*Obra de Claudio
Uzal. El pájaro Azul, 2014
Óleo sobre Lienzo. 112x 92 cm. (c) UZAL
Óleo sobre Lienzo. 112x 92 cm. (c) UZAL
AMORES*
Ese viento que
te besa el rostro
y golpea al
intruso, lo amo.
Como amo la
lluvia que empapa
y recorre
tu cuerpo sin excusas.
Amo la soledad
que grita y espera
que aparezcas
desde algún lado de la sombra
y a la Luna,
con solo imaginar que la estés mirando.
Amo el tiempo
que muere y se lleva con él
los mejores
recuerdos y a los amigos
que están, pero
ya no se ven.
Amo y sueño la
revolución que se desgrana
porque dio
mucho más y no podía.
*De Miguel
Crispín Sotomayor. arcomar@cubarte.cult.cu
EL RESPLANDOR DE SOMBRAS CIEGAS…
Un corazón que
late en los pies*
Eres tu propio
cielo,
Tu propia luz,
Tus propios
colores.
Eres tu propio
cielo,
Con sus
divisiones armónicas,
Con sus
milagros cotidianos.
Eres tu propio
cielo,
Con tu piel
llena de estrellas,
Tus mejillas
sonrojadas hasta la nariz.
Con tristeza en
tus ojos
Muestras a los
hambrientos:
Dominados,
Pero no
convencidos de esa dominación.
Eres tu propio
cielo
Azul y negro,
Sonriente y
ocurrente.
Eres tu propio
cielo
Que cuando se
rebela con sangre y sueños
Recupera su
existencia.
Eres tu propio
y amarillo cielo,
Que cubre
adornando sus orejas
Con la caída
entre cascadas de tu cabello.
Eres tu propio
cielo
Con los
bolsillos desgarrados,
La miseria
sosteniendo a quienes dicen:
“Esto es vivir
en paz”.
Eres tu propio
cielo
Que añora mirar
el día
Que ponga de
pie a los oprimidos...
Eres tu propio
cielo,
Tu propia
tierra,
Tu propio mar,
Que apachurro
fuerte entre mis brazos
Para que la deuda
externa
No te arranque
también de mi lado.
*de hugo
ivan cruz-rosas. quetzal.hi@gmail.com
MANIFIESTO PARA
SORDOS*
Si ya lo sé,
que poesía y
fraseo
no son
las mismas
cosas.
Que el canto
y el aullido
no van en la
misma
línea, lo
comprendo
y no me enojo.
Quizás
hemos hecho
mucho
de lo primero,
y el público
continúa
indiferente
y sordo.
Entonces
es hora de
revisar
el método,
actualizar
los manuales,
y al volver,
empezar de
nuevo
por algún punto
cercano
a la mujer o al
hombre
que malvive
en la calle
del vivir.
Ahorrémonos
el tiempo
que es lo que
menos
tenemos.
Los trucos
dejémoslos a
los magos,
a los
políticos.
Vamos a
escarbar
en el HOY
con las uñas
o con los
dientes,
vamos a
mordernos
uno a otro,
vamos a
acostarnos
con el barrio
entero
enlodándonos
con lo humano
y lo promiscuo.
Basta de jugar
a los inmortales
sólo son
muertos
sobre muertos
preocupados
por los vivos.
Es hora
de volver
al poema, al
árbol,
a Juan, al perro
y al vecino.
*De Daniel
Montoly. danielmontoly@yahoo.es
Pablo de nadie,
Pablo del silencio*
*Por Nechi
Dorado. nechi.dorado@gmail.com
Aquí nomás, en
un pueblito costeño donde rompen las olas del mar postrándose ante la arena
pasa sus días un ser incompleto, mitad hombre mitad niño que siempre se me ocurrió
de espuma. Que se me ocurrió de arena.
Ver a Pablo
deambular por las calles es estar frente a la imagen del abandono más
imperdonable, es como presenciar el epílogo de una profecía ya que todo el
pueblo vaticinó que el joven inacabado representa un peligro para los vecinos,
sobre todo para las pocas personas que acariciamos sus pelos duros de mugre,
donde el salitre compite con los piojos para ver quién dura más en esa
cabecita.
Todos hablan de
lo arriesgado que resulta que el chico ande deambulando por las calles donde
los baches parecen bocas abiertas dispuestas a deglutirse todo y que más de una
vez nos han hecho pensar si los misiles que se arrojaron en las guerras de
oriente medio, no habrían impactado por sobre ese pavimento resquebrajado.
Pocos murmuran
en voz baja por las dudas que los árboles escuchen y transmitan lo que
realmente deberían haber transmitido los vecinos: la realidad tenebrosa de ese
Pablo; la ausencia absoluta de las obligaciones del estado; de las
instituciones que deberían ser contenedoras de jóvenes en su misma situación;
de las iglesias a pesar de que hay tantas en la zona que hablan de pecado y
amor al prójimo cuando nadie sabe quién será ese famoso prójimo y qué cosa tan
extraña es el pecado que siempre asienta sus bases sobre la marginalidad. La
ausencia evidente de organizaciones autoproclamadas de derechos humanos que
tampoco se dignaron averiguar quién se debe hacer cargo de esa especie de alma
errante, vagabunda, despreciada.
De haber un
paro general y contara con la misma fuerza que tuvo la ausencia de protección
para este joven y tantos en su misma situación, seguramente cualquier país
vería resquebrajados los cimientos de la inoperancia histórica. De la desidia
más obscena.
Pablo, el que
me decía “yo te cuido, doña”, un día dejó de hacerlo atrapado ya de lleno en
las garras de la droga que le ofrecen y se sabe quiénes, aunque de eso no se
hable tampoco por considerarse peligroso. Aunque a esos se los llame señores en
lugar de mafiosos, dado que el miedo suele reverenciar lo inmundo.
Porque en ese,
como en todos los pueblos costeños la bruma del mar que invade las calles en
las noches crudas del invierno, tapa también realidades desde lo impúdico del
olvido. Allí todos saben muy bien quién es quién. Quiénes son los que viven sin
trabajar gozando de privilegios, comiendo todos los días, enmascarados tras
antifaces cínicos trasladándose en autos de alta gama que ni intentan ocultar
lo inescrupuloso de su accionar permanente.
Pablo se volvió
agresivo, es decir, descubrió su acritud escondida entre los retazos
descoloridos de la infancia, mucho antes de cumplir sus dieciocho años vacíos
de amor, repletos de hambre y miseria. Si alguien me preguntara si existe
superlativo de la palabra miseria, diría que no tengo dudas y lo mencionaría
con su nombre, Pablo.
Al joven-niño
porque su cerebro partido por la indigencia y por su genética lo dejó estancado
en los siete años, se le prohibió la entrada a la escuela.
–Es muy
agresivo, justifican. Golpea a sus compañeros, los lastima, tiene la fuerza de
los locos, agregan, como para evidenciar que no es posible contenerlo y tal vez
es cierto que no resulte fácil. Lo que nadie dijo fue que Pablo reprodujo lo
que la vida le enseñó desde que abrió sus ojos al mundo hostil al que arribó, seguramente
sin que lo llamaran. Empujado por la promiscuidad en alguna de esas noches
donde el amor se vuelve ausente para dar paso al instinto, casi animal,
embriagado por los vahos del alcohol y otras sustancias que vaya uno a saber
qué extraña conjunción conforman como para descargar espermatozoides fallados
que lleguen a destino.
Pablo, con su
discapacidad cerebral fue un excelente alumno capaz de reproducir las lecciones
de destierro y desamparo que corrompieron su alma en este mundo corrompido por
los generadores de miseria que pocas veces asustan y poco se mencionan pese a
tener nombres y apellidos. Pese a esconder sus falencias vestidos con cuello,
corbata y guante blanco que los convierte en señores y señoras de baja estofa,
aunque respetados.
Pablo debía
tomar medicación de por vida como para equilibrar el funcionamiento de su
cerebro resquebrajado, medicamentos que nadie le compró jamás. Pablo representó
para sus “tutores” un importante estipendio mensual obtenido gracias a los
favores de algún puntero que le otorgó un subsidio por discapacidad que jamás
cumplió su destino final: el equilibrio de esa mente dispersa.
Tampoco hubo
quién controlara dónde iba a parar esa colaboración aunque todo el pueblo
supiera para qué se utilizaba. Todos menos los que debían hacer un seguimiento
de la situación de la criatura.
Al no poder
ingresar a la escuela, Pablo comenzó a ir todos los mediodías a la hora que sus
compañeros salen de las aulas, con el fin de agredirlos físicamente. Imagino su
corta comprensión cavilando sobre “por qué ellos pueden y yo no”. Pablo se
habrá sentido un perro rabioso; Pablo fue discriminado por ser tonto,
minusválido, en un mundo donde ser moreno y pobre cumple la inexorable ley no
promulgada, aunque casi institucionalizada que lo condena al desprecio.
Nadie fue capaz
de hablar con un juez de minoridad o si lo hicieron, cosa que no me consta ante
la evidencia más angustiante, habrán hablado en arameo, como para que nadie lo
entendiera. Tampoco hubo sacerdote que lo hiciera, ni docentes, ni funcionarios
porque muy cerca suyo, con vínculos no reconocidos pero existentes, hay algún
guardián de la ley y ya sabemos, es peligroso tirarse contra las jinetas que
pisan duro y matan con demasiada celeridad. A los pobres.
Pablo de
espuma, Pablo de arena como lo llamé algún día, me enteré que semanas atrás fue
ingresado en el hospital con su cuerpito esmirriado literalmente molido a
palos.
Seguramente se
habrá hecho el “vivo” con alguien y éste se habrá defendido. Pablo es muy fácil
de estropear a golpes, la única defensa que conoce es la de agredir primero
para ganarle a la vida que lo descartó situándolo en el lugar donde se ubica a
los residuos.
A Pablo lo
mandaban a robar porque su impedimento lo colocó en situación de
inimputabilidad y el botín que los jefes compartirían con él, serían apenas
unas monedas que le alcanzarían para un paquete de galletas vencidas, tanto
como para engañar al hambre que retuerce las tripas y gime pero es bastante ingenuo
y se conforma con cualquier cosa.
Pablo está en
la cama de un hospital como una cosa depositada al azar, donde tal vez coma
algo más que galletas. Tendrá por primera vez una sábana que tape los moretones
que quedaron como medallas, premio al que acceden con facilidad los
“delincuentes” siempre y cuando pertenezcan a la categoría de pobres de toda
pobreza, de todos los días, de cada momento.
No sé cómo
saldrá Pablo del hospital donde se encuentra si acaso sale. No sé qué será de
él, una vez recuperado, si es posible que eso suceda. Lo único que sé es que en
caso de soldarse sus huesitos descalcificados, volverá a pasar sus noches bajo
algún alero en una de las tantas casas deshabitadas en invierno. Hasta que
algún día, tal como le juraron que habrían de hacer en caso de que “no se
dejara de joder” aparezca con la cabeza agujereada tirado entre los médanos de
esa playa que vio correr su hoja de vida envuelta entre la desvergüenza de un
silencio cómplice de la barbaridad más espuria.
El chico es
peligroso, dicen. El chico anda falopeado* todo el día, agregan. ¿Dónde
consigue las substancias? Lo saben todos, menos los que deberían saberlo aunque
también lo sepan.
Si tanta
desidia no adquiere para la subjetividad popular un minuto de atención, estamos
a un paso de una muerte anunciada, silenciada, oculta, porque la miseria
social, económica y sobre todo la humana es la peor enemiga de la vida.
Y Pablo de
nadie, Pablo del silencio, también merece vivir aunque parezca mentira…
ESPERA*
"Soy la
orilla de un vaso que corta, soy sangre…”
(Charles
Bukowski)
Ese animal, más
bello que las bestias humanas.
Tiene el
resplandor de sombras ciegas.
La vida lo fumó
como un pucho.
Él repite el
ritual sobre su herida abierta.
Para matar el
tiempo comparte la comida de perros callejeros.
Sus pies
renguean entre arpones. Ya no le duele, no.
-La piedra ya
no pesa Sísifo –
A veces, quizás
para apurar la cicuta, la recuerda.
Mira hacia
abajo, se concentra en el vidrio y añora.
Bebe de los
pezones de la noche y del súcubo.
Negro que te
quiero negro, negra muerte, negra vida.
¿Como olvidar
el agua? ¿Los espejos? ¿Las orugas?
En su barba los
pájaros hacen nido, y el viento.
Suele volar con
sus fantasmas cuando llueve.
Lo acompaña una
campana rota y un agua marina.
Y… hay que
vivir hermano, toma esta moneda.
Sabe que el
vendaval es pasajero… y espera.
Alguna vez se
ha permitido ser lápida.
Un murmullo de
lágrimas que cubren esa espera.
Pero lo sabe
“Dios está enfermo, grave”
Lo conforta la
ceniza del pucho, que demora y no cae.
Ese animal, más
bello que las bestias humanas.
Me astilla.
Hace añicos el costado de mi culpa.
*De Amelia
Arellano. amelia.arellano01@yahoo.com.ar
ELA O’FARRYL
ESTÁ CANTANDO ADIOS FELICIDAD*
Aun no tenemos
catorce provincias ni médanos de aire para empinar pájaros de papel estraza.
Somos la lumbre detenida allí donde cuelga la cimitarra, el arcabuz. No ha
llegado el humo que mata los pájaros. No ha llegado mi padre con su diente de
morder cebollas y escupir al cielo. La primavera se confunde con una mujer
fluvial que se voltea y me muestra los pechos. Soy el que dibuja la rayuela en
el mapa de la patria. La que salta es mi hermana. Al otro lado del patio
conversan los difuntos que esperan a los ciclones, las guerras chiquitas y
mundiales. En el brasero del vecino se hunde la carne que un día fue sangre
caliente del bosque. En las tendederas ondean las sábanas que en su día fueron
las franjas blancas de la bandera. Del huerto familiar llega a un olor que no
saben los hospitales. Las frutas en ristre pasan en trenes veloces rumbo a la
memoria. En el cuaderno de bitácora mi madre apunta los abortos, los
nacimientos, los eclipses. Yo estoy al centro de la nada y bebo un agua
nutricia mitad sangre mitad resurrección.
*De Reynaldo
García Blanco. centrosoler@cultstgo.cult.cu
FLOR DEL AGUA*
Son tiempos de
guerra,
tiempos de paz.
La paz para
llorar con calma,
paz para soñar
en medio de un mundo plano
sin bordes ni
letreros de precaución.
La guerra para
llevarse sin llanto,
para amar el
canto del aguapolvo
que narra
canciones,
para construir
la curvatura que envuelve al cielo
con hojas de
maíz y cacao molido.
Caminar
como si se
anduviese buscando la muerte,
pero a la
muerte no se le busca:
a ella nomás se
le canta,
se le arrulla o
se le hacen cosquillas
con la mano
fría.
Tenemos dos
mazorcas
que marcan los
tiempos de paz
y los tiempos
de guerra según el Sol.
La paz para
prepararla con chile,
la guerra para
comer sopa sobre la mesa.
La pintura con
la que el cielo se viste
es reflejo de
instantes con los que nos miramos
soñando y
licuando vaivenes
que quizá nos
devuelvan como semillas al mundo.
Con la ley en
la mano
no llegaremos
demasiado lejos,
nos dice el
viento que regresa viejo.
El corazón
escamoso como iguana
se calienta con
la boca abierta
dejando escapar
silencios
que todo
movimiento pacífico,
si ha logrado
verdaderos cambios,
ha avanzado
siempre sobre un movimiento armado
que se nos
trata de ocultar debajo de la historia,
debajo de un
mar que acurruca su arena
que es de
tantos colores,
surcos,
arados,
recuerdos.
*De hugo
ivan cruz-rosas. quetzal.hi@gmail.com
Nota 1:
http://apia-virtual.com/2014/10/22/reprimen-a-las-estudiantes-de-la-normal-rural-de-panotla-tlaxcala/
Nota 2:
http://www.eluniversal.com.mx/ciudad-metropoli/2014/marchan-este-lunes-por-alumnos-de-ayotzinapa-1048041.html
Nota 3:
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2014/10/22/se-suman-universidades-de-guadalajara-veracruz-y-michoacan-a-paro-nacional-en-apoyo-a-normalistas-4359.html
Nota 4: 'el
Estado es un órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una
clase por otra, es la creación del "orden" que legaliza y
afianza esta opresión, amortiguando los choques entre las clases. En opinión
de los políticos pequeñoburgueses, el orden es precisamente la conciliación de
las clases y no la opresión de una clase por otra. Amortiguar los choques
significa para ellos conciliar y no privar a las clases oprimidas de
ciertos medios y procedimientos de lucha para el derrocamiento de los
opresores' (V. I. Lenin. El Estado y la Revolución)
***
El pasado 26 de
septiembre de este año 2014, un grupo de estudiantes de la Escuela Normal Rural
de Ayotzinapa, en el municipio de Iguala en el estado de Guerrero, México, al
retirarse de esta ciudad de Iguala después de realizar un acto político para
recaudar fondos, elementos de la policía municipal les cortaron el paso y
dispararon contra los camiones
donde viajaban
los estudiantes, muriendo tres personas y siendo detenidos 43 estudiantes por
los policías, quienes los atacaron con ayuda de miembros de un grupo de
narcotraficantes. Horas más tarde, cuando los sobrevivientes narraban estos
hechos a la prensa local, nuevamente un grupo de policías y miembros del cartel
del narcotráfico llamado “Guerreros Unidos” dispararon contra los estudiantes,
profesores, periodistas, familiares... Resultando otras tres personas muertas.
A la fecha, finales de octubre, los 43 jóvenes siguen sin aparecer. El Estado
mexicano se ha convertido en un Narcoestado (ya tiene tiempo de ello), que está
en clara oposición a los intereses populares y nacionales. Diversos sectores de
la población mexicana se están organizando en marchas y manifestaciones para
exigir la aparición con vida de los estudiantes. ¿A caso quienes están formando
parte de este narcoestado, van a juzgarse según la ley? ¿Aún existe en México
la posibilidad de buscar un bienestar social por la vía de las instituciones?
En este estado de Guerrero existen grupos guerrilleros como el EPR, ERPI o las
FAR-LP quienes se ha pronunciado sobre el caso de Ayotzinapa y han planteado
accionar militarmente
***
INVENTREN
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GOBERNADOR ORTIZ DE ROZAS
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-Colaboraciones a inventivasocial@yahoo.com.ar
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