jueves, julio 31, 2014

TIEMBLA UN PENSAMIENTO...



*Dibujo de Erika Kuhn.


 

 

 

 

 

 

 

Mujer sobre el cableado*

 

 

 

yo me acercaba a esa mujer

dormida sobre el cableado telefónico

acercaba una escalera

subía uno a uno los peldaños

a veces

algún pájaro se le apoyaba en las sienes

batía las alas

abría los ojos

recobraba alguna canción lejana

de puertos donde los barcos pesqueros dejaban

sobre los marinos durmientes

sirenas con los pechos recién nacidos

con cabellos abundantes de notas que regían

enteramente la voluntad de las bestias oceánicas

yo me acercaba a esa mujer dormida

acostada con desnuda extenuación sobre el cableado

ya en el último peldaño me detenía a inventarla

a regodearla en mis ojos

la conocía con el olfato

sus labios eran puertas ventanas que daban al extranjero

a la otra patria

al otro cielo

era inútil nombrarla sombra ciega roca detenida

su soledad era un perro con rostro enamorado

si uno lograba respirar su cuello

los animales que corrían bajo la tierra abrían los ojos

y lloraban/

 

 

*De León Peredo. gustavojlperedo@yahoo.com.ar

 

 

 

 

TIEMBLA UN PENSAMIENTO…

 

 
 

 

 

 

EL HOMBRE QUE HABLABA CON EL RIO*

 

Hubo un hombre que hablaba con los pájaros, hubo otro hombre que hablaba de caballos, hubo otro hombre que hablaba con arañas y se paseaba con una de ellas en la manga del saco (me supo contar mi madre). Y tal vez le hablaba con ternura como se le habla a una novia.

Esto pasó en mi pueblo, en mi pueblo donde sobran los ocasos, donde el sol se arremolina detrás de los naranjales dorados que cuidaba don Ledesma.

Yo conocí otro hombre que hablaba con el río, que hablaba con la noche y con los seres más pequeños y decía que todo el cosmos tiene un ritmo y que hay que estar a la altura de ese ritmo y que había que escribir el río y eso hizo en toda su larga vida, emocionando toda esa belleza que si se arrimaba a ella y se acercaba con respeto,  si uno merecía esa belleza debía agradecerlo y celebrarla. Era un hombre que desconfiaba de los idiomas occidentales porque decía que estaban hechos para dar órdenes y prefería los ideogramas chinos que eran más próximos a un acercamiento más fraternal entre los hombres, y sobre todo trabajar para que esa condición de justicia se instalara entre los hombres.

Esa idea cósmica que tenía es la de una sinfonía que debe sonar, armónicamente, hasta en los seres más pequeños y oscuros, se me ocurre una mirada muy familiar a las filosofías orientales que incluye a la humanidad y su drama y también “la vida del mundo y de las cosas”.

Este hombre, quien escribió todos los ríos de su provincia natal (que definía como dueña de un aire muy especial), se llamaba Juan Laurentino Ortíz, Juan L.Ortíz. o como le decían sus amigos íntimos: Juanele. Imposible no cometer digresiones cuando de hombres excepcionales se trata, y el gran entrerriano vaya si lo era.

Pero yo quería contarles de mi pueblo, donde los potros saltaban desde la niebla, limpiamente los alambrados que cuidaban las gramillas, la gramilla absolutamente blanca vestida por la escarcha, esos potros ariscos a la mano del domador sobre las ancas, las mismas que ponían para protegerse de las lluvias, reuniéndose, agrupándose inquietos, temerosos, con el instinto animal que se previene ante la naturaleza cuando ella insiste en acosarlos, en llenarlos de ingratitud, como no queriendo dejarles un resquicio de paz a sus temores.

También contarles de sus hombres bondadosos, ceñidos al duro trabajo de la tierra, prisioneros del ciclo duro e implacable de todas las cosechas, de todos los atardeceres, de todas las etapas que se cumplían dificultosamente, pero casi con seguridad, de manera precoz, como correspondía a aquellos tiempos de sudores y de trabajos con sus días siempre exactamente iguales para las gentes de las casas y sus sueños  arrojados al borde de todos los caminos.

En un pueblo donde estallaban los árboles tan verdes y en mi barrio donde estallaban todos los jazmines y la libertad de los niños derrotaban a golpes de pura imaginación toda competencia y todo juego sin juguetes, pero lleno de diversión y reservorio de todo recuerdo venidero.

En mi pueblo cuando entonces toda las muchachas casaderas bordaban sus ajuares y estaban prontas para el amor al que esperaban con un ahínco y una ansiedad dignamente aprendida en las novelas y el secreteo de las reuniones familiares, en los romances radiales que escuchaban en las siestas, en esas inmensas radios que llamaban catedrales, la de dos botones. Uno para encender el aparato y para el volumen, y el otro para cambiar el dial. Esto le hará decir muchos años  después a mi amigo Carlos Berrini: “nosotros fuimos de la generación de dos botoneras”.

Años de ilusiones fáciles, años simples, tan “simple como un anillo”, según versificó Neruda.

Años que vistos a la distancia nos hará recordar el verso de Borges  “a mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires/la juzgo tan eterna como el agua y el aire”.

Imposible y tal vez absolutamente inútil, pensar hoy, aquí, qué hubiera sido de nosotros no habernos criado en estos amplios espacios abiertos con tanto pájaro en alto, tanto pájaro volando, tanto sol, tanto camino, tanto trigal, tanta alfalfa verde cuyas flores eran besadas por un mar de mariposas amarillas, tanto espacio que recorrimos sin descanso y sin conciencia. Inútil pensarlo. Pero qué bueno  haber sido testigo del viento, del viento que con su boca inmensa arrasaba los matorrales, mientras las garzas volaban por los aires, y el pechirrojo incendiaba los rastrojos, y ese grupo de chicos trotando en los caminos rurales mientras la lujuria y la  gloria de Dios nos besaba de una vez y para siempre. Como para hacernos cargo, todos y cada uno de su propio destino.

 

*De Jorge Isaías. jisaias46@yahoo.com.ar

 

 

 

 

 

 

 

*

 

 

Plumas de colibrí

 

Verdes y azuladas

 

Ventilan las hortensias

 

De una playa cercana

 

 

Un lagarto sin cola

 

Un perro añejo  sin dientes

 

Una telaraña circular

 

Que flota entre las plantas

 

Movediza y pretenciosa

 

 

Un escarabajo esquiador

 

Rumbea silencioso por el verde

 

Pastizal patinando por las espigas

 

 

En un paisaje  de aire puro

 

Camino descalza maravillada

 

Por la naturaleza

 

 

Hay gorriones y patos afinando

 

Hay búhos blancos esperando el atardecer

 

en este día tan pleno

 

Dejo  a mis emociones llevar

 

En esa grata compañía.-

 

 


 

 


 

 

 

 

CASBAS*

 

En una historia de Ray Bradbury, un hombre de joven no había abordado un tren. Por alguna razón que no recuerdo o quizás no conste en el relato, este hombre con el pasaje pago y el ticket en el bolsillo, había dejado pasar ese tren que se descarriló. Todos murieron.

En la historia de Ray Bradbury, el hombre vive una vida ordinaria trabajando, forma una familia, pero siempre está atento a ese tren fantasmal que finalmente vendrá a buscarlo. La muerte es, para él como para tantos, un expreso de medianoche.

Esto ocurre en un cuento, por lo tanto ocurre lo esperado y la muerte viene a buscarlo sobre vías de niebla; se ve el faro delantero iluminando oscuras arboledas, se escucha el imposible traqueteo, la imagen final es la del tren repleto de pasajeros que aparece en la noche para que se cumpla el destino aplazado del protagonista.

Aquí, lejos de Illinois, en la estación Casbas una mujer espera en el andén. La estación es ahora un museo, pero la mujer se obstina en ese andén sin trenes.

Me dirán que la mujer espera el amor que partió, que espera la muerte que ha de venir. No lo sabemos aun. Todavía hace falta mirarla un poco, descifrar las arrugas en la frente, descorrer algunos velos.

En un banco de madera y hierro la mujer se mece, se arrulla, se va desatando de la familia y la ciudad. Se desvanece de a poco esta mujer que ahora se que no espera un tren que venga a llevársela. Se desdibuja en tonos sepia, en rosados y mancha de agua sobre papel.

La mujer no espera la muerte, ni el amor. Ha venido a la estación sin trenes para saber que nadie la vendrá a buscar. Sola, solita, la mujer se va despidiendo de sí.

No necesita transporte para escapar hacia adentro.

 

 

*De Mónica Russomanno. russomannomonica@hotmail.com

 

 

 

 

 

*

 

 

como se mide la soledad

¿a cuenta gotas?

¿en lágrimas derramadas?

¿en recuerdos?

acaso

¿es la distancia la medida que se usa

para

decir que nos estamos acercando o alejando un poco?

que quizá

no es soledad sino espacios diferentes

como se mide la soledad

cómo?

acaso sirve retener esa mirada azul

esa sonrisa

ese te veo pronto, hasta mañana?

tal vez

se pueda decir que no estas solo

si puedes sonreír cuando hay un nombre

una caricia un beso una promesa...

como se mide la soledad un día de invierno

cuando los leños no crepitan, no hay abrigo

ni fuego, ni alfombra, ni sillón que arrebuje

ni sonrisa ni espalda ni caricia

ni mano que sostenga entre otras manos?

acaso

alguien

sabe

la

respuesta?

 

 

*De Nora Ledesma. norabledesma@hotmail.com

 

 


 

 

 

 

 

TODO AL REVÉS*

 

Me agradan las personas que presentan algún tipo de inconveniente físico o que son aparentemente perdedores, no por una cuestión de risa (lejísimo de eso, no me burlaría de los demás) sino porque creo que el mundo tiene más valor por ellos y también porque yo misma, debo aprender a asumir, sin quejas, las dificultades cotidianas, tanto para desenvolverme en lo diario como en las relaciones humanas. Diría mi madre “Ves todo al revés”

Admiro a los que son capaces de sobrellevar sus “desgracias” sin andar por el mundo culpando a otros o esperando reconocimientos especiales y se hacen cargo de su vida como la gente “normal” y van hacia adelante, hasta conseguir lo que el destino o no sé qué, les tiene reservado.

Ayer, por ejemplo, me entero de que Bojana Danilovic, una joven serbia que nació con un raro tumor cerebral, que hace tenga mala orientación espacial y provoca que vea todo al revés, desde la pantalla de la computadora hasta el diario. Tan curioso como verla en las fotografías, leyendo una revista puesta a la inversa y tan contenta y sin complejos pues lo que para otros parece incómodo, para ella es normal y ha conseguido, a pesar de todo, graduarse en economía en la universidad.

Hoy , sin ir más lejos, es uno de los días en que me ha salido todo en contra y tal vez, por eso mismo, es que ver a la ”loca” Yeya, caminar descalza por la calle, llevando de tiro a su caballo, con semejante frío y tan alegre entonando su acostumbrada canción:- “Caballito blanco que pasa volando rumbo a la casita donde está mi amor” - mientras va al cementerio a llevar flores que junta en el campo, a su Manuel, el viejo que manejaba un carro y buscaba desperdicios en los basurales y que murió debajo de un puente, me siento una miserable, mal agradecida de las cosas que he logrado.

-“Blanco caballito, para el triste ausente, sos como una carta de recordación...”

Los niños la siguen y ella los divierte, contándoles cosas extrañas que ve en el firmamento: que hay vacas que reptan, gallinas que nadan, los burros enseñan, el cielo es el mar, no existen los malos y saca de los hondos bolsillos, chupetines y pedacitos de asteroides, que reparte a cada uno, sin hacer ninguna diferencia, entre los ricos o los pobres, los rubios y los morenos

Es de las personas que jamás está triste, siempre tiene una palabra de aliento y de agradecimiento a la vida y a la gente que le da “una mano”, como decimos nosotros, alcanzándole algo para comer, ropa, que la mayoría de las veces obsequia a los más necesitados ¿más necesitados que ella? Y sí, parece que sí. La semana pasada le di un par de zapatos y hoy va, de nuevo, con los pies desnudos, a cumplir su obligación de domingo.

-“Si ves al que adoro, sin decir que lloro, dale alguna idea, de lo muy amargo que es vivir sin él…

Caballito blanco que pasas volando dile que no aprendo, que vuelva a mi amor.”

Yeya asegura que no puede faltar, haga frío o calor, a su cita, que su Manuel la espera para volar juntos en el corcel de viento.

“Caballito blanco, vuela noche y día, escribe en el aire:- no te olvido nunca, solo pienso en vos”.

Por eso dicen: - la “loca” que vive al revés. Sin embargo, puedo asegurar, nada más cierto que lo que afirma. Yo los veo, Manuel y Yeya, los mismos que juntos pasaban por mi calle revolviendo basura, todos los domingos revuelven estrellas montados en su caballo sin alas.

“Siga pa adelante pingo de mi tropa, que de un viento errante, somos nubarrón

y en un mal de ausencia se nos va la vida, dígale que vuelva, me falta su amor”.

 
 

*De Ana María Broglio. anamariabroglio@gmail.com

República Argentina

 

 

 

 

 

 

 

Reivindicaciones*

 

 

 

Algún día reivindicaré:

A Áyax Telamonio, grande entre los hombres,

en campos de Marte, un águila, diría Píndaro....

Primo de ese otro, al que sostuvo ya cadáver,

¿Qué oprobio o que pena atravesó su espada?

 

 

Algún día reivindicare:

Al Bergantín Goleta Pilgrim y a Dick Sand,

primeros sueños de ese gigante, Julio Verne.

Eran mis quince años pueblerinos, el deseo,

de acariciar al perro llamado Dingo y África.

 

 

Algún día reivindicaré:

Al primer oficial Starbuck, alma del Pequod

en mi mejor cuento estará su terrible dilema.

En sus manos la pistola y el sueño de Ahab,

ballenas blancas en el grito de su almohada.

 

 

Algún día reivindicaré:

Las bellas enciclopedias Codex, los Sopena

los planitos del Lúpin, los Karten, El Tony.

Y le dedicare un poema a Nippur de Lagash,

de pasos errantes, de caminos, mis leyendas.

 

 

Algún día reivindicaré:

Con mis palabras, el cielo de octubre de 1957,

las flores de sangre de Hugo, el noventa y tres.

Los gigantes de Cardiff, el arrecife de Simbad,

las manzanas de Bradbury y la bruja de abril.

 

 

Algún día, todo esto y más, si me queda tiempo,

todo aquello que hiere más que los recuerdos.

Confiaré a esta pluma, los latidos y esa brisa,

que aún me llega desde la literatura y el tiempo.

 

 

*De Jorge Lacuadrajorgelacuadra@hotmail.com


 

 

 

 

 

 

 

 

Telaraña*

 

 

De una concepción tardía

fui arrojada al hueco

de esta duración que siento...

poblada de telarañas.

Del otro lado está el grito,

(mi eco repetido al infinito)

y es el ansia de alcanzarlo

exigencia dolorosa

hambre

miedo

urgencia

de derribar las murallas,

de componer las distancias

hasta ahogarme en los latidos

de una danza sin represas,

maga

intensa

libre

suelta.

motivadora de encuentros

sobre la tela en acecho.

 

Mientras aguardo presiento

que me irá borrando el tiempo

y aunque grite, ya habré muerto.

 

 

*De Miryam Colombotto de Seia. miryamseia@cablenet.com.ar

 

-Del libro RAÍZ AL AIRE

 

 

 

 

 

*

 

 

tiembla un pensamiento

 

como si amara,

 

como deseando el abismo,

 

aún no llega

 

y ya se cae de sí.

 


*De alejandra alma. almaalma3h@gmail.com


 

 

 

 

***

 

INVENTREN

Próximas estaciones literarias:

  

SALADILLO NORTE.

-Por Ferrocarril Provincial-

 

 

J.J. ALMEYRA. 

-Por Ferrocarril Midland-

 

-Colaboraciones a inventivasocial@yahoo.com.ar


 

 

Al salir de la Estación de empalme Ingeniero de Madrid, el Inventren sigue un doble recorrido por vías del ferrocarril Midland con destino a Puente Alsina, y por vías del ferrocarril provincial con destino a La Plata.

 

-las estaciones por venir en el ferrocarril Midland:

 

 

INGENIERO WILLIAMS.

 

GONZÁLEZ RISOS.  PARADA KM 79.  ENRIQUE FYNN.

 

PLOMER.   KM. 55.   ELÍAS ROMERO.

 

KM. 38. MARINOS DEL CRUCERO GENERAL BELGRANO.

 

LIBERTAD.  MERLO GÓMEZ.   RAFAEL CASTILLO.

 

ISIDRO CASANOVA.  JUSTO VILLEGAS.  JOSÉ INGENIEROS.

 

MARÍA SÁNCHEZ DE MENDEVILLE.  ALDO BONZI.

 

KM 12.  LA SALADA.  INGENIERO BUDGE.

 

VILLA FIORITO. VILLA CARAZA.  VILLA DIAMANTE.

 

PUENTE ALSINA.  INTERCAMBIO MIDLAND.

 

 

 

-las estaciones por venir en el ferrocarril  Provincial:

 

 

 

GOBERNADOR ORTIZ DE ROZAS.

 

JOSE RAMÓN SOJO. 

 

ÁLVAREZ DE TOLEDO.    POLVAREDAS.

 

JUAN ATUCHA.   JUAN TRONCONI.    CARLOS BEGUERIE.

 

FUNKE.   LOS EUCALIPTOS.     FRANCISCO A. BERRA.

 

ESTACIÓN GOYENECHE.    GOBERNADOR UDAONDO.   LOMA VERDE.

 

ESTACIÓN SAMBOROMBÓN.   GOBERNADOR DE SAN JUAN RUPERTO GODOY.

 

GOBERNADOR OBLIGADO.   ESTACIÓN DOYHENARD.   ESTACIÓN GÓMEZ DE LA VEGA.

 

D. SÁEZ.    J. R. MORENO.     EMPALME ETCHEVERRY.

 

ESTACIÓN ÁNGEL ETCHEVERRY.  LISANDRO OLMOS.  INGENIERO VILLANUEVA.

 

ARANA. GOBERNADOR GARCIA.  LA PLATA.

 

 

 

 

 

 

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