viernes, julio 22, 2011

OJALÁ TE TOQUEN VIVIR TIEMPOS INTERESANTES...



*Ilustración: Walkala. -Luis Alfredo Duarte Herrera- http://galeria.walkala.eu




UN DÍA COMO OTRO CUALQUIERA*



como si fuésemos niños que juegan en un jardín, conociendo y comprendiendo a los niños por lo que son.
Crónicas Marcianas
Ray Bradbury



El sonido del despertador obligó al niño a desperezarse. Comenzaba el día… Tomó la leche de la nevera. Abrió la alacena, cogió el paquete de cereales con formas de pelotitas, llenó un plato donde derramó un poco de leche. Luego de deleitarse con las pelotas infladas, decidió dejar el resto.

Abrió el closet donde lo esperaban los uniformes en sus perchas. Tomó una camiseta y un jean, podía darse el lujo de hacer novillos. Salió al portal donde lo esperaba su bicicleta. Pedaleó hasta que el sonido de su estómago lo devolvió al hogar, a las bandejas para microondas que le dejaban sus padres por si llegaban tarde. Masticó mientras escuchaba el CD de cantos gregorianos, sabiendo que a su madre le molestaría que lo hubiese tomado sin su permiso.

No saltaría el turno de la tarde. Era bueno mantener ciertas rutinas. Demasiada libertad puede hacer daño. Cambió el atuendo por un uniforme y caminó las cuadras que lo separaban de la escuela. Pasó junto al busto de Atenea y cruzó la puerta.

Se sentó en el pupitre, mirando el pizarrón, llenando una vez más el espacio que le correspondía en el aula, vacía desde que una insólita epidemia había arrasado con la especie humana, exceptuándolo a él, único poseedor de una misteriosa inmunidad.

Le preocupaba el momento en que llegara el corte de electricidad. Aunque, pensándolo bien, quedaban las conservas, y cuando estas arribaran a su fecha de vencimiento, habría árboles con frutos a su disposición. Incluso, si tomaba aquel arco que había visto en la vidriera, podría vivir de la caza... Los pájaros estaban proliferando a su gusto, ahora que no había humanos, y le había parecido ver en el barrio a algún ciervo escapado del zoo.

Quién sabe si hasta entrar en la tienda de armas y regalarse una escopeta de esas que sólo se pueden tener cuando se es mayor de edad. Con muchas municiones.

Sonrió. Era hora de recoger los libros y volver a casa, antes de que la oscuridad se enseñoreara de las calles.



*De Marié Rojas.
La Habana. Cuba









Renuncia*


He renunciado a nombrar los días que no vienen.
He renunciado a sorber la espuma de tus belfos.
He renunciado al obstinado silencio de tu cuerpo.
A ser huésped de los platos vacíos.
A lamer las manos furibundas del hambre.
A no mirar los calendarios tristes de la muerte.
A los retratos, a espejos que han caído.
Al jinete ruidoso del corcel oscuro.


No he renunciado, sin embargo a las ruedas de carro.
Al olor de la rosa té de china.
Al agua de las albas cenicientas.
A los desnudos faunos que me nombran.
Al ritual del silencio escondido en la parra.


He renunciado a ser mortal. Pedregal. Espectro del oeste.
A ser ritual de duelo de pañuelos.
A la umbría virgen que yace en la espesura.
Y a ser tu sombra. Tu puñal. Tu sombrero.
He renunciado a que me broten violetas de los ojos.


No he renunciado, sin embargo al grito.
Ni al rumor del aura que contesta, llorando.
Llorando. Que contesta llorando.


*De Amelia Arellano. arellano.amelia@yahoo.com.ar






El viento de la Historia*



*Por Juan Forn


El niño Eric Hobsbawm pasea con su niñera por las calles de Alejandría en el año 1918. Un pordiosero chino les pide una moneda. La niñera se la niega. El chino ignora a la niñera, mira fijamente a la criatura y le dedica una exquisita maldición de su país milenario: "Ojalá te toquen vivir tiempos interesantes". Ochenta y cinco años después, cuando es un venerable historiador y se sienta a escribir sus memorias, sabe que ya tiene el título: Tiempos interesantes. En esas memorias, hace una breve enumeración de las cosas que presenció a lo largo del siglo que le tocó vivir y uno no puede dejar de pensar en aquel monólogo que recitaba el replicante en el final de Blade Runner, con la mirada perdida en la lluvia ácida que caía del cielo y el afán de dejar al menos ese testimonio de los inéditos fenómenos que habían contemplado sus ojos: "He visto atardeceres de dos lunas en Júpiter..." A los 86 años, Hobsbawm dice: "He visto cómo se extinguían de la faz de la tierra todos los imperios coloniales europeos, incluido aquel que llegó a ser el más vasto y poderoso de ellos durante mis años de infancia.
He visto grandes potencias mundiales relegadas a jugar en las ligas inferiores. He visto la irrupción y la caída de un estado alemán que esperaba durar mil años, y también el nacimiento y el final de un poder
revolucionario que amenazaba extenderse al mundo entero. He visto un tiempo en que la palabra capitalismo contaba con tan pocos votos como la palabra comunismo en la actualidad. Dudo de que llegue a ver el fin del imperio americano, pero puedo asegurar que algunos lectores de este libro habrán de
presenciarlo".
Como aquel replicante de Blade Runner, Eric Hobsbawm pertenece a una especie que debía ser eliminada (primero por mitteleuropeo, después por judío, después por marxista). Tuvo más suerte que el replicante de Blade Runner: sobrevivió largamente a la eliminación a sus compañeros de especie. Su inesperada longevidad terminó por darle status de venerable rara avis. El adjudica esa longevidad tan activa a que lo obligaron a arrancar tarde. Le cobraron peaje por sus "anomalías": ser judío pobre en la República de Weimar y en la Alemania de Hitler, inmigrante indeseado en la Inglaterra en guerra con el Reich, marxista durante toda la Guerra Fría, antisoviético y antichino dentro del PC, antiespecialista en un mundo de especialistas, políglota en un mundo cada vez más anglófono, intelectual desvelado por los
no intelectuales, anomalía dentro de anomalía dentro de anomalía. "Todo ello complicó mi vida como ser humano y paralizó mi carrera durante años, pero me ha representado una ventaja considerable como historiador", dice él.
Agnes Heller dice que la Historia habla de los hechos vistos desde afuera y las memorias hablan de los hechos vistos desde adentro. Dos hechos marcaron tempranamente la vida de Hobsbawm: aquella maldición china y el descubrimiento entre los papeles de su padre (que murió quebrado cuando él
tenía trece años, en plena hiperinflación berlinesa) de un cuestionario íntimo en donde el progenitor se preguntaba qué era la felicidad, esa entelequia que había perseguido sin éxito durante toda su corta vida, y se contestaba: la suerte de no tener mala suerte. Tiempos interesantes y mala suerte. De esa ecuación sale Hobsbawm. O, mejor dicho, de los inesperados beneficios de ambas cosas.
Por ser pelirrojo y de ojos azules, en Viena no le decían Jude sino Englander. En Inglaterra, en cambio, adonde lo enviaron cuando murió su madre (un año después que el padre), es simplemente "El Feo". Pero si se hubiera quedado en Viena, habría terminado gaseado en los campos. El joven Hobsbawm refugia su fealdad afiliándose al PC británico (donde cantan: "Hasta que llegue la revolución, el amor es un sentimiento antibolchevique"). Pero cuando estalla la guerra es el único de sus camaradas de estudios y de militancia al que no eligen para el servicio secreto: no por extranjero ni por marxista; es el único que no sabe hacer el crucigrama del Times. Eso lo alejará porvidencialmente del caso de los dobles espías Kim Philby y Guy Burgess, pero lo dejará sin trabajo durante años. Cuando condena en un plenario del PC la represión soviética en Hungría en 1956, cree que el partido va a expulsarlo, pero son tantas las bajas que no le hacen nada. Y a él le da vergüenza abandonar el barco cuando todos lo hacen, así que conserva el carnet. "Quitarme de encima el sambenito de pertenecer al PC habría mejorado mis perspectivas profesionales. Pero sencillamente no quise hacerlo. Yo quería alcanzar el reconocimiento como comunista confeso. No defiendo esta forma de orgullo, pero no puedo negar su fuerza."
Hobsbawm vio convertirse en pretérito casi todos los signos que definían y regían su presente, pero se descubrió providencialmente equipado para relatarlos porque, a diferencia de tantas otras víctimas de la Historia, él tuvo, como judío mitteleuropeo y como marxista anómalo, "tiempo de reflexionar acerca de la desintegración de un imperio y de una época, al ser una muerte largamente anunciada, en ambos casos". Cuando todos los historiadores de su generación se retiraban o se morían, él siguió publicando libros, cada vez más sabios. En pleno auge del pensamiento neoconservador, cuando se aseguraba que habíamos llegado al fin de la Historia, Hobsbawm dijo que lo que había terminado era el siglo veinte nomás y logró que se hiciera canónica su manera marxista de ver el siglo (cuyo inicio fijó en 1917, con la Revolución de Octubre y su cierre, en la caída de la URSS en 1989). Después de la caída de las Torres Gemelas en 2001, dijo algo que repitió cuando mataron a Bin Laden hace meses: "El mundo necesita
más que nunca a los historiadores, especialmente a los escépticos". Si el pasado es otro país, era de rigor que un expatriado múltiple como él se convirtiera en su historiador por antonomasia.
Hobsbawm usa el raro prisma de su experiencia personal para buscar la real dimensión de las cosas en el laberinto de la Historia. De ahí su anomalía, su heterodoxia, su excentricidad; de ahí su ecuanimidad por momentos exquisita y por momentos casi inverosímil. En sus memorias, en sus reportajes, en su Era de los extremos, Hobsbawm nos cuenta el siglo veinte como si el propio siglo hablara de sí mismo, en una de esas sobremesas de trasnoche en que de golpe llega la hora de la sinceridad más descarnada: el
siglo habla y todos sentimos que habla de nosotros. La única manera de que nos entre de verdad la Historia es entender que no es letra muerta, sino experiencia viva: que eso que pasó nos pasó a todos. Ese es el Efecto Hobsbawm para mí: alguien que sopla suavemente en nuestro oído y nos hace entender de golpe qué es el famoso viento de la Historia, cómo se vive en tiempos interesantes.


*Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-172746-2011-07-22.html






CUENTOS DE LA REALIDAD



Los muertos que no quitan el sueño a los dueños del poder*




*Por Carlos Alberto Parodíz Márquez. parodizlaunion@gmail.com


El celular de Dios volvió a sonar. Está impertinente. Creo que ambos tenemos que aclarar los tantos, sin hacernos los tontos. Hace poco concluí que Dios me debe una, vamos a ver cómo me va.
"Chaco chico", el remisero "proveedor de datos" para Yon, viene de racha.
Hace una semana metió al Duna que manejaba, bajo un acoplado, en Larrea y Mentruyt, eso sí, con prolijidad.
No se olvidó de nada, al retroceder alisó el techo y "desencuadró" las puertas. Sergio, "el trompa", le perdonó la vida. Pero "Chaco chico" es ostentoso.
Creyó que la vida, que había salvado, estaba garantizada.
Salió despreocupado a hacer un viaje y como no retuvo la dirección donde debía recoger -con perdón de la palabra- al pasajero, se detuvo en el kiosco de la cuadra, previa al destino y tropezó con el suyo; se aprovisionó, total ya tenía veinte pesos ganados y a esa altura de la noche, para él, era buena plata.
Encendió "el pucho", antes de subir al auto que había dejado en marcha. Ahí se quedó.
"Los tres rápidos de Santa Marta", aparecidos de la nada, lo encañonaron, se llevaron el Duna y en diez minutos, ni uno más, "lo cortaron", cerca del arroyo del Rey, otro cementerio, pero este, de autos.
La "Brigada A" -a de apurados-, que laburan en la remisería banfileña, llegó exactamente diez minutos después del robo, para comprobar la eficiencia de los emprendedores chicos que creen en el futuro y por ello acunaron su frase de cabecera: "corto y me voy".
El hilo se corta por lo más delgado.
Un auto menos para Sergio.
Un laburo menos para "Chaco Chico" que ahora, sí, pasó a ser un desocupado más.
Postales de la Argentina discreta.


-Pasamos a las noticias del exterior-, fue la volanta oral de Yon

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-En el cruce de acceso a Jeppener-, resultó lacónico el parte del "Nene". Había dejado los autos y decidido viajar en "bondi"; la SS (su seguridad) se lo aconsejaba. Su empresa y el personal también. Una horita de reposo es una horita, parece fue el argumento que lo convenció.

-¿Te dieron alguna indicación?- El Vasco interrogó como si supiera que se trataba. Tal vez su largo entrenamiento en la clandestinidad. Vaya uno a entender.

-No. Ninguna. Sólo que me entregarían el informe a las ... puntualmente-, se me escapó la hora de la cita cuando el legendario 543, cartel Bustos, que atraviesa como un estilete el paraje donde mora "la mujer dorada", atronó, ahumó y ensordeció a los parados en Boedo y la avenida.

Algunos pasajeros se zarandeaban, gozosos, en el interior y otros disputaban el estribo con entusiasmos propios de mejores momentos, por ejemplo cuando la gente iba a trabajar. En este caso, ese vicio ya desapareció. Otros no.

Lo acompañamos y convinimos la contraentrega.

El "nene" no sabe que le van a entregar, menos quien se lo va a entregar y mucho menos porque lo eligieron a él.

Pero así son las cosas en este suburbio del planeta.

Además, él no sabía que nosotros sabíamos, que Jeppener tiene una semana de fiesta y ocultamos la sonrisa, por el almuerzo campestre digno también de "mañanas campestres", que siempre frecuentamos en algún regreso. Además, el Alfa gris estaba a punto, el sol era generoso y un poco de aire oxigenaba el futuro.

Llevé una ración de chupetines para "Maca", porque, a veces, son necesarias las obsecuencias de vida.


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"Pocos días después de los atentados del 11 de septiembre, dentro del establishment corporativo financiero globalizado, había quienes sabían que estaba por suceder lo que sucedió y que hubo sectores beneficiados.


Casi un año más tarde, la prensa norteamericana reveló que la Casa Blanca fue informada por los servicios de inteligencia respecto de la posibilidad de atentados similares a los que efectivamente sucedieron.


Ello demuestra que Bush & Ben Laden comparten sugestivas coincidencias si se desmenuzan las relaciones económicas y corporativas existentes entre las familias Bush y Ben Laden". Fue lo que alcancé a "pispear" del voluminoso documento que "El nene" tenía en sus manos temblorosas.


-¿Viste un fantasma?- Yon suele ser extremadamente riguroso en ciertas circunstancias. Es más. Estoy seguro que conocía las razones de la palidez que lucía, en las fronteras de sus mejillas rosadas, bajo la atribulada mirada gris verdosa que, ahora, acumulaba vientos de miedo.


-Esperé en el cruce, como me indicaron-, comenzó el relato.


-Fui puntual-, nadie es perfecto.


A la hora exacta y luego de distraerse con el camión verde oliva, techado por lona impermeable, advirtió que detrás se detuvo la limousina negra, silenciosa como un presagio. Los vidrios polarizados rebotaban, reverberando imágenes. Las puertas delantera y trasera, del lado derecho, según se mira desde Jeppener a Buenos Aires, se abrieron aún más silenciosamente.


El copiloto, rubio, alto, cabello corto -por razones de servicio-, sin perder de vista al "nene", se inclinó hacia el interior desde donde dos cuidadas manos blancas, algo pecosas, denunciando mediana edad, deslizaron el sobre marrón tamaño oficio pero de papel color "madera", impermeable, voluminoso contenido foliado y banderita de las estrellas, en el ángulo superior izquierdo.


-Como nadie le va a creer, difúndalo- fue el escueto parte de entrega que alcanzó a escuchar proveniente del invisible pasajero.


La mirada helada -casi de agosto- y penetrante del escudero, fue convincente, tanto como el gesto cortés para que se retirara.


"El nene" decidió -cosa extraña- que era más seguro darle la espalda a "la corporación de la oscuridad", que quedarse mirando desde el muelle verde y vegetal, la partida del silencio.


Con la espalda tiesa, su oído atento escuchó el súbito ronroneo potente que emergió desde el yuyal opuesto -como todo en esta vida- y el helicóptero artillado se elevó para proteger el vuelo, en este caso todo terreno, de la limousina insonora.


La sensación de que todo el tiempo estuvo bajo fuego, lo volvió parkinsoniano.


-¿Porque?- me pregunté por lo bajo. Yon miró fastidiado, cuando nó.


-Porque las dudas y reflexiones hablan de eso sobre lo que nadie quiere hablar: dicen que, aunque se declame y jure lo contrario, las muertes del 11 de septiembre, así como otras tantas muertes que vienen multiplicándose a lo largo de los años y las geografías, no le quitan el sueño a los dueños del poder mundial-, fue su extenso parlamento de medio tono, mientras recibía el sobre que, no se porque, "El nene" le entregó a Yon.


-Vos sabrás que hacer-, le dijo al vasco, algo más compuesto. Este, como siempre, propietario conspirativo del silencio, lo palmeó en el hombro antes de invitarlo a subir al Alfa y partir en dirección al pueblo y su fiesta. El asado estará a punto y las achuras más, pero a mí se me iban los ojos hacia el sobre marrón y lo poco que divisé del "descuido" con que Yon lo hizo descansar.


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"Arabia Saudita sigue siendo el principal aliado de Estados Unidos en el mundo del Islam. Una de las familias mas ricas de ese país del Golfo, participa en las propiedades accionarías de seis empresas radicadas en los Estados Unidos y que aparecen en los registros de proveedores del Pentágono; una de esas empresas es "Iridium", especializada en telefonía satelital. Iridium, es proveedora también de la red de aeropuertos norteamericanos.


Los principales accionistas de Iridium son miembros de la familia ben Laden; su presidente es hermano del terrorista m s buscado por el gobierno de los Estados Unidos y su directorio contó con el apoyo de Washington cuando intentó ganar, en Brasil, una licitación para la compra de sistemas de radar y monitoreo informático del Amazonas.


A esta altura de los acontecimientos es lícito decir que los atentados de Nueva York y Washington podrían formar parte de una guerra que parece no ser otra cosa que un enfrentamiento intercorporativo financiero y económico global.


Las autoridades financieras alemanas, japonesas y norteamericanas investigaron extrañas operaciones bursátiles concretadas días antes de los ataques a las Torres.


La voz de alarma fue dada en Frankfurt, donde algunos operadores recordaron con sospecha, la caída en hasta un 15% del valor de las acciones de Munich-Re, la compañía aseguradora más grande del mundo, la semana anterior a la tragedia. Otros datos que intrigan son que la reaseguradora suiza Swiss Re y la francesa Axa, también hayan experimentado bruscas caídas en las jornadas previas a los atentados"(...).

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Me quedé perplejo y prometí seguir el rastro al documento... justo antes de perderme ante las mollejas y rendirle honores al Cabernet que Yon sacó de algún misterioso estante, en el Club rutilante, como "Estrella".


(Agosto del 2010)










LAS MUJERES MUTANTES*


Las mujeres mutantes carecemos de espejos.
Nunca una sombra refleja nuestra sombra
Topo gris, la oscuridad socava.
Túneles de miedo anegan el costado izquierdo
Hemos buscado la luz. Obcecadamente.
Peces mutantes.



Destino de murciélago
Buscando la claridad de la flecha que no hiere.
Y hemos convocado al rayo,
A largos ríos y corrientes secretas.


…..y fue volcán de un día en la bahía de los sueños rotos….
Fugacidad de lluvia.
Luciérnaga que enciende los árboles noctámbulos.
Implosión en las entrañas de la roca.
Mariposa obcecada.
El polvo de alas se dispersa en jeroglíficos de ceniza.

Queda lo que quizás, alguna vez ha sido fuego.




*De Amelia Arellano. arellano.amelia@yahoo.com.ar









Tesina sobre Mujeres del MIR de Mariel Torres (Chile, 2011)*







Este escrito fue redactado en señal de respeto por la memoria de las mujeres que en todo el mundo, ha sido básica y sistemáticamente ignorada, distorsionada y/o suprimida por siglos.





Dra. Marta R. Zabaleta

Honorary Senior Lecturer,

Middlesex University, Londres© 2011





-Entrevista a cargo de Mariel Torres, estudiante de Historia, Universidad Hurtado, Santiago, Chile



1 ¿En qué año ingresó al MIR? ¿Cuáles fueron sus motivaciones?



Ingresé en el movimiento casi en sus comienzos.

Las motivaciones para hacerlo fueron varias, como lo explico a continuación.

Como socialista, simpatizaba por entonces con las ideas económicas del Che Guevara, mi compatriota, que el había expuesto en Montevideo cuando era Ministro de Industria de Cuba. Y también, como él, estaba abiertamente en contra de la guerra americana contra Vietnam. Y creía firmemente en que deberíamos hacer algo para ayudar a pararla.

Como feminista, estaba conciente de los distintos niveles de discriminación existente en Chile contra todas las mujeres en general, si se comparaba su situación con la de los hombres de su estrato o clase social. Dicha discriminación la consideraba mucho más acentuada aun que en Argentina. Y en lo personal, me hacía sentir interiorizada como persona. Sabía que dicho problema tenía una raíz económica, y creía - como lo creo todavía - que era necesario cambiar radicalmente las estructuras social, económica, cultural y política que crean y refuerzan –aunque de diferente manera y en distinto grado - la subordinación social femenina a la dominación social masculina en todas las sociedades existentes. Por eso, y debido a mi formación profesional y a mis convicciones políticas, al egresar de la Escuela Latinoamericana para Graduados (ESCOLATINa) de la Universidad de Chile (1963-1965), procuré y conseguí trabajar como investigadora en el Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE) de Naciones Unidas, en Santiago (1965).



Quería especializarme en estudiar la situación demográfica de las mujeres del continente. Desde que llegué a estudiar un postgrado a Chile (en marzo de 1963), ya graduada y procedente de Argentina, me mortificaba el comprobar que entre mis amistades y colegas, un escasísimo número de mujeres y hombres habían siquiera oído hablar del (y mucho menos leído...) El Segundo Sexo, de Simone de Beauvoir, que fuera publicado en Francia en 1949.

Pero ocurrió que en CELADE no había nada que aprender en aquella temática. Mis protestas por eso, unido al tratamiento abusivo que se les daba a las secretarias y bibliotecarias en su lugar de trabajo, me enfurecía, y decidí asumir su defensa. Poco me duro la lucha libertaria!... Un día a la llegada de mi trabajo vino la jefa del Centro a mi oficina a decirme que me fuera, que estaba despedida. O sea, me echaron del CELADE, debido a que me quejٞé reiteradamente del tratamiento que sufrían las funcionarias administrativas del Centro. Y ello a pesar de que, o porque, la Directora del Centro era una panameña graduada en la U de Oxford, la Srta. Carmen Miró. Su injusticia, apoyada por mi jefe inmediato, un empleado de UN y Subdirector del Centro, el Contador Nacional Elizaga, argentino como yo, pero unos 30 años más viejo y celoso de mi pujanza profesional, sumada a la ignorancia y desinterés dentro de UN en los temas específicos de mi interés, acrecentó mi conciencia de género y radicalizo mis opiniones políticas. Poco después, entré a pertenecer al MIR.



No elegí al MIR: el MIR me eligió a mí. Un miembro de su Comité Central (Genaro) aunque yo entonces no lo sabía, vino a mi casa a invitarme a entrar, y arguyó que me necesitaban y que mi vida iría a comenzar a tener otro contenido si me dedicase a la política revolucionaria. Y yo, que por entonces trabajaba en ICIRA, medio a regañadientes, medio agradecida por el interés, acepté el desafío.



2 ¿Qué frente o GPM integraba? (grupo político militar)



Como es lógico, participé en numerosos tipos de actividades y estructuras a lo largo de los 7 años que investigas. Hasta 1968 en Santiago, y desde abrid de ese año, en Concepción.



3 ¿Que actividad realizaba dentro de su militancia?



Todas (casi) que me eran requeridas, siempre como miembra de base, más algunas otras que inventaba y practicaba por iniciativa propia, pero siempre en nombre del Movimiento. Del cual, no obstante, creo que nunca me declaré públicamente como formando parte, excepto en mis tareas del FMR (Frente de Mujeres Revolucionarias), y sólo entre las mismas mujeres del Frente.



4 ¿Cómo veía la relación de la mujer con la política?



¿Dónde? ¿En la teoría marxista, en el marxismo - leninismo, en el existencialismo, en el feminismo? ¿O en la práctica? En esta última, y en Chile, como una aberración. La izquierda tradicional, especialmente el PC, promovía el modelo tradicional en las izquierdas de todo el mundo: la mujer sumisa, obediente al hombre o al padre (caso de las hijas de Allende) y al partido, maternal, esforzada trabajadora, sin ninguna apelación específica a su sexualidad, el control de su cuerpo, ni al derecho al aborto, etc. El MIR, a su vez, primero como movimiento y después como partido, en lo substantivo, ignoraba totalmente a este grupo humano que constituímos las mujeres en todo lo que no fuera un tema de clase. En suma, nada que fuera más allá de la ‘cuestión femenina’, como nada sobre las sexualidades, las razas ni las etnias, (las reivindicaciones de los mapuches que se escuchaban dentro del MIR y en el Movimento Campesino Revolucionairo (MCR) eran de contenido clasista, más que de etnia, y nunca de género.).



En corto, todo estaba en línea en Chile con lo poco que se escribía, leía y/o se oía sobre ‘la cuestión femenina’ a escala mundial. Había material escrito fuera de Chile, me decían las mujeres feministas venidas del exterior, pero no había traducción de ello en Chile. Recién creo que en 1971, cuando salió en Monthly Review, la excelente revista marxista americana que en su versión en castellano distribuía en Chile un miembro del PS, Tito Benado, y que leían miembro/as de la elite intelectual y partidista chilenas, apareció un artículo, muy bueno, de Isabel Larguía, una argentina pro cubanista, acerca del rol del trabajo doméstico ejercido por mujeres.



Como yo provenía de un país adonde entre 1949 hasta 1952 había existido un fuerte movimiento de mujeres asalariadas y amas de casa, del Partido Peronista Femenino, y por ser yo hija de una mujer peronista que apoyaba a esas mujeres como podía, me confundió al llegar a Chile el comprobar que las mujeres eran directamente manipuladas por la derecha, e ignoradas en cuanto mujeres por la izquierda, y que ni las unas ni las otras mostraran disconformidad masiva con ese estado de cosas, de frente a las elecciones presidenciales del 1964. Porque los Centros de Madre que propiciaba la DC y el clero más politizado que apoyaba a Eduardo Frei, no eran sino una extensión del hogar al servicio del partido, no de los cambios en la vida de las mujeres. La mayoría de los hombres de los distintos grupos y partidos de izquierda que yo frecuentaba por entonces, incluidos senadores y diputados del FRAP, como Altamirano Y Chadwick y después los dirigentes del MIR, me lo explicaban como si fuera una cosa lógica, casi natural, debido a que, me decían, como la mujer vive confinada al hogar y dedicada básicamente a la familia, es reaccionaria y como los campesinos, contraria al cambio. Y conservadora en política, por definición. Una excepción la constituían, por ejemplo, el Coco Paredes, tal vez por estar casado con una sueca, y el Dr. Mario Vidal Climent, por ser un psiquíatra educado. A las mujeres políticas las irías a encontrar, no obstante, a veces agrupadas en los departamentos femeninos de PC y del PS, un tipo de organización que actuaba como una rama secundaria del partido, (a veces con nombres más originales, como es el caso de la Federación de Mujeres Cubanas, o AMLAE en la Nicaragua en transición) que ha tipificado a un sinnúmero de partidos y gobiernos que dicen representar los intereses de las clases trabajadoras. Y de sus mujeres y hombres, por igual.



No obstante lo anterior, y por lo mismo, pensaba que había muchas mujeres chilenas urbanas en especial, que estaban preparadas para desarrollar una conciencia crítica acerca de su realidad, provisto que se las convocara a partir de experiencias socializadoras correctas y adecuadas, sugeridas por ellas mismas a partir de sus intereses específicos en cuanto mujeres.

Mi práctica política posterior me brindó, felizmente, muchos ejemplos de que en eso tenía razón. Pero en Chile en general, antes y durante el gobierno de la coalición de izquierda (UP), a la mujer las ideologías en boga le castraban la imaginación política, volviéndolas proclives a la apatía, la indiferencia, el fanatismo y/o el dogmatismo en política.

Y, al igual que a los hombres, actuaban las más de las veces, como si estuvieran defendiéndose detrás de una fe irracional, de tipo casi religioso, y en figuras de ‘héroes’ de distintas revoluciones, como Castro y el Che, o el mismo Allende.



5 ¿Cuál era su concepto de la revolución socialista?



Considero que esta pregunta no puede abarcarse seriamente aquí, en tan poco espacio.

No obstante, ojalá baste con decir que consideraba que una revolución socialista devolvería el control de los campos, las minas, las aguas y las fábricas a quienes los hacían producir y creaban riqueza social con su trabajo, y transferiría su propiedad privada a una comunitaria. Que en esa redistribución los sectores sociales más marginados, oprimidos y/o explotados, como los pueblos primitivos y las mujeres trabajadoras, deberían tener preferencia. Que dicha redistribución sería conducida por el pueblo mismo, que asumiría el control de todos los medios de producción, y que se debería evitar la formación de una nueva burocracia estatal, igualmente machista y privilegiada, a nivel nacional, regional y local; y que ningún partido político centralizado, jerarquizado y burocrático podría jamás liderar una transición socialista, que debía procurar derribar todo tipo de barreras sociales e intentar erradicar para siempre las jerarquías, los privilegios y otras injusticias nacidas de las desigualdades sociales creadas por el modo de producción capitalista dependiente en Chile, a través de su historia.



6 ¿Cómo vivió el proceso represivo del gobierno de Frei Montalva?



Perseguida por la CIA en mi oficina y por los comunistas en la calle…No obstante, amigas y amigos democratacristianas/os muy influyentes, así como miristas de ambos sexos, me ayudaron primero a sobrevivir, y a encontrar en 1966 trabajo en ICIRA (Instituto de Capacitación e Investigación en Reforma Agraria), pero allí, debido a lo que avancé en mi trabajo en desenmascarar la infiltración de la CIA en el campo, me cancelaron el contrato al fin del 1967. Más tarde postulé y obtuve trabajo como profesora, en la Escuela de Economía y Administración, Universidad de Concepción, adonde ingresé en abril de1968, como Instructor Docente.

Trabajé allí hasta el día del golpe (11/9/1973). Es decir, hasta que me echaron por tercera vez de un trabajo legalmente obtenido, en Chile!...Había ascendido por entonces, legalmente, a ser Profesora Titular y Subdirectora del Dpto. de Economía.



7 ¿Qué piensa de la estrategia armada adoptada por el MIR entre 1969 y 1970?



Si te refieres a la posible implementación de un foco guerrillero en la Cordillera de Nahuelbuta, proyecto que venía dando vueltas desde un poco tiempo atrás de mi llegada a Conce, me tocó discutirlo - entre otros, y de los más exaltados y paternalistas, con un colega economista, chileno por falta de pega devuelto de Cuba, el Pelado Moreno, y estuve totalmente en contra, al igual que todos los miembros de mi base – que incluía a Luis Vitale y de la cual yo era la única mujer. Era promovida básicamente desde el Regional Concepción, que era muy pro-viriatista. (Viriato era uno de los nombre de guerra usado por Miguel Enríquez, Secretario General del MIR, para esos menesteres).



Con respecto al plan de las acciones directas, nunca la discutí en mi base, ni militaba ya cuando fue puesta en práctica específicamente como manera de recabar fondos.

(NOTA BENE no has preguntado cuánto cotizábamos las/os militante del MI para apoyar La vida y el trabajo de las/os compañeras/os profesionalizadas/os, como se les dio en llamar a quienes trabajaban solamente para el partido. La idea se basada en el concepto de solidaridad y responsabilidades compartidas. Había una escala de cotizaciones; según eso, a mí me tocaba pagar 40 % de mi sueldo todos los meses. Y mi compañero, por entonces ya esposo, el 20% . El tesorero encargado de colectarlo todavía esta vivo, MA, pero que yo sepa, nadie más tiene noticia ni de que existía esa regla…ni que se nos decía que era la principal fuente de financiamiento de la organización).



Prosigo con el tema anterior. Por lo tanto, me salí del Movimiento, lo mismo que varias/os compañeras/os más, con quienes creamos un grupo disidente autónomo. Allí éramos dos tercios hombres, un tercio mujeres. De aquí salimos varias de las fundadoras del Frente de Mujeres Revolucionarias, luego de reintegrarnos al Partido. Pero valga aquí hacer una digresión. Lo más importante en mi vida no fue nunca el Movimiento, sino mi trabajo profesional y mi vida privada.



No estuve de acuerdo con el empiluchamiento del periodista Oses, ni con la utilización que se hizo para poder secuestrarlo de una mujer, estudiante y joven, sexista ella misma, usada como señuelo para atraparlo, ni con los robos a bancos y supermercados que lo siguieron cuando los lideres del MIR pasaron a la clandestinidad. Consideraba a esos jóvenes asaltantes muy serios y comprometidos con sus ideas, pero también muy individualistas, autoritarios y sexistas, porque usaban a las mujeres como peluqueras y maquilladoras, pero nunca como activas miembras de los asaltos. Más en general, esas acciones no obedecían a mi juicio a una propuesta política seria ni aprobada por las bases del Movimiento. Por ello, me alegré (ya desde fuera de la organización) cuando supe que Allende siendo ya Presidente, les había ofrecido dinero a esos compañeros a cambio de que pararan esas tareas de expropiación. No obstante ello, quiero dejar bien en claro que mis compañeros del MUI y del MIR en Concepción y sus alrededores, comprometidos en esas acciones tan en boga a final de los 60s, en México, Chile, Uruguay, etc., tales como Luciano Cruz y Bautista van Showen, siguieron contando con mi afecto y confianza personal, a través de ese infantilista período del MIR.





8 ¿Participó en la campaña electoral de Allende?



No, en absoluto, en la de 1970 no. (Pero sí en la de 1964). No recuerdo ni siquiera haber atendido a ninguna manifestación, antes o después del 4 de septiembre, pues estaba embarazada y debía guardar estricto reposo para tratar de preservar el embarazo... Ni tampoco apoyaba sino que muy críticamente, las 40 propuestas de su programa de gobierno, a la mayoría de las cuales juzgaba como no socialistas. Supe que el MIR apoyó críticamente esa campaña. Yo además, no voté, por ser extranjera. En ese momento, no militaba.

Cuando ya la UP había tomado el gobierno, y yo ya me había restituido al trabajo luego de perder el embarazo, un día cuando salía de dar clases en Escuela de Sociología, un dirigente medio el MIR, muy allegado a Luciano Cruz, Retamal, el Reta grande, me pidió que me reincorporara al MIR, pues, adujo, me necesitaban…Lo pensé y discutí bastante, y al final, lo hice.





9 ¿Qué le parece que dentro de su programa Allende no considerara de manera importante a la mujer? ¿Está de acuerdo con esta afirmación?



Si, estoy totalmente de acuerdo con esa afirmación.

Eso no me extrañó, sino que me pareció indignante, aunque muy coherente a nivel personal, con su ideología socialista- masónica-cristiana. Y más aun, con todas las ideologías en que se apoyaban los siete partidos de su coalición en el gobierno. Ninguno de ellos (dos directamente católicos) tomaba a las mujeres como iguales a los hombres. Sino más bien, como una especie de apéndices, a lo sumo, políticamente hablando.

Eso fue una constante discursiva en todo el periodo de la UP, antes y durante su gobierno. Se ha escrito ya extensamente sobre eso, y aunque en Chile eso tienda a taparse, distorsionarse, olvidarse, etc., todo eso está documentado. Yo misma me incluyo entre las académicas que hemos denunciado esa verdad histórica que por más de cuatro décadas; sin embargo, la misma se ha continuado desfigurando por escritoras mujeres que se creo que se creen feministas. Una gran pena...



Por ello, estimo que la lamentable posición de los partidos chilenos durante toda su historia, incluidos los años 60 y los 70s, no debería ser un misterio para nadie en Chile. Pero su sociedad esta todavía oscurecida por el efecto de sucesivas capas de gobiernos que en materia de género y raza reivindican siempre la supremacía social masculina, blanca y cristiana.

Por tanto, si, claro, estoy totalmente de acuerdo con esa afirmación, a pesar de que pensarlo aun me produce tremendo malestar.





10 ¿Qué le provocaba que se dijera que la mujer era un freno para la revolución?, ¿sintió que la mujer estaba preparada para enfrentar dicho proceso?



Asco, desprecio, tristeza. Es muy difícil para mí aceptar tanta ignorancia, y/o tanto interés creado. Tanto dogmatismo. Si lo creen así: ¿por qué no hacen quien lo dicen por concientizar a la mujer? Esa profunda ceguera ha servido para hacerme redoblar mis deseos de luchar por las otras mujeres y por mí misma; por mis ideas feministas y socialistas libertarias, como sea, tanto en Chile como en todas partes en donde he trabajado y/o vivido. Tanta injusticia me subleva.

Y mi respuesta, clara, directa y permanente por hace ya más de 55 años, me enorgullece y enriquece. Mi pasaje por el MIR fue una escala en ese continuo.





11 ¿Sintió algún tipo de discriminación por parte de sus compañeros de militancia, por el hecho de ser mujer?



No creo tanto que por ser mujer en si, cuanto como, tal vez, por ser muy honesta, abierta, franca, feminista, socialista, antijerarquía y clientelismo partidarios, contraria acérrima al estalinismo leninista machista partidario, anti- héroes, y revolucionaria: o sea, capaz de darlo todo por mis ideales cada hora de cada día de cada mes de cada año. Esa lucidez no era premiada, ni en hombres ni en mujeres, en el MIR.




12 ¿Qué costos personales y familiares implicó la militancia? ¿Cómo conjugó su labor de mujer y militante?



La militancia en sí misma sólo me benefició. Tal vez porque la asumí siendo ya una profesional y una persona madura. La mantuve (y terminé) libremente.

No tuve problema alguno con ser mujer y militante. Supongo que me ayudó en eso tener dinero para pagar a colaboradoras/es del hogar, y un marido también militante que compartía mis principios, a través de todo ese período. Notoriamente, pero no curiosamente, aunque siempre militamos en las mismas bases los dos, el fue siempre elegido por el Partido como el jefe de base…Yo era entonces la única mujer en las mismas… Y eso a pesar de que yo llevaba ya años de militancia cuando lo incorporamos a la organización y lo hicimos por sugerencia mía y del Trosko Fuentes.



Soy, según dice de mí Consuelo Rivera Fuentes (chilena también ex mirista), muy ‘femenina’. No sé si por eso, pero lo cierto es que supe gozar de mi sexualidad hasta donde me fue posible en todos esos años; pero vivíamos en una sociedad altamente polarizada, y estaba yo rodeada de gente altamente prejuiciosa; en un país bombardeado con tantas imágenes sexistas y discursos masculinizantes, con tantas represiones contra la mujer ( y el hombre) en materia, por ejemplo, de política sexual reproductiva, que había que cuidarse mucho del que dirán, especialmente del de los hombres...y no se podía gozar libremente del sexo, pues claro.

Por eso me alegra reflexionar acerca de haber sido capaz, a pesar de todo eso, y de trabajar a tiempo completo como profesora, además de mi total compromiso político, de desarrollar mi capacidad amatoria y maternal (no asumida esta última como maternidad para dar hijos a la Patria y a la revolución como rezaba la consigna, por ejemplo, de los Sandinistas en lo década de los 80s), y orientarlas en base a principios solidarios compartidos. Tengo una hija chilena Yanina Andrea, que junto con Tomás Alejo, mi hijo nacido en el exilio, son mis mayores amores, y ambos tambiٞén motivo de orgullo para mí. (Sea dicho de paso, aunque sea obvio, que no apruebo de la falsa modestia).





13 A nivel personal ¿qué significó para Ud. la militancia dentro del MIR?



Me dio la oportunidad de sentirme útil y hasta muchas veces, hasta necesaria para mi comunidad. Por ejemplo, cuando trabajaba fuera de las horas de oficina de ICIRA, con Paulo Freire formando líderes campesinos de Perú y Bolivia; cuando coordinaba el trabajo de las Juntas de Abastecimiento y Precios ( JAPs) en Concepción; o cuando asesoraba al Sindicato de Empleadas Domésticas de Concepción; cuando apoyaba una toma de terrenos destinada a proveer de techo y atención médica a cientos de familias proletarias; cuando visitaba los fundos tomados en la zona de Chillán; si cooperaba en las tomas de fábricas estatizadas por el gobierno, dando clases de ética doméstica y disciplina laboral revolucionaria en las fábricas textiles estatizadas de Tomé, o discutía sus problemas domésticos con los líderes del carbón de Lota y Coronel; cuando luchaba por el derecho al aborto de las estudiantes de mi Universidad, etc..



Además, siempre me sentí muy respetada y querida dentro del partido. Muy querida. Aun recuerdo a esas amistades que hice por entonces especialmente entre la juventud; y revivo la memoria de quienes murieron asesinados/as. El día de mi último cumpleaños, el pasado mes de junio, me visitó una compañera chilena era ex mirista, ahora una gran amiga, que también fue mi alumna en 1969…quien vino con su marido y una comunista chilena. Esas cosas producen gran satisfacción. Son matices de una enorme hermandad que supimos labrarnos entre todas y todos… Y que alienta nuestra lucha, pues sirven para intercambiar ideas sobre política actual, dentro y fuera de Chile, con gente jugada.



Quisiera decir que considero una obligación moral recordar a las/os pocas/os miristas que sobrevivieron y a sus familias, si puedo; y más en particular, a aquellas/os de entre mis alumnas/os que murieron en las torturas, como el Trosko Fuentes, Muriel Dockendorf –y su madre y hermana- y Cesar Negrete y sus hermanas, sobrinos…en fin. Así como procuro olvidarme de unos pocos compañeros que cambiaron sus posiciones políticas después del golpe y se hicieron concertacionistas. O peor. En el MIR siempre logré sentirme parte de un colectivo que trabajaba haciendo lo mejor posible por la sociedad en que vivíamos y pienso que puse lo mejor de mí misma en formar a nuevas generaciones con conocimientos útiles, siempre en apoyo a un proyecto teóricamente capaz de producir mejoras substantivas en lo situación económica, social y cultural de algunos de los sectores más explotados y marginados de Chile, que eran los que representábamos, los y las pobres de la ciudad y del campo, y que lo siguen siendo ahora, como lo es el pueblo mapuche.



En el MIR conocí a un numero interminable de personas de ambos sexos y distintas de edades, razas, profesionales, ideologías y nacionalidades, y aprendí de ellas y su cultura, que compartieron conmigo generosamente.

Mi pertenencia a ese grupo humano con ideales, conductas y expectativas no siempre iguales, pero casi siempre parecidos a los míos, me hizo desarrollar un nivel de conciencia social mucho más profundo, crítico de la realidad que me rodeaba – requisito indispensable para transformarla- y tambiٞén de las experiencias que se han dado en el mundo a nombre del socialismo. Me incitó mas tarde, ya en el exilio, a reflexionar largamente acerca del por qué la enorme mayoría de las mujeres latinoamericanas de izquierda no poseemos clara conciencia de la subordinación social genérica a la que vivimos sometidas.

También, obviamente, condujo a que fuera violentamente reprimida por los agentes de la dictadura: las fuerzas armadas chilenas, sus grupos paramilitares, la CIA, y luego la operación Cóndor y sus tentáculos en Argentina.

A que perdiera en pocas horas trabajo, hogar, mi familia chilena; que tuviera que velar en ausencia a tantas compañeras y compañeros presos, torturadas/os, desparecidas/os, exiladas y exilados. A perder todos mis libros, mis estudiantes, mi carrera. En fin: múltiples castigos y/o torturas que aún no se borran.

A pesar de todo lo cual, volvería a hacer todo lo mismo y ojala mejor, por los pobres del campo y la ciudad de ese mi querido país por adopción, aquel gran Chile, mierda.







13 ¿Cuál considera que es la principal diferencia entre su militancia en el MIR con respecto a la militancia femenina de otros conglomerados de izquierda?



Hice pocos trabajos conjuntos con mujeres de otros partidos, pero en general no encontré muchas diferencias; tal vez lo que mas mi impresionó en algunas de las miembras de las JAPs de Concepción fue que dogmáticas y poco independientes eran las mujeres del Partido Comunista, a las que sin embargo siempre respeté mucho por su enorme sinceridad , tenacidad y disciplina al defender sus intereses de clase, pero no en cuanto mujeres, sino mas bien en sus roles adcriptivos de cohabitantes, esposas, novias, madres, madrinas, hijas, etc., de los hombres de su estrato social. Eso lo vi más marcadamente allí, y el MAPU., que en el PS y mujeres feministas independientes, por ejemplo.







14 ¿Como vivió el 11 de septiembre del 73?



Con profunda expectación, horror y cierta dignidad. Y recibí ese día temprano la orden del partido de irme inmediatamente del país. Cosa que no iría a lograr de motu propio!...

Por la tarde me visitaron varios estudiantes, y una de ellas me pidió que fuera a alojarme con la guagua a su casa. Y nos fuimos antes del toque de queda, antes de las 6.00pm.

Mi marido había partido con rumbo desconocido por mí, como lo habíamos arreglado con su padre en el evento de que se diera en Chile un golpe de estado sangriento.

El 12 me regrese a casa, luego de registrarme en la Cuarta Comisaría; de Concepción me fui a la casa de mis suegros, pues Don Ricardo Hinrichsen con infinito coraje se propuso buscarme y llevarme a su casa en Tomé con la guagüita de 8 meses. Días después, en vista de que me seguían llamando a través de los diarios, dejé a mi bebita en la casa de los abuelos paternos, en Tomé. Y Don Ricardo me llevó a Concepción.

Fui tomada presa cuando me presenté en la casa Central de la Universidad, y de allí conducida al Estadio Municipal de Futbol de Concepción, y luego expulsada junto con mi hija y marido, con un grupo de 8 extranjeros que trabajábamos en la Universidad de Concepción.

El 5 de octubre de 1973 miré Concepción por última vez, desde el bus de la caravana militar que nos llevaría hasta la frontera. Salimos por el Paso Pajarito, luego de horribles experiencias con los milicos y sus secuaces. Y con el viento blanco de la Cordillera.



Volví a Chile sola, y luego de 30 años después, en julio de 2003, a participar activamente por unos días en un Congreso Internacional de Americanistas, el 51º ICA, mi alma Mater, la U de Chile, en Santiago. Mi viaje, estadía y participación en ese Congreso académico que es muy caro, y que se realiza a partir del Siglo XIX con base en Europa, lo hicieron posible dos feministas, las Dras. Linda Birke y Consuelo Rivera Fuentes, ya citada, en un gesto magnifico de solidaridad humana.

Y respiré así entonces otra vez el aire con mis desaparecidas/os, amigas/os, excompañeros, y mi gran familia chilena.



Sobre el Frente Revolucionario de Mujeres

¿Que la incentivó a formar parte del frente revolucionario de mujeres?

¿Cuáles eran las principales demandas?

¿Cuál era la relación del MIR en general con respecto a su frente?

¿Por qué el frente revolucionario de mujeres no logró prosperar?



En realidad, estimo que esto da para mucho más de lo que se espera aquí de mí. Por tanto, me remito a mis escritos, y/o a una reciente entrevista que di a una periodista chilena, que creo has leído. Pienso que si la relees veras allí todo lo que necesitas.







*Dra. Marta Raquel Zabaleta. mzabaletagood@gmail.com

Londres, 20 de julio 2011






*

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