* Dibujo de Erika Kuhn. https://obraerikakuhn.blogspot.com/
PREDESTINACIÓN*
Los amos/ tal como los poetas/ aman la poesía/
que los mata/ como marineros/ que se ahogan en el
mar./
Derek Walcott
Tal como
la enredadera ama treparse a los muros
tal como al perro le gusta
ladrarle al viento
dentro de un automóvil en marcha
tal como el padre
espanta la mosca de la boca
de su hijo enfermo
tal como el ciego roza la piel
que desea con las yemas de los dedos
tal como el poeta juega
con la palabra. Tal como
yo hurgo ahora
en este mar que los poetas navegan
hasta ahogarse
*De Daniel Montoly.
*
Si se supiera,
tantas veces crecía un río
que cubría la mesa,
los pasillos de la casa,
cubría todo,
la cama,
la lámpara, los libros,
era imposible salir,
quedar a salvo,
crecía un río, como crecen
los dientes
de un animal feroz al mediodía,
crecía sin piedad,
y no importaba
que éramos buenos,
que éramos dóciles,
que éramos valientes,
crecía un río
y las manos sentían
la pulsión de la vida
pidiendo,
llorando,
todo el cuerpo chocaba
con las plantas acuáticas, nocturnas,
respirar se volvía
una catástrofe,
un pie fuera del barco,
una plegaria,
porque el agua subía,
sorda subía,
ciega subía,
queríamos decir y no,
queríamos saltar y no,
queríamos salir y no,
no,
nosotros
ay, nosotros,
que éramos buenos,
que éramos dóciles,
que éramos valientes,
mudos de las dos manos,
sosteníamos los helechos de agua,
las lentejas pequeñas
y las flores azules
de los camalotes.
-De "Flores para no regar".
-Valeria (Muñiz, Provincia de Buenos Aires, 1970)
Coordina talleres de poesía y el ciclo de poesía en Bella Vista.
Algunos de sus poemas fueron traducidos al portugués y al italiano.
Publicó los libros de poesía: "Cero sobre el nivel
del mar" Ediciones AqL (2012), "Paula
levanta la persiana", Ediciones AqL (2013); "Donde termina esta casa", Ediciones de la Eterna
(2015), "Del otro lado de la noche"
(2015) Editorial El Mono Armado, "Triza"
(2017) Editorial Detodoslosmares, "La trilogía: Uva
negra/ Mascarón de proa/ El castillo de Rouen", Vela al viento
Ediciones patagónicas (2018).
-En 2019, con su libro "Zarmina",
obtuvo el Primer Premio del Concurso de Letras, categoría poesía, del Fondo
Nacional de las Artes.
Sus poemas fueron incluidos en distintas antologías, entre ellas
"Antología de poesía iberoamericana actual", Ed. Ex Libric, España,
2018; "Rapsodia ensamble de voces- Obertura- Editorial El mono armado,
2015; Movimientos/ Primera antología Ciclo Moserrat 2018, "Antología
Federal de poesía de la provincia de Buenos Aires", del Consejo Federal de
Inversiones.
El abrazo que no llega*
La mañana aún es noche
pero ya no ves la luna
ni los perros ladran.
Todos duermen.
Vos nunca dormiste.
Qué le ocurre a la noche en este otoño
que no le da fin al día.
Como dibujada en tu memoria
la abuela te coloca los guantes y te arropa
porque el frío es crudo cuando chicos.
Tu cuerpo,
el que se brota con el calor
y se afiebra ante el primer frío.
Tu cuerpo blanco, ahora solo,
triste cuerpo curvo.
Tu cuerpo,
el que un día tomé con mis manos
y ahora no descansa.
La noche es larga
y es otoño.
Tu abuela y yo nos encontramos
en ese punto del recuerdo
en donde somos una
intentando abrigarte.
*De Paula Novoa. novoapaula8@gmail.com
*
Aquí empieza la intemperie.
Sólo traigo
este puñadito de palabras
y esta certeza de tenerte.
El viento nos arrastra, amor.
No me sueltes.
No me sueltes.
*De Mariana Finochietto. mares.finochietto@gmail.com
- Mariana nació en General Belgrano,
Provincia de Buenos Aires. Actualmente vive en City Bell.
Publicó: Cuadernos de la breve
ceguera (La Magdalena 2014). Jardines, en coautoría con Raúl Feroglio (El Mensú, 2015)
La hija del pescador (La Magdalena, 2016). Piedras de colores
(Proyecto Hybris 2018)
Su último libro publicado es El orden del agua,
GPU Ediciones (2019)
-Coordina Microversos, talleres de exploración literaria.
Mujer mirando al vacío*
Parada frente al mar
con un reflejo gris en su mirada.
(Se diría perdida en la nostalgia,
la nostalgia del mar, que no se agota)
Parada frente al mar.
La ciudad a su espalda
(esa ciudad que antaño fue promesa
y hoy es sólo glacial encrucijada)
y una muda tempestad de arena
bajo sus pies descalzos.
Ante ella hay un mar incomparable
que sus ojos no ven, un cielo transparente,
una distancia,
la levedad impronunciable de la brisa.
-De Por si mañana no amanece.
UN CARRO BAJO LA LLUVIA*
*Por Jorge Isaías. jisaias4646@gmail.com
Las historias que el hombre escribió en sus horas grises, en sus
horas huecas, cuando los atardeceres se animaba impulsados por el fuego del
crepúsculo, dejando su sangre sobre lo troncos olvidados de los pinos.
Las historias que el hombre repetía, corregía, volvía a echar a
rodar sobre la vida de los otros habitantes de ese pequeño pueblo perdido en la
llanura, eran en general soñados por él, con el sustrato de historias que otros
le contaron, aunque la gente en gran parte terminaba, tomándola como ciertos,
como si no fueran carne de ficción, como si el nudo del relato o existiera y
como si no se pudiera crear la realidad de la narratividad más pura.
De todos modos aquel mundo ya acabado alguna vez había existido.
Era un mundo abierto a los anchos amaneceres rodadores, cuando los días tenían
el olor del caballo, y las siestas su orín agrio donde pululaban los grandes
moscardones del verano, el mar de mariposas amarillas, sobre los alfalfares que
refrescaban las noches del verano, cuando sólo el violín de un grillo diminuto
y escondido aserraba el pegajoso calor del anochecer.
Las tareas se habían cumplido con trabajosa rigurosidad y era la
hora del descanso, cuado el campo quiere decir algo, como bien puedo citar
borgeanamente.
En esos tiempo y a esa hora en que el sol había muerto
descabezándose en sangre violeta sobre los eucaliptos últimos, sobre los
paraísos verdes y sobre esos fresnos de hojas cobrizas que ya habían caído en
su totalidad y habían cubierto ese gran patio de tierra donde los perros jugueteaban
bajo la mirada agrisada y como lejana del abuelo ultramarino, pero ya
aquerenciado a esta pampa que había trocado por los picos nevados de su
aldehuela natal. Llegando a ese fin de tareas para descansar, y según la
estación se encendía ese inmenso farol y si era verano se colgaba de un árbol
frondoso del patio, un sauce alto y añoso pero si era inverno se colgaba dentro
del gran comedor con las vigas de maderas altas, o en primavera u otoño de la
ancha galería de baldosas coloradas. Para las habitaciones se usaban las
lámparas que mojaban esa larga mecha de kerosén y acompañaba –agigantando- las
sombras en las paredes que escondía esa luz mezquina, olorosa y llena de
silencios.
Estas son las historias que el hombre contaba cuando los amaneceres
eran más altos que el mundo. Cuando los años se arracimaron sobre él y lo
dejaron exámine frente a tantos recuerdos, frente al vacío de un mundo que le
quitaba todo, hasta el mínimo frescor del vacío sobre sus anegados misterios.
Algunas historias que este hombre escribió fueron leídas por mí en
cuadernos ya amarillentos de olvido, con el ocre en borde de sus páginas como
un oprobio y una miseria. Algo como vergonzoso de lo que se quiere huir, Algo
que no se puede aludir del recuerdo. Que de vez en cuando aparece en toda su
luminosidad.
Y entre los huecos que han dejado esas historias hay uno que se
cuela de hace tiempo en todos los intersticios.
Mi tío Roque, hermano de mi madre, a la sazón en Rosario ya vino a
visitar a su novia, la bellísima tía Anita, quién vivía con su familia en una
lejana chacra justo a un hondo canal.
Era verano y mi tío que paraba en mi casa en estos viajes de novio
que hacía, trató de entusiasmar a mi madre con una visita a la chacra “del tío
Domingo Ciccarelli”, un gringo bonachón que tenía su campo cerca de Cañada del
Ucle. Mi madre aceptó, poco convencida, ya que mi padre estaba por volver del
sur de la provincia de Buenos Aires donde anualmente iba de cosecha fina. Pidió
el carro prestado con su correspondiente caballo al “Pelado” Míguez y partimos.
La familia del tío Domingo era numerosa. Tres hijos le trabajaban
el campo porque él estaba muy grande, y se entretenía contándole historias a
sus nietos numerosos que por las noches leía en un su original itálica del
libro “Corazón”.
Pasamos un día magnífico, los grandes jugando al truco luego de la
homérica tallarinada y los chicos corriendo bajo un montecito de paraíso que
estaba detrás de la casa. Cuando avanzaba la tarde una tormenta empezó a
amenazar de manera preocupante como suelen serlo este tipo de fenómenos en la
llanura. En cuando el campo demuestra su entonces desamparo, su condición de
intemperie.
Fue inútil convencer a mi madre a que esperásemos la lluvia y
volver al otro día.
Temía – y con razón- la ira de mi padre que no consintió nunca
nuestra ausencia cuando el regresaba a la casa, máxime cuando había estado
(como esta vez) más de un mes afuera. Mi tío ató el caballo al carro, de la
casa trajeron una lona o una frazada vieja para que nos tapásemos mi madre y
yo, y mi tío, cubierto por un gorrito de género que se empapó enseguida y una
bolsa de arpillera a guisa de impermeable, regresamos.
Me quedó esa imagen: mi tío manejando en el asiento, bajo las gotas
implacables. Mi madre y yo sentados en la caja del carro, bajo ese manto que se
empapó enseguida. Lluvia, relámpagos y truenos.
Cuando llegamos era noche cerrada.
Mi padre tardó en volver cinco días.
Esta es la historia dolorosa que el hombre olvidó contar.
INDECISION*
No debía haber entrado en aquella pequeña habitación en la que se
quedó encerrado. Al tacto se dio cuenta de que a pesar de lo reducido de la
misma había una puerta en cada pared. A la luz del mechero descubrió que estas
tenían un letrero colocado a la altura de los ojos y vio también dos puertas
más, una en el techo y otra en el suelo.
Vio claro que era un punto sin retorno porque no había manera de
identificar por donde había entrado. Y vio claro también que debería escoger
una puerta jugándose su futuro a tenor de la que eligiera. Un dilema de cuatro
puntos cardinales mas el techo y el suelo.
En la puerta Norte la leyenda decía:
"La guía, el punto magnético, frío en el alma"
La desechó por no considerarse un líder y por miedo.
En la puerta Sur rezaba:
"Vida escasa, temperatura extrema, soledad"
Ni pensar en esta, sentirse solo siempre fue uno de sus temores.
En la puerta Este se podía leer:
"Especies y aromas, sueños vanos, pasión culpable"
Rechazó esta posibilidad por temor a las culpabilidades, aunque no
se sentía culpable de nada.
En la puerta Oeste había escrito:
"Ocaso, mares embravecidos, distancia infinita"
Esta opción le dio más miedo aún que la anterior. Miedo a lo
desconocido, a lo oscuro. ¡No!
En la puerta del techo leyó:
"Solamente para almas puras".
Ahí sabía que no tenía opción alguna.
Miró al suelo buscando el letrero y no lo halló.
Supo que tenía que decidirse rápidamente y que no debía escoger el
suelo, a pesar de no haber nada escrito y precisamente por eso. Estaba en un
mar de dudas y los minutos iban pasando. Se dio prisa a si mismo consciente de
que no le quedaba tiempo y tomó una decisión. Se giró y en el momento que
estaba delante de la puerta escogida se abrió el suelo y cayó. Cayó
irremediablemente en una caída sin fin, cayó hacia la nada infinita mientras
pensaba que su indecisión le había llevado a un destino inconcreto y eterno
*De Joan Mateu.
*
Una inmensidad de estarse repetían las jornadas…
Y ahí estaba él,
dibujando en el aire versos de ríos y jangadas ..
presumiendo proyectos con el mate,
una manzana en rebanadas
o esa tempranera manera de abrirme los ojos al
paisaje.
Le divertía correr el sol tornasolado
y bañarme de luces con su canto.
Su sombra aún alienta en mis costillas
y un abecedario de vocales
grita su silencio
aunque esta constante lluvia cada noche
habita en el mutismo interminable del abrazo…
Dicen que el poeta ha partido al horizonte.
Y allá lo veo, transparente, con la luna en sus
manos
y su silencio en mi boca…
MI ABUELA LA CALANDRIA *
Las manos de mi abuela campesina
Inquietos jaríllales al viento.
Denunciantes De historias postergadas.
De mujer y labriegos
De calendarios de hambre.
De renuncias. De involuntario exilio.
De extensos quebrachales de miedo.
De rezos, de leyendas, de íconos en sepia.
Mi abuela heredera de mieses y de soles.
Mi abuela flor. Brote, rama, raíz. Fruto
En terrenal alquimia mezcla argamasa y lluvia
En el horno de barro se hace pan el milagro
Y perfuma, perfuma
Los cielos de la infancia.
Se confunden sus manos con la tierra.
Entierra simientes y dolores.
Casi secretamente
Desgrana semillas de esperanza.
El vellón de oveja desafiante la espera.
En sus manos, las nubes.
Se transforman
En calor. En abrigo,
En padre, en madre.
El oro es pajonal y en sutil filigrana,
puntadas y sueños se entrelazan
Surge entonces el nido: un canasto de paja.
Mi abuela es la calandria, la que siempre se queda,
Y canta cuando goza y canta cuando llora.
… El viento se detiene… para verla bailar
Sus manos se transforman en palomas y sus pies,
En ingrávidos gorriones.
Mi abuela, la calandria, la que siempre se queda
*De Amelia Arellano. amelia.arellano01@gmail.com
(La
calandria es uno de los pocos pájaros que no migran y viven por años en el
mismo nido)
*
Creo que todos más de una vez pensamos en la sutil
rebelión de las cosas, sobre todo cuando se pierden: allí parecen tener vida
propia. Pero también cuando las percibimos caóticas en la oscuridad, o con la
ingenua sencillez que tienen a la mañana, la indiferencia que afectan de tarde
y la malignidad irónica que muestran al atardecer.
Inventren
-Próxima estación:
JUAN TRONCONI.
En el recorrido del tren literario por Ferrocarril
Provincial:
CARLOS BEGUERIE. FUNKE.
LOS EUCALIPTOS. FRANCISCO A. BERRA.
ESTACIÓN
GOYENECHE. GOBERNADOR UDAONDO. LOMA VERDE.
ESTACIÓN SAMBOROMBÓN. GOBERNADOR
DE SAN JUAN RUPERTO GODOY. GOBERNADOR OBLIGADO.
ESTACIÓN DOYHENARD.
ESTACIÓN GÓMEZ DE LA VEGA. D. SÁEZ. J. R.
MORENO. EMPALME ETCHEVERRY.
ESTACIÓN ÁNGEL ETCHEVERRY.
LISANDRO OLMOS. INGENIERO VILLANUEVA. ARANA.
GOBERNADOR GARCIA.
LA PLATA.
***
En el recorrido del tren literario por Ferrocarril
Midland:
ELÍAS ROMERO.
KM. 38. MARINOS DEL
CRUCERO GENERAL BELGRANO. LIBERTAD.
MERLO GÓMEZ. RAFAEL
CASTILLO.
ISIDRO CASANOVA. JUSTO VILLEGAS.
JOSÉ INGENIEROS.
MARÍA SÁNCHEZ DE MENDEVILLE. ALDO BONZI. KM
12.
LA SALADA. INGENIERO
BUDGE. VILLA FIORITO. VILLA CARAZA.
VILLA DIAMANTE. PUENTE ALSINA. INTERCAMBIO MIDLAND.
InventivaSocial
Plaza virtual de escritura
-Para compartir escritos escribir a: inventivasocial@yahoo.com.ar
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