*Dibujo de Erika Kuhn. https://obraerikakuhn.blogspot.com/
*
No me siento atrapada
en esta bámbola de hierro que es la vida
no respiro indiferencia
frente a la naturaleza
mi dedo toca el agua y se estremece con el
frío
un agujero de viento es receptáculo para la
mano
pero dentro, el cerebro dicta
la pequeña vergüenza de cada día
la estupidez dicha en voz alta
por la que no es posible perdonarse
la respuesta que acompañará hasta la tumba.
Es mentira, el cuerpo, dicen, la cárcel
eso dicen
pero no es el cuerpo, sino las palabras
las palabras como gotas, insistentes,
quién pudiera dejar de oírlas.
Uno quisiera una muerte
hecha de sensaciones solamente
el aire, la fiebre, el viento, la mano,
-ojalá que no la aguja-
el dolor repentino, el rayo de Saulo, la
cortina,
-ojalá que no el cuchillo-.
He vivido mi vida entera para las palabras
sólo para desear verlas caer
sobre el adoquín, mudas.
*De Mercedes
Álvarez. alvamercedes@gmail.com
-Mercedes
nació en Tandil, provincia de Buenos Aires, en 1979. Vivió en Mar del Plata
hasta los diecinueve años. Entre 1998 y 2006 residió en España, donde se
licenció en Sociología por la Universidad Pública de Navarra. Realizó un máster
en Gestión Cultural.
Publicó los libros Vecinos (Baile del Sol, España, 2010), Historia de un ladrón (Caballo de Troya, España, 2010), Imitación de los pájaros (Zindo &
Gafuri, Buenos Aires, 2013), Ficciones
súbitas (comp., Eds De aquí a la vuelta, Buenos Aires, 2013), Saigón (Zindo & Gafuri, Buenos
Aires, 2015).
En 2013 con el relato Grow a lover ganó el premio Edmundo Valadés de cuento latinoamericano.
Recientemente publicó El cuerpo intacto (2017, Penn Press), y Grow a lover (2018, Pensamientos literarios)
*
Con el alma en las
manos
La caricia busca una
oculta almohada para acunar los sueños
El regazo perdido,
ese oscuro saber vuelto
perfume
*De Cristina
Villanueva. libera@arnet.com.ar
De
Martina*
De Martina es la espera
mientras acomoda
cordones
en un cajoncito
Solo los eventuales chisporroteos del velón
atinarían a descubrir
sus ojos ciegos en la oscuridad.
*De Ana
Romano. anaromanopoesia@gmail.com
-Del libro "El Alfil Rojo".
LA ABANDONADA*
Ahí mesmo me
despedí / de mi infeliz compañera. / Me voy –le dije-, andequiera/ aunque me
agarre el gobierno, /pues infierno por infierno, / prefiero el de la frontera.
JOSE HERNANDEZ
Hubo una vez
o había una vez o es un eterno, miserable presente en el que marchan, marcharon
o marcharán por el desierto (si es que eso es un desierto), ambos a caballo (si
es que eso es un caballo), él, los ojos cortados a tijera de escritorio,
colocados a golpes de maza sobre el cráneo chato, ojos donde bailan los perros
pero los perros de escenografía (él, si es que él existe), ella, ojos aguados
con barcos que no se amarran a ningún puerto –porque la llanura es un mar verde
donde nadie llega a ninguna parte- barcos deshechos (ella, si es que ella
existe), él, nublado o avanzando en humaredas, como si tuviera el cuerpo hecho
de letras, versos, estrofas, o quién sabe, frases, cara de papel y tinta, ella,
algo más corpórea en su neblina, pero también hecha de la sustancia deleznable
de las palabras, el caballo que se hace cada vez más fantasmagórico, incluso a
veces deja de existir y su relincho es apenas una brizna de silencio o un ruido
de hojas ejecutado por cualquier mano más o menos aburrida, la noche, la
tremenda noche del desierto, apenas un lienzo negro esbozado a lápiz, el
desierto, una sábana verde y una línea interminable que termina sin embargo en
un falso horizonte trazado con regla, hubo una vez, habrá una vez o hay una vez
en la que el caballo se mueve en un movimiento ficticio hacia ninguna parte,
donde hay recuerdos, pero pertenecen al presente, un entierro en el pajonal, y
después el hambre, el hambre hecho de tristeza o la tristeza hecha de hambre,
sobre todo el miedo de ella, la de ojos aguados, miedo del indio que acecha o
de otra cosa muy solapada más temible que las tolderías, comen a veces carne
cruda o raíces de sueño, carne cruda y raíces sin gusto ni consistencia, son
guiados por estrellas, vientos y animales imaginarios, animales que son ruidos
o insectos pequeños entrelazados de collares que entran en la retina de Alguien
que lee en algún escritorio, y es una noche o es un día, o son días y días que
son como una sola noche, qué llanura, qué noche, qué caballo, qué animales,
vientos y estrellas, qué hombre, qué mujer, qué entierro, qué pajonal, qué
alimentos, pero hay tristeza y hambre en alguna parte, hambre de existencia, el
hombre –Martín Fierro lo llaman- le habla a la mujer –cautiva le dicen- le
habla con palabras huecas como suspiros de muerto: que han alcanzado la
estancia, la tierra sin salvajes, que debe irse, le habla en verso de infiernos
y de fronteras, y entonces ella le contesta con otra voz, hueca también, pero
diferente a la de antes, que por favor
no se vaya, que no la deje sola, por favor, por Dios, si es que hay un Dios más
allá de las cadenas de escritorios, él con voz siempre hueca, pero diferente a
la de antes, se enoja, le dice que no lo distraiga, que ya no puede responder
en verso, que José Hernández ha dispuesto que debe encontrarse con sus hijos y
que ése es el destino, José Hernández dispone, no hay otro Dios que no sea José
Hernández en su teología y no es posible escapar a sus designios, ella,
aterrada, le explica que entonces desaparecerá para siempre, se hundirá en la
nada, no te hundirás, responde él siempre airado y con la voz diferente,
prosaica, sin palabras gauchescas, será el eterno retorno, volverás cada vez
que alguien te convoque, así le dice y ella: volverá el indio y mi dolor,
volverá a morir mi hijo, así ladra la
mujer o aúlla o ruge con voz de cartones y silencios, volverás a pelear, a
bailar en la sangre, pero él ya se ha ido como si no hubiera estado nunca, como
si jamás hubo una vez no hay ni habrá ni la más ínfima vez, los ojos aguados
lloran lagos, mares, océanos de tinta con la suavidad del odio, a lo lejos hay
una luz de amanecer, una diminuta luz, una luz que no es luz, una luz
enmascarada, disfrazada, con antifaces, ella deja de llorar y observa asombrada
que todavía existe, que Martín Fierro ha partido hacia su destino encuadernado,
pero ella todavía existe, soy, piensa, no me han hecho de letras, de palabras,
de giros gramaticales, soy, piensa, soy, y tiene ganas de torcerse de alegría,
se ha escapado de su eterno retorno con el indio y el hijo muerto, aunque el
indio y el hijo están hecho de la misma sustancia apalabrada, entonces, no la
rodea un campo dibujado, no mira un caballo fantasmagórico, mis ojos aguados
son reales, los barcos de mis ojos se amarran a un puerto, estoy hecha de carne
y sangre, no soy vació disfrazado, hay un Dios fuera de los dioses de
escritorio, ladra la mujer o aúlla o ruge con voz de cartones y silencio,
destinada no obstante a desaparecer cuando termine la interminable frase en ese
excremento de mosca fantaseada, en esa brizna, en esa nada del punto.
*De Liliana Díaz Mindurry. lidimienator@gmail.com
-Liliana
Díaz Mindurry nació en Buenos Aires. Poeta, novelista, cuentista, ensayista
y dramaturga argentina. Ha editado 26 libros, 5 de ellos en España. Obtuvo
entre otros galardones: el 1º Premio Municipal de Buenos Aires (bienio 90-91),
el 1º Premio Municipal de Córdoba 1990, el 1º Premio Fondo Nacional de las
Artes 1993, el Premio Centro Cultural de México 1993, Premio El Espectador de
Bogotá 1994, ambos en el concurso Juan Rulfo de París, el 1º Premio Jiménez
Campaña de Granada. También el Premio Planeta latinoamericano 1998 por la
novela Pequeña música nocturna (reeditada en España por Huso, 2016).
En poesía es autora de Sinfonía en llamas, Paraíso
en tinieblas, Wonderland, Resplandor final, Cazadores en la nieve, Hamlet
en la azotea. Fue editada también su Poesía
Completa (1990-2017). Obtuvo en este género el Premio Fondo Nacional de las
Artes, el Premio Antorchas, el 1º Premio Embajada de Grecia, el 1º Premio
First, el 1 º Premio Asociación de Abogados de
Buenos Aires, la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores.
Varios de sus poemas fueron publicados en Colombia,
Austria, Estados Unidos, Perú, Uruguay y otros países. Su obra fue traducida al
alemán, inglés, francés y portugués.
-En 2020 se publicó en España por Huso editorial el
poemario "Guernica" en
edición bilingüe francés-español.
LA
TIERRA DE LOS DESAMPAROS*
Ella sueña con los ojos abiertos.
Un hombre. Un pájaro. Un ojo.
Descienden a su cama. Despacio.
Hay rocío y helechos. Y mirra.
-Respírame la nuca, amor-
Un piélago de roedores la cubre.
El hombre se confunde con el viento.
El pájaro se convierte en piedra.
Solo queda el ojo y su mano ciega.
-Me miras y te miro, amor-
¿Dónde van las miradas cuando mueren?
El flautista no viene…
Su cabeza le dice que no está.
Su ánima le grita, volverá.
-El lecho del río está prohibido, amor-
Ella, muñeca rota. Pechos partidos.
La ciudad está desierta.
No es inocente la tierra de los desamparos.
Y no hay savia. Ni abrazos. Ni un destello.
-Bríllame, amor, no dejes que me apague-
¿Adónde va la noche cuando el alba muerde?
¿Las serpientes en las venas, donde?
¿Los labios y los espejos rotos?
¿Las llaves de la lluvia, los relámpagos?
Deja que sueñe con los ojos abiertos,
-Respírame la nuca, amor-
*De Amelia
Arellano. amelia.arellano01@gmail.com
*
¿Qué sabemos del amor,
ella y yo,
sentadas bajo las estrellas
mientras nos contamos
los hombres que tuvimos?
Las mujeres
usamos la memoria
de manera exquisita:
recordamos
con precisión
fechas y pronósticos,
apuntamos
colores de pelo,
el olor de la nuca,
una sonrisa.
Nos tatuamos
el tajo mortal sobre la esperanza.
Olvidamos
con la gracia de un pájaro al pasar sobre
el río.
Tal vez el amor se asemeje a ese olvido:
una estela que lo parece todo
y después se va.
*De Mariana
Finochietto. mares.finochietto@gmail.com
- Mariana
nació en General Belgrano, Provincia de Buenos Aires. Actualmente vive en
City Bell.
Publicó: Cuadernos de la breve ceguera (La Magdalena 2014). Jardines, en coautoría con Raúl Feroglio (El Mensú, 2015)
La hija del pescador (La Magdalena, 2016). Piedras
de colores (Proyecto Hybris 2018)
Su último libro publicado es El orden del agua, GPU Ediciones (2019)
-Coordina Microversos, talleres de
exploración literaria.
Inventren
https://inventren.blogspot.com.ar/
CASBAS*
En una historia de Ray Bradbury, un hombre
de joven no había abordado un tren. Por alguna razón que no recuerdo o quizás
no conste en el relato, este hombre con el pasaje pago y el ticket en el
bolsillo, había dejado pasar ese tren que se descarriló. Todos murieron.
En la historia de Ray Bradbury, el hombre
vive una vida ordinaria trabajando, forma una familia, pero siempre está atento
a ese tren fantasmal que finalmente vendrá a buscarlo. La muerte es, para él
como para tantos, un expreso de medianoche.
Esto ocurre en un cuento, por lo tanto
ocurre lo esperado y la muerte viene a buscarlo sobre vías de niebla; se ve el
faro delantero iluminando oscuras arboledas, se escucha el imposible traqueteo,
la imagen final es la del tren repleto de pasajeros que aparece en la noche
para que se cumpla el destino aplazado del protagonista.
Aquí, lejos de Illinois, en la estación
Casbas una mujer espera en el andén. La estación es ahora un museo, pero la
mujer se obstina en ese andén sin trenes.
Me dirán que la mujer espera el amor que
partió, que espera la muerte que ha de venir. No lo sabemos aún. Todavía hace
falta mirarla un poco, descifrar las arrugas en la frente, descorrer algunos
velos.
En un banco de madera y hierro la mujer se
mece, se arrulla, se va desatando de la familia y la ciudad. Se desvanece de a
poco esta mujer que ahora se que no espera un tren que venga a llevársela. Se
desdibuja en tonos sepia, en rosados y mancha de agua sobre papel.
La mujer no espera la muerte, ni el amor.
Ha venido a la estación sin trenes para saber que nadie la vendrá a buscar.
Sola, solita, la mujer se va despidiendo de sí.
No necesita transporte para escapar hacia
adentro.
*De Mónica
Russomanno. russomannomonica@hotmail.com
-Próxima estación.
En el recorrido del tren literario por el Ferrocarril
Provincial:
CARLOS
BEGUERIE.
FUNKE. LOS EUCALIPTOS. FRANCISCO A. BERRA.
ESTACIÓN
GOYENECHE. GOBERNADOR UDAONDO.
LOMA VERDE.
ESTACIÓN SAMBOROMBÓN.
GOBERNADOR DE SAN JUAN
RUPERTO GODOY.
GOBERNADOR OBLIGADO.
ESTACIÓN
DOYHENARD. ESTACIÓN GÓMEZ DE LA
VEGA.
D. SÁEZ.
J. R. MORENO. EMPALME
ETCHEVERRY.
ESTACIÓN ÁNGEL
ETCHEVERRY. LISANDRO OLMOS.
INGENIERO VILLANUEVA. ARANA.
GOBERNADOR GARCIA.
LA PLATA.
*
-Siguiente estación.
En el recorrido del tren literario por el
Ferrocarril Midland:
KM. 38.
MARINOS DEL CRUCERO
GENERAL BELGRANO. LIBERTAD.
MERLO GÓMEZ. RAFAEL CASTILLO. ISIDRO CASANOVA.
JUSTO VILLEGAS.
JOSÉ INGENIEROS. MARÍA SÁNCHEZ DE MENDEVILLE.
ALDO BONZI.
KM 12.
LA SALADA. INGENIERO BUDGE. VILLA FIORITO.
VILLA CARAZA.
VILLA DIAMANTE. PUENTE ALSINA. INTERCAMBIO MIDLAND.
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-Editor responsable: Lic. Eduardo Francisco
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