*Obra de Walkala.
Dr. Luis Alfredo
Duarte Herrera
(1958-2010).
-En Aurora
Boreal. Walkala: un homenaje in
memoriam
*
Ella relata a mi pedido; todo lo que sabe
sobre el Big Bang, el mono de Darwin, Adán y Eva y mucho más. (Todas teorías,
nada se puede comprobar).
Pienso un momento y le anticipo:
- ¡Tengo otra teoría!
Promete que evitarás decir "no"
en forma inmediata, déjame imaginar que lo piensas.
-De acuerdo - dice ella mientras plancha mi
guardapolvo.
Cierro los ojos y pausadamente le revelo:
-"Los pájaros nos
pensaron mucho, mucho, mucho y nos crearon; después nosotros pensamos y
pensamos hasta crear los aviones que no son pájaros; pero vuelan …"
*De Mónica
Córdoba.
*
Lo bueno es que un día comprendemos
la relación directa entre los hechos,
incluso si quisiéramos borrar
las marcas más endebles de la trama,
no es posible: algo queda.
Entonces miramos hacia atrás
y descubrimos:
estaba esto, y aquello, y esto otro,
materia que parecía inútil
y sin embargo nos mostró su luz.
Qué risa, digo,
al menos aprendimos algo.
Si hubiéramos sabido del amor,
si hubiéramos calmado el corazón del águila
que nos latía en el pecho,
si hubiéramos andado sin creer
que estábamos haciendo bien las cosas,
si hubiésemos dudado
igual que un animal
que desconfía del brazo que se acerca.
¿Hubiéramos corrido?
¿Hacia dónde, a qué lugar
sin luces, sin canciones,
sin palabras para ningún aprendizaje?
Si hubiéramos sido otros, cuerpo mío,
más astutos,
más malos,
más veloces,
¿Hubiera el cuerpo soportado el peso
de un final cayéndole sin música?
¿Hubiera la memoria reservado
algo de gracia para la inocencia?
¿Existirían estas manos
sobre las bayas nuevas del jardín?
*De Valeria
Pariso. valeriapariso@outlook.com
(De "Final
francés".)
-Valeria
(Muñiz, Provincia de Buenos Aires, 1970)
-Publicó los libros de poesía: "Cero sobre el nivel del mar"
Ediciones AqL (2012), "Paula
levanta la persiana", Ediciones AqL (2013); "Donde termina esta casa", Ediciones de la Eterna (2015),
"Del otro lado de la noche" (2015)
Editorial El Mono Armado, "Triza"
(2017) Editorial Detodoslosmares, "La
trilogía: Uva negra/ Mascarón de proa/ El castillo de Rouen", Vela al
viento Ediciones patagónicas (2018), Segunda edición AqL (2020), Zarmina, Ed. Mascarón de proa (2020); "Flores para no regar",
Editorial AqL (2021).
-Primer Premio del
Concurso de Letras, categoría poesía, del Fondo Nacional de las Artes, año
2019, con su libro "Zarmina".
-Coordina MOJITO, taller y clínica
virtual/presencial de poesía y el "Ciclo de poesía en Bella Vista".
-Administra el blog de difusión de poesía contemporánea https://laficciondelolvido.blogspot.com.ar
-Su blog personal es https://tantotequeria.blogspot.com
EL
CREADOR*
Érase una vez un Dios solitario.
Quizá no fuese un Dios, sino un desterrado
desde una lejana civilización. Lo dejaron a la deriva en un artefacto. Su vida
dependía del azar o de su habilidad para llegar a un planeta habitable. El
artefacto era una nave, pero él prefería llamarla "mi balsa de real ilusión".
De los muchos náufragos del universo este
tuvo a la providencia a favor.
Llegó a un planeta habitable y compatible
con su condición física.
Necesitaba oxígeno para respirar, agua para
beber y plantas para alimentarse.
En el mundo del que provenía no se
consumían proteínas de animales. Sólo alimentos de origen vegetal.
El desterrado tuvo que aprender a reconocer
sus alimentos. A construir un habitus acorde a sus necesidades. Le llevaba su
buen tiempo, pero él no tenía apuro. El tiempo en aquel nuevo mundo no corría
del mismo modo que en aquel al que había pertenecido.
Cuando logró organizar sus medios de
subsistencia. Lo inmediato que todavía no se llamaba lo urgente. Aquel ser
comenzó a percibir la soledad. No tenía amenazas en ese mundo nuevo. Le habían
dejado en la nave unas pocas herramientas. Quizá un arma letal para defenderse.
Entonces, él, que quizá ya había olvidado
su nombre o el código de identificación con el que se lo reconocía en su mundo,
si recordaba un oficio: sabía tallar madera. Ese mundo era un verdadero paraíso
para él. Con los troncos de los árboles armo primero refugios a su gusto para
no estar encerrado en su artefacto ante la adversidad del clima.
Más tarde comenzó a tallar los seres que
figuraban en archivos del universo explorado.
Eran esculturas de madera. Seres inertes
que parecían reales.
Cada vez más confiado en su habilidad había
logrado tallar en el tronco mismo sin alterar la vida del árbol.
Desde las raíces corría la savia por ese
ser vegetal, vivo pero tallado.
Árboles con sus troncos tallados fueron
creciendo bien alto hacia la luz abundante del planeta. Por algún milagro o
prodigio los seres tallados empezaron a querer ese oxigeno que producían sus
padres.
Fueron catástrofes indefinibles -tal vez-
las que separaron a esos seres de su vida original arbórea.
Sin raíces salieron a modificar el mundo.
Fueron hostiles con sus ancestros. De aquellas creaciones del náufrago espacial
surgió una nueva forma de vida.
Ese ser solitario murió sin ver
consecuencias. Sus rastros se perdieron al abrirse abismos en las tierras del
paraíso primitivo.
Nunca imaginó que lo nombrarían Dios
Creador.
*De Eduardo
Francisco Coiro.
https://www.facebook.com/CansadoDeTriunfar
*
Hay en el regreso
un resplandor
distinto,
como si los soles
que alumbraron solos
hubiesen guardado
velada la luz.
¿Qué perdimos,
tan definitivo,
entre las calles que
rondan la casa?
Polvo de otros barros,
el nombre deshecho de
esos que fuimos
se ha ido en el
viento.
¿Qué se espera, ahora,
al abrir la puerta?
La vuelta es un tango
que se canta bajo,
como si nos diera
vergüenza la rabia de
querer llorar.
Cuando se ha partido
lejos, para siempre,
¿quién es ése que en
nosotros vuelve?
¿Quién es ése nuestro
que ya no regresa?
¿Cuánto de nosotros se
quedó en el viaje,
se perdió en la
niebla, naufragó en el mar?
*De Mariana
Finochietto. mares.finochietto@gmail.com
- Mariana
nació en General Belgrano, Provincia de Buenos Aires. Actualmente vive en
City Bell. Publicó: Cuadernos de la
breve ceguera (La Magdalena 2014). Jardines,
en coautoría con Raúl Feroglio (El
Mensú, 2015) La hija del pescador
(La Magdalena, 2016). Piedras de colores (Proyecto Hybris
2018). El orden del agua, GPU
Ediciones (2019)
-Su libro MADURA, ha sido editado por Editorial Sudestada (2021)-
-Coordina Microversos, talleres de exploración literaria
EL LUGAR DEL
OTRO*
Son amigos desde la escuela primaria. Se
ven cada tanto. Se cuentan problemas, intercambian consejos y siguen cada cual
con la vida en la mochila al salir del café.
En el último encuentro Francisco llega
rengueando. -Hernia de disco. Tras meses de buscar explicación a dolores que
migran por ahí, pero cerquita de la cintura.
Esteban le dice: No puedo más, me voy a
separar de Graciela. No es compañera. No ayuda con mis viejitos. Ni una palabra
de amor. Vivimos en horribles discusiones. Los platos vuelan y rompen. No logra
dar en el blanco: mantengo agilidad deportiva.
Francisco dice con desesperación: -Soy un
espejo de lo que no debes que ser. No te quedes sólo a los cincuenta. No te
vayas a vivir con tus viejos, aunque sepas que te necesitan. Aún tu mujer siga
con la guerra de los platos voladores. Entra a tu casa con casco, pero no te
quedes solo.
Francisco, nació en Galicia. Llegó con sus
padres a la Argentina a los 8 años. Vive ahora con su madre anciana. Casi
encerrado en el dolor, ni los remedios ni la kinesiología parecen ser
efectivos.
Esteban retruca: -No creo que mi señora me
acompañe si me enfermo. Es una ficción matrimonial. Meses sin sexo. Ni un gesto
de cariño. Francisco piensa en Graciela. Cuerpo impresionante a lo Jennifer
López por generar una imagen reconocible.
Esteban responde sin que Francisco le
llegue a preguntar: Con una diosa sin deseo no se puede convivir. Casi todos
los días tenemos gritos, una tensión insoportable en el aire completa la
situación. Me ignora como si fuera un mueble más de la casa, o peor aún, como
si fuera la cómoda de la abuelita.
Desde un televisor llega como certero dardo
la frase de aquella publicidad: -No veo
la hora de que llegue el iceberg y terminemos con todo esto.
Francisco aporta su confesión: - ¿Sabes
cuánto hace que no duermo con una mujer? -Quizás un récord mundial. Ni lo vas a
adivinar.
Van cinco horas desde que entraron al bar.
Tres cortados. Un té con miel. Otro de tilo. Ni uno ni otro pueden ayudarse.
Sus vidas rondan al abismo de la desdicha.
Javier -mozo estudiante avanzado de
psicología- decide intervenir. Necesitan
tomar distancia. Prueben ubicarse en otro lugar, verse "como de
afuera".
Esteban tiene una ocurrencia: ¡Un enroque!
-Sí, un enroque. Francisco una semana a
vivir con Graciela, yo iré una semana a vivir con la madre de Esteban. La
cuidare, le daré la bolsa de agua caliente a la hora de dormir.
¿Qué tengo que hacer? arriesga Francisco
-Ir con muda de ropa. Remedios que tomas
para la hernia, presión arterial, los que necesitas-
A la hora de dormir ella que te dará el
sillón grande donde duerme Adolfito el Gran Danés. No le temas al perro que es
enorme pero muy bueno. Graciela es fría como el mármol. Si se apiada por tu columna
quizás te lleva a la cama matrimonial. Si conseguís tener cariño físico serás
mi ídolo.
-Después de una semana veremos si las cosas
mejoran.
Javier puede ver al fin gestos de alivio en
el rostro de los amigos.
Aunque no deja de preguntarse, ¿Quién la
pasará peor?
*De Eduardo
Francisco Coiro.
https://www.facebook.com/CansadoDeTriunfar
*
Ahora
que no te amo
empiezo a verte
como se miran los
paisajes
desde las ventanas:
sos eso que sucede
cerca y lejos,
apenas separado
por el frío de un
vidrio,
una distancia que
podría acortarse
con el breve impulso
de un cuerpo,
una mano
que abre la persiana,
un paso,
esos intentos
locos del amor
que quedan
secándose entre las
hojas de los robles.
Ya no te amo
y es invierno
en algún lugar del
corazón.
Sos tan hermoso,
todavía,
mientras la niebla te
va borrando,
como a todo.
*De Mariana
Finochietto. mares.finochietto@gmail.com
- Mariana
nació en General Belgrano, Provincia de Buenos Aires. Actualmente vive en
City Bell. Publicó: Cuadernos de la
breve ceguera (La Magdalena 2014). Jardines,
en coautoría con Raúl Feroglio (El
Mensú, 2015) La hija del pescador
(La Magdalena, 2016). Piedras de colores (Proyecto Hybris
2018). El orden del agua, GPU
Ediciones (2019)
-Su libro MADURA, ha sido editado por Editorial Sudestada (2021)-
-Coordina Microversos, talleres de exploración literaria
PÁJAROS
Y MEMORIA*
Laurie Anderson escribió en su espectáculo "Homeland" una historia con la
que comienza el show. En ella los pájaros, que existían antes de que el mundo
exista, vuelan sin tener más que aire y ningún lugar donde posarse. El problema
surge cuando el padre de una de las aves muere, y no saben qué hacer con el
cadáver ya que es una nueva cuestión, algo que los sorprende por ser la primera
vez que algo así les ocurre. Finalmente, un pájaro decide sepultarlo en la
parte trasera de su propia cabeza, y ello marca el inicio de la memoria.
Magnífica poeta, maravillosa creadora
Laurie, que nos muestra los cadáveres de nuestros padres en las nucas
abultadas.
Historias, olores, sabores de antes, pasado
y putrefacción, dichas que ya fueron y dolores que retornan. Las voces que no
murieron, los asombros, las caricias de manos que no conocimos. Todo detrás de
la cabeza, todo allí apretadamente emplumado, tibio y gélido, maravilloso y
atroz.
El cadáver del padre. El cuerpo muerto de
las generaciones. Los días que gastaron otros, los que pasamos sin advertirlos,
las tramas sobre lo minucioso cotidiano, los hilos que conectan continentes,
las palabras de las que desconocemos el significado y sin embargo siguen allí,
en la nuca, peso y alivio.
Tan cerca que lo sentimos detrás de las
orejas, tan lejos como esa propia nuestra espalda que no podemos ver. La
memoria.
Cuántas veces habrá deseado el pájaro arrancarse
el cadáver de su padre. Tantas como las que le llevó comprender que ya no hay
retorno cuando el hombre comienza a conocer cuando reconoce.
Y llevamos, es cierto, más cadáveres de los
que sabemos detrás de los ojos. Alegrémonos si nos ayudan a mirar.
*De Mónica
Russomanno. russomannomonica@hotmail.com
*
Ser todos para no ser
nadie. Ser nadie para no ser todos. Ambas cosas son la literatura. Queremos ser
únicos para dejar de ser. Queremos ser otros para ser nosotros mismos, por fin.
*De Liliana
Díaz Mindurry. lidimienator@gmail.com
Inventren
https://inventren.blogspot.com.ar/
LAS RODRÍGUEZ*
Dejó escrito: “otra vez dar vueltas y
vueltas alrededor de la enorme boca del tiempo”.
El abuelo que no conoció.
La abuela lo busco vivo o muerto hasta que
en la estación de Beguerie alguien que lo había conocido bastante dio la única
explicación que tenía:
-El hombre se habrá ido con las Rodríguez,
estaba locamente enamorado de la mayor.
Fue suficiente. Era algo bastante común en
esa época sin informática. No era el único caso de alguien que salía a la hora
de siempre a trabajar y no volvía nunca más.
En la comisaria abrían una carpeta por
averiguación de paradero que al tiempo se archivaba sin más noticia.
La abuela dio por sentado que era un
abandono de hogar. En algún lugar ese que ya no era su hombre se había
“juntado” con una de las “Rodríguez”. No lo busco más.
La abuela anotó sus nombres:
“Gloria Modesta Rodríguez” la mayor.
“Graciela Raquel Rodríguez” la más joven.
La hipotética historia, relato del jefe de
estación que su abuela repitió a su modo hasta perder la memoria:
“Las hermanas Rodríguez vivían en Carlos
Beguerie, trabajaban en La Plata. En la semana alquilaban una pieza cerca de la
oficina donde eran mecanógrafas. Iban y volvían en el tren para estar sábado y
domingo en su pueblo. Fernando el guardatrén se desvivía por lograr una sonrisa
de ellas. Sufría al verlas bajar hasta perderlas de vista cuando salían del
andén a ese otro mundo que era su pueblo. Cuando se supo que el tren estaba por
cerrar ellas se quedaron a vivir en La Plata”
El Jefe suponía que ese hombre idílicamente
enamorado las había ido a buscar sin otro mapa que la intuición de su corazón,
sólo con los nombres de las chicas. Quizás tuvo suerte.
Esteban, el nieto que no conoció a su
abuelo –salvo por ese misterioso abandono- intentó, ya un hombre casado con dos
hijas avanzar en el tema. Fue a lo que quedaba de la perla del provincial 40
años después del cierre del tren. No había memoria alguna de las Rodríguez. De
aquellos trabajadores de la estación que hubieran conocido a su abuelo no había
ninguno vivo.
“A todos se los tragó la enorme boca del
tiempo”. Los fantasmas no pueden relatar
acontecimientos a los vivos.
Esteban había llegado a lo obvio: inútil
buscar rastros después de tantos años, pero tenía su propio pálpito.
“El abuelo nunca había dado con las
Rodríguez”.
De pura vergüenza. Incapaz de afrontar dar
alguna explicación a la abuela había decidido ausentarse del todo, como las
Rodríguez.
*De Eduardo
Francisco Coiro.
https://www.facebook.com/CansadoDeTriunfar/
Próxima estación por
antiguo ferrocarril Midland:
LIBERTAD.
-Final del recorrido
literario por el Ferrocarril Midland-
En Libertad,
la antigua sede de los talleres ferroviarios estará terminada la aventura
literaria del antiguo Midland. Desde Marinos –una estación relativamente joven-
hay un tren real –el Belgrano Sur- que puede recorrerse hasta Aldo Bonzi en el
tramo original del Midland para continuar por las vías que fueron alguna vez
del Compañía General Buenos Aires hasta la estación Sáenz.
Queda renovada la invitación a participar
en las últimas estaciones del Midland. Que la utopía del tren literario no se
detenga y haya fuerza demencial literaria para seguir adelante con el extenso recorrido
del Provincial. El cierre del Midland se acompañará en sucesivas ediciones con
escritos de los amigos que han participado en esta hermosa aventura.
InventivaSocial
Plaza virtual de
escritura
-Editor responsable: Lic. Eduardo Francisco
Coiro.
Blog histórico &
archivo:
https://inventivasocial.blogspot.com/
https://twitter.com/INVENTIVASOCIAL
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