lunes, junio 20, 2011

LOS RÁPIDOS DE LA NADA..



-Dibujo de Ray Respall Rojas.




TOCAR LAS ESTRELLAS CON LA PUNTA DE LOS DEDOS*


Cada vez que iba al parque de diversiones, corría a La Estrella. Aquella rueda giratoria, grande como un edificio, era mi favorita entre las atracciones.

Cuando comenzaba a subir, lentamente, experimentaba una desesperación casi dolorosa por llegar a la cima. Al sentirme en el punto más alto, levantaba los brazos y sentía que podía tocar las estrellas.

Se iniciaba el descenso y con él un cosquilleo indescriptible. Cerraba los ojos y dejaba que el vértigo subiera, encendiendo luces de colores, despertando al ángel que dormía en mi interior. “Si morir es tan fácil, no tengo por qué temerlo”... pensaba mientras extinguía mi ser para fundirme con el Universo.

Concluida la rotación del astro metálico, era depositada en el suelo y mi antiguo miedo a la muerte regresaba con punzante insistencia.

Y corría a comprar más entradas, para iniciar una nueva vuelta.




*De Marié Rojas Tamayo.
La Habana. Cuba
-Versión el relato publicado en el libro “De príncipes y princesas”, editorial El Far, Mallorca.





LOS RÁPIDOS DE LA NADA...





El granicero*



*Por Lourdes Uranga López. lourdesuranga@hotmail.com


Tenía que vengarse, tamaño insulto no lo podía soportar nadie. Lo creen calmado porque esta viejo, pero le bulle por dentro y como se entiende con Tláloc, pues que mejor merced, Tláloc ejecutó su venganza.

Rutilo hacía llover y lo ocupaban para ello, en Santa Catarina del Monte era reconocido su poder, la abuela de Calvario recordaba los oficios ejecutados por el granicero y abrumada por un calor desconocido por ella explicaba:

Cuando el pueblo empieza a padecer por agua, él pide dinero en las casas y compra naranjas, plátanos y hace unos panecitos como galletas con figuras de estrella, de hombrecitos, de animalitos, de plantas; con todo eso se encamina al Tláloc que así le dicen a la montaña grande que está junto al Telapón. De Santa Cruz de Arriba, de Xocotlán, de distingue muy bien, pero mientras más cerca, más queda tapado por los cerros chicos. Tilo sabe como invocar al buen dios, de habla de los padecimientos de la gente, repitiendo tres veces: Sin tu voluntad no lloverá, mándanos agüita. Si no llueve, las plantas, los animales y los hombres empequeñecerán o desaparecerán.Tu como dios grande y prodigioso debes enviar el agua, para eso me mandaron los de Santa Catarina del Monte, saben que me oyes y en mi boca ponen Su necesidad y su súplica. Como ofrenda te traigo frutitas y galletas que son como si comieras parte de ellos porque lo han conseguido con trabajos. Aquí están divísalas bien; son hombrecitos, plantas y animalitos que te piden Atl., no la niegues señor Tláloc y seguirás siendo en estos tépetl, grande y amado.
Así tú lo quisiste, si no, te hubieras ido a vivir a otra parte, pero no, tú escogiste a los santacatarineros como tus pequeños hijos y ahora como buen padre debes procurar su sustento.

La abuela en su lamento por las prolongadas secas, comenta...Cuando Tilo regresa del Tláloc, empiezan las lluvias, a veces ni tiempo le da de llegar a su casa y se le ve corriendo dentro del agua. ¿Pos qué ya se moriría el muy ladino?

Cuando era niño comenzó a hablar con Tláloc, entonces también estaba él, nuestro dios, lo hicieron los mexicanos de antes, pero ya se lo llevaron a la ciudad, de pura maldad porque ¿Para qué quieren que les llueva si ni siembran! El cerro sigue ahí ese ni modo que se lo lleven. Dicen que el verdadero Tláloc sigue escondido en el monte, porque él escogió donde mandar y sólo les pidió a los mexicanos que le hicieran su figura para no perderse, para saber dónde es su casa, para que sus hijos supieran donde buscarlo y adorarlo. No es asunto de mortales decidir donde han de enseñorearse los dioses.

Con el pecho adolorido, estrujando las manos, venteando el aire y escrutando el cielo, la anciana comenta después de un prolongado quejido
Tilo es mandadero de Tláloc, le basta con mirar al cielo o tocar la tierra y Tláloc le anuncia las lluvias y las secas, pero Rutilo se encapricha con su poder y manda granizo. Una vez, lo golpeó Catarino Linares con la cuarta de tres puntas y le dio hasta que se cansó.
Á Serafina, que así se llamaba la mujer del Tilo, al ver como lo cuarteaban nomás decía:

-Por chismoso Tilo, por chismoso!

Unos tales Clavijo mataron al padre del granicero por ratero, ese canijo andaba yendo por La Purificación, por San Miguel, por Tlaminca, siempre perjudicando a la gente. Todos estos pueblos éramos zapatistas, el difunto Catarino Linares era general zapatista por eso se creyó con derecho y razones para pegarle al Tilo, pos el sinvergüenza de su padre, anduvo con los carrancistas y quien sabe que tanto desmán armó se merecía la muerte que le dieron.

Rutilo no debía usar su poder, no debía hacerlo, mandó el granizo tres días con sus noches a las tierritas de los que mataron a su padre. Catarino tenía que castigarlo a ver si así se le quitaban las ganas de abusar de su don y de andarse burlando de la gente pues al mismo Catarino le preguntó socarronamente cuando pasaba bien montado en su bayo allá por el Molino de Flores:

-¿Cómo está el maicito de tus amigos Clavijo? ¡Qué buena cosecha que tendrán! ¿Verdad?

Y seguía sentadote el Tilo, creyendo que ahí iba a parar la cosa. Pero Catarino regresó al penco hasta donde estaba Tilo con su mujer y luego luego, Catarino lo castigó, por eso le dio con la cuarta de mano. También Tláloc lo castigó ¡no digo! le quitó el habla, y como de vez en cuando sigue haciendo su muina y manda granizo, pues ya el Tláloc nunca le devolvió la palabra. Desde entonces nadamás señala el cielo y hace señas advirtiendo a la gente de los chubascos y yendo al Tláloc en las secas. Por su muina es que graniza más en Tlalmocilla, Atzoyatla, Tlacomultenco, Tlachuilango y Tépetl. Como se emborracha y se enoja, manda más granizo para las tierras de abajo. A veces la gente no tiene que mandarle al Tláloc y reclaman a Tilo por el granizo y él, pues más a capricho lo hace caer. A veces lo provoca desde julio, cuando ya está trasplantado el cempoalxóchitl que debe florear en noviembre para la fiesta de todos santos. Hay que poner los altares y la ofrenda de los difuntitos, indicar el camino con pétalos para que no se pierdan ni se equivoquen. Si la flor la acaba el granizo, hay que conseguir más plantitas y si no se consiguen o no se logran, avemaría purísima. ¡El gastazo que tenemos que hacer para comprar tanta flor! y más sabiendo que la cosecha va a estar pobre por la misma granizada.

No, si es una salación el tal Tilo, pero como también intercede por el agua, pues se calman los corajes que la gente le tiene. Los de otros pueblos dudan de su poder y envidian a santa cata por ese mandadero de Tláloc, pero el chiste no es sólo tener el mandadero, el chiste es que aquí mero escogió el Tláloc para acompañarnos y protegernos, nosotros lo tenemos que honrar como el gran señor de las lluvias que es.

La anciana hablaba frenéticamente, como si sus recuerdos y explicaciones cumplieran el papel de sustituir los deberes del granicero. Hablar de la necesidad de agua, de como desde que ella había nacido, apenas empezado el siglo veinte, Tláloc siempre había socorrido a los santacatarinences. Ansiosa prosiguió:

-Por eso una vez, hace como veinte años, el pueblo de Huexotla que siempre nos envidió el 25 de agosto que se festeja a San Luis Ovispo, siempre hacen gran fiestón los del barrio de San Luis Huexotla, fue entonces cuando los huexotleros invitaron a Rutilo. Don Candelario que era fiscal de la iglesia, les dijo a sus amigos: A mi se me hace que lo del granicero es puro cuento de los santacatarineros.
Otro huexotlero llamado Pascual le contestó
-Vamos poniéndole una trampa, ese mudo que va a saber lo que el señor Tláloc decide. -Camerino explicaba
-Con unos litritos de neutli le vamos a quitar lo mentiroso. ¡Taimado tilo! le haremos buen escarmiento a él y su pueblo de crichos.
-Pascual que era el más porfiado le decía:
-Ándele Don Rutilo, tómese otra jicarita de neutli, aquí en Huexotla también lo sabemos hacer, a ver que dice usted. Bueno decir es un decir; pero aunque sea con sus ojitos brincones nos dar su aprobación. ¿Verdad compadre Cande? Hay que quedar bien con Don Rutilo, 'ora que los huexotleños tenemos el honor... aquí Sixto me contaba que Don Rutilo casi hace milagros, mira que hacer llover y hacer caer granizo a su antojo.

Tilo hacía señas y emitía unos sonidos queriendo platicar cada vez más entusiasmado por los halagos y el pulque.
¡Pero qué platicar! Nadamás hacía visiones para no perder el tiempo entre trago y trago y entre jícara y jícara.
Pascual que no se le olvidaban sus planes, le dice:

-Nosotros no tenemos quien nos avise ni mande las aguas, caen nomás las que dejan los que saben pedir.
Tilo, cada vez más animado manoteaba presumiendo su oficio y no dejaba de beber. Pascual, Sixto, Candelario y Camerino, los cuatro envidiosos huexotleros le atizaban el pulque, ya hasta se lo querían empinar ellos mismos. Cuando Tilo estaba borracho, ya no disimulaban su furia, Pascual le repetía:
- A ver Tilo, suelta la agüita por aquí, para tus amigos de Huexotla. ¡Que digo amigos! ¡Tus padres mudo tlacalero!

Y Sixto carcajeándose y deteniéndose su panza, decía:
- ¡Después de esta borrachera va a llover pero en sus calzones!
La borrachera no dejaba pensar a Tilo y seguía empinándose la jícara sin darse cuenta de la humillación.
Después de tanto pulque, Tilo cayó; suavecito, nomás sonó su cabeza, que fue la primera que pegó en una piedra, ya ni alcanzó a ver los castillos y los cohetes con todo y que estaba rete cerquita. Y ni con eso les bastó a los huexotleros que estaban ardidos de pura envidia. Y Sixto les aconsejó:
-¡Hay que enchilarlo!
Pascual con dentera hasta grita:
-¡Si, chile en el fundillo! A ver si Tláloc le prepara un baño de asiento.
Y le retacaron el fundillo con chile pasilla, que como estaba seco, no le ardió hasta que estaba despertando de la borrachera. Se le salían las lágrimas de tanto dolor y quemadera que se traía en la cola y aunque se sacó los chiles, el dolor no menguaba. Lloraba también de coraje, porque por engreído, había confiado en huexoxtleros.
Señor Tláloc pensaba al tiempo que sollozaba ruidosamente con tu poder ayúdame a calmar mi dolor y a vengar mi humillación.
-Y venia yendo enojado y avergonzado para Santa Catarina atravesando por San Pablo Ixáyoc cuando, como él lo pidió, empezó; a llover y se sentó en un charquito para refrescar su cola. Miraba al monte agradecido, pronto terminó de llover donde él estaba. Más abajo en las tierras de los huexotleros, empezó a granizar tan fuerte que las milpas que ya estaban jiloteando se empezaron a caer y todos los jilotes chorreaban sangre. Tilo lo vio porque como mandaba el granizo, les dio su merecido, castigándolos en su alimento y se quedó un rato divisando para abajo, el Tilo sonreía conformado, donde estaba no llovía ni granizaba. Ni un pedacito de San Pablo, ni de Santa Catarina, padecieron el granizo. Y al granicero no le importaba ya si Tláloc le pedía los ojos o el
entendimiento, el gozaba de ver los destrozos y la milpa sangrante. Después se le calmó lo engreído, quien sabe lo que sea de el, a lo mejor ya hasta se murió, pues en que mes estamos, casi en junio y nada que llueve.
¿Qué no habrá granicero en este pueblo?
Y la anciana dobló la cabeza y se quedó dormida hablando de lluvia tierra y semillas, el cielo azul, dejaba pasar un calor desacostumbrado por estos montes, me hizo renegar y alejándome exclamé...

-¿Qué ya no hay granicero en este pueblo?



*Lourdes Uranga López
Santa Catarina del Monte Texcoco México.


Pequeño glosario.

Tláloc. Dios de la lluvia entre los mexicas y acolhuas.
atl. agua en nahuatl.
tepetl. montaña, cerro.
neutli. pulque. (bebida fermentada del maguey)







EXILIO*

"El poema es el exorcismo ante mis miedos"


Nunca te dije que me quedé por miedo
Por un brutal. Feroz, insustituible miedo.
Coloque en tu mochila, tu jean, una foto y mi gastado miedo
Partiste en plena noche. Como un bandido.
La muerte silbaba con boca de zafiro.
Me dejaste libros, despedidas. Y el miedo, animal, impío, sanguinario.
Prefería la muerte a la partida. Pero quedó la herida. De muerte, herida.
Herida muerta. Herida miedo. Estaba en todas partes, en todas, todas.
En tu silla vacía. En la guitarra.
En el perro llorando. Lastimeramente. Lúgubre llanto mío.
En la mesa con mantel de desvelo.
En los diez mandamientos de mi manos.
En mi boca cocida. En mis ojos atados.
En el mapa de tu cuerpo en mi lecho.
Quedaron sacos rotos.
Olor a patria. Sabor a viento claro.
Tierra natal. Muertos. Crujidos.
Disparos que ahuyentan las palomas.
Te has llevado mi pena, ay mi pena.
Y has dejado la tuya. La tuya mía, corazón.
Un pedazo mío tuyo te has llevado.
Un clavel. Un malvón. Un café.
Un pájaro de bruma. Un dragón. Una tijera.

Corto la espera, sentada en el umbral.
Como ayer, anteayer, mañana, nunca.



*De Amelia Arellano. arellano.amelia@yahoo.com.ar








RECUERDA RICARDO SPINA*


*Por Jorge Isaías. jisaias46@yahoo.com.ar


Aquellas tardes en que nos eternizábamos en la antigua cancha del club, jugando interminables partidos "a la pelota", como lo llamábamos a esos picados donde poníamos las garras y la pasión de una final.
Cuando conversamos con algunos de aquellos compañeros de infancia, amigos lejanos, cuando podemos vernos y darnos un abrazo, comprendemos que todo aquello no fue un sueño, que algo existió y que cuando hacemos coincidir recuerdos y travesuras y pequeñas hazañas que hoy suenan a dislate. Y cuando las anécdotas saltan y se multiplican como grumos de lava viva uno comprende que aquello vivido, compartido se agranda en el recuerdo, somos felices.
Si hay memoria quiere decir, que detrás, en algún momento, no importa si ahora lejano, existió una historia pasible de ser narrada.
¿Se trata de relato entonces?
Si, se trata de un relato, en principio, Pero no es cualquier relato, el que tiene posibilidad de ser narrado con objetividad en todos sus detalles. No.
Esta materia narrativa viene del fondo de la subjetividad más pura, la que se abre paso desde la mera oscuridad, chocándose con la sensible e inestable diversidad de los sueños propios y los ajenos. Aunque está afinidad está representada por amigos queridos, muy queridos, como es el caso de Ricardito Spina, o "Espinita", o, simplemente "El Negro" Spina.
Del otro lado de la línea me cuenta que leyó el trágico final de Lalo Reyes (que no conocía) "Fuimos compañeros de primaria" - me dice- y va relatando luego, a los bandazos a que lo someten sus recuerdos: del conjunto folklórico en que actuaban juntos, de las travesuras de chico que se había criado en los tambos. De las mañanas en que junto al "gringo" Bertoloti venían de los trasnochados ordeñes, en bicicleta hasta la escuela donde no podían escribir ya que traían los dedos agarrotados de escarcha, hasta que la maestra les daba un tazón de mate cocido y les lavaba las manos con agua caliente.
Todo eso me fue contando del "Lalo" Reyes y recordó su parada de gallito con su: -capaz nomás.
Qué habrá de quedar como una moneda brillante en la oscuridad de los tiempos por venir.
Otras cosas me trae en sus recuerdos, en su mente quirquinchera que no desplora su lugar de nacimiento, sino todo lo contrario, lo enorgullece. Recientemente me ha repetido una anécdota, un suceso más bien de aquellos años remotos sucedido en el inolvidable barrio "El Jazmín", más concretamente en el mismísimo almacén de Ramos Generales "El Cholo", del inefable Rogelio Beluschi. Era un día festivo o domingo, precisa Ricardo, pero era la época en que te habías ido, ya no estabas enmarca. "Yo estaba
jugando a las figuritas, en la pared del almacén con el "Nene" Croato, los peones de la estancia Maldonado iban y venían, Compraban y luego se tomaban una copita espirituosa antes de seguir viaje al campo".
Entonces, él, Ricardito me cuenta que ve salir a un peón enojado y prometiendo achurar a alguien. Y ese alguien era nuestro vecino, Agustín Lencioni, gran tipo.
Un comedido entró para advertirle que el otro lo esperaba afuera con una cuchilla de degollar terneros. Y él, Agustín, salió sereno, con un par de alpargatas flamantes que acababa de comprar, se paró en el marco de la puerta y cuando el otro le tiró un planazo en el rostro, con un movimiento imperceptible lo esquivó y en el mismo movimiento le pegó un alpargatazo en la cara que lo tiró bajo el carro de Nazareno Picchio, los caballos pretendieron espantarse pero fueron sujetados pronto por su dueño quien volvía de la cremería con los tarros para transportar leche ya vacíos.
Después que el arremolinar de gente, de curiosos, el criollo de rigurosa corralera negra, de bombachas y sombrero del mismo color, recogió el cuchillo que había quedado bajo las patas de los caballos, montó en su moro y se fue cabizbajo y al tranco hacia su destino.
Nadie se acuerda y para el caso es lo mismo. Qué cosa discutieron esa mañana, lo único cierto es que un criollo de a caballo y armado de un cuchillo fue humillado por un gringo con un certero golpe de alpargata quedó para el comentario, supongo yo, por varios días donde habrá sido noticia, hasta que otros acontecimientos lo habrán ido dejando de lado, y hoy, sólo queda como una anécdota risueña en una conversación telefónica de la que de vez en cuando se trenzan dos amigos de la infancia y de toda la vida.
Para que exceda ese límite privado es que narro este acontecimiento cuando tal vez todos los protagonistas murieron y hasta la mayoría de los testigos. Cuando aquellos antiguos crepúsculos que arrasaban el pueblo y los árboles y los callejones aledaños, cuando ya murieron todas las mariposas
que hacían estallar la primavera, estamos nosotros, es decir, Ricardo Spina y yo.
Para dejar bien sentado que estos hechos existieron y no dejar que se los coman los rápidos de la nada.








Los fantasman existen*



En esta noche de lluvias
Los puntiagudos cristales del infortunio
Se cuelan entre las limpias gotas
De la indiferencia, el mal humor
Las no escuchas y la desconfianza
Los gestos ásperos
Los monólogos impertinentes
Perturban el sonido de las estrellas
No coinciden con el eco
Del crepitar de las gotas
Ellas no conciben el pesimismo
La egolatría y la envidia.
La monotonía de los aguafiestas
Siempre presentes en el espacio
Social llevan cenizas de inconformismo
La inseguridad y la ausencia de un momento de placer
Convierten el dialogo
En una comunicación estéril y
En una aborrecida soledad.-


*De Azul. azulaki@hotmail.com







TALLERES DE ELSA OSORIO*


-Talleres 2011-


¿Se puede enseñar a escribir?

Cualquiera puede aprender a escribir correctamente, lo otro, ese deseo que nos lleva a escribir, a hacer literatura, no lo puede dar ningún taller. Lo que sí puede dar es estímulo, transmisión de conocimientos, técnicas, experiencia de autor, y un lugar íntimo y a la vez social donde pueda expresarse y crecer esa escritura, la de cada uno.
Cada participante tiene una historia diferente de vida y escritura, y cada uno demanda una atención y una guía particular para su desarrollo literario. Coordinar un taller es para mí hacerme cargo de la formación y las necesidades de cada uno de mis discípulos en todas las etapas. Trabajar sobre los textos y sobre las personas que los producen. Porque no basta- aunque es imprescindible- aprender nociones teóricas, técnicas y estrategias. Para poder escribir, hace falta reconocer y trabajar sobre aquello que bloquea la escritura (de lo que muchas veces no tenemos conciencia) e impide expresarse con fluidez, seducción y soltura. Tan importante como descubrir cuántos caminos por recorrer cuando se escribe con la imaginación abierta y en libertad.
En este sentido, aunque siempre le he dado importancia a los estudios , el mío es un taller de autor. Privilegio los conocimientos que considero esenciales a la práctica de la escritura, a partir de mi experiencia como narradora y la que he adquirido en años de coordinar talleres.


El juego literario

El juego literario permite trabajar sobre esas trabas y liberar la escritura. Aunque no es la única razón por la cual lo lúdico ocupa un lugar destacado en mis talleres, también porque estoy convencida que reírse, pasarla bien, es importante en cualquier actividad que uno encare en su vida y que no está reñido con un trabajo de formación serio.


Número de participantes

Por la manera en que concibo esta tarea no trabajo con más de cinco personas en cada grupo en los intensivos, y seis en los de técnicas. Sólo así nos es posible generar ese rincón donde cada participante pueda plantear sus dificultades y sus opiniones, donde cada cuento que se lea tenga la atención que merece el trabajo de un autor principiante o experto.
Una entrevista personal y la lectura de algún texto me permite sugerir a la persona interesada en cuál grupo incorporarse.



TALLERES INTENSIVOS DE NARRATIVA


Un taller de nítida orientación práctica que se apoya en una certeza: la imaginación y la capacidad narrativa pueden desarrollarse con entrenamiento. Este taller ofrece el marco y la metodología para que los participantes produzcan entre 10 y 12 cuentos a lo largo de tres meses. Trabajamos una vez por semana entre 2 horas y media y 3 horas.
Al cabo de este tiempo el participante habrá experimentado que escribir no es esperar la visita de las musas sino sentarse y trabajar, habrá asimilado las nociones teóricas indispensables para narrar, estará más libre de bloqueos y prejuicios que traban la escritura, se habrá asomado a algunos de los caminos posibles: lo policial, el humor, lo fantástico, el erotismo… En fin, sabrá donde está parado con respecto a su deseo de escribir…y por dónde debe seguir andando.
Hay intensivos para diversos niveles de experiencia.
Este año también abro talleres de 18 horas, seis semanas.
Modalidad de trabajo
Cada sesión tiene básicamente tres partes.
a) Transmisión de conceptos : visión del narrador, cuento, hecho único y unidad tonal, la búsqueda del argumento, la visión del narrador como una cámara, lo verdadero-lo verosímil, espacio, tiempos de la narración, diseño y trama, registros narrativos, etc.
b) Juego literario que estimula la imaginación, amplía el horizonte de lo subjetivo a lo grupal, muestra en la práctica lo que se explicará teóricamente. Del juego o ejercicio surge la consigna para escribir el próximo cuento.
c) Lectura y crítica de cada uno de los cuentos de los participantes. Los aciertos y errores de un cuento sirven no sólo a quien lo ha escrito, sino a todos.
Quienes participan
Los talleres intensivos están dirigidos a personas con distinta experiencia: iniciales, intermedios o escritores con experiencia. Después de una entrevista personal con cada participante, aconsejo un grupo u otro, tratando de que exista una cierta homogeneidad de experiencia en cada taller.




TALLERES INTENSIVOS PARA PROFESIONALES DE LA PALABRA

Las causas de los bloqueos son múltiples y tan variadas como los sujetos humanos. Sin embargo, la experiencia de años de coordinar talleres muestra que hay algunas que se repiten en personas muy diferentes.
Los profesionales que trabajan cotidianamente con la palabra: psicoanalistas, periodistas, profesores, licenciados en letras, abogados, publicistas suelen tener bloqueos derivados de su misma práctica profesional.
El juego literario permite trabajar sobre esas trabas y que poco a poco se vaya liberando la escritura.
Estos ejercicios específicos, diseñados para profesionales de la palabra, tienen por objetivo ampliar el campo de la escritura hasta situarla en un ámbito de creación literaria.



TALLERES DE TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS NARRATIVAS


Están basados en la lectura de textos de autores ( en castellano) . En el análisis detallado de cada obra se ponen en evidencia diversas técnicas y estrategias narrativas. De allí parten las consignas que deben poner en práctica de una sesión a la otra los participantes. Cada uno de los cuentos que se leen en taller son analizados por todos.
Juegos literarios permiten combinar las diversas técnicas que se van asimilando de la lectura de autores.

Quienes participan
Participan en los Talleres de Técnicas quienes ya tienen alguna experiencia, y conocen los conceptos básicos de narrativa. Lo más frecuente en mis talleres es que hayan hecho antes un intensivo. El taller de técnicas no tiene una duración acotada. Tanto en Argentina como en España, he tenido alumnos que lo han hecho durante años.



Clínica de novelas


Grupos de 3 personas máximo para guiar el desarrollo de una novela. Sólo puede participar quien está escribiendo una novela, o ya la tiene escrita y quiere revisarla.


Talleres a distancia


-Escribir mail a talleresnarrativa@elsaosorio.com para informarse.
http://www.elsaosorio.com/
http://www.facebook.com/pages/TALLERES-ELSA-OSORIO/227760777240289




*


Inventren Próxima estación: SANTOS UNZUÉ.

-Colaboraciones a inventivasocial@yahoo.com.ar

http://inventren.blogspot.com/

-Editor Responsable del Inventren: Urbano Powell. http://urbamanias.blogspot.com/
El Inventren sigue su recorrido por las siguientes estaciones:


DUDIGNAC.

MOREA.

INGENIERO DE MADRID
(CON COMBINACIÓN EN EL FERROCARRIL PROVINCIAL
CON DESTINO LA PLATA O MIRAPAMPA)


ORTIZ DE ROSAS.

ARAUJO.

BAUDRIX.

EMITA.

INDACOCHEA.

LA RICA.

SAN SEBASTIÁN.

J.J. ALMEYRA.

INGENIERO WILLIAMS.

GONZÁLEZ RISOS.

PARADA KM 79.

ENRIQUE FYNN.

PLOMER.

KM. 55.

ELÍAS ROMERO.

KM. 38.

MARINOS DEL CRUCERO GENERAL BELGRANO.

LIBERTAD.

MERLO GÓMEZ.

RAFAEL CASTILLO.

ISIDRO CASANOVA.

JUSTO VILLEGAS.

JOSÉ INGENIEROS.

MARÍA SÁNCHEZ DE MENDEVILLE.

ALDO BONZI.

KM 12.

LA SALADA.

INGENIERO BUDGE.

VILLA FIORITO.

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PUENTE ALSINA.

INTERCAMBIO MIDLAND.



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