domingo, mayo 18, 2014

DESEAR UNA PALABRA QUE SE PUEDA HABITAR JUNTOS...

 
*Obra de Claudia Marting.
Rosario. Argentina.
 
 
 
 
 
 
PEDACITOS DE CIELO*
 
 
 
¿Viste el cielo?
¿Viste cómo el celeste y el azul y el rosa, cómo el blanco, cómo las nubes? ¿Viste las nubes?
¿Viste el mar que corre invertido, esa liquidez de los mediodías, esa lejanía y esas nubecitas que de pronto te bajan el techo antes tan imposible? ¿Viste la luz de fuego, el sol naranja, las capas atravesadas por rayos incandescentes? ¿De veras que vos también viste el cielo? ¿Los borreguitos amontonados, los jirones desgarrados de tules evanescentes, los colores? ¿Viste los colores?
Y las nenas en la terraza. De las nenas en la terraza me contó Rodolfo, esas no las vimos.
Dos nenas en la terraza, magia con palitos, varitas de hadas ingenuas. Haditas pequeñas, hadas.
Dos nenas y una terraza y el cielo perfecto.
Arriba las nubes de algodón, de lirios blancos, nubes de difuso sueño de anémona, nubes de nubes. Nubes sobre fondo de atardecer y en contraste las figuritas bailarinas de las nenas en la terraza.
Las dos niñas. Manos en el aire, manos que trazan círculos que perduran apenas un momento como giro, como rueda invisible, como hechizo en el aire. Palitos, varitas en las manos tiernas.
A las nenas les gustaría comer el mágico algodón de azúcar que venden en ferias y circos. Ellas quieren el algodón de azúcar, y les han dicho que están hechos con pedacitos de cielo. Y entonces ahí están, en la terraza, probando a enredar el cielo en las varitas.
Las nenas giran sus palitos batiendo el aire, giran sus palitos, giran ellas con esperanza, con fe, con los bracitos redondos giran sus varitas para atrapar trocitos de cielo.
Vos sabés, claro. Sabemos que es así, que no hay otra manera. Las nenas atrapan en la terraza recuerdos para el después, cuando lleguen los inviernos del desamparo, los otoños de la melancolía. Las nenas atrapan recuerdos de belleza, danza de aves, sensaciones limpias para esa vida que se les viene. Atrapan felicidades para cuando el algodón de azúcar ya no sea un manjar. Para cuando ya no crean en magias ni en imposibles realizados. Para cuando sepan los cómos y los cuándos pero nunca los por qués.
Y las nenas atraparon, para siempre, al cielo rosa, al cielo blanco, azul, celeste. Y se lo metieron dentro como si se lo comieran.
¿Viste el cielo?
 
 
*De Mónica Russomanno. russomannomonica@hotmail.com
-Fuente: LuzAzul  nº 140
 
 
 
 
 
 
 
 
DESEAR UNA PALABRA QUE SE PUEDA HABITAR JUNTOS…
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No olvides recordarme*
 
 
 
La noche duele de tan hermosa.
El habitual reloj marca una hora
que no creo
en mí se mueven otros tiempos,
es otro octubre con un claro cielo
que se desborda como líquido
rompiendo las compuertas
para volcarlo en mi patio
distintamente azul.
 
Ocurre a veces. Como un milagro.
 
Solemos no darnos cuenta
pero hoy lo vi y recordé otra noche
será por eso que casi sin querer
me oí decir:
 
–No olvides recordarme.
 
 
*De Miryam Seia. miryamseia@cablenet.com.ar
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
*
 
 
es indispensable tocar la luna.
yo no sé cómo hacen los hombres para vivir cotidianamente
para ducharse afeitarse subirse al colectivo llegar al trabajo
estar doce horas parados detrás de una máquina
o debajo de la tierra
o detrás de un escritorio
sin haber tenido en sus manos un poco de polvo lunar.
estoy convencido de la urgencia de tocar la luna.
al menos un párpado de la luna
no sé
un seno de la luna por lo menos.
que no llame la atención entonces la locura cotidiana
la desazón cotidiana
la tristeza del hombre cotidiano.
no sé cómo podremos ser felices si no pellizcamos
una nalga al menos de la luna/
 
 
 
*De León Peredo. gustavojlperedo@yahoo.com.ar
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿A quién le pregunto? *
 
 
A veces me parece que anduve por la vida con una memoria vaporosa, una gasa para la red  caza-epifanías, tomando trocitos de sol oliendo a sol, o besando la roja ebullición de la  Santa Rita en el cielo de mi patio. Mirando  o imaginando que lo veía, al  quetzal tan buscado entre lo árboles altos del parque nacional de Costa Rica... Mojada la memoria en la lluvia que borda un encaje para la hoja verde. Él se acordaría del resto, la precisión de las fechas y los itinerarios... Ahora no  puedo olvidar la llave salvo que quiera dormir a la intemperie. ¿Y si la intemperie fuera esto: no poder compartir los recuerdos?
 
 
 
*De Cristina Villanueva. libera@arnet.com.ar
 
 
 
 
 
 
 
El Sur (Dudignac) *
 
 
 
Podría abrir los ojos, encogerme de hombros, decir: “no sé qué estoy haciendo aquí”. Y sería verdad, al menos parcialmente. Toda verdad es incompleta, eso lo sabemos. Porque el conocimiento de nuestra propia realidad también es parcial. Verdad es que nunca antes había oído esa palabra, pero no es menos cierto que escucharla me trajo, de repente, imágenes de un tiempo ya pasado, de un lugar nunca visto, de una música extraña…
Creo que lo dijo Urbano Powell, una tarde imposible, mateando. Aunque ya no sé si es recuerdo o presunción. Evoco la palabra: “Dudignac”, una voz pronunciándola, el tenue escalofrío que mi cuerpo sintió… Otra voz, no la primera, apuntó: “eso está en Europa, en Francia, en el sur”, y la primera voz, tranquila, replicó, “no, ché, eso está aquí mismo, a poco más de 300 kilómetros de Buenos Aires, cerca de Nueve de Julio. Es un pueblito… y bueno, también es una estación abandonada…” un silencio expectante, un leve carraspeo “de aquellas del Midland, ya sabés”.
Y yo, que escuchaba en silencio, con el corazón encogido, no sabía, pero… supe.
Supe que tenía que ir a esa estación, y no, no me pregunten, porque aun hoy, aquí sentado, todavía no tengo una respuesta… No podría precisar tampoco los acontecimientos que siguieron. Todo fue un vértigo de acciones sumidas en la niebla. Sé que hablé con personas a quienes no conocía, que acumulé datos innecesarios, que hice preguntas cuya respuesta en realidad no me importaba, porque desde el primer momento, desde que aquella voz pronunció esa palabra, yo sabía que un día mis pies se posarían en la antigua estación abandonada, en ésta en la que ahora me encuentro, viviendo en primera persona esta historia que ni siquiera yo comprendo…
 
El verde tiene muchos tonos, hay muchos verdes, pero el sur francés es otra cosa. No lo sé yo, yo nunca estuve allí, nunca salí de esta tierra que a veces me resulta inhóspita, pero a la que, sin saber muy bien el motivo, no puedo dejar de amar… Yo no lo sé, repito; pero lo sabe él: ese hombre que escribe, ese hombre que está escribiendo estás líneas, alguna vez estuvo allí, en ese sur plagado de colinas verdes y valles inmensos que su palabra inhábil no alcanza a describir de forma precisa…
 
Pero yo no lo sé, yo nunca estuve allí. Sin embargo, si cierro estos ojos, testigos de la infamia de más de medio siglo, que sin querer mirar lo han visto casi todo… Si aquí sentado cierro los ya cansados ojos y dejo que mi mente vague libre, puedo sentir el olor de esos viñedos que no son de estas tierras; puedo percibir, sin ver, esos árboles verdes, ese césped que es casi un resplandor a ras de suelo, los diminutos pueblos que adornan las laderas. Pero si abro los ojos, si cedo a la tentación de lo real (pero ¡qué sabemos en el fondo si es, en verdad, real!), vuelvo a estar aquí en Dudignac, una vieja estación abandonada por la que ya no pasa el tren; o tal vez sí: un tren fantasma que no conduce a ningún sitio, sólo al recuerdo de otras gentes que están lejos de aquí, allende el mar y el tiempo, escribiendo palabras que yo no entendería.
 
Allí, en ese otro lado, en ese otro sur que nunca vi, la estación tiene vida. Hay viajeros que esperan, viajeros que conversan, viajeros solitarios que no saben muy bien cuál será su destino (si lo miramos bien ¿quién sabe, en realidad?). Hay funcionarios con sus uniformes un tanto gastados por el uso, hay maletas, cigarrillos, un viejo reloj, expectativas… Acaso alguna vez, ese hombre que escribe, estuvo en tal lugar, acaso él escuchó la música que ahora, sentado en este banco con los ojos cerrados, me parece evocar.
 
Con los ojos cerrados se siente un viento fresco, la caricia del sol en pleno rostro, ese sopor me lleva hacia lejanas fechas, me invaden los recuerdos de aquella primavera (¿qué primavera? pienso) Aquella primavera que es mi otoño, tal como siempre fue. Con los ojos cerrados casi puedo sentir el temblor de la tierra, el sonido lejano de un tren que va acercándose, las voces que resuenan alrededor de mí…
Y aunque sepa que por aquí no pasa el tren desde hace más de treinta años, es tan grato dejarse seducir por esa magia… Tal vez sólo por eso, permanezco sentado en este banco, con los ojos cerrados, aguardando en secreto la llegada del tren, ese tren que es tan sólo una esperanza, la inverosímil fantasía de un alma que dormita.
Y entonces, él también, ese hombre que escribe, puede cerrar los ojos; allí parapetado tras su mesa, puede cerrar los ojos, recobrar ese olor casi olvidado, sentir la emanación de los viñedos, las voces, las campanas, y retornar al día en que llegaba el tren que no pudo tomar en su lejana Europa (ese tren que había de conducirle a su destino). Nada importará entonces si el nombre no es el mismo, si es apenas el eco de una voz junto al fuego, una simple palabra que se quedó prendida en el alféizar gris de esa ventana que algunos llaman alma. Tal vez así los dos: ese hombre que sueña (si es que es él, el que sueña), y este hombre que espera (si es que soy el soñado) podamos al final entremezclar nuestras ficciones: su Sur con este Sur, el mío con aquel que nunca he conocido.
 
 
 
*De Sergio Borao Llop. sbllop@gmail.com
 
 
 
 
 
 
CAOS*
 
 
 
Ella, tan ella, tan misterio.
Danza su soledad alrededor del fuego.
Los leones cebados acechan y los buitres.
Quizás la inmolación…o el fuego, los aleje.
Hay zapatos que vuelan…y arlequines.
Es un cuadro de Picasso, la vida.
Unidad versus caos…"he aquí la cuestión”
¿Soltar las amarras, las esposas, los grillos?
No es posible tocar con la boca ni con los pies.
Ni con la lengua, menos con la memoria.
Ese absurdo satélite que le llaman luna.
No es posible descifrar los códices del agua.
Ay, si pudiera…volar con mis zapatitos rojos.
La mujer cierra sus ojos brunos y se inscribe en el cuadro.
Es tan intenso el verde de los tréboles.
El mar, con su pupila leve, la mira desde lejos.
Desde lejos la mira… y la besa.
 
 
*De Amelia Arellanoamelia.arellano01@yahoo.com.ar
 
 
 
 
 
 
 
Canción de tulipanes*
 
 
 
*Por Miriam Cairo. cairo367@yahoo.com.ar
 
 
 
--Arderás como tulipanes calientes, como tulipanes calientes.
--No sé de dónde te viene esa seguridad.
--Me viene de los pájaros que van perdiendo la luz, van perdiendo la luz, y porque siempre lo has hecho.
--Estuve quieta, hasta muy tarde, en la punta de tus dedos, en la punta de tus dedos.
--No es la primera vez que te has quedado quieta, que te has quedado quieta.
--En la punta de los dedos.
--Quince días quieta en la punta de mis dedos.
Cómo vas a hacer para escribirme, para escribirme?--
--Si es preciso dejaré de escribirte, dejaré de escribirte.
--No juegues otra vez este juego de pájaro que va perdiendo la luz, porque voy a darme cuenta de que soy una granada, de que soy una granada.
--Sos la fruta del relato, la fruta del relato que se para en dos patas sobre la lámpara verde.
--Soy esta granada en dos patas sobre la lámpara verde.
--Vas a quemarte.
--Voy a quemarme con el tulipán caliente.
--Voy a quedarme quieto.
--Vas a quedarte quieto sobre la lengua de la mariposa, de la mariposa.
--Voy a quedarme quieto en la lengua de tu mariposa.
--Eso digo yo cuando hablo su lengua.
--Voz de fruta desgranada, desgranada.
--Los nudos en la garganta condenados a desaparecer.
--Los ejércitos enemigos condenados a desaparecer.
--Las damajuanas llenas de odio condenadas a desaparecer.
--Los sembradores de desgracias condenados a desaparecer.
--Los predicadores del miedo condenados a desaparecer.
--Te daré el gusto.
--Te daré fuerzas.
--Te daré el gusto.
--Arriba, la luna intrincada con los pájaros ciegos que van perdiendo la luz de tanto leer debajo del agua, debajo del agua, el relato de los náufragos, el relato de los náufragos.
--Quince noches quieta en la punta de mis dedos.
--Quince tulipanes calientes.
--Quince es el número infinito de los tulipanes infinitos.
--A que no es posible.
--A que no es posible que no sea posible.
--Que no me imagino la noche si no es así.
--Que no sería noche la noche, si no fuera así...
--Esta granada derrama sangre mezclada con agua, mezclada con agua.
--La noche es un tulipán negro.
--Un tulipán negro es la noche rojiza mezclada con agua.
--No te muevas de la punta de mis dedos.
--No me muevo del agua.
--Viene un temblor general, bajando por la palma de la mano.
--Viene una oquedad, un siglo, un naufragio, un relato debajo del agua.
--Mano izquierda muy clara y femenina, agitando el cubilete de las constelaciones.
--Suavemente.
--Agitando el cubilete.
--El cubilete.
--De las constelaciones.
--Agitando.
--Suavemente.
--Y de pronto, o más bien poco a poco, no, más bien súbitamente, quince tulipanes negros, repetidos, negros, repetidos, quince tulipanes como quince salvaciones de repetidos naufragios, naufragios, naufragios.
--Y los nudos en la garganta condenados a desaparecer.
--Y los ejércitos enemigos condenados a desaparecer.
--Y las damajuanas llenas de odio condenadas a desaparecer.
--Y los sembradores de desgracias condenados a desaparecer.
--Y los predicadores del miedo condenados a desaparecer.
--Y te daré el gusto.
--Y te daré fuerzas.
--Y te daré ganas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
*
 
 
desear
 
una palabra
que se pueda habitar juntos
 
 
*De Alejandra Alma.
https://www.facebook.com/alejalma
 
 
 
 
 
***
 
 
 CERTAMEN LITERARIO PARA ADOLESCENTES
EL PUENTE 2014
 
BASES
 
1- Podrán participar todos los adolescentes radicados en la provincia de Santa Fe que, a la fecha de cierre del certamen (4 de julio) tengan entre 13 y 18 años
 
2- Se podrá participar en dos géneros literarios:
-Cuento (extensión máxima: tres páginas tamaño A4)
-Poesía (extensión máxima: cincuenta versos)
Los participantes podrán, si así lo desean, concursar en ambos géneros.
 
3- El tema de las obras enviadas será de libre elección de sus autores. Los trabajos deberán estar redactados en idioma castellano.
 
4- El envío de las obras deberá realizarse de la siguiente forma:
 
Se deberá enviar un mail con asunto "Certamen Literario El Puente 2014" a la dirección asociacionculturalelpuente@gmail.com  con dos archivos adjuntos redactados en Word. El primero de ellos contendrá la obra, que deberá estar configurada en páginas tamaño A4, con interlineado doble, letra Times New Roman tamaño 12, y firmada con seudónimo. El nombre de este archivo adjunto deberá coincidir con el título de la obra presentada. El segundo archivo adjunto deberá tener por nombre el seudónimo elegido, e incluirá los siguientes datos: nombre y apellido del participante, domicilio, teléfono, fecha de nacimiento, dirección de correo electrónico y establecimiento educativo al que concurre.
En caso de que se participe con más de un trabajo, deberá utilizarse el mismo seudónimo en todos ellos, pero deberá adjuntarse un archivo distinto por cada uno de los textos presentados.
 
5- La recepción de trabajos vencerá el 4 de julio de 2014.
 
6- El cuento y la poesía que obtengan Primer premio serán publicados: a) en forma de folletos, en una cantidad de ejemplares a determinar, y b) en la revista virtual “Inventiva Social”, que se distribuye mediante correo electrónico y llega a lectores de distintos países de habla hispana.
Por otra parte, los autores de dichos trabajos recibirán una orden de compra por valor de $ 200 en la librería y disquería “El Arca del Sur” de la ciudad de Santa Fe.
Se otorgarán, asimismo, todas las menciones que los respectivos jurados consideren convenientes.
 
7- El jurado para cada género estará integrado por tres escritores santafesinos designados por la Asociación Cultural El Puente. El fallo de los mismos será dado a conocer el 31 de agosto de 2014, y será inapelable. Los jurados se reservan la facultad de declarar desiertos los premios, si así lo consideran oportuno.
 
8- La sola participación en el certamen implica la aceptación de las presentes Bases.
 
 
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INVENTREN
-Colaboraciones a inventivasocial@yahoo.com.ar
 
Próximas estaciones:
 
LA RICA
-Por Ferrocarril Midland-
 
SALADILLO NORTE
-Por Ferrocarril Provincial-
 
 
 
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InventivaSocial
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Para compartir escritos dirigirse a: inventivasocial@yahoo.com.ar
 


 
 


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