*Obra de Noelia Ceballos @noe_ce_arte
*
Podría ser que luego,
muy luego,
mucho
más luego
de lo que el temblor
recuerde
se den cuenta
de que nosotros,
los huérfanos,
desarmados,
inocentes de ardor y
de sombra,
no estábamos
equivocados
al temblar.
-Poema del libro “Del otro lado de la noche”
*De Valeria Pariso. valeriapariso@outlook.com
- Valeria Pariso. Publicó los libros de poesía: "Cero sobre el nivel del mar" Ediciones
AqL (2012), "Paula levanta la
persiana", Ediciones AqL (2013); "Donde
termina esta casa", Ediciones de la Eterna (2015), "Del otro lado de la noche"
(2015) Editorial El Mono Armado, "Triza"
(2017) Editorial Detodoslosmares, "La
trilogía: Uva negra/ Mascarón de proa/ El castillo de Rouen", Vela al
viento Ediciones patagónicas (2018), Segunda edición AqL (2020), Zarmina, Primer Premio del Concurso de
Letras, categoría poesía, del Fondo Nacional de las Artes, año 2019, Ed.
Mascarón de proa (2020); "Flores
para no regar", Editorial AqL (2021).
- “Final francés”, AqL ediciones, 2023
EL DÍA
DE LAS ARAÑAS *
Las arañas izaron sus banderas esa mañana;
todo estaba tan oscuro, al punto, que yo no lograba distinguir las puntas de
mis pies. Tomé una mochila eché en ella todo el presente que pude para
salvaguardar el futuro protegiéndolo de posibles polillas. Y nunca más volví la
cara hacia atrás. Caminé día y noche hasta llegar a ese lugar soñado por mis
ancestros. Lugar, en donde dos cascadas se juntan como las trenzas de una niña
adolescente. Y allí deposité mi corazón debajo del tronco de un árbol que nunca
envejece cuyas hojas miran al extraño con ternura. Entonces, el sol emergió de
su silencio y las arañas que antes vi se escurrieron por las hendiduras de los
vocablos del tiempo hasta no ser más que, las cenizas del asombro.
*De Daniel
Montoly. danielmontoly@yahoo.es
Columbus. Ohio
LO PEOR*
Qué es lo peor, derrumbarse por una
despedida, sentir que hay algo que se pierde para siempre y se lleva las
propias entrañas, o saber, pero saber de veras que uno va a salir adelante, que
todo pasa, que el tiempo lima y desdibuja.
La pérdida de la inocencia, la definitiva
pérdida de esa inocencia que nos hace creer que alguien es necesario y que nos
hace preferir las historias en que la heroína toma veneno cuando muere el
amado, en vez de hacer un prudente duelo y seguir vendiendo pan o sellando
formularios mientras espera que aparezca otro hombre con el cual casarse y
formar una familia.
De jóvenes preferimos las novelas con
suicidios por amor. De adultos hemos visto ya muchas recuperaciones y
descreemos de los excesos. Qué pena.
Es condescender a la realidad y sobrevivir
a medias.
Somos quienes ya saben que todo pasa y se
han inmunizado a fuerza de anticuerpos. Somos los sobrevivientes. Duros, eso
sí. Y habrá que ver si, sabiendo que el amor no es eterno desde antes de la
largada, somos capaces de querer de veras.
Lo peor es ver el circuito desde arriba.
Uno sabe desde dónde sale, hasta dónde llega, no sufre demasiado porque el
resultado es previsible. Pero no participa de la carrera.
Lo peor es hacer como que se corre, sin
correr en realidad, por vaticinar la derrota. Darse por vencido de antemano
para evitar el desgaste. No hay nada que mate más que una muerte aceptada de
antemano.
Lo peor entonces no es sufrir la pérdida,
sino nunca haberse animado a intentar el improbable trámite de realizar un
amor.
*De Mónica
Russomanno. russomannomonica@hotmail.com
Mis
zapatos*
Mis zapatos están rotos
y ya no se pueden
volver a arreglar.
Tienen la edad del tiempo
y de las eras,
la desventura del hombre pobre.
Pobre no es quién no tiene
qué comer,
sino el que no tiene la
posibilidad de elegir.
Y mis zapatos ya no tienen
puntos cardinales.
Mis zapatos están rotos.
Y ya no podré colocarles
diarios adentro
para que no se me congelen
las costillas.
Ahora mis zapatos, que tienen
la edad del viento,
me muestran, al costado
de mi cama, el dolor del mundo,
la triste desventura humana.
*De Jorge
Palma. jpalma@adinet.com.uy
(Montevideo, 1961).
*
He corrido bajo la lluvia
hasta la soga
con la ilusión de un
náufrago.
He dado el tirón para
acercar
la camisa blanca, las
sábanas.
Algunos broches han
saltado al suelo,
y no me importa porque
he corrido
bajo la lluvia hasta
la soga
y ahora intento
recoger
la funda de la almohada,
dos remeras, un
corpiño,
estos repasadores que
no llegaron a secarse.
Es curioso lo que
sucede con la lluvia:
nos hace creer que
existe una familia.
*De Valeria
Pariso. valeriapariso@outlook.com
La cajita de música*
Tirada entre cosas sin uso, en una bolsa
arrojada por azar
en un tacho de basura de la plaza
encuentro una vieja cajita musical.
La tomo, le doy cuerda con la pequeña llave
que cuelga de ella
debo haberme excedido o tal vez haya roto
algo.
Sale la bailarina de su interior
pero su cuerpo no es porcelana sino humano
pequeña como las hadas de los cuentos
me agradece haberle puesto fin al
sufrimiento
y encierro de tantos años.
*De Andrés
Bohoslavsky. vladimirbeat@yahoo.com.ar
-De "Medianoche
en la plaza de los sueños" Editorial Leviatán 2021
Imágenes*
Creo que podría ser
tranquilamente un desfiladero,
o un cañón que se
angosta con un río en el fondo
entre acantilados esa
veta en la madera, y el nudo
marrón una roca que
parte en dos la corriente.
O bien podría ser el
ojo de un tigre que acecha,
pero más abajo hay
otro más grande y oscuro
que se parece al
hocico de un perro, entonces,
todo el conjunto
podría ser mi perra yéndose.
O podría no ser más
que una tabla lustrada
del mueble de la
mesada de la cocina.
Sería muy triste que
fuera tan sólo eso,
que yo la contemplara
muchas veces
y no viera nunca nada,
nada más,
que lo que mis ojos
creen que es.
*De Horacio
Rodio. horaciorodio@hotmail.com
-Horacio
Martín Rodio nació en Llavallol, provincia de Buenos Aires, en 1954.
Realizó talleres con Laura Massolo y Liliana Díaz Mindurry. Obtuvo más de cien
premios nacionales e internacionales en cuento, poesía y novela, con
publicaciones en Argentina, España, Colombia y Chile. Es autor de los libros de
cuentos Palabras de piedra (Baobab,
1999), Media baja (Dunken, 2012) y La insistencia de la desdicha (Ruinas
Circulares, 2018), y de los poemarios El
cinturón de Orión (primer premio del 15° Concurso “Adolfo Bioy Casares”,
Ediciones Municipalidad de Las Flores, 2022) y El libro de Hopper (Pierre Turcotte Éditeur, Canadá, 2023). Ese
mismo año, el sello español Avant Editorial publicó su novela Ausencia y error.
-recién publicado el libro de cuentos:
La oscuridad de los
hechos.
-Editorial Esa luna tiene agua.
DIARIO
DE UN TRANSEÚNTE *
En mi soledad, me reconforto con los labios
entreabiertos de los libros que me besan cuando creen que estoy solo también
con las obras de arte que alimentan el hambre de belleza que algunas veces
azota mi espíritu en medio de la noche desierta, pero la vida rara vez se da
por satisfecha. Es por eso por lo que, que dejo la casa algunos domingos y con
una mochila al hombro abordo el primer autobús que se me cruce por delante sin
tener un plan concreto. Me dejo guiar por la espontaneidad del instinto, como
pájaro que se fía a la mansedumbre del viento primaveral. En mi soledad, me
reconforto encontrando pedazos de vida enganchados en los ojos de las
multitudes.
*De Daniel
Montoly. danielmontoly@yahoo.es
Columbus. Ohio
La lección*
A edad oportuna la abuela se lo había dicho
a su madre con todas las letras. Años después su madre pudo explicárselo a ella
con la firmeza de un catecismo. Como un saber que no debe ser olvidado:
“Hay que conquistar el corazón del hombre,
pero que él no conquiste el tuyo” No entregar jamás el corazón -ni la ilusión-
era la consigna implícita. El tiempo pasó escurriéndose como el agua. Su
libertad era tan profunda como su soledad.
En la fila del banco, mientras esperaba su
turno para cobrar la jubilación. Escuchó la conversación de dos jóvenes mujeres
que hablaban del “cómo enganchar un tipo”.
Quiso hablarles, pero se le hizo un nudo en
la garganta.
*De Eduardo
Francisco Coiro.
https://www.facebook.com/CansadoDeTriunfar
El
presente de la alegría*
Que el pasado te ata, te esclaviza y te
enloquece,
eso nos dicen, que hay que soltar los
recuerdos
para que la vida fluya y la felicidad
acontezca
y que todo consiste en vivir el día, y que
sólo
tenemos el presente. Esa es la nueva
filosofía
de la resignación, de los vencidos de
antemano,
de los que nunca han tenido pasión ni
rebeldía
para presentar batalla. Los que no tienen
coraje
para aceptar la vergüenza de los errores y
el dolor
de las derrotas. De los que olvidan que
vivir duele,
que para empezar a respirar estuvieron boca
abajo
colgados de las piernas y les dieron en las
nalgas.
Porque nadie acepta que sólo tenemos el
pasado,
que somos eso que hemos construido
muriendo.
Nadie piensa un futuro en el cual será un
muerto,
recordemos la vida con seriedad, con
voluntad,
con esfuerzo, con toda la dignidad posible.
Nadie está pidiendo que seamos héroes,
porque, aun así, habremos mentido.
*De Horacio
Rodio. horaciorodio@hotmail.com
*
“Nos creemos demasiado
las cosas, nuestras grandes verdades, nuestras guerras, nuestras personalidades
e importancia. Me gusta que venga el humor a tergiversar todo, a poner las
cosas con el culo para arriba, a hacernos entender de una vez por todas, que el
mundo es absurdo.”
*De Liliana
Díaz Mindurry. lidimienator@gmail.com
Inventren
https://inventren.blogspot.com.ar/
Esteban
y Lucía*
Esta arriba de ese tren, aunque sepa que no
va a ninguna parte, vagamente trata de calmar la soledad con el método que
utilizaba su tío después de enviudar por segunda vez a los 85 años.
"Contra la soledad del domingo no hay como un viaje en tren"
—recuerda con la voz presente de su tío. Se levanta y se dirige al vagón
comedor buscando una excusa para estirar las piernas, adelante va una mujer muy
agraciada. Al entrar al vagón comedor la mujer casi se tropieza con un hombre
que caminaba en sentido contrario sin verla. El hombre observa que de las
disculpas ellos pasan casi enseguida a un abrazo. "Sos vos" se dicen,
"pasaron 26 años". Como único testigo lamenta no tener mejor oído ni
leer los labios. Los reencontrados buscan una mesa, se sientan. El hombre que
viaja sin destino los sigue quizá por curiosidad, quizá por darle un
acontecimiento rescatable a su vida en este domingo. Encuentra una mesa, puede verlos,
pero no escuchar. Debe seguir lo que ocurra desde sus gestos.
Los bautiza para poder imaginarlos mejor:
él se llamará “Esteban” y ella tiene cara de “Lucía”. Esteban tiene entre 55 y
60 años. Vive solo o con padres ancianos. Lucía aparenta una década menos que
él. No está sola de hombre, aunque la soledad es la sombra de sus pasos.
Se ríen mucho. De pronto Esteban ha
recuperado la postura de un hombre joven. "Llevo tu beso perenne en mis
labios" quisiera decir Esteban. Ella le toma delicadamente la mano, la
acerca a su boca y le besa ese dedo que transporta un hechizo compartido hace
muchos años. No, no fueron amantes. Despliegan un cariño que solo puede dar una
bella amistad. Hace frío, aun en este comedor donde hay vapores de café y
tibiezas de cocina. Esperan el pedido tomados de la mano. Cuando la moza llega
a la mesa desprenden sus manos con incomodidad. Después del café con leche
aparecen ataduras, dolores expresados en el relato de los rostros.
—26 años es mucho tiempo—
Lucía le recuerda que "El lenguaje es una piel", saca un libro de su cartera.
Le lee largo rato a Esteban. "La vida es un milagro".
"Encontrarse vivos y mutuamente sensibles es aún más milagroso". Con
los celulares se muestran fotos. Se brindan expresiones de ternura.
—Son las fotos de los hijos. Intuye el
observador. El tren va a detenerse en una estación. Ellos se levantan. El
hombre sabe que van a bajar de ese tren. Hermoso día para refundar el mundo con
sus propios pasos —deberían decirse.
El hombre se asoma por la ventanilla. Los
ve irse tomados de la mano. Llevan –quizá- promesas de futuro.
Seguramente no les interesa ni el nombre de
la estación, en el cartel se lee "San Sebastián".
*De Eduardo
Francisco Coiro.
-Argentina, (Lomas de Zamora, 1958).
Licenciado en Sociología de la Universidad de Buenos Aires y escritor. Es director
- editor del proyecto cultural Inventiva Social, publicación virtual abierta
para escritores, con temáticas sociales y humanas.
-Próxima estación:
FRANCISCO A. BERRA.
-Continuidad literaria
por el Ferrocarril Provincial:
ESTACIÓN
GOYENECHE.
GOBERNADOR
UDAONDO.
LOMA VERDE.
ESTACIÓN SAMBOROMBÓN.
GOBERNADOR DE SAN JUAN
RUPERTO GODOY.
GOBERNADOR OBLIGADO.
ESTACIÓN
DOYHENARD.
ESTACIÓN GÓMEZ DE LA
VEGA.
D. SÁEZ.
J. R. MORENO.
EMPALME ETCHEVERRY.
ESTACIÓN ÁNGEL
ETCHEVERRY.
LISANDRO OLMOS.
INGENIERO VILLANUEVA.
ARANA.
GOBERNADOR GARCIA.
LA PLATA.
InventivaSocial
Plaza virtual de escritura
-Editor
responsable: Lic. Eduardo Francisco
Coiro.
Blog histórico & archivo: https://inventivasocial.blogspot.com/
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