martes, noviembre 30, 2010
A USTEDES MISMOS SI SE BUSCAN Y SE ENCUENTRAN POR AHÍ...
*Ilustración: Ray Respall Rojas.
LA CONDENA*
Para Vicente Grande
Cuando el Rey le preguntó: “¿De qué quieres morir?”, quedamos a la expectativa…
Si no hay remedio, lo ideal es escoger una muerte digna, un corte limpio que haga rodar nuestras cabezas sin darle tiempo a pensarlo demasiado.
Nadie esperaba que dijera sonriendo:
“¡Quiero morir de chocolate!”
Pensó que al haber sido tantos años su favorito – hasta que lo sorprendió en los jardines, haciéndole el amor a su favorita -, bastaría motivarle la risa para obtener la absolución.
El Rey perdona todo, menos la infidelidad.
He venido a presenciar el espectáculo: Ha de comer bombones que le irá alcanzando el verdugo, hartarse hasta morir; si se resiste, le será suministrado chocolate derretido a través de un embudo.
Siento pena por el Duque.
Amparados por las sombras disfrutamos de mujeres, copas, serenatas, duelos, apuestas, sueños… ¡Cuántas veces nos sorprendió el amanecer cantando en el puerto, como dos simples humanos, dos borrachos más! ¡Si él supiera que tan solo al considerarne "uno del montón", cumplía mi mayor deseo! Jamás se fijó en que fuera un enano, ni en mi giba. Solía celebrar mi ingenio, mi capacidad de hacer aflorar la risa de cualquier situación, de mofarme del mundo a través de absurdos, competíamos a ver cuál pronunciaba el mejor...
Era amigo de mi alma, no de mi cuerpo. Nunca me trató como a un bufón, sino como a un igual.
Me siento culpable. He sobornado al verdugo para que en la primera caja de chocolates, coloque uno envenenado.
¡Lamento tanto, en un momento de hilaridad compartida, haber pronunciado la frase que abrirá su puerta hacia el otro mundo!
*De Marié Rojas Tamayo.
La Habana, Cuba.
Mi viejo y los ojos*
Para mi papá
Esos ojos grises leían y leían los tomos pesados de leyes.
En las estanterías estaban los protocolos encuadernados de blanco, de cada año que se despedía.
Su vida era el trabajo, examinaba atentamente con una lupa las firmas, antes de certificarlas.
Los domingos, cuando casi todos descansaban. Algún vecino tocaba el timbre. Y preguntaba: - ¿Esta el Doctor?: Le tengo que hacer una consulta. Entonces mi viejo salía con su portafolio de cuero, los anteojos y el libro de actas.
El quería que fuese escribana, pero yo de chica odiaba tanto los biblioratos, los certificados, los dominios y los "libre deudas". No me gustaba estar rodeada de tantos papeles y lapiceras.
Pretendía ser distinta, no ansiaba hacerme tanta mala sangre como él.
Cuando murió, paso algo muy paradójico.
Comencé a escribir.
De sus ojos me jacto de tenerlos parecidos.
De su puño y letra aprendí a amar mi trabajo.
*De Azul. azulaki@hotmail.com
Proyectarse*
*Por Rodrigo Fresán
Desde Barcelona
UNO Saludos desde la Era de la Relectura. Ya saben: volver sobre esos libros que tanto impactaron en nuestras mentes jóvenes ahora con el cuerpo un tanto castigado y, se supone, con algo más de sabiduría. Diferente stage en ese mismo video-game conocido como vida-game. Y lo que estoy releyendo es La educación sentimental. Flaubert y la palabra exacta y todo eso. Y mientras releo descubro que no recuerdo casi nada. ¿Buena o mala noticia? ¿Comprobar lo falible de nuestra memoria y celebrar la felicidad del reencuentro como si se tratara de la primera vez? Quién sabe... Allí –aquí– estaba otra vez Frédéric Moreau obnubilado por la visión de Madame Arnoux –“el punto de luz en el que convergían todas las cosas”– y diciendo torpezas como “Pronto será invierno, la estación de los bailes y las cenas” para llamar la atención de la joven. Pero no. Las cosas han cambiado y pronto será invierno y ya es la estación del lanzamiento de los nuevos y más avanzados videojuegos del año. La educación electrónica, la orden exacta, PLAY.
DOS Y yo los he visto a las puertas de la FNAC o de las tiendas MAC, chupando frío y echando vapor por sus bocas, los ojos abiertos de par en par con una mirada entre zombi e insomne, esperando que se abran las cajas registradoras para volver a casa con sus nuevas cajas. Y registrarse. Y allá van en busca de ese punto de luz en el que todas las cosas convergen y que, no, me temo no es una señorita lánguidamente recostada sobre la barandilla de un barco que se aleja de París navegando por el Sena. Y –por favor, no nos vayamos aún del siglo XIX– más de una vez hemos leído que aquellos que esperaban las entregas de lo último de Dickens en los muelles de New York tenían el mismo aire famélico y desesperado y adicto. Las mismas ganas de seguir jugando y de meterse dentro de algo y quedarse ahí la mayor cantidad de tiempo posible. Irse sin necesidad de partir, viajar sin obligación de hacer las valijas. Ahora, está claro, el ansia no ha cambiado pero el remedio viene en envase diferente.
Lo que me lleva al Kinect & Co.
TRES En algún momento dejamos de ser modernos para volvernos tecnológicos. Y, hoy por hoy, cabe suponer que cualquier hogar mediano de clase media maneja más ingeniería high-tech que cualquier laboratorio de mediados del siglo XX, si se excluye el asuntito ese de ponerse a jugar con el átomo; aunque no creo que falte mucho para que nuestros hijos puedan escenificar pequeñas explosiones nucleares en el balcón de casa. Somos aparatos viviendo entre aparatos intentando no pensar en qué será de nosotros el día en que se vaya para no volver la luz, ese punto de luz que nos mantiene en movimiento. El lírico cuerpo eléctrico al que le cantaba Walt Whitman se ha convertido en el cuerpo electrónico que nos ofrece el Kinect. El otro día vi un documental sobre el tema y leí una entrevista a su “desarrollador” en Microsoft, Peter Molyneux, responsable también de varios juegos de “simulación divina” que nos invitan a hacer de Dios. Para los que recién llegan, Kinect –última oleada de una invasión al living que arrancó con Xbox y Move y Wii– es una aplicación videística que acaba con la teoría y la práctica del joystick/mando. Kinect te “lee” el cuerpo y te proyecta dentro del contexto del juego. Ya no hay nadie que nos simbolice. Nosotros, de pronto, somos el símbolo. Nuestras osamentas más o menos imperfectas son pixeladas o traducidas a puntos de luz o a lo que sea. Y, ah, la felicidad de muchos de poder sumar un nuevo gadget a su colección de enchufes donde ya conviven, en delicado equilibrio, varios triples y cuádruples y metros y metros de cableado. Y ahí, en el centro, más de uno con los cables pelados y esas ganas de Apocalypse Now y de exterminar a todos, de tiren la bomba y GAME OVER.
CUATRO En la revista dominical de El País, Iker Seisdedos le pregunta a Peter Molyneaux cómo se adapta uno a la realidad tras jugar cuatro horas a ser Dios y Molyneaux, angelical o diabólico, responde: “Creo que como mejor persona”. Y añade que su obsesión con el poder es similar a “la de un niño que coge un palo”. En lo personal, pocas visiones me dan más miedo que la de contemplar a un niño agarrando un trozo de madera para comenzar a golpearlo contra el suelo y pronto descubrir que puede estar un buen rato en eso hasta que, aburrido, puede que tire el palo o que –¡por Dios!– busque algo más “divertido” de golpear.
CINCO Y la paradoja de que una novela como Snow Crash de Neal Stephenson (publicada en 1992, pionera en la narración Kinect, sea hoy casi una antigüedad), mientras cualquiera de las fantasías del gran profeta Philip K. Dick (desactivado en 1982) siga estando a la vanguardia de todo. Y que aquella primera versión del film Tron (de 1982) haya inspirado buena parte de los video-games que vinieron, mientras su remake de inminente estreno se alimente de mucho de lo hoy está en juego. Y, por supuesto, toda novedad high-tech trae implícitos ciertos riesgos. Lo supo el doctor Víctor Frankenstein y el astronauta que tuvo que lidiar con HAL 9000. Varios usuarios ya han denunciado que Kinect no sólo te “graba” a ti sino, también, a tu entorno vital. Leo en el ABC que: “El temor a que el dispositivo pueda servir como una forma de espionaje para la gran compañía tecnológica comenzó cuando Dennis Durkin, representante de Microsoft, comentó cómo esta tecnología puede determinar, por ejemplo, cuántas personas se encuentran en la habitación cuando se muestra una publicidad y cuántas personas se encuentran en la habitación cuando se juega un juego”. Enseguida, Microsoft lanzó comunicado jurando que jamás utilizará las cámaras para violar la privacidad de sus clientes, pero...
OK. De acuerdo. Pero me parece que –después de Internet, de las redes sociales, su uso bueno o malo– ya no queda mucha gente sobre la faz del planeta que pueda reclamar para sí aquello que alguna vez se conoció como “vida privada”. Me pregunto, de paso, si todavía existirá algo llamado “educación sentimental”, dónde se enseña, y si todavía quedan vacantes en el curso.
SEIS Conozcan al científico francés Jean Pierre Granier-Malet. El doctor en Física Garnier-Malet (nombre flaubertiano si lo hay), tiene 70 años, es especialista en mecánica de los fluidos y es el padre de una especie de video-game mental llamado Teoría del Desdoblamiento del Tiempo, avalada por el American Institute of Physics de New York. Garnier-Malet estuvo hace unos días en Barcelona para explicar la existencia de “aperturas temporales” (esos instantes raros que algunos definen como “casualidades” o “epifanías” o “¡eureka!”) que nos permiten intercambiar diversas informaciones del pasado y del futuro y cuyo control nos permite mejorar nuestro mañana antes de que llegue. Yo fui a escucharlo a una librería. Ustedes pueden googlearlo. Lo que propone Garnier-Malet es no hacerles a los demás lo que no queremos que nos hagan. Y, justo antes de dormirnos, conectarnos sin kinect y con voluntad eternauta con nuestro doble de adelante o detrás –con esa “parte energética”– para pedirle que solucione nuestros problemas. Otra forma de proyectarse. Y, de acuerdo, todo el asunto (esta idea de releernos y acaso corregirnos en páginas que fueron y en páginas que vendrán) suena para mí un poquito new age. Pero –puestos a elegir, tratándose de la educación mental– la verdad que, unplugged, prefiero jugar a ser algo así como mi propio e íntimo ángel de la guarda en mi cama antes que competir en una pantalla como Dios patrocinado por una multinacional electrizante, cuyo ojo nos espía cada vez más de cerca. Falta menos para que la convergencia de tantas cosas nos impida ver ese punto de luz entre tanta sombra encandiladora en nuestra vida. Falta menos para que la realidad virtual sea virtualmente indistinguible de nuestra realidad a secas. Mientras tanto y hasta entonces, una buena novela consuela más y mejor que cualquier consola. Siempre se sale ganando de un libro.
Buenas noches, dulces sueños, y a saludarse a ustedes mismos si se buscan y se encuentran por ahí.
*Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-157782-2010-11-30.html
"GUNTHER RODOLFO KUSCH TSHUNKE (1922-1979): APROXIMACIONES Y CONJETURAS ACERCA DE SU VISIÓN DEL MUNDO"*
*Por Alfredo Armando Aguirre. choloar47@rocketmail.com
http://choloar.tripod.com/choloar.html
El propósito explicito de la presente comunicación, consiste en una invitación para leer o releer las obras completas del pensador que mencionamos en el título.
Y lo que nos motiva a hacerlo (montado sobre una buena voluntad que nos invito a escribirla), es nuestra creencia, que en el actual estado de nuestros conocimientos, Kusch encarna hasta el momento de su fallecimiento, al mas tenaz y persistente cuestionador o contestador integral de la cultura occidental en lengua castellana - española.
El párrafo anterior amerita algunas precisiones, aunque estas contravengan el fondo del estilo kushiano.
Cuestionadores o contestadores de la indistintamente denominada cultura occidental (denominación utilizada por Kusch en forma habitual); cultura judeo cristiana (denominación pocas veces utilizada por nuestro pensador), o cultura euro-americana (denominación nunca utilizada por él), vienen abundando casi desde el mismo momento que en algún lugar alguien acuñó el marbete; más pocos con la enjundia que caracterizó a Kusch.
Podemos conjeturar, que su discurso contestatario arranca en 1946 con una conferencia sobre "Filosofía del hombre americano", cuando aun cursaba su Profesorado de Filosofía en la argentina Universidad de Buenos Aires, de la que egresaría en 1948.
Cuando aludimos a la integralidad de sus cuestionamientos, lo hacemos para diferenciarlos de los formulados a variantes de la cultura occidental, que si abundan como el caso de las distintas alternativas socialistas, o los realizados por pensadores católicos entre otros.
No seria desdeñable la circunstancia que este persistente cuestionamiento integral a la cultura occidental, haya sido formulado en idioma castellano o español. Ello no implica desconocer que se hayan producido otros, previos o contemporáneos a los de Kusch, en otros idiomas.
Posteriores a los suyos, y tanto sea basados en estos, o en las facilidades emergentes de la irrupción de las "Tecnologías de la información y la comunicación", lo cierto es que pueden también verificarse contenidos en español concurrentes con el discurso kushiano.
No podemos sostener que pueda formularse una hipótesis equivalente, tal como seria de afirmar que el discurso kushiano es una reivindicación de las culturas precolombinas, que son el asidero de sus cuestionamientos. En su prolongado y voluminoso discurso (sus "Obras Completas", que terminaron de
editarse en el año 2003, tienen 2752 páginas), predomina el cuestionamiento a lo occidental por sobre la valorización de lo precolombino y lo campesino. Claro esta que como toda opinión, esta no tiene que compartirse necesariamente.
Cuestionamiento y revalorización aparecen obviamente interrelacionados en todo el discurso.
En el título de la presente comunicación aludimos a conjeturas y aproximaciones.
Nos enteramos de la existencia de este pensador hace casi un cuarto de siglo atrás (nuestra comunicación se redacta en el comienzo del 2009), y a medida que íbamos adentrándonos en su obra, bien predispuestos atento sus desarrollos encajaban con nuestras apreciaciones de las realidades
circundantes, percibíamos que lo conjetural resultaba una suerte de clave para "aproximarse" a dicho discurso.
A partir de nuestro relacionamiento con la pensadora brasileña Any Mary Ilges, fuimos contando con datos de primera mano o "crudos", referidos a la parábola existencial de Kusch, así como el testimonio de personas que lo trataron de cerca.
Comencemos pues, por conjeturar sobre la originalidad del pensamiento kushiano.
Un componente que surge nítidamente fue su condición de germano-parlante, por ende, germano pensante; y la otra, su confesión religiosa protestante, ambas características íntimamente interrelacionadas. Hijo único de un matrimonio alemán emigrado a Buenos Aires, aparece como traumático que su padre a la sazón ejecutivo de una empresa alemana se suicidara en 1926, cuando Gunther contaba 4 años, conjeturándose que dos años antes sus padres habían viajado a Alemania, muy probablemente para que los abuelos conozcan al nieto. Otra conjetura que se desprende de lo anterior es saber de sus abuelos, por aquellos de "las constelaciones familiares". Queda esa vía abierta a la investigación.
No sin apuntar lo crucial que resultan los primeros años de vida- tema sobre el que existe fuerte consenso en el ámbito de las ciencias de la conducta - lo cierto es que en la cosmopolita Buenos Aires, Gunther fue creciendo en medio de una matriz cultural germano- protestante. Su madre era el sostén,
trabajando como ama de llaves o empleada domestica de familias pudientes, percibiéndose que contaba con algún tipo de apoyo por parte de la colectividad alemana en Buenos Aires. El niño recibió una educación privilegiada para la época, pues concurrió al "kindergarten" "Cangallo Schule" y realizó sus estudios primarios completos en la escuela incorporada alemana Humboldt, donde egresó a fines de 1934.
En materia de formalidades religiosas constan las ceremonias de bautismo y confirmación en la Iglesia Evangélica de Buenos Aires. Una prueba indirecta de la matriz germano - protestante, en que discurrió la infancia de Kusch, se evidencia en que la única materia en que fuera reprobado en sus estudios medios, que realizó en la Escuela Nacional "Manuel Belgrano" de Buenos Aires, fue que resultara reprobado en la asignatura Castellano, correspondiente al Primer año de estudios. De dicha escuela (otro testimonio
de haber recibido una educación formal privilegiada para su época), egresó en 1939, constando en los archivos de la misma, que comenzaría sus estudios universitarios en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.
Queda también en el terreno conjetural, los motivos porque se inscribió en 1942, en la facultad de Filosofía y Letras. En ese año hay registros de su paso por el servicio militar obligatorios, donde se reconocieron sus conocimientos de alemán.
Tal como se desprende de un currículum que presentara para postularse como profesor en la Facultad de donde egresara; aun antes de ingresar a los circuitos formales laborales en 1946, ya se ganaba la vida como traductor, haciendo traducciones entre otros para Ezequiel Martínez Estrada. Nos relató un compañero de su época universitaria que en esa época se hablaba alemán en su casa materna. En la fuente citada se leen los autores alemanes que dominaba en su idioma. Cabe acotar que por esa época sobre todo en el campo de la filosofía, Había muchos argentinos en el área de las humanidades que leían en ese idioma. Algo similar acaeció en España.
Mas Gunther, que continuó sus tareas de traductor en paralelo con sus actividades formales, incluyendo la elaboración de los subtitulados en español de filmes alemanes, "pensaba" en alemán.
Aquí se abre la conjetura si pensaba en el alemán latinizado por Lutero, o en algún dialecto generado por etnoculturas arcaicas.
Desde el plexo de valores germano- protestante, puede conjeturarse, que le resultara a Kusch más nítido el contraste entre la cultura occidental que aún se viene queriendo imponer en América, y la resistencia silente de los sectores indígenas, campesinos, mestizos, mulatos y aún de las arcaicidades europeas que portaban las corrientes migratorias.
Sin solución de continuidad intentamos a aproximarnos acerca del descubrimiento de las influencias intelectuales que motivaron o reforzaron su acercamiento hacia las cuestiones del hombre de América. América y no Argentina, fue la categoría que Kusch manejo a lo largo de toda su trayectoria.
Una influencia hipotética es la de Ricardo Rojas. Los últimos años de la docencia de este en el Colegio Manuel Belgrano (situado a pocos metros de su emblemática casa), coincidieron con los últimos años del paso de Kusch por ese mismo colegio. Y es en esos últimos años, donde se cursaba la asignatura
Literatura Americana, con lo que puede colegirse (esto amerita una investigación documental) que Kusch fue alumno de Rojas o de alguno de sus discípulos. En 1946, ya en la Universidad, Kusch volvió a cursar una de sus materias en la cátedra de Rojas, justo en el año, cuando éste junto con una pléyade de profesores, fueron expulsados de la Universidad. En obras de Rojas como "El país de la Selvas", "Blasón de Plata" y Eurindia", entre otras, se pueden leer contenidos afines al discurso kushiano.
Esa suerte de Biblia mesoamericana cual es el "Popol Vuh", aparece recurrentemente a lo largo de todo el discurso kushiano, como fuente documental básica del mismo. Como es sabido la traducción mas difundida de ese documento fue realizada por el guatemalteco Miguel Ángel Asturias.
Asturias fue embajador de su país en Argentina entre 1946 y 1952. En este último año Kusch publicaba su "Ciudad Mestiza", en una editorial de nombre "Quetzal" (la emblemática ave guatemalteco). El año anterior con la publicación en el revista "Sur", dirigida por Victoria Ocampo, había publicado el artículo titulado. "Paisaje y Mestizaje en América" (incluido en el libro mencionado anteriormente).
Tenemos pendiente una investigación en la embajada guatemalteca en Buenos Aires, para demostrar si se trataron personalmente Asturias y Kusch, pero el "tout" Buenos Aires, era muy reducido entonces, como para intuir que hubo algún tipo de contacto e influencia.
Como apuntamos antes, Kusch recibió una educación privilegiada para su tiempo, aun siendo de humilde condición. El titulo de Profesor de Filosofía, lo habilitó inmediatamente para incorporarse en la docencia media (lo hizo en el colegio cooperativo "José Manuel Estrada", del barrio de Constitución
en la ciudad de Buenos Aires, a cuyo plantel pertenecería hasta 1972), así como en la Dirección de Psicología Escolar, de la ciudad de La Plata, de donde se retiraría en 1955.
Aun siendo estudiantes comenzaría a comunicarse mediante artículos, pero hasta donde se demuestre lo contrario, es a partir del articulo mencionado de 1951, donde esa comunicación escrita tomaría forma de ensayos. Su libro de 1953, "La seducción de la Barbarie: Análisis herético de un continente mestizo", constituye una suerte de recopilación de ensayos publicados previamente. Y esa característica permanecería en los libros posteriores de Kusch. Esta fase "ensayística" culmina con dos artículos: uno titulado "Anotaciones para una estética de lo americano", publicado a fines de 1955, en la revista del extinguido Instituto Argentino Israelí de Cooperación Cultural y otro sobre el teatro indígena, aparecido en la revista institucional de 1956 del Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires, en medio de artículos de hondo contenido antiperonista (prueba palmaria que Kusch no adhirió a la primera etapa del peronismo, aunque no negó el fenómeno que el mismo comportaba como lo haría la "corriente principal" intelectual argentina). En ambos artículos se anticipa, el énfasis de la etapa posterior: la adopción de la vía teatral para comunicar sus concepciones.
Estas percibían una continuidad que advertía en el "Popol Vuh", en los escritos de "Santa Cruz Pachakuti", en el "Martín Fierro" y en el tango, continuidad sazonada por sus acerbas críticas a la "clase media" en cuanto negadora de lo que mas adelante denominaría el magma de "la América
Profunda". Ese es el sentido de sus obras teatrales: "Tango mishio", "Credo Rante", "Juan Moreyra", "El Chacho" y "Cafetín" (esta ultima basada en el tango Cafetín de Buenos Aires", de Enrique Santos Discépolo". En síntesis: un condensado de los mitos argentinos de la época.
Atento a las constancias administrativas existentes en su legajo del colegio "Estrada" arriba mencionado, todo parecería indicar, que coincidentemente con esta fase "teatral", Kusch comenzó a viajar al Altiplano boliviano, para palpar lo que ya había "visto" en sus pesquisas bibliográficas, sus
meditaciones y sus vivencias en la gran ciudad.
De conferencias que diera en Lima en 1960, surgiría la obra que lo llevó a conocimiento de mucha mas gente: "América Profunda" de 1962. Es notable la permanente búsqueda de posibilidades para comunicar que denota la trayectoria kushiana. Así, en los años 1964 y 1964 incursionó por la radiofonía, dando charlas tanto en Radio Municipal de Buenos Aires como en Radio Nacional. Por esos tiempos tenia ingerencia oficial en el área de Comunicaciones, Alberto Pagés Larraya, destacado literato, y hermano de Fernando, psiquiatra, cuya trayectoria y obra tiene llamativos parentescos con lo de Kusch, y resulta difícil creer que no conocía uno lo que estaba haciendo el otro, aunque la "gran obra" de Pagés: "Lo irracional en la cultura", basada en investigaciones de campo realizadas entre 1966 y 1976, recién se publicara tres años después del deceso de Kusch.
Esas charlas radiofónicas, serían la base de sus dos libros publicados en 1966: "De la mala vida porteña" e "Indios, porteños y dioses".
Fue en ese año 1966, cuando Kusch comenzó a dar clases de Estética, en la Escuela Nacional de Bellas Artes "Pridiliano Pueyrredón" de Buenos Aires, finalizando esas tareas, cuando en 1973, comenzara su etapa en Noroeste Argentino.
Hacia 1968, en un tiempo donde ya participaba en congresos internacionales de las áreas de su interés, dictó un curso Breve en la institución Macabí, de la colectividad israelita de Buenos Aires y ese curso se reflejaría en un libro aparecido por esa fecha: "El pensamiento Indígena y Popular en América", donde no sólo se volcaban concepciones presentadas en el mismo sino en los cursos que había impartido en la boliviana Universidad Técnica de Oruro, precedidos por intensos trabajos de campo.
Atento la recursividad que se aspira para esta comunicación, formulada con el deliberado propósito de invitar a los eventuales lectores a adentrarse en el estudio de la obra de este pensador, vale consignar sobre algunos aspectos de las fuentes con que Kusch se apoyaba para sus elucubraciones.
Alguna vez leímos en Luis Farré, que la década del cuarenta, que fue "época de oro " de la filosofía Argentina (llamativamente, desde otras fuentes se califica a esa década como la "época de oro del tango"...). Y Kusch cursó su carrera de Filosofía, en Buenos Aires, en esa década. No nos extrañe que
cite a quienes fueron sus profesores: Como Carlos Astrada, Ricardo Rojas y Luis Juan Guerrero.
Atento lo cuantitativo, no resulta relevante en su discurso, ello no invalidad consignar que los autores que mas cita Kusch son: José Imbelloni (un sabio italiano, que realizó la mayor parte de su trayectoria académica en Argentina); Carl Jung, y Bernardo de Canal Feijóo. Es redundante referirnos a Jung, pero no así a Canal Feijóo, el autor argentino, que Kusch mas cita como basamento de sus propuestas o conjeturas.
Al momento que se nos invitara para formular esta comunicación, terminábamos una lectura del primer tomo del que seria el último libro escrito por Hermann Keyserling: "Viaje través del tiempo". Hemos
encontrado una sola cita de este controvertido pensador en Kusch en la "Seduccion" (y obviamente en los ensayos previos incorporados en esa obra).
Sus referentes: Astrada, Imbelloni y Canal, no sólo lo citaban sino que llegaron a tratarlo durante su visita a Argentina.
Hay mucho de las "Meditaciones sudamericanas" detrás de las propuestas de Kusch.
Se mantiene la inquietud acerca de si Kusch, estaba al tanto de la obra, de otro pensador argentino, que "descubrimos" casi en simultaneidad con nuestro "descubrimiento" de Kusch, hace alrededor de un cuarto de siglo atrás. Se trata de Saúl Alejandro Taborda, fallecido en 1944, quien sí citaba a
Keysekling, y desarrollo ideas en parte convergentes con las que predicara Kusch, pero sin basarse en la revalorización de lo precolombino.
Aunque critico del estructuralismo, Kusch rescata muchos aportes de Levy Strauss, y en sus escritos finales, es recurrente la mención hacia Heidegger, con sentido de superación. Ya expresamos que como lo cuantitativo no es relevante para el discurso, pocas menciones de un autor cobran significación en Kusch, tal el caso de Nicolai Hartmann y su noción del "patio de los objetos". Cuando cita a autores que escribieron originalmente en alemán como Hegel, Heidegger, Cassirer, Hartman, Frobenius, Husserl,
Meister Eckhart, Rilke, Jung, (su primer trabajo publicado en 1945 fue sobre Novalis), resulta mas reveladora, nuestra opinión en el sentido que Kusch "pensaba en alemán". Esto es válido tanto para el caso que los haya leído en esa lengua, como para el caso que aun leyéndoles en español, efectuara una
suerte de "retraducción", que le permitía una mayor "explotación" de esos autores. Esta veta "germanista, no paso inadvertida para Abraham Haber, que lo trató mucho a Kusch.
Tomando las fechas como meramente referenciales, la década del 70, la final de la parábola vital de Kusch, sé caracterizo por una tarea mas diríamos institucional, aun en medio de las turbulencias que atraviesan la misma. En sus comienzos, Kusch integró la Comisión Directiva de Argentores, sociedad
Argentina de escritores, donde pudo incidir intensamente con sus concepciones en el quehacer de esa entidad. Había en ello, continuidad con los trabajos formulados desde la Universidad Técnica de Oruro.
Hubo mucho entusiasmo en Kusch, en la etapa de recuperación democrática Argentina, que se inició con el retorno del general Perón de su exilio a fines de 1972. Cuando la Universidad de Buenos Aires, que le había sido esquiva para incorporarlo como docente, lo había admitido como Profesor de alemán, se abre la etapa de Kusch con base en la recientemente creada Universidad Nacional de Salta. Allí desplegaría una intensa actividad mas encuadrada en el hábitat que el prefería: el Altiplano.
De allí saldrían sus últimos libros: "La Negación en el pensamiento popular", "Geocultura del Hombre Americano" y "Esbozo para una Antropología Filosófica en América". El golpe de estado de marzo de 1976, lo encontró en funciones en dicha universidad, de donde fue despedido. Ello no impidió - ya
radicado en la quebrada de Humahuaca - que siguiera creando, allí en Maymara, hasta pocas semanas antes de su fallecimiento en Septiembre de 1979, cuando fue a morir a la ciudad donde nació.
En desarrollos anteriores dedicados a este autor del que nos declaramos seguidores heterodoxos, habíamos esbozado alguna suerte de síntesis de su pensamiento. Posteriores lecturas, nos sugieren no insistir con esa tesitura, porque el discurso kushiano, sugiere una lectura integral y reiterada. Nos aparece como insintetizable.
Kusch solía rematar sus elucubraciones (no nos atrevemos a utilizar el termino polisilogismo) con frases contundentes. Es casi engañoso, quedarse con esas frases. Los interrogantes dispersos a lo largo de su obra, son invitaciones a buscar adentro de uno mismo, respuestas a los hondos interrogantes que lanza a consideración de quienes se atrevan a asumirlos.
Hemos escrito al principio de esta comunicación, que lo que la justifica es la intención de presentar a quienes no lo conozcan a la persona que con más persistencia ha cuestionado "integralmente" a la cultura Occidental, surgida de la modernidad europea, en idioma español y hasta el momento de su deceso en 1979. En la presentación va explícita una invitación a leer su obra en forma integral y no parcial.
El tiempo transcurrido, y las facilidades que nos viene deparando la irrupción de las "Tecnologías de la información y la comunicación", para acceder a desarrollos posteriores a esa fecha, tal vez no tornen novedoso su aporte para muchos cultores de las Humanidades. Más esto es tan solo una hipótesis personal. Al menos reserva para Kusch, con sus aportes, un carácter pionero en la lengua que nos impusieron los conquistadores y evangelizadores españoles.
Buenos aires, 8 de enero de 2009
De los secretos de la Matría*
*De Carlos Lopéz Dzur baudelaire1998@yahoo.com
1.
Me gusta decir que antes que tener Patria,
o la gran cabeza de los próceres,
jactanciosos varones del Reino,
tengamos matría, intestinos
en el planeta, redes socialmente lícuas
para todo el cuerpo, compasiva madre
para las descomposiciones nutricias.
Tengamos exaltada por amor
el agua de la sangre
y a la gran distribuidora de lo que alimenta
al pasar su lengua por selectivos procesos
porque su compasión elimina el desecho,
pero enriquece las células.
Y tal vez muchos patriotas aún no saben
que la matría se desangra.
Es lo primero que se duele cuando la patria
se agita en los partos.
Es lo primero que gime cuando mueren
los hijos que amamantó y al que le dio
los intestinos.
La patria se desdice cuando nace sin Ella
(la matría, oculta matría del intestino).
La patria se confabula, se enmalece
por la causas del autoprovecho
y el lucro y, sin embargo, allí la Sabiduría
del Manantial en servicio se pervive,
40 veces fértil, con todos los inviernos a su lado,
con la Tierra como lecho,
allí en el torso bajo, en el abdomen,
pariendo al Mashiaj, difundiendo el amor
como el agua, pasando del Netzaj a Hod
para que David se gloríe
Me gusta una meditación que ponga
la patria en lo femenino de sus raíces,
una meditación en tí, Mem, sobre todo en tus Aguas,
y es que las aguas también surgen del Alef
y es la Madre Shin, cuyo Juicio da el diente
y el fuego de la verdad, así como el Alef
dice al buey: «Para tu Oreja Izquierda
y oye el aire del origen».
2.
Patriotas de todos los pueblos,
escuchen el mensaje del agua que Mem
trajo a mi oreja izquierda
por repudio de aquellos que roban
la pureza, el orgullo y la perfección
de sus sentidos, quitándolos a quien
Ella, madre Mem, los dio.
Escuchen su repudio a los falsos guardianes
de la ecología y el agua pura, en su tráfico
criminal y lucrativo de aguas embotelladas
como lujoso producto, extraído
de la Falda del Carmen
por Nestlé Waters, Danone, S.A.,
Patagonia Valley Organic & Gourmet, S. A.
Los chupadores de Tu Sangre ultrajan
la matría, saquean tus bienes naturales
desde corporaciones transnacionales
y contratos venales del neoliberalismo
y el gobierno de Mestre,
De la Sota,
de Schiaretti, lo ha permitido
por el agua potable ha dejado de ser tuya,
Argentina; patriotas del Cono Sur,
patriotas del Caribe o de las selvas del Africa
o de la Amozonía, salven la humedad
de la madre vulva,
salven los intestinos que tiene su geografía
porque antes que la patria es
la Matriz de Mem,
no las carteras de la familia Benetton,
o de Douglas Tompkins y su falso ecologismo
ni los socios de la Transnacional Suez
o la Roggio, no la cartera de Jeff Bush
y Ronald Krongold, Georges Soros
y los chilnows Paulmann.
3.
Están buscando el agua, comercializándola,
exportándola a 15 países de Europa
quienes no te dan patria, ni te construyen
un acueducto, ni se cercioran que tus niños
beban aguas sanas, y tus agricultores
tenga abasto para sus cultivos,
ni que tenga la externa piel
de tu geografía sus afluentes
o sus yacimientos de reserva sagrada.
Todo es un saqueo de la Matría,
la supraconsciencia invisible
de la patria material que no se exalta,
se explota, se le pone una marca
de gourmet, se vende a un euros
por botella, la consumen los jeques
de las petroleras, la recomiendan
las celebridades como el sumum bonum
pero lucran con las aguas de Córdoba
y toda la Patagonia y luego
te hablan de buena voluntad y ecologismo
y de pureza, orgullo, perfecciones,
a costa de tu madre, el Agua,
y el intestino del mundo,
tu matría.
-De El libro de anarquistas / CARLOS LOPEZ DZUR
http://carloslopezdzur.blogspot.com/2010/11/de-los-secretos-de-la-matria.html
*
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lunes, noviembre 29, 2010
LO INASIBLE...
*Ilustración: "Los cuatro elementos. Agua" de Walkala. Luis Alfredo Duarte Herrera.
Lo inasible*
*ZULMA MOLARO. diasfelices59@yahoo.com.ar
Al que amé
A los que amo
El cielo desprendía una parte de sí
y a la tierra regalaba un velo,
portador de todos los azules.
Los ojos miraban
tal encantamiento,
quedaban prendados
y no preguntaban porqué
merecían tanta distinción.
Los ojos transmitían el deseo,
y el deseo era poseer,
poseer lo que fuere
que trajera el azul.
Y el azul traía una ilusión,
la de ser felices.
Los ojos deslumbrados
desprendían miradas atrapantes
ansiosas de tomar una parte,
tanta era la urgencia…
no fuera que olvidaran
el recuerdo de otros días.
*
No pude distinguir su mirada
porque sus ojos espejaban el cielo
y el cielo estaba cubierto de aves,
dirigió sus ojos a los míos
pero nada cambió.
Cómo pudo ser tal prodigio le pregunté
y su respuesta fue: sólo hay que quererlo.
Sonrió y murmuró la propuesta de las aves:
si con tanto amor nos contemplaste
te ofrecemos nuestros ojos
la de todas y así tu mirar
no terminará en el horizonte,
las aves migradoras traerán continentes
y nosotras el paisaje que tanto amas,
tu mirada será penetrante como el halcón
y dulce como la torcaza,
la paloma de la Trinidad será tu allegada
y no juzgarás
porque únicamente lo bueno verás,
es así de fácil cuando quieres de verdad,
tan sólo nuestro vuelo alegraba tu corazón.
Te aseguramos que si la mirada de los hombres
espejaran el cielo
las llamas del infierno
se apagarían.
*
Eras mi barco
porque estabas en mi puerto
y tan grande
que mi mirada no alcanzaba a contenerte
con hombres de todos los colores
y palabras de todas las lenguas.
Arriba, muy arriba
se asomaban las cabezas detrás de las barandas
ofreciendo cigarrillos
por monedas argentinas.
Bajaban de noche
por la planchada movediza de madera
en busca de mujeres.
Yo no lo sabía.
Las mujeres
que a los marineros respondían
eran las baratas, sin idioma conocido.
Los capitanes en sus camarotes
recibían los mejores apellidos
pero cuando todo se veía
los conocidos de la noche
se desconocían en el día.
Yo no lo sabía.
Pero ahora sé
que la noche esconde
y la luz de la verdad revela.
*
La baratura del azul
hizo al químico su oferta
y sus avezados patrones
sugirieron a los diseñadores
hacer del cielo una esperanza
y traerlo a las telas un acierto.
¿Qué mejor que jugar con sus colores,
meterlo dentro de la mujer
por el camino de sus ojos
y ser ese año una codicia?
Como regalo fueron devoradas
las últimas imposiciones
del viejo negocio.
Sin discernimiento aceptaron
lo grandioso de la novedad
y siguieron sumándose
temporadas de vulgaridad.
El cuerpo del animal hombre
no tiene desperdicio,
cualquiera de sus partes produce dinero
más aún cuando la moda ilusiona
una nueva apariencia.
En las pasarelas lo único abolido
son los cerebros.
*
Las dos piernas vacías del pantalón
sugieren la ausencia del ocupante
que otrora fue.
¿Qué caminos habrá transitado,
qué manos femeninas
sintieron la carne
a través de la tela,
cuántas veces las marcas desgastadas
de sus rodillas
tocaron la tierra?
En el secreto de sus bolsillos tal vez
se guardaron prendas de mujer no conquistada
cobijándose en lo profundo
aguardando la caricia del recuerdo.
Y ahí está
con los roces de los años vividos
mostrándose
para quien pueda verlo.
*
Equilibrista,
la naturaleza toda,
a veces el hombre dentro de ella,
también.
Cuando no lo es
porque saca el pie
osadamente de su camino,
la balanza se inclina
cargada de osamentas
entonces, entonces…
repartimos los platillos,
tantos vivos
por tantos muertos.
Llegan otras generaciones
con púrpuras y negros
con historias contadas
de los sentimientos vividos
y otra vez los platillos
vacilan,
llenos de ideas ahora,
ocupando lugares
desalojando otras.
Las ideas pesan más que los cuerpos
el fiel desvaría en su balanceo.
El que se aparta y mira desde lejos
se salva del paraíso
y del infierno en la tierra
*
No sabía que el rojo de mi vaso
era sangre,
tanto andar
en buena parte
derramé su contenido.
Cuando supe que el rubí
era mi vida,
miré su fondo transparente
y vi el mundo del después
creyendo ver
el que había sido.
Mis ojos deslumbrados
no advertían el engaño
hasta que comprendí
que las vidas anteriores
no existieron.
Era el vaso complaciente de mi vida
fingiendo lo que pretendía.
*
Además del rostro
se te arruga el corazón
y no poéticamente
sino con la verdad tajante
del tiempo inventado por los hombres.
En medio del cosmos
una arruguita condolida
no importa más que al dueño
y tal vez al dios que la implantó.
De golpe se presenta
como si hubieras cambiado los anteojos
pero en profundidad se avizora lo vivido
que viene cantando desde dentro.
Para que ellas se presenten
tienes que haber subido y bajado,
caminado mucho
y haber dejado tu huella
tu marca, tu firma
aunque nadie la vea.
*
Por un orificio
en el muro de un alcázar
sale un sonido
montado en una pena
se supone que es amor
lo que reclama
nunca hubo un nombre
que diera idea
a quien llamaba.
Era un espíritu el que allí moraba
mientras el otro
en libertad lo escuchaba.
Ser de dos uno
por un instante
era lo que deseaban.
La condena en apariencia era leve
porque cada uno
día por medio la cumplía
así en la mitad se reducía.
La justicia que es ciega
no dejaba ver
la astucia de su condena:
vedar que se encuentren
los que se aman.
*
Pregúntome
pero no hay respuesta.
Miro mi ser insondable
las manos se tiñen de sangre
buscando vacías entrañas,
indago
por si alguna sombra de idea queda
y un susurro me responde:
todo fue mentira,
solamente un engaño.
Es mi otro yo
el que agazapado está
mi enemigo
el que murmura en mi oído:
no te esfuerces
sólo transcurre
déjate llevar por el río
de los reflejos dorados.
Qué importa,
todos llegan al mar.
*
Modelo el aire con mis manos,
hago el vacío en torno
y lleno de colores las formas,
puedo hacer los cuerpos deseados
y con deseo darles un nombre.
Las yemas de mis dedos tiemblan
al sentir lo imaginado,
recorro sus caminos
y sus cavidades me detienen.
Veo su pelo movido por el viento
y me dejo llevar en su liviandad etérea.
No quiero que interrumpan otros cuerpos,
éste salió de mi costilla inventora
que llevo resguardada en mi cerebro,
éste es más mío que cualquier otro,
yo soy su amante.
*
Me apoderaré de su imagen
y haré que la mirada del otro,
cuando la vea y crea verla,
descubra las misteriosas profundidades
y los alegres pináculos.
La luz será del sol de mis ojos
que desnudarán de las sombras
el escondido tesoro.
Quién podrá ser más poderoso
que aquél que mude las formas a su antojo,
mía será mil veces
y mía su yema florida.
Pero temo,
temo que crezca en demasía
y se apropie de mi con sus encantos,
temo ser yo el que mude los poderes
y la imagen tome vida,
la mía,
y trastocando los papeles
juegue conmigo
como yo lo hacía.
*
Qué hacían hilerando tantos pezones,
(pensé en el hombre y sus dedos torpes)
me acordé de una hembra rosa
tirada sobre el pasto seco
con muchos cerditos
mezclados en una contienda ciega,
igual que ahora.
Tal vez mejor es comer
lo que menos se parezca a nosotros,
me siento menos culpable,
una luz incandescente y despiadada
muestra la faena de la madre
convertida en tropezón de la gula tentadora.
Me surgen vegetales y sin pudor los ingiero
apagando los rugidos del hambre
para luego sumergirme
en el agua pura de la inconciencia
y dormir en un colchón de lana
mientras las ovejas tiritan
en la negrura helada del invierno.
*
Mírame, esto es verdad
no hay otra verdad
esto es así
como se muestra.
Siempre de frente
los ojos, de puros, blancos
aún en la noche oscura,
pero sin miedo
porque la simulación
se huele,
y esto es claro como la luz.
No dobles el pie
puedes torcer el camino
fíjate, todo indica hacia delante
la mirada buscando el horizonte
los labios sonriendo
a otros labios su llegada
los brazos recibiendo
los que vienen a su encuentro.
Sólo tienes que estar presente
porque ésta es la única verdad.
*
¿Quiero paz?
la paz de la inacción
de la silla caliente
del sol al mediodía
del lánguido cariño
de las flores en la tumba
de la piel con huesos insinuados
la paz del obediente
que nunca dijo no.
No,
quiero la guerra
de las manos unidas
de las manos pequeñas
de los besos que cubren un país
de la furia de los ojos en los ojos.
Quiero la guerra
que no me da sosiego
que mueve mis días
más allá del tiempo.
Porque quiero la guerra
voy a morir en paz.
*
Y Dios al preguntarse
se conoció,
y dijo:
si es que soy,
puedo,
y de la nada la luz apareció
y así todas las cosas de la nada aparecieron,
pero eran nada,
vio Dios que lo bello era vacío,
a sí mismo se miró
y se vio lleno y luminoso,
mas a su obra
algo le faltaba
¿no todo estaba dicho?
faltaba su última creación
entonces dijo:
hágase el amor
y el vacío se llenó.
*Zulma Molaro ~ Santafesina
Su labor estuvo dirigida a las artes visuales siendo la pintura de caballete uno de sus principales intereses, también al dibujo y a la fotografía le dedicó parte de su tiempo así como al arte digital y a la
escultura en arcilla.
Retomando lo inconcluso de sus años juveniles y como completando la imagen suma en poemas las inquietudes del hombre sentidas a lo largo de su vida.
*Fuente: Cuadernos y Palabras nº8.
Lunas sencillas*
*TERESA GUZZONATO. teressaguzz@yahoo.com.ar
A mis hermanos Juan y Mary, por todo y por tanto
A Jorge
A quienes hacen
respetando
amando, soñando, creando
sonriendo
que la vida
merezca ser vivida.
a mis padres, que siguen estando
y a Horacio Rossi
Eco de la niebla
Sobre la laguna
la niebla,
como si las blancas garzas
como si el agua blanca
como si el cielo,
como si ninguno fuese lo que es.
Eco de la niebla,
repetida pregunta de los amaneceres:
¿se evaporan las garzas?
Desgrana el alba
Desgrana el alba
la mazorca del rocío.
Por un grano la luz se hilvana
mariposa
y liba la flor de la mañana
Maderamen
Le pedí al sol sus frutos
Y los puso a mi consideración
en el corazón del árbol.
De los ibirapitá
Brota un campanilleo de siesta
ebullescente
desde los racimos.
Toca el aire
besa el aire
su amarilla osadía.
Y es del árbol
de los rumores verdes
de todo el día
el sonido amarillo
color de siesta
de sus racimos de verano.
Toca el aire
besa el aire
su florecimiento.
Y allí se quedan
mis ojos de enero
mariposados.
Ella cuida las flores...
-a Mary, mi hermana-
Ella cuida las flores,
hay sol en sus manos
y agua en su mirada.
Entre quehaceres
bautiza jazmines,
guía las volubles intensiones
de las campanillas celestes,
y a pesar del compromiso
con la mesa del mediodía,
señala las lluvias de pétalos
o se demora
en los abismos de las azucenas.
Sé que tiene amores secretos
con los helechos
y una cita ineludible
con las diminutas flores de la vid
cada primavera,
…y que perdona
las espinas de un cactus
que añora la montaña.
Ella cuida las flores
y en su alma
se refugian las mariposas
todas las mariposas.
Mediodía
Puerta de sol
pido pasar
al otro lado del día
para saborear la tarde.
El picaflor que visita mi patio
El picaflor que visita mi patio,
la intimidad
dulce de mis flores,
las habitaciones de las arañuelas
en los claveles del aire,
mis lluvias del atardecer,
no sabe
que también visita mi alma.
Dos poemas para un mismo gato
El gato
Relampaguea
ojos de miel
el custodio del silencio
El gato
Juega a morder la cuerda
araña
su zarpa de rosas,
domina y estira…
Espina la torción de las hebras.
La luz recostada en el aire
acaricia
el felino juego de las sombras.
Humo de mayo
Caricia gris
la del humo entre los árboles,
surgiendo entre verdes
chimeneas coposas,
mitad serpentina,
mitad mariposas….
mitad tristeza
la caricia gris del humo
aleteando por el cielo de la tarde
Travesía
Aspas de sol ventean luz en la tarde.
Molinero voy
al pan de la noche.
La Luna en la nueva casa
Ella se asomará
desaguando luz sobre las cosas,
detenida en el cielo,
mirando azul.
Quizá pida entrar,
le diré que sí…
Su líquida presencia
verterá plenilunios sobre los objetos.
Con lento tacto
lamerá el reposo de los cuerpos,
y despertará
estremecidas memorias verdes
de nidos y de encuentros
en las maderas apagadas
por los barnices del tiempo.
Por el toque de la Luna…
crecerán azucenas las paredes
y los techos solo serán
inestables palabras
en el límite de los vuelos…
Caracola en la ventana
recostará arenales en la cocina
y la reunión de las frutas
se constelará fresca en la mesa
bajo la claridad selenita.
Sí, la Luna
azaharando la nueva casa…
Pasará,
lunando con su aroma las plantas,
diluyendo las corolas
y las fronteras de las hojas,
esfumando mariposas
de cera entre las sombras
y será el jardín
por su agua luminosa
un estanque
donde abrevar sueños…
A la Luna le diré que si
cuando pida entrar a la nueva casa.
Luciérnagas
Luciérnagas,
yemitas de luz
en primavera.
Por ellas el verano
se prende al aire
como suelta hiedra.
Luciérnagas
frutitas de luz
que el otoño traga.
-¿Y el invierno?
-Él las guarda en su escarcha.
20 de septiembre
Vi al ángel
sentado en el borde de la luna,
recostado en la curva
de la luminosa hoz.
Sonreía dulcísimo
balanceándose,
enlazando,
atrapando destellos
y acomodándolos sobre sus piernas.
Pasada la medianoche
abrazó el manojo brillante,
emprendió vuelo
y en una amorosa búsqueda,
diseminó
harina de luz
en los senderos
por donde arribaría la primavera.
En la mansedumbre del agua
En la mansedumbre del agua
como una flor
desprendida de la luna llena
una garza azul
confirma
el día.
Teresa Guzzonato
Nací en Santa Fe, un 11 de diciembre de 1956. Soy Licenciada en Edafología y laboralmente estoy vinculada al manejo de la basura en la provincia de Santa Fe.
Los poemas que integran este “mi” primer libro/cuaderno fueron parte de distintas publicaciones, entre ellas: Silencio a cinco luces, En bandada, Arena de nueve cantos, La luz de los decires IV (realizada
en el 2008 por alumnos de la Escuela Mantovani), Luz en el alba, y varios etc. entre los que se encuentran las antologías de autores santafesinos del Banco Bica (resultantes de la convocatoria de
Miriam Morcillo). En mi patio se gestó el Grupo Orión, grupo de –amigos- escritores independientes, y allí también, bajo la parra, junto a Cacho Agú y Horacio Rossi, decidíamos “La Red”, pequeña
publicación propuesta por Cacho.
Y qué más?, jurado de concursos literario, integrante de la Comisión Directiva de SADE, Santa Fe, otros etc.; algunas muestras individuales de pintura (mi técnica preferida es el pastel), algunas muestras
de fotografía y de collages de hierbas, ...., y seguir haciendo. Email:
teressaguzz@yahoo.com.ar
*Fuente: Cuadernos y Palabras nº 7
*Cuadernos y Palabras. -Colección LuzAzul- es una Edición Cooperativa de los Autores
-Coordina: Oscar A. Agú. oscarcachoagu@yahoo.com.ar
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sábado, noviembre 27, 2010
HISTORIAS DE TERROR, SUSPENSO Y FANTASÍA...
*Ilustración: "Los cuatro elementos: Aire" de Walkala. Luis Alfredo Duarte Herrera.
HORA DEL TÉ*
Para Ana María Muñoz y Wilfredo Benítez.
- Sí, ésta es la razón - dijo el Sombrerero con un suspiro -. Siempre es la hora del té.
Alicia en el País de las Maravillas.
Lewis Carroll
Ha llegado la hora del té. Cuando me dispongo a disfrutar del primer sorbo, suena el teléfono.
Sé que es tía Emelina.
Me pregunta si está llegando tarde.
Le respondo que siempre hay tiempo para disfrutar de su compañía.
“Allá voy, hijita, espérame”, susurra antes de colgar.
Es la fuerza de la costumbre. La pobre tía lleva dos años llamándome para avisar que llegará tarde a la cita.
¿Cuándo se acostumbrará a la idea de que está muerta?
*De Marié Rojas Tamayo.
La Habana. Cuba.
PAISAJES*
Caricia de sol
sueña sobre la ruta
de mi destino.
Llega la noche,
el roce de la luna
besa las rosas.
Escucho la voz
de un largo camino,
me llama y voy.
Flor del cerezo
abre la puerta blanca
de primavera.
El Soberano
bendice a los árboles
que me cobijan.
*de Emilse Zorzut. zurmy@yahoo.com.ar
Media mañana*
*Por Silvia Milos milossilvia@yahoo.com.ar
HORA NUEVE
Alejó una a una las ideas que intentaban frenar sus pasos, hasta se quedo descalzo, para que no hagan ruido en su cabeza. Y se acercó cuando la vio bajar del auto. En automático, sacó la navaja, la pasó a su mano derecha por detrás del bolsillo y empujó entre la gente. Puso su cuerpo por delante como un obstáculo impredecible, y la enfrentó mirándola sin pestañear. No la dejaría pasar. No la dejaría.
En un mínimo instante resolvió besarla, delante de todos, para detenerla y detener su ansia. La demencia, inaudita lo sobrecarga sin palabras. Explota su garganta de savia. Busca enterrar de raíz su lengua en esa boca, abrir lentamente (observando) como si tuviera ojos, que secretos ocultan sus comisuras. Con inquietud, fuerza lentamente los pasos en un movimiento espiral. Enlaza sin vueltas los labios, para ver que cuentan repasa los bordes de los dientes, para repasar su filo. Si es que hablan. O se quejan. Serenos, firmes, apretados como señuelos. Un saludable miedo le surca el rostro, antes bello. Sin embargo, él sigue sin verla. Está cruelmente concentrado, en desagotar ese río comprimido que lo está matando.
No sabe, o no quiere saber si ella responde, si lo abraza desesperada, o si lo rechaza. Menos le importa la fría preponderancia de su risa, eternizada en el suspiro. Una corriente eléctrica lo traspasa, cuando acaricia el tejido bordado de su pelo, siente su aroma desvanecido, resistente y opaco, impregnado contra su pecho; como el vestido que lleva hecho a medida. Es la última vez que la sostiene, que la besa, que la respira.
HORA SIETE
Estuvo esperándola parado, casi dos horas, porque no recordaba cuándo ella le dijo que entraría. Como una burla, sin invitación y con la ropa del trabajo puesta. De pronto comenzaron a llegar, los otros, y él bajó el rostro hacia sus zapatillas, mientras hacía que prendía un cigarrillo. Pequeños murmullos y comentarios, rezagos del pasado, cosas que había tenido en cuenta alguna vez. Nadie lo miró, ni le prestó la suficiente atención, por eso sostuvo el pucho apagado, mientras adentro el alma se le incendiaba.
Algo andaba mal. Porque no pensó, ni por un segundo que estaba jugado, que iba derecho a la banquina, que apenas la tocara, sus frágiles y atormentados mundos caerían como figuritas desparramadas.
Una imposible levedad que lo apuñalaba en sueños, cuando supo que ya no lo amaba. Ese dolor potenciado mil veces, el del abandono sin explicaciones. Ahora, no las quería, ni las necesitaba. Para que buscar alivio en las posibilidades, su único deseo estaba por ser cumplido. Y también la haría sentir, sentir y padecer la sensación amarga y profunda que lo mantenía erecto.
HORA DIEZ
Entonces, el éxtasis. Un goce amplificado al tocarla, el sudor perfumado de su estremecimiento entre los brazos, que la sujetaban para que aguantara. Un poco más. Porque el día invernal se calentó con su desquite, y el piso astillado por la sangre, que caía como agujas, revelaba su osadía.
Casi dos minutos. Bastaron para asentar quien decidía sobre quién. Los presentes resguardados en un circo romano, contemplaron inmortalizados, vaya uno a saber porqué. Tal vez una lección gratuita, sobre el amor y sus espantos. Tres hombres, se necesitaron para arrancarla de sus manos. Ni el novio se animó a levantarla.
Enviado del destino. Como un maestro que termina su clase, limpio la tiza roja de las manos en los pantalones gastados y secó la violencia acontecida. Claro era el día…y se estaba nublando.
Lo que sintió, no tenía nombre, un estado de regocijo tal que permaneció callado hasta la comisaría.
Feliz lo retiraron del lugar, había dejado su navaja como regalo de bodas en el suelo.
Recordando a Luis Alfredo Duarte Herrera.
Relaciones internacionales: entre santos y malevos*
Anteriormente en las facultades de derecho de las universidadeslatinoamericanas, en relación con el derecho internacional, se enseñaba que la base fundamental de las relaciones entre los Estados descansa en el Principio de Reciprocidad, esto es, que ningún país está obligado con otro a hacer más negativas y/o concesiones de que las que son otorgadas por aquel.
Sólo a través de la adecuada comprensión y práctica de tan elemental piedra angular, una nación puede alcanzar el grado de madurez, altivez y dignidad necesario para formar parte de una comunidad internacional democrática. El Principio de Reciprocidad está ligado esencialmente al directo ejercicio de la soberanía de la cual goza cada Estado. El Principio de Reciprocidad constituye un presupuesto de la más mínima defensa, de la más mínima justicia y de la más mínima equivalencia a la que tiene derecho un pueblo.
El Principio de Reciprocidad moldea un hecho psicológico fundamental para los habitantes de un determinado territorio: a través de su adecuado y reiterado ejercicio, alcanzan sus ciudadanos la seguridad y el orgullo propio necesarios para poder afrontar sus relaciones prácticas en un plano de igualdad y equilibrio con los demás habitantes del planeta, sean estos quienes fueren.
Los países colonialistas, a través de la historia, han hecho papel higiénico del Principio de Reciprocidad en sus relaciones con los países dependientes, sentando a cambio el "Principio de Superioridad" en su favor, hoy en día con mayor énfasis, en la crisis de valores que afronta el mundo con el neoliberalismo.
La doctrina imperial de los Estados Unidos en las relaciones internacionales hace escuela entre los países ricos. En relación con los visados, los ciudadanos de los países industrializados no requieren de ninguna para alcanzar cualquier país del mundo, sólo les basta la compra del boleto de avión para satisfacer sus deseos de viaje o aventura; a contrario censo, los ciudadanos del tercer mundo requieren una ingente cantidad de formularios, documentos, seguros especiales, pruebas de la propia capacidad económica, de amigos o parientes, fotos, largas colas y/o esperas, ires y venires, a fin de lograr un visado para ver, así sea de paso, lo que se ha hecho con el producto del saqueo de los países empobrecidos a lo largo de la historia colonial. Se presume que los ciudadanos de los países ricos son todos personas de bien, mientras que los ciudadanos del tercer mundo son sospechosos de ser criminales en tanto no prueben lo contrario, mediante certificados expedidos por los organismos de seguridad correspondientes y averiguaciones consulares especiales.
Con relación a los productos, los países ricos tienen derecho de exportar lo que les venga en gana, inclusos hasta sus residuos altamente contaminantes y peligrosos, sin mayores resistencias por parte de nadie en el mundo entero; los países pobres a cambio, para poder exportar, se ven abocados a una serie
interminable de requisitos y dificultades, que por lo general sólo pueden ser llenados por las multinacionales que se enquistan en aquellos territorios para beneficiarse de las altas ganancias que ofrecen la mano de obra y los insumos a bajo precio.
El planeta pertenece a los ciudadanos de los países ricos; para ellos va siendo elaborado un mundo abierto y transparente, de plena libertad, sin fronteras, adquirible de contado o a crédito al más bajo precio posible. A estos ciudadanos les está dado el derecho de ser y sentirse superiores en cualquier lugar de la tierra. A los ciudadanos de las colonias en cambio les pertenece un mundo lleno de obstáculos y barreras, con fronteras cada vez más densas e intraspasables, con los precios más caros del "mercado" mundial y un crédito ostensiblemente restringido, donde el grado de libertad está vinculado directamente a la capacidad económica, pero también a una serie de vericuetos dignos de las más espeluznantes historias de terror, suspenso y fantasía. Tras toda la serie de peripecias y humillaciones a las que están expuestos en el camino hacia "la libertad", no estoy muy seguro de que a los ciudadanos de los países coloniales les quede algún grado de arrogancia o amor propio al momento de poder hacer contacto con sus congéneres que viven en el "mundo desarrollado".
Las sociedades esclavistas y las sociedades feudales enseñan que el sometimiento del esclavo y del siervo no puede quedarse en la fase meramente fisiológica del poderío; para producir las relaciones de dominio y señorío, es necesario que el esclavo y el siervo acepten su inferioridad física, pero muy especialmente que acepten su inferioridad psicológica respecto a sus amos y señores. El mundo moderno, a pesar de todos sus adelantos tecnológicos, sigue estando sustentado por esta base de dominación psicológica, tan efectiva también al momento de los relacionamientos, negocios y demás quehaceres de la vida cotidiana, en lo que con todo cinismo suelen llamar "democracia" quienes detentan el poder.
Son culpables los países ricos de esta fatídica "democracia" que reina en las relaciones internacionales? Sí, sin el menor lugar a dudas, ellos ordenan que las cosas sean así; pero más culpables son los gobernantes de las colonias, aquellos personajes faltos de dignidad y entereza, que mucho saben de soberbia y desdén frente a sus propios ciudadanos, pero que en el mundo internacional viven postrados de rodillas sobre duros suelos de mármol, recogiendo ansiosos las migajas que caen de las todopoderosas mesas de los países industrializados. Y mucha mayor culpa cabe aún a los ciudadanos que en las colonias eligen tan fatídicos personajes para que los gobiernen y representen sus intereses ante la llamada "comunidad internacional".
*de Luis Alfredo Duarte Herrera.
-Texto del año 2003-
IMPOSIBLE ESCRIBIR SIN EL SUSURRO SEDOSO*
*Por Miriam Cairo. cairo367@hotmail.com
LA ABRE
Una compra una jaula. Lacan, furioso, fuma, tose y castra. Una compra la jaula para abrirle la puerta.
*
LA TRASPASA
Uno es demasiado poco para el mundo. Ningún actor hace su función para uno. Ningún héroe narra sus hazañas para uno. Tampoco los mítines políticos son para uno. Ningún diario se imprime para uno. Ningún país se construye con uno. A la ciencia no le preocupa lo que sólo le ocurre a uno. Al mundo le
interesa la multitud. Al actor le importan los espectadores. Los héroes necesitan las masas. También los mítines políticos las necesitan. Los diarios se imprimen para el público. La ciencia piensa en lo general, no en lo único. Uno es uno solo. Innecesario. Improductivo. Silencioso. Extraño.
Poco. Uno, ¿a quién se parece? ¿Con quién concuerda? ¿Quién lo va a escuchar? ¿Qué puede transformar? Uno no alcanza. Uno no es más que uno. Uno ni siquiera tiene ombligo. El ombligo es del mundo. Si uno no cae en el centro del ombligo del mundo, no existe, no cae, no duele. Uno es lo interdicto. Uno pasa inadvertido. Uno tendrá que ser otro o terminará siendo sólo uno. Más solo que nunca. Completamente solo por ser uno. Uno va a tener que ser otro manso y tranquilo porque ser uno viola toda ley de medida. Uno quebranta el orden. Uno vulnera el tejido. Uno infringe singularidad. Uno contraviene el todo. Uno desobedece la norma. Uno traspasa la raya. Uno incurre en diferencia. Uno confunde.
*
LA VIVE
A las seis de la tarde entre el mar de gente que desfallece, rumia o respinga, lo único que se agita como un organismo vivo es el ojo lateral de un perro de tres pareceres, de tres patas, de tres redondeles que no pueden estar desunidos, como un Wallace que no puede separarse de sus tres mirlos.
*
LA MISMA
Una no puede entrar en el mundo. Una es un redondel. El mundo es un redondel. La noche es un redondel. Con su sadismo oral, anal, peral, la noche es una piadosa niña sombría sin reposo que salta de redondel en redondel hasta caerse en el hueco de la noche misma.
*
LA DESPLIEGA
Una incluye salvaciones. Incluye callejones sin salida. Una hace la función para uno solo. A una no le importa la multitud. Los mítines están llenos de otros. Una se acerca con suavidad. Entra al departamento amueblado. Una derrama el vino en el colchón. Otras tienen sus maneras de transmitir el
desamparo. Una se levanta obstinadamente, se desprende de los pálidos otros.
Una conoció un jorobadito. Una llamó a emergencias. Una conoció a un tipo de pelo corto. Una extravió el teléfono. Una lleva sandalias que inducen a creer que está descalza o vuela. Una ha reconocido el autor de los versos que lee. Una despliega el ala.
*
LA VACíA
Uno está solo y escucha el coro de ahogados. Pero uno respira en otro lugar.
Uno no concuerda. Uno saca del cubil al lobo. Lo desconoce. Lo comprende. Lo atiende como si acabara de nacer. Uno ve los edificios grises de una tarde vacía y familiar. Uno tiene un solo nombre. Uno tiembla en el edificio pero se cuida de caer sólo en el centro de gravedad donde está el lobo.
*
LA SUPERA
Otra es capaz de morir sin haber ejecutado jamás el juego del asombro, la perversión y la pureza. Otra está muy lejos de ser una.
*
LA TRIZA
Uno a veces es uno. Casi siempre es otro. De tanto ser otro cree que ya no es uno. Como un hombre sin rostro en la silla del dentista, uno no se reconoce otro. Uno es un otro hecho para no romper la atadura. Para que lleve. Para que llene. Para que colme. Para que ateste, para que uno no ocurra. Pero otro hace alguna trizadura y uno, más allá de la avenida, ocurre en la única escena posible.
*
LA DISUELVE
Una parpadea. Una sube al colectivo. Una lleva jeans y lentes de sol. Una baja del colectivo y parpadea. Una se quita el jeans y se disuelve a lo Ingrid Bergman en los labios marítimos de Humphrey Bogart. Una no es otra.
*
LA CREA
Una duerme con la cabeza apoyada sobre su hombro. Una lee con la cabeza apoyada en el arco y la lira. Una despierta con la cabeza en el cuello de una botella. Una avanza por una calle solitaria. Una que nunca ha fumado, tose y fuma pero no castra. Y eso no quiere decir que una sea irreal o sólo exista como idea, sino que una usa la cabeza para escuchar el susurro sedoso acumulado en el espacio donde nace una palabra. Y esto no quiere decir que sea irreal o sólo exista como silencio, sino que esa palabra existe porque una cree en ella.
*Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/14-26362-2010-11-27.html
ABRACADABRA*
*Por Silvia Milos milossilvia@yahoo.com.ar
Nos llamaron a beber afuera, en la casa no querían que circulara el alcohol por ningún motivo. Sobre las doce de la noche, nos juntamos en la vereda para alejarnos de la música de viejos que en ese momento sonaba como un bombo roto. Adentro, las luces del jardín cimbraban con un viento surrealista, parecía una película de los sesenta. Aún mis recuerdos son borrosos, debe ser por lo que nos pasó. De nuevo, las luces amarillas se movían entre los árboles y la gente, que estaba a medio iluminar también. Yo los observaba y reía, sé que hice alguna broma al respecto. Tal vez dije-parecen muertos-vivos, o algo similar, porque bailaban estirando los brazos y las piernas sin compás. Tenía a Roxana rodeada con un brazo, apoyada sobre mí, y un vaso vacío en la otra mano. Era un tzipouro griego, un brandy sin etiqueta traído de contrabando. Fue pasando de uno a uno hasta que llegó mi turno, y me serví.
Nunca me gustaron los envases opacos. A decir verdad no tenía mucha experiencia con el alcohol, pero podía aparentar como todos, y convencido por la mirada de Roxana me decidí. Entrecerré los ojos, y di un pequeño sorbo desconfiando del líquido. Era dulce y picante a la vez, recorrió cada intersticio de mi boca, pasó pronto por mi garganta hasta mi estómago dejando un ardor insoportable.
El trago como una serpiente a la espera de ser liberada, me provocó una llaga en la lengua. Solté el vaso, y el líquido salpicó de mil lunares huecos su blusa recién estrenada.
Dios, como contarlo sin que suene a desquicio, trato, de veras trato.
Ella todavía sostenía una de mis manos cuando la sentí terriblemente fría. Y como en una misteriosa secuencia fue perdiendo el brillo de su piel, comenzó a tener arrugas y sus uñas pasaron de rosadas a sepia creciendo a una velocidad fatal. La solté espantado tomando una leve distancia, impresionado comprobé que había envejecido sesenta o setenta años. Me tapé los ojos para no llorar, aunque Roxana parecía no haberse dado cuenta de nada, y adentrándose en la fiesta mascullando insultos, me dejó. Los otros, que estaban conmigo bebiendo, siguieron la ronda; se divertían a su manera, aunque evitaban levantar la vista y enfrentarme. Ya no se reían, extrañamente las mandíbulas se les desencajaron hasta que los dientes saltaron por el aire como canicas. Con las bocas negras, ya sin paladar para tragar el vino quisieron decir algo, pero las palabras sonaron a un zumbido. Ninguno pudo volver a emitir su nombre.
Yo estaba paralizado, tampoco podía hablar, ni llamarlos, era tal el miedo que sentía que todavía hoy no recuerdo una situación igual. Giré la cabeza hacia la casa, el tocadiscos estaba con la misma música, repetía la canción estancado en una sola frase: Abracadabra, hasta que luego fue sólo un chillido. La púa trabada se había convertido en un cuchillo que me picaneabalos oídos.
Alcancé a vislumbrar el resplandor de las bombillas agitándose, y un montón de sombras sostenidas contra la pared trasera, parecían personas. Pero Roxana, ella con su blusa manchada, no volvía. De pronto un estallido rompió mis huesos tarsos, la botella vacía resbaló y dio imperiosa contra las baldosas, anunciaba justo las doce.
Nadie quiso comentar los hechos, juramos no volver a beber, y a Roxana, todavía la estoy buscando. Si la ven, (si la pueden ver), tapen los espejos.
Ando y desando el camino…*
“Se hace camino al andar…”
Antonio Machado. (en la voz del Nano Serrat)…
Voy buscando no sé que sueño…
Voy pariendo no sé que dolor…
Voy abriendo no sé que lugar…
donde la flor de los amigos
haga nido…
Sea vuelos cánticos…
Obre en rueda verdadera
de mañanas cálidas de manos abiertas…
Desandando las desfloradas
penitas que todos guardamos dentro…
Sólo los amigos consuelan la única lágrima…
Sólo los compañeros de la palabra
unifican ese camino de mística elección:
Cántico redimido en búsqueda de un universo
de compartidos abrazos…
Como hoy cantando tangos antiguos,
recordando que enfrente, ahicito nomás, estaba
la simple terraza del amigo ausente, hoy, en la mesa…
Su corazón y su poesía maravillosa
sobrevuelan y se sienta con la cariñosa mirada
a velar por nosotros,
a cargar las mochilas de los papeles y los libros,
a ser pura risa abrazo respeto- del respeto…
(Y tras la ventana de café
su casa-hogar de padres-)
Traía su nostalgia a mi alma.
Me rodeaban todos los buenos amigos,
él nos albergaba…
Y nosotros reíamos, cantábamos,
En fin, como decía
la vida continuaba…
sin más que ella y su andar andando
por la insólita travesía de ser humanos…
*De Mónica Laurencena Berraz. monilaurencena@hotmail.com
Correo:
Queridas amigas, queridos amigos de YAGE y Xicóatl!*
Con profundo dolor les comunicamos la triste noticia de la pérdida de nuestro querido padre, compañero, hijo, hermano, cuñado, tío y amigo quien falleció prematuramente a consecuencia de un grave accidente.
Dr. Luis Alfredo Duarte-Herrera
* 1. November 1958
† 27. August 2010
Con cariño
Krysthal y Leo
Humberto
Martha Cecilia, Maria Pilar con familia
Doris
Jamás hubo alguien como tú.
Ahora mismo no hay nadie en el mundo
entero que sea igual que tú y nunca lo habrá.
Tú eres una obra de arte –
irrepetible, incomparable, sin igual.
(Osho)
Lamentamos la cancelación del quinto concurso literario Xicóatl – Estrella Errante.
Una última edición de la revista Xicóatl será publicada en homenaje a su creador. Invitamos a todas las artistas que deseen participar en esta edición a enviar sus contribuciones a la dirección de YAGE hasta
mediados de diciembre. Les rogamos que los textos sean muy cortos y tengan un máximo de media página.
"Yage (XICóATL) Duarte-Herrera" euroyage@gmail.com
Asunto: Xicóatl – Estrella Errante (última edición)
En otoño de 1011 tendrá lugar una exposición con las obras de Luis Alfredo / Walkala. Les informaremos por e-mail a todas las direcciones que tenemos y nos sentiremos orgullosos de invitarlos.
*El equipo de redacción de YAGE. euroyage@gmail.com
*
Querida familia de Luis Alfredo y sus amigos:
Afectuoso saludo. Profundo sentimiento de dolor y pérdida, que no cesa, nos ha embargado desde que conocimos la trágica noticia del accidente y fallecimiento de Luis Alfredo, Walkala. Él, indudablemente, una "obra de arte, irrepetible, incomparable, sin igual", un gran humanista, artista, poeta, amigo y gestor. En sus varias páginas de internet se puede ver y constatar la calidad y magnitud de su vida y sus obras! Para todos Ustedes, sus familiares y amigos, en especial para Krysthal y Leo (a quienes por fotografias conocimos) nuestra perenne solidaridad y afecto.
Después de muchos días de no volver a recibir mensajes de Luis Alfredo y de tratar infructuosamente de comunicarnos con él a través de las direcciones e-mail de Yagé y Xicóatl , supimos del fallecimiento de Luis Alfredo gracias a mensaje que nos envío Ximena Mariño*, amiga común a quien el propio Luis A. nos había presentado por internet hace varios años. (* Con ella aparece Luis en la foto: http://artistas.euroyage.org/v/1_-_events/ximena_konzert/walkala_consuelo_ximena.jpg.html del álbum http://artistas.euroyage.org/v/1_-_events/ximena_konzert/ del 30 de Octubre 2010!).
Una vez supimos la triste noticia la comunicamos a la mayoría de los suscriptores de NTC ... y en especial a aquellos que tenían relación y cercanía con Luis A., con la revista y con el programa radial (el cual siempre anunciamos en y tratamos de escuchar siempre).
Hace algunos pocos días tratamos de entrar y navegar las páginas de internet que manejaba Luis A. y no nos respondieron. Hoy insistimos y sí aparecieron ( http://www.euroyage.org/es , http://www.walkala.eu/es , http://www.euroyage.org/es/el-magazin-cultural-xicoatl-estrella-errante etc) . Ojala todas las páginas se puedan mantener "vivas" en internet. Es un gran Homenaje y Memoría del Gran Luis A. - Walkala. Ofrecemos toda la colaboración que esté a nuestro alcance.
Ya no tenemos claro el recuerdo de cuándo nos conocimos por internet con Luis A. y cuándo se inición nuestra cercana y fructifera amistad. Lo que sí podemos afirmar en que fue varios años antes del año 2005. Y esto por cuanto recordamos que Luis A. nos dió un crédito muy honroso en XICóATL No 71, Abril/Junio 2005 ( http://www.euroyage.org/es/xicoatl-71 , http://www.euroyage.org/xicoatl/71/pdf/e_walkala_71.pdf ) en un excelente texto de él sobre "Los 400 años de Don Quijote de la Mancha". Gracias!, Luis A.
Tuvimos el gran y feliz honor de que Luis A. nos publicara en XICóATL Nro 91, Abril / Junio 2010 , http://www.euroyage.org/es/xicoatl-91 . Cómo se lo agradecimos y se lo agradeceremos siempre! Hoy nos impacta y conmueve que éste haya sido el último número de la revista que, en vida, él publicara. Gracias!, Luis A.
También lamentamos la cancelación del quinto concurso literario Xicóatl – Estrella Errante. Luis A. nos había honrado al designarnos jurados y el concurso lo habíamos difundido en http://ntc-narrativa.blogspot.com/2010_05_02_archive.html .
Es triste saber que anuncian la "última edición de la revista Xicóatl". Y nos entusiasma (con tristeza) que será publicada en homenaje a su GRAN Creador, Director y editor. 91 numeros!, de gran y universal contenido son algo digno de admirar y emular. Desde XICóATL No 1, Mayo/Junio 1992 http://www.euroyage.org/es/xicoatl-numeros-1-5 hasta XICóATL Nro 91, Abril / Junio 2010 http://www.euroyage.org/es/xicoatl-91 . Y lo mismo su bello, excelente y universal programa radial de poesía y música lationoamericana que todos los domingos escuchamos por internet. Cuántos puentes universales y amigos creó el Gran Walkala! Ojalá su ejemplo y su Humanismo nos ilumine e impulse. Gracias Luis A.!!!!
Trataremos de participar con nuestra contribución al número de la revista anunciado. Y, por favor, manténgannos informados sobre el evento en "otoño de 1011 tendrá lugar una exposición con las obras de Luis Alfredo / Walkala" y de todo lo que tenga que ver con su memoria y reconocimentos.
Ojalá podamos seguir en contacto. Amigos, Gabriel , María Isabel y NTC …
NTC … Nos Topamos Con … (Año 10) http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com
Cali, Colombia, Nov. 27, 2010
*
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miércoles, noviembre 24, 2010
A ESAS PUPILAS DE AGUA...
*Dibujo: Ray Respall Rojas
EL PERRO DE PUCHO*
-Para empezar -repuso el Gato-, los perros no están locos. ¿De acuerdo?
-Supongo que sí -concedió Alicia.
Alicia en el País de las Maravillas
Lewis Carroll
Se encontraba disfrutando de un almuerzo en El Floridita, sintiéndose Hemingway, cuando algo le rozó la pierna. No puede decirse que la culpa fue del hueso que le arrojó, porque Pucho había ordenado filete de pargo.
El perro chino no se le despegó a partir de ese momento. Los bromistas aseveran que se habían conocido en una vida anterior.
Pucho regresó al Taller de Gráfica con el perro detrás. Todo el día, mientras entintaba las piedras y daba vuelta a las prensas, fue el hazmerreír de sus colegas, porque aquel animal gris y pelado era lo más feo que pueda imaginarse.
Hubiera quedado ahí, si al final de la jornada el chucho hubiera tomado su rumbo; pero lo siguió a casa de La Cantante, que lo recibió con el grito de: “¡Para animales contigo me alcanza!”.
Así comenzó el desandar de Pucho con el perro: Abandonó su bicicleta por taxis lujosos, con olor a gente famosa; por autobuses repletos, malolientes a sudores de jornadas laborales; se internó en el Palacio de los Capitanes Generales, con la esperanza de que el aroma de las antigüedades opacara el sentido del perro, pero fue llamado por el altavoz porque el animalito se plantó en la puerta y no dejaba pasar a la directora.
Finalmente, un amigo le sugirió que abandonara la ciudad. Si pedaleaba hasta Caimito del Guayabal - el Caimito lorquiano -, pueblo de las afueras donde vivía su prima, y se internaba allá por el fin de semana, de seguro al regreso el can había encontrado otro entretenimiento...
A la mañana siguiente, estaba Pucho dispuesto a recorrer los kilómetros necesarios para no perder a La Cantante.
Al cabo de dos horas de darle a los pies se sintió libre – ese sentimiento de libertad fue lo más importante -, suspiró y, al mirar al frente, distinguió al perro, esperándolo mientras meneaba la cola sin pelos.
No sabemos si la culpa fue de aquella visión, si de todas maneras la bicicleta iba a volcarse: El caso es que ahora no se nos borra la imagen del perro junto a la lápida de Pucho.
Hay quien dice que el perro es la Muerte y está esperando su próxima víctima; otro anda tarareando aquello de “Cuando salí de La Habana, de nadie me despedí, sólo de un perrito chino, que venía tras de mí...”; yo digo que a lo mejor quedárselo le hubiera dado suerte, porque La Cantante tiene otro marido y pensaba botarlo, con perro o sin él; alguien me responde que cuando viene tu momento, con perro o sin perro, te vas para el “reparto boca arriba”...
La verdad nada más la saben Pucho, y el perro.
*De Marié Rojas Tamayo.
-DEL LIBRO “TONOS DE VERDE”, editorial Drac, Mallorca. (2004 y 2005)
LAS VIUDAS DEL NO OLVIDO*
Hijos míos, he cerrado la puerta y la noche está abierta.
Vuestro padre ha partido, pero no se ha ido.
Las viudas del no olvido, se han vestido de rojo.
Llevan, en el pecho una viudez de insomnio.
Niños enflaquecidos por la fiebre.
No tienen pupilas, las viudas del no olvido.
Cuencas vacías. Tenues parpadeos de limones.
Quedan los amorosos diálogos.
Tambien los tristísimos adioses.
El aljibe, sin agua. El horno sin pan. Mis niños sin zapatos.
Y beben, las penas, el barro y los latidos.
Insaciables.
Caminan por los andrajos de la luna.
Final de golondrina y de verano.
Bajo la plácida sombra del nogal.
Rescriben la fábula. Hijos cebollas y racimos.
Han apagado el padre, amor.
Pero vuele en crepúsculos morados.
Fidelidad de árbol.
Primeras hojas de la tarde.
Leve tropel.
Tatuadas.
Llevamos en el vientre.
Manzana carmesí grana memoria.
Manos que amasan y toman la metralla.
Boca que canta y grita.
Por eso, las viudas del no olvido
Nos vestimos
De rojo
*de Amelia Arellano. arellano.amelia@yahoo.com.ar
JUGAR CON FUEGO*
*Por Silvia Milos milossilvia@yahoo.com.ar
En el diario del miércoles apareció la noticia. Tres chicos habían desaparecido.
Un tío de July, mi amiga había construido en un terreno a metros de la costa. Estaba a siete largas cuadras del mar, pero no nos importaba. Recuerdo la arena mezclada con tierra, y tantas conchillas que dolía andar descalzos. Recuerdo las carreras sin ojotas para ver quien aguantaba, el que perdía cocinaba. Queríamos vacaciones baratas, ya bastante habíamos gastado con el pasaje de segunda. Con las latas de conservas en las mochilas amuchadas desde el segundo trimestre, cuando las orientativas permitieron programar el verano sin exámenes, nos regalamos este mini viaje de egresados.
Aquí estábamos, Carla, July, Beto y yo. Las tres mujeres lo volvíamos loco, pero a él no le molestaba pasar esos días aguantándonos, siempre y cuando lo dejáramos tomar sol sin tirarle arena o meterle dentífrico en los bolsillos. Lo cargaban por gay, pues nunca lo habían visto con ninguna chica, pero con Carla lo defendíamos a muerte, era nuestro amigo, y nos bastaba con eso. A nosotras nos venía bien que alguien llevara la sombrilla y los bolsos hasta la playa.
La casa tenía apenas dos habitaciones contando la cocina, el baño (si es que puedo llamarlo baño) de tan diminuto apenas entraba el inodoro, y uno mismo por supuesto. Nos bañábamos con una ducha de mano adosada a la pared, y nos secábamos sin estirar los brazos o inevitablemente dábamos los puños contra los azulejos; igual, pese a los cuidados, a los dos días todos teníamos los nudillos rojos. Compensados por el espíritu del mar y la independencia lograda, lejos de pretensiones, nos divertíamos con cualquier cosa que pasaba. En una habitación, la que tenía una ventana que daba al frente, acomodamos las bolsas de dormir y las mochilas. Tiramos todo junto, total no estábamos en nuestras casas y nadie estaba ahí para recordarnos a cada rato la palabra orden. En la habitación de atrás predominaba una gran chimenea que pintaba cada invierno la pared con hollín, y dejaba hasta las telarañas con olor a humo de la temporada pasada. De verdad nos daba impresión, cuando caía la noche las paredes negras se acoplaban con el abismo de afuera y parecían no tener límites. Esa sombra oleosa nos provocaba tal fascinación que al llegar las doce nos sentábamos en círculo. Pobremente iluminados con las chispas de unos leños, contábamos historias truculentas de vampiros y desaparecidos.
La noche en el descampado era una frazada agujereada de luceros, que podíamos tocar con las manos de lo cerca que estaba sobre nuestras cabezas, pero traía de otras dimensiones fuerzas irreconocibles para nosotros. Nos divertíamos, cuando en realidad cada madrugada nos acercábamos un poco más hacia el desastre. Ahora al llegar el verano, un largo escalofrío me atraviesa el pecho quitándome la respiración, haciendo que contenga el aire. Hay cosas de las que todavía me cuesta hablar.
Carla era quien empezaba con el juego mientras pasaba la botella de cerveza ya caliente por las manos y los nervios. Mezclados con el zumo del alcohol, los cuentos adquirían un perfil siniestro. July se reía por no llorar mientras aguantaba las ganas de hacerse encima, y Beto se escondía tras un cortinado horrible para asustarnos cada vez que estábamos de lo más concentradas.
Una noche mientras Carla comenzaba con una nueva historia de fantasmas, y con la segunda botella de cerveza por acabar, notamos que los leños crispaban de forma absurda. Fijamos la atención hacia las sombras chinescas proyectadas por nosotros, y en cuestión de minuto pudimos vernos dibujados sobre la poca pintura clara sobreviviente. Contamos las figuras: eran tres.
Beto, Carla, July y yo volvimos a contar. Tres, luego cuatro, mirando con más precisión, pero a una le faltaba la cabeza.
No sabíamos de quien era. A medias risas bromeamos haciendo gestos como degollando al que teníamos a mano, pero mientras las llamas subían y bajaban con sus tintes azulados, las sombras en la pared permanecían entrañablemente quietas.
Entonces, July prosiguió la historia enganchada con las figuras chinas. Remontó una leyenda en la cual se podía anunciar la muerte de una persona cuando la sombra de la misma no se podía reflejar por lo leños de forma completa. Si eso sucedía, era seguro que a uno de los invitados al fogón le faltaría el alma la mañana siguiente. A todos nos hizo gracia. Apagamos el fuego con el resto de cerveza, y pronto nos fuimos a dormir amontonados y temblorosos como conejos, sin atrevernos a emitir comentarios. El terror ya no era una palabra.
Sentía bajo mi cuerpo la humedad del piso frío, y cada tanto tocaba con mi pierna salida de la bolsa a la bolsa de July que estaba a mi lado. Era tonto pensar que si me dormía, no iría a despertar y calculaba que a esas horas solamente yo tenía la cabeza enfrascada por esa historia. Beto y Carla roncaban unos centímetros más lejos haciendo casi imposible que el sueño venga. A ellos les costó muy poco debido a la cerveza y al cansancio, yo había bebido menos, y July apenas, le hacía mal al estómago. Igual, ella pudo cerrar los párpados aunque daba igual tenerlos abiertos ya que no se veía nada como de costumbre. El hecho era poder dormir. Y a las cuatro de la mañana yo era la única que estaba completamente despierta mirando el techo, intentando memorizar la cantidad de arañas por centímetro cuadrado. Con sus ojitos rojos igual a las cerillas, amenazaban con tirarse encima mío. Cuando el sol comenzó a clarear el cielo me dormí tan profundo como jamás lo había hecho.
Fue entonces que pasó lo peor.
Estaba soñando con la playa, iba paseando a mi perra (algo idiota típico de los sueños, ya que “Buby”estaba con mis padres), cuando de pronto caigo de bruces en la arena, y con la cara hundida empiezo a moverme de forma compulsiva. Parecía un gusano gigante peleando por ganar un agujero. Pero lo que en verdad pasaba era que Carla y Beto me estaban sacudiendo, tratando de que me despertara. A los gritos me contaron que July no estaba en la casa. El sabor amargo del miedo me recorrió la garganta, la busqué con la vista desesperada, mientras ellos revisaban sus cosas y constataban que las llaves seguían colgadas junto a la puerta. Apenas nos vestimos fuimos hasta la playa, caminamos hacia ambos lados y preguntamos a cada persona que encontramos sin obtener nada. Pasamos la tarde sin comer, tirados en la plaza de la terminal, hasta que resolvimos esperar en la casa. Ella debía volver.
Todos negábamos el detalle más importante: July nunca había salido.
Exhaustos y esperanzados, cuando nuevamente se hizo de noche, nos relajamos. Era una broma típica de July hacerse pasar por otra, usar ropa de la madre y caminar como ella imitándola, cosas de las más comunes para alguien que vive con la idea de ser actriz, concluimos.
Cenamos, cada tanto asomándonos por la ventana como si con eso nos aseguráramos de que estaba bien, y a las doce, simple como un anillo, encendimos el fuego. Carla retomó la historia de July dándole un toque denso y espeluznante. Beto liquidaba la única botella de cerveza que nos quedaba, mientras escuchaba atento el hilo que trazaba mi amiga con su grave acento. Yo también estaba ensimismada, al mismo tiempo una parte de mí comparaba sus personajes con nosotros, no podía relajarme del todo porque en cada leve pausa desviaba la mirada, contaba las figuras y volvía al cuento. En un instante que no puedo precisar detalladamente, Beto se levantó y fue al baño. Yo continuaba contando las figuras sin notar su ausencia. Eran dos. Si acudo a la lógica está bien, Carla y yo, dos. Pero el hecho es que al regresar Beto, seguía contando dos. Siempre había contado dos. La tercera figura estaba descabezada, girando sola, como salida del fuego del infierno. No quería volverme paranoica, ni que pensaran que lo estaba, así que callada me levanté y salí a fumar un cigarrillo, mientras ellos se fueron a dormir. Pasaron apenas cinco minutos de aire helado cuando Carla se acopló conmigo en la vereda. Dijo que le costaba cerrar los ojos, prefería estar afuera chupando frío que estar adentro. Así, juntas nos quedamos charlando de novios y de las carreras que habíamos elegido, evitando nombrar a July, hasta que llegó el amanecer. Muertas de cansancio entramos, queríamos tomar unos mates calientes y acostarnos. Más tranquila y con la pava a punto, llegué a la habitación. Carla estaba sola. Tuvimos de golpe una sensación tan pavorosa que nos quedamos mudas.
–Beto-me dijo titubeando, señalando al bulto de sabanas-Beto no está.
-Cuando sea de día lo buscamos. Debe estar escondido por ahí, para darnos un flor de susto, ya sabes como es -dije para calmarla.
Ella asintió sin emitir palabras, tomó con avidez el mate que le ofrecí y aunque se quemó la lengua no chilló. Por supuesto no dormimos. Cuando fueron las once salimos a preguntar por él disimuladamente. Lo que nos faltaba, que la primera vez de vacaciones solas regresemos acompañados por la policía. Cuando al atardecer Beto seguía sin aparecer, decidimos armar las mochilas y salir antes de que la tramposa noche nos vea.
Sin embargo, con los bolsos hechos, (incluidos los de Beto y July), con las ventanas cerradas y la llave en mano algo nos hizo detener. Ambas tuvimos el mismo pensamiento: ellos podían volver. Obviamente era un absurdo, pero no estábamos para pensar, estábamos ahí de vacaciones, estábamos ahí para jugar.
Prendimos el último leño y comenzamos a reír como locas, si algo de razón teníamos, la dejamos junto a esa pared plasmada de sombras chinas. Una excitación malvada retornó cuando Carla recordó la historia real, lo que le había pasado a Eduardo, el tío de July que nos prestó la casa.
–Dicen, que desaparecieron sus hijos el verano pasado. Salió en el diario.
Automáticamente juzgué que los había matado, aunque el tipo estaba libre, vivía en Buenos Aires, imposible, deduje, eran mentiras.
-También dicen-prosiguió-que la casa se prendió fuego sola, sin que nadie la habite.
Carla siguió hablando, sólo que yo no la escuchaba. Miré la pared cubierta de humo negro, miré las puertas de las habitaciones, también negras, me levanté y caminé hacia ellas, con la luz encendida comprobé que estaban tiznadas de arriba hacia abajo. No había en esa casa un solo lugar que no estuviese negro. Todas eran sombras.
Figuras enlutadas de gente muerta.
-Vamos-le propuse-, salgamos ya, tomemos el micro.
Pero Carla no contestó. Giré para apurarla, y decirle que terminemos esto, sin embargo estaba sola y con una figura de mujer, réplica exacta de ella, planchada contra la pared de la chimenea. Un fuerte olor a pelo quemado predijo el humo, y de repente costaba ver y respirar. Sin saber de dónde había salido comenzó a prenderse de mi ropa, no podía gritar. El aire comenzó a ponerse rancio, y la oscuridad se volvió absoluta cuando el último leño fue pisoteado por mis zapatillas. Sé que corrí y corrí, hasta que alcancé el autobús casi sin aliento.
Regresé a la ciudad, y pensé en sacarme las llaves de encima. Busqué la dirección de Eduardo, el tío de July, y llegué hasta donde vivía. Todavía las sentía calientes adentro de mis bolsillos. Tintineaban, al principio suavemente, luego parecían rebotar en mis oídos hasta que se convertirse en una palabra: jugar, jugar, jugar…
La gente me chocaba y me miraba extraño, tal vez se daban cuenta de que algo estaba quemando mi cabeza, tal vez por mis ojos un brillo se estaba escapando, ese brillo de cordura, el que te hace confiable. El que asegura que no vas a cometer locuras.
Las llaves, no tenía porqué dárselas, después de todo era un simple juego. Los chicos aparecerían, estaba segura que esconderse era parte de las reglas.
Me acerqué, el auto estaba sin entrar. En el garaje la Pick up afuera tenía el baúl levantado, adentro había bolsas del supermercado encimadas, desprendían un intenso olor a podrido. Estaban ahí hacía por lo menos dos días. Algo andaba mal. Sin tocar nada salí, y me quedé con las llaves.
Cuando me animé voltee hacia la casa, estaba prendida fuego.
*
Me pregunto qué es el arte?
quizás sea ver el más allá
de lo que conforma el uno mismo
será una pausa
en lo gris de la monotonía
donde uno puede mirarse
en los espejos de su historia
saltar, transitar en su efímera figura
como los duendes que habitan
en el jardín de enredaderas
que mueven y respiran
las hojas verdes,
sumergidas en el vapor del viento.
Enamoradas del color confundido
y animado de luces
No todos pueden vibrar
en el cielo de lo fugaz
de lo intangible.
lo desmesurado del tiempo.
En un abrir y cerrar de los ojos
hay un espacio
donde todo se vuelve inmaculado
la presencia de las rosas
el calor de su perfume
está en un libro de poemas
señalando el augurio del bienestar
los blancos jazmines
hacen eco
de una mirada más aguda
de un silencio que se oye
convidando y brindando
en la osadía.-
*de Azul. azulaki@hotmail.com
Los últimos ritos*
*Por Marta Dillon
Mi madre fue asesinada el 3 de febrero de 1977, a las 2.05 de la madrugada, en la esquina de Santamarina y Chubut, Ciudadela. Su partida de defunción dice: "Múltiples heridas de bala. NN femenino, delgada, 1,65, cabello rubio teñido". Nada de sus ojos celestes. Tal vez haya apretado los párpados el instante antes de que la fusilaran. A lo mejor estaba oscuro en la morgue o se habían acumulado demasiados cuerpos o les pareció en vano anotar un dato tan estúpido cuando la poseedora de los ojos celestes estaba muerta y a esas pupilas de agua sobre las que caían sus pestañas como una marea sólo les esperaba la corrupción.
Mi madre es ahora, concretamente, un cráneo con pocos dientes, un maxilar asignado morfológicamente, tibias y fémures, radios y cúbitos, clavículas.
Seguro me equivoco en la enumeración de los huesos, lo cierto es que su torso continúa desaparecido.
Ella, no.
Ahora puedo trazar un recorrido de sus años de silencio. Sus años bajo tierra. Su asfixia en el anonimato.
¿Dónde estaba yo la noche en que la mataron?, me preguntó una amiga. No puedo saberlo, tenía 10 años y la estaba esperando. Como he esperado hasta ahora aun a sabiendas de que no iba a volver.
Algo de ella ha retornado con los restos de su cuerpo, con los rastros de su último día.
Mi hermano preguntó si la habían fusilado de frente o de espaldas.
Hay cosas que nunca podremos saber.
Tiene un disparo en la pierna. Hasta el '85 su cráneo estaba rosado. Había restos de carne, restos de aquello que yo había besado. Restos que volvieron a la tierra sin una caricia sin un consuelo para la larga muerte del anonimato. Fue exhumada, fotografiada, catalogada y vuelta a enterrar. Se terminó de descomponer en una bolsa, su cuerpo se entreveró con otros que también fueron acribillados la misma noche, que fueron recogidos de una esquina en Ciudadela después de que los represores terminaran su tarea y empezara la suya la burocracia del Estado. Por eso mi madre tiene su partida de defunción firmada y sellada mientras la esperábamos o esperábamos alguna noticia suya.
En esa época solía preguntarle a mi padre cuándo íbamos a poder verla. Me imaginaba que estaría presa, al fin y al cabo eran policías los que habían entrado y destrozado la casa en la que vivíamos ella, mis hermanos y yo; su amiga, Gladis Porcel, su novio, Juan Carlos Arroyo. Los tres desaparecidos que el Equipo Argentino de Antropología Forense nos devolvió, 34 años después, para que finalmente podamos despedirnos. Porque hasta ahora no terminábamos de hacerlo. Y ahora mismo, cuando sé que lo que queda de ella descansa en una caja junto a tantos esqueletos todavía sin nombre, a la espera de una inscripción oficial y de los ritos que inventemos para ella; ahora mismo no puedo terminar de despedirme. Aunque el tiempo se haya comprimido de golpe y yo me sienta igual que la niña de 10 años que escuchó su voz por última vez mientras un represor la interrogaba y hasta le prometiera "por mí te daría una rosa, pero vos no me estás ayudando". Ella no estaba ayudando y eso me basta para saber de un gesto de dignidad que probablemente estrujaran hasta el hartazgo en una mesa de tortura. No quiero pensar de qué se trataba esa rosa pero nunca pude dejar de indagar sobre el ensañamiento de los represores contra las mujeres cautivas.
"Toda mi vida se me viene encima", dijo su amiga Laly cuando supo de la identificación de los huesos de mi madre, en España, donde también estaba yo, aunque la suerte quiso que ese día no podamos abrazarnos. Mi vida también se me vino encima. Y esa última noche sobre la que algunas incógnitas empezaron a disiparse como niebla al mediodía se convierte en nuevas preguntas: ¿Quiénes escucharon los disparos? ¿Quién avisó para que retiraran los cadáveres? ¿Llevaba puesta una de las polleras que ella misma pintaba? ¿Alguien le dio la mano antes de que la ráfaga los desarticulara como a muñecos de estopa? ¿Quién vio sus ojos azules? ¿Quién supo que ya no habría caída de sus pestañas para conquistar en ese gesto todo lo que necesitaba? ¿Tenía los zapatos puestos? ¿Dónde quedaron las plataformas de
las que nunca se bajaba?
Hay algo de lo real que empieza a tomar cuerpo. Mi madre fue asesinada en la madrugada del 3 de febrero de 1977. Yo tenía diez años. Mi hermano Juan apenas dos. Santiago, ocho. Andrés, cinco. Los cuatro te extrañamos, mamá, y hasta ahora hemos hecho lo que pudimos con tu ausencia y tu presencia
intermitente.
Hay una página de un libro que ella me regaló poco antes del final, está escrita con su letra y dice: "Para Martita, mi compañera, que está aprendiendo a sentir como propias las alegrías y las luchas del pueblo latinoamericano". Pomposa dedicatoria para una niña que con 44 quiere seguir siendo Martita y aprender eso en lo que estaba cuando vos estabas conmigo.
Ahora acabo de casarme, por primera vez, enamorada y con una familia imposible pero bien constituida: mi amor, Albertina, mis dos hijos con veintiún años de distancia entre ellos, una nieta, tres perros, dos gatas, una cantidad de amigos y amigas sobre los que sé que puedo derrumbarme y levantarme con los ojos cerrados. A nadie le importan estos detalles, salvo a mí porque son la prueba de que he sobrevivido. Más que eso, he vivido todos estos años y buscándote es como fraguó mi familia. O buscando justicia
para vos. O buscando un lenguaje en el que poder nombrarte.
Alguien me contó una vez que en el campo de concentración donde pasaste tres largos meses, las mujeres se cambiaban de ropa entre ellas para sentir que se vestían por la mañana. O por esa hora difusa que el encierro convertía en mañana. Esa anécdota te nombra, mamá.
Lloré como una nena sobre ningún hombro o sobre el de todos mientras los amigos del EAAF me relataban lo que sabían de vos. Amorosamente te rescataron de una fosa común en el cementerio de San Martín. Amorosamente me dijeron "hay un coxal que todavía podría ser de tu mami", con el mismo amor
con que mi amiga Raquel me dijo que quería ser mi velority planner. Un resto de humor negro para salvarnos a todos y a todas de este naufragio en tierra que significa haberte encontrado, mamá.
Más calma, Raquel me llamó más tarde para decirme, ella que había sido baleada en el pecho en un enfrentamiento entre policías y ladrones en el que nada tenía que ver, que las balas no duelen. La muerte propia, me imagino, no duele. Lo que duele es la vida que sigue como si nada, diez, veinte, treinta años. Y duele sobre todo porque también ha encontrado sus bálsamos.
Todas palabras desordenadas y debidas para el entierro que todavía no sucede, ahora que se cumplen 34 años de tu desaparición y apenas un mes desde que volviste de la asfixia bajo la tierra, del anonimato, del consuelo de un rito que arranque de una vez por todas a la niña que sigue aferrada a la ventana esperando que el toc toc de tus plataformas en la vereda te traiga de vuelta.
De todo esto y de todo lo que todavía no puedo nombrar se trata haberte encontrado. De un punto final para un texto que voy a seguir escribiendo, para un duelo del que tal vez empiece de una vez a desprenderme.
*Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-157409-2010-11-24.html
L Í M I T E S *
uno tiene límites
todos tenemos un último borde
el miedo tiene límites
el amor tiene límites
el dolor
la filosofía tiene límites
la locura la risa
la poesía
el silencio del hombre tiene límites
lo que no tiene límites
es la muerte
*Rubén Vedovaldi. rubenvedovaldi@netcoop.com.ar
*
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