martes, septiembre 12, 2017

EN UN UNIVERSO LLENO DE AIRE…



*Dibujo de Erika Kuhn.













DETRÁS DE MIS OJOS*



Detrás de mi ojos cerrados
estoy yo
con los ojos abiertos
mirándome:
soy tan pequeña
que casi desaparezco
soy pura  uñas crecidas
y pelo largo
deformados los dedos de los pies
los codos tristes.
Mi pequeñez navega
en un universo lleno de aire,
nada más que aire.
El aire y yo nos pertenecemos
el uno a la otra
en este sitio blanco
donde mi cuerpo se deja estar
completamente abandonado
lejos de las palabras
ahora que mis ojos se abren
y se cierran
una vez más.



*De Irma Verolín. irmaverolin@hotmail.com



-Irma Verolín nació en Buenos Aires en 1953.  Se formó en la escritura poética  pero comenzó publicando narrativa. A partir del 2013 retomó la poesía y publicó dos libros, el segundo gracias al premio de la fundación Victoria Ocampo.  Novelas: “El puño del tiempo” y “El camino de los viajeros”. Cuentos: “Hay una nena que gira”, “La escalera en el patio gris”, “Una luz que encandila” y “Una foto de Einstein tocando el violín”. Poesía: “De madrugada” y “Los días”. La editorial Palabrava editará su próximo libro de poemas: “Árbol de mis ancestros”. Es autora de algunos libros de literatura infantil publicados en distintas editoriales. Ha recibido numerosos premios: Emecé, Internacional de Novela Mercosur, Internacional de Puerto Rico, Fondo Nacional de las Artes,  Primer Premio Municipal de C. de Buenos Aires “Eduardo Mallea” entre otros.
Algunas de sus novelas fueron finalistas de los premios Clarín,  Planeta, Fortabat y La Nación. Fue becaria del Fondo Nacional de las Artes en 1999.









EN UN UNIVERSO LLENO DE AIRE…








Idilio a fuego lento*

Hablando del amor y otras verduras
nos pusimos a cocinar.
Pelamos papas, cortamos cebollas
a lágrimas vivas, echamos sal.
Con el rojo de los tomates,
con el verde del pimiento y del perejil.
Prolijos los cubos de carne magra,
bien tapada la olla de hierro.
A fuego lento el guiso, a fuego lento el corazón.
Ya vendrán los hombres con hambre
hambre de guiso y de amor.
Agregar despacio agua caliente
después fideo caracol y esperar.
Justo a la hora acostumbrada
los hombres llegan, el corazón apura.
La mesa espera y la fiesta comienza.
Fiesta del pobre, guiso caliente
y la promesa de sábanas tibias...
Y acompañadas.

 
*De Elsa Hufschmid. elsifumi@yahoo.com.ar













ELLOS Y EL UNIVERSO*



Cuando la imagen de la desdicha de una familia puesta delante de nuestros ojos era irreversible, le pregunte a Kalman si tenía alguna buena historia que dejara pequeña a la soberanía de la muerte.

Kalman se quedo pensativo, había pasado muchas horas de vuelo para apenas llegar a ver a Germán su amigo de juventud adentro de un ataúd. A punto de ser enterrado en un cementerio privado.
Estábamos pisando lápidas con nombres de personas desconocidas bajo un cielo gris que por momentos nos rodeaba como llovizna.

-Sí. Tengo una historia justa para achicar la importancia de la muerte.

Lo relató un arqueólogo. El hombre participa de un equipo interdisciplinario que desarrolla una investigación en cuevas a las que se accede desde la ciudad de Dubrovnik. Son cuevas que ya habían sido bastante estudiadas en el pasado. La data de actividad humana realizada por carbono 14 muestra presencia desde veinte mil años atrás.
En este nuevo estudio se realizaron sorprendentes hallazgos que fueron interpretados como independientes pero ahora están siendo pensados -al menos como hipótesis- en conjunto.

Las excavaciones que se realizaron hace más de una década habían hallado piezas de cerámica de 15.000 años. Uno de esos pedazos había quedado bajo la mirada curiosa de aquel equipo científico, era parte de un objeto desconocido y aparentemente inútil para aquel grupo humano primitivo que habitaba allí, no era una vasija ni una urna funeraria.

La reconstrucción digital de los pedazos daba una imagen similar a una mascara con aperturas para ver y respirar. Quizá era el primer casco inventado como forma de defensa de los primitivos ante presumibles garrotazos de grupos rivales.

El equipo en el que colabora el arqueólogo amigo hizo otro descubrimiento que resignifica la lectura de aquellos trozos de cerámica.

En otra cueva, cuya ubicación se mantiene discretamente oculta para preservarla se hallaron pinturas y huesos tallados con imágenes con la misma data AP de los pedazos de cerámica en cuestión.
Son imágenes de la vida de esos primitivos: escenas de cacería de animales, mujeres talladas tipo Venus. Lo sorprendente fue el hallazgo de pinturas de humanos teniendo sexo montándose como lo hacen los mamíferos de cuatro patas. Las mujeres representadas con enormes pechos colgantes. Los científicos quedaron admirados por aquellos antepasados remotos que representaban al sexo y la procreación de nuestra especie como forma de derrotar a la muerte.

El gran descubrimiento fue observar que algunas de esas figuras humanas representadas en el coito llevaban puesta en su cabeza ese casco -o lo que fuese- similar al que se reconstruyo a partir de los pedazos de cerámica. La lectura inicial de los antropólogos suponía que hombres considerados "vencedores" podían tener sexo con las mujeres otro clan o tribu rival "vencido". Un detalle falseaba esta hipótesis, también había mujeres representadas con ese ¿casco? puesto teniendo sexo con hombres desprovistos de ese objeto en su cabeza.

La duda inicial los llevo al tiempo a descartar que esa cerámica fuese parte de una defensa de guerreros o una máscara ritual.

La siguiente hipótesis los llevaba a pensar que ese grupo humano que vivió allí representaba su relación -incluso sexual- con otros seres provenientes de una civilización "técnica" La cerámica sería entonces una imitación -digamos- de una escafandra de seres llegados del espacio sideral. O -porque no- parte del atuendo de viajeros en el tiempo provenientes de este mismo planeta.

No hay, -cómo te imaginaras- ninguna conclusión certera en estos estudios. A Germán le hubiera gustado conocer esta historia. Mas aún por título del proyecto bajo el cual se sigue investigando: "Ellos y el universo"



*De Eduardo Francisco Coiro.














Asidas como en mortaja carnaval de penas blandas*



Dedicado a Santiago y Buenos Aires en primavera,
y a mi jardín en otoño.



Suben
bajan
vuelan
solas.
Como el rumor de las hojas
piensan
sudan
se idolatran
caen.


Como el dolor de las rosas
duelen
suenan
bailan
se columpian
mientras pasan
por la ventana vacía
paladar de penas rancias
Como el sabor de las cosas
en el pasar de las horas.

Añejadas
limpias
amargas
y ajenas.
Como el hornero en la rama
solas
quietas
puras
ocres
taciturnas
caminantes
y muy cálidas.

Como el vapor del barbero
cuando retiran el agua
suben
bajan
y encogidas
se estremecen
como hace el pasto en la parva.
En bienvenida de agujas
y en penar de penas blancas
bajan
caen
duermen
corren
ruedan
abrazan
pasan
se avalanchan.

Como el correr de la vida
danzan su danza macabra:
los versos que me has pedido
ya no quedan en las ramas.
caen
corren
se entrelazan
callan.
Como manzanas maduras
que ves podrirse en la zarza.

Fueron tu guiño y
mi enojo
fueron tu tiempo y
mi olvido
fueron
pero el viento
las volvió
entre esquivas
y arrogantes.
Como sueños
agotados.

Cuando soñadas
sus penas
fueron las mías
y mis ansias
sus palabras
fueron
sus manos
aladas:
su sonrisa
fue mi máscara.

Carnaval en armonía
silencio de penas blandas,
sonrisas de las gaviotas
cuando se lanzan al agua,
su murmullo en mis palabras
festival de penas blancas.


*De Marta R. Zabaleta mzabaletagood@gmail.com
-Londres, octubre 2003















Si la vieran los de fuera.*



Juan se agarraba la cabeza. Martita yacía tendida en el piso junto a su cama El rostro demacrado, la piel exageradamente blanca.
Sabiendo lo que mezquinaba sus cosas no entendía para qué había entrado a su cuarto. Odiaba que alguien revisara el escritorio o la mesita de luz.
Trató de reanimarla, en vano. ¿Se habría desmayado?, ¡qué raro!
-¡Martita, Martita!- gritó mientras la sacudía por los hombros. Martita permanecía etérea y lívida, los ojos cerrados e inmóvil.
No supo qué hacer. ¿Llamar a emergencias? Se complicaba porque empezarían con las preguntas y buscarían a la policía. No era simple explicar de quien se trataba. Éste era un caso inaudito.
Trajo un paño embebido en agua helada, no reaccionó; tal vez agua tibia, tampoco.
No consiguió hacerle pasar algunos tragos de café amargo ni de té dulce. Martita seguía en su apariencia de muerta.
-¿No estaría fingiendo?- después de todo la había sorprendido creía hurgando sus pertenencias.
Fue a buscar una revista y le dio aire pero siguió sin reaccionar.
-¡Martita!-volvió a gritar. -Te perdono, háblame por favor.
-¡¿Quieres que venga mamá?! No me gusta preocuparla. Me obligas a llamarla, te caerá una fuerte reprimenda. ¡Mira que asustarme de este modo!
Martita abrió un ojo, luego el otro y se esfumó en la oscuridad.
Es una fantasma caprichosa. Después de su muerte, hace más de treinta años, no ha querido desprenderse de nosotros. Los de la casa no le tememos pero… ¡si la vieran los de fuera!


*De Ana María Broglio. anamariabroglio@gmail.com
Villa Gesell













*


A veces,
cuando quedamos solos,
entre los dos nace un silencio,
un huequito abisal que crece y crece
manso entre las horas de la tarde.
No le tememos.
Es un silencio amable
que nos espía desde las páginas de un libro
o se queda jugando
entre los dos
en la cola de los supermercados.
Lo mimamos. No es poca cosa
tener en casa un silencio tan decente
que se limpia las alas al volver de la calle.
Por las noches,
se acurruca entre los dos.
Nos miramos desde lejos, como náufragos
y abrazamos con amor a ése
que ya es como un hijo,
pero no.



*De Mariana Finochietto. mares.finochietto@gmail.com















PINCELADAS*




1

La piel que me desabriga contra el desamparo
se abriga
con las gélidas plumas
de los cisnes



2

Siento cómo sus blancas dunas
se van reflejando con inquietud dentro de mi boca
apaciento a los demonios
de la brisa
hablándoles en la lengua de Numancia

salgo y echo mano de mi lanza de Quijote
para arrebatarles mi apetito
a las fauces
de esos dragones



3

Tres muertes
no fueron suficientes para justificar
la entrega heroica de Pessoa
al poema,
por lo tanto,
no sé cuántas veces he de morir
para que las letras
justifiquen mi inmortalidad.



*De Daniel Montoly. danielmontoly@yahoo.es











*


Ella no buscaba un cuento con final feliz sino ser feliz sin tanto cuento.


*De Joan Mateu. joan@zarca.es








Inventren






ESTACIÓN POLVAREDAS*



El viejo pueblo de Polvaredas se alza como una mancha de tristeza en los ojos del horizonte, pueblo de innombrables en cuyas cantinas sirven las mujeres las sonrisas más seductoras combinadas con el polvo que el viento arrastra de una mina anciana y sin oro. Por una de sus laderas el amor se confunde con la brisa. Y la estación donde una vez el tren recogió a los hombres que con rumbo a la sierra se abrigaban con pedazos de cuero de vaca, porque la soledad del frío sufre del rigor del mal de altura.

Polvaredas es el vestigio de lo que cualquier hombre ilusiona. Un clítoris en medio de ninguna parte. Una basílica que ofrece al hombre una esperanza. Esperanza que cada día se torna más escasa, como la pluma de un ave Fénix o la cola de un dinosaurio. Pero el hombre vive de sus ilusiones. Y la Polvaredas, hija del tren, conocida como el punto de la suerte que la mala fortuna olvidó recoger del suelo, le extiende sus brazos a todo aquel desarraigado que se aventure a pasar por ella para que haga de ella su mujer y no su amante.

Tal como en La Vorágine, como una jungla de ocaso abraza a cualquier cuerpo hasta hacerlo sudar. Lo exprime. Lo seduce hasta convertirlo en ciego a otros pueblos lejanos y olvidados por los cartógrafos, pero son sus secretos de mujer, los que se apegan al paso del único tren que la cruza de extremo a extremo dejando atrás un sempiterno criadero de nubes preñadas por el polvo cobrizo. Nubes que dejaran mañana arrugas como los plisados en la falda de una colegiala alzándose sobre los rostros huraños y ásperos, que durante el atardecer se aventuran a preparar sus maletas. Las que nunca llegarán a abordar el tren de la medianoche.



*De Daniel Montoly. danielmontoly@yahoo.es





-Próximas estaciones de escritura:

PLOMER    
-Por Ferrocarril Midland-

JUAN ATUCHA.  
–Por Ferrocarril Provincial-


***
El recorrido por venir del tren literario en el Ferrocarril Provincial:

JUAN TRONCONI.    CARLOS BEGUERIE.   FUNKE.   LOS EUCALIPTOS.     FRANCISCO A. BERRA.
ESTACIÓN GOYENECHE.    GOBERNADOR UDAONDO.   LOMA VERDE.  
ESTACIÓN SAMBOROMBÓN. GOBERNADOR DE SAN JUAN RUPERTO GODOY. GOBERNADOR OBLIGADO.  
ESTACIÓN DOYHENARD.   ESTACIÓN GÓMEZ DE LA VEGA.    D. SÁEZ.    J. R. MORENO.     EMPALME ETCHEVERRY.   
ESTACIÓN ÁNGEL ETCHEVERRY.   LISANDRO OLMOS.  INGENIERO VILLANUEVA.  ARANA.  GOBERNADOR GARCIA. 
LA PLATA.

***

El recorrido por venir del tren literario en el Ferrocarril Midland:

KM. 55.    ELÍAS ROMERO.    KM. 38.   MARINOS DEL CRUCERO GENERAL BELGRANO.   LIBERTAD.  
MERLO GÓMEZ.   RAFAEL CASTILLO.    ISIDRO CASANOVA.  JUSTO VILLEGAS. 
JOSÉ INGENIEROS.   MARÍA SÁNCHEZ DE MENDEVILLE.  ALDO BONZI.   KM 12.   LA SALADA.   
INGENIERO BUDGE.  VILLA FIORITO.  VILLA CARAZA.   VILLA DIAMANTE.
 PUENTE ALSINA.  INTERCAMBIO MIDLAND.



InventivaSocial
Plaza virtual de escritura
Para compartir escritos escribir a: inventivasocial@yahoo.com.ar

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