-Foto familiar,
circa 1929.
PEDACITOS EN VIAJE…
-Textos de Eduardo Coiro & Urbano Powell
*
Cerca de la
estación de trenes, en terrenos aledaños a las vías alguien guarda un barco
tapado por partes con nylon, es del tamaño de un bote de los que utilizan
pescadores artesanales que salen a alta mar. Cada vez que paso rumbo a la
estación del tren lo veo. Trato de imaginar como llegó hasta ahí.
Cada vez
que paso y veo ese barco me encuentro con la misma perplejidad de cuando trato
de explicarme como llegue hasta aquí, desde que naufragio, intentando vivir
*
Es la
medianoche. Han apagado las luces del vagón para que la gente duerma.
Afuera hay luna
plena y un cielo estrellado que ilumina el interior del vagón, dibuja formas
extrañas según ingresan las sombras de los árboles altos que bordean cada tanto
el recorrido. El hombre lee a Saramago gracias a una débil luz individual.
Encuentra una frase que lo sacude: "La culpa es un lobo que se come al
hijo después de haber devorado al padre".
Piensa en su
padre, nacido en un hogar campesino en la Italia de 1923. Ese sueño que lo
sacudió ya anciano: los lobos se comían a sus ovejas y él no podía hacer nada
para evitarlo. Así se despertó, de esa cara de espanto de su padre, el hombre
no se olvida. Piensa en su padre, en él, en sus hijos. En otros padres con sus
hijos. Todos acechados y finalmente devorados por la culpa. El espanto no lo
deja dormir.
En los sueños de
muchos hay aullidos.
*
Dos novios se
dan un beso en el andén. La chica sube al tren.
Beatriz vuelve
a decirle "cuando la gente se quiere ver, se ve".
Fue la
despedida y ocurrió cuando ese hombre que mira era un adolescente de la edad
del chico que quedo allí, parado en el andén, viéndola partir.
*
Después de
kilómetros de viaje, con su nariz cerrada por el resfrío, el hombre percibe
como se abre paso lentamente un aroma a sopa de vegetales.
Un olor a hogar
inunda el aire quieto de su habitación.
Ahora puede
respirar bastante mejor que en los días anteriores. Se abren sus sentidos; Ese
gusto a sopa le trae la voz lejana de su compañera cantando en la cocina…
“Who can buy this wonderfull morning?”
“Who can buy this morning to me?”
Desde su voz
vuelve a oír el ritmo espontáneo del cuchillo cortando sobre la tabla de
madera.
Pedacitos y
pedacitos que fueron aroma y alimento.
Con la cama
bañada en sol, el hombre abre sus pulmones y los llena del aire a sopa que
flota en la habitación…
“Who can buy this wonderfull morning?”
“Who can buy this morning to me?”
Tiene razón.
Nadie puede comprarle esta maravillosa mañana, cuando recibió como un golpe
benigno del recuerdo ese aroma y esa voz.
*
En el cajón de
las fotos sin presente hay una carta escrita a letra cursiva en italiano sobre
el papel liviano que se usaba para correo internacional. Pudo traducir apenas
el núcleo del mensaje "murió nuestra princesa" pues esta ilegible por
partes. ¿Salió llorada desde Paterno Di Lucania? ¿Su padre la lloró al
recibirla?
*
Tokio norte.
La anciana
viene por la calle empujando un changuito de supermercado. Levanta la cortina.
Cuando entra saca del changuito a un perrito de tres patas. Adentro la
espera como único habitante visible un gato negro echado sobre una mesa de
billar.
En el frío de
los techos altos unos fantasmas que resisten irse pueden ver como la pequeña
anciana cumple todas las mañanas con la secuencia de un ritual los pasos
necesarios para abrir ese espacio de nostalgia que tiene la escenografía de un
bar con billares.
*
El tren se
detendrá pocos minutos. El hombre baja a estirar las piernas.
Cuando volvió a
funcionar el tren -se entera en el andén- no había nada fuera de la estación y
unos pocos habitantes. Al poco tiempo construyeron una enorme iglesia, que
ocupa una manzana completa. La estación tiene su publicidad en una enorme
cartelera: "Pare aquí de sufrir", mas abajo se leen horarios de culto
para la semana.
El hombre abre
una pequeña agenda y anota, espero no necesitarlo -se dice- pero por las dudas
se lleva anotado:
"Reunión
de los casos imposibles. Domingos 18 horas."
*
En el andén una
gitana lee las manos de los recién llegados que la aceptan.
"Cuídese
de la gente que no da nada... y mas aun de los que viven colgados del cuerpo de
los otros" -le dice al joven que fui y prometió no olvidarlo.
*
Un hombre viejo
vivía en un vagón abandonado que originalmente fue del ferrocarril Santa Fe.
Su hogar y
lugar de trabajo era una carbonería que quedaba a 200 metros de la estación
terminal del tren de trocha angosta. Fue ferroviario.
Fue testigo de
años de historia ferroviaria:
"Entre de
pibe, era auxiliar de instalaciones, creo que fue en 1952, un poco antes de la
muerte de Evita. Y estaba cuando cerraron el taller, cargaron todo en vagones:
máquinas, locomotoras, herramientas, todas apiladas como chatarras, había una
máquina que permitía girar y agujerear en 360 grados, hermosa, una belleza, se
llevaron todo y nunca supimos adonde".
-Decía mientras
pesaba leña de quebracho en “La Mulatiere”- Una balanza que se usaba para
pesar carros. Puede pesar de un gramo a 30 toneladas. Se lee en letras de
hierro un nombre que expresa la lejanía de quien la fabricó:
B. TRAYVOU
CONSTRUCTEUR.
Durante años
fue juntando como un ciruja los objetos ferroviarios que se tiraban a la calle
cuando se cerraban ramales y se vaciaban edificios enteros.
-Quiero hacer
un museo en la estación de Berra donde vive mi familia.
¿La estación
que preservo su familia como casa llegará alguna vez a ser un museo
ferroviario?
¿Será cumplido
el sueño de Don Tito?
*
Viaja sin
respuestas por la vida. El psicólogo que le vuelve a preguntar:
¿Cómo llegaste
hasta acá? ¿Cómo?
Y él sin
respuesta. Ni siquiera para contestar con una ironía: "en el tren de las
10.40 hs"
*
Le dejó su
tarjeta, un modo de dejar su nombre en el recuerdo de otro, en este caso del
joven vecino de asiento que ocupaba la ventanilla y que desistió de la
indiferencia para conversar. El hombre de la tarjeta tiene 75 años y viaja a
recibir su título universitario. Con glaucoma y cataratas a cuestas ha logrado
aprobar todas las materias y llegar al mismo título que no pudo lograr su hija,
detenida desaparecida por la dictadura. Ese compañero circunstancial de viaje
encuentra años después la tarjeta entre papeles apilados y la lee: Alberto
Ramón Acosta. Fotógrafo Acosta.
*
¿La vida es
frágil o fuerte?
En el tren estaba
sentado al lado de un muchacho que leía “Adiós a la filosofía” de Cioran.
Miré de reojos
el texto y leí la palabra “escupitajos”
Cuando baje
camine unas cuadras y entre a una librería con la curiosidad del libro. Me
atendió una anciana muy vital que echaba chispas desde unos ojos muy claros.
Parecía la
dueña y protestaba sobre alguien de su familia, un empleado le prestaba cierta
escucha mientras acomodaba unos libros en los estantes mas altos.
La situación me
desubico –creo- porque en vez de preguntar por el libro de Cioran le pregunte
¿La vida es frágil o fuerte?
La anciana bajó
desde aquella nube donde expresaba sus problemas familiares y se dispuso a una
respuesta:
Soy catalana. A
los 14 años por una enfermedad estuve en coma por 4 días. A mi madre le dijeron
que no podría hacer el equilibrio necesario para caminar.
Y la pobre
quería dejarme en cama. Pero yo no me quede. Me levante, me caí y me desmaye.
Luego conseguí andar en patines, me caía y me volvía a levantar.
“Me caigo y me
levanto” decía una y otra vez.
Vivíamos en una
chacha en Entre Ríos, al poco tiempo anduve a caballo.
Y seguí andando
a caballo hasta unos años atrás. Tire todo lo que me sujetaba.
Tuve hijos. 7
nietos. Y aquí estoy.
Pero le costo
la vida a mi madre.
Ella que me
veía tan frágil se murió a los 53 años.
La felicite. Me
fui pensando que la vida es frágil y fuerte a la vez.
*
Miró la
ventanilla. Por instantes era verse en un espejo.
Y pudo ver, no
la extensión de la llanura. Sino la profundidad del desamparo en su mirada.
*
En la memoria
de su madre siguen inamovibles lo vivido en la casa de sus abuelos.
Otras cosas
deben haber desaparecido para siempre…
Pero el cabo
Chitrangula sigue entrando desde las vías a los fondos del terreno para robar
gallinas y el viejo Nicola Zucca -su abuelo-, sigue disparando una
perdigonada que ilumina la noche.
-No dispare don
Zucca.. soy yo, Chitrangula, -se animó a decir el cabo.
El resto de la
historia vuelve a la oscuridad.
*
Había una vez
un hombre que perdió el coraje para escribir como le saliera.
Con faltas de
ortografía o, lo que le parecía peor aun: sin coherencia.
Así lo había
soñado tres años atrás.
"Me quede
sin palabras"
Desde aquel
momento temió el efecto, la pesada materialidad que la humanidad le otorga a
los mensajes encriptados en los sueños.
En algún viaje
leyó la frase de Alejandra Pizarnik. "escribo para que no suceda lo que
temo"
La hizo suya.
Se forzó, una y otra vez a seguir con garabatos en cuadernos y anotadores, se
repitió en sus temas, siguió luchando para que no lo ahogara el silencio.
*
1
Mi padre viene
viajando.
Salió il Giugno
30 del puerto de Nápoles.
Atrás hay un
viaje en tren "la letorina". Adelante el mar como horizonte. Un
puerto y la promesa de vivir en Argentina.
El pasaporte
con esa foto de una expresión tan parecida a Paul Newman dice que llegó il Luglio
21.
Sin embargo
creo que sigue viajando. Que el Sebastiano Caboto todavía no hizo escala en Río
de Janeiro.
..."La voz
del padre llega muchos años después" - Oigo decir al amigo mientras
volvemos en tren.
-Hay días.
Momentos en que necesito que llegue, aún 60 años después.
2
Tanto desear
“cómo quisiera que mi viejo estuviera aquí, aunque sea por unas horas”, que ese
día mi Padre llegó.
En el día de su
cumpleaños número 90 lo vi doblar desde la esquina con su bastón artesanal.
Estaba bajando
las nueces más altas con un largo palo armado para la ocasión. Cosechar las
últimas nueces del año en el día del cumpleaños de mi padre es una ceremonia
que otras veces hemos compartido con mis hijos.
Esta vez, la
llegada de mi padre me sorprendió solo en la puerta de casa.
Nos dimos el
doble beso de mejilla a la usanza italiana. Mezclamos lágrimas y risas.
Hombre de pocas
palabras no era de eludir el momento justo cuando tenía que decir una verdad.
Miró con sus ojos más celestes que aquellos con los que reflejaba el mar
inabarcable y me dijo: "Ahora tenés que ser tu propio padre"
*
De lado a lado
del patio, de pared a pared, las manos fuertes de mi padre tensando el alambre
galvanizado que no se oxida. Atándolo en un par de clavos como yo no podría
hacerlo.
¿Porque eran
sus manos tan fuertes? Toda su fuerza aplicada a la tenaza.
¿Cuantos años
tiene ese alambre para tender la ropa?
No menos de 45
años.
Después de la
lluvia están las gotas suspendidas, casi congeladas. En este amanecer de
oscuridad condensan luz como una brillante cadena de perlas en la extensión del
alambre. Sólo broches de plástico interrumpen cada tanto la continuidad de sus
brillos.
La imagen de
las manos de mi padre.
Como la parra y
los zorzales buscando las últimas uvas.
Esas gotas
también son permanencias.
*
La lección
A edad oportuna
la abuela se lo había dicho a su madre con todas las letras.
Años después su
madre pudo explicárselo a ella con la firmeza de un catecismo. Como un saber
que no debe ser olvidado:
“Hay que
conquistar el corazón del hombre, pero que él no conquiste el tuyo”
No entregar
jamás el corazón -ni mucho menos la ilusión- era la consigna.
El tiempo pasó
escurriéndose como el agua. Su libertad era tan profunda como su soledad.
En el tren,
mientras viajaba de regreso a la soledad de su casa suburbana. Escuchó la
conversación de dos mujeres jóvenes que hablaban de cómo “Enganchar un tipo”.
Quiso hablarles pero se le hizo un nudo en la garganta.
Decirles que no
es así. Qué el amor no es enganchar al otro.
Lamentó una vez
más no tener hijos ni nietos para cambiar la lección.
*
Él necesitaba
escribir.
A primera hora,
cuando los zorzales cantaban a la primavera. Mientras su mujer e hijos
dormían...
Él quería
escribir.
Hasta la media
mañana al menos, cuando empezaba a escuchar a su mujer que protestaba desde la
cocina:
-“A la
carnicería hay que ir con plata”.
-Seamos
vegetarianos y felices. –contestaba a los gritos desde la habitación.
Más tarde como
otros hombres vestidos de negro o de gris salía rumbo a la estación para viajar
dos horas hasta su trabajo. Para volver cada jornada a su casa bien de noche y
poder ver a sus hijos dormidos en su habitación.
No tuvieron que
cazar para comer perdices.
Ni dejaron de
ir a la carnicería.
Ni fueron
felices.
*
Madrugada a la
hora de una ciudad cubierta en frazadas.
Ellos se
abrazan en el umbral con sus pies en la vereda.
A sus espaldas
-ya pasado inmediato- hay un pasillo, una casa y una cama donde todavía están
tibias las sabanas. El aire frío corta los rostros.
El espera un
taxi. Ella espera verlo partir muchas horas, días, kilómetros.
Es la hora
justa para dormir abrazados de piel a piel; ellos siguen su unión cubiertos con
camperas.
La calle es
tierra del viento. Como un trotamundos, una caja de cartón rueda en la calle.
Más lejos, un hombre de espaldas trabaja empujando por el cordón con su cepillo
de acero los restos del día anterior. Un perro lo sigue. Se acompañan en su
mutua soledad.
La melancolía
es un hada que sobrevuela casi visible en el aire.
Llega el taxi,
rompen el abrazo, se dan un beso.
Cuídate, —se
dicen en espejo.
El se sube.
Ella que lo mira.
Y en ese
instante suspendido son ellos y el universo.
*
FLORECIDO
El hombre la
había arrancado de su vida como se arranca a un yuyo indeseable en el jardín.
Con la misma
brutalidad en el tirón, tratando de arrancar la raíz de cuajo. Sin sentir nada.
Al otro día, justo al otro día. El hombre plantó en su lecho a una muchacha
bella como una azalea. La mujer se marcho prontamente sin echar raíces en su
vida.
No se quedo
quieto. Siguió plantando bellas mujeres que se marchitaban antes del amanecer.
Nadie pudo crecer ni florecer en ese lugar. Su vida era un jardín desierto al
que regaba inútilmente antes de anochecer.
Hasta que
percibió esos movimientos adentro. Esos pujos que sintió por todo su cuerpo y
que se ramificaban de noche a día con la velocidad implacable de la naturaleza.
Y eran la luz y esa tibieza que anuncian una primavera cercana.
El hombre se
vio a la siguiente mañana en el espejo, comprendió lo que sucedía.
No había
logrado extirpar bien las raíces.
Sus brotes se
abrían paso por sus poros y estaban a punto de estallar en flor.
-Sólo pido que
las flores sean del color de sus ojos. Pensó resignado.
*
El hombre lee a
Conrad en el viaje de regreso.
Así, tal cual
se siente. Con su vida bien adentro de "El corazón de las tinieblas".
En algún punto
todo le resulta ajeno. Un exiliado de su propia vida.
Alguien que se
pregunta donde estuvo y donde esta la vida verdadera.
En una espesa
bruma, y no importa demasiado si es un río que se interna en las venas abiertas
del África. O es un barrio de Temperley.
Es el exilio.
La sensación de desterrado. Mientras el hombre, abrumado en sus propias
imágenes no puede avanzar de la página 79.
Pero ocurre un
pequeño milagro para sacarlo de oscuros pensamientos a tono con el relato donde
la soledad existencial es un "no lugar" permanente más allá de los
tiempos y geografías.
Llega para ver
a su hija que lo recibe con una insinuante sonrisa:
¿Cual es el
último animal del mundo?
No se, -dice el
hombre sin demasiada imaginación.
-El delfín...
-dice y se ríe con ganas y lo contagia al hombre que se ríe y se permite un
instante de felicidad.
Y aclara, por
si las sonrisas no alcanzan:
Por que es el
animal Del... Fin...
*
Le dejo a su
sobrino sus cuadernos por legado. Le llegaron embalados en una caja y atados
con hilo de yute. Son cuadernos comunes de hojas rayadas y espiral que vienen
con su título en la tapa. El hombre elije abrir el que dice “Amor”.
Son frases
sueltas. Según parece muchas eran propias, del propio saber del tío gestado en
años de andar por la vida. Otras escuchadas. A veces frases subrayadas
con resaltador en un recorte de diario.
Esta todo
prolijamente anotado con su letra cursiva grande y clara, que le elogiaban
tanto en su empleo de revisor de cuentas.
El hombre va al
final del cuaderno. Esa es la última frase. Tiene una aclaración:
“Me dicen en el
bar que lo dijo la Rosa Montero en un reportaje. No es textual, la escribo con
mi memoria no tan buena…"
Lo
verdaderamente heroico es querer al otro tal cual es.
"Tal cual
el otro es" -Escribe para dar énfasis a la frase.
Luego sigue una
reflexión:
“Cada vez
seremos más los viejos solitarios. Hasta que lleguemos a estar sentados en el
geriátrico mirando un Potus. Con suerte habrá una ventana para ver el
movimiento de la calle.
Y una mañana
cualquiera, una viejita se siente al lado nuestro. Nos tome la mano.
Y sea tarde
para casi todo, menos para sonreír”
*
Toda distancia
es relativa. Nada está tan lejos como lo que parece estar cerca. Nada está tan
lejos, a veces, como nosotros mismos.
Sergio Borao
LLop.
Ese hombre esta
de nuevo en el anden. Ni sube al tren ni se va, permanece horas allí. Perdió
muchos trenes. Un día le cerraron el ferrocarril. Todo le resulta lejano, más
aún su idea de una vida verdadera.
Algo distinto a
lo pasado, de donde le resulta difícil rescatar momentos felices.
Las imágenes de
lo pasado lo llevan a un laberinto o a un pantano. Una confusión antigua niebla
el sentido. Las decisiones necesarias no se ven. Ni una idea concreta para
cambiar las cosas.
¿Será
–entonces- la ilusión de lo imposible lo que lo sostiene?
*
Lo cuenta
Marabú, el joven de Senegal que vende relojes y cadenitas cargando con su
valija por los bares.
Dice que entro
al bar de enfrente de la estación que un hombre de barba candado lo invito a
sentarse hablando en francés.
Marabú habla
francés y wólof. Apenas comprende lo elemental del español.
Le preguntó si
había comido. Marabú, no tuvo vergüenza: le dijo que desde la mañana no había
probado bocado.
El hombre
de la barba candado llamó al mozo y pidió un sanguche y una gaseosa para
Marabú.
Y un café
cortado para él.
El mozo avisó
que ese día el bar cerraba temprano por ser fin de año.
El hombre,
inmutable espero que Marabú comiera tranquilo.
Mientras,
monologa sobre la posibilidad de hablar y ser escuchado:
Todos los años
vengo a sentarme en esta mesa a la misma hora. No tengo respuestas. Sólo una
profunda angustia.
Entendeme
Marabú: -Puedo hablar, pero no puedo expresarme con las palabras.
(....)
y las palabras
que tengo no pueden darle forma a lo que siento, a lo que me pasa.
A veces pienso
que es aun mucho peor.
Que no solo las
palabras que dispongo no pueden expresar mis sentimientos, sino que además no
están las personas adecuadas para escucharme.
Después el
hombre se queda en silencio, o sigue hundido en pensamientos que surgen desde
una historia imposible de imaginar para Marabú, que luego de una media hora se
despidió agradeciendo el gesto.
-Que tengas un
feliz año nuevo, le dijo el hombre de la barba candado.
Es posible que
esta sea una de las formas más crudas de la soledad.
*
UN PININFARINA
DE ENTRECASA.
El hombre va a
abrir su taller en un despertar de trinos y celeste infinito, apenas un candado
y se abre la doble puerta galponera por la que puede pasar un camión, a la
derecha un pequeño escritorio, algunas piezas dejan manchas de grasa entre
croquis y papeles. El dice que lo importante está en los fierros, los metales
que desatan el movimiento y la combustión para salir y rodar por las
heridas del mundo pero al menos en la libertad de las rutas.
-Esto es apenas
un desorden ordenado.
Una lampara
extensible como las que usan los dibujantes, técnicos mecánicos como él, es la
única luz si él día es grisoscuro, pero hoy, la ventana es un resplandor que
corta todo el enorme espacio de maquinas y herramientas y pedazos de coches y
coches a punto de terminarse.
Todas las
mañanas le hecha un vistazo al afiche, es casi una ceremonia verlo y hacer en
silencio algunas breves reflexiones, como quien hace una oración antes de
partir a la lucha cotidiana por la subsistencia. Siempre lo lee completo:
1914: UN HOMBRE
ABRE ESTA CAJA DE HERRAMIENTAS.
Y NACE
INGENIERIA CHRYSLER.
La foto gris es
poco nítida, una casa con refuerzos clavados en las esquinas, la tapa abierta,
asoman instrumentos comunes como una tenaza, una roldana de aparejo.... afuera,
sobre un banco de madera un martillo, pinza, un compás de acero, nada que
indique el oficio de su dueño, salvo las letras blancas :
W. P. Chrysler.
El texto sigue
en letra Courier sobre un papel amarillento de antigua humedad...
Porque ese
hombre se llamaba Walter P. Chrysler.
Su objetivo:
encontrar la manera simple, segura y cómoda de transportar al hombre.
La encontró.
Pero no se
detuvo.
Porque sabía -y
tenía razón-
que siempre
había una manera más simple, más cómoda y más segura.
Por eso nació
Ingeniería Chrysler.
Que aún
mantiene -y seguirá manteniendo-
el objetivo
trazado por Walter P. Chrysler.
Investigando,
desarrollando, probando e incorporando adelantos
que logran más
nobleza, más seguridad y más confort en sus vehículos.
Para que usted
pueda ejercitar
su derecho a
elegir,
exigir y
disfrutar su Dodge.
(Logo de 5
lados - triángulos negros que dejan una finita estrella surgir )
y grande:
CHRYSLER
FEVRE ARGENTINA
Abajo, un
espacio en blanco y la letra urgente, como de pintada en paredes de ciudad
con marcador
azul:
Yo trabaje
allí, 15 años, capataz de montaje, y me dejaron en la calle, a un clase '48.
Osvaldo Árbol
Gómez.
El hombre lo
lee todas las mañanas bien temprano antes de poner la pava del mate y empezar a
trabajar, luego concluye -dicho de distintas maneras- en un mismo aforismo.
Soy más que un
pionero, soy un sobreviviente...
Es fácil que
las mismas imágenes se repitan cada tanto, el arrancando el afiche de la pared,
era el último en ser despedido, el gerente de planta agradeciendo su tarea,
diciendo
-Osvaldo, en un
par de años los yanquis vuelven y brindamos con champán helado, el reencuentro.
Lo cierto es
que casi se cumplen 35 años del cierre de la planta de La Tablada.
Le pagaron unos
pesos y lo premiaron con un par de contenedores con piezas y repuestos en
desuso. y un par de máquinas que no salían a remate por viejas.
El cargo todo,
como quien carga con cada pedacito de un alma estallada y lo llevo al galpón
grande de su finado padre, y entre sus maquinas y elementos de carpintería
empezó y siguió.
Y todas las
mañanas se mezclan las épocas y las situaciones, el no podría relatarlo, es
como ver flashes y fotos sin orden , sin tiempo.
El abuelo de
Pontevedra que compro ese terreno cuando todo era campo y lo único que había
era la estación del tren de trocha angosta. Previsor el abuelo, terreno de 20 x
60, entrada grande para camiones. De chico no dejaba de estudiar esas
herramientas que dejo en el galpón pequeño del fondo, las que usaba para
trabajar la tierra después de volver de su trabajo en el ferrocarril. Un viejo
anarquista, un hombre de principios como su padre y como él también.
"Nunca te
entregues al capital, el dinero destruye todo, el capitalismo no deja nada en
pie”
Pero el salió
con el título de técnico mecánico y se empleo en la Chrysler, ahí cerquita
cuadras de su casa. Y de allí volvió un día, una mano atrás y otra adelante,
unos pesos de indemnización por despido y un montón de chatarra inservible.
Ahí empezó,
soldando, imaginando, el ingeniero le decían en la planta. Adaptando piezas,
mixturando carrocerías y chasis.
El único ,
solitario y obstinado, fabricante de autos 0 km desde el fondo de su casa, de
la Argentina. No son autos, dice a quien lo visita actualmente, son obras de
arte, artesanías irrepetibles. En el país es un desconocido.
El lo sabe,
termina cada obra de arte, fileteando a pincel la parte inferior de la
carrocería, a veces agrega frases que le piden los clientes, como la que pinto
ayer en ese auto que alguna vez fuera un DKW y ahora es un Árbol Gómez -
Argentina, firmado el capot de atrás donde iba el logo del mejor auto alemán de
la posguerra.
Su oficio es su
vida y su orgullo. a veces piensa que habría sido de él si hubiese sido otro,
un almacenero, un operario, un ser indefenso ante las crisis del país, una
crueldad anónima que mata sueño tras sueño. y deja muertos en vida.
Habitaciones cerradas, persianas bajas con alguien durmiendo adentro, matando
ocios con el mate lavado y regando la quinta a cada rato para que el día pase
pronto.
Pero él esta
conforme, lo más difícil del mundo es llevarse a si mismo, pero llevarse a
gusto, con cariño como quien lleva a un niño de la mano.
-No se entregue
Carbonari..¡¡¡, puede escuchar gritar de nuevo a su padre dándole ánimo al
amigo huelguista, “es el patrón el que más pierde con un paro, van a darles
aumento no aflojen... ni con la traición de los sindicalistas”.
No aflojo,
viejo parece decir con la mirada y recuerda sus 10 años, fabricando sus
juguetes con madera y clavos, con las herramientas de Papá, solo pero pendiente
del trabajo de él, que no podía distraerse del trabajo de la carpintería. Es
como si lo viera ahora, el pucho colgando al costado izquierdo de la boca y
alguna expresión de amargura, casi un Bogart. Se desprendía del pucho cuando
tenía que sostener con los labios los clavos o los tornillos en el armado de
los muebles.
Un gran
carpintero su viejo, de los que trabajaban con madera maciza, nada de
porquerías enchapadas, nada de aglomerados ni fórmicas. Pero el capital lo
mató, pusieron fábricas enormes que escupían maderas hechas de aserrín, y todo
el mundo se puso a hacer muebles inservibles.
- En la primera
mojadura revientan.... que carajo compra la gente¡¡¡¡¡¡¡.
Golpeaba la
mesa de trabajo con furia y parecía que iba a volar en pedacitos su mano pesada
de trabajador. Los muebleros lo vendieron por pocos pesos.
Un día, un
invierno de 1978 cerró, hecho el candado y al poco tiempo se murió.
Por eso él no
va a transar, un Pininfarina de entrecasa, un constructor de mundos en cuatro
ruedas. ¿Cuantos autos más podrá sacar con su firma reciclados a 0Km?
No lo sabe, no
lo cuestiona, se rasca la cabeza y empieza una nueva jornada.
***
Inventren Próximas estaciones:
EMILIANO
REYNOSO.
-Por Ferrocarril Provincial-
LA RICA
-Por Ferrocarril Midland-
-Colaboraciones a inventivasocial@yahoo.com.ar
http://inventren.blogspot.com/
http://inventren.blogspot.com/
Al salir de la Estación de
empalme Ingeniero de Madrid, el Inventren sigue un doble recorrido
por vías del ferrocarril Midland con destino a Puente Alsina, y por vías
del ferrocarril provincial con destino a La Plata.
-las estaciones por venir en el ferrocarril
Midland:
SAN SEBASTIÁN. J.J. ALMEYRA. INGENIERO WILLIAMS.
GONZÁLEZ RISOS. PARADA KM 79. ENRIQUE FYNN.
PLOMER. KM. 55. ELÍAS ROMERO.
KM. 38. MARINOS DEL CRUCERO GENERAL BELGRANO.
LIBERTAD. MERLO GÓMEZ. RAFAEL CASTILLO.
ISIDRO CASANOVA. JUSTO VILLEGAS. JOSÉ INGENIEROS.
MARÍA SÁNCHEZ DE MENDEVILLE. ALDO BONZI.
KM 12. LA
SALADA. INGENIERO BUDGE.
VILLA FIORITO. VILLA
CARAZA. VILLA DIAMANTE.
PUENTE ALSINA. INTERCAMBIO
MIDLAND.
-las estaciones por venir en el ferrocarril
Provincial:
SALADILLO NORTE.
GOBERNADOR ORTIZ DE ROZAS.
JOSE RAMÓN SOJO. ÁLVAREZ
DE TOLEDO. POLVAREDAS.
JUAN ATUCHA. JUAN
TRONCONI. CARLOS BEGUERIE.
FUNKE. LOS
EUCALIPTOS. FRANCISCO A. BERRA.
ESTACIÓN
GOYENECHE. GOBERNADOR UDAONDO. LOMA VERDE.
ESTACIÓN
SAMBOROMBÓN. GOBERNADOR DE SAN JUAN RUPERTO GODOY.
GOBERNADOR OBLIGADO.
ESTACIÓN DOYHENARD. ESTACIÓN GÓMEZ DE LA VEGA.
D. SÁEZ. J. R.
MORENO. EMPALME ETCHEVERRY.
ESTACIÓN ÁNGEL
ETCHEVERRY. LISANDRO OLMOS. INGENIERO VILLANUEVA.
ARANA. GOBERNADOR GARCIA.
LA PLATA.
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