sábado, junio 22, 2024

ESTACIÓN DE LOS SOLES

 


*Foto de Noelia Ceballos @noe_ce_arte

 

 

 

 





 

Es otoño*

 

 

Me senté frente al otoño

amor

quise escribir la lluvia

de las hojas

el frío entre mis manos

el olor a leña.

 

Quise escribir las nueces

las castañas

los cítricos en hilera.

 

Quise escribir lo que cae

amor.

 

El rojo roble al fondo

de la calle

tu etimología

acaso.

 

Quise escribir lo que cae

amor.

Quise escribir la caída.

 

 

*De Paula Novoa. novoapaula8@gmail.com

 

-De Sierpień (Cave Librum, 2023)

 

 

-Paula Novoa nació en San Antonio de Padua en marzo de 1976. Es Lic. en Lengua y Literatura, dio clases en la Universidad Nacional de La Matanza y en la Universidad Nacional del Oeste, actualmente es profesora en escuelas secundarias de Trujui, partido de Moreno. Publicó cinco poemarios, el último es Sierpień (Cave Librum, 2023). Algunos de sus poemas fueron compartidos en distintas antologías y blogs. Coordinó talleres literarios en la Sociedad de Fomento Cortejarena (La Reja, Moreno) y escuelas de la provincia de Buenos Aires.

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

DESPUÉS DE TODO*

                              

Después de las

        tormentas

y de todos los

        granizos,

inclusive después

        de creer

que poco o nada

        es posible,

ninguna hora,

        ningún río,

después de los

        entierros o

        destierros,

o cuando parece

        que el aire

se aquieta o se

        cancela,

ahí se abre la flor,

        y dice,

como si fuera

        el primer día.

 

*De Eduardo Dalter

-de su libro “Cuatro momentos”-

 

 

 




 

 

 

 

LA RAZÓN DEL TRONCO*

 

En medio

de la serenidad del bosque

el gallardo

don Quijote, sobresale

inmune a las embestidas

de tantos formidables adversarios:

el viento, el hombre, el sol.

Los pájaros. Todos, buscaron

convertirlo en leño

o, en polvo del pasado.

En medio del serenísimo

bosque, la hambrienta

soledad del hombre

lo empuja soñarse árbol.

A pensarse vivo.

 

*De Daniel Montoly.

Columbus. Ohio

 

 

 



 

 

 

 

TRES ESTACIONES Y UNA MENOS*

 

 

I: Estación de los fuegos.

 

Un joven rubio se masturba,

al borde del estanque con agua congelada.

La mujer, detrás de cristales rosados, lo mira.

El fuego de la escarcha, la quema.

 

 

II: Estación de las sombras

 

 Un hombre inclinado, sobre su fatiga.

Escribe sus ficciones.

La mujer, detrás de un vidrio empañado lo mira.

Siente que la sombra que la refleja no es de ella.

 

 

III: Estación de la envidia.

 

Un varón, que le recuerda a su padre,

 juega con sus perros, amorosamente.

La mujer, detrás de unos vidrios húmedos.

Levanta las orejas y mueve la cola.

 

 

IV: Estación del calvario

 

La mujer prohibida. Desnuda en la hierba.

Yace, más triste que la muerte.

El hombre, detrás de unos vidrios espejados.

Se observa a sí mismo.

 

*De Amelia Arellano.

San Luis.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lechón*

 

*Por Antonio Dal Masetto.

 

Volví a pecar. Hace años que evito cenar lechón porque me cae muy pesado. Pero volví a dejarme tentar y ahora me toca pagar las consecuencias. Todos aquellos que alguna vez pasaron por la experiencia del lechón nocturno saben de qué estoy hablando. Así que después de una noche agitada me despierto, miro el reloj calendario y me encuentro que dice: 10.30 hs. martes 3 de marzo, año 2332. El reloj es de calidad, una maquinita suiza de esas que no fallan jamás. Así que no tengo más remedio que creerle. Me toco la cara y advierto que la barba me creció tanto que me llega hasta las rodillas. Alrededor está todo polvoriento, los libros y los papeles se han vuelto amarillos. En el piso, junto a la puerta, hay una montaña de boletas impagas. Soy un hombre que toda la vida se educó para los imprevistos, así que puedo superar la sorpresa con bastante elegancia. Lo primero que hago es afeitarme. Después salgo a la calle. Afuera la ciudad es una mezcla de las películas Metrópolis, Brasil y Blade Runner. La mugre es la misma. También las pintadas en las paredes: Si está aterrorizado, no llame a la policía, que es peor. Pero ahora hay aparatos volando por el aire a baja altura. En todas las esquinas hay grandes pantallas de televisión con elquetedije repitiendo todo el tiempo: “Síganme que no los voy a defraudar”. Y abajo la leyenda: Presidente 2400. Me agarra un vahído, siendo que acaba de bajarme la presión y me zambullo en el primer bar y pido algo bien fuerte. Me sirven una cosa fucsia con gusto a whisky berreta. Le digo al mozo:

–Disculpe, estuve afuera una temporada larga y no estoy enterado de la situación política, pero si no me equivoco este tipo era presidente hacia el final del último milenio, ¿qué pasó?

–Clonación. ¿Se acuerda de la novela Las haploides, de Jerry Sohl, que publicó Mirasol hace unos cuatro siglos, donde una sociedad de mujeres se reproducían convirtiéndose en iguales a sí mismas? Es eso. Es el mismo principio. Método de reproducción asexual mediante el cual se pueden obtener individuos exactamente iguales entre sí y que poseen la misma información genética que su progenitor único.

–Me está jodiendo.

–¿Por dónde anduvo que no está enterado? Primero empezaron con las ovejitas que se duplicaban como fotocopias perfectas a partir de una célula. Después siguieron las vaquitas, los monitos y los chanchitos.

–No me hable de chanchitos que todavía tengo atravesado en el estómago cierto lechón nocturno de hace más de trescientos años.

 

–El asunto prosperó y después de los animales vinieron los políticos.

–Es la cosa más horrible que escuché nunca.

–Desde entonces, está de moda. Pero no para cualquiera. Sale más caro que unas vacaciones en Júpiter. Aunque en el caso de elquetejedi siempre hay algún empresario dispuesto a pagarle una clonación. El que tiene plata hace lo que quiere. De todos modos, ya nadie le da bola. Más de trescientos años repitiendo lo mismo. Ahora bien, si usted quiere mi opinión sobre el tema de los clonados, le voy a confesar que prefiero el sistema de reproducción tradicional. Tener hijos con las señoras es mucho más divertido, qué quiere que le diga.

El whisky fucsia es horrible, de todos modos pido otro. Triple. Me lo mando en dos tragos y me lanzo a la calle con la horrible sensación de que la ficción terminó por alcanzarnos. Busco mi calle, mi dirección y mi camita, donde todavía está la forma que ocupé durante los últimos trescientos y pico de años. Me acuesto, me acurruco y rezo: Por favor, que el sueño que me trajo hasta acá me saque de esto y me lleve rápido a otra parte. Y, mientras espero con los párpados bien apretados, me prometo no volver a caer en la tentación del lechón nocturno.

 

* Publicada el 4 de marzo 1997.

-Fuente: https://www.pagina12.com.ar/739480-lechon?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ESTACIÓN DE LOS SOLES*

 

 

ESTACION DE LAS LUNAS ABSORTAS

 

Sobrecogido. El niño mira las absortas lluvias.

Se pregunta porqué llora Dios. Se pregunta.

Tan serio. Tan niño. Tan hombre. Tan de amor sublevado.

Habla aquí y allá Tan lejos. Tan espera

 

 

ESTACION DE LAS FLORES

 

El niño mira el corazón de dios y le habla.

-Dios le contesta, siempre-

Nada le sobra al niño, nada le falta.

Sabe, de las calaveras nacen flores.

 

 

ESTACION DE LOS SOLES

 

Desde los pies le sube una virtud unida al polvo.

Un mundo donde la profecía no decae.

Sonámbulo trazaba contornos indecibles.

Rizos de oro. Soles. Trenzas rojas.

 

 

 

ESTACION DE LAS LUCES

 

Y le sube una llama. Mitad mujer, mitad niña.

Por los cuatro costados, de sur a norte, sube.

Real. Extraña. Idéntica. Distinta. El sol no es una estrella.

Y son torso de zarza. Luz. Maraña. Silencio.

 

El niño mira las absortas lluvias y musita.

Al oído del viento, musita. No solo de dolor se llora.

 

 

*De Amelia Arellano.

San Luis.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

On demand *

 

En el universo hay una señora que barre

el polvo que se acumula en los agujeros negros

que mirándolos bien como ella sabe

no son tan negros

apenas oscurecidos

por una nube de polvo

que de vez en cuando hay que barrer

en el universo hay un montón de cosas

y una increíble ambición por agrandarse

y agrandarse

hasta los confines de no se sabe bien qué

y la señora que barre se impacienta

cada vez más espacio

cada vez más polvo

y ella sola

contra los agujeros negros

y su súper escoba para los polvos del universo

 

*De Esther Andradi. esther@andradi.de

-Su libro reciente es "LA LENGUA DE VIAJE. Ensayos fronterizos y otros textos en tránsito" Editorial Buena Vista, 2023.

http://www.andradi.de/es/startseite/

 

 

 

 

 



 

 

 

 

La Nada le dice al Todo:

“ten, antes de que nos dividan” *

 

 

No te mojes, ave de pico delgado

mira que este pueblo es un sueño lejano.

 

No tienen sentido tus cantos bajo esta lluvia,

tu himno triste del corazón

recrea caminos que ya no existen más.

 

A ti te he cantado, me dirás

y mi repugnante rostro

se hará incomprensible para ti y tu lluvia.

Sabes a dónde iremos

cuando acaben de desgranarse las nubes,

hacia dónde van los cantos,

en dónde se mece el recuerdo de las palpitaciones

que nos llevan fuera del ritual.

 

Sal de la lluvia que ese no es tu cuerpo,

tu plumaje se ha saciado.

Déjanos construir mitos

de donde emane nuestra existencia.

Déjame colgarlos en cada foco de la habitación,

para ir luego a hacernos cometas

con los azulejos del alma en los pies,

tus ojos, mis ojos bajo la sombra

amanecen en el frío del tiempo.

 

Me has dicho con voz humana

que nada en lo que creo es cierto:

que esa alma de la que hablo

no es más que un ominoso invento

que por ingenuidad he creído.

 

Mientras tanto,

una verdad distingo en tu canto:

El Sol se entrega al mar en sus pieles de arena,

bebe la sal de su cristal...

 

Pero yo no lo veo:

sólo miro arena,

un cabello como el tuyo,

sólo miro que ya te vas.

 

*De hugo ivan cruz-rosas. quetzal.hi@gmail.com

Coyoacán. México.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

*

 

Siempre hay algo que no queremos saber de nosotros mismos y que de intuirlo muy brumosamente no lo compartiríamos jamás con nadie, porque ni siquiera sabemos demasiado de qué se trata, pero a la vez una parte de nosotros siente que es fundamental. Lo escribimos sin saberlo en historias o poemas (hasta ensayos) y sale con una nitidez que nos deja pasmados. Sale para volver a escaparse de nuestra lógica y nuestras explicaciones.

 

*De Liliana Díaz Mindurry. lidimienator@gmail.com

 

 

 

 

Inventren

https://inventren.blogspot.com.ar/

 




*

 

Sentada junto a la

ventanilla

ves pasar las estaciones,

los puentes

y las esquinas

de suburbio,

como no viéndolos, o

como mirando

una película, que es

la misma

de hace un año

o parecida;

después mirás tus

manos,

tus uñas a medio

despintar,

y a los pasajeros

apiñados

con sus ojos y sus

aires,

todos con un cansancio

distinto

y semejante, hasta que

abrís

el libro que traías

en el bolso

-el tomo II de Paul

Eluard-

para cerrarlo en la

estación

entrante, y seguir

cavilando

o buscando un

detalle,

Un color, un brillo,

y todo

como en un diario

viaje

de secuencias, que

te animan

a mirar, tocar, tu

soledad

de manera cierta,

o conveniente;

tu soledad más

íntima,

que entibia y

pinta

hasta tus párpados.

 

*De Eduardo Dalter.

 

 

-Próxima estación:

 

FRANCISCO A. BERRA.

 

-Continuidad literaria por el Ferrocarril Provincial:

 

ESTACIÓN GOYENECHE.   

 

GOBERNADOR UDAONDO. 

 

LOMA VERDE.  

 

ESTACIÓN SAMBOROMBÓN.

 

GOBERNADOR DE SAN JUAN RUPERTO GODOY.

 

GOBERNADOR OBLIGADO.

 

ESTACIÓN DOYHENARD.  

 

ESTACIÓN GÓMEZ DE LA VEGA. 

 

D. SÁEZ.   

 

J. R. MORENO.   

 

 EMPALME ETCHEVERRY.

 

ESTACIÓN ÁNGEL ETCHEVERRY.  

 

LISANDRO OLMOS.

 

 INGENIERO VILLANUEVA.

 

 ARANA.

 

GOBERNADOR GARCIA.

 

 

LA PLATA.

 

 

 

 

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-Editor responsable: Lic. Eduardo Francisco Coiro.

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