domingo, agosto 11, 2024

PROTOCOLO DE PROGRESO

 


*Foto de Noelia Ceballos @noe_ce_arte

 

 






 

La forastera*

 

Durante muchas noches de insomnio

he vagado

aterida

por la Ciudad del Pasado.

 

No llevaba planos

no llevaba guía

no llevaba lámpara.

 

Como sonámbula

esquivaba los peligros.

Como a forastera

ellos me asaltaban.

 

Bellos rostros que se abrían como flores

cuerpos del amor…

No pude encontrar mi casa.

 

Esa Ciudad por la que vagué

fue moldeada

con grandes emociones

con grandes deseos.

 

Así también

de grande

es su cementerio.

 

*De Estela Figueroa.

(Santa Fe, 12 de agosto de 1946 - 11 de agosto de 2022)

https://es.wikipedia.org/wiki/Estela_Figueroa

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MI PADRE SE PARECÍA A LOS CABALLOS*

 

mi padre se parecía a los caballos

que el abuelo herraba

en el final del terreno de la casa

fortaleza y libertad

impaciencia de potro frente al campo

yo imitaba su furia en un cuaderno oscuro

un imperfecto ser sin cascos ni músculo

donde la frágil cabalgaba

por antojo de imitar lo que hacía su padre con el día

y fui la perfecta contracara

la moduladora del vacío

él me enseñaba el vértigo de sol a sol

el morro

yo controlaba el trazo del papel

él modelaba la mezcla sobre el ladrillo

yo agregaba a la hoja

la tesitura grave

la fuerza de lo que estalla en soledad

 

*De Susana Slednew.

-De "Poéticas del movimiento" Ed. En Danza (2022)

 https://susanaslednewpoemas.blogspot.com/

 

 

 

 




 

 

La Criatura de los puentes*

 

Siralí se olvida, a veces, de esa capacidad nómade que la caracteriza. Y aquello de los mundos le parece más un invento que una realidad. Se olvida de todo y vuelve a las tardes de urgencia, a las noches de apatía.

La alarma que más alerta sus sentidos es el mareo angustioso del agobio. Porque sus estados de ánimo son cambiantes, inasibles. Pero hay una punzante sensación que le recuerda a Siralí que hay otro mundo, deshabitado ahora, un mundo que espera por sus flores ahora, por sus perfumes, por sus personajes de bruja, de reina y exploradora, de animal.

Será preciso que delimite, que abra surcos en la tierra con su arado. Que cobije bajo ciertos árboles las especies más raras y desprotegidas. Será preciso que construya un puente, entre un mundo y otro, de un lado y otro del sembradío. Con un vigilante ruiseñor que le avise si el agobio llega con las tormentas después de semanas cargadas de nubes. Que le avise antes que a nadie, que pronto dolerá si no atiende al otro lado, solitario, en el que ella, es dueña hasta del sol.

 

*De Lorena Suez. suezlorena@gmail.com

-De su libro Intemperie. Viajera Editorial 2017

-Lic. en Ciencias de la Comunicación / Psicóloga Social

-Mentoría de procesos creativos

-Taller de escritura y emociones

 

 

 



 

 

 

 

Legados *

 

Somos la vida obstinándose en persistir como aquellos virus de antaño que escapaban a todas las formas posibles de la extinción.

Tengo la memoria del nogal que me albergó años y años desde la semilla que mi madre alada enterró en aquel bosque que no es un bosque como ustedes entienden, sino una zona de creación de nuevas formas de vida. Seré golondrina, después de desprenderme de la corteza de ese ser que será un recuerdo de leña al tiempo de mi partida. Vivo en los aires. En la mitad del ciclo anual haremos nido en algún refugio de California. Volveré a comienzos de la primavera del sur con mi pareja.

Gestaremos semillas de la especie. Confiaremos en la fuerza de la vida. Aún en aquella surgida de lo imposible. Como una última y desesperada utopía. No hay en el génesis de nuestra existencia nada que se parezca a una verdad reconocida en vuestra época.

Sólo cuento con un lejano origen literario. Cuando una abuela de más de 80 años repitió en voz alta delante de sus nietos la frase que nos gestó: "Dicen que a los hijos hay que darles raíces y alas. Raíces para que sepan de donde vienen y alas para que las desplieguen y vuelen a su propia vida en el momento justo"

Del legado de ese sueño existimos.


*De Eduardo Francisco Coiro. inventivasocial@hotmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Autoritarismo tecnológico*

 

Los tecnócratas sueñan sociedades reguladas por la “sabiduría” empresarial, donde las corporaciones ocupen las funciones del gobierno

 

*Por Alejandro Badillo. badillo.alejandro@gmail.com

 

Desde hace algunos años han cobrado cierta fama ideas que mezclan el autoritarismo con el dogma tecnológico. Hay varias razones para este fenómeno, pero podría destacar dos: la poca crítica que se hace a la tecnología –asumiendo que es neutral en sí misma– y la necesidad, en medio de la crisis, de aferrarse a modelos sociales que garanticen la seguridad de las personas sin importar que repliquen estrategias cada vez más autoritarias. La normalización de este pensamiento ha logrado que posiciones cada vez más extremas, orilladas a la marginalidad por su talante antidemocrático, se infiltren en el debate público como opciones reales y, lo peor, con cierto respaldo popular.

Gil Durán, un colaborador de The New Republic, publicó recientemente el artículo “Where J.D. Vance gets his weird, terrifying techno-authoritarian ideas”. A grandes rasgos describe la ideología de Curtis Yarvin, una especie de gurú de J.D. Vance, candidato a la vicepresidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano. La historia de Yarvin, como la de muchos otros ideólogos que promueven el dogma tecnológico, está directamente influenciada por los empresarios de Silicon Valley que buscan realizar una suerte de gobierno autónomo, lejos de cualquier regulación estatal. Yarvin –protegido de millonarios como Peter Thiel, quien a su vez es uno de los mecenas de J.D. Vance– difunde ideas relacionadas con la llamada “Ilustración Oscura”, una corriente dentro de la extrema derecha que aboga, entre otras cosas, por eliminar la democracia y los derechos humanos y sustituirlos por gobiernos totalitarios corporativo-tecnológicos.

Las fantasías de imponer un gobierno empresarial, ajeno a las leyes, pueden rastrearse hasta el siglo XIX y XX, cuando las compañías estadounidenses y europeas se hicieron dueñas de regiones enteras de Latinoamérica, África y Asia para explotar recursos naturales y humanos. Los gobiernos locales eran sólo facilitadores de los intereses corporativos más allá de cualquier marco legal. En Guatemala está el caso de la United Fruit Company. Un siglo atrás el rey Leopoldo II de Bélgica transformó el Congo en una colonia privada para extraer caucho, una industria multimillonaria que dejó millones de muertos en el país africano. La novela clásica de Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas, da cuenta del infierno provocado por las aventuras empresariales de la nobleza europea. Ahora se intentaría regresar a esas fantasías a través de políticos reaccionarios quienes, manipulando a los votantes decepcionados por el statu quo liberal, entregarían sus esperanzas a los oligarcas tecnológicos con un discurso abiertamente antidemocrático bajo el supuesto de que ellos podrán llevarlos a la prosperidad.

La sociedad imaginada por Curtis Yarvin sustituiría al Estado-nación tal como funciona hoy por entidades más pequeñas llamadas patchworks. Estos “miniestados” autónomos, controlados por corporaciones tecnológicas, podrían imponer sus propias reglas, por descabelladas que sean. Este fenómeno recuerda el final del Imperio Romano, un declive que fragmentó a la principal potencia de la antigüedad y dio lugar a una serie de reinos que tenían sus propios modos de organización, vinculados por ideologías comunes como la religión cristiana. En este caso la nueva religión sería una especie de dogma tecnológico que abarcaría no sólo la economía, sino que moldearía a la sociedad en términos de la biopolítica, entendida en términos de Michel Foucault: administrar la vida de los ciudadanos en búsqueda de un control absoluto y un máximo rendimiento. Las máquinas, como ya se hace en nuestros tiempos, vigilarían de formas cada vez más invasivas las capacidades de cada habitante y desecharían las vidas consideradas prescindibles.  

El futuro dominado por un distópico autoritarismo tecnológico ha sido reflejado en películas y libros. Una de las obras más interesantes, aunque poco conocida en México, es la novela Génesis del escritor neozelandés Bernard Beckett. El libro, publicado en español en 2009, plantea una sociedad que apenas pudo sobrevivir al colapso ambiental y bélico en la segunda mitad del siglo XXI. Esa sociedad llamada La República de Platón –unas islas aisladas del resto del mundo por una valla marina– es dirigida, justamente, por Platón, un empresario multimillonario gracias a sus inversiones en hidrógeno y biolimpieza. El nombre del personaje –al igual que los otros que aparecen en el libro– no es, como se puede suponer, gratuito. Hace referencia al gobierno de los sabios imaginado por el filósofo griego, sustento, entre otras ideologías, de la tecnocracia. Esa utopía empresarial controla las vidas de sus súbditos a través de un sistema de castas: obreros, soldados, técnicos y filósofos. La élite es educada para que no piense por sí misma y, de esta forma, mantenga el statu quo. Todo en esa fantasía totalitaria transcurre en aparente normalidad, hasta que Adán, un miembro de la clase filósofa –el primer hombre–, se atreve a pensar por sí mismo y ayuda a una mujer ajena a las islas que busca ayuda en una pequeña embarcación. Génesis es una reflexión sobre el miedo, la libertad, la individualidad y de cómo una “paz” diseñada artificialmente, moldeada por un sabio tecnócrata, está condenada a romperse, pues el espíritu humano siempre busca la tensión de la política y las preguntas.

El autoritarismo tecnológico actúa ya en nuestras vidas a través de los algoritmos y de plataformas que sólo responden a los intereses corporativos y a las cuales les delegamos cada vez más responsabilidades. Es curioso, en el caso de Estados Unidos y las elecciones de noviembre de este año, que el vicepresidente de Trump, en su etapa en la Casa Blanca (2017-2021), haya sido un supremacista cristiano como Mike Pence, vital para congraciarse con el influyente sector evangélico del país. En esta segunda campaña por la presidencia eligió para el mismo puesto a un personaje ajeno al perfil religioso tradicional, aunque cercano a un nuevo tipo de fe: la tecnología como un modelo de control que diseñará una sociedad disciplinaria. Es probable que, en el caso de que la dupla republicana llegue al poder, no pueda realizar las fantasías que vende en su campaña. De hecho, muchos experimentos de los llamados “libertarios” han fracasado, al menos los que han intentado llevar a la práctica la desaparición total del Estado para que gobiernen las fuerzas del mercado. Sin embargo, este tipo de ideologías no deben ser menospreciadas por la ciudadanía que aún se preocupa por la tendencia totalitaria a la cual se dirige gran parte del mundo.

 

-Fuente: La Tempestad

https://www.latempestad.mx/tornavoz-autoritarismo-tecnologico/?

 

-Alejandro Badillo. (Ciudad de México, 1977)

-Es autor de los libros de cuento: Ella sigue dormida

 (Tierra Adentro), La herrumbre y las huellas (Eeyc), Vidas volátiles

(BUAP), Tolvaneras (SC Puebla), El clan de los estetas (Universidad

Veracruzana. Premio Nacional de Narrativa Mariano Azuela) y las

novelas La mujer de los macacos (Libros Magenta) y Por una cabeza

 (Premio Nacional de Novela Breve Amado Nervo).

Recientemente ha publicado:

“La Habitación Amarilla” (cuentos) por Editorial BUAP. -2021-

“Reconstrucción” (novela) Ediciones EyC. -2021-

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PROTOCOLO DE PROGRESO*

 

 La llegada a ese planeta fue como siempre, primero la observación desde lejos, la preparación del informe, la espera de las evaluaciones, toda la burocracia que se pone en marcha en cada ocasión en que contactamos un ambiente propicio para la vida.

Hemos descubierto bastantes planetas habitados a lo largo de los siglos, pocos con vida y un escasísimo número de civilizaciones. Por esto es que no fue indiferente la noticia de que en éste no solamente hay vida inteligente sino organizada.

La primera observación fue que los seres inteligentes se encontraban en todo el planeta en el mismo estadio de evolución, compartían una cultura común y no se observaban conflictos en ninguna de las regiones. La homogeneidad era lo más destacado y sorprendente, algo que hasta ahora no tiene paralelo en ningún otro de los planetas conocidos.

Antes de realizar contacto y siguiendo el protocolo se fue elaborando un informe completo en todos los aspectos, desde la conformación mineral y geológica del planeta a una detallada y enciclopédica descripción de fauna y vegetación, dejando para la culminación el estudio de los seres inteligentes con su lenguaje, arte, historia, saberes de todo tipo.

Es en esta etapa final en la que fui enviado para hacer contacto.

Estuve orbitando un largo tiempo mientras me familiarizaba con vocablos, pronunciación y gestos. Fui escogido entre otras causas debido a que mi raza es la más parecida a esta. Soy un poco más oscuro y la distancia entre los ojos es diferente, pero en general puedo pasar por uno de ellos que hubiese tenido alguna deformación de nacimiento.

Cuando bajé a la superficie escogí una zona que para ellos es fría pero que para mi percepción de la temperatura es la más benigna, y con suplementos médicos logré compensar el oxígeno.

A los primeros días los pasé en una zona rural, aclimatándome y acostumbrando mis músculos a la gravedad. Ya conocía bastante bien sus costumbres y llevo por supuesto un sistema de ordenador incorporado que me proporciona la información que pueda requerir.

El primer contacto en la campiña fue con un hombre que pasó llevando leña y me miró con el rabillo del ojo, como se observa disimuladamente a los minusválidos o a los seres de otra raza. Nos saludamos cortésmente y me dirigí al poblado.

La evolución de estas gentes se encontraba en el estadio de vida campesina, con granjas y pequeños pueblos donde se agrupaban los artesanos y se realizaba la actividad política. No había ciudades ni un centro mundial, sólo poblados rodeados de establecimientos rurales, y la misma extendida cultura. Lo más inexplicable es que esta etapa de su civilización abarcase todo el planeta, y durase milenios.

Nuestras investigaciones previas habían demostrado que la cultura única se había formado hacía miles de años (tiempo terrestre) y desde entonces no había sufrido ningún cambio significativo. Esto era intrigante, ya que no habíamos hallado algo similar en ninguna galaxia.

Me presenté en el pueblo en un comercio de insumos, saludé al dueño en la forma ceremonial y le pregunté si había trabajo para un hombre saludable. Se conmocionó visiblemente, y con muestras de respeto inquirió el porqué de mi necesidad de trabajo, el porqué de mi soledad, como quien sabe que responder será doloroso, y ya excusándose con el gesto.

Le mentí un incendio en la granja de mis padres y expuse la historia ya preparada para integrarme en la comunidad.

La enorme pena que le provocó el que yo hubiese quedado solo me conmovió. Son unos seres muy emotivos y para ellos, profundamente gregarios, la desgracia que se había abatido sobre mí era inimaginable.

Me mostré afectado. Atento a mis sentimientos, no me interrogó más y me indicó una granja donde podrían adoptarme.

Puede parecer inútil, pero estas observaciones de campo son parte del protocolo de acercamiento a las civilizaciones descubiertas. Es posible que este paso se obvie en el futuro, pues algunos sociólogos han muerto o sufrido violencia en algunas misiones, y los científicos últimamente no tienen demasiado en cuenta nuestros relatos, pero yo disfruté de ser el primero en pisar suelo virgen.

Después de llegar a la granja y llamar a la puerta hube de esperar a ser atendido por el padre. La organización es familiar con una cabeza masculina que funciona como consejero, patrón, educador y sacerdote de dioses lares. A veces conviven dos o más familias, pero el varón principal es el mayor en edad y toma a su cargo a los hermanos con sus hembras y sus hijos.

En esta granja había solamente un grupo familiar, por lo que contaban con habitaciones vacías y la posibilidad de acoger otro integrante.

Desde el primer momento me trataron como uno más. Tuve mi lugar en la mesa, me proporcionaron algunos vestidos evidentemente confeccionados por ellos mismos, pusieron elementos de limpieza a mi alcance.

La vida era perfectamente planificada desde el amanecer al anochecer según las necesidades del trabajo, que estaba distribuido con justicia entre todos los integrantes de la familia. No había peleas, nadie se quejaba, los niños aprendían de los mayores todo lo necesario para la vida cotidiana. Mi personalidad me ha hecho participar de algunas riñas en mi juventud, pero el mecanismo vital de estos seres limaba cualquier aspereza que pudiese dar lugar a una disputa.

No habían tenido guerras desde miles de años atrás, la misma palabra “guerra” no existe aunque puede evocarse el significado al referirse a la quita de malezas, a la limpieza de ciertos parásitos que anidan en los techos y circunstancias de ese tipo.

Anoté las peculiaridades de su cultura, que se van revelando en la convivencia. En líneas generales todo era conocido por el estudio previo, pero mi visión proporcionaba un registro para el futuro de situaciones vitales aún sin influencia de otra cultura como la nuestra.

Estos seres eran vegetarianos, aunque poseen colmillos que evidencian un remoto pasado en el que fueron carnívoros. Buena señal, pues tenemos mucha existencia de ganado pasible de ser comercializada. Su medicina es muy rudimentaria, y nosotros somos productores de un amplio abanico de medicamentos. Utilizan metal pero los yacimientos son casi vírgenes. En suma, era un mercado inexplorado con gran potencial de intercambio.

Yo pertenezco al planeta tierra, donde mi especie inteligente en pleno estadio de formación logró exterminar a otros homínidos que pudiesen presentar batalla por territorio o alimentos. Poseemos una violencia que logró acortar considerablemente las etapas evolutivas, de sociedades primitivas como la de este planeta a una economía feroz de aprovechamiento extenso de recursos. Como en otros planetas, hubo un apocalipsis de guerras internas que acabó con la mayoría de las especies animales y vegetales, dejando relativamente pocos habitantes, un gran nivel tecnológico y la puerta abierta a ser contactados por otra especie inteligente para iniciar el comercio interestelar.

Mientras compartía la mesa de la granja con individuos serenos y afectuosos, imaginaba mi próximo trabajo, consistente en sembrar la semilla de la evolución social. Sería relativamente sencillo pero dadas las condiciones la germinación seguramente tomará más tiempo del estándar.

Según las características de cada especie tenemos diversos protocolos. Aquí la estabilidad se encuentra fundada en la homogeneidad de la cultura, la inexistencia de una religión dependiente de poderes centrales, la atomización de las sociedades en aldeas regidas por una democracia real, la naturaleza pacífica de los individuos. En suma, la absoluta falta de competencia que actúe de movilizador de la historia. Como en algunas antiguas sociedades de mi planeta, carecían de la noción de progreso adhiriendo a un pensamiento cíclico y circular ligado a las estaciones y las cosechas.

Tuve unos días de trabajo quitando malezas, algunas pequeñas felicidades en charlas breves e inocentes con criaturas atávicas, me distraje observando horizontes limpios y un cielo carente de tóxicos, puro y dilatado.

Uno se ablanda un poco y se suele sentir el impulso de dejar el planeta intocado y testigo de una era de la ingenuidad, pero tengo detrás toda una organización de la cual soy apenas una minúscula partícula, y mi plan de acción fue prefigurado de antemano.

Podía introducir la cápsula de veneno de muchas formas. En un equilibrio aparentemente tan firme un solo cambio inclina el plano y todo comienza a rodar y a entrechocarse.

Habría que provocar ese desequilibrio, y ello era posible introduciendo el concepto de progreso, avance con respecto a otros, superación de otras comunidades, recelo por estos otros, envidia de las condiciones distintas y mejores de esos otros, lucha por la consecución de esos bienes o forma de vida envidiable.

Tomé la comunidad que me acogió, les revelé que yo soy de otro planeta y les aseguré que mejoraría su existencia con conocimientos insospechados. En poco tiempo los convencí con algunos prototipos para encantar ingenuos, para lo cual debieron aprender a utilizar algunas herramientas, y para hacer esas herramientas debieron buscar materiales en otras regiones. Esos materiales, como minerales, se encontraban debajo de los cultivos de otras comunidades, por lo que debieron comerciar con ellos, compartir saberes, especializarse.

Sé que pronto surgirán las disputas por el precio de materiales, cosechas, saberes. Habrá escaramuzas, luego guerras, y en unos cuantos siglos el paisaje estará devastado, y las condiciones serán las adecuadas para entrar en el comercio intergaláctico. Los que queden ya no serán ingenuos y tendrán el anhelo de progresar infinitamente.

Miro el campo que ondula en pastizales, respiro el aire puro. Me llevo una imagen preapocalíptica, suspiro y vuelvo a mi nave.

 

*De Mónica Russomanno. russomannomonica@hotmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

*

 

El hombre habló con el viento de las seis direcciones/ tocó sus alas para que llenaran el vacío del mundo./ A su lado/ emergieron las primeras piedras/ y rozaron sus manos./ Seguido/ sopló en un puñado de polvo al aire/ creando las grandes aves sagrados/ para que llenaran su soledad con color y canto./ Abajo/ en el mundo de los dioses oscuros/ se hizo la luz/ y éstos ascendieron al cielo/ iluminando la cabeza del hombre/ surgiendo así el lenguaje de las cosas con el hombre./ Luego/ éste enterró los pies en la vientre de la tierra/ sintió el calor del fuego/ que le urgía a caminar con rumbo hacia a las seis direcciones del viento./

 

*De Daniel Montoly.

Columbus. Ohio

 

 

 

 


 

 

 

Apreciado Señor Spock. *

 

Al Oficial científico de la nave estelar.

 

"He observado que hacemos el amor en la esperable indiferencia con la que un empleado administrativo lee, firma y sella un expediente. Para el cual lo verdaderamente importante es el control. Que el expediente este en el estante correcto, disponible para cuando sea necesario otra firma, otro sello, pasarlo a otro estante con cierta indiferencia como si fuera a otro abandono. (....)"

"Después de haber pasado varias veces por el planeta Siofn los seres tienen una vida sin pasión. Los supera saber que su nuevo cuerpo tiene fecha de vencimiento; ya no sienten estar en una vida verdadera con peligros y desafíos, incertidumbres, frustraciones.... se limitan a administrar su tiempo en redes psicofísicas a las que confirman su pertenencia con gestos tan automáticos, tan naturalizados en su inconsciencia (...)"

Por eso este hombre de su tripulación ruega que lo transfieran a un planeta de "sangre caliente" donde la vida merezca ser vivida. Donde pueda sentir de nuevo -como aquella remota vez- que cada instante es un principio y un final.

 

*De Eduardo Francisco Coiro. inventivasocial@hotmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

*

 

En cada uno de nosotros residen huecos imposibles. Por eso escribimos,

pintamos, hacemos teatro, música, escultura, fotografía, cine, lo que

sea. Escribimos eso que no podemos ver, somos el personaje que nunca

nos atrevimos a ser, pintamos los sueños, esculpimos lo que no puede

realizarse, fotografiamos lo que está fuera de la imagen, la película de

un mundo que no logramos vivir o la música de lo indecible. Pero el

hueco sigue y lo intentamos de nuevo hasta morir.

 

*De Liliana Díaz Mindurry. lidimienator@gmail.com

 

 

 

 

Inventren

https://inventren.blogspot.com.ar/

 

 

 

 

La crisis del chocolate*

 


¿Por qué íbamos a prever errores, si avanzábamos sobre teorías

sólidas?... La crisis del chocolate se extendía por todo el mundo...

Parecía que las plantas de cacao se hubiesen ido a huelga hasta que las

especies transgénicas, introducidas a cada país con tratados de libre

comercio, renunciaran a sus patentes en el mercado.

Eran esos tiempos futuros, o arcaicos -aún es confuso saberlo-, en que

el chocolate era valorado más que el oro o el cobre en estos días. El

Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional se vieron obligados a

intervenir para rescatar al país de lo que los expertos ya llamaban "La

Crisis del Chocolate", elaborando un plan oportuno, como en casos

similares suelen ser elaborados. Las tradicionales opciones fueron

consideradas: instaurar una dictadura militar, despidos masivos,

privatizaciones, permitir que una potencia invada al país para

rescatarlo, incrementar la deuda externa... Incluso la opción de dejar

que el mercado mundial estabilizara al país, como si no fuera evidente

que la lucha entre capitales es siempre destructiva.

La crisis avanzaba rápidamente y el plan debía de ser definido: la

experiencia histórica frenaba cada opción al recordar que ninguna ni

todas ellas implementadas al mismo tiempo, resolvían crisis alguna. Fue

entonces que la respuesta buscada, aquella que aportaría la evidencia

rotunda a favor de las doctrinas neoliberales, apareció para salvar a la

patria: se adoptarían las opciones tradicionales, además, y ésta

fue la gran respuesta, se construiría una fábrica de chocolate.

Así fue como la construcción se inició un par de horas después de

consumado el golpe militar. La localidad elegida fue el pueblito de

Herrera Vegas, junto a la vieja estación abandonada del ferrocarril. Su

construcción traería desarrollo y empleos a la localidad, además de

chocolate a la nación.

La primera sorpresa la causó el gran letrero a la entrada, que anunciaba

el nombre y hacía recordar tiempos de guerra civil en otrora vividos:

"El patriotismo tiene una base química, pues nuestras cenizas irán a

formar parte de nuestros descendientes; estamos formados con detritus

de nuestros antecesores y otros seres y minerales de nuestra patria.

Después de una guerra, las sales de los muertos, por medio de los

vegetales, el trigo, el pan, etc., nutrirán los futuros pobladores de la

región en que se dieron las batallas, lo que significa una

reconciliación química profunda de las razas combatientes"

 (A. L. H., 1934).

 

FÁBRICA DE CHOCOLATE "ALFONSO LUIS HERRERA"

Auspiciada por el Banco Mundial.

Herrera Vegas, Buenos Aires. República Argentina.

 

Al poco tiempo, las cosas marchaban como era de esperarse: la crisis

poco o nada se había resuelto, las medidas adoptadas sólo habían

logrado dar estabilidad a los grandes capitalistas: los pobres trabajaban

más y comían menos, y la deuda externa se había incrementado en

algunos millones de dólares. Todos llegaban a la estación Herrera Vegas

con la curiosidad de saber qué se hacía en la fábrica, pero quienes

lograban acceder salían siendo personas completamente distintas, aun

cuando seguían siendo los mismos -algo por demás extraño de explicar-

Los rumores comenzaron a causar desconfianza, pues nadie había visto

Por la región algún chocolate de los producidos por la fábrica, y

regularmente eran observados cargamentos que llegaban al ferrocarril

transportando equipos de laboratorio, secuenciadores de genomas,

reactivos químicos y demás cosas que pasarían inadvertidas, si a donde

eran llevadas no fuera una fábrica de chocolate.

Y es que, dentro de ésta, colocado inmediatamente en la entrada, se

encontraba un espejo que tenía la curiosa propiedad de invertir la

simetría de las moléculas en todo aquello que se reflejara en él. Este

espejo era utilizado con el fin de invertir la simetría quiral en los

seres vivos, pues una propiedad de todos ellos es que los elementos

moleculares que los constituyen, en cuanto a los aminoácidos que

forman parte de las proteínas y los azúcares que componen el material

genético -ADN y ARN-, se orientan a un lado en particular: los

aminoácidos en los sistemas biológicos de orientan a la izquierda, y los

azúcares lo hacen hacia la derecha. Bien, el espejo invertía esta simetría

-esta quiralidad-, en todo ser vivo que se reflejaba en él.

A poco de andar, nos dimos cuenta con Astrid que el proyecto real no

Iba a ser aceptado ni entendido. Aún en ese mismo Centro de

Investigación Avanzada, donde se desarrollaban ideas muy audaces.

¿Cómo podíamos aceptar ser auditados por los organismos que

financiaran las obras y el equipamiento? Tuvimos que fabricar chocolate

-el oro de la época- para poder sostener la investigación básica.

¿Cómo explicar que el proyecto contaba con la colaboración de una

civilización extraterrena? ¿O que nuestras creaciones genéticas estaban

poblando el planeta incubadora Gl 581 C?

Nosotros trabajábamos en la inversión y/o modificación genética de la

vida. No imaginábamos que nuestros procedimientos alteraran la

ideología de los sujetos. El marco teórico nos llevaba a suponer que la

ideología de las personas es más dura e inmutable que su genética.

Así pensábamos hasta poco tiempo atrás, cuando en el marco de la

Visita de un economista, jefe del Banco Mundial, ocurrió un

Acontecimiento imprevisto: Mientras el hombre recorría la línea de

producción de monedas de chocolate -las cuales pueden ser consumidas

o utilizadas como medio de pago hasta la fecha de vencimiento, pues

vale aclarar que, en nuestra época, el dinero es comestible y tiene fecha

de vencimiento en su utilización- fue entonces cuando notamos que el

espejo inversor había quedado descubierto por una esquina, y sin poder

evitarlo, el economista se reflejó en él. Cruzamos miradas de pánico,

pero nada ocurrió, todo siguió aparentemente igual.

Al final de la visita, Astrid acompañó al hombre hasta la estación.

Al horario de llegada del tren faltaban unos 20 minutos. Al rato de

llegar, el hombre se disculpó un momento para ir al baño de la estación.

Caminó hasta el muro lateral -pintado impecablemente de color arena- y

allí, a la vista de muchos pasajeros que aguardaban el tren al igual que

él. Extrajo de sus ropas un aerosol de pintura. ¿Lo había robado de

nuestra fábrica, en la sección donde rotulan la producción embalada en

cajones?

Astrid saco fotos con la cámara de su teléfono celular mientras pintaba

el muro, y otras al graffiti finalizado:

"La burguesía ha despojado de su aureola a todas las profesiones que

hasta entonces se tenían por venerables y dignas de piadoso respeto. Al

médico, al jurisconsulto, al sacerdote, al poeta, al hombre de ciencia,

los ha convertido en sus servidores asalariados"

-Marx y Engels-

"El capitalismo es una mafia"

"Lea El Capital y El Manifiesto Comunista".

Ya ha pasado algún tiempo y todavía no tenemos una explicación confiable a este suceso.

 

*Por hugo ivan cruz-rosas. quetzal.hi@gmail.com

Y Eduardo Francisco Coiro. inventivasocial@hotmail.com

 

 

 

 

 

-Próxima estación:

 

FRANCISCO A. BERRA.

 

-Continuidad literaria por el Ferrocarril Provincial:

 

ESTACIÓN GOYENECHE.   

 

GOBERNADOR UDAONDO. 

 

LOMA VERDE.  

 

ESTACIÓN SAMBOROMBÓN.

 

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GOBERNADOR OBLIGADO.

 

ESTACIÓN DOYHENARD.  

 

ESTACIÓN GÓMEZ DE LA VEGA. 

 

D. SÁEZ.   

 

J. R. MORENO.   

 

 EMPALME ETCHEVERRY.

 

ESTACIÓN ÁNGEL ETCHEVERRY.  

 

LISANDRO OLMOS.

 

 INGENIERO VILLANUEVA.

 

 ARANA.

 

GOBERNADOR GARCIA.

 

 

LA PLATA.

 

 

 

 

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