*Dibujo de Erika Kuhn.
https://obraerikakuhn.blogspot.com
MANTA
DE CEMENTO *
Manta de cemento
otra vez
plato de basura
en mesa de cartón
otra vez
zapato de tierra
otra vez
mirada de niño
que no espera nada
otra vez.
Repite su rueda
El viento de la historia.
Desde el fondo grita
Y lanza sus dados
Un ángel cruel.
Se despereza
con lentitud
una diosa antigua
que llaman Memoria.
¿Quién gana la partida
esta vez?
*De Norma
Cozzi. norma_cozzi@yahoo.com.ar
-Por el borde del agua, Ombligo
Cuadrado. 2020.
Latkes*
Cuando llegué del colegio, mamá estaba
preparando la comida rusa que tanto me gustaba.
Le pregunté si había alguna novedad.
Me miró por arriba de los lentes y me dijo:
No hijo, salvo el militar de la esquina que
cuando le pregunté si sabía algo de tu hermano, me dijo que agradezca que no
los desaparecimos a usted y su hijo más chico.
Luego volvió sobre la sartén y siguió
cocinando las croquetas de papas.
*De Andrés
Bohoslavsky. vladimirbeat@yahoo.com.ar
- febrero de 2024.
Inteligencia
Artificial: pensamiento mágico y hedonismo tecnológico *
*Por Alejandro
Badillo. badillo.alejandro@gmail.com
La tecnología de la
inteligencia Artificial parece no tener límites. Aunque falta mucho por
desarrollar, los progresos son cada vez más impresionantes, por lo tanto,
también sus consecuencias que afectan también la psicología humana: generan,
entre otras cosas, “una suerte de idolatría narcisista, es decir, una
plataforma en la que el hombre es su propio dios”.
Hace algunos meses asistí a un taller sobre
Inteligencia Artificial (IA) para aplicarla a tareas educativas. En particular,
el programa a explorar era el famoso ChatGPT, chatbot propiedad de la empresa
OpenAI que se estrenó a finales de 2022. Una de las cosas que más me llamó la
atención fue el uso de los llamados “prompts”: comandos o entradas de
información que se le da al sistema para que haga lo que queremos, en este
caso, redactar textos o planeaciones de clase, entre otro tipo de documentos.
La meta –al menos eso dijeron– es saber dar las órdenes para que ChatGPT te
devuelva lo que quieres o, mejor aún, lo que imaginas, con la mayor exactitud
posible. Me vino a la mente, casi de inmediato, la película animada Fantasía, de
Walt Disney, estrenada en 1940. En el segmento “El aprendiz de brujo”
–inspirado en el poema de Goethe de 1797 del mismo nombre–, Mickey Mouse es un
aprendiz de hechicero que usa la magia para darle vida a una escoba y que ésta
realice las labores de limpieza adjudicadas a él. Unos pases mágicos y se echa
a andar un mecanismo que, como se puede comprobar en el filme, termina
volviéndose contra el hechicero improvisado. De la misma manera, los “prompts”
de ChatGPT pueden asumirse o entenderse como pases mágicos para que la
tecnología realice nuestros deseos. Si antes el conocimiento de lo oculto
estaba reservado a los iniciados –en el caso del filme de Disney al mago–,
ahora cualquier persona puede dar órdenes y dejar que los algoritmos funcionen
de forma automática, aunque no conozca, a ciencia cierta, cómo funcionan y, por
supuesto, cómo controlar sus efectos adversos. En ambos casos, por supuesto, la
fe supera los riesgos.
Erick Davis describe en Tecgnosis. Mito, magia y misticismo en la
era de la información –un amplio ensayo publicado a finales del siglo
pasado y rescatado en 2023 por la editorial argentina Caja Negra– el peligroso
vínculo entre tecnología y pensamiento mágico. Desde la invención de la
escritura, por ejemplo, el código en el que se transmite la información se ha
vuelto objeto de culto y, por lo tanto, un fetiche que funciona a través de una
invocación. Una de las muestras más claras es la Cábala, que desentraña los
signos ocultos en la Torá, uno de los textos fundamentales del judaísmo. Con el
tiempo, la información en sí misma, acompañada por innovaciones como la
electricidad, dio paso a una nueva idolatría tecnológica. El telégrafo, el
radio y, posteriormente, la televisión, se asumieron como vehículos para
comunicarse e, incluso, viajar a otras dimensiones o contactar con otros
mundos. En la Rusia de inicios del siglo XX, por ejemplo, un grupo de
intelectuales y científicos imaginaron que la técnica podría liberar a la
humanidad de la muerte. El llamado “Cosmismo ruso” intentó combatir las
limitaciones materiales de la realidad a través de la ciencia. Los
descendientes de estos utopistas los podemos encontrar entre la élite que
domina Silicon Valley en San Francisco, Estados Unidos. Chamanes que promueven
la Inteligencia Artificial (IA) como solución a todos los males, han
desarrollado –en su versión más extrema– una idea que parece sacada de los
yoguis indios, posteriormente adaptada por el movimiento New Age de la
contracultura estadunidense de los años sesenta: la singularidad. Este concepto
místico plantea un futuro en el que la persona se fusione con la tecnología. No
estamos hablando de un ciborg estilo Hollywood sino de un paso evolutivo, una
redefinición, si se le puede llamar así, del ser humano.
El culto religioso no ha desaparecido de
las sociedades. En Estados Unidos ha recobrado fuerza la Iglesia Evangélica –y
otras ramificaciones del protestantismo anglosajón– y el islam se ha
radicalizado gracias a los desastres de Occidente en Medio Oriente. A este
escenario se ha sumado la tecnología como una suerte de idolatría narcisista,
es decir, una plataforma en la que el hombre es su propio dios. Bajo la
dictadura de la pantalla, hemos llegado a una utopía visual en la que el mundo
exterior desaparece. Por supuesto, este nuevo paso parecería entregar a la
sociedad –el sector que pueda pagar por esta clase de artefactos– a un
hedonismo, en apariencia, inocuo. Sin embargo, el hedonista tecnológico
desprecia cualquier visión que no se ajuste a su mundo ideal y termina
habitando una burbuja que retroalimenta tus deseos, pero también tus rencores.
El más reciente aparato que pretende sumergir al usuario en el universo del
misticismo vacuo son las gafas de realidad virtual de la compañía Apple. Hay
una paradoja: en cuanto más te adentras en la escenografía aumentada que tienes
frente a ti, más eres ciego a lo que te rodea. Entre más libre eres más te
controlan con los cinco sensores, seis micrófonos y doce cámaras integrados a
las gafas. Si una cualidad de Dios es conocer nuestros pensamientos, los
oligarcas tecnológicos tratan de imitarlo con nuestro consentimiento.
*Fuente: La Jornada.
https://semanal.jornada.com.mx/2024/03/03/inteligencia-artificial-pensamiento-magico-y-hedonismo-tecnologico-8759.html?
-Alejandro
Badillo. (Ciudad de México, 1977)
-Es autor de los libros de cuento: Ella sigue dormida
(Tierra Adentro), La herrumbre y las huellas (Eeyc), Vidas volátiles
(BUAP), Tolvaneras (SC Puebla), El
clan de los estetas (Universidad
Veracruzana. Premio Nacional de Narrativa
Mariano Azuela) y las
novelas La mujer de los macacos (Libros Magenta) y Por una cabeza
(Premio Nacional de Novela Breve Amado Nervo).
Recientemente ha publicado:
“La Habitación
Amarilla” (cuentos)
por Editorial BUAP. -2021-
“Reconstrucción” (novela) Ediciones EyC. -2021-
Teoría del conocimiento*
Al ceder con inocencia a los trasiegos del
jardín
puede entrar en el cuerpo cierta tiniebla
que anida allí como un huevo temible.
Esas infecciones intentan combatirse y,
según dicen, entrañan un aprendizaje.
¿Para qué me asomé a la ilusión
de adentrarme en un pequeño bosque?
De sus oscuridades y confusiones
surge una lágrima ácida
aunque nadie sospeche o quienes saben
miren para otro lado.
Ah, será esa la enseñanza
de lo negro. Su luz.
*De Alicia
Salinas. alines.alines@gmail.com
-De su libro Teoría de la niebla
MANIFIESTO
MENOPÁUSICO*
La suma de varias décadas, la resta de
varios kilos y el árbol bronquial
con algunas ramas secas.
Marcas, cicatrices, rastros.
Ojos que vieron la historia pasar y
repetirse, hombros que cargan el
peso de las ausencias fuertes, memoria que
quiere huir pero se
ensancha para abarcar lo indecible.
Útero en desuso aunque valiente, pechos que
fueron de miel y se la
bancan.
Recuerdos del amor, de los amores, de
arrastrarse indignamente para
no ser dejada, y a veces de empujar para
que al fin se vayan.
No me llamen señora ni mamita, no me den el
asiento todavía, no me
cubran con telas de mortaja, no me receten
píldoras ni caldos. Los pies
siguen bailando al ritmo de las calles, las
plazas son espacios de
encuentros y de abrazos, la voz sigue
cantando unida a tantas voces.
No me pidan que cuente, de nuevo, el
sufrimiento.
Prefiero abrir la puerta y espiar aquel
tiempo cuando éramos tan chicos
y de verdad creíamos que el mundo sería
otro. Dejemos que hablen un
poco, que revuelvan los sueños, que los
lancen al viento.
Que se asome esa chica que fui a los
veintitantos…
Y déjenme seguir, con el cuerpo deseante
aunque nadie lo vea, con
color, con absurdo, descalza, un poco loca.
Es cuerpo lo que escribe.
*De Norma
Cozzi. norma_cozzi@yahoo.com.ar
-Por el borde del agua, Ombligo
Cuadrado. 2020.
SARA*
Arcilla y fuego.
Mujer modelando formas
y murmullos
en la ciudad con
nombre de mujer.
(Las manos de Sara
fecundan
cuencos, vasijas,
continentes)
Primitiva emoción
cancela los refugios
del lodo
y el misterio se hace
luz,
aquí en el Sur,
tan al Sur...
*De Elda
Massoni.
(Ataliva 1938 - Rafaela 2001)
Lo
esquivo*
Las palabras y las cosas no se parecían,
es decir, no se sostenían en sus estados
ni en las condiciones en que se decían.
Uno se hacía a la idea de que al amor
era una espera y se dormía con esa idea.
Pero al despertar la espera se acercaba
demasiado a la palabra desesperación.
El amor que nunca acontecía era similar
a la indiferencia y semejante al olvido,
todo mutaba y no había que dar nada
por entendido. Claro que, al amanecer
hambriento rodeado de olvido producía
sensación de abandono y era doloroso.
Aunque con el tiempo el dolor era algo
mucho más parecido al resentimiento.
Es decir, que el sentido ideal se perdía,
lo único inmutable y seguro era el caos,
y la palabra espera era solo el sinónimo
de un engaño personal no comprendido.
Quiero decir que el lenguaje no decía.
*De Horacio
Rodio. horaciorodio@hotmail.com
-Horacio
Rodio es autor de los libros “Palabras
de piedra” Ediciones Baobab. Argentina. 1999 / “Media baja” Ediciones Dunken. Argentina. 2012 / “La insistencia de la desdicha”
Editorial Ruinas Circulares 2018 / “El
cinturón de Orión” Poesía. Ediciones
Las Flores Argentina 2022 / “Ausencia y
Error” Novela Avant Editorial.
Madrid. España. 2023
- Autor del libro de poesía “El libro de Hopper” Pierre Turcotte
Editor. Quebec. Canadá. 2023 / Autor de la novela “Una sed extraña” La voltereta Almería España 2023
INTERVALO LÚCIDO*
El hombre se detuvo
con brusquedad en el centro mismo de la masa hormigueante que corría por la
larga avenida, sobresaltado por la súbita revelación que acababa de herir su
conciencia. Primero con perplejidad, luego con horror, miró hacia uno y otro
lado, y el espectáculo escalofriante de la multitud que se desplazaba
raudamente a su alrededor lo estremeció.
Como una legión
demencial de maratonistas, millones de figuras deshumanizadas avanzaban en
idéntica dirección, con la vista clavada en un horizonte distante que nadie
alcanzaba a divisar. "¿Para qué corremos, entonces?", atinó a
preguntarse, asustado. "¿para qué corremos todos, si ni siquiera sabemos
hacia dónde vamos?" Pero apenas un instante después, reanudó la carrera
con redoblado ahínco. La humanidad se alejaba y él se estaba quedando
vergonzosamente atrás.
*De Alfredo
Di Bernardo.
-San José del Rincón. Provincia de Santa Fe
LLUVIA
NOCTURNA*
Viajo en el barco
sereno de mi cama
cuando llega la lluvia
y sacude con vientos
la ventana y la noche.
Pienso en los pájaros
que apenas se refugian
en los árboles ralos,
en mi padre
que iba al trabajo
en las madrugadas frías
en un hombre desconocido
que me sonríe y espera.
En un abrazo
que no daré nunca.
*De Norma
Cozzi. norma_cozzi@yahoo.com.ar
-Por
el borde del agua, Ombligo Cuadrado. 2020.
*
La locura enreda los
pensamientos como en el sueño. La odiamos porque cuestiona nuestras verdades,
mandatos, convicciones. Porque odiamos cualquier enfermedad y más la del centro
del cuerpo que es el cerebro y porque tememos volvernos ajenos, otros. La
odiamos como hacían los griegos porque es "hybris", desmesura,
barbarie. La expulsamos como si fuera materia de endemoniados, como si hiciera
peligrar nuestra vida. La escondemos como algunos animales ocultan sus
deyecciones. No queremos ni oír sobre ella, ni mirar a quienes la padecen o
gozan. Los poetas, sin embargo, prestan un oído más fino y descubren otro mundo
irreconocible, un excedente de sentido. Y porque poesía, arte, música es
delirio, perturbación, aguja sobre la piel del mundo.
*De Liliana
Díaz Mindurry. lidimienator@gmail.com
Inventren
https://inventren.blogspot.com.ar/
GEOMETRÍA
DE TREN*
Una línea recta
es demasiado
-digamos-
infinita.
Una línea de ferrocarril,
por el contrario,
se trunca y se olvida.
Despertamos
durante una ausencia
cotidiana:
sabemos de dónde venimos
y hacia a dónde llegamos,
pero el trayecto
que une ambos extremos
parece pertenecerle al vacío.
En la vieja estación lo sabían
e intentaron corregirlo:
construyeron
una representación del infinito
y le llamaron
“Lucas Monteverde”.
Tan sólo se trata
de una representación
-dijeron-
no es en verdad el infinito.
La estación abrió con gran alegría.
La gente hacía fila para comprar sus
boletos,
entraba al pequeño espacio
que antecedía a la puerta del vagón del
tren.
Dentro, y tras localizar sus asientos,
parados frente a ellos,
se encontraban listas para comprar sus
boletos,
accedían al pequeño espacio
que les separaba de la taquilla y el tren,
subían a él y buscaban con gran emoción sus
asientos,
una vez localizados y gustosos frente a
ellos,
la emoción aumentaba al darse cuenta de que
al fin,
después de formarse en la fila,
iban a comprar sus boletos.
Familias enteras, viajantes, gente que iba
y venía,
todos se formaban en una breve pero
continua fila,
caminaban,
subían al tren,
localizaban sus lugares
y llegaba
-al fin-
su turno
para adquirir
los boletos en la taquilla.
Daba gusto mirarles imaginar su trayecto,
hacer planes para disfrutar el viaje,
partir del punto donde iniciaban sus
pensamientos,
llegar por fin a donde todo comenzaría
realmente
y descubrir que allí
donde la vida puede tomarse de un solo
trago,
no es diferente
del lugar donde la vida apenas puede ser
imaginada.
“Todo lo sólido se desvanece
en el aire”
Decía Don Carlos Marx.
*De hugo
ivan cruz-rosas. quetzal.hi@gmail.com
Coyoacán. México.
-Próxima estación:
FRANCISCO A.
BERRA.
-Continuidad literaria por el Ferrocarril Provincial:
ESTACIÓN GOYENECHE.
GOBERNADOR UDAONDO.
LOMA VERDE.
ESTACIÓN SAMBOROMBÓN.
GOBERNADOR DE SAN JUAN RUPERTO GODOY.
GOBERNADOR OBLIGADO.
ESTACIÓN DOYHENARD.
ESTACIÓN GÓMEZ DE LA VEGA.
D. SÁEZ.
J. R. MORENO.
EMPALME
ETCHEVERRY.
ESTACIÓN ÁNGEL ETCHEVERRY.
LISANDRO OLMOS.
INGENIERO
VILLANUEVA.
ARANA.
GOBERNADOR GARCIA.
LA PLATA.
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