-Idea-producción / arte Noelia Ceballos @noe_ce_arte
-PH @mon.lens.fotografia
Cristalización*
Sierpień significa
agosto en polaco.
Repito
sierpień
sierpień
sierpień
como quien desea
regresar
al comienzo de un
amor.
Ahora sierpień
es la palabra para
decir:
Éste
es el comienzo.
Decir sierpień
y que no continúe.
Que se detenga ahí
en Agosto
para siempre.
*De Paula
Novoa. novoapaula8@gmail.com
*
Hay las veces que los
sueños se me derrumban,
como si se trataran de
casitas de naipes
que me empeciné a
construir
en este juego de niña.
Hay las veces que las
palabras se me entorpecen,
tal cual las manos de
una niña
jugando a edificar
casitas con los naipes.
Hay las veces que soy
yo
la que no logra
sostenerse
y me derrumbo.
Como una casita de
naipes
construida por una
niña torpe.
*De Marcela
Lokdos.
SIN TÍTULO*
No tengas miedo en esta pesadilla que
comienza.
No hay una sola realidad,
cualquier sonrisa triste es a la vez
dichosa en otro mundo,
de un barco a otro hacemos señas, de un
lado hay silencio informe,
hay
peces abisales,
en la orilla de enfrente hay ciudades brillantes
en la penumbra líquida,
tu garra, en el universo paralelo es una
mano que acaricia:
estás en la absoluta soledad o en la
jauría;
el agujero que te absorbe
puede ser un abrazo, una cópula o una mesa
de torturas,
no hay músicas universales. Cada cosa es un
país extranjero,
la muerte, un nacimiento,
en ese fluir insensible y levemente adverso
de los días.
Hoy llegaste al infierno y no sabés si
alcanzaste el paraíso:
todas son llaves falsas.
No sufras:
Esa guerra donde una lanza se clavó en tu
costado, ese caldero
donde van a devorarte, esa fiera que ha
saltado a tu cuerpo,
ese lugar donde te acribillan a disparos
es la belleza de tu madre en el antiguo
patio de la infancia.
*De Liliana
Díaz Mindurry. lidimienator@gmail.com
El blues de los pájaros*
Sobre el río flotaba
el piano
y sobre el piano, sin
rostros,
dos personas cruzadas
de piernas
hablaban en voz baja
la charla giraba en
torno a un poeta chino
que leía sus textos a
los pájaros
si no volaban el poema
era posible
atrás, el piano ardía
sin extenderse al resto
últimamente recuerdo
este sueño, esos detalles
y a ese extraño poeta
chino
ahora sé quiénes son
los rostros aparecen
sobre el piano
sin los cuerpos, los
pájaros tocan blues
y yo estoy quieto,
extasiado
sin poder volar
*De Andrés
Bohoslavsky.
-Del libro Una noche en bosque-poesía y otros poemas.
(Leviatán, 2014).
Porque toda
separación es una herida*
- No estés triste -le había dicho ella-
Esto era inevitable. Después de todo, yo nunca hubiese podido amarte.
Luego, le dio un beso en los labios y se
dirigió hacia la calle, escoltada por los dos tipos que habían venido a
buscarla. Al abrirse la puerta, ella se volvió a mirarle por última vez y un
rayo de sol iluminó su rostro. De haber existido esa posibilidad, el destello
que se vio en sus ojos hubiera sido el preludio de una lágrima inminente, pero
tal cosa era impensable. Cuando finalmente salieron, la puerta se cerró y el
silencio ocupó la estancia.
Fumando, él miraba por la ventana.
Recordaba el día en que se conocieron, la tarde de los pájaros, los alegres
planes, las puestas de sol junto al estanque, el viaje a Florencia... Con
inusitada precisión, podía ver en su mente los pormenores de aquellos diez años
de vida en común. Era maravilloso recordar así, hasta los mínimos detalles.
¿Por qué, entonces, no se sentía feliz? ¿Por qué ese absurdo nudo en la
garganta? Si cualquier otro de los ejecutivos de la compañía le viese ahora...
Pensó que si el recuerdo le resultaba
doloroso, también podía optar por el olvido, pero la sola idea le produjo un
acceso de rabia. ¿Olvidar? ¿Sumar el vacío del olvido al vacío de la ausencia?
¿Acaso cabe un horror semejante?
¡Cómo haber supuesto siquiera que llegaría
a enamorarse de ella! Todo debería haber sucedido de otro modo. Al fin y al
cabo, no era el primero ni sería el último. Pero nadie tuvo en cuenta el factor
emocional, y ahora, él lo estaba pagando.
Si todo es pura apariencia, ¿Qué importaba
que los recuerdos fuesen implantados? ¿Qué importaba que aquellos diez años
hubiesen sido en realidad tres semanas? ¿qué importaba que Ella -el prototipo
Woman VI, como figuraba en los planos del proyecto- solo fuese un androide, si
le había hecho pasar las horas más felices de su vida? "Por supuesto
-había dicho el vicepresidente de la compañía- le compensaremos. La próxima
semana le enviaremos un nuevo prototipo mejorado. Y con funciones adicionales.
Verá como le satisface"
Sentado junto a la ventana, Harry -Harry
12, según un expediente que muy pocos conocían- supo que sin ella nada iba a tener
sentido, que habría otras y que ninguna de esas otras sería jamás Ella, y deseó
que ese sol que se estaba poniendo, no volviese a levantarse más. Esa noche,
por primera vez desde la incierta y olvidada fecha de su creación, soñó, y eso
fue –aunque él nunca llegaría a saberlo- como vivir.
*De Sergio
Borao Llop. sbllop@gmail.com
*
Es este
breve tránsito
la vida.
Pasos
huyendo
hacia la eternidad.
Extraviarse
una
y mil veces,
con la brújula inútil
como un talismán.
Ay, qué sabios
somos
cuando somos soledad.
El horizonte es ancho
cuando,
perdido el rumbo,
se elige una estrella.
Y se comienza a andar.
*De Mariana
Finochietto. mares.finochietto@gmail.com
- Mariana
nació en General Belgrano, Provincia de Buenos Aires. Actualmente vive en
City Bell.
Publicó: Cuadernos de la breve ceguera (La Magdalena 2014).
Jardines, en coautoría con Raúl Feroglio (El Mensú,
2015)
La hija del pescador (La Magdalena, 2016).
Piedras de colores (Proyecto Hybris 2018).
El orden del agua, GPU Ediciones (2019).
MADURA, Editorial Sudestada (2021)-
-Quiero
sacar la cabeza por la ventanilla de tu coche.
Halley ediciones (2022) https://halleyediciones.com.ar/
-Coordina Microversos, talleres de exploración literaria
INGRAVIDEZ*
Escribir pintando, con una paleta de
colores en una mano, el pincel en la otra, el lienzo todavía sin trazo. Esa
posibilidad absoluta de decir lo que jamás se dijo, lo que no figura en catálogos
o lo que ha sido dicho miles de veces pero que necesita una nueva imagen más
ajustada a nuestra percepción de época.
Y nada al fin de cuentas, si decir algo es
resumir y recortar.
Y qué decir cuando afuera llueve, cuando el
espejo es irremediable, cuando los cuandos son todos a contrapelo.
La belleza de los reflejos del agua en un
vidrio de cien años, magnífico en sus colores netos, en la sutil complejidad de
flores en relieve. Debería ser motivo de dicha. La seguridad de un ambiente
cálido con las bruñidas superficies de la costumbre. Qué más requerir a la
confusión de lo aleatorio. Nada alcanza hoy cuando la lluvia es el invierno y
la absurda desazón de creer que hay una felicidad que podría estar pero se
aleja, que debería estar pero a la vez es decepcionantemente ilusoria.
Todos han dejado por escrito y por cantado
que la felicidad de uno es el reflejo de los vínculos felices con personas que
nos atañen. Y quememos de una vez para siempre los librejos del ámate a ti
mismo, que no funciona cuando el espacio está vacío y la puerta tiene llave.
Quién soy cuando no ocupo lugar en ninguna vida. Puedo pesar ciento cuarenta
kilos, no habrá gravedad que me retenga sobre el suelo.
Caminata sobre la luna.
Escafandras de buzos en la profundidad.
Trajes neumáticos.
Esa imposibilidad de contacto con gente que
parece estar ahí delante pero que también, esto es así, está protegida de mí
por su propio traje de sospechas, entretejido de pasado y de palabras dichas y
gestos supuestos y capa sobre capa de su propia atmósfera.
Hoy llueve, los cables hacen perceptible el
viento, mi madre escucha abajo y detrás de ventanas cerradas su música
compleja. Hoy es invierno y llueve. Hoy no hay remedio para los destinos
divergentes fuera de esta vinculación monógama y única, lo poco seguro y
estrecho dentro de un mundo absolutamente amenazador. Mi madre y yo, decididas
a perdonarnos cualquier agravio, a presuponer buenas intenciones, a sostener
las penas de la otra para darnos un respiro con el aire compartido.
Seguiremos intentando mañana o la semana
que viene hacer esos esfuerzos por estrechar alguna mano sin guantes. Mientras
tanto, la cocina con el trapito debajo de la mesa para la Gutxi es la cueva
contra la intemperie, el mate tibio y la tostada cristalizan el punto de reunión
a nivel del suelo, el lastre benigno que permite sentir peso y presencia.
Habrán sido demasiado débiles, será que las
sogas que até a tantas amarras pecaban de fallas de elaboración. No es la
humanidad toda un innumerable conjunto de seres conjurados en contra de una
única buena persona. Mi ingravidez me pertenece y debo de haber elaborado
constante y eficazmente mi propio traje de astronauta. Qué cosa rara, creo que
no me gusta caminar en el aire y sin embargo parece un destino visceralmente
propio.
*De Mónica
Russomanno. russomannomonica@hotmail.com
La Czarodziejka*
Kalman tenía abuelos nacidos en Sniatyn que al tiempo del nacimiento de
sus padres entre una gran guerra y la otra quedaba en Polonia.
En aquella geografía se mezclaban en
extraordinario sincretismo creencias, leyendas, idiomas. Sus abuelos paternos
hablaban Idish pero las hadas que los mayores del pueblo relataban a los niños
para encantarlos o asustarlos eran polacas.
-Si no recuerdo mal - dice Kalman- había un
Hada que podía transformarse en lo que quisiera, ¡incluso ser humo!
La Czarodziejka podía estar en cualquier
parte sin ser reconocida incluso salir de un repollo o vivir en el tronco de un
árbol.
Una vez, el viejo Wojciech les dijo a unos
chicos -entre los que estaba el padre de Kalman- que si se reunían hombres a
fumar con sus pipas en un claro del bosque bajo la luz de las estrellas. La
Czarodziejka desprendida del humo como inefable belleza dejaba la
invitación de su sonrisa. Los hombres de la pipa sabían que era un maravilloso
acontecimiento. Única vez en la vida.
Wojciech advertía lo mismo que los hombres del pueblo repetían: si la seguían por el bosque se extraviarían sin remedio
a un tiempo desconocido.
Así que se quedaban allí mismo sin moverse
fumando sus pipas, dejaban que la Czarodziejka siguiera su paseo de
encantamiento bajo la noche estrellada por aquel bosque, antes de ser parte del viento.
*De Eduardo
Francisco Coiro.
https://www.facebook.com/CansadoDeTriunfar
EL BOSQUE DE
LOS CEREZOS HA PARTIDO*
Me desperté asustada por el estruendo leve
del silencio.
El bosque de los cerezos ha partido.
Ha partido. Ay sin despedirse.
También se ha ido el hombre del sombrero
roto.
Se lleva, Ay se lleva la huella de la última
nevada.
Los viñedos, inútilmente extendieron sus
brazos.
Ay no pudieron, no.
Reclusos crepitan en la pasión dorada del
otoño.
El sol, indeciso muerde una manzana de oro.
Ay una manzana de oro.
La esclavitud sonríe en la pausa fresca.
El bosque de los cerezos ha partido.
Ha partido. Ay sin despedirse.
El amor y el olvido, mustios
Caminan aferrados al hombre del sombrero
roto
Y se llevan, Ay se llevan la huella de la
última nevada.
*De Amelia
Arellano. amelia.arellano01@gmail.com
*
El cuerpo es puro
extrañamiento, ajenidad perfecta.
*De Liliana
Díaz Mindurry. lidimienator@gmail.com
Inventren
https://inventren.blogspot.com.ar/
Estación
Marinos del Crucero Gral. Belgrano*
*Por Mónica
Russomanno. russomannomonica@hotmail.com
Ahora viajando en el tren por supuesto pensó en las partidas, por
supuesto observó con sus ojos húmedos de vieja los árboles que corren hacia
atrás y se pierden definitivamente, por supuesto siguió por unos segundos la
loca carrera de una casita en medio de la nada que desapareció para siempre en
el paisaje, y, por supuesto, pensó en la muerte. Siendo la próxima parada la de
los chicos del crucero, era algo insoslayable recordar a Mariano, y verlo en
una fotografía de colores, sonriendo, con ese descuido característico, tan de
Mariano, tan adolescente, fijado en esos dieciocho años eternos.
Ayer le pasó una cosa curiosa. El marido estaba arriba, la miró con la
cara pálida y le dijo que se sentía mal. Ella le ofreció hacerle un té, fue a
la cocina, calentó el agua, buscó un saquito, el frasquito de edulcorante por
el tema de la glucosa, unas galletitas de agua por si acaso, puso todo en la
bandeja y subió por la escalera con la imagen del marido muerto esperándola en
la cama, recostada la cabeza sobre la almohada, la mano semiabierta sobre el
acolchado. Mientras ascendía haciendo equilibrio con la bandeja, pensó que la
casa le quedaría muy grande, que mejor era venderla y comprar un departamento
en el edificio donde vive Martita. Difusamente veía las cajas de mudanza, los
papeles de diario para envolver tazas y vasos.
El marido estaba con un malestar de estómago, pero mirando el partido y
bastante vivo a simple vista. A ella le dio risa, pero a la vez se sorprendió
de sus pensamientos, porque a su esposo lo quiere, se llevan bien y se
acompañan como lo hicieron toda la vida, como cuando recibieron aquella
terrible noticia del hundimiento del crucero.
Por qué no se desesperó o asustó ayer cuando presentía que el marido estaría
muerto en el dormitorio.
La mujer tiene la edad de quien se hizo cargo de las tragedias y la
rotura de vajillas. Sabe que le toca ordenar su pequeño mundo, porque nadie va
a lavar las sábanas de sus muertos ni va a vaciar el ropero de los difuntos. Ha
preparado el caldo para los enfermos, ha velado sueños, ha enterrado a su
propio hijo. La mujer sabe que mientras viva le toca llevar el peso de acomodar
los documentos, disponer el lugar de las macetas en el patio y llorar en los
entretiempos.
El tren va hacia la estación que se llama “Marinos del Crucero General
Belgrano”. Y qué tendrá que ver eso con Mariano, qué relación puede haber con
el chico que coleccionaba monedas en una caja de galletitas. Pero, sin embargo.
Ayer cuando subía las escaleras pensaba en ordenar su vida después de
una muerte. Es lo que viene haciendo desde el dos de mayo de mil novecientos
ochenta y dos, se dice mientras desciende en el andén.
-Continuidad literaria
por el Ferrocarril Provincial.
-Próxima estación:
FUNKE.
LOS EUCALIPTOS.
FRANCISCO A. BERRA.
ESTACIÓN GOYENECHE.
GOBERNADOR UDAONDO.
LOMA VERDE.
ESTACIÓN SAMBOROMBÓN.
GOBERNADOR DE SAN JUAN RUPERTO GODOY.
GOBERNADOR OBLIGADO.
ESTACIÓN DOYHENARD.
ESTACIÓN GÓMEZ DE LA VEGA.
D. SÁEZ. J. R.
MORENO. EMPALME ETCHEVERRY.
ESTACIÓN ÁNGEL ETCHEVERRY. LISANDRO OLMOS.
INGENIERO
VILLANUEVA. ARANA. GOBERNADOR GARCIA.
LA PLATA.
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-Editor responsable: Lic. Eduardo Francisco Coiro.
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