martes, noviembre 16, 2021

A LA ORILLA DEL AMOR.

 



*Dibujo de Erika Kuhn.

https://obraerikakuhn.blogspot.com/

 

 

 

 


 

 

 

 

 

*

 

 

Digo

de mi pecho en lluvias,

de mi vientre donde la luz celebra su fiesta de colores,

digo

de mis piernas que no aprendieron del arraigo,

de mi cuello siempre extendido hacia mañana.

Digo

de mi espalda y su vértigo de cerros,

de mis manos que bailan,

digo

de mis pies de mansas alegrías,

de mis hombros pulidos por el viento,

digo del aire feliz de mis axilas,

de mi sexo de júbilo,

digo

del hueco donde mi nuca desprende su promesa.

Digo de mi cuerpo extendido sobre el mundo,

de mi cuerpo que dice lo que callo.

 

 

*De Mariana Finochietto. mares.finochietto@gmail.com

 

- Mariana nació en General Belgrano, Provincia de Buenos Aires. Actualmente vive en City Bell. Publicó: Cuadernos de la breve ceguera (La Magdalena 2014). Jardines, en coautoría con Raúl Feroglio (El Mensú, 2015) La hija del pescador (La Magdalena, 2016).  Piedras de colores (Proyecto Hybris 2018). El orden del agua, GPU Ediciones (2019)

-Su libro MADURA, ha sido recién editado por Editorial Sudestada (2021)

-Coordina Microversos, talleres de exploración literaria.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CELEBRACIONES*

 

 

Niña. Mujer. Muchacha sin abrir

Razón del territorio de lodo.

Celebremos.

Espejo. Agua de luna.

Arquetipos de suelos que no duermen.

Cae una estrella. Mírala. Pide un deseo.

No mientas. No mires hacia abajo.

 

Celebraciones.

Ora por mí. Ora por ella. Ora por él.

Velas encendidas y olor a cera.

Padre y virgen de yeso. Mujer de los veranos.

Infancia degollada. San Antonio de Bronce.

Apriétame la mano. Nietzsche es solo un hombre.

También Cristo y los cristos terrenales.

 

Celebremos la luz.

La fosforescencia de los huesos.

Los soles incendiados en tu vientre.

Sé pasionaria, violeta de los Alpes, madre selva.

Celebremos la lluvia.

Regreso al valle de los umbríos lechos.

Escucha su sonido, pon tu mano y la mía.

Sé cántaro, alcarraza, ánfora.

Bebe niña, bebe y ofrece la sed al forastero.

 

Celebremos la muerte.

Niña, mujer, muchacha de los sueños de lluvia.

Si, lo sé, no es fácil definir la muerte.

No es fácil definir la vida.

Sé mariposa. Paloma. Reloj de arena.

Razón del barro. Razón de los cantares.

Haz el amor, eternamente.

Celebra. La muerte solo es un eufemismo

Una ironía de la vida, un rodeo.

Solo un rodeo.

 

*De Amelia Arellano. amelia.arellano01@gmail.com

 

 

 

 



 

 

 

 

CARTA*

 

 

Para decirte,

amor,

para decirte,

que soy el árbol seco de tu calle,

que ya no espero lluvias ni veranos,

que soy

incómoda y tenaz

como los sauces.

Soy la que no dará más sombra

ni refugio,

apenas

una canción del aire.

 

Para decirte apenas que persisto,

cerca

hasta que empieces a olvidarme.

 

 

*De Mariana Finochietto. mares.finochietto@gmail.com

 

 

 

 


 

 

 

 

 

REGRESO*

 

 

El hombre de los ojos insomnes, duerme.

Duerme mecido, en rituales de viejas caracolas.

También duerme el deseo.

Lo despierta la noche y el penetrante olor a vida.

Los espejos. Los retratos vivientes. La estremecida piel.

Ha perdido sus pasos, su insolencia.

Ah, si pudiera volver, recordar, regresar.

Pero es de noche y teme. Noche de terciopelo.

Acechan los pájaros del miedo.

Teme. Teme abrir los cerrojos.

Las ventanas pircadas. Las clausuradas puertas.

Teme y desea. El escozor se arrastra como felino en celo.

Es agosto y los almendros brotan.

También germina el fuego.

Se encienden las cenizas.

Las azules grutas tantas veces besadas.

El ritual del puñal que cincela y canta.

Y teme, y desea y excomulga las antiguas muertes.

Y regresa.

Regresa, sabiendo que un viaje es solo eso: un regreso.

 

*De Amelia Arellanoamelia.arellano01@gmail.com

 

 

 

 


 

 

 

*

 

Y un día supimos

que no somos los campeones del amor.

Que la vecina rubia y torpe

que estaciona su auto siempre mal

alguna vez se enamoró.

Que el viejito que espera

en la cola del banco

una vez se enamoró.

Esa mujer riéndose frente a su trago

en la ventana de un bar

alguna vez se enamoró.

Todos, todos ellos

habitaron alguna vez la casa del amor,

recorrieron los pasillos,

se arrojaron

desde todas las cornisas,

durmieron en las camas del amor.

Todos ellos,

también,

fueron los campeones del amor.

Por eso andan tan cansados,

como nosotros.

 

*De Mariana Finochietto. mares.finochietto@gmail.com

 

 

 

 

 



 

 

 

LA PENUMBRA DEL CUERVO*

 

 

Inadvertidamente. Casi. Ha llegado la penumbra del cuervo.

Y no la vi. Juro que no la vi.

Llegó. Desfallecientes manos y agonía.

Para quedarse llegó. Desterrada infancia florecida.

Yo dibujé la sombra del andrajo.

Me acuso de la agonía del canto y de la herida.

Y el hueco. Oh, el hueco. Omnipresente

Universal. Planisferio oscuro. Mi nombre y tus manos dolidas.

Cálidas cruces donde duerme el espanto.

Una niña corriendo con un jarrón robado.

Ay, madre mía. Tuve que dejarlo con las cosas inertes

El precepto y la norma. Hagamos un poca de historia madre mía.

Venías de la trasgresión y el pecado. Absorto corazón sin culpa.

Yo, venía de otro mundo. Páramos y lagartos.

Y aprendí, sola. Y lo hice, y escribí mil veces mi nombre entre tumbas.

Él, adoraba el abismo y trizados espejos.

¿Cómo esperar que borre las raíces?

Raíces que se prenden en mis muslos y me recorren toda.

Amante. Esposo. Enamorado. Todo vale.

Él, vino de la lluvia y con ella se fue.

¿Cómo esperar amores sempiternos? ¿Perpetuos?

Todo pasa, madre. Todo. El amor. La infancia. La pollerita breve.

Ha llegado la penumbra del cuervo. Aquí, niña, sentadita, con el jarrón

en brazos, con dos niños, espero.

 

 

*De Amelia Arellano. amelia.arellano01@gmail.com

 

 

 

 

 


 

 

 

*

 

 

Dame

esta pequeña luz,

esta certeza azul que cae sobre los patios.

Dame tus costumbres de lluvia,

la ternura

que crece entre tu mano y la mía

con el coraje de las enredaderas.

Dame todo el dolor. Dame toda la pena

que pueda soportar.

Que arda mi corazón,

que se transforme

en un fruto sagrado que desees siempre.

Dame el borde. La fisura. La cornisa.

Del amor y otra obediencia ya he tenido.

 

 

*De Mariana Finochietto. mares.finochietto@gmail.com

 

- Mariana nació en General Belgrano, Provincia de Buenos Aires. Actualmente vive en City Bell. Publicó: Cuadernos de la breve ceguera (La Magdalena 2014). Jardines, en coautoría con Raúl Feroglio (El Mensú, 2015) La hija del pescador (La Magdalena, 2016).  Piedras de colores (Proyecto Hybris 2018). El orden del agua, GPU Ediciones (2019)

-Su libro MADURA, recién editado por Editorial Sudestada (2021)

-Coordina Microversos, talleres de exploración literaria.

 

 

 

 


 

 

 

 

 

TRES ESTACIONES Y UNA MENOS*

 

 

I. ESTACIÓN DE LOS FUEGOS.

 

Un joven se masturba, en un estanque con agua congelada.

La mujer, detrás de cristales rosados, lo mira.

El fuego de la escarcha, la quema.

La alondra se abre como fúlgido puñal.

 

 

 

II. ESTACIÓN DE LA SOMBRAS

 

 

Un hombre inclinado, sobre su fatiga.

Escribe sus ficciones.

La mujer, detrás de un vidrio empañado lo mira.

Siente que la sombra que la refleja no es de ella.

 

 

 

III. ESTACIÓN DE LA ENVIDIA.

 

 

Un varón, le recuerda a su padre.

Juega con sus perros, amorosamente.

La mujer, detrás de unos vidrios húmedos.

Levanta las orejas y mueve la cola.

 

 

 

IV. ESTACIÓN DEL CALVARIO

 

La mujer prohibida. Desnuda en la hierba.

Yace, más triste que la muerte.

El hombre, detrás de unos vidrios espejados.

Se observa a sí mismo.

 

 

*De Amelia Arellanoamelia.arellano01@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

*

 

 

Alguna vez,

antes de que los siglos derribaran los muros,

hubo flores entre la hierba.

Mi pelo perfumaba el aire.

Y vos venías,

como un dios errante sobre el mundo

a dejar la luz

sobre mi cuello.

Alguna vez,

antes de que el viento arrojara tu nombre

como una piedra inútil sobre el agua,

yo canté sobre tu pecho

la canción de la soledad.

Aún, a veces,

sólo porque es tan dulce

la sangre escapando del tajo,

nos miramos.

 Y nos sentamos a la orilla del amor,

a mirar cómo pasa.

 

 

*De Mariana Finochietto. mares.finochietto@gmail.com

 

- Mariana nació en General Belgrano, Provincia de Buenos Aires. Actualmente vive en City Bell. Publicó: Cuadernos de la breve ceguera (La Magdalena 2014). Jardines, en coautoría con Raúl Feroglio (El Mensú, 2015) La hija del pescador (La Magdalena, 2016).  Piedras de colores (Proyecto Hybris 2018). El orden del agua, GPU Ediciones (2019)

 

-Su libro MADURA, ha sido recién editado por Editorial Sudestada (2021)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL BOSQUE DE LOS CEREZOS HA PARTIDO*

 

 

Me desperté asustada por el estruendo leve del silencio.

El bosque de los cerezos ha partido.

Ha partido. Ay sin despedirse.

También se ha ido el hombre del sombrero roto.

Se lleva, Ay se lleva la huella de la última nevada.

Los viñedos, inútilmente extendieron sus brazos.

Ay no pudieron, no.

Reclusos crepitan en la pasión dorada del otoño.

El sol, indeciso muerde una manzana de oro.

Ay una manzana de oro.

La esclavitud sonríe en la pausa fresca.

 

El bosque de los cerezos ha partido.

Ha partido. Ay sin despedirse.

El amor y el olvido, mustios

Caminan aferrados al hombre del sombrero roto

Y se llevan, Ay se llevan la huella de la última nevada.

 

 

*De Amelia Arellano. amelia.arellano01@gmail.com

 

 

 

 

 

*

 

 

A veces el silencio es una continuidad y se puede tocar. Hay silencios finos, suaves, silencios gruesos, rugosos, silencios agudos, metálicos, y silencios a punto del salto como las fieras.

 

*De Liliana Díaz Mindurry. lidimienator@gmail.com

 

 

 

 

 

Inventren

https://inventren.blogspot.com.ar/

 

 

 

 

 

Caja negra*

 

 

Pon tu cara a la sombra

Bebe tu luz de aquí

Toma parte del día

Ya tus sueños se han muerto

Uhhhhh...

 

 

"Parte del Día"

Aquelarre.

-Álbum Brumas 1974-

 

 

Ahora puedo saber que íbamos obstinadamente hacia lo que ya no existe. Una bandera plantada hace 124 años es apenas un símbolo que desata ese gran interrogante sobre la necesidad de viajar mientras estamos -cada uno de nosotros-  encapsulados en un tiempo que no nos pertenece del todo.

El tiempo sucede a pasos de acontecimientos impredecibles. Pasa. Todo sucede.Ver un amanecer desde el aire es de los instantes más bellos que da la vida. Algunos dormían. Yo tenía los ojos bien abiertos pendiente de aquella línea de luz en el horizonte de un sol que todavía no tenía que dejarse ver.

En la costa el sol salía del mar como ese milagro potente de la vida día por día, pero estamos lejos de la costa a 10000 pies sobre la llanura de la provincia.

Uno aprende de las épicas cuando algo falló. Los hielos también se forman en el cielo.

En vez de subir arriba de los 12000 pies había que bajar suavemente. Hasta los golpes no grité ni tuve miedo. 

Mi cabeza comenzó a escuchar ese tema de Aquelarre.No había pasado la segunda estrofa cuando el pájaro de metal daba sacudidas en una laguna que resulto ser campo inundado. El apuro fue salir atontados por si ese artefacto con sus bodegas llenas de combustible se incendiaba.

La estancia en la que caímos tenía el nombre justo "El socorro".  Peones de la estancia y empleados de una estación de tren cercana nos ayudaron a caminar con el agua arriba de las rodillas.

El andén de la estación Juan Tronconi fue el refugio más maravilloso imaginable. No sé de dónde nos trajeron frazadas y hasta café caliente. 

“El camino de tierra a Roque Pérez debe estar intransitable -nos dijo el jefe de estación-, pero ya estará al llegar el tren a La Plata. En Beguerie la estación siguiente a minutos de Tronconi, hay un pueblo con ruta asfaltada. Médicos para revisar a los golpeados. Teléfonos para avisar a sus familias que están a salvo.” 

Nos miramos con chispas de alegría por la nueva vida que nos espera.Creo que preferimos regresar sobre la seguridad de los rieles. Arriba del tren decidiremos si bajamos en Carlos Beguerie o seguimos hasta La Plata.

Si es por mí, sigo en tren hasta el final.

 

*De Eduardo Francisco Coiro.

https://www.facebook.com/CansadoDeTriunfar/

 

 

 

 

-Siguiente estación

En el recorrido literario por el Ferrocarril Midland:

 

 

 

APEADERO KM. 38.  

 

 

MARINOS DEL CRUCERO GENERAL BELGRANO.  

 

 

LIBERTAD.

 

 

 

 

**

 

En el recorrido literario por el Ferrocarril Provincial.

 

-Próxima estación:

 

 

FUNKE. 

 

 

 LOS EUCALIPTOS.     FRANCISCO A. BERRA.

 

ESTACIÓN GOYENECHE.    GOBERNADOR UDAONDO.  

 

LOMA VERDE.    ESTACIÓN SAMBOROMBÓN.

 

GOBERNADOR DE SAN JUAN RUPERTO GODOY.

 

GOBERNADOR OBLIGADO.

 

ESTACIÓN DOYHENARD.   ESTACIÓN GÓMEZ DE LA VEGA.  

 

 D. SÁEZ.    J. R. MORENO.     EMPALME ETCHEVERRY.

 

ESTACIÓN ÁNGEL ETCHEVERRY.   LISANDRO OLMOS.

 

 INGENIERO VILLANUEVA.  ARANA. 

 

GOBERNADOR GARCIA.

 

LA PLATA.

 

 

 

 

 

 

InventivaSocial

Plaza virtual de escritura

-Editor responsable: Lic. Eduardo Francisco Coiro.

Blog histórico & archivo: https://inventivasocial.blogspot.com/

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