viernes, noviembre 07, 2014

EDICIÓN NOVIEMBRE 2014.


*Obra de Walkala. Luis Alfredo Duarte Herrera (1958-2010).

-En Aurora Boreal. Walkala: un homenaje in memoriam








LOS JINETES*




Cuando era el tiempo de las lluvias, se les llamaba “temporales”, debiendo aclarar entonces que sólo tenían ese derecho o categoría cuando el mérito era frondoso en días y en vendavales Grandes vientos que hamacaban grandes árboles con las ramas que golpeaban tocando el suelo, y por supuesto, quedando algunos con un muñón abierto al cielo cuando el escampe era seguro y un solcito tímido aparecía luego del arco iris.
Uno, como en el poema  de Tuñón podía pensar en cementerios abandonados o en barcos que naufragaban o en islas que iban constantemente a la deriva. Aquellas islas que se llevaban los sueños, pero que quedaban adheridas a la materia con que los poetas arman sus versos, nos dan ese alimento que  no tiene precio porque si bien no se vende, es el alimento que nos hace vivir, que no nos deja tan inermes ante la posible muerte de los sueños, que se hacen, se formulan y se comparten en un espacio que se nos torna insustituible. Forman, por decirlo de algún modo aquello tan inasible que no podemos nombrar ni definir. Porque como alguna vez dijo Juan L Ortiz:”la poesía es tan indefinible como el amor”. Sólo sabemos que tiene que ver con las palabras y con los sentidos, con aquellos que nos hace más humanos, menos miserables, más próximos a la dúctil sensibilidad de los niños.
Todo esto me pasa porque esta lluvia de algún modo invade hasta el más recóndito de todos los recuerdos.
Esos recuerdos tienen que ver con los años idos, con las vidas de hombres y  mujeres que arracimaron una parva de anécdotas, de situaciones, de días que se ensañaron en la  carne, de rostros queridos, de rostros que aparecen desde lo  más remoto de los tiempos.
Y piden su lugar en mis historias, en la simple vida de todos, girando, girando en los amaneceres y agonizando con todos los crepúsculos.
Esos atardeceres que precedía las noches cerradas, pero que en sus última luz tal vez mostrara contra el horizonte un grupo de jinetes con sus sombreros que le comían los rostros cubiertos del polvo que las tareas a cielo abierto con la hacienda brava les había regalado en otro día de esfuerzo que tal vez atemperaran con una parada en uno de los tantos boliches de las afueras y esos jinetes cansados se apearan, atando las riendas de sus cabalgaduras en algún palo de ñandubay que oficiara de improvisado palenque y bajaran a tomar un par de copas para sus gargantas resecas y aflojara esos cuerpos  que venían atenazados sobre los caballos, sentados sobre esos aperos sudados y luego seguir hasta sus casas donde en casi todos los casos una mujer con una ronda numerosa de hijos los esperara con la cena, de la cual darían cuenta muy pronto y que empujada con un par de grueso tinto llegara más rápido al estómago. Y luego el hombre sacaría una silla al patio de tierra apisonada, y en la oscuridad, armaría un cigarro y lo fumaría en silencio y sumo placer merecido. Los vecinos saludarían a ese hombre , o mejor a esa brasa que brillaba en la oscuridad de la noche, hasta que el hombre abandonaría esa silla e iría con sus huesos molidos, a depositarlos como una bolsa muerta sobre el humilde colchón de chala donde muy pronto también llegaría esa mujer que compartía esa vida de penurias con él y sus hijos, en esa casa humilde, en el mejor de los casos de ladrillo sin revocar y en el peor, un rancho de adobe con techo de paja, que una caterva de perros llenaría de huesos y no faltaría alguna gallina flaca , que picoteaba en el medio de la mañana soleada esos granos de maíz o de trigo que la mujer arrojaría con desgano, mientras que en la otra mano llevaría un mate, único desayuno antes de empezar con las tareas domésticas, luego de que los hijos se hubieran ido a la escuela.
Su hombre en cambio, habría salido antes del alba, cuando recién cantaba el primer gallo, luego de ensillar prolijamente uno de sus caballos, luego de tomarse sus mates.
Como la calle en que vivía era la última del pueblo, no le costaría mucho tiempo encontrar ese callejón que lo llevaba al ancho camino de esa gran estancia donde trabajaba, y que iría a su vez despertando para las distintas tareas.
Entonces el hombre, inclinando levemente el cuerpo hacia delante, apretaría con sus espuelas las verijas el alazán y al galope incipiente lograría una regularidad en su ritmo y todos los ruidos del campo al despertar lo recibiría con ese aire puro que le llenaría los pulmones y el corazón de una dicha conocida, que no por repetida lo abandonaba ese día.



*De Jorge Isaías. jisaias46@yahoo.com.ar









*


Golpear la pared.
Golpear
contra la piedra
una vez
y otra vez
hasta que duela,
hasta que sangre
el puño herido
como un brote
de ceibo.
Golpear
y maldecir
su destino de roca,
mi destino de viento.
Golpear
y llorar,
jurando
que no hay lugar
para otra lágrima,
que es sólo de rabia
y no tristeza.

Golpear
con la ciega furia
de la fragilidad
hasta encontrar
la grieta.


*De MARIANA FINOCHIETTO.









El fabricante de arco iris*



Después de un día de fuerte  tormenta, el sol salió rojo, poderoso y hasta prepotente. Por el sendero de tierra que entra a la ciudad por el lado sur, venía un hombre caminando vestido de verde y con un sombrero de alas anchas. Era alto y delgado.
El hombre traía  debajo del brazo algo que se parecía a una sábana grande. Hacía esfuerzos para mantenerse en pie. Era evidente que el peso le hacía perder el equilibrio.
Llegó a un lote baldío, el mismo en que jugábamos los chicos del barrio. Colocó ese algo en el suelo, retiró la sábana y nos dimos cuenta de que era un instrumento, una máquina. Calibró el aparato y oprimió un botón. El artilugio se elevó por el aire dando varios giros.
Cuando llegó bien alto, donde ya no lo podíamos más ver desde la tierra, el dispositivo comenzó a despedir cintas  de colores formando un arco y descendió hasta donde se encontraba el hombre.
Sucedido esto, él desapareció. Las cintas quedaron como atadas al horizonte  y permanecieron en el cielo, pero no por mucho tiempo. Al rato se dispersaron entre las nubes.
Todavía recuerdo ese día, en que con mis amigos vimos a un ser humano fabricar, con una máquina, un hermoso arco iris. Los grandes nos dijeron que eso era imposible, porque el arco iris se forma por un fenómeno natural, óptico y meteorológico y que un hombre no podía crearlo.
Nosotros decidimos no creerles porque los mayores no pueden ver más allá de lo que creen posible.



*De Rocío Flesia. rocy.flesia@hotmail.com
Sunchales.
*PRIMER PREMIO - CERTAMEN LITERARIO PARA ADOLESCENTES “EL PUENTE 2014”









Sed primera*



Llegó la lluvia. Decidida y vertical
sin viento que la hiciera vacilar
más mía que nunca
como siempre mía
contándome historias de arrecifes
donde la voz de los truenos
se afila para lastimar recuerdos.
Llegó. Decidida y vertical.
Golpeó mi puerta.
Hoy no quiero oírla. Necesito
elaborar los abrazos que no fueron
y aquella sed primera que en el alma sucedía.


Yo amaba las palabras, madre
¿porqué no me escuchaste? Tal vez
fue una lluvia que llegó –como hoy-
sonora, decidida y vertical
quien cegó tus oídos, tu corazón, tus ojos...
Fue triste esperar casi una vida
para aceptarlo hoy.


*De Miryam Colombotto de Seia. miryamseia@cablenet.com.ar










Conspiración constelación aliteración*



“Conspiración constelación aliteración
signos, estrellas
amor
no existen diferencias, sólo amor
materia de signos invisibles,
callar mirar rozar tomar
suave arena tan dura como el acero
dormir y no
saltar y no
lágrimas risas abrazos.
Abrazo de nieve
aura de malos colores
escucho tus tormentas
arder en tus ojos
amor pierde diferencias amor
y diferencias como moscas
y ukeleles como tierra
y guitarras como grillos
y recuerdos como postales de pequeños
/ momentos
y caricias de nube
y besos de alguacil
y relaciones de mariposas
y caminatas de pato
y bamboleos de juncos
y danzas de cuerpos como cebras
rayadas
opuestas
o no tanto
y peleas como tigres
y entrega como ciervos
y cabezas como orangutanes
y escritores como axolotls
y soles como cuerpos
y lluvias como sudor
y amores como murciélagos
y dinosaurios como personas
y personas como dinosaurios
y pantanos como ojos
y manos como lombrices
y pelos como ciempiés
y sexos como caracoles
y relaciones de liebre y tortuga
y sueños de palomas
y mensajes de pulpo
y trapitos de sol al sol con sol
abrazaditos
sobre mantas de flor”.



*De Valentina Joerin. vale.joerin@hotmail.com
Santa Fe
*PRIMER PREMIO - CERTAMEN LITERARIO PARA ADOLESCENTES “EL PUENTE 2014”










LOS DISPAROS*



Estaba profundamente inmerso en un sueño recurrente en el que avanzaba por una espesa jungla, apartando las ramas y persiguiendo su presa. Las manos firmes en la escopeta y el oído atento a cualquier sonido extraño. Se movía lentamente, intentando que sus pisadas no le delataran, consciente de que el más mínimo desliz echaría al traste la cacería. De pronto, desde su izquierda una sombra se abalanzó sobre él. Instintivamente retrocedió al mismo tiempo que disparaba. El estruendo le despertó.

...

Le había conocido en el bar del club mientras estaba haciendo tiempo esperando a la tardona de Merche que siempre llegaba tarde. Era apuesto, varonil y simpático y no le pareció correcto rechazar la invitación. Al fin y al cabo ¿Qué mal había en ello? En el club la conocía todo el mundo por lo que sería peor visto que hubiera desatendido la invitación. Cuando el caballero en cuestión la invitó a practicar el tiro al plato se ilusionó porque siempre había tenido ganas de probarlo. Con la escopeta en las manos notaba el calor del hombre en su espalda mientras le indicaba la postura que debía adoptar. Se iba poniendo cada vez más nerviosa al ver que aquellas indicaciones se hacían más largas de lo que el decoro permitía, pero no pudo negar que le gustaba el juego. Distraídamente apretó el gatillo y disparó cayendo ambos al suelo producto de la sorpresa. Y despertó.



Los dos se miraron sorprendidos al despertar al unísono y encontrarse en la cama matrimonial. Entendieron que habían tenido un sueño y se dispusieron a volver a dormir dándose media vuelta, lo que no les permitió ver los dos enormes boquetes que había en la puerta del armario.



*De Joan Mateu. joan@cimat.es









*


En el Planeta P-7382 prosperó hace milenios la estirpe asombrosa de Los Vendedores de Humo, seres horripilantes y de cerradas convicciones. Tenían estos un temperamento volátil y necesidades vaporosas. Nacidos de una antiquísima chispa o una explosión guardaban poco respeto por sus ancestros y las relaciones familiares. Su ambición de ascender solo era superada por su infantil búsqueda de vientos propicios. Comerciaban en los atardeceres con los colores opacos y las sombras sepias, eran vendedores sin escrúpulos, dados a las incorrectas proposiciones y a desaparecer al menor descuido del cliente. Su destierro del P-7382 se debió a la volatilización de su hegemonía y a la proliferación de los tules de nylon. En el Tercer Planeta fueron condenados a evadirse eternamente por oscuros conductos y chimeneas y a huir forzados por los escapes de los vehículos de motor.



*De Jorge Lacuadra.  jorgelacuadra@hotmail.com










Noche de otoño*



Noche de otoño
¿quién no te ha escrito ya?
llenos de nostalgia
o poseídos por un cuerpo al cual abrazar,
quién no escribió ya
tus infinitos silbidos
y esta lluvia que cae…
Estoy sola
herida por la belleza más cruel:
la Poesía



*De María José Medei. majo_2196@hotmail.com
Santa Fe
*SEGUNDO PREMIO - CERTAMEN LITERARIO PARA ADOLESCENTES “EL PUENTE 2014”










El aire perturbado*



El aire yacía incómodo, perturbado.  Estaba viviendo una situación en la que no quería estar, pretendía pasar desapercibido.
El tío, cansado de un trámite que lo dejaba en otro estado civil, se sintió cómodo con la ayuda de unos mates, cebados por su sobrino, un ardiente editor y escritor que en un universo paralelo, había soltado su melancolía abriendo las puertas a un sonido de letras lejano, pero muy cercano. También, pero sin papeles burocráticos de por medio, recogía  el silencioso aroma del amor. Alunizando, leyó unas líneas que le enviaron de una  plataforma espacial: " la vida me dio un mensaje de libertad al encontrarte"  una frase ondulada...
Fue enviada en el momento oportuno.
De improviso un volcán en erupción, comenzó a girar en ese aire perturbador, modelando su fisonomía. De ser tenso y monotemático,  la ventilación separó  la ternura aislada en un compartimiento íntimo, ennegrecida por el aburrimiento. Cambió su textura rígida y domesticada por los años, inquilinos del encierro.
Esa frase: “la vida me dio un mensaje de libertad al encontrarte” renovó la vertiente que sentía perdida y penada por los compromisos.
El deseo, el alivio, la frescura bordaron en esa tarde lluviosa un territorio invadido hasta entonces por el hastío.
El editor se frotó los ojos con imprecisión, en un gesto de sorpresa. Limpió sus anteojos anticuados de los restos del polvo de lo rutinario,
Su aliento se agitó, los poros de su piel francos a la aventura de creer se rebelaron incandescentes.
En esa tarde, la  lluvia brindó cautivada por esa frase.-












Tan sólo cenizas*



Noches de luna
silencio.
Recuerdos lejanos
fijos en mi retina.
Niebla.
Soledad.
Misterios (demasiados)
Atrozmente vencido
caigo
inmóvil
mientras
el fuego del pasado (tu fuego)
me consume poco a poco.



*De Pablo Bressán. pablo_bdp_@hotmail.com
Malabrigo
*TERCER PREMIO - CERTAMEN LITERARIO PARA ADOLESCENTES “EL PUENTE 2014”










 CUADRATURA DE LA REDENCIÓN*



Si tienes boca, bebe.
Aire de enero. Arden las hogueras en el páramo.
La niña es un papiro de maíz, inconcluso.
Una boca. Un ojo. Tres pechos. Triángulo.
Un lagarto azul se enrosca entre sus tripas
Su boca es una ameba triste... Fagocita.
Lecho vacío. Letrina. Él ya no viene.
Se aleja. Se proscribe en el delirio de la noche.
Y la niña sin nombre traga y trinca.


Un recipiente. Una fuente de luz. Un maná.
Un extenso pezón y una boca.
No importa si faltan los abrazos.
No importa el pan. La espiga ni la sal.


Cuadratura de la redención.


Y llegan los gritos de los muertos.
La guadaña es un reloj de arena.
Aquilón dispersa las escuálidas nubes.
Mesa camilla. Pezuña de rumiante.
Crece el secreto de la raíz y el tallo en el desierto.
Un cielo vertical protege su universo descalzo
Detrás, un oasis de maíz. Espigas.
Inadvertido para el ojo profano.
Ha aprendido. Nadie elude la muerte.
Nadie elude la vida. Hierba de salvación.


Si tienes boca, bebe. Si tienes boca, besa.
Si tienes boca, habla. Si tienes boca, muerde.
Si tienes boca escupe. Si tienes boca incendia.
Y grita, grita, hasta sangrar tu nombre.


De Amelia Arellano. amelia.arellano01@yahoo.com.ar










*

Mi vecinito tenía nueve años y era mudo. Me enamoré de él porque era distinto a todos: nada se sabía de él porque al no hablar era puro misterio. Se parecía al Dios del que las monjas me hablaban en la escuela. "¿Dios es mudo?", le pregunté a una monja rara y flaca que gritaba por la noche ( y eso lo sabíamos las que alguna vez fuimos pupilas), la Madre Matilde. Me miró desorbitada sin contestarme. Entonces, empecé a enamorarme de mi vecinito, tan misterioso, tan sagrado (¿el mismo Dios?).


*De Liliana Díaz Mindurry. lidimienator@gmail.com








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CERTAMEN LITERARIO PARA ADOLESCENTES “EL PUENTE 2014”
RESULTADOS



Cuento


Primer premio: “El fabricante de arco iris” - Rocío Flesia (Sunchales)

Segundo premio: “El cuento de un tiburón” - Mariano Golinsky (Santa Fe)

Tercer premio: “Libertad” - Dolores Troncoso (Santa Fe)



Menciones cuento:

“La muñeca de Rosa”  Lucía Garofalo (Santa Fe)

“La magia del arte” - Paula Gómez (Santa Fe)

“La pobreza de mi ciudad” - Belén Montenegro (Santa Fe)




Poesía

Primer premio: “Conspiración constelación aliteración” - Valentina Joerin (Santa Fe)

Segundo premio: “Noches de otoño” - María José Medei (Santa Fe)

Tercer premio: “Tan sólo cenizas” - Pablo Bressán (Malabrigo)





Menciones poesía:

“Tengo miedo”Karen Figueroa (Santa Fe)

“Aquí” - Ana Laura Gómez (Santa Fe)

“Coleccionista” - Eugenia Escalas (Sauce Viejo)

“¿Qué clase de fuego soy?” - Paula Gómez (Santa Fe)

“Dolor” - Camila Álvarez (Malabrigo)


El cuento que obtuvo Primer premio y los poemas que obtuvieron Primero, Segundo y Tercer premio serán publicados: a) en forma de folletos, en una cantidad de ejemplares a determinar, y b) en la revista virtual “Inventiva Social”, que se distribuye mediante correo electrónico y llega a lectores de distintos países de habla hispana.
Por otra parte, los autores de los trabajos distinguidos con el Primer Premio en cada género recibirán una orden de compra por valor de $ 200 en la librería y disquería “El Arca del Sur” de la ciudad de Santa Fe.

El Jurado de Poesía estuvo integrado por Oscar Agú, Teresa Guzzonato y María Alejandra Tiraboschi , y el de Cuento por Mónica Laurencena , Mónica Russomanno y Leonardo Pez , habiendo actuado como coordinador del certamen Alfredo Di Bernardo.





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INVENTREN
Próximas estaciones literarias:
  
J.J. ALMEYRA.
-Por Ferrocarril Midland-


GOBERNADOR ORTIZ DE ROZAS
-Por Ferrocarril Provincial-

-Colaboraciones a inventivasocial@yahoo.com.ar



InventivaSocial
Plaza virtual de escritura
Para compartir escritos escribir a: inventivasocial@yahoo.com.ar

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