sábado, diciembre 22, 2007
LO QUE SUCEDE CUANDO NO SUCEDE NADA...
VII*
Estamos fuera del camino
como la lechuza
que observa
con indiferente
impotencia
parada sobre un poste
que sostiene los hilos tensos
de un alambrado.
Nosotros creemos
que será pasajero;
sin querer
reconocer que es el destino
que tenemos
asignado para siempre.
*de Jorge Isaías. jisaias46@yahoo.com.ar
-Donde supura el aire. Poemas.
Nos y Otros Editores. Madrid. 2007.
LO QUE SUCEDE CUANDO NO SUCEDE NADA...
Sábado, 22 de Diciembre de 2007
Occidentales, cristianos y moderados*
*Por Osvaldo Bayer
El capitalismo y las democracias parlamentarias lo iban a solucionar todo.
Este optimismo interesado se pronunciaba con voz grave en la década del cincuenta. Estoy en Alemania, en la que he residido en varias oportunidades justamente desde esa década. La regla era aquello de la "libertad de competencia". El ansia de ganancia nos llevaría al progreso porque así todos debían dar lo mejor de sí si querían llevar una vida cómoda. Es decir, en otras palabras, el progreso venía si se luchaba por más poder. Y a eso está llegando el primer mundo. Están los que cada vez tienen más poder al poseer más dinero, pero también los que se van quedando al margen, a pesar de la advertencia de los que pregonan una repartición justa y viven con la humildad que enseña la sabiduría.
Las últimas estadísticas demuestran a lo que se ha llegado en Alemania, sin duda alguna el país capitalista mejor organizado. Comencemos por lo que ganan los ejecutivos de las grandes empresas germanas. (Hagamos la aclaración que ganan menos que los ejecutivos de las empresas norteamericanas y de muchas británicas y francesas.) Son cifras tan descabelladas que cabe la pregunta: ¿qué hacen con tanto dinero? Estos son los datos oficiales: Harry Roels, el titular de la firma energética RWE ganó
en el 2006, 16.560.000 euros de sueldo. Josef Ackermann, presidente del Deutsche Bank (Banco Alemán), 13.210.000 de euros en el 2006 y 11,9 millones, en el 2005. Dieter Zetsche, titular de Daimler-Chrysler; 5,09 millones. Ulrich Lehner, de Henkel, 6,10 millones; Wolfgang Mayrhuber, de
Lufthansa, 4,62 millones. Jürgen Hambrecht, de BAFS, 6,06 millones; Reithofer, de BMW, 2,8 millones; Werner Wenning, de Bayer, 3,47 millones; Bernd Pietschrieder, de Volkswagen, 3,53 millones; Klaus Kleinfeld, de Siemens, 3,62 millones (2006) y 3,27 millones (2005); Herbert Hainer, de Adidas, 3,79 millones (2006) y 4,17 millones,(2005); y sigue la larga lista.
Una verdadera afrenta en un país que tuvo a grandes pensadores de la Etica y que lleva a sus espaldas la infame experiencia de las guerras, de las cuales debería haber aprendido. Porque la primera pregunta que se hicieron todos los que leyeron estas estadísticas oficiales fue: ¿y qué hacen con tanto dinero?, porque ya si ganaran "apenas" un millón de euros por año no sabrían dónde gastar esas enormes sumas. Ya con un sueldo de treinta mil euros, es decir, 360.000 al año podrían permitirse residencias y los mejores autos, más viajes turísticos, etc., etc. ¿A dónde van a parar esas verdaderas grandes fortunas anuales? Compran propiedades y acciones en todas partes y ahora, la última, está de moda comprarse una estancia en la Patagonia. Total es fácil quitárselas a "los indios". Todo muy parecido al caso de los
jeques, aquellos que eran -y son- dueños de todo y hasta del destino, la vida y la muerte de las mujeres.
Es el más claro producto de la irracionalidad, porque ante cada nueva propiedad -lugar que tal vez conozcan una sola vez- deben procurarse custodias, cuidadores y representantes. Es, sin duda el ansia de poder, de tener más, de demostrar que se es poderoso, que se es capaz de dar órdenes con apenas un gesto.
Y ahora vamos al otro aspecto de esta sociedad que, como decimos, es el caso de las otras sociedades del denominado primer mundo. Hablemos de la pobreza de los niños. Los niños, que tendrían que ser sagrados para todos los pueblos, sagrados en sus derechos, porque son los que labrarán el futuro del mundo. Pero bien, veamos lo que pasa con los niños en ese país del primer mundo, Alemania, donde los ejecutivos ganan millones por año. Voy a reproducir un trabajo de uno de los que más conocen el tema, Uli Hauser,
publicado por Stern. Allí se dice textualmente: "Alemania rica, con niños pobres. Cada sexto niño en Alemania vive hoy bajo el nivel de pobreza. Más de 2,5 millones de niñas y niños no reciben lo necesario para alimentarse, vestirse y tener juguetes. Existe una tendencia que asusta: en Alemania nacen cada vez menos niños. Y al mismo tiempo cada vez más niños caen en la pobreza. El número de los nacimientos se ha reducido de 1.300.000 en 1965, a 680.000, es decir casi a la mitad. Pero el número de niños que son considerados pobres ha subido desde 1965 dieciséis veces". En números: 16 veces. Y el autor pasa a los detalles: Muchos de ellos van a la escuela sin desayunar y no pueden pagar las excursiones escolares. Y otros tantos tienen pocas esperanzas en un futuro mejor: alrededor de un tercio de los quinceañeros parte de la base que más tarde no van a encontrar ningún trabajo calificado. Este es el resultado del reciente estudio de Unicef, la obra social para niños de Naciones Unidas.
Todo esto viene desde que se redujo la ayuda a los desocupados. Ya en los tiempos de Bismarck, un conservador inteligente, todo desocupado alemán recibía una ayuda con la cual podía vivir en la decencia y criar a sus hijos. Esto fue reducido por una regla que se conoce por Hartz IV, el apellido de un ejecutivo de la Volkswagen que por esas vueltas de la historia ahora está siendo juzgado por un delito económico. Las realidades definen a este señor que se prestó a disminuir esa ayuda que fue siempre
tradicional en el Estado alemán. Por ejemplo, por ese plan que se aplica ahora, a cada padre desocupado, si tiene niños, se le da 1,76 euro para material escolar; y 0,86 centavos para juguetes por mes. Con lo primero puede comprar una birome y media, y con 0,86 centavos no puede comprar ni una figurita de chocolatín.
La pregunta es: ¿qué hacen los sindicatos sobre esto? ¿Y las Iglesias? ¿Por qué el papa Ratzinger, que es alemán, no le envía una carta a la primera ministra Merkel, que es demócrata cristiana, remarco: cristiana, para que el ejecutivo Ackermann, presidente del Deutsche Bank, done por lo menos un millón de los 13 que ganó en el 2006, para que los niños pobres de su país puedan comprarse una figurita por mes? ¿O acaso -hablo de Ratzinger- le parece mejor que formen cola para pedirle eso a San Cayetano?
El estudio que hemos mencionado, agrega: "Las entradas de los alemanes más pobres son, desde 1992, en un 13 por ciento menores. No son sólo los desocupados los que reciben menos", sostiene Bernd Sigellow, fundador del Proyecto de Ayuda infantil "El Arca".
Lo acaba de decir el propio presidente alemán Horst Köhler, quien en un discurso a fines de noviembre señaló: "En la población reina la sensación comprensible que las entradas de algunos suben mientras las de otros más bien quedan congeladas". Una forma suave de advertir. Es que el mandatario hizo notar que hay una separación virtual entre las empresas y la población.
Y lo dijo: "Se me ocurre que la economía tiene el deber de no crear diferencias. Los consejos empresariales -agregó- tienen que ocuparse que los managers de sus empresas no pierdan el sentido de saber quedar con los pies en la tierra". Para finalmente señalar: "Necesitamos la cultura de la
moderación y del ejemplo por parte de los conductores de nuestras empresas".
Más que cultura y moderación de los "managers" se necesita en el mundo emplear definitivamente la palabra Justicia. Justicia siempre viene rodeada de conceptos como Solidaridad y Grandeza. Las sociedades tienen que enseñar que un niño con hambre es culpa de cada uno de sus integrantes adultos. No hay disculpas para los "managers" que ganan millones y saben muy bien que en sus sociedades hay niños que no pueden cumplir con sus sueños, y jóvenes que ya no podrán soñar con nada.
¿Y los gobiernos qué hacen? Se basan en aquel principio capitalista que si hay restricciones el capital se va para otro lado. Un concepto inmoral que no respeta en absoluto a la Etica. Por eso, para un mundo sin violencias, comencemos por imprimir nuestro deber ineludible en nuestras conciencias.
Que los maestros enseñen en todas las aulas: "Un país donde hay niños con hambre no es una verdadera democracia". Un país donde hay gente que gana millones de euros o dólares por mes, no es una democracia. Ni humano.
*FUENTE: PÁGINA/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-96557-2007-12-22.html
PANORAMA INTERNACIONAL
Fanatismos liberales, en busca de salvataje estatal*
La crisis de los mercados financieros empujada por la burbuja inmobiliaria llena de temores a los apologistas del capitalismo a ultranza, que ahora piden más regulación.
*Por Oscar Raúl Cardoso. ocardoso@clarin.com
MALOS PRONOSTICOS. ALAN GREENSPAN, EX PRESIDENTE DE LA RESERVA FEDERAL
Menos de una década después de haberla publicado -lo hizo en 1957- la suprema sacerdotisa literaria del capitalismo, Ayn Rand, explicaba el sentido de la larga parrafada de su libro más conocido, la novela "La rebelión de Atlas" del siguiente modo: se trataba de confrontar dos visiones antagónicas de la organización social. La primera estaba basada, dijo, en el eje "razón-individualismo-capitalismo" versus el trípode "misticismo-altruismo-colectivismo".
Su contenido en muchos momentos fatigoso -con 600.000 palabras es uno de los textos de ficción más largos que se conocen- es una oda al primero de aquellos ejes. La narrativa muestra a los hombres que pertenecen al mismo -inteligentes, educados, ávidos de hacer lo suyo bien- sumirse en el desánimo frente a la asfixia que producía en sus vidas el Estado y luego retirarse de la vida pública, negándose a contribuir más a una situación que deploraban.
Estados Unidos se derrumba bajo el peso de la ausencia de sus miembros más creativos y laboriosos, los "no saqueadores", por oposición a la clase política, los "saqueadores". Empresarios, científicos e intelectuales de la razón inician una huelga bajo el liderazgo de un personaje central -John Galt- que luego deviene en un retiro en una montaña y aun más tarde en un movimiento contra el orden establecido que termina por recuperar el control y marchar sobre Wall Street bajo el símbolo de lucha elegido, un billete de un dólar.
Entre otros créditos "La rebelión de Atlas" es considerado el acto fundacional de una escuela filosófica -la del "objetivismo"- que Rand alimentaría después, con una larga serie de ensayos de crítica y panfletos que han tenido un amplio y fuerte impacto sobre sucesivas generaciones de dirigentes estadounidenses.
El resultado de "Atlas" y lo que le siguió demoró más de dos décadas en fructificar y está en la base misma del giro a la derecha que hizo la sociedad estadounidense, cuyo primer resultado fue la elección de Ronald Reagan en 1980; un giro del que hasta ahora no ha regresado.
Pero quizá estemos a punto de descubrir que el verdadero momento de gloria del objetivismo han sido las dos presidencias de George W. Bush.
Hay varios indicadores que apuntan en esa dirección: la embestida contra el Estado nunca antes había sido tan fuerte como ahora y la disminución de su capacidad para cumplir la tarea puede hallarse detrás de algunos de los grandes desaguisados económicos y financieros de esta época; desde la quiebra de Enron en el 2000, pasando por el colapso de la "nueva economía" que debía generar Internet, hasta el veneno del presente, la crisis de los mercados financieros que empujó la burbuja inmobiliaria.
Según sea el grupo de economistas que uno consulte, las pérdidas totales se ubicarán, en el final, entre 200 mil y 400 mil millones de dólares, lo que hace que algunos comparen este tiempo con la Gran Depresión que siguió al derrumbe del mercado accionario de 1929. No es, ni remotamente, seguro que
este paralelo vaya a sustentarse pero de lo que no hay duda es que las consecuencias se están haciendo sentir ya sobre la economía global, a través de los agujeros negros de pérdida de instituciones financieras que golpean sobre el crédito internacional. Esto, sin contar el número aun impreciso de
familias que perderán sus casas o quedarán endeudados por montos muy superiores a su patrimonio.
La ausencia del Estado en el proceso de préstamos inmobiliarios hiede en cada costado de este problema. Préstamos concedidos sin pensarlo dos veces a tomadores sin capacidad de pago, inicialmente a tasas bajas, variables y mentirosas que se multiplicaban en sucesivas cuotas. Atraer inversores asegurándoles que poner su dinero en este sistema crediticio equivalía a garantizarse un rédito creciente hasta la eternidad. Los malabares de fraccionar las acreencias y venderlas bajo la misma mentira. El rol
creciente de los fondos de inversión cuyas prácticas comparadas con la de los bancos tradicionales tienen el signo de la piratería.
Todo aparece ahora como el producto de una falta evidente de regulación que, en este caso, no tuvo el efecto benéfico que le adjudicó Rand. Uno de sus discípulos más leales, el ex presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan, defendió en el 2003 -cuando todo empezaba- el sistema, asegurando que la posibilidad de hacer nuevos propietarios era superior al riesgo.
Los cálculos de hoy dicen que cuando Bush termine su actual período, los dueños de su hogar serán los mismos o menos que los que había en el año en que Greenspan hizo aquella afirmación. Desde el retiro, Greenspan demanda hoy que el dinero público cierre la brecha haciendo que las cuentas de firmas como Merrill Lynch, Bear Stearns, HSBC y Citigroup recaigan sobre las espaldas del contribuyente que, además, puede ser una víctima del problema.
Es interesante notar que hace dos semanas el gobierno estadounidense destinó otros 40.000 millones de dólares al salvataje -el tercero en otros tantos meses- de las instituciones y que, en un giro de 180 grados, el gobierno no pudo evitar que el Congreso introdujera algunas nuevas regulaciones a la
actividad bancaria.
Desde los 80, el planeta ha sido aturdido con el mensaje sobre la inevitable muerte del estado-nación, pero a la hora del incendio no habrá otro bombero que una acción colectiva de los estados, le guste o no a Atlas.
Copyright Clarín, 2007.
*FUENTE: CLARÍN
http://www.clarin.com/diario/2007/12/22/opinion/o-04301.htm
"Gas, Food & Lodging"*
El mejor lugar para conocer
a un hombre, ahora lo sé
no es en un bar
no es en la cabina de un camión
no es en un espacio
que resulte su departamento
aunque sin la esposa
El mejor lugar para conocer
a un hombre, ahora lo sé
no es en el interior de una patota
no es dentro de un sobre
de papel manila de ochenta gramos
no es en la vidriera de un negocio
elegante de mi pueblo
El mejor lugar para conocer
a un hombre, ahora lo sé
no es entre los pastizales
no es entre músicos de rock
no lo es
ni asesorándome
con mi madre o mi hermana
no lo es
ni hallando
a mi padre
El mejor lugar para conocer
a un hombre, ahora lo sé
no es en una matinée
de cine en idioma español
Y si no
que atestigüe su estrella:
Elvia Rivero.
*de Rolando Revagliatti. revadans@yahoo.com.ar
-"GAS, FOOD & LODGING" ("Nafta, comida y alojamiento"), filme dirigido por Alison Anders.
Entrevista | John Berger
"Soy un hombre que cuenta historias"*
Siempre lúcido, el autor inglés habla de la relación entre literatura y política y ofrece un poético relato sobre el arte de mirar
Sábado 22 de diciembre de 2007 | Publicado en la Edición impresa
"¿La política le hace mal a la literatura?" Silencio. Sus ojos azules escrutan al interlocutor con asombro, inocentes, después se aprieta la cara entre las manos, con una expresión casi de sufrimiento, se golpea la cabeza, levanta la vista como para buscar la palabra justa, el modo más preciso para describir una idea, para enfocar el sentido de las cosas. Continúa el silencio. Después, un río en crecida. John Berger, clase 1926, londinense, pero trasplantado a una aldea de los Alpes franceses, ha visto y contado muchas historias: crítico de arte, escritor, pintor, periodista, autor de guiones, ensayos, textos teatrales, poesías. Berger está conmocionado por el hecho de que se lo considere un maestro, por lo menos, de dos generaciones. Pero no se sustrae a las preguntas. Tampoco ahora: "¿Qué significa la política?", dice de repente. "Pongámonos de acuerdo. Si por política entendemos los partidos, entonces la política le hace mucho mal a la literatura. Pero si por político entendemos la historia de las personas que combatieron para sobrevivir, entonces la literatura tiene una necesidad vital de ella. Sin esa política, la literatura se muere."
Así como en sus relatos su mirada acaricia el mundo, puede ser cortante para tomar posiciones de compromiso cívico: en 1972, cuando ganó el Booker Prize en literatura declaró que quería dividir el reconocimiento con las Panteras Negras, organización política afroamericana creada en los años 60: "Quien escribe novelas -precisó- se ocupa de la interacción entre el destino del individuo y el destino histórico".
Por cierto, Berger es una figura única en el panorama cultural europeo. "Soy solo un hombre que cuenta historias", susurra sonriendo, consciente de que la fascinación que ejerce sobre sus numerosos lectores reside precisamente en la natural capacidad para encontrar las voces interiores apropiadas para establecer un contacto inmediato con el sentimiento ético de la gente. Un ejemplo de ello ha sido el extraordinario éxito de una transmisión televisiva de la BBC sobre el sentido de la vista, que después se convirtió en un libro: Modos de ver . El tema del consumo de imágenes es en verdad uno de los puntos centrales de la búsqueda de Berger, encarados en los volúmenes Mirar y El sentido de la vista .
Lo encontramos en Milán, en casa de Maria Nadotti, curadora y traductora de muchos de sus textos y aguda acompañante en los encuentros públicos del escritor con sus lectores. "¿Con qué ojos se debe mirar el mundo?" Berger se encierra en uno de sus silencios. Después, casi en voz baja: "Ahora voy a contarles una historia".
"En París, tengo un amigo serbio que es ciego", comienza Berger. "Se llama Efgen Bavcan, tiene cerca de sesenta años y es ciego desde los catorce. Tiene una gran pasión: la fotografía, el arte, y le pide siempre a sus amigos que lo acompañen a las muestras. Sabe muchísimo de arte y es capaz de hablar durante horas de las técnicas pictóricas de Renoir. Es un hombre increíble. En resumen, un día me pide que lo acompañe a una exposición de Georges de La Tour, que lo acerque a un cuadro que conocía y en el que aparece representado un ciego. Me pregunta a qué distancia estamos (alrededor de cuatro metros). Me pide que nos aproximemos y me pide también que le describa la cara del ciego pintado por De La Tour. Lo hago y me hace otra pregunta: «¿Tiene la cara sucia?» «No», respondo. E insiste: «¿Estás seguro? ¿No tiene la cara sucia? Sabes -agrega fastidiado-, todos piensan que los ciegos son sucios.» Después, de pronto, saca una máquina fotográfica y toma una foto. Entonces interviene un guardia del museo y se crea una situación surrealista en la que a un ciego se le impide que haga una foto que jamás podrá ver. Este amigo toma continuamente fotografías y para elegirlas las hace comentar por un grupo de niños. Miran juntos las pruebas, discuten, describen lo que ven sin prejuicios estéticos. ¿No es una hermosa manera de usar los ojos?"
No hay solo poesía en el "ver" de Berger: hay un momento en el que los ojos sirven también para defenderse. Berger es duro con la "espectacularización" de la información televisiva o de los sistemas publicitarios: "Es como el infierno descrito por Bosch en su Tríptico del milenio , la misma incoherencia, la misma jungla de emociones inconexas entre ellas, el mismo paroxismo".
Berger es también un mago de las conexiones: crea extrañas energías entre las personas, "bolsas de resistencia" (la palabra "resistencia" aparece en el título de uno de sus libros más recientes: Hold Everything Dear. Dispatches on Survival and Resistance ). "Desde las montañas donde vivo, descienden hacia Ginebra todas las mañanas millares de personas que toman la autopista para ir a trabajar. Son gente humilde que hace tareas humildes que la gente de ciudad no quiere hacer. Cuando estas personas llegan a las casilla de peaje cruzan sus miradas con los cajeros estibados en un metro cuadrado, que respiran el gas de los automóviles, también gente humilde, mal pagada. Hay un momento, unos pocos segundos apenas, que esas existencias distintas cruzan sus miradas. Entre ellos, hay silencio; pero los ojos dicen: «Coraje». En esos pocos segundos cuando los ojos parecen tocarse, en esa comunión reside toda la fuerza para seguir adelante. No es una cuestión política. Es solo lo que sucede entre los seres humanos cuando no sucede nada."
*Por Gianluigi Colin
Corriere della Sera
[Traducción: Hugo Beccacece]
*Fuente: LA NACIÓN.
http://adncultura.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=972248
El deber de la Belleza*
*Por Cristina Castello. christinacastello@yahoo.fr
No nacimos para estruendos de misiles.
Ni para ruidos de voces infraternas.
No nacimos para sueños devastados
Ni para llantos propios de niños ni de ancianos.
Ni para ahogar en lágrimas el alma con llantos hacia adentro.
No nacimos para sofocar el desamparo en la garganta.
Nacimos para que la Vida sea esplendor y no vacío.
Para la sed y para el agua.
Pienso que los sonidos de la campiña
Permitieron a Mahler explicar la polifonía.
Llueve en Buenos Aires.
Escucho unos solos para piano de Debussy.
¿Manos que se transmutan en música
O mariposas que danzan sobre el teclado?
Música de agua cristalina en el silencio.
Aunque el gris y aunque la llovizna.
Y Girondo me acontece.
Resurgido del abismo
Donde la vivencia lo convirtió en olvido.
Provisorio.
Y me dice que
"Nadie escuchó con mayor provecho que Debussy
Los arpegios que las manos traslúcidas de la lluvia
Improvisan contra el teclado de las persianas"
La Belleza está en pie.
Llueve y Debussy.
Y en víspera de esta noche gris
Gabriel Fauré y Saint Colombe.
Y antes y después
Di Lasso y Bach y Chopin.
Y con la delicadeza de un colibrí
Que danza sobre las lavandas
La música conmueve nuestro ser
Como latencias de naturaleza
Y de amor.
El Poder niega la Música.
Y hay Música.
Porque el Arte.
Porque no podrán.
Porque nadie matará la música.
Ni la poesía.
Ni la pintura.
Los artistas en este ¿país?
Están a la intemperie.
Las personas todas estamos a la intemperie.
Sin arte no hay alegría.
Sin arte no hay luz.
Sin arte no hay dignidad.
Sin arte no hay vida.
Y el Poder brinda con lágrimas de Orfeo.
Pero no podrá contra lo inasible.
El arte.
"...Mi amor y mi corazón eran grandes pájaros
que volaban en medio de una multitud de astros"
Escribió Robert Desnos.
Y si así volamos
Unidos
Dios
Unidos
Todos en el Mundo en el Universo todo.
Nadie matará la música.
Nadie matará la vida.
Siento vergüenza y hastío.
Por los desalmados.
Pero es más grande la fuerza del adentro
Siento Sed.
Bendita sed.
Que anticipa el agua.
Agua. Música. Arte. Vida. Igualdad. Justicia. Libertad.
Transparencia.
Sed.
Sed como pájaro que vuela
Entre la multitud de astros.
Por el deber de la Belleza.
-Del libro «Soif», («Sed»)
Francés – español. Publicado París en octubre de 2004
www.cristinacastello.com
Los escritos del año...*
Les propongo que cada cual elija un texto.
Uno solito de aquellos textos que le hayan conmovido más entre aquellos publicados en Inventiva durante el 2007. Asi despedimos y recibimos un año con una antología construida entre todos.
(Hasta el 30 de diciembre inclusive, espero vuestra elección)
Abrazo fuerte y lo mejor al porvenir para cada uno.
*Eduardo F. Coiro inventivasocial(arroba)hotmail.com
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