*Foto de Noelia Ceballos @noe_ce_arte
Es otoño*
Me senté frente al
otoño
amor
quise escribir la
lluvia
de las hojas
el frío entre mis
manos
el olor a leña.
Quise escribir las
nueces
las castañas
los cítricos en
hilera.
Quise escribir lo que
cae
amor.
El rojo roble al fondo
de la calle
tu etimología
acaso.
Quise escribir lo que
cae
amor.
Quise escribir la
caída.
*De Paula
Novoa. novoapaula8@gmail.com
-De Sierpień
(Cave Librum, 2023)
-Paula
Novoa nació en San Antonio de Padua en marzo de 1976. Es Lic. en Lengua y
Literatura, dio clases en la Universidad Nacional de La Matanza y en la
Universidad Nacional del Oeste, actualmente es profesora en escuelas
secundarias de Trujui, partido de Moreno. Publicó cinco poemarios, el último es
Sierpień (Cave Librum, 2023). Algunos
de sus poemas fueron compartidos en distintas antologías y blogs. Coordinó
talleres literarios en la Sociedad de Fomento Cortejarena (La Reja, Moreno) y
escuelas de la provincia de Buenos Aires.
DESPUÉS DE TODO*
Después de las
tormentas
y de todos los
granizos,
inclusive después
de
creer
que poco o nada
es
posible,
ninguna hora,
ningún
río,
después de los
entierros
o
destierros,
o cuando parece
que
el aire
se aquieta o se
cancela,
ahí se abre la flor,
y
dice,
como si fuera
el
primer día.
*De Eduardo
Dalter
-de su libro “Cuatro momentos”-
LA RAZÓN DEL TRONCO*
En medio
de la serenidad del bosque
el gallardo
don Quijote, sobresale
inmune a las embestidas
de tantos formidables adversarios:
el viento, el hombre, el sol.
Los pájaros. Todos, buscaron
convertirlo en leño
o, en polvo del pasado.
En medio del serenísimo
bosque, la hambrienta
soledad del hombre
lo empuja soñarse árbol.
A pensarse vivo.
*De Daniel
Montoly.
Columbus. Ohio
TRES ESTACIONES
Y UNA MENOS*
I: Estación de los
fuegos.
Un joven rubio se masturba,
al borde del estanque con agua congelada.
La mujer, detrás de cristales rosados, lo
mira.
El fuego de la escarcha, la quema.
II: Estación de las
sombras
Un
hombre inclinado, sobre su fatiga.
Escribe sus ficciones.
La mujer, detrás de un vidrio empañado lo
mira.
Siente que la sombra que la refleja no es
de ella.
III: Estación de la
envidia.
Un varón, que le recuerda a su padre,
juega con sus perros, amorosamente.
La mujer, detrás de unos vidrios húmedos.
Levanta las orejas y mueve la cola.
IV: Estación del
calvario
La mujer prohibida. Desnuda en la hierba.
Yace, más triste que la muerte.
El hombre, detrás de unos vidrios
espejados.
Se observa a sí mismo.
*De Amelia
Arellano.
San Luis.
Lechón*
*Por Antonio
Dal Masetto.
Volví a pecar. Hace años que evito cenar
lechón porque me cae muy pesado. Pero volví a dejarme tentar y ahora me toca
pagar las consecuencias. Todos aquellos que alguna vez pasaron por la
experiencia del lechón nocturno saben de qué estoy hablando. Así que después de
una noche agitada me despierto, miro el reloj calendario y me encuentro que
dice: 10.30 hs. martes 3 de marzo, año 2332. El reloj es de calidad, una
maquinita suiza de esas que no fallan jamás. Así que no tengo más remedio que
creerle. Me toco la cara y advierto que la barba me creció tanto que me llega
hasta las rodillas. Alrededor está todo polvoriento, los libros y los papeles
se han vuelto amarillos. En el piso, junto a la puerta, hay una montaña de
boletas impagas. Soy un hombre que toda la vida se educó para los imprevistos,
así que puedo superar la sorpresa con bastante elegancia. Lo primero que hago
es afeitarme. Después salgo a la calle. Afuera la ciudad es una mezcla de las
películas Metrópolis, Brasil y Blade Runner. La mugre es la misma. También las
pintadas en las paredes: Si está aterrorizado, no llame a la policía, que es
peor. Pero ahora hay aparatos volando por el aire a baja altura. En todas las
esquinas hay grandes pantallas de televisión con elquetedije repitiendo todo el
tiempo: “Síganme que no los voy a defraudar”. Y abajo la leyenda: Presidente
2400. Me agarra un vahído, siendo que acaba de bajarme la presión y me zambullo
en el primer bar y pido algo bien fuerte. Me sirven una cosa fucsia con gusto a
whisky berreta. Le digo al mozo:
–Disculpe, estuve afuera una temporada
larga y no estoy enterado de la situación política, pero si no me equivoco este
tipo era presidente hacia el final del último milenio, ¿qué pasó?
–Clonación. ¿Se acuerda de la novela Las
haploides, de Jerry Sohl, que publicó Mirasol hace unos cuatro siglos, donde
una sociedad de mujeres se reproducían convirtiéndose en iguales a sí mismas?
Es eso. Es el mismo principio. Método de reproducción asexual mediante el cual
se pueden obtener individuos exactamente iguales entre sí y que poseen la misma
información genética que su progenitor único.
–Me está jodiendo.
–¿Por dónde anduvo que no está enterado?
Primero empezaron con las ovejitas que se duplicaban como fotocopias perfectas
a partir de una célula. Después siguieron las vaquitas, los monitos y los
chanchitos.
–No me hable de chanchitos que todavía
tengo atravesado en el estómago cierto lechón nocturno de hace más de
trescientos años.
–El asunto prosperó y después de los
animales vinieron los políticos.
–Es la cosa más horrible que escuché nunca.
–Desde entonces, está de moda. Pero no para
cualquiera. Sale más caro que unas vacaciones en Júpiter. Aunque en el caso de
elquetejedi siempre hay algún empresario dispuesto a pagarle una clonación. El
que tiene plata hace lo que quiere. De todos modos, ya nadie le da bola. Más de
trescientos años repitiendo lo mismo. Ahora bien, si usted quiere mi opinión
sobre el tema de los clonados, le voy a confesar que prefiero el sistema de
reproducción tradicional. Tener hijos con las señoras es mucho más divertido,
qué quiere que le diga.
El whisky fucsia es horrible, de todos
modos pido otro. Triple. Me lo mando en dos tragos y me lanzo a la calle con la
horrible sensación de que la ficción terminó por alcanzarnos. Busco mi calle,
mi dirección y mi camita, donde todavía está la forma que ocupé durante los
últimos trescientos y pico de años. Me acuesto, me acurruco y rezo: Por favor,
que el sueño que me trajo hasta acá me saque de esto y me lleve rápido a otra
parte. Y, mientras espero con los párpados bien apretados, me prometo no volver
a caer en la tentación del lechón nocturno.
* Publicada el 4 de marzo 1997.
-Fuente: https://www.pagina12.com.ar/739480-lechon?
ESTACIÓN DE LOS
SOLES*
ESTACION DE LAS LUNAS
ABSORTAS
Sobrecogido. El niño mira las absortas
lluvias.
Se pregunta porqué llora Dios. Se pregunta.
Tan serio. Tan niño. Tan hombre. Tan de
amor sublevado.
Habla aquí y allá Tan lejos. Tan espera
ESTACION DE LAS FLORES
El niño mira el corazón de dios y le habla.
-Dios le contesta, siempre-
Nada le sobra al niño, nada le falta.
Sabe, de las calaveras nacen flores.
ESTACION DE LOS SOLES
Desde los pies le sube una virtud unida al
polvo.
Un mundo donde la profecía no decae.
Sonámbulo trazaba contornos indecibles.
Rizos de oro. Soles. Trenzas rojas.
ESTACION DE LAS LUCES
Y le sube una llama. Mitad mujer, mitad
niña.
Por los cuatro costados, de sur a norte,
sube.
Real. Extraña. Idéntica. Distinta. El sol
no es una estrella.
Y son torso de zarza. Luz. Maraña. Silencio.
El niño mira las absortas lluvias y musita.
Al oído del viento, musita. No solo de
dolor se llora.
*De Amelia
Arellano.
San Luis.
On demand *
En el universo hay una
señora que barre
el polvo que se
acumula en los agujeros negros
que mirándolos bien
como ella sabe
no son tan negros
apenas oscurecidos
por una nube de polvo
que de vez en cuando
hay que barrer
en el universo hay un
montón de cosas
y una increíble
ambición por agrandarse
y agrandarse
hasta los confines de
no se sabe bien qué
y la señora que barre
se impacienta
cada vez más espacio
cada vez más polvo
y ella sola
contra los agujeros
negros
y su súper escoba para
los polvos del universo
*De Esther
Andradi. esther@andradi.de
-Su libro reciente es "LA LENGUA DE VIAJE. Ensayos fronterizos y otros textos en
tránsito" Editorial Buena Vista, 2023.
http://www.andradi.de/es/startseite/
La Nada le dice
al Todo:
“ten, antes de
que nos dividan” *
No te mojes, ave de pico delgado
mira que este pueblo es un sueño lejano.
No tienen sentido tus cantos bajo esta
lluvia,
tu himno triste del corazón
recrea caminos que ya no existen más.
A ti te he cantado, me dirás
y mi repugnante rostro
se hará incomprensible para ti y tu lluvia.
Sabes a dónde iremos
cuando acaben de desgranarse las nubes,
hacia dónde van los cantos,
en dónde se mece el recuerdo de las
palpitaciones
que nos llevan fuera del ritual.
Sal de la lluvia que ese no es tu cuerpo,
tu plumaje se ha saciado.
Déjanos construir mitos
de donde emane nuestra existencia.
Déjame colgarlos en cada foco de la
habitación,
para ir luego a hacernos cometas
con los azulejos del alma en los pies,
tus ojos, mis ojos bajo la sombra
amanecen en el frío del tiempo.
Me has dicho con voz humana
que nada en lo que creo es cierto:
que esa alma de la que hablo
no es más que un ominoso invento
que por ingenuidad he creído.
Mientras tanto,
una verdad distingo en tu canto:
El Sol se entrega al mar en sus pieles de
arena,
bebe la sal de su cristal...
Pero yo no lo veo:
sólo miro arena,
un cabello como el tuyo,
sólo miro que ya te vas.
*De hugo
ivan cruz-rosas. quetzal.hi@gmail.com
Coyoacán. México.
*
Siempre hay algo que
no queremos saber de nosotros mismos y que de intuirlo muy brumosamente no lo compartiríamos
jamás con nadie, porque ni siquiera sabemos demasiado de qué se trata, pero a
la vez una parte de nosotros siente que es fundamental. Lo escribimos sin
saberlo en historias o poemas (hasta ensayos) y sale con una nitidez que nos
deja pasmados. Sale para volver a escaparse de nuestra lógica y nuestras
explicaciones.
*De Liliana
Díaz Mindurry. lidimienator@gmail.com
Inventren
https://inventren.blogspot.com.ar/
*
Sentada junto a la
ventanilla
ves pasar las estaciones,
los puentes
y las esquinas
de suburbio,
como no viéndolos, o
como mirando
una película, que es
la misma
de hace un año
o parecida;
después mirás tus
manos,
tus uñas a medio
despintar,
y a los pasajeros
apiñados
con sus ojos y sus
aires,
todos con un cansancio
distinto
y semejante, hasta que
abrís
el libro que traías
en el bolso
-el tomo II de Paul
Eluard-
para cerrarlo en la
estación
entrante, y seguir
cavilando
o buscando un
detalle,
Un color, un brillo,
y todo
como en un diario
viaje
de secuencias, que
te animan
a mirar, tocar, tu
soledad
de manera cierta,
o conveniente;
tu soledad más
íntima,
que entibia y
pinta
hasta tus párpados.
*De Eduardo
Dalter.
-Próxima estación:
FRANCISCO A.
BERRA.
-Continuidad literaria por el Ferrocarril Provincial:
ESTACIÓN GOYENECHE.
GOBERNADOR UDAONDO.
LOMA VERDE.
ESTACIÓN SAMBOROMBÓN.
GOBERNADOR DE SAN JUAN RUPERTO GODOY.
GOBERNADOR OBLIGADO.
ESTACIÓN DOYHENARD.
ESTACIÓN GÓMEZ DE LA VEGA.
D. SÁEZ.
J. R. MORENO.
EMPALME
ETCHEVERRY.
ESTACIÓN ÁNGEL ETCHEVERRY.
LISANDRO OLMOS.
INGENIERO
VILLANUEVA.
ARANA.
GOBERNADOR GARCIA.
LA PLATA.
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-Editor responsable: Lic. Eduardo Francisco Coiro.
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