*Foto de Paloma Corredor.
*
Esa mujer de ojos cansados
saca su bidón a la vereda.
Aquella de piernas firmes
que cada mañana
camina hasta la ruta
cuelga el bidón de una reja.
La señora pudorosa,
antes de llevar a sus hijos al colegio,
lleva el bidón hasta la esquina.
La del hijo muerto
deja su bidón junto a la puerta.
La que no pegó un ojo
esperando al marido
tira el bidón
a mitad de la calle.
El empleado tercerizado
del laboratorio europeo
los recoge
y los cambia por bidones vacíos.
Se lleva la orina
de las menopáusicas,
que a cambio de un regalo
ofrendan sus restos
para que otras,
mejor tratadas por la vida,
puedan replicar la historia de sus padres.
-Poema incluido en "El paso de la
babosa", Cave Librum Editorial, 2018.
-Paula nació en San Antonio de
Padua en marzo de 1976. Es Licenciada en Lengua y Literatura, docente en
escuelas secundarias del oeste del GBA y en la Universidad Nacional
del Oeste (Merlo). Autora de los poemarios El año que
fui homeless (Cave Librum, 2014), Hija de mala
madre (Cave Librum, 2016) y El paso de
la babosa (Cave Librum, 2018).
Mis zapatos*
Mis zapatos están rotos
y ya no se pueden
volver a arreglar.
Tienen la edad del tiempo
y de las eras,
la desventura del hombre pobre.
Pobre no es quién no tiene
qué comer,
sino el que no tiene la
posibilidad de elegir.
Y mis zapatos ya no tienen
puntos cardinales.
Mis zapatos están rotos.
Y ya no podré colocarles
diarios adentro
para que no se me congelen
las costillas.
Ahora mis zapatos, que tienen
la edad del viento,
me muestran, al costado
de mi cama, el dolor del mundo,
la triste desventura humana.
-Jorge (Montevideo, 1961). Ha publicado los poemarios Entre el viento y la
sombra (Ediciones de la Banda Oriental, 1989), El olvido
(Ediciones Trilce, 1990), La vía láctea
(Trilce, 2006), Diarios del cielo (Trilce, 2006)
y Lugar de las utopías (2007), así como el
libro de cuentos Paraísos artificiales (Trilce,
1990). “La destrucción de la sangre” fue
incluida en la antología Aldea Poética (selección de poesía inédita de 29
países, Editorial Opera Prima, Madrid, 1997), y “Alguien
respira en la sombra” integró la antología La cara oculta de la
luna; narradores jóvenes del Uruguay (Linardi Risso, 1996).
ESTACIÓN DE LOS ADIOSES*
“La muerte hace ángeles de todos nosotros y nos da
alas donde teníamos hombros, suaves como garras de cuervo”
JIM MORRISON
ESTACIÓN DEL LLAMADO
Fijamos un término a la angustia. Un vallado. Una empalizada.
Acaso se te olvidó la víspera. Medio cirio apagado y él me llama.
Voy a partir amado mío. Mi vértice secreto. Huir.
Desertar, muy lejos del umbral de tus soleras.
ESTACIÓN DEL LABERINTO
Te he visto ciego. Laberinto. Río. Ventana que da al fuego.
Aquí ya nada será igual. Los pulsos .Los latidos.
Medio cuerpo en sus parpados. La noche entre sus brazos.
Mientras miro partir la golondrina, tú, ríes con tus muertos.
ESTACIÓN DE LAS HUELLAS
Se, siento, has moldeado el surco de tu pié.
Yo, aun no borro los surcos de mi frente.
-Las huellas de la piedad son tan tenues. Tan frágiles-
Hacen llorar los ojos de los gatos. Sangre abierta. Año bisiesto.
ESTACIÓN DE LAS MUERTES
Haz un gesto, uno solo, dijiste. Lengua de brizna y paja.
Mi barro tomó el contorno de tu pecho.
Haz un gesto, uno solo, dije. Tristísimo temblor en tus vertientes.
Dios me apuñaló mirándome los ojos.
Mi atardecido amor. Mi silicio. Seis horas tiene la luna roja.
“Mis hombros, suaves como alas de cuervos.”
Como será el crecer de mis cabellos, allá, entre las algas.
*De Amelia Arellano.
EL CANTO DEL APACHE*
El Gran Espíritu que mueve los vientos/ me susurra
el secreto de las cosas/ por ejemplo:/ el vuelo de un pájaro/no es un vuelo/ sino
un canto/ que dentro de mi corazón/ me revela el soplo detrás de la piedra./ El
bramido de un toro/ no es un simple bramido/ sino la voz que me transmite/ cómo
el universo resuena/ aquí/ debajo de estos pies./ El Gran Espíritu que mueve
los vientos/ me llevará con él/cuando caiga la noche./
*De Daniel Montoly.
Lavado y planchado del castellano [*]
[*] Adelanto del “Mataburros Neoliberal:
apéndice del siglo XXI”, de descarga libre en: http://mercadosolidariorosario.com.ar/#!/-bienvenido/
La esmerada tintorería para la lengua ha sido todo un esfuerzo
político desde principios del XVIII y Felipe V, y su real padrinazgo de la Real
Academia Española (RAE). Como se sabe, resultó desbaratado por la inculta
independencia hispanoamericana, aunque fue reflotado en el siglo pasado por
puristas y conservadores católicos (bah, el franquismo), y relanzado en los 90
con el ingreso de España en la neoliberal comunidad Europea, así como con la
creación del flexibilizado Instituto Cervantes, un organismo que hoy en la neoglobalidad opera expeditivamente
mediante el disciplinador Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua
Española (SIELE).
Así las cosas, en marzo del ‘16, pleno macrinato, se firma un
“Memorándum de entendimiento” entre el Cervantes y la Universidad de Buenos
Aires (UBA), que se suma a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y
la Universidad de Salamanca, y otorga al SIELE la facultad de acreditar en
Argentina los exámenes de un idioma español universal [1]. Ocurrió con la UBA a
cargo del contador
–autodefinido peronista y católico según algunos medios–, Alberto
Barbieri, y ante el fulminante repudio de la mayoría de los intelectuales
argentinos para quienes esto “fue acordado de forma totalmente inconsulta y a
espaldas de la comunidad académica (y supone) un ataque directo a las políticas
lingüísticas que los especialistas de nuestro país vienen desarrollando desde
hace más de 25 años”. Otros también señalaron que se trataba “de una grave
intromisión en la independencia lingüística de América latina, así como un
perjuicio a los intereses políticos y comerciales de la región”.
Incluso, como agrega Américo Cristófalo, vicedecano de la facultad
de Filosofía y Letras de la UBA y escritor:
“Este tipo de instituciones de la lengua, como la Alianza Francesa,
la asociación Dante Alighieri o el Instituto Goethe, son muy propias del
período de expansión imperialista clásica de algunos países centrales
europeos.[El Cervantes, en cambio] representaría la expansión de la lengua en
un período en que no queda comprometida la cuestión territorial en sí misma,
sino que apunta a la hegemonía de las grandes corporaciones. Precisamente, las
empresas que avalan y sostienen al Cervantes son Repsol, YPF, Telefónica,
Iberia; empresas que tuvieron un rol muy activo en los procesos de privatización
de América latina. Los imperios siempre supieron que la lengua era un motivo
fundamental de estabilidad política en las zonas de expansión. [NOTA NUESTRA:
Aun cuando lo ideológico corra como siempre parejo con los negocios
inmediatos]. Una vez que se firmó este acuerdo, lo primero que hicieron fue ver
a quién le daban la plataforma digital para hacer el examen. ¿A quién se la
dieron? A Telefónica de España. ¿Por qué se la otorgaron a la Telefónica en vez
de alguna facultad de Ingeniería de la UNAM o la UBA? Telefónica es la avanzada
del conjunto de negocios españoles vinculados a la comunicación en América
latina” (n. 1).
¿Clarito, no?
Pero, además, ¿en qué pueden dañar al mundo hispanohablante sus
matices lingüísticos? En nada, obviamente, o tanto como la rotunda variedad de
lenguas impidió el surgimiento de la comunidad europea.
El verdadero daño que temen, incluso instintivamente, es el que
amenaza a la heteronomía dominante y funcional a varios órdenes: el
capitalista, el patriarcal, el partidocrático. O el de los colectivos que se
autoconstruyan a través de sus propios significantes, su propia mirada, y sean
elles mismes. Por eso se apunta a:
“(…) una lengua universal artificial que es presa fácil del
monopolio de la circulación conversacional. La laxitud y la desaparición de
planos diferenciales de los usos de la lengua no es solo una decadencia para el
susto de los lingüistas. Es
un hecho técnico provocado por el agrupamiento monopólico de las
comunicaciones, a su vez, una industria del lenguaje que perdió sus recovecos y
su capacidad de autoexamen, de derivaciones, de búsquedas propias, de enlaces
con las genuinas poéticas populares.” [2]
El lenguaje fue siempre el campo de batalla ideológico por excelencia:
las armas ganan a veces batallas y guerras pero el lenguaje las consolida
cuando no las gana solo, o las malogra (3). Además, es falso que solamente el
uso imponga a las palabras; también el poder lo hizo siempre, y ya desde la
Revolución Francesa, y sobre todo en el palpitante presente, se ha sumado el
contrapoder. Y un buen ejemplo es el lenguaje inclusivo, del que no sabemos
cuánto demorará en generalizarse pero sí que hizo pie y puso en evidencia y a
la defensiva al hasta hoy lenguaje excluyente. A la defensiva porque, en medio
del recrudecimiento de los feminicidios y de escupir el “feminazi” como
reacciones rabiosas ante el avance feminista, no faltan cretinadas ilustradas
que, aunque abominan de aquello, resisten la desmachistización de la lengua:
“Tendrán que pasar sobre mi cadáver” (Alan Pauls), o “Me iría de la Real
Academia si se acepta” (Arturo Pérez-Reverte, que andará tranquilo porque la
Academia es otra trinchera machista). ¡Cómo recuerda las invectivas contra
aquel otro ataque a la lengua que fue el lunfa andaluz del Quijote para algunos
ilustres contemporáneos!
Precisemos algo: el rótulo de “español” por supuesto que no es más
que el antiguo castellano, el mismo que en buena parte de España hoy convive
con idiomas regionales, y que se afirma como denominación de una lengua común.
Pero el rótulo “castellano”, en su momento nombre exclusivo de la lengua de
Castilla, llega a América denominando a esa lengua y, por si no bastara, en
nombre oficialmente de Castilla (no de España, nombre genérico que por entonces
no denominaba a ningún reino ni a ninguna lengua). Es más, hoy la propia
Constitución posfranquista de 1978 llama “castellano” y no “español” a su
lengua oficial, al tiempo que “las demás lenguas –aclara– serán también
oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas”. En realidad, la
denominación de “español” intentó volver por sus fueros tardíos (del siglo
XVIII, no del XVI) recién durante el nacionalismo franquista, y desde los 90 en
que el neoliberalismo español procuró reinstalarlo aunque inconstitucionalmente
por lo señalado [4].
Sin embargo, quizá más lapidario que la historia para estos
partidarios del español lavado y planchado, y enemigos vergonzantes del humor
popular, haya sido el Negro Fontanarrosa y su Defensa de las malas palabras en
aquel Congreso de la Lengua, del que solo se recuerda..., sí, la ponencia del
Negro [5]. ¿Y por qué? Y porque el Negro como Cervantes fue otro enemigo jurado
del habla artificial.
Tal vez también por eso, a apenas 14 años del traspié, se impuso la
necesidad de fumigar el foco, y Argentina volvió a ser distinguida con la
realización de otro Congreso de la Lengua, cito en Córdoba entre el 27 y el 30
de marzo de 2019, o sea en pleno macrinato “con editoriales, imprentas y
librerías en situación de crisis terminal (cuando) la realización de este
congreso, con todas sus pompas, es una afrenta que agrega hipocresía al
hostigamiento económico y social”, como señala una solicitada de la gente de la
cultura, que agrega: “En este marco, que se realice alegremente un Congreso de
la Lengua, con la presencia de la monarquía española, con tips como ‘fiesta de
la lengua’, es una provocación. No tenemos nada que festejar” [6].
Pantalón ta lito, saco no ta lito
Un lavado y planchado del idioma que, bueno, ya lo vimos, no tiene
su mejor aliado en el macrismo. El propio presidente no solo cultiva un habla
confusa (ideal para los fallidos: cfr. “Estoy tratando de hacer lo mínimo
posible para que todos lleguemos a buen puerto” [7]), sino que suele estremecer
a los gramáticos.
Cuando Radio Continental cesanteó a un cultor del ensayo oral como
Víctor Hugo Morales, Macri decidió deslindarse alabando la libertad de
expresión bajo su gobierno (…con medios libremente hegemónicos), y tuitió:
“hemos resolvido hablar con todos los diarios del país” [8]. Por cierto, fue un
festín para las redes, hasta aliados circunspectos como La Nación se anotaron
para pegarle.
Ahora bien, sería injusto ignorar que las burradas tienen su propia
elocuencia. Aquí, lo trascendente no es el lapsus (que ni todos los burgueses
lo cometen ni todos los explotados dejamos de cometerlo), lo trascendente es
que un participio trucho muestre que el arte de la hegemonía cultural
–superador de la discusión– no consiste en el dominio exquisito del idioma sino
en cómo cooptan nuestros saberes y nuestras emociones. En cómo nos engatuzan,
pese a todos los furcios, para juntar voluntades y ganar elecciones.
Claro, cómo no va a ser así, si aparte de la episteme aprovechada
(v. la Primera parte)–, se retribuye espléndidamente a las lenguas afiladas...
¿para qué hablen? No directamente, sino más bien para que se autoconvenzan de
actuar del único modo en que son útiles: como publicistas que charlan con aires
de autenticidad, como picos de oro. La autoconvicción –la clave de estos
advenedizos– es, básicamente una actitud denegatoria al servicio de la
ambición: un “No será lo ideal, pero...”, algo que, de todos modos, tampoco
alcanza siempre para el maquillaje perfecto. A veces les titila en la frente la
palabra “estafador”, sin mencionar a otros, a los picos ya ideológicamente
convencidos, que son menos dúctiles porque a ellos se les nota demasiado el
fundamentalismo. Hacen honor a su condición de conversos pero, por lo mismo,
pesan menos que los advenedizos, y aunque ambos calzan sin dificultad en lo que
Foucault llamaba “empresarios de sí mismo”, el advenedizo resulta la mejor
variante mediática. En rigor, el empresario de sí foucaultiano aludía
estrictamente al neoliberal, pero vale la pena ampliarlo a gente que no lo es
aunque se pone a su servicio y resulta, no solo mediáticamente más peligrosa,
sino el verdadero Hamelin para atraer los votos decisivos [9] [10].
(Sobre este aporte fundamental al neoliberalismo, pueden verse: pp.
44ss, 74/2, 236/2-3, 279/2 y 364/2-3, y n. 825).
Y es gente, como decimos, que junto a la indignación que producen
en los más alertados, trasuntan una convicción que parece exceder la actuación.
Y causan perplejidad. Al menos fugazmente, porque enseguida llega la
indignación. ...Cuando llega. Porque también caemos en cardumen en sus redes.
¿Pero cómo falsifican esas redes? Ellos, como todos en realidad,
obedecen menos a la inteligencia que a las pasiones. ¿Pero cómo hacen, dotados
como están de una agudeza no solo oral, y con pasiones que no lucen
desacopladas de valores civilizados y altruistas (que, recuérdese, siempre
suponen uniones pulsionales y resultados matizados), cómo hacen para no entrar
en cortocircuito?
Por cierto, se dirá que los desdoblamientos existen, y también la
pirueta de la racionalización para justificar lo que se necesita creer.
Pero ahí está lo interesante. ¿Cómo funciona en los elocuentes que
actúan como... automercenarios? Como convencidos que convencen, que hacen suyos
el sistema –incluida la
idea-fuerza de que todos somos culpables (v. Periodismo de guerra, p. 318)–. Y
que se muestran abiertos y ágiles, e independientes, auténticamente
independientes. ¿Ante qué...? Ante lo accesorio para confluir en lo esencial
[11].
De hecho, al margen de los gobiernos de turno a los que defienden o
critican según el viento, se sostienen en dos pilares: el establishment (como
lo comprobó amargamente el propio Macri a partir del naufragio económico [12])
y la gente, o sea, la clase media más conformista junto a la oligarquía que a
veces hasta es criticada pero normalmente con benevolencia.
Notas:
1 Con la soberanía lingüística
en riesgo, Silvina Friera: pagina12.com.ar/diario/suplementos
/espectaculos/17-38848-2016-05-15.html
2 Carta Abierta número 24, 7-8-17:
cartaabierta.org.ar/index.php?option=com_content&view
=article&id=409:borrador-carta-abierta-24&catid=125&Itemid=611
3 Una nota esclarecedora es la de la
psicoanalista Lila María Feldman: La lengua revuelta, 17-1-19: pagina12.com.ar/168919-la-lengua-revuelta
4 La lengua que hablamos
(pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-178415-2011-10-07. html) y otras dos
notas (pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-20 6219-2012-10-24.html;
pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-299490-2016-05-17.html), todos de Mempo
Giardinelli.
5 Rosario, noviembre de 2004:
lavoz.com.ar/ciudad-equis/viaje-al-centro-del-universo-fontanarrosa.(transcripción
en: elliberal.com.ar/noticia/111482/defensa-malas-palabras-negro-fontanarrosa;
v. tb. la pelea casi a puño limpio que desató entre Nicolás Oliva y Horacio
González: 5-12-04,
archivo.lacapital.com.ar/2004/12/05/seniales/noticia_154562.shtml).
6 Entrevista a Alejo Carbonell, editor, Silvina Friera, 3-1-19:
pagina12.com.ar/165800-es-una-afrenta-que-agrega-hipocresia
7
continental.com.ar/noticias/actualidad/macri-estoy-tratando-de-hacer-lo-minimo-posible-para-que-todos-lleguemos-a-buen-puerto/20160412/nota/3105708.aspx
8 13-1-16:
lanacion.cl/feroz-trolleo-a-macri-por-pinericosa-hemos-resolvido/noticias/2016-01-13/170443.html
9 De todos modos, en el plano mediático, tampoco conviene confundir a
estos conversos con los neoliberales de cuna, no solo porque suponen procesos
psíquicos inversos (pp. 357/2 y 358/2), sino porque cuando el neoliberal
auténtico deja el plano empresario o el de Ceo en la política para entrar en el
periodístico, y por lo general en el periodismo financiero, aparece uno de los
ejemplares más nauseabundos de periodista. Alguien que en tiempos de Hitler,
por ejemplo, también se hubiera limitado estrictamente a la conveniencia
financiera o no de sus políticas. En lo internacional, el programa
probablemente líder en el rubro sea CNN Dinero, un asesoramiento neocón para
los “ahorristas” –o buitres de cabotaje, “la gente” para el ciclo–, y en estas
pampas, compitiendo palmo a palmo con similares, puede malolerse Qué hacemos
con los pesos, de Canal 26. Basta mirar en YouTube alguna de las entregas
previas a la segunda vuelta de las presidenciales brasileñas (28-10-18) para
encontrar las interesantes expectativas financieras que despertaba un triunfo
del fascista Bolsonaro.
10 Ni confundir tampoco –siguiendo la nota anterior– a conversos y
neocones con las víctimas seducidas que coyunturalmente les dan su voto. Sobre
todo, con el votante de escasos recursos que se siente empresario de sí pero
responde muy poco al impulso oligárquico meritocrático –que sí, va aumentando en los
otros niveles–, y obedece mucho más a otros estímulos. ¿Por qué va a soñar con
fundar grandes empresas cuando es posible progresar bajo el viejo sentido del
propio esfuerzo (Ayúdate que yo te ayudo), o ganándose la lotería, o haciendo
dinero por medios non sanchos? Ahora bien, cualquiera de estos estímulos son
significantes que el marketing neoliberal recicla y aprovecha (bien que al
tercero algo entrelíneas), y eso con cualquier nivel de la mitad para abajo de
la pirámide, pero sobre todo con el más pobre que les da el voto. Es más, este
sujeto llevado de la nariz tampoco está subjetivamente cautivo de ninguna deuda
impagable, que por lo demás no lo seduciría. En todo caso está objetiva y
colectivamente endeudado que es otra cosa (con una deuda trasladada al FMI, al
que dejarle de pagar implica desairar no ya a los buitres sino a sus jefes: las
grandes potencias). Lo que implica que tiene embargado el destino aunque se
sienta dueño de él, no endeudado, sino en todo caso víctima de la mala suerte.
Y allí, precisamente, hay una brecha por donde, vía políticas democráticas de
instrucción –y no solo redistributivas–, siempre puede entrar alguna toma de
conciencia.
11 O lo accesorio hasta que surgen fisuras porque hasta para algunos
de ellos el sapo es demasiado grande. Y ahí a los Nelson Castro o a los Fantino
se les sale la cadena (24-12-15: radiocut.fm/audiocut/oscar-aguad-entrevistado-por-nelson-castro-en-la-mirada-despierta-parte-2/
y 26-5-17:
elintransigente.com/espectaculo/famosos/2017/5/26/tension-cruce-animales-sueltos-fantino-enojo-marcos-pena-438177.html),
o la mismísima Mirta escracha al presidente.
Aunque, a ver, tampoco exageremos. Ni siquiera entonces estos
personajes traicionan las banderas esenciales del Círculo Rojo, a saber:
anatematizar cualquier intento anticorporativo y redistributivo. ¿O alguien
escuchó al Dr. Nelson Castro, el equilibrado que tanto denostó a Cristina,
volver sobre el tema hybris ante la hipocresía cínica tan al orden día? ¿Dr.,
el nazismo económico como cualquier fundamentalismo no derrocha desmesura?
12 Tenembaum: "Macri se transformó en la caricatura que describen
sus enemigos", 16-9-18:
perfil.com/noticias/politica/tenebaum-macri-se-transformo-en-la-caricatura-que-describen-sus-enemigos.phtml
[*] Adelanto del “Mataburros Neoliberal:
apéndice del siglo XXI”, de descarga libre en: http://mercadosolidariorosario.com.ar/#!/-bienvenido/
DESENCUENTRO*
Un hilo para salir del bosque
desnudo de palabras donde un conejo alumbra,
con su blancura piel el rastro de la sangre.
Donde un conejo de caída belleza como
un cachorro de la nieve, perdido de metáforas.
Es, un pedazo de carne y nada más.
Un hilo de Ariadna para salir del bosque.
Agua negra*
Agua negra que estás en el cielo
y desciendes con furia
en las bocas de los pobres…
Agua de los desperdicios
agua de las cloacas
agua negra del dolor
agua negra de las confesiones
del apremio físico
del costillar mordido
del golpe cobarde y sordo,
del hematoma.
Agua negra que sacude
la vida
el aire
las 7 capas del cielo.
Agua negra, espesa, difícil
de tragar.
Agua negra que duele
Agua negra que marcha
como una sombra helada
delante y detrás
de un cuerpo lacerado
sin fuerza ya para gritar
porque el agua negra
baja con furia
sobre la vocación humana
de los hombres.
*
“Viajo con la última
lágrima que me queda y me pierdo en la lluvia”
*De Horacio Barrenti.
-Horacio nació en Buenos Aires en
1960. Estudió literatura en la UBA y filosofía
en el Instituto Superior del Profesorado "Dr. Joaquín V. Gonzalez".
Asistió a los talleres de José Pablo Feinmann, Liliana Heker y
Silvia Hopenhayn.
Interviene en el debate político desde su blog "Choque de
interpretaciones".
-Acaba de publicar su novela "La belleza de los
muertos"
Inventren
La Rica*
A Antonio Dal Masetto.
El hombre lee en su asiento una carta escrita sobre papel verde. Se
inclina un poco tratando que el sol que ingresa por la ventanilla ilumine de
lleno en esas letras de birome azul. Tiene sus ojos cansados y la presbicia lo
obliga a distanciar bastante la carta, a punto de temer con incomodar con la
extensión de su brazo a la señora sentada enfrente en la que puede ver una
mirada curiosa detrás de esos anteojos redondos con bastante aumento.
En realidad, no le importa que esa señora de mediana edad y pelo
rubio enmarañado se interese por su carta. Ella solo podría haber leído la
fecha y el lugar que están en letra visible e imprenta, arriba a la derecha de
la primera hoja. Luego viene la letra manuscrita, pequeña y encriptada de
Gabriela que se hace imposible de descifrar si la persona no esta familiarizada
con ella.
Y además, que importancia tiene que esa señora sepa de su
felicidad, de su ir y venir por el amor y la distancia.
Ella iba y venía, en su trabajo por los aires, en sus ensueños o
amores fugaces de cada aeropuerto que no lograban desplazarlo a él. Su hombre.
Él, que iba y venia todos los fines de semana para compartir su lecho, sus
labios. Para caminar con ella de la manito o en el abrazo de hombro de ella a cadera
de él que tanto les gustaba, como a los eternos amantes, novios o compañeros de
vida, aunque nunca supieron definirse, no les interesaba otra cosa más que
llevarse de la mano o del abrazo por la vida que era una sucesión de instantes
o una eternidad bajo una misma luz, pisándose a veces con mutua torpeza los
pies en aquellas estrechas veredas del centro antiguo de la ciudad, para luego
retornar al departamento de ella y fundirse en un solo cuerpo a luz de luna o
estrellas, a sol que entibia la piel o a cielos de acero sin grietas. Aun
parece sentir el ruido de la lluvia cayendo a gotones de sonido persistente por
los techos, mientras adentro los cuerpos se encendían bajo cobijas del frío
invierno.
Sentados en la cama, los domingos a la tarde él le leía cuentos de
Dal Masetto y ella a él a Borges o Cortázar. Una vez, le leyó
"Romance" y él sabía, que era apenas un pretexto para llegar a la
frase final que tanto lo oprimía como presagio, como una anticipación acechante
a la vuelta de la esquina, o en cada ir y venir a la estación de trenes, para
llegar o partir de los brazos de ella, su amor, su compañera.
Recuerda haberle leído esa frase final del cuento de Antonio que
ahora ronda en su cabeza: “el destino es
insondable y no existe felicidad que no este amenazada”.
Su piel lo enloquecía. Su blanca piel casi transparente en la que
podía ver rutas celestes que no parecían venas sino mapas de un cielo.
Él sentía cada encuentro y cada despedida como si fueran una misma
imagen superpuesta de ese intento imperfecto de volver una y otra vez al
placer, o al contacto de la piel, la fusión de los cuerpos, el orgasmo de cada
cual a su tiempo y modo, la sonrisa del después y el dormir abrazados para
entrar en la noche del sueño bien juntitos. Gabriela y su parecido a
Bette Davis. Sobre todo la expresión de su mirada. Fue un descubrimiento
mientras en una madrugada vieron “La extraña pasajera”. Como les pego esa frase
que adoptaron casi como un lema propio: "tenemos las
estrellas, no pidamos la luna".
*
Vuelve a doblar en dos las tres o cuatro hojas de la carta sin
dejar de echar una última mirada con los ojos húmedos sobre el encabezado, que
seguramente la señora que esta allí enfrente ya ha leído, aun fingiendo
desinterés y con la mirada perdida en algún punto de la estación que de una vez
están por dejar cuando la fuerza de la máquina logre romper la inercia y el
viaje se desate sin atenuantes.
No importa que esa señora sentada enfrente haya leído la fecha:
Hamburgo, 15 de abril de 1992.
Y más abajo el Querido Esteban: y luego el texto que conoce de
memoria y ha leído una y otra vez durante estos años. “A los tristes no los quiere nadie” se dice a modo de explicación.
Entonces el tren arranca. El hombre rompe la carta en cuatro con
expresión de angustia marcada en el rostro, aunque ya maldice su impulso, su
inútil esfuerzo por doblegar ese pequeño hilo de ilusión que lo mantiene ahí,
no queriendo preguntarse sin respuestas, y entonces guarda esos grandes pedazos
en el bolsillo derecho de su campera, quizá ya mismo piensa en pegarlos con
cinta transparente al llegar a su casa.
Intenta disimular su rostro desencajado. Se levanta. Va a otro
vagón, no quiere testigos, que nadie sospeche ni se pregunte por que él sigue
yendo y viniendo en ese tren. Como si el tiempo no hubiera pasado.
*De Eduardo Francisco Coiro.
-Próximas estaciones de escritura:
KM. 55.
En el recorrido del tren literario por Ferrocarril
Midland:
ELÍAS ROMERO. KM.
38. MARINOS DEL CRUCERO GENERAL BELGRANO.
LIBERTAD.
MERLO GÓMEZ. RAFAEL
CASTILLO.
ISIDRO CASANOVA. JUSTO
VILLEGAS.
JOSÉ INGENIEROS.
MARÍA SÁNCHEZ DE MENDEVILLE. ALDO BONZI. KM
12. LA SALADA.
INGENIERO BUDGE. VILLA
FIORITO. VILLA CARAZA. VILLA DIAMANTE.
PUENTE ALSINA.
INTERCAMBIO MIDLAND.
JUAN TRONCONI.
En el recorrido del tren literario por Ferrocarril
Provincial:
CARLOS BEGUERIE. FUNKE.
LOS EUCALIPTOS. FRANCISCO A. BERRA.
ESTACIÓN
GOYENECHE. GOBERNADOR UDAONDO. LOMA VERDE.
ESTACIÓN SAMBOROMBÓN. GOBERNADOR
DE SAN JUAN RUPERTO GODOY. GOBERNADOR
OBLIGADO.
ESTACIÓN DOYHENARD.
ESTACIÓN GÓMEZ DE LA VEGA. D. SÁEZ. J. R. MORENO.
EMPALME ETCHEVERRY.
ESTACIÓN ÁNGEL ETCHEVERRY.
LISANDRO OLMOS. INGENIERO VILLANUEVA. ARANA.
GOBERNADOR GARCIA.
LA PLATA.
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