo donde las grandes editoriales desdeñan la poesía, no les importa, es una tarea difícil estar peleando subjetivamente contra todo esto que pasa”, dice el poeta a Página/12. “El reconocimiento a la poesía lo vivo como un reconocimiento a un viejísimo amor mío, así que estoy conmovido.”
Tanto García de la Concha como el ministro de Cultura, César Antonio Molina, e incluso el poeta Antonio Gamoneda, Premio Cervantes 2007, destacaron la dura historia personal de Gelman, que nunca le llevó a “abdicar de su compromiso prioritario con la poesía”, según señaló el director de la RAE. La directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, dijo que el premio, dotado de 90.450 euros, “supone el reconocimiento a la obra de uno de los grandes poetas hispanoamericanos del último medio siglo”. Caffarel agregó que desde las primeras obras a las últimas, el poeta y periodista “ha bebido en el mejor patrimonio de ambos lados del Atlántico: desde Juan de la Cruz a César Vallejo, pasando por la Generación del ‘27”. El autor de Violín y otros cuestiones, Cólera buey, Los poemas de Sidney West, Salarios del impío, Valer la pena, País que fue será y el más reciente Mundar es el cuarto argentino (los otros fueron Borges, Sabato y Bioy Casares) en recibir el Cervantes. A los 77 años, es uno de los poetas más premiados de su generación. Ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de Poesía (Argentina), el de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, el Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, el Ramón López Velarde y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
“Ayer leí en los diarios de acá que había una cantidad de candidatos de primera fila: Nicanor Parra, Mario Benedetti, Juan Goytisolo, Juan Marsé, José Emilio Pacheco, Blanca Varela. Y cuando vi la lista dije: “Juan, vos no, imposible”. Pero no fue así. Esta mañana me llamó el ministro de Cultura de España para comunicarme la decisión del jurado, y me acaban de llamar Kirchner y Cristina. Néstor me dijo que estaba orgulloso; Cristina, que se enteró cuando llegó a Paraguay, estaba contentísima.”
–¿Por qué creía que no iba a ganar?
–Y, porque todos son nombres de primera fila...
–¿No se considera en la primera fila?
–Yo en el cine siempre me siento atrás (risas).
–¿Qué dirían los muchachos de Villa Crespo al enterarse de que “el pibe Taquito” es premio Cervantes?
–Cuando era joven, les tuve que ocultar bastante tiempo que era poeta. En el barrio si no fumabas, eras maricón, y si escribías poesía, eras raro. Deben de estar contentos.
–¿Habló con su nieta, Macarena?
–Fue la primera que me llamó, salió de su trabajo para hablarme. Estaba apurada, pero me felicitó, estuvimos cambiando bromas. Me dijo: “Te lo merecés”, y le dije que mejor no hablemos de lo que cada uno se merece porque ahí perdemos todos...
Un joven poeta que había nacido en Buenos Aires en 1930 –entonces más conocido como ese “pibe taquito” en los picados que jugaba en Villa Crespo–, tercer hijo de una familia de inmigrantes ucranianos, que aprendió a leer a los tres años, se animó a enunciar en el poema Final lo que sería su principio existencial: “La poesía es una manera de vivir”. En marzo de 1956, Gelman publicaba su primer libro de poesía, Violín y otras cuestiones, prologado nada menos que por Raúl González Tuñón. Su maestro celebraba ese poemario en el que “palpita un lirismo rico y vivaz y un contenido social, pero social bien entendido, que no elude el lujo de la fantasía”. Entre otras virtudes, Tuñón subrayaba “la forma ágil, fresca, variada en tonos y matices”, de un poeta “nacional, porteño, muy nuestro”, que “recién comienza y ya está maduro”. El orgullo que transmite el prologuista se parece al de un padre que se encuentra con un hijo que le dio la poesía. Un hijo que lo sorprende con versos memorables (“Me vio el caballo de la calesita./ Me vio tan solo que se fue conmigo”), con lirismo y combatividad, imaginación y espesor vital, creatividad verbal y desacartonamiento. El año pasado, a cincuenta años de la publicación de Violín y otras cuestiones, se reeditó este libro fundamental para la historia de la poesía argentina. Gelman festejó, además, sus cincuenta años como periodista y fue declarado Embajador Cultural de Buenos Aires. “Guardo por Tuñón una admiración intocable”, señala Gelman. “Además de su gran poesía, una cosa muy impactante era su sencillez; él creía en el trabajo, no en la fama ni en ninguna de esas cosas, y creo que ésa fue la mejor lección que me dejó.”
El poeta argentino más querido y reconocido en el mundo entero ha hilvanado una obra que deshizo y rehízo los modos de poner en juego la lengua, que hurgó en el dolor de las peores pérdidas: su hijo Marcelo y su nuera Claudia, que se encontraba embarazada, fueron secuestrados y asesinados por la dictadura militar. Desde hace más de medio siglo –y con más de treinta títulos publicados–, ha conjugado realismo con intimismo, el compromiso social y político con la experimentación y exploración; avanza, renueva, genera un temblor, un placer único, como si él estuviera cara a cara susurrando sus versos a sus lectores. “La memoria es una cajita que revuelvo sin solución”, escribió Gelman en el poema Desaparecidos, incluido en País que fue será. “Hay tragedias personales sin solución. No crea que me gusta que estén juzgando y metiendo preso al asesino de mi hijo. Me parece importante la justicia, pero no es una reparación. ¿Quién le devuelve a uno un hijo?”, se pregunta Gelman. Cuando celebró sus cincuenta años como periodista, recordó que en otro local de la Utpba velaron los restos de Marcelo. “Cuando partió el cortejo, cayó una lluvia de pétalos de rosas de uno de los edificios. Y esos pétalos siguen cayendo sobre mi vida.”
“Atravesando varias décadas de la poesía argentina, Gelman ha sido para muchos de nosotros una voz indomable y compañera, nunca la de un master, la de un prócer, sino una voz cercana y viva donde hay lugar para cualquier tema que tensa el corazón humano, que sorprende a la mirada y trastrueca a las formas en su afán de decirlo”, advirtió la poeta Diana Bellesi en una columna publicada en Página/12. “Sólo eso parece importarle a Gelman, mientras se mueve en la cuna de una tradición de la lengua y también en su ruptura. Camina allí, en la extraña cornisa de la poesía, donde la herencia letrada y el habla liberta se encuentran de peculiar manera volviendo íntimo todo lo que toca, porque ésa es quizá la verdadera acción revolucionaria de la poesía.”
En esa columna, Bellessi afirmaba que Gelman va adonde es llamado, y no queda preso de su propia plusvalía, de lo que ya ha probado con éxito. “No hay quien enjaule a Juan Gelman, repele las etiquetas con el torrente vivo de la lírica, y por eso siempre es nuevo y sorprendente. Un maestro que no da clases, un protagonista de su época a quien en los ochenta escuché decir, con voz queda: ‘Tenemos que repensar lo que hemos hecho, y lo por venir’. Despojada, libre de todo gesto altisonante, su reflexión se me ofrecía de cara a la historia inmediata y sus luchas sociales, como esa práctica interna que debe ser, fundada en un compromiso ético, cuando se habla desde la pequeña voz del mundo que es la voz de la gente común y de la poesía.”
–¿Los premios le dan mayor confianza en la palabra, en la poesía?
–Mi confianza en la poesía es independiente de los premios, que son un estímulo y un reconocimiento, sin dudas, pero que no sirven para escribir el poema, que es puro trabajo. Supongo que no escribiré ni mejor ni peor ahora que antes porque me gané el Premio Cervantes. La poesía llega cuando ella quiere y no es que yo pueda invocarla o convocarla, porque nadie se sienta a escribir poemas porque quiere o porque se lo propone.
–Aunque hay zonas de mucho humor y ternura, como en Los poemas de Sidney West, se suele definir su poesía como política. ¿Cómo se lleva con esta etiqueta?
–Es lo que pasa con todas las etiquetas, ¿no? Etiquetan un producto y después hay que mirar para ver de qué se trata. Cuando se habla de mi poesía como política pienso que el error está en pensar que vivo conectado a la realidad las 24 horas del día. No todo lo que sucede en el mundo me despierta la necesidad de escribir un poema. Como ciudadano, tengo compromisos y responsabilidades que no tienen que estar necesariamente en la poesía. La ideología de alguien forma parte de su subjetividad, pero no es toda su subjetividad. No me afecta ni en un sentido ni en otro que digan que mi poesía es política. Lo que me importa es mi trabajo como poeta, no me preocupa lo que digan los demás, tienen todo el derecho a opinar. Pero francamente lo único que influye es la lectura de la poesía, y el trabajo de escribirla.
–¿Qué cambió en este trabajo de escribir desde Violín... a Mundar, su último libro? ¿Los temas siguen siendo los mismos?
–Lo que cambiaron fueron cincuenta y un años de vida; por supuesto que la subjetividad cambia y eso seguramente se traduce en la poesía. Octavio Paz lo dijo muy bien: “La biografía de un poeta está en su obra”, por eso no hay que creérsela. Para mí la poesía sigue siendo un goce con todos los asuntos que siempre me andan rondando: la infancia, el amor, la justicia social, la muerte. Mis obsesiones no son muchas, pero convivo muy bien con ellas y se han vuelto muy amigas mías.
–¿Escribe todos los días?
–No, la señora no te visita todos los días, tiene muchos pretendientes (risas).
*Fuente: Página/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-95500-2007-11-30.html
A esa voz*
A Mariela.
A esa voz que atravesó un océano
y dejó su semilla entre mis manos muertas.
A esa voz valiente
que alguna vez consintió entreverarse con la mía
en un duelo que devino acercamiento.
A esa voz fatigada
cuya suave melodía descongeló mi pecho,
cuyo plácido aliento fue anudándome
a la cadencia redentora de su música.
A esa voz sincera
que no sembró el camino de rosas y amapolas.
Que me enseñó el secreto de las piedras
y el latido insondable de los milenarios riscos.
A esa voz lánguida
que burló la vigilancia de las fuerzas oscuras,
que pasó controles y barreras,
que se amarró a un pequeño rayo de esperanza
y traspasó los candados de la cripta
donde yacía mi alma condenada.
A esa voz que quiso hacerse verso
y destronar para siempre a las tinieblas.
A esa voz que con el ala herida
voló hasta mis moradas pronunciando
versos como caricias, versos tristes,
melancólicas y tenues explosiones
de un corazón que supo del martirio.
A esa voz que incendió las rejas de mi encierro
con un suave tañido enamorado
derritiendo cadenas, aboliendo decretos,
clavándose en mi corazón como un suspiro
y haciéndolo habitable con su magia.
A esa voz que se prendió en mis días,
a esa voz arrebato que me nombra,
a esa cuyo recuerdo me conforta
en las tardes de gris melancolía.
A esa voz se ató esta noche mi destino;
de su huella mis pasos peregrinos
hicieron una senda ignota y excitante,
un reguero de místicos placeres,
un misterio que añoro descifrar.
A esa voz mi cuerpo se somete
esclavo de su dulce resonancia,
devoto amante de su aura melodiosa,
enamorado apóstol de su risa,
heraldo de su tierna persistencia.
A esa voz se ató esta noche mi destino.
A esa voz hoy mi amor se ha encadenado
y en su regazo viven mis anhelos
la pasión de la vida y de los siglos.
Enero 2002
Publicado en el libro "Poemas Quietos" (Proyecto Mizar)
*de Sergio Borao Llop. sergiobllop@yahoo.es
http://sbllop.blogia.com
http://www.aragonesasi.com/sergio
Los Huevos*
Eran las seis menos diez de la mañana y los Teros pasaron aturdiendo en su primera aventura matutina, participando del despertar radiante de Montemayor en el sol de Enero. No tardó mucho en aparecer una segunda bandada que parecía dirigirse en sentido contrario de la primera. Algunas aves se dispersaron de la anterior para pasar a la más reciente, otras parecieron dudar. Finalmente y tras varias cabriolas incomprensibles si vistas desde el suelo, todas parecieron formar un solo grupo y alejarse.
Ya desde el alba se oyeron los portazos de los primeros madrugadores: los Argüello que ya salen a buscar trabajo en la trilla, Doña Guillermina que desde el canto del gallo enciende el fogón de la cocina, los diálogos roncos de Don Páez y Don Parola, todas las voces del Hospedaje Buenos Aires que de
a poco van retomando las rutinas matutinas. En alguna piecita, una cama cruje placeres paganos. A poco andar ya se siente el aroma de yerba joven excitada por el agua caliente de la pava de hierro. Allá afuera en la calle de la plaza se oye algún camión en su lamento mañanero, yendo a buscar la leche a los tambos allende la cañada. Un tractor Pampa de la Comuna hipa frente al sobrio edificio municipal en espera de la primera misión del día.
En la casita chata y exigua, Ana empieza a cebar mate cariñosamente a Joaquín, el matrimonio septuagenario comparte un silencio inteligente en el cual los dos piensan las mismas cosas, se comprenden o disienten tal vez, con un movimiento de cabeza o una mirada de soslayo hacia el patio que presagia nuevos y grandes calores. Doña Ana Bonómini de Arias acomoda la carpetita bordada blanca que da detalles a la mesa del comedor-cocina.
- Hay que ver otra vez en el gallinero, jeh, ¿habrá quien se anime?.
- Qué va... qué va... la Paquita ayer no cantó. No va a haber huevos hoy.
- ¡Pero cantó la Colo!. Esa no falla. -Ana ya estaba poniéndose el pañuelo en la cabeza como para desafiar a un sol aún lejano.
Acción evitada por Joaquín Arias, acción emprendida por Ana. Toda la vida ese matrimonio funcionó así, incluso cuando dieron todos sus ahorros a ese único hijo que partió a enrolarse en la Marina Mercante. El demoró las decisiones. Ella extrajo el dinero de la Caja Nacional de Ahorro Postal, se lo dio, le halló un auto que lo dejara en Rosario, le armó una cuadrada valija de cartón y lo despidió.
Conforme avanzaba la tórrida mañana, Don Joaquín sacó a relucir su mejor camisa de un material parecido a la seda, pantalón con tiradores y sombrero del mismo color cremita que la camisa. Debajo se adivinaba una pudorosa camiseta sin mangas, impecablemente blanca y sin roturas. La Vieja Lavanda
Inglesa hacía las veces de loción para después de afeitar. El recorrido de Joaquín no era gran cosa: de la casa salía por el único lugar posible, el patio del hospedaje. El patio tenía unos resbalosos ladrillos como piso. A ambos lados los altos postigos de las puertaventanas que en mayoría había allí, cerrando los exiguos cuartitos. Su recorrido interno lo llevaba al patio "De la Madreselva" o patio noroeste. Allí las puertas de la pieza 5 y del Departamento C hacían ángulo, la del C solía estar abierta toda la mañana en esa única y exclusiva hora pacífica que tiene Montemayor en Verano, y que dura de sol a sol. Allí se saludaba con las Diez; Adela, Olga y la niña Fabiana. Las tres tenían un hermoso Don de Gentes para el trato.
Solía hacerles de mandadero el Pascualito Tato, el huérfano de 14 que vivía con los hermanitos Argüello en el 5. Un estrecho pasillo, el patio de las piletas de la ropa siempre lleno de charcos y con ruido de sapitos en el albañal. El patio grande que confundía uno de sus lados con ese, luego un pasaje de dos metros, la puerta de calle.
El recorrido de Joaquín era el mismo en todos los casos. La carnicería "Los hermanitos" de los hermanos Morero, la panadería "El Progreso" de Beniciano Zapico, la verdulería "Rosita" de Antonio Azanza y el nuevo y reciente local de Juegos y Loterías del Estado: un letrero negro con letras blancas mal
escritas que reza "QUIÑELA" a cargo de Elma Ríos de Francese. En todos lados recibió Joaquín cuestiones sobre lo que ya todo el pueblo sabía: lo que pasaba con lo huevos de las gallinas.
- Y a qué iba a jugar sino al cero, a ver si lo que perdemos en huevos lo ganamos en suerte.
- ¡Claro, por ahí es una advertencia del destino, ja! . Bueno, la jugada tiene fecha Miércoles cuatro de Enero de este año. -Elma congraciaba bien con Don Joaquín, uno de sus mejores clientes, pero eso no significaba gran cosa, a Joaquín le parecía una persona ordinaria y sin gracia. - a lo mejor es una Ita o alguna infección...- Elma ya se había acodado al mostrador ciego de madera común, señal de impaciencia ante la partida del cliente.
- Qué le vamos a hacer, así están las cosas...- Joaquín se despidió sin mirar, salió casi sin mover la esterilla plástica de la cortina en tiras naranja y blanco. A partir de allí se dirigió a su último destino, el Almacén de Don Segura.
- ¡Sabe lo que hay, hay un zorro por acá!...Parece que Don Juan anda pícaro o muy hambreao, dicen... -Segura había aprovechado a atender a Joaquín en un aparte más oscuro del local. El Almacén Sol de Mayo ocupaba toda la esquina de la pensión y era un salonazo altísimo, muy oscuro a pesar
de haber una ventana a cada lado y a pesar de la puerta doble-hoja, dedicadamente cubiertas de cortinillas bordadas sus celosías. Había estantes tras el mostrador, casi invisibles las botellas de licor de más arriba, y las mesas con sillas de esterilla agonizaban bajo el calor de las diez . En ese momento sólo había algunos arrieros en un rincón, compartiendo largos silencios en torno de una mesa y sin consumir.
- No tengo visto animal alguno.
- ¡Nooo -Segura gesticulaba por lo bajo- estos bichos trabajan con la oscuridad, mire si los va a ver!¡Ya lo dicen, astuto como un zorro!.
-Yo anoche creo que ví algo -Pascualito achinó los ojos aún más de lo natural, que ya era demasiado- Usté no me va creé pero ví algo largo que se movía.
-Euh...por ahí algún pata de bolsa que se arrastraba, andaría de visita. -la insólita respuesta de Joaquín hizo reir al mocito.
-Usted no creería -Parola agachaba la cabeza frente a las piletas de lavar, el olor de jabón rancio crecía al bochorno de la mañana- pero para mí son esos experimentos que se hacen ahora, todas esas cosas de bombas nucleares, eso queda en el aire, va con la lluvia, nacen mal los animales, las vacas
algunas noches pierden la leche. Hasta hay gente que desaparece... -el silencio reveló miedo genuino- no es tan extraño que los huevos le vengan con ese problema. En el huerto de Mattaliano salieron unos tomatitos enanos, grandes como frutilla. Ahora todo está contaminado, si los gobiernos insisten con esas bombas nucleares ahí el campo va a quedar pelado como el patio de tender la ropa...
En la casita no había nadie. Ana estaba traficando en el patio, la excitación de las aves de corral así la delataba. Don Joaquín entró a pasos inseguros, cegado entre el sol exterior y la estancia umbrosa y olorosa a yerba apagada, perfume y alcanfor. Apoyó el bolso sobre el sillón de esterilla para no tocar el suelo con este, una a una extrajo las modestas adquisiciones: medio de lomo, yerba, pan en blancos panes enormes, jabón de lavar, papa, cebolla, ajo, perejil, aceite en lata, grasa peya y dos o tres
vituallas más para el día.
-Mire -Ana aparecía obsesionada- toque. No pesa nada. -Don Joaquín sopesó el huevo marrón en la palma de la mano. Acto seguido lo rompió con curiosidad sobre el borde de la mesa. Vacío. Ni clara, ni yema. La Colo había puesto sólo un tonto cascarón sin alma. Era la segunda gallina con este drama.
Rayando el mediodía ya se olían frituras y hervores en todo el hospedaje. El sol era tan fuerte que con su brillo absoluto parecía apagar ruidos. Parado frente al gallinero, Joaquín pensaba. Miraba fijo las empolladeras, recorría el tejido, hasta comparaba el color de la tierra desgastada con el resto del
patio, todo ello sin ver nada extravagante. Se distrajo con el vuelo concéntrico de un aguilucho. En seguida se santiguó, no fuera que anunciara desgracia.
-"Jesús, María y José, y este pájaro se fue."
Allá en los confines del lote se asomó el hocico terroso y reseco de un galguito. Con él correteaba feliz un perrito mestizo con el pelo muy sucio.
El galguito retrocedió instintivamente ante la figura humana, pero permaneció husmeando las tomateras vecinas, acompañado de su minúsculo amigo. El perrito cruzó al flaco lebrel por debajo del vientre inexistente, el galgo hizo ademán de morderlo. Los dos salieron corriendo de pronto, como asustados de un cascotazo. Era su manera de divertirse. Nuevamente, el huerto quedó a merced del silencio y el sol abrasador.
*de Javier Funes Pautasso. ebwo@hotmail.com
-Enviado para compartir por Cacho Agú. cachoagu58@yahoo.com.ar
*
Queridas amigas, queridos amigos:
El domingo 2 de diciembre del 2007 presentaremos en la Radiofabrik Salzburg (107.5 FM), entre las 19:06 y las 20:00 horas (hora de Austria!), en nuestro programa bilingüe Poesía y Música Latinoamericana, música del grupo argentino Encuentros. Las poesías que leeremos pertenecen a Beatriz Marín Aguilar (Colombia) y la música de fondo será de Darío Robayo (Colombia). ¡Les deseamos una feliz audición!
ATENCIÓN: El programa Poesía y Música Latinoamericana se puede escuchar online en el sitio www.radiofabrik.at
(Link MP3 Live-Stream. Se requiere el programa Winamp, el cual se puede bajar gratis de internet)!!!! Tengan por favor en cuenta la diferencia horaria con Austria!!!!
REPETICIÓN: ¡La audición del programa Poesía y Música Latinoamericana se repite todos los jueves entre las 10:06 y las 11:00 horas (de Austria!), en la Radiofabrik de Salzburgo!
Cordial saludo!
YAGE, Verein für lat. Kunst, Wissenschaft und Kultur.
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jueves, noviembre 29, 2007
DE LOS IRACUNDOS Y SUS VIEJAS CANCIONES...
Faraway, so close*
El tiempo es enchapado en oro
Y un tiempo existe para abandonarse
debajo del bosquejo de un techo corredizo
Y un tiempo existe para el augurio
de un cuervo u otras aves esporádicas
Y un tiempo existe para retornar del tiempo
es oro.
*de Rolando Revagliatti. revadans@yahoo.com.ar
“FARAWAY, SO CLOSE” (“Tan lejos, tan cerca”), filme dirigido por Wim Wenders.
DE LOS IRACUNDOS Y SUS VIEJAS CANCIONES...
En la ciudad de la Ira*
Otra vez, la enésima, el mundo asiste, ya algo asqueado, al espectáculo obsceno (y no digo circense por respeto a los artistas), que los EEUU montan con el declamado objetivo de lograr "una paz justa y duradera en el Medio Oriente".
Rodeados por la tradicional corte de tiranos, reyezuelos, dictadores y jefes de estados teocráticos se sentarán a deliberar los dueños del mundo y del medio oriente y su "eurocomparsa", culposa de siglos de antisemitismo y deseosa de endosar el pago de la cuenta al pueblo palestino.
Como primera medida se discutirá - faltaba más, estando el gobierno de Israel allí - sobre qué se puede discutir, y sobre qué no.
Naturalmente estas condiciones las impondrán, como ha venido sucediendo desde hace sesenta años, los representantes de aquellos que han usurpado, robado, expulsado y asesinado al pueblo palestino en su propia tierra. Los herederos de los que pasaron las topadoras sobre las aldeas vaciadas de sus pobladores, aterrorizados previamente con los "aleccionadores" ejemplos de otras aldeas en las que sus habitantes fueron sencillamente masacrados.
Para desgracia del pueblo judío, quién sufrió durante siglos similar trato, los que "limpiaron" étnicamente Palestina fueron muchos de los sobrevivientes del Holocausto nazi, utilizados como masa de maniobra, impúdicamente, por los colonos sionistas. Aquellos que escaparon del genocidio más industrialmente organizado de la historia cometieron - y cometen diariamente - su propio genocidio, lentamente ejecutado, pero tan fría y cruelmente concebido y planificado como el otro. Con el fin de hacer realidad aquella declaración fundante de la ideología sionista: "Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra"
La reunión "cumbre" comenzará con la ya conocida extorsión que el estado sionista aplica al pueblo palestino hace décadas: el reconocimiento de Israel como "la patria de los judíos". Esto no es solamente un escollo dialéctico, que bien podría alguien suponer de menor importancia. Es, lisa y llanamente, exigir al ocupado, expulsado y exterminado en su propio país que reconozca al ocupante, expulsor y exterminador como parte negociante de pleno derecho, lo cual es muy distinto a reconocer su existencia real y los hechos sobre el terreno. Nada más, y nada menos, que otorgarle status jurídico a un papel firmado por el imperialismo, como lo fue la "Declaración Balfour", con lo cual - pequeño detalle - queda fuera de discusión un tema "baladí": la justicia.
Es decir, desentenderse de la dimensión ética del conflicto, planteado, únicamente en términos de "realpolitik", muy al gusto de los pensadores del "Nuevo siglo americano".
En esto radica el nudo: nada sano se puede construir sobre la base de la mentira, el olvido y la injusticia.
Es evidente que dos pueblos - muy diferenciados - habitan un mismo territorio. Cualquier solución que se plantee deberá contemplar los derechos humanos, sociales y políticos de ambos. Sin embargo, no se debe olvidar que uno es el agresor y otro el agredido, uno el colonizador y el otro el colonizado.
Naturalmente que nadie pretende "echar a los judíos al mar", como la propaganda sionista quiere hacernos creer. Pero cualquier solución, ya sea la de dos estados (casi inviable hoy dia, por los hechos que sobre la geografía palestina ha producido Israel) o un estado binacional con igualdad de derechos para todos sus ciudadanos (derechos que la "democracia" israelí niega a sus habitantes palestinos) deberá basarse sobre la reparación a tanto dolor infringido: Verdad, Memoria, Justicia.
Tres pilares, dicho sea de paso, que constituyen probablemente lo mejor de la herencia del pueblo judío a toda la cultura occidental.
*por Udi, udi.cuatro.catorce@gmail.com
rosario, argentina, noviembre de 2007
Underground*
Masturbándome
lograré conjurar
bombas y aviones
Siendo escenario esta platea
arrastro a mis músicos
y me robo a la primera actriz
Me casaré
me disciplinaré
Un baño luctuoso de ficción
solía ser mi sucia realidad
Cuanto más lúbrica más ella misma
más verdad la verdad
si desvirgada.
*de Rolando Revagliatti. revadans@yahoo.com.ar
"UNDERGROUND", filme dirigido por Emir Kusturica.
Jueves, 29 de Noviembre de 2007
El grito silencioso*
*Por Juan Gelman
Hay más bajas de veteranos de Irak y Afganistán en EE.UU. que en Irak y Afganistán. Se suicidaron al volver. Una investigación de CBS News reveló que en el 2005, en 45 de los 50 estados de la Unión se quitaron la vida 6256 efectivos que habían participado en esas guerras (www.cbsnews.com, 13-11-07). Un promedio de 120 por semana, siete cada día, en sólo un año,
casi el doble de los caídos en más de cuatro de conflicto. Padecían lo que hoy se llama "desórdenes por estrés postraumático" (PTSD, por sus siglas en inglés), una generalidad que oculta muchas cosas: horrores del combate, crímenes cometidos o vistos cometer, desilusiones de "la libertad y la
democracia" que iban a llevar a esos países, angustias, pesadillas, remordimientos y a saber cuánto más. Son cifras escalofriantes: cada unidad del total corresponde sobre todo a un joven.
La investigación duró cinco meses y reunió información de fuentes oficiales de los estados, del departamento de cuestiones atinentes a los veteranos de guerra y de la Oficina de Censos de EE.UU. Se consultó a especialistas y se comparó la tasa de suicidios de los veteranos con la del resto de la población. Los datos para el 2004 revelan que la primera duplicó con creces a la última: del 17,5 al 21,8 por cien mil contra el 9,4 por cien mil. Para el 2005, fueron del 18,7 al 20,8 y el 8,9 por cien mil, respectivamente. El número de suicidas varones triplica al de las mujeres. Y la tasa más alta se dio entre los veteranos de 20 a 24 años: es de tres a cuatro veces superior a la del mismo grupo etario de quienes no fueron a la guerra. Son estadísticas que el Pentágono no suele difundir. Explica que se trata de "problemas personales".
Más del 25 por ciento de efectivos en actividad y el 50 por ciento de los reservistas que regresaron a su casa presentan síntomas de trastornos mentales (Reuters, 13-11-07). Cuando el presidente Bush dice que los terroristas suicidas "no son como nosotros; no valoran la vida como lo
hacemos nosotros" incurre en una tremenda ironía, tomando en cuenta los miles de soldados y veteranos estadounidenses que se quitan la vida. No eran fieles del Islam ni árabes que W. desprecia, sino -con excepción de los psicópatas de siempre- personas que se alistaron por pobreza o buscando oportunidades de carrera y no porque querían matar civiles.
"Sentí cómo ese silencio gritaba dentro mío", expresó Jessica Harrell cuando vio a su hermano, de regreso de Irak, muerto de mano propia. Hubo quienes se pegaron un tiro, otros se ahorcaron. Pero esto poco importa a la Casa Blanca. Son material desechable o ingresan al rubro "daños colaterales".
Todavía se suicidan veteranos de otras guerras. Y hay mujeres invisibles: por ejemplo, las viudas de Vietnam.
Penny Coleman era una de ellas y vivió largos años con la carga del suicidio de su esposo Daniel. Fotógrafa de profesión, decidió entrevistar a decenas de mujeres que habían atravesado idéntica tragedia y reunió sus historias de vida en el libro Flashback - Posttraumatic Stress Disorder, Suicide and the Lessons of War (Beacon Press, Boston, 2006). Cuenta Penny Coleman: "Durante
décadas viví agobiada por la culpa y la vergüenza que experimentan casi todos los sobrevivientes de un suicidio... hasta que a en los '80 los medios empezaron a publicar artículos sobre la frecuencia del suicidio entre los veteranos de Vietnam. Comencé a preguntarme qué papel habían tenido en la muerte de Daniel sus experiencias de la guerra" (www.flashbackhome.com).
Comprendió que había vivido "una parte de la historia que fue completamente borrada de las versiones oficiales". Sigue borrada.
Encontró en todas las entrevistadas los mismos sentimientos provocados por una sociedad que estigmatiza y culpa al sobreviviente del suicidio del otro y considera que el soldado que no cae en combate es un débil o un cobarde.
Advirtió que sus viejas preguntas -"¿amé lo suficiente?, ¿lo cuidé, me cegó la negligencia?"- no tenían otra respuesta que los trastornos causados por la guerra. Ahora habla muy claro.
Penny Coleman señala en un artículo que difunde el Independent Media Institute, organismo que apoya al periodismo independiente (www.alternet.org, 26-11-7): "Hay algo de superioridad tan jactanciosa en la manera con que hablamos de los atacantes suicidas y de las culturas que los
producen. Y asoma un pensamiento inquietante. En 2005, 6256 veteranos estadounidenses se quitaron la vida. Ese mismo año, hubo alrededor de 150 muertes documentadas de atacantes suicidas en Irak. Hagan la cuenta. La proporción es de 40 a 1. ¿Quién se muestra más eficaz entonces en la creación de una cultura de suicidio y de martirio? Si George Bush tiene razón (cuando dice) que es la desesperación, la desidia y la pobreza las que empujan a la gente a cometer tales actos, ¿no vale la pena subrayar que estamos haciendo en la materia un trabajo mucho mejor?".
*Fuente: Página/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-95407-2007-11-29.html
Cóndor, el laberinto del horror*
Por Stella Calloni *
En marzo de 1980 fue asesinado en una iglesia de la capital de la República de El Salvador el arzobispo monseñor Oscar Arnulfo Romero, después de haber demandado que los soldados de ese país desobedecieran "la orden inmoral" de matar al pueblo. Lo asesinaron de un certero disparo en el pecho, con proyectiles de dispersión, cuando oficiaba una misa.
Varios medios en el mundo y especialmente de Europa mencionaron que se trataba de un "coletazo" de la Operación Cóndor, la coordinadora criminal de las dictaduras del Cono Sur en los años '70.
En México, con el periodista y escritor Gregorio Selser comenzamos a buscar la mayor cantidad de datos sobre esta operación típica de la contrainsurgencia en el esquema de la Doctrina de la Seguridad Nacional de Estados Unidos, que significó para nosotros la siembra de las dictaduras en
los años '70.
Los datos más importantes sobre Cóndor, que mencionó -sin nombrarla- Rodolfo Walsh en su extraordinaria Carta a la Junta Militar Argentina, surgieron del juicio realizado en Estados Unidos por el asesinato del ex ministro del gobierno de Salvador Allende, el economista Orlando Letelier, y su secretaria Ronny Moffit en Washington en septiembre de 1976. Este caso ofreció, en ese momento, las mayores pistas sobre esa operación de contrainsurgencia que asoló al Cono Sur y borró fronteras, trasladando los comandos de la muerte por varios países y continentes.
De esos días data uno de los principales documentos básicos de la Operación Cóndor, enviado a Washington desde la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, por un oficial del FBI, el coronel Robert Scherrer -ya fallecido- donde explicaba con precisión de qué se trataba este accionar contrainsurgente en sus tres fases de persecución, vigilancia, secuestros, intercambios y asesinatos de las víctimas elegidas.
Lo que resultaba difícil en la investigación posterior era entrecruzar la cantidad de documentos, versiones y testimonios que fueron surgiendo desde entonces.
Pero con el final de las dictaduras, comenzaron a aparecer más evidencias.
En diciembre de 1992 se descubrieron los llamados Archivos del Horror, de la dictadura de Alfredo Stroessner en Asunción, Paraguay, a instancias del ex detenido político Martín Almada y la decisión de un joven juez paraguayo, José Fernández.
En esos archivos aparecieron algunos documentos básicos sobre la Operación Cóndor y testimonios inobjetables para finalmente hacer llegar algunos casos -con todos los elementos probatorios- a la Justicia y además demandar las aperturas de archivos desclasificados en Estados Unidos.
De eso se trató investigar Cóndor. De acumular la mayor cantidad de información posible y sistematizarla para que fuera útil a la Justicia y a los familiares de las víctimas. En realidad es un verdadero laberinto de la muerte, de enorme complejidad porque abarca varios países.
Pero quizás esa complejidad, el hecho de que la Operación Cóndor fue tan selectiva en la elección de las víctimas, además de los rastros que se iban dejando a pesar de la impunidad con que se actuó, hayan sido su verdadera debilidad.
A esto se agrega el hecho de que los comandos de acción estuvieron además integrados por grupos paramilitares, organizaciones como las fascistas de Italia, la OAS (el ejército Secreto de Francia), la Triple A en Argentina, los grupos terroristas cubanos de Miami, lo que dejó otra puerta entreabierta a las filtraciones que se producen en esos mundos de la mafia y el crimen.
Trabajar en el esquema de Cóndor requiere de un inmenso esfuerzo colectivo, que de ahora en adelante necesitará de un trabajo conjunto de todos los investigadores sobre el tema, porque de vencer impunidades se trata. Y en estas horas los pasos que está dando la Justicia abrirán una enorme caja de Pandora y dejarán al descubierto todo lo escondido bajo las alfombras malditas de la impunidad.
* Periodista y escritora, autora de los libros Los años del Lobo: Operación
Cóndor y Operación Cóndor, pacto criminal.
-Fuente: Página/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/95449-30183-2007-11-29.html
Jueves, 29 de Noviembre de 2007
LA SUBJETIVIDAD DE LOS REPRESORES, A PARTIR DE SU INDAGACION EN EL TEATRO
Piedad del torturador*
A partir del análisis de su propia experiencia como autor, director y actor de El señor Galíndez, Paso de dos y otras obras, Eduardo Pavlovsky reexamina la subjetividad del represor, ya que "asumirla es acercarnos a la posibilidad de un nuevo tipo de represión: el control social, en sus sutiles formas, a través de un nuevo tipo de represor".
Por Eduardo "Tato" Pavlovsky *
Personajes que encarno en mis obras -especialmente El señor Galíndez, El señor Laforgue, Paso de dos y Potestad- producen en el espectador un cierto nivel de identificación durante parte de la obra, incluso despiertan simpatía, pero luego se revelan como verdaderos monstruos de la represión, produciendo en el espectador un cierto sentimiento de fraude, engaño o ambigüedad. ¿Cómo un médico al servicio de organismos de inteligencia y responsable directo del rapto de una niña puede al mismo tiempo despertar simpatía, en la primera parte del espectáculo, cuando se lo vislumbra en sus debilidades humanas, relatando o confesando sus heridas narcisistas masculinas frente a su mujer? (El tiempo en el cuerpo, el tiempo en la pareja, grandes temas humanos que pueden producir identificación en el espectador.) Cómo puedo identificarme a lo largo de la obra con las angustias reconocibles de este hombre si, luego, ese personaje en quien me reconocí se me revela como un "monstruo represor" al que no merezco tener piedad o pena y mucho menos simpatía.
O, más precisamente: cómo el raptor de una niña puede abrigar sentimientos de pena por la pérdida de "su niña", cuando los organismos de derechos humanos, a través de la Justicia, logran liberar a la niña de su rapto para devolverla a su familia original. ¿Puede acaso un raptor de niños sentir ternura o pena por la niña a quien robó su identidad? ¿No es acaso el niño raptado una prótesis de la falta o castración del raptor? Si la niña raptada es sólo prótesis narcisista, ¿esto no le impide desarrollar hacia ella sentimientos tiernos?
La literatura psicoanalítica suele encuadrar a los raptores dentro de las patologías narcisistas graves. Para nosotros la situación adquiere otros niveles de complejidad.
En Paso de dos, la víctima torturada le dice a su amante torturador: "Somos fuimos vos y yo nuestras historias nuestras certidumbres nuestra manera de sentir las cosas, de eso no podemos arrepentirnos allá vos allá yo es la distancia que nos hace reconocernos qué misterio se cruza entre los dos haciéndonos olvidar tanto pasado quién sabe si somos tan diferentes que creció tanto entre los dos algo que no entiendo algo más allá me hace sentir ambigua y me produce terror haber sentido piedad en algún momento como surgió a pesar mío esto de la piedad entre los dos como piedad convertirme en piadosa yo que nunca lo fui".
¿Puede una militante torturada sentir piedad por su represor?
¿Puede un torturador sentir piedad o ternura por su víctima?
Y, si un torturador sintiese piedad por su víctima, ¿sería por eso menos responsable? Si un raptor de niños hubiese desarrollado alguna capacidad de amor hacia su víctima, ¿sería por eso menos responsable? ¿Cuál es la estética, en todas estas preguntas?
Serían responsables siempre, pero tenemos que admitir una mayor complejidad en la subjetividad de los represores.
Los personajes de la represión, en su amplia galería, se nos podrían revelar más ambiguos y complejos de lo que imaginamos. Y esto sugiere una mayor complejidad en el proceso de búsqueda de creación del personaje. Existe más ambigüedad; más molecularidad en su recorrido.
Sin embargo, nadie los condena por la incapacidad o capacidad de sus afectos, sino por el acto criminal del rapto y robo de la identidad de los niños. Lo condenamos por su acto criminoso. Metamorfosear la identidad de una niña raptada ocultando su verdadero origen es un hecho monstruoso que debe ser juzgado, pero esto no elimina por sí solo la capacidad de desarrollar algún tipo de vínculo tierno con su víctima. Lo que nos interesa es la estética de la ambigüedad.
Ciertas concepciones científicas, ideológicas y políticas desconocen parte de la compleja subjetividad de los represores. Mientras que desde la estética, a veces, descubrimos ciertas líneas de la complejidad y ambigüedad de su problemática. Estética de la multiplicidad.
En el teatro intentamos descubrir la ambigüedad, esa zona incierta del ser humano que creemos necesario develar estéticamente. Condenamos su ética pero revelamos su tormentosa ambigüedad. Esa es la subjetividad que nos interesa investigar estéticamente en los personajes de la represión. Desde el personaje, recorrer el intrincado mundo de los afectos de personas que han quebrado su ética; confrontar esa ética con su reverso estético. La ética de la multiplicidad.
Asumir estéticamente, en su índole compleja, la subjetividad en la problemática del represor, no es más que acercarnos a la posibilidad dramática de una nueva forma, futura, de represión: el control social y sus sutiles formas posibles, a través de un nuevo tipo de represor.
En Memorias del calabozo (1990), Mauricio Rosencrof y Fernández Huidobro, militantes uruguayos detenidos entre 1972 y 1983 en Uruguay, hablan de los represores: "Quiero referirme a la patología de los oficiales que se han ensañado con nosotros. Existe la tesis de que los que más agredieron eran los que tenían dentro de sí desarrolladas las tendencias sádicas. Yo me resisto a considerar enfermos a los que se ensañaron más en las torturas, adscribiéndoles un diagnóstico psiquiátrico, porque sería limitar la cuestión a grados de patología individual". Continúan: "Este oficial que tenía esa conducta con nosotros era simultáneamente uno de los más estimados por la tropa cada vez que los soldados tenían problemas. Dirigirse a ese oficial era una gran tranquilidad porque los atendía paternalmente. Con nosotros era patológico. La metodología que usó el ejército fue hacer participar a todos, oficiales, enfermeros, médicos, oficiales, todos tenían que 'mojar' para que todos se sintiesen implicados, y, además, el exceso fue lo normal en la institución. Por eso rechazo que Astiz o Mason sean sádicos.
La esencia del sadismo como patología dentro del ejército es secundaria. Lo constante es la normalidad en que se convierte lo anormal".
Institución torturadora
Institucionalización de la violencia, el rapto, el saqueo, la tortura.
Interiorización institucional de la violencia como obvia.
Michel Foucault decía que los únicos que pueden hablar con eficacia sobre las cárceles o prisiones son los presos o los carceleros.
La institución -policial, militar, carcelaria- produce esta específica subjetividad.
La tortura no se presenta como patología individual. No nos sirve para intentar pensar sobre los fenómenos de producción de subjetividad.
La tortura se presenta como producción de subjetividad institucional.
Diaria, cotidiana, interiorizada como conducta normal, aceptada y valorada.
En El señor Galíndez intentábamos seguir esta hipótesis: lo que nos interesaba señalar era la institucionalización de la tortura, mucho más que la patología individual de los torturadores, quienes a su vez eran víctimas de la institución. Si insistimos en los cuadros psiquiátricos individuales de los torturadores perdemos de vista el eje central de la problemática: la tortura o el rapto como institución.
Y este punto de vista es importante para el desarrollo de la estética de los personajes.
Buscamos una estética de multiplicidad, donde se perciba la singularidad del personaje en este particular atravesamiento institucional. Nos interesa entonces exaltar la institucionalización de la conducta para expresar la intensidad de sus conflictos en la creación del personaje.
No nos interesa el naturalismo. Pretendemos afectar al espectador en el tormentoso mundo marginal del represor. Tampoco buscamos las transiciones psicologistas que pudiesen explicar sus diferentes motivaciones.
Vaivenes de subjetividad que puedan ser expresados a través de un cuerpo que se conecta abruptamente con diferentes grados de intensidades y de emociones. Devenir triste-devenir tierno-devenir sádico-devenir sexo-devenir terror, sin transiciones, sin conexiones psicologistas. Cuerpo como máquina deseante. Cuerpo haciendo máquina con... Siempre entre, nunca llegando a
ningún lado, a ningún objetivo.
Existe una institución que viola la ética del represor.
Para formarlo, tuvo que violarlo. Cómo resingularizar esta batalla. El represor violado y violador al mismo tiempo.
Un cuerpo actoral que pueda expresar este régimen de inscripciones que lo atraviesan.
Porque el cuerpo actoral es, al mismo tiempo, institución violadora, represor violado y represor violador. Tres devenires en el desarrollo de la acción dramática. Cuerpo como letra. o letra de cuerpo.
De cómo es capaz de transmitirse institucionalmente este tipo de subjetividad que fabrica torturadores, raptores, saqueadores como fenómenos normales cotidianos y obvios.
Existe una institución como producción de una subjetividad que engendra como normal lo monstruoso, y esto a su vez es un factor de producción de subjetividad social: terrorismo de Estado y su concomitante complicidad civil.
El problema, desde la estética, incluye este tipo de complejidad. Si el rapto o la tortura son interiorizados como hechos naturales, normales, el acto criminal se percibe como sintónico institucionalmente.
Intentemos comprender el régimen de afecciones en que se mueve el individuo, su régimen de conexiones institucionales. ¿Cómo les habla la institución? ¿Cuál es la lógica institucional? "Puede ser un buen padre de familia, pertenecer a la protectora de animales, ser un beato, asistir a la iglesia todos los domingos, pero luego volverse sádico con los prisioneros" (Memorias del calabozo).
Pero todo esto incluye una lógica de afecciones en la totalidad de la conducta. No existe disociación de la personalidad dentro de la lógica institucional. Sigue Memorias...: "Todos los oficiales, todo el personal de la protección militar y carcelaria recibía cursos en que los manipulaban meticulosamente con fundamentos ideológicos, y se les decía que los detenidos eran traidores a la patria, asesinos deleznables. Todo esto iba conformando en ellos un criterio ideológico. Eran coherentemente fascistas".
Sí, la institución produce coherencia en este tipo de subjetividad. Lo obvio. Lo normal es el fascismo y su complementariedad: la violencia.
Una camada de jóvenes militares de la dictadura griega había cometido atroces torturas. Fueron juzgados y sometidos a exámenes psiquiátricos.
Ninguno de ellos reveló alteraciones psiquiátricas severas. Sin embargo, durante las entrevistas con ellos comunicaron que todos habían sido sometidos a un severo entrenamiento doctrinario ideológico de ocho meses de duración, que culminaba en la práctica con elementos de la tortura sobre prisioneros políticos. Un psicoanálisis de cada uno de ellos probablemente no revelaría mayores diferencias con las habituales neurosis o caracteropatías. Lo singular, en cambio, sería analizar el tipo de discurso institucional que produjo esa singular subjetividad que interioriza la
tortura como obvia, necesaria, cotidiana y normal en la formación de los jóvenes militares. No creo en este caso que la ideología institucional funcione como prótesis de la falta de cada uno de ellos. El discurso se filtra intersticialmente, con eficacia a través de un complejo sistema de códigos y afecciones. (La Asociación Psicoanalítica Argentina -APA- producía, en los tiempos que yo cursaba seminarios, un tipo de producción de subjetividad que hacía creer a los candidatos que, para ser psicoanalistas y resguardar la "salud mental", había que analizarse durante ocho o diez años cuatro veces por semana. Esto, a su vez, se transmitía a los pacientes. Máquina iatrogénica.)
El convencido
En algunas de mis obras, enfocadas generalmente sobre el represor, la institución se presenta siempre en algún momento del discurso de los personajes. En El señor Galíndez, la institución está corporizada por el teléfono que da las órdenes y contraórdenes a los torturadores -Beto y Pepe-
en forma constante y contradictoria. Ambos torturadores, no formados ideológicamente, de "la vieja camada" dependen absolutamente de Galíndez para todo tipo de tarea profesional, y están pendientes de la simple aprobación o de las estimulantes felicitaciones de Galíndez. Son el cuerpo
menos pensante, institucionalmente los menos formados, o sólo formados en la práctica concreta. La mano de obra barata de la tortura.
Esta dependencia incondicional hacia el señor Galíndez produce en ellos el terror de que puedan ser prescindibles o reemplazables -como ya ocurrió con otros "profesionales" a lo largo de la historia institucional-. Son la parte descartable. Por eso se convierten también en víctimas de la institución.
Sobreviven hasta que alguien de mayor habilidad pueda reemplazarlos. Son serie de una larga cadena.
Beto y Pepe recibían órdenes del señor Galíndez para adiestrar a Eduardo, un joven que concurre para aprender el oficio de ambos torturadores. Ordenes institucionales. Pero Eduardo ha estudiado los libros del señor Galíndez: es el nuevo torturador pensante, ideologizado. Como aquellos jóvenes torturadores griegos, ha recibido información a través de un aprendizaje teórico. Aquí hay un cambio cualitativo, con efectos en el discurso institucional y en la producción de subjetividad de los personajes. Para Beto y Pepe, la institución es el teléfono de donde reciben las órdenes concretas del señor Galíndez. Sin órdenes del señor Galíndez, pierden existencia. Eduardo, en cambio, es el nuevo torturador: "el ideologizado" -el Astiz de 1976-. Para Eduardo, los libros del señor Galíndez son conceptos nuevos para "pensar" institucionalmente; para Beto y Pepe, son sólo órdenes concretas.
El individuo debe ser transformado en un convencido; una vez convencido, ya es voz institucional y produce subjetividad institucional a los demás. Basta un convencido para que todos crean en la eficacia de la verdad institucional.
No puede ser sino una estética de la violencia. En algún momento, el represor es violentado para que se logre su sintonía institucional. Puede incluso luchar y desconfiar, antes de ceder. Pero, de esto, nada se habla.
Es lucha de subjetividades. Lucha de poderes. El cuerpo del actor, atravesado por esta lucha y su rendición posterior. Definitiva. Ya está "formado".
Allí encontramos al represor en su singular lugar de víctima. El de su ética violada por la institución. El verdadero objetivo, insisto, es analizar la lógica institucional, y no la patología individual del represor. Estética de la multiplicidad.
* Texto extractado de Variaciones sobre el teatro latinoamericano.
Tendencias y perspectivas, por Alfonso de Toro y Klaus Pörtl (eds.).
-Fuente: Página/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-95404-2007-11-29.html
"Que la tortura estalle en los vínculos pacíficos"
Por E. P.
Paso de dos, obra de teatro. Cómo llevamos la intimidad de la tortura, cómo llevar la intensidad... sería deseable que el público participase no pasivamente de dos cuerpos máquina de amor y violencia simultánea.
La proximidad del público a los actores se captura en la intensidad de las escenas de los cuerpos.
En la representación, los dos actores "simulan" a escasos metros de distancia escenas de pasión y violencia. La pasión, la violencia se fugan a los cuerpos de los espectadores. No hay violencia entre actores. Nadie lastima a nadie. Pero es cierto que el espectador, aunque lo sabe, aun así, no es un mero agente pasivo de un simulacro. Padece la intensidad que se produce entre ambos cuerpos. Está afectado por el simulacro de violencia. O lo que es la clave: la amenaza permanente de algo peor.
El auditorio entra dentro del régimen de afección de los personajes. Se siente "torturado" por su inmovilidad en la gradería. Le guste o no le guste, participa voyerísticamente de las escenas. El simulacro no lo tranquiliza. Aunque sabe que no existe violación y que no se ejerce la tortura real, tiene la sensación de estar afectado por lo real. Pierde el distanciamiento intelectual, coparticipa de la multiplicidad del acontecimiento. Su cuerpo, y esto es lo importante, está incluido en la
experiencia. Aun sedentario, es recorrido por intensidades nómadas. Todo está en movimiento en su absoluta quietud sin recorrido. (Los comentarios en relación con el efecto de la representación en los espectadores son resultado de diálogos con ellos después de la representación de la obra; 170
funciones en Buenos Aires, España, Alemania y Uruguay.)
Esa era de alguna manera la intención de la directora, del autor, de los actores, del escenógrafo, del iluminador. Involucrar al espectador en una experiencia límite como la tortura o el amor de la tortura o, como dijo alguien alguna vez, la poética de la tortura.
Hasta dónde llegan nuestros cuerpos, dice un personaje a otro cuando percibe la intensidad fugada de ambos cuerpos a otros territorios.
Hasta dónde llegaron nuestro cuerpos actorales para involucrar el cuerpo del espectador en la ceremonia.
Textos de goce, diría Roland Barthes. Texto dramático.
Que no piense la experiencia en el momento de su afectación que la pueda contraefectuar sin quedar atrapado en el accidente, evento tortura.
Que se sienta afectado y que, después del estallido y de su esplendor, descubra los múltiples sentidos. Recién entonces la tortura se convierte en acontecimiento.
Ahí se construye el acontecimiento. El acontecimiento no es el mero accidente de escena de tortura, lo que sucede en el escenario entre los dos cuerpos o con el otro cuerpo femenino en las graderías, distanciado y desdoblado; hablar desde el mismo lugar del espectador es una doble
implicación.
El verdadero acontecimiento es la recreación de sentidos que puedan surgir desde y entre los tres personajes y que se multiplica entre los espectadores.
Que esa tortura se convierta en todas las torturas cotidianas, en las parejas, en las familias, en los torturados y maldecidos, que estalle a través de la escena, multiplicidad de la tortura en imágenes intensas fugándose por todos los intersticios posibles. Que estalle la tortura en todos los vínculos pacíficos, que el espectador construya su propio devenir, acontecimiento. Que se torturice.
*Fuente:
http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/subnotas/95404-30170-2007-11-29.html
Herman*
Pude haber sido también
un Rey de Bélgica
y no soy ni siquiera
un buen chiste que dure:
mi hermano
De mi hermano su cuero
cabelludo
su corte
su corte
su peinado
del inventado hermano mío
su peine
A través de mi cabeza
pasan
si así lo anuncian
piojos
Un mundo:
anguilas cuando vuelan
y piedras mientras
las lanzo contra
la imparcial vidriera del peluquero
En grúa ascenderé
con mi padre
hasta la más alígera
de las pelucas
En grúa descenderé
sin él
hasta los rastros alevosos
infamantes
en mi almohada
No habré de reconocerme
cuando esté yo mejor
y pregunte a la pelirrojita:
¿Qué tal se ve
a Don Diego, el Zorro?
*de Rolando Revagliatti. revadans@yahoo.com.ar
“HERMAN”, filme dirigido por Erik Gustavson.
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martes, noviembre 27, 2007
ES EL REMANSO QUE ALUMBRA EL DÍA...
Divagaciones al comenzar la mañana*
Estoy en el trabajo. Una oficina no muy grande con ventanales al parque y con vecinos conversadores. Vendedores de revistas, bizcochitos y facturas.
Todo transeúnte, a estas horas de la mañana, se detiene a comprar una bolsita de harinas cocidas de variedades dulces y cremosas o saladas, para acompañar el desayuno.
Un poco más allá, la avenida reporta los ruidos de siempre: motores acelerados, frenadas, el roce de los neumáticos en el pavimento, una puerta que se cierra. Luego, árboles y el lago. La mirada se detiene en ellos. Es una mirada necesaria para intentar seguir viendo. Es el remanso que alumbra el día.
Algunos pájaros gorjean. Se bajan irrespetuosos a comer la migas que los vendedores esparcen al final de cada jornada. Y no temen. No hay nadie de caza. Algún perro acompaña la comparsa, adoptando dueños pasajeros para luego hundirse en lo ignoto de esta parte de la ciudad. Fluyen las hormigas,
pequeñas y grandes, llevándose restos invisibles a sus guaridas. Otros insectos se escabullen en el aire o entre la gramilla, esquivando pasos o picotazos de los pájaros.
En tanto, observo. La vida fluye sin miramientos. Fluye y se dispersa en los confines y sus intersticios. No se detiene ante el primer escollo. Lo burla, lo salta, lo trepa y sigue presentándose renovada.
Sé que me habita. Sé que esta bordeándome, esculpiéndome en cada instante.
Sé que la habito y me permite habitarla. No pedí permiso. Solamente me concedió la gracia. Y no sé más de ello.
Entonces solo queda hundirse en el flujo que nos contiene y celebrar.
Celebrar la vida.
*Cacho Agú. cachoagu@yahoo.com.ar
ES EL REMANSO QUE ALUMBRA EL DÍA...
Martes, 27 de Noviembre de 2007
El sacerdote que puede ir preso por resistir un desalojo rural*
Es el cura párroco de un pueblo cordobés. Un tribunal lo juzga por desalambrar una propiedad. Aquí explica por qué lo hizo.
Carlos Julio Sánchez está enjuiciado junto a diez campesinos.
*Por Darío Aranda
desde Serrezuela, Córdoba
Turismo, monocultivo de soja, ríos caudalosos y sierras arboladas son postales recurrentes de Córdoba. Nada de eso existe en Serrezuela, al norte provincial, pleno desierto cordobés, con una sensación térmica que supera los 40 grados, humedad asfixiante, sequías –la última lluvia cayó hace ocho meses– y pobreza como regla. El Movimiento Campesino de Córdoba (MCC) tiene presencia en la zona, con centenares de familias organizadas que resisten desalojos empresarios, exigen justa distribución del agua y luchan por mantener su forma de vida ancestral. Uno de sus más estrechos colaboradores es el párroco local, Carlos Julio Sánchez, de 41 años, formado con la Teología de la Liberación, libros de Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz. Junto a la organización, resistió el avance de un empresario sobre tierras familiares, fue denunciado –junto a diez campesinos– y ahora afronta un juicio por “daño calificado agravado por delito en banda”, con una pena de hasta cuatro años de cárcel. En el patio de la parroquia, debajo de un árbol centenario y a la espera de la sentencia, parece tranquilo, serio, habla pausado, viste una remera con la leyenda “Ni un metro más. La tierra es nuestra” y comparte un mate recién preparado.
“Para un campesino, la justicia es la policía de la zona, que criminaliza la pobreza, la protesta y la organización de las familias. Hay una gran desprotección. Pero a partir de la organización ha crecido la concientización, y las familias campesinas luchan para que se les respeten sus derechos, ponen el cuerpo en la defensa de su tierra, protegen su forma de vida”, explica el cura.
Y cuenta cómo fueron los hechos por los cuales ahora está imputado. “El 5 de febrero de 2005 había reunión de delegados, hacía un calor asfixiante, más de 40 grados, viento caliente. Había pasado más de un mes del alambrado en las aguadas y los animales no podían tomar agua. Los Loyola estaban desesperados, plantearon el caso en la reunión y pidieron ayuda para sacar el alambrado y abrir paso a los animales. Y así se hizo”, resume el cura Sánchez, que visita las comunidades a diario y aporta sus dibujos en cartillas, periódicos y afiches del MCC. “Pero el empresario hizo la denuncia en la policía, la elevaron a Fiscalía e imputaron, con rapidez meteórica, a diez miembros del MCC y a mí”, explica y mueve la cabeza, en gesto de desaprobación.
Las familias campesinas suelen padecer presiones de empresarios para abandonar sus parcelas. Radican denuncias, pero escasas veces las causas prosperan. El MCC, que forma parte del Movimiento Nacional Campesino Indígena, detalla que sólo en el norte de Córdoba afrontan un centenar de conflictos, con cerca de 100.000 hectáreas en disputa. “Ha habido algunas intervenciones de la Justicia, muy pocas, donde ha sido favorable a las familias ancestrales, por lo cual quiero pensar que la Justicia funciona, pero hay muchos eslabones de esa cadena que bloquean todos los derechos de los más pobres. Es una situación similar al poder político, al que no le cae nada simpático tener que dialogar con interlocutores tan incómodos como el MCC, porque los políticos están acostumbrados a sentarse con otros, como los empresarios sojeros o ganaderos que, justamente, son quienes pretenden las tierras campesinas”, explica el párroco.
Durante las audiencias del juicio, realizado la última semana, el Movimiento Campesino de Córdoba reivindicó el corte de alambres como “ejercicio legítimo del derecho a la tierra de las familias” y remarcó que desalambrar “no constituye delito en el marco que fue realizado”.
El mate caliente acentúa el calor, pero el cebador no se detiene. Es sábado a la tarde y una melodía de cuarteto comienza a hacerse escuchar desde una casa vecina. El cura sigue el ritmo con el pie y parece esperar la pregunta maldita:
–¿Qué sucede si la Justicia los condena?
Detiene el movimiento rítmico de su pie, deja el mate en el piso y busca entre sus dibujos un escrito. Extiende su brazo y comparte el papel. Es un comunicado del MCC, que en su parte superior resalta en color: “No es justo que las familias campesinas paguen con su tierra, con represión y persecución el negocio inmobiliario que se realiza con complicidad de funcionarios de la Justicia y del poder político”. Mira fijo a los ojos y nombra a los otros diez imputados, siete hombre y tres mujeres. “Estamos acusados por defender la vida campesina. Para algunos eso pareciera ser un delito”, denuncia y se produce un silencio incómodo, de esos que preceden una mala noticia. Pero el cura retoma la palabra, vuelve a reivindicar la organización de las familias y, por primera vez en la tarde, sonríe: “Ya no es una vergüenza llamarse campesino, es un orgullo que se grita y se canta, se pone en afiches y banderas. Ese es nuestro triunfo”.
*Fuente:
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-95316-2007-11-27.html
La cultura campesina*
*Por Alejandra Dandan
Nacido en Villa Dolores, y de familia religiosa, a los 15 años había leído la Biblia completa. Al terminar el secundario ingresó al seminario, leyó a los teóricos del Concilio Vaticano II y los teólogos argentinos del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Al mismo tiempo descubría a Borges, Fontanarrosa, Quino, Alberto Breccia, Marco Denevi, Arlt, Dostoievski y Tolstoi. Se ordenó cura en 1992. Vivió dos años en Cruz del Eje, otros dos en Villa Dolores y desde hace diez en Serrezuela.
Fue testigo, a fines del ’98, del nacimiento de la organización campesina, cuando las familias comenzaron a juntarse y pensar qué hacer para mejorar sus condiciones de vida. La radio parroquial y el hogar de chicos especiales que tiene la capilla fueron puntos de encuentro, debates y acciones. Primero fue un proyecto de atención primaria de salud, luego programas de radio y más tarde espacios de formación sociopolítica.
“Los campesinos padecen la ausencia de sistema sanitario, las dificultades de la producción, las desventajas de la comercialización de los productos campesinos en el mercado, la sequía y la injusta distribución del agua en la zona de riego.” Se detiene un segundo, piensa y continúa con la larga lista: “Carencia de energía eléctrica, emigración de los jóvenes, el desprecio de la cultura campesina por parte de los otros, los desalojos y la falta de acceso a la tierra”.
Aún recuerda su primer verano infernal en Serrezuela, las primeras mateadas con las familias rurales y los aprendizajes. “Los campesinos me dieron permiso para entrar en sus casas y en sus vidas. Así descubrí, junto a ellos, que para sobrevivir y vivir dignamente en una geografía y en una economía en extremo adversas hay que desarrollar una gran cultura. Y la campesina es una gran cultura, que valora la tierra y su historia, la gente y sus luchas.”
*Fuente:
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/95316-30135-2007-11-27.html
Verde Iceberg*
Cuando no se aburría el mundo
ni se empeñaba
con tanto festejo
y el recuerdo de la madre
el padre, el niño, la maestra de escuela y el amigo
era como una ofrenda diaria y natural
y la huerta, la chacra, la granja,
y la máquina de cocer
y el bordado
y la labor del soguero
y el orfebre
adornaban suficiente
una Fiesta Patria
un casamiento
o un cumpleaños de quince
o simplemente un baile
ahí
yo hubiera querido detenerme
entre cada promesa de sol
y el rocío
abandonando un amargo
por los dignos surcos
ahí
mientras el cielo
pedía brotes y frutos
y el mundo aceleraba su pulso
ante un tímido, respetuoso amor
y las ruinas de el Ser
habían quedado
en esa guerra lejana mas allá del océano.
*de Víctor Falco vittoriofa9@hotmail.com
Dime cómo hablas y te diré qué ideología tienes*
Las palabras, los símbolos y las metáforas que se usan definen tanto a los individuos como a las épocas. Y marcan, también, el ejercicio de poder que cada hablante hace al elegirlas.
*Por: Manuel Cruz
Fuente: FILOSOFO, DOCENTE UNIVERSIDAD DE BARCELONA METROPOLIS"
La enorme resonancia en el mundo entero de la desaparición en Portugal de la niña Madeleine McCann, especialmente a partir del momento en que sus padres pasaron a ser declarados oficialmente sospechosos, está dando lugar a comentarios de muy diverso tipo.
De entre todos ellos, quizá valga la pena llamar la atención sobre los que destacan que tanta insistencia, tanto presunto interés informativo potencian o estimulan lo que se acostumbra a denominar el morbo colectivo, expresión que tal vez merezca una pequeña reflexión.
La etimología de la palabra "morboso" no encierra mayores misterios: morboso es lo que causa enfermedad. Sin embargo, parece claro que, a pesar de ese origen tan concreto, el uso más extendido del término no es el literal sino el metafórico. Hablamos de que algo es morboso porque nos parece siniestro, sórdido, retorcido o vinculado con dimensiones oscuras (y negativas) del ser humano.
Era morbosa la delectación con la que mucha gente leía en mi país, España, hace algunas décadas unos populares semanarios denominados por aquí de sucesos o lo es la forma en que hoy las cadenas de televisión -tanto públicas como privadas, por cierto- emiten en horarios de máxima audiencia
programas dedicados a tratar esos mismos temas.
Las metáforas que terminan consolidándose -como ésta, desde luego- a menudo ocultan unos supuestos que, de explicitarlos, probablemente mucha gente no compartiría. Porque la idea de enfermedad tiene como contrapartida necesaria, como polo complementario de significado, la de salud, que queda de esta forma identificada con la norma (por eso una distinción paralela a la de morboso/saludable es la distinción normal/patológico). Pero qué contenido hayamos de atribuir a la salud está lejos de ser algo evidente por sí mismo.
En España durante el franquismo, resultaba habitual en los colegios religiosos que los curas se refirieran a los chicos que, además de estudiar, se dedicaban al deporte, dejando de lado perniciosas preocupaciones por el sexo, como chicos sanos. Los insanos eran los que, además de no estudiar, malgastaban su tiempo en un totum revolutum nefasto del que formaban parte, además de las mujeres, los billares, el tabaco, el baile y el alcohol.
Hoy, en cambio, incluso el padre o la madre de familia más conservadores se refieren, sin especial inquietud, a la obsesión de sus hijos adolescentes por los asuntos sexuales con frases displicentes del tipo "tiene la hormona desatada" o similares, y ni se les ocurriría calificarlos de morbosos por intentar liberar tanta energía contenida. Eso cuando no utilizan abiertamente la expresión sexualidad sana (frente a los curas de antaño, que hablaban, como mucho, de sexualidad ordenada: repárese en la diferencia, nada irrelevante).
Sin embargo, y por más paradójico que a primera vista pueda parecer, quizá este tipo de lenguajes suponga un cierto avance (al menos si lo comparamos con lenguajes anteriores, y con los supuestos que éstos deslizaban). En el fondo, hablar en términos tomados de la medicina implica ya utilizar un
lenguaje de connotaciones naturalistas que, por más que se refiera a dimensiones negativas, reconoce que todo lo nombrado es cosa que está en nosotros -que pertenece, digámoslo así, a la condición humana-.
Dicho a la inversa: no es nada diabólico, ni una fatalidad, ni viene asociado con forma alguna de mal absoluto. De tratarse de un mal, se trataría de un mal al que todos estamos expuestos. Precisamente porque es un mal que, en principio, habita en todos nosotros.
Como es obvio, esto, que sin duda marcaba una inflexión positiva en relación al imaginario colectivo precedente (teñido de pensamiento religioso), puede derivar en situaciones en la práctica tan indeseables como las anteriores.
Para que se me entienda: en principio constituye, ciertamente, un avance considerar que alguien no es un endemoniado, sino que simplemente está loco.
Y más avance aún es abandonar el término loco, y pasar a hablar de enfermo mental sin más. Pero si luego al supuesto enfermo mental se le interna en una clínica psiquiátrica como -en un ejemplo que alguien podrá considerar un tanto tremendista, pero que en todo caso fue absolutamente real- se hacía en la Unión Soviética de Stalin con cualquier disidente, habrá que convenir que el supuesto avance queda muy entredicho.
O, acudiendo a otro ejemplo, sólo en apariencia más light: por increíble que a los más jóvenes les pueda parecer, hubo un tiempo -tampoco tan lejano, a fin de cuentas- en que algunas gentes, con el aire de quien hace gala de tolerancia y amplitud de miras, gustaban de repetir, sentenciosos, un tópico que hoy nos pone los pelos de punta: "homosexuales los hay de dos tipos: por vicio y por enfermedad". La consecuencia que de tan liberal posición se seguía era que los afectados por semejante juicio debían recibir tratamientos diferenciados: había que enviar a los primeros a la cárcel (o, de momento, al calabozo), y a los segundos sólo a un hospital especializado (o, de momento, a que los viera el médico).
En definitiva, de nuevo se trata de aquello que decía Humpty Dumpty en Alicia en el país de las maravillas: la cuestión no es el significado de las palabras; lo realmente importante es saber quién manda. Y cómo ejerce su poder, claro.
*Manuel Cruz acaba de publicar "Cómo hacer cosas con recuerdos. Sobre la utilidad de la memoria y la conveniencia de rendir cuentas" (Katz editores).
*Fuente:
http://www.clarin.com/diario/2007/11/26/opinion/o-01901.htm
“Brzezina”*
Lapso entre los abedules
durante el cual
no seré casi de mi enfermedad
La veré recibirme a la primavera
alquilaré un piano, fumaré
permitiré que sin subterfugios el propio sol me entibie
arrojaré mis remedios a las gallinas
amortiguaré mi desgracia sobre la tangible
vida de una mujer
La veré despedirme a la primavera
seré velado por mi hermano
(quien recobrará entonces la sonrisa)
y enterrado.
*de Rolando Revagliatti. revadans@yahoo.com.ar
“BRZEZINA” (“El bosque de los abedules”), filme dirigido por Andrzej Wajda.
*
Queridas amigas, queridos amigos:
El domingo 25 de noviembre del 2007 presentaremos en la Radiofabrik Salzburg
(107.5 FM), entre las 19:06 y las 20:00 horas (hora de Austria!), en nuestro programa bilingüe Poesía y Música Latinoamericana, música del compositor venezolano Andrés Levell. Las poesías que leeremos pertenecen a Óscar Ángel Agú (Argentina) y la música de fondo será de Wayanay (Andes). ¡Les deseamos una feliz audición!
ATENCIÓN: El programa Poesía y Música Latinoamericana se puede escuchar online en el sitio www.radiofabrik.at
(Link MP3 Live-Stream. Se requiere el programa Winamp, el cual se puede bajar gratis de internet)!!!! Tengan por favor en cuenta la diferencia horaria con Austria!!!!
REPETICIÓN: ¡La audición del programa Poesía y Música Latinoamericana se repite todos los jueves entre las 10:06 y las 11:00 horas (de Austria!), en la Radiofabrik de Salzburgo!
Cordial saludo!
YAGE, Verein für lat. Kunst, Wissenschaft und Kultur.
www.euroyage.com
Schießstattstr. 44
A-5020 Salzburg AUSTRIA
Tel. + Fax: 0043 662 825067
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viernes, noviembre 23, 2007
DEL NO TOLERAR VACÍOS...
El Amor que te Tengo Guardado*
¿Cómo atrapar tu voz en frascos reciclables
Solo por el gusto de cuidar el ambiente?
¿Y cómo no aprisionar al mismo tiempo tu andar alegre
Por el simple gusto de verte correr?
Si me preguntas,
Diré que no lo sé…
Pero si me regalas tan solo un poco:
Haré con ello mi propio viento.
Escuchando tu risa mezclada con el motor
De camiones que pasan,
Y escuchando que tus palabras avanzan de prisa
Me pregunto si esto también dañará la Capa de Ozono
(uno debe andar con cuidado,
con esto del calentamiento global).
Si nos obligan a sobre-explotar nuestros recursos,
Por el simple hecho de poder competir adecuadamente
En el Mercado Mundial.
Me pregunto ahora:
¿De qué sería capaz si tuviera un poco más
Que tu voz secuenciada por medio de Polimerasas?
Mi amor así es un poco Transgénico,
También un poco inflamable y ligeramente tóxico…
Y si se va de pesca con redes de arrastre,
No suele ser "Amigo del delfín".
Todo sea por explotar tu voz al máximo,
Para que solo sea monopolio de mí.
Así es esto de las transnacionales:
O compites, o te dejas morir.
Pero cuando tu voz sale
Del correo que me enviaste,
Debo hacerla crecer por todos los medios,
Aún cuando estos sean
Mis medios de producción privada,
Pero pronto verás tu voz de regreso:
Importada,
Sin conservadores y con vitamina C;
Con un valor agregado,
Y tras haber sido producto
De horas mal pagadas a los obreros.
Y habré de escribir:
Producto de alta calidad,
Nuevo en el Mercado.
Contenido neto:
Tu voz enlatada,
Sin fecha de caducidad.
*de hugo ivan cruz rosas. quetzal.hi(arroba)gmail.com
... Porque no solo de Pan Vive el Hombre... Sino de Sueños y Esperanzas...
DEL NO TOLERAR VACÍOS...
Viernes, 23 de Noviembre de 2007
Guardar y tirar*
*Por Sandra Russo
Creo que era Carmen la que estaba hablando sobre un texto, decía algo sobre raspar el fondo de la olla, y ahí saltó Rodolfo, que tiene 22 años y ya es sociólogo, y gritó: "¡Sí, eso cambió! ¡Nosotros no soportamos los culitos de las botellas de Coca!". Lo que siguió fue una sucesión de asociaciones entre
todos, como si algo se nos hubiese revelado, y eso pasa cuando se descubre algo que es percibido colateralmente y no ha sido nombrado.
Esta vez el tema sería: ¿qué pasó entre aquellos hijos de inmigrantes polacos que habían adquirido el hábito y el gusto de masticar la grasa de la carne, marcados genealógicamente por el frío y el hambre, y estos consumidores ávidos de un primer trago y un primer bocado, estos aparentes hijos de la abundancia urbana, o acaso habría que invertir los términos y decir estos hijos de la aparente abundancia urbana? Creo que valen las dos expresiones.
Lo de los inmigrantes polacos es un ejemplo fuerte de aquella vieja inercia de conservar, almacenar y resistir. Esos tres verbos ejemplifican bastante bien la actitud de la gente en épocas de hambrunas o pestes. La Segunda Guerra fue una de esas pestes. Y aquellos que vinieron para acá pero que allá habían experimentado lo que se siente cuando hasta el pan se trafica, trajeron con ellos esa actitud. Conservar, almacenar, resistir.
Raspar el fondo de la olla. Masticar hasta la grasa. Ponerles cueritos a los pulóveres y rodilleras a los pantalones. Destejer algo para volver a tejer otra cosa. Cortar los envases de dentífrico, mayonesa, crema hidratante con tijera, cortarlos por el extremo opuesto a los picos, para arrasar con el dedo con absolutamente todo lo que resta. Guardar el papel de aluminio de la manteca para untar con su cara interna una olla. Emparchar. Buscarle el repuesto al tocadiscos. Mandar a arreglar el reloj. Llevar a la modista un vestido para que lo reforme. En fin. Aquella actitud.
Como todo el mundo que vive con o sin adolescentes, cada tanto abro la heladera y veo un par de botellas de Coca-Cola casi vacías. A veces no están ni siquiera tan vacías. Pero hay otra recién abierta. Abrir un envase es una actitud históricamente reciente. Podría decirse que como sujetos históricos somos abridores de envases. Porque no sólo consumimos gaseosas o mayonesa, ésa que descartamos cuando en el envase va quedando menos de la mitad y el borde se empieza a poner duro. También somos abridores de envases culturales, de envases políticos y de envases éticos. La vida nos llega envasada. La vida de la sociedad de mercado nos empuja a consumir ideas seriadas que en la serie encuentran su peso: a eso se le llama opinión pública o "termómetro del ambiente".
No hay caso. El dentífrico se seca. Las tapitas modernas cierran perfectamente unos días. Después, irremediable, fatalmente, quedan abiertas.
Y el dentífrico se seca. Arrasamos con él. O desearíamos arrasar. Con el poder adquisitivo necesario para vivir como degustadores de primeros tragos y primeros bocados, pero incluso sin él, está instalado en nuestras subjetividades el deseo de abrir envases. Está la inercia, al menos. Porque el deseo de consumo es un deseo de segunda clase. No puede ser un deseo profundo. No puede serlo en tanto no sale del fondo oscuro de nosotros, sino todo lo contrario: nos es lanzado como una flecha, o como una descarga eléctrica infinitesimal y continua. El malestar posmoderno deviene, acaso, de la maldición de abrir envases y no tolerar verlos vacíos.
*Fuente: Página/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-95092-2007-11-23.html
En una sala de espera*
Voy al cardiólogo, tranquilo, ya aprendí a leer los resultados de los análisis de colesterol y el electrocardiograma.
Sé que me repetirá la necesidad de dejar el cigarrillo, pero como él también es fumador no tiene demasiada autoridad para exigirlo.
LLueve, la luces de la calle se encienden, pero la secretaria del doctor salió de la sala de espera, y una penumbra se asienta sobre los anodinos sillones, la mesa ratona y las revistas de hace dos o tres años. El paisaje inglés de la pared de enfrente casi ni se distingue.
Reparo en la pareja que, sentada a mi derecha, espera su turno. ¿Él o ella?
Como sea, comienzan a besarse, entrelazan sus manos. Me siento algo incómodo. Ellos siguen, cada vez mas lanzados, la mano de él levanta la blusa y busca el pecho de ella. Trato de no mirar, pero es inútil. Ella se suelta el pelo, lo tiene realmente largo, abundante, se derrama sobre el torso del hombre, quién, de repente, la toma por la cintura y con un sorprendente movimiento la sienta sobre sus piernas.
Cada vez mas inquieto, me levanto y miro por la ventana. Es peor, el reflejo insinúa aún más la situación. Sus movimientos se aceleran. Abro la puerta y me lanzo hacia la lluvia, antes de cerrar creo distinguir la figura de ella de rodillas.
Me prometo no volver al cardiólogo, si pude soportar esta situación, mi corazón no me dará problemas por un tiempo.
*De Udi. udi.cuatro.catorce@gmail.com
Viernes, 23 de Noviembre de 2007
Fragmentarios 73*
*Por Mario Alberto Perone
A Miriam Cairo
Sra. "Intentadora Tenaz": Cumplo en comunicarle que he leído con cierta preocupación su carta a mi persona y me siento en la obligación de hacerle conocer mis reparos (respetuosos, claro está) a algunos de sus párrafos, con los que no he podido menos que disentir. En efecto, desde mi punto de vista, no hay guías de autoayuda. Pertenecemos a un país en el que, gracias al buen criterio de nuestros gobernantes, esos así llamados "libros" han sido desterrados de todas las librerías y de todas las bibliotecas públicas y privadas. En adelante, nos han dejado solos y desnudos y no tenemos más opciones que ayudarnos unos a otros, tarea difícil sin duda alguna, y hasta casi imposible. Luego paso a recordarle que el despertar escapa a nuestro control, y más aún, la posibilidad de operar en sus condiciones. Mucho se puede elegir en esta vida, pero no eso. Es ocioso pensar en la longitud extrema del día, cosa que ya está calculada por nuestros astrónomos, físicos, videntes y pitonisas varias, con una precisión bastante aceptable, es decir, que todos los días son iguales a sí mismos menos uno, que no es igual a ningún otro. Por otra parte, no alcanzo a comprender qué tienen que ver el hecho banal de revolver el café con revolver el alma, siendo la primera proposición cosa harto concreta y la segunda totalmente abstracta y desconocida, según he leído en un magnífico manual de autoayuda que consulto cada vez que lo considero necesario y al que debo la suma de mis conocimientos. ¿Cómo se evita la lectura de un jeroglífico? ¿No será porque, precisamente, es oscuro? Y agrego que yo preferiría acercarme a las especies (léase homos) bien parecidos y desdeñar los otros. Me permito aconsejarle que tenga cuidado con el "Zoloft": son mayores sus daños colaterales que el efecto benéfico que dicen posee esa droga. Paso a recomendarle el "MagnaVox" que viene en envases de 100 mg. por 50 comprimidos. Aunque, desde otro ángulo, me pregunto de qué vale despertar. No es mucho lo que puede lograrse en estado de vigilia permanente. ¡No es su caso, válgame Dios! Daría lo que fuese por ser la autora de alguno de sus "Tembladerales" pero están fuera de mis modestos alcances. En este momento, me pierdo, porque no sé a quién estoy hablando, si a Usted, "Intentadora Tenaz" o a Usted, Miriam Cairo, madre de la anterior criatura, un tanto desventurada por cierto. Sé que no son pocos los que disfrutan de esas páginas cargadas de una íntima belleza, lo que me produce una especie de celos porque mis modestos "Fragmentarios" (que no son míos sino de un amigo que se avergüenza de ellos, y por lo tanto me los apropio) casi no son dignos de alguna rápida lectura y un pronto reemplazo por cualquier nota de deportes o modas del momento. No concuerdo con usted en cuanto a los restos fósiles de la última esperanza. Yo los guardo prolijamente, aunque todavía no haya resuelto qué hacer con ellos. En el bar (¿casi una casa, verdad?) yo soy la mutilada repetición de mí misma, y la horma casi no ha cambiado en la última década, o si algo ha cambiado, siempre ha sido para peor. No podría ayudarla, señora "Intentadora Tenaz" a abrir los ojos en la oscuridad a no ser que duplique usted la dosis de "MagnaVox" que le sugerí antes. Y creo que es lógico que en la oscuridad ya no haya oportunidad de ver casi nada, aunque lo mismo pase a plena luz del día. Me despido de Ud. con el debido respeto.
La "Teóloga Despeinada"
Sra. "Teóloga Despeinada":
Lamento haber errado el tratamiento. Tal vez no he sido lo explícita que el caso requería. Vuelvo, a los tropiezos, con lo anterior: las mentes brillantes deben estar siempre dormidas. Despertar es una pérdida de tiempo y de energía. Muchas de las mejores páginas han sido elaboradas en los más recónditos meandros de los sueños. La experiencia me ha enseñado que la lucidez es peligrosa. Baste como ejemplo las calamidades a las que somos sometidos desde la lucidez extrema de los gobernantes de todas las épocas y en todo el planeta. Nadie podría calcular la felicidad que tendríamos si ellos estuviesen siempre dormidos. Disiento con Ud. querida señora en lo siguiente:yo no he sido creada con alevosía, sino con alevosía y ensañamiento, lo que da a mi existencia un esplendor agrio, que infructuosamente trato de transmitir a quien sea. Y en ?cuanto a lo de impedir que amanezca, me basta con cerrar los ojos y ya está. Un breve parpadeo, y el Universo no existe.
La "Intentadora Tenaz"
"Camarada Lector":
Yo estoy siempre dispuesto a ser malinterpretado. Es más, hago lo posible para que eso suceda todo el tiempo. Ser bien interpretado es un tanto aburrido, porque significa cierta equivalencia entre el intérprete y su interpretador. El malinterpretado va con su desventura a cuestas, y despierta a los otros, aunque ya estén despiertos. Como lector, ya elegí el tono que me distingue: si es auditivo, un CD de Bill Evans, si es visual, los grises de Francis Bacon. Como recién llegado, ignoro cómo se vería un escenario pintado por Kandinsky. He visto sus obras y puedo decir que he quedado fuera de ellas para siempre. O son todas iguales, lo que es grave, o son todas diferentes, lo que es más grave aún. Por otra parte, no he logrado desarticularme nunca, ni descomponerme ni desinflar mi sabiduría simplemente porque no existe y tampoco hacer nada al respecto de mis antiguas convicciones, porque simplemente las he olvidado. Concuerdo con eso de que la libre interpretación está garantizada, aunque no me disgustaría un porcentaje de rigor de vez en cuando. No veo la hora de que llegue la Teóloga Despeinada con sus canapés y sus versos, que escucharé con atención, por más difíciles que fueren. Desde ya estoy viendo el descalabro de la princesa que cree ser, y no creo que haya en sus gestos la menor pizca de candor.
"El Anunciador Invisible."
Sr. "Anunciador Invisible":
Lejos estamos de husmear con el hocico de la noche desde nuestras ventanas. Los textos buscan sus propios puntos, apenas se los suelta. No está bien que señalemos nada con el dedo. Hay otros modos de hacerlo, y ud. como varón (se supone que lo es) sabrá utilizar otras partes de su anatomía. La esencia de leer no lleva ningún sello de ninguna confabulación. Es más, no tengo la menor idea del significado de "esencia de leer". Mucho me temo que las sutilezas literarias se me escapan ominosamente. Sí me han llegado y hondamente, los párrafos referidos a una respuesta impecable: "ocultas permanecen también, entre las palabras, las atroces membranas del silencio". Ojalá yo supiera qué significa esa frase para nosotras. Moriremos ignorándolo. Cuando leo páginas como "Tembladeral" quedamos suspendidas de nuestras propias voces y vemos, claramente, "magnolias teñidas de amarillo". Esta es nuestra respuesta, escasa en sus alcances, inmensa en nuestra admiración.
"Las Noctámbulas Translúcidas"
*Fuente: Rosario-12
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/14-11244-2007-11-23.html
You're one hot mummy*
*Por Luciana Peker
Tenía 15 años cuando el tren emprendió un viaje que me llevaba mucho más lejos que a Rosario. Aunque, ahí, en esa parada estuviera Pablo. Y aunque en la mochila estuviera el guardapolvo y la odisea de decir que iba a Gualeguaychú, a lo de una amiga. El viaje fue más lejos. A mis 15 -que ya fueron hace más de otros 15- el sexo ya era presión. Ya me habían dicho -en mi primera vez- que el sexo era ese ir y venir en donde no se debía hablar sino era para repetir vocales. Sin levantar la mano, pero con el miedo de lo
indebido en el momento de los enredos, le dije que me estaba haciendo pis.
Se lo dije para irme o, justamente, para no irme. Me acuerdo, cada vez más, de Pablo diciéndome "meate" -y no ordenándomelo o frenándome- sino abrazándome para ahorrarme las vergüenzas, para levantarme las barreras, para desalinear el cuerpo de los deberes y dejarme suelta, pero apretujada,
como cuando en un rock el cuerpo gira con la libertad de fluir y la confianza de la mano agarrada. Esa fue mi primera vez -no la de los otros- y la metáfora que elijo para definir la sexualidad que me gustaría elegir: enlazada y libre, sin ataduras morales pero tampoco de manuales, que hoy son mucho más penetrantes -en el plano íntimo, no el público, en donde es al revés- que los discursos conservadores.
"You're one hot mummy", decía, en inglés, supongo que porque el inglés parece más sexy, igual que la palabra sexy, la propuesta de la zona femenina del Festival de Cine Erótico de Buenos Aires (que se realizó en Costa Salguero del 15 al 18 de noviembre) y que incitaba a las mujeres que -como yo- hemos sido madres a que también seamos mujeres calientes (¿vieron que en castellano es más fuerte?). "El taller está dirigido a que puedan redescubrir su sensualidad sin perder de vista su rol de mamá", ofrecía el taller de corte (de mamaderas) y confección (de portaligas).
No quiero despreciar de plano el tendal de consejos para mujeres -las clases de striptease, las reuniones de tuppersex, que venden consoladores como antes se vendían ollas Essen, y las clases de Erotic SOS que también se ofrecían en el Festival- porque, tal vez, a alguien, o algo, sirve. Si el sexo es placer, la mirada abierta, las ganas de aprender, la sed de probar son parte de un camino que puede hacer del cuerpo un paladar deseante. Pero ése es, justamente, el punto G del sexo: el deseo y no -¡no!- el deber.
Mientras que la maternidad es un huracán que, muchas veces, suele abrazar al nuevo bebé con tanta intensidad que no hay lugar para la arrasadora entrega del sexo y el parto, también, deja al cuerpo partido, ganado, desbordado y con más necesidad de caricias que de vibradoras braguitas para levantar el sex appeal. Por un tiempo. Por eso, también es cierto que estimular una maternidad deseante es un nuevo -e interesante- paradigma. Sin embargo, la necesidad y densidad de clases, posgrados, doctorados y disneylandias sexuales para aprender a dar la vuelta en la montaña rusa del cuerpo me parecen más aterradoras que libertarias. Bah, me dan ganas de volver a viajar en tren y que el sexo se re-descubra como un viaje sin paradas fijas, sin destinos a los que llegar, ni boletos que pagar. Como un viaje en donde la gracia es el viaje y dejarse viajar. Con abrazos y palabras (que, a veces, en castellano, también calientan más). Y sueltan más que vocales.
*Fuente:
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-3734-2007-11-23.html
Correo:
Hablando de geriatricos*
"GERIATRICO ABIERTO: UNA POSIBILIDAD EMPRESARIO-ASISTENCIAL"
*Por el Lic. Alfredo Armando AGUIRRE
Una de nuestras principales preocupaciones sobre las cuestiones argentinas, estriba en el ya
inveterado desequilibrio demográfico del país. El presente desarrollo apunta a poner a consideración
pública, una iniciativa que puede constituir a aporte concreto, para insuflar actividad a muchos puntos de nuestro sufrido interior argentino. Para lo que se nos ocurre, he ido tomando algunos antecedentes, porque cuando uno se dedica al estudio de las cuestiones sociales, se encuentran que felizmente alguien antes que uno, se dedico a estudiar temas que son similares, porque las necesidades humanas esenciales no varían desde que hay animales racionales (esto es hombres) sobre este Planeta.
Lo primero que se nos apareció cronológicamente fue el concepto de "correccional abierto", en el
ámbito carcelario. Luego tomamos conocimiento del concepto de hospital de día, idea emparentada, con una experiencia que se hizo en Italia, de permitir a los enfermos deambular por la ciudad del respectivo
hospital.
Mas tarde, nos enteramos de la experiencia japonesa de "exportar sus ancianos", asunto que expresado sin mas aditamentos, puede llegar a sonar discordante, pero que resulta explicable en países donde no hay espacio físico para poner a la gente (o sea exactamente lo contrario de lo que sucede en el
nuestro).
Antes de asimilar estos conceptos, ya contábamos con nuestros estudios y vivencias, sobre el despoblamiento de muchos puntos del interior argentino. Y cuando escribo "despoblamiento", no me
estoy refiriendo, a lugares que nunca estuvieron poblados, sino a cientos, tal vez miles de
poblaciones, que hasta hace alrededor de cuatro décadas, tenían algún volumen de población, y
que luego, por la conjunción de ciertas innovaciones tecnológicas, por la progresiva desactivación del transporte ferroviario de pasajeros y por el encandilamiento que producían "las luces del centro", fueron siendo abandonados por sus pobladores, dejando en ellos, muchos esfuerzos públicos y privados
de generaciones, que no se pudieron llevar acuestas.
Tal vez la gente que no viva en las metrópolis argentinas, tenga noticias pero no tenga vivencias
directas, del destino que van teniendo la mayoría de nuestros ancianos que viven en ellas. Es cada vez mas creciente, la magnitud de ancianos que terminan sus días, en lo que se conoce como"geriátricos". Si la calidad de vida en las áreas metropolitanas argentinas, esta desquiciada y ese cuadro es a nuestro juicio irreversible, ese deterioro de la calidad de vida alcanza a nuestros abuelos metropolitanos, y campea también en los geriátricos, aún en el mejor de ellos. Frente a estos cuadros de los que tenemos conocimientos y vivencias directas, y por que negarlo, pensado en ese inexorable futuro, que nos tocará también a nosotros o a nuestros amigos, han surgido estas líneas que me adelanto a decir que distan de estar elaboradas en plenitud, y son una invitación a la perfección y/o a la rectificación.
Napoleon, sostenia que un ejemplo suele aclararlo todo.
En eltema que nos ocupa, tomaríamos el caso de uno de los tantos poblados que existen en lo que se conoce como la Pampa Húmeda. Cuando uno sale de los centros principales o cabeceras de Partido (en el caso de la Provincia de Buenos aires), se encuentra con pueblos casi abandonados. En ellos quedan vestigios de su pasado esplendor, casas grandes de las que se hacían antes, que bien se pueden "reciclar". Así, dos o tres casas grandes se podrían habilitar para que vivan los abuelos, otra para que viva por ejemplo un matrimonio de médicos jóvenes y otra para enfermeros o personal de servicio. La plaza del pueblo, la escuela, el club generalmente subutilizado, y todo el ámbito del pueblo, sería el ámbito para que los abuelos realicen actividades, obviamente programadas, incluida la
laborterapia productiva, que formaba parte de Los Derechos de la Ancianidad, proclamados en 1948. Esta actividad daría lugar a que se habilitaran pequeños albergues para los familiares que los vayan a visitar.
Por suerte, hoy hay telediscado en todos los pueblos, y las antenas parabólicas, conectan con el mundo y
actualizan. Todo este panorama, que ya existe, puede resumirse en la calidad de vida, que tienen estos
pueblos casi "fantasmas", y que es el principal argumento, para dar una etapa feliz a nuestros abuelos metropolitanos. No hay que ser un sesudo economista, para caer en cuenta que en un pueblo casi
"muerto", la instalación de este tipo de geriátricos "abiertos", generaría una interesante actividad comercial y generaría autenticas posiciones laborales. En un trabajo que hemos realizado recientemente, hemos puesto énfasis en que en la Argentina de nuestros días, el único tipo de habitante, que puede desplazarse o migrar por el territorio, con un ingreso y su consecuente obra social, es el jubilado o pensionado. Vale acotar que a nivel nacional hay 4.000.000 (cuatroMillones) de jubilados y pensionados. Es decir que cada jubilado y/o pensionado llevaría a estos geriátricos abiertos, con su correspondiente jubilación o pensión y su obra social (en este caso PAMI).Y aunque como todos sabemos, los montos son magros; también sabemos que rinden mas en un pueblo chico que en uno grande, y que esto se potencia con prácticas de Economía Domestica, como laborterapia productiva.
Desde ya, esta idea la propongo para que se desarrolle privadamente y desconcentradamente. Es obvio, dado el papel que el Estado tiene en materia de seguridad social y en obra Social para la ancianidad, que alguna ingerencia, ha de tener, cuanto menor mejor.
La idea esta planteada, obviamente es perfectible.
Podrá sonar utópica, y tal vez lo sea. Alguien podrá argumentar que los abuelos no querrán desplazarse. Nos parece que este tipo de emprendimiento es voluntario. Y nos parece que frente al deterioro irreversible de la calidad de vida de las Áreas metropolitanas del país y particularmente la porteña, deterioro que alcanza a los geriátricos de esas áreas, esta puede ser una de esas ideas, que aun teniendo mucho de utopía, puede proporcionar beneficios a todos los que se involucren voluntariamente en ella.
NOTA: PUBLICADO EN "LA REFORMA" DE GENERAL PICO, PROVINCIA DE LA PAMPA, ARGENTINA Num. 22.632, DEL 8 DE FEBRERO DE 1994
*Alfredo Armando Aguirre. choloar@rocketmail.com
Página personal: http://choloar.tripod.com/choloar.html
*
Queridas amigas, queridos amigos:
El domingo 25 de noviembre del 2007 presentaremos en la Radiofabrik Salzburg
(107.5 FM), entre las 19:06 y las 20:00 horas (hora de Austria!), en nuestro programa bilingüe Poesía y Música Latinoamericana, música del compositor venezolano Andrés Levell. Las poesías que leeremos pertenecen a Óscar Ángel Agú (Argentina) y la música de fondo será de Wayanay (Andes). ¡Les deseamos una feliz audición!
ATENCIÓN: El programa Poesía y Música Latinoamericana se puede escuchar online en el sitio www.radiofabrik.at
(Link MP3 Live-Stream. Se requiere el programa Winamp, el cual se puede bajar gratis de internet)!!!! Tengan por favor en cuenta la diferencia horaria con Austria!!!!
REPETICIÓN: ¡La audición del programa Poesía y Música Latinoamericana se repite todos los jueves entre las 10:06 y las 11:00 horas (de Austria!), en la Radiofabrik de Salzburgo!
Cordial saludo!
YAGE, Verein für lat. Kunst, Wissenschaft und Kultur.
www.euroyage.com
Schießstattstr. 44
A-5020 Salzburg AUSTRIA
Tel. + Fax: 0043 662 825067
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