miércoles, marzo 28, 2007

EN UNA ESPECIE DE NIEBLA

PREGUNTAS A LA HORA DEL TÉ*


Este señor desvaído parece
Una figura de un museo de cera;
Mira a través de los visillos rotos:
Qué vale más, ¿el oro o la belleza?,
¿Vale más el arroyo que se mueve
O la chépica fija a la ribera?
A lo lejos se oye una campana
Que abre una herida más, o que la cierra:
¿Es más real el agua de la fuente
O la muchacha que se mira en ella?
No se sabe, la gente se lo pasa
Construyendo castillos en la arena.
¿Es superior el vaso transparente
A la mano del hombre que lo crea?
Se respira una atmósfera cansada
De ceniza, de humo, de tristeza:
Lo que se vio una vez ya no se vuelve
A ver igual, dicen las hojas secas.
Hora del té, tostadas, margarina.
Todo envuelto en una especie de niebla.


*de Nicanor Parra.

De Poemas y antipoemas (Santiago, Nascimento,1954)
-Fuente: http://www.nicanorparra.uchile.cl/antologia/indexpoemas.html





En una especie de niebla...



Requiem para un perseguidor*


..... Debo comenzar diciendo que al principio, cuando movido por quién sabe qué carambolas extrañas me diera por observarme, creí ingenuamente haber dado con algo que no pasaría más allá de ser sólo un eventual pasatiempo y, por lo tanto, tomándolo como tal, me contentaba con practicarlo nada más que
en mis días libres y en momentos bien determinados (a la hora del crepúsculo comúnmente y muy por el rabillo del ojo). Y es que de ninguna manera era cuestión, pensaba yo en ese entonces, de que el jueguito me fuera a significar demasiado desgaste físico, claro, ni del otro.
..... Pero a medida en que fui tomando vuelo y con ello descubriéndome cosas que ni siquiera sospechaba; sorprendiéndome en actitudes que para un nuevo en tales asuntos resultaban de lo más intrigantes -por ejemplo, contemplar tuberculosamente la luna llena mientras orinaba en la llanta de un lujoso automóvil ajeno- vine en ponerme un poco más de atención llegando incluso, en algunos casos, a tomar un par de rápidas e incoherentes notas, pero de manera tan irresponsable aún que nunca llegaba a saber bien en dónde las perdía.
..... Después, y como las dudas se me fueran haciendo cada vez más fuertes y más insoslayables las contradicciones -ahora de pronto solía sorprenderme despichando en la luna mientras contemplaba embelezado un espeluznante volkswagen- me hice así como sin querer de una primorosa libretita ad hoc y, llegando a sacrificar algunas de las hasta entonces sagradas horas de mi siesta, comencé a marcarme mucho más al hueso. Agazapado detrás de unas gafas oscuras o simulando leer un diario me pasaba tardes enteras sin quitarme el ojo de encima.
..... Y así, gradualmente, casi sin darme cuenta, me fui acosando más y más horas del día. De todos los días. Perro de presa de mí mismo, ostentando un descuello insolente, me seguía olfateando mis meadas al sol y a sombra; estudiando morbosamente mis huellas en el barro; mis negros pelos en la sopa; desmenuzando y exainando lupa en mano hasta la más infeliz mosca renegreando en mi leche.
..... No pudiendo alzar un dedo sin parecerme sospechoso ni dejar de alzarlo sin provocarme conjeturas, llegué en un momento a no tener ningún empacho en violar mi correspondencia; ninguna clase de escrúpulos en intervenir mis pensamientos; vacilación alguna en grabar, y luego tratar de descifrar, mis
más impúdicas interjecciones balbucidas en sueños. De igual forma, sin la menor consideración y en plena vía pública, no tomándome la molestia ni siquiera de identificarme, venía en interrogar y apremiar a todo aquel -ebrio, niño o idiota- que tuviera la mala ocurrencia de pararse a conversar conmigo en la calle.
..... Desfondando mi puerta de una patada me daba por allanarme en los momentos más inverosímiles. A veces en mitad de la noche irrumpía en pleno coito, me quedaba un rato, entonces, mirándome burlonamente en tan grotescas posiciones para luego, ante el desconcierto de la dejada a medio galopar,
hacerme levantar de un salto y proceder a un feroz registro. Con la corazonada siempre de hallar "ahora sí" no sabía bien qué misteriosos mensajes cifrados, rasgaba sin misericordia mis colchones; violentaba mis libros; abría y vaciaba desaforado cada cajón, cada cofre, cada ostra cerrada con llave; me daba vuelta bolsillos y prepucio.
..... En algunas de estas ocasiones, viendo que los resultados de mis pesquisas no me estaban haciendo digno de ninguna medalla al mérito (después de haber tratado incluso de inculparme deslizando entre mis papeles, manifiestos y proclamas que nada tenían que ver conmigo) y enteramente convencido de que no era, de que no podía ser tan inocente, de que en verdad estaba tratando con un tipo que se las traía, en algunas de estas ocasiones, digo, al borde mismo de la locura, me agarraba del pelo y me daba
frenéticamente de cabeza contra las paredes. Llevándome todo por delante me arrastraba luego enceguecido hacia la sala de baño -siempre a la sala de baño-. Allí, haciéndome sentir más miserable que un insecto, me arrinconaba a golpes contra el impávido color blanco de los azulejos, extraía un
parsimoniosamente cruel cigarrillo, lo encendía como quien hace percutir un revólver y, expulsando el humo en forma amenazante, me apuntaba a la sien: "Canta, hijo de puta" me decía. "Canta o te desparramo los sesos". Y a veces, claro, cómo no, terminaba por inspirarme y cantaba. Seguro que
cantaba. Y era todo un gusto como lo hacía.
..... Pero eso no era todo, porque no por mucho cantar dejaba de presionarme, de apremiarme, de acuciarme hasta casi lo obsesivo. Dándome duro con un palo y duro también con una soga me exigía cada vez "más alto, cabrón"; "más claro, pendejo"; "más afinado, bastardito de mierda". O en mitad de una sesión, después de haberme sumergido hasta la náusea en mi propia inmundicia, me susurraba afectadamente al oído frases como: "Te estás repitiendo, cariñito" o "Eso ya lo cantó Gardel, ricurita".
..... Hasta que, por fin, como suele ocurrir siempre en tales casos, terminé por llevar a cabo mi ya inminente secuestro, por encerrarme de una vez por todas en uno de esos terribles recintos secretos, en donde hundido en las más oscuras mazmorras y a completa merced de mis desvaríos, me di de lleno a
la tarea de torturarme ahora en forma ya más acabada; a fusilarme rigurosamente en cada amanecer.
..... Y aunque de estas maneras he logrado llenar un par de libretitas con declaraciones más o menos reveladoras, heme aquí terriblemente solo frente a mis despojos, contemplando impotente cómo me voy yendo de entre mis manos sin haber logrado en verdad acusarme de nada, sin poder hacer ya más (ni tan
siquiera ensayar el abominable recurso del torturador bueno), sólo cavilar patético -verdugo sin Ley de Amnistía- si entregarme en un ataúd sellado o simplemente hacerme desaparecer.



*de HERNÁN RIVERA LETELIER

-Fuente: http://www.letras.s5.com/rivera121202.htm






HAY UN DÍA FELIZ*



A recorrer me dediqué esta tarde
Las solitarias calles de mi aldea
Acompañado por el buen crepúsculo
Que es el único amigo que me queda.
Todo está como entonces, el otoño
Y su difusa lámpara de niebla,
Sólo que el tiempo lo ha invadido todo
Con su pálido manto de tristeza.
Nunca pensé, creédmelo, un instante
Volver a ver esta querida tierra,
Pero ahora que he vuelto no comprendo
Cómo pude alejarme de su puerta.
Nada ha cambiado, ni sus casas blancas
Ni sus viejos portones de madera.
Todo está en su lugar; las golondrinas
En la torre más alta de la iglesia;
El caracol en el jardín, y el musgo
En las húmedas manos de las piedras.
No se puede dudar, éste es el reino
Del cielo azul y de las hojas secas
En donde todo y cada cosa tiene
Su singular y plácida leyenda:
Hasta en la propia sombra reconozco
La mirada celeste de mi abuela.
Estos fueron los hechos memorables
Que presenció mi juventud primera,
El correo en la esquina de la plaza
Y la humedad en las murallas viejas.
¡Buena cosa, Dios mío! nunca sabe
Uno apreciar la dicha verdadera,
Cuando la imaginamos más lejana
Es justamente cuando está más cerca.
Ay de mí, ¡ay de mí!, algo me dice
Que la vida no es más que una quimera;
Una ilusión, un sueño sin orillas,
Una pequeña nube pasajera.
Vamos por partes, no sé bien qué digo,
La emoción se me sube a la cabeza.
Como ya era la hora del silencio
Cuando emprendí mí singular empresa,
Una tras otra, en oleaje mudo,
Al establo volvían las ovejas.
Las saludé personalmente a todas
Y cuando estuve frente a la arboleda
Que alimenta el oído del viajero
Con su inefable música secreta
Recordé el mar y enumeré las hojas
En homenaje a mis hermanas muertas.
Perfectamente bien. Seguí mi viaje
Como quien de la vida nada espera.
Pasé frente a la rueda del molino,
Me detuve delante de una tienda:
El olor del café siempre es el mismo,
Siempre la misma luna en mi cabeza;
Entre el río de entonces y el de ahora
No distingo ninguna diferencia.
Lo reconozco bien, éste es el árbol
Que mi padre plantó frente a la puerta
(Ilustre padre que en sus buenos tiempos
Fuera mejor que una ventana abierta).
Yo me atrevo a afirmar que su conducta
Era un trasunto fiel de la Edad Media
Cuando el perro dormía dulcemente
Bajo el ángulo recto de una estrella.
A estas alturas siento que me envuelve
El delicado olor de las violetas
Que mi amorosa madre cultivaba
Para curar la tos y la tristeza.
Cuánto tiempo ha pasado desde entonces
No podría decirlo con certeza;
Todo está igual, seguramente,
El vino y el ruiseñor encima de la mesa,
Mis hermanos menores a esta hora
Deben venir de vuelta de la escuela:
¡Sólo que el tiempo lo ha borrado todo
Como una blanca tempestad de arena!



*de Nicanor Parra.

De Poemas y antipoemas (Santiago, Nascimento, 1954)
-Fuente: http://www.nicanorparra.uchile.cl/antologia/indexpoemas.html





Tranvía*


*Andrea Bocconi


Por fin. La desconocida subía siempre en aquella parada. "Amplia sonrisa, caderas anchas... una madre excelente para mis hijos", pensó. La saludó; ella respondió y retomó su lectura: culta, moderna.
Él se puso de mal humor: era muy conservador. ¿Por qué respondía a su saludo? Ni siquiera lo conocía.
Dudó. Ella bajó.
Se sintió divorciado: "¿Y los niños, con quién van a quedarse?"


*Fuente: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/mini/tranvia.htm




6 de julio de 1914*
Montevideo

Delmira
En esta pieza de alquiler fue citada por el hombre que había sido su marido; y queriendo tenerla, queriendo quedársela, él la amó y la mató y se mató.
Publican los diarios uruguayos la foto del cuerpo que yace tumbado junto a la cama, Delmira abatida por dos tiros de revólver, desnuda como sus poemas, las medias caídas, toda desvestida de rojo:
-Vamos más lejos en la noche, vamos...
Delmira Agustini escribía en trance. Había cantado a las fiebres del amor sin pacatos disimulos, y había sido condenada por quienes castigan en las mujeres lo que en los hombres aplauden, porque la castidad es un deber femenino y el deseo, como la razón, un privilegio masculino. En el Uruguay marchan las leyes por delante de la gente, que todavía separa el alma del cuerpo como si fueran la Bella y la Bestia. De modo que ante el cadáver de Delmira se derraman lágrimas y frases a propósito de tan sensible pérdida de las letras nacionales, pero en el fondo los dolientes suspiran con alivio: la muerta muerta está, y más vale así.
Pero, ¿muerta está? ¿No serán sombra de su voz y ecos de su cuerpo todos los amantes que en las noches del mundo ardan? ¿No le harán un lugarcito en las noches del mundo para que cante su boca desatada y dancen sus pies resplandecientes?


*de Eduardo Galeano.
-Fuente: http://www.patriagrande.net/uruguay/eduardo.galeano/memoria.del.fuego/19140706.htm







Viernes, 23 de Marzo de 2007
MANIFIESTO ACERCA DEL AGUA*



Por Jorge Fandermole *


El agua fue la madre en el origen y el soporte de las primeras formas de vida. Es sagrada, al igual que la vida misma, porque es inherente a ella, imprescindible e insustituíble, porque su naturaleza y condición sustentan el plano biológico y lo trascienden y porque por su dimensión física y simbólica es digna de veneración y respeto.
El agua es un continuo que no puede reducirse a la suma de las alícuotas de un sorbo, una nube, una fracción de mercancía embotellada, el plasma contenido en un cuerpo. Es una matriz continua y permanente que ocupa todo el planeta, que ha mantenido su identidad, su composición y sus propiedades
desde su formación hace millones de años y que, a través de sus estados, es la misma flotando a 20 km de altura en la atmósfera, fluyendo a 11.000 m de profundidad en la tierra y corriendo en las arterias de nuestros hijos, nutriéndolos y purificándolos, atenuando los efectos de los procesos energéticos y haciendo de nuestro planeta una casa confortable. Vivimos en un planeta de agua.
El agua nos ha sostenido y nutrido en el vientre de nuestras madres y es lo que ha trasmitido la vida a nuestros hijos. Mirémoslos: están hechos de agua. De carne y huesos compuestos principalmente de agua. Agua en su piel, agua en su sangre, agua en el humor de sus ojos, agua en sus lágrimas. 70% de agua que se renueva en cada uno velozmente, que se ingiere, se absorbe, se traslada a cada célula de sus cuerpos y se elimina luego. Agua que los renueva, los purifica y mantiene estables sus metabolismos. Un gigantesco
volumen de agua que circula por el ambiente a través de cada individuo durante todo su plazo vital. Nuestros cuerpos son acuosos, cuerpos por los que el agua circula ininterrumpidamente. Su falta provoca inmediatamente una penuria progresiva, disminución del metabolismo y disfunciones que pueden
llevar a la muerte en algunos días. La vida es el cuarto estado del agua, aquel en que observa la funcionalidad más diversa y compleja. El cielo y la tierra viven en nosotros a través del agua y la historia pasa por nuestro cuerpo merced a su antigüedad.
Todo lo nutritivo y letal que pueda existir en el espacio y el en tiempo planetario estará en solución o suspendido en el agua y tarde o temprano pasará en su ciclo a través nuestro. Es la sustancia más abundante de la naturaleza y su ciclo no es externo a nosotros. Nuestra vida y el conjunto de la vida en la Tierra está atravesada en medio de los estados del agua como una gigantesca red de energía y desde los orígenes humanos hemos tomado del agua su estructura física y su dimensión simbólica.
También nuestra cultura forma parte del ciclo del agua y se evidencia desde las labores sencillas de los niveles domésticos hasta el manejo de grandes volúmenes de líquido con que se sustentan los sistemas agrícolas e industriales, en las prácticas de desvío y relocalización para riego, para consumo, para obtención de energía y para atenuar los efectos de los procesos energéticos. Cada práctica cultural involucra en mayor o menor al agua y en diferentes estados. La condición singular de sus propiedades hacen del agua una sustancia maravillosa y la misma presencia gigantesca y fundante del plano físico se extiende a su dimensión simbólica. Su existencia ha atravesado todas las cosmogonías y las mitologías ya sea como principio femenino y materno o como masculino y fecundante; ha fluído por la abundante literatura universal y ha sido el principio regentes de las culturas primitivas, que se han desarrollado respetuosas de su dinámica y su disponibilidad.
El deterioro global del ambiente evidenciado en los cambios climáticos profundos, en la desertización de extensas áreas, el aumento de la temperatura por el efecto invernadero y otros muchos signos pueden
comprenderse dentro de las complejas relaciones sociedad-naturaleza y en el centro de esa crisis, está el agua. Quienes nacimos y crecimos a la vera de los ríos tenemos su marca en nuestro carácter y en nuestra visión del mundo, una noción del universo regida por el fluír del agua y supermanencia cíclica. Los ríos no son vías navegables, factores de importancia geopolítica-económica, recursos industriales ni vertederos de desechos sino el modo en que el paisaje determina nuestro espíritu. La muerte de los ríos, la degradación de esa forma fluída del agua y del tiempo, la abolición de esa paternidad y su sustento, no sólo significaría una penuria vital en el cuerpo de las comunidades sino la caída de un gigantesco universo simbólico y el fin de las poéticas vivas ligadas al río y al agua.
En el agua puede leerse todo lo que de puro o de mórbido haya en el cuerpo de un individuo o de una sociedad, y del trato que al agua se le dé puede inferirse la sabiduría humana o su ignorancia, la medida de su espíritu, la ceguera o la imaginación del hombre, su lucidez vital o su voluntad de muerte.
Quienes pensamos de este modo expresamos hoy nuestra convicción, y en concordancia con las numerosas declaraciones antecedentes afirmamos que:
* El agua es un bien natural inherente a la condición vital, que al igual que la vida constituye un don y un patrimonio humanos, indispensable e insustituíble para el sustento y y el desarrollo de la vida de los
individuos y la estabilidad de las sociedades y por lo tanto su disponibilidad en condiciones saludables constituye un derecho humano fundamental.
* La atención de la problemática inherente al agua debe constituírse como de máxima prioridad por su implicancia en los niveles elementales de la supervivencia.
* La condición de recurso escaso con que se ha investido al agua es ilegítima por derivar de una concepción eminentemente economicista que le adjudica paralelamente en esa denominación el carácter de mercancía sujeta a leyes comerciales, susceptible de ser controlada su oferta, su disponibilidad, su precio y su calidad, contraviniendo por ende su carácter de derecho humano inalienable.
* La noción de una nueva cultura del agua con sus implicaciones multidisciplinarias y las tensiones que necesariamente ocasionará en todos los niveles de la experiencia humana es imprescindible para afrontar la crisis, y requiere no solo una adecuada divulgación sino una efectiva implementación como contenidos en los programas educativos desde los niveles iniciales así como su observación en los planos de decisión política y la revisión de toda la normativa jurídica relacionada con el tema.
* El estado y las formas organizadas de participación comunitaria son los únicos que pueden y deben garantizar el derecho al agua, asegurando la soberanía sobre el agua dulce superficial y subterránea, impidiendo la apropiación de fuentes por intereses privados, velando por su conservación y
salubridad, e implementando un uso sustentable del bien en condiciones igualitarias para todo el cuerpo social.
* La problemática vinculada al agua no está disociada de la del deterioro global del ambiente y su tratamiento no puede reducirse a intenciones generales. Debe comprenderse como una compleja relación entre actividad humana y naturaleza y reconocer que en su determinación los grados de responsabilidad son desiguales dependiendo de la escala de actividad y la condición de dependencia o hegemonía de grupos humanos, sectores sociales, económicos o países debido al desigual uso de agua y energía y el impacto que la actividad ocasiona, y que por tal motivo el concepto de justicia ambiental, debe ser objeto de atención en todos los niveles de la actividad humana y en todos los planos de relación.
* La importancia del agua excede su carácter físico y conforma un imaginario simbólico en la diversidad de las culturas, siempre asociado a la vida, a la vitalidad, al tiempo y al cambio, al que no podemos renunciar porque está en nuestro origen y nuestra naturaleza. Velar por las condiciones del agua no
constituye más que un impulso de supervivencia ya que física y espiritualmente somos su reflejo.



* El Concejo Municipal aprobó ayer el "Manifiesto acerca del agua", cuyo autor es Jorge Fandermole, junto a las organizaciones ambientalistas y sociales que militan por la conservación de ese recurso natural.

-Fuente: Rosario-12
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/14-7834-2007-03-23.html




Correo:


Eduardo:
Hay una franja de jubilados postergados en sus mas elementales derechos, que son: la movilidad mínima necesaria para guardar el poder adquisitivo que la inflación carcome cada día. (Habiendo una inflación desde el año 2001 de entre el 200 al 300 %, a esta franja la congelaron porque aparentemente ganaban demasiado -más de $ 1000.- aunque hubieran aportado toda su vida para ello. Recién estos meses le dieron una limosna, que es el 11% más el 13%, haciéndose los distraídos con la diferencia, achicando adrede entonces sus haberes "de ricos privilegiados")


*Celso. celsoagr@trcnet.com.ar


En razón de esa realidad les envío para compartir los siguienmtes versos :


Por Carlos M. Stroppiana (jubilado)
DERECHOS ERAN LOS DE ANTES

Cuando la tarde se inclina
sollozando al Occidente,
brota, cual sombra doliente
del fondo de cualquier calle
con rumbo a Plaza Lavalle,
un Jubilado corriente,
común, no privilegiado,
por la Malaria angustiado,
y arrastrando su evidente
condición de Defraudado.

Camina muy lentamente,
agobiado por sus males,
y frente a los Tribunales,
con sus iguales se junta
en singular marabunta,
para elevar tristemente
mirando hacia las alturas,
sus congojas, apreturas,
y estas trémulas preguntas
rebosantes de amarguras:

¿Señor, no es algo siniestro,
inmerecido, indecente,
oprobioso e incongruente
que reclamando lo nuestro
bajo la lluvia inclemente
con el alma hecho pomada
y las pilchas empapadas,
nos digan, tranquilamente
como única explicación,
que con las Cajas saqueadas,
protestar airadamente
y aunque nos sobre razón,
es al divino botón ???...

Y siendo tan evidente
que las saquearon, realmente,
¿no habría que investigar
cómo y quienes las saquearon,
porqué no lo investigaron,
y dónde fueron a dar
los Aportes que invertimos
los Buenudos que cumplimos
con toda puntualidad,
las normas obligatorias
de Edad y Antigüedad ???...

Porque esas normas, Señor,
rigieron estrictamente
para todos por igual,
hasta que alguien, piolamente,
propuso en el Parlamento
-sin demasiado argumento-,
la Exención Preferencial
para cualquier congresal,
gobernante o funcionario,
logrando, pa qué te cuento
con consenso extraordinario,
que se aprobara en el día,
y por obvia mayoría.

Y desde entonces hasta hoy,
sesenta y tres mil exentos
se jubilaron, contentos,
con haberes suculentos
de distintas magnitudes,
lo que nos lleva, Señor,
a estas otras inquietudes:

a) Un privilegio obtenido
de modo tan peculiar,
¿Se puede considerar
como un “Derecho Adquirido” ???...

b) Porque viendo, comparando,
y de Derechos hablando
dentro del mismo planteo
¿no nos asiste, Señor,
el Derecho al Pataleo
y el de sentirnos heridos,
cuando han sido tan violados
los Derechos Bien Habidos
de los no privilegiados ???...

c) ¿Sabrán los Legisladores
en función de violadores
(dicho sea sin eufemismos),
entender que no es simpático
para el sentir democrático
privilegiarse a si mismos ???...
¡Pucha, Señor! ¿Hasta cuándo
pensarán seguir violando
las normas de la Equidad
y de la Noble Igualdad ???...



d) Y ante lo triste y nefasto
del ejemplo que están dando
desde sus altas funciones
por supuesto que exceptuando
las honrosas Excepciones,
¿habrá que admitir, Señor,
que aquí, los Grandes Ausentes
fueron, reiteradamente,
la Austeridad y el Pudor ???...

Y asumiendo finalmente
que es el Final más coherente
con nuestra Jubilación
morir por inanición,
¿no te parece algo cruento
que en ocasión de ese evento,
viajamos al Más Allá
llevando en el mismo jonca
los ahogos, el descreimiento,
las pálidas y la bronca
que nos mufaron acá ???....

*Por Carlos M. Stroppiana (jubilado)


*

Reescribiendo noticias. Una invitación permanente y abierta a rastrear noticias y reescribirlas en clave poética y literaria. Cuando menciono noticias, me refiero a aquellas que nos estrujan el corazón. Que nos parten el alma en pedacitos. A las que expresan mejor y más claramente la injusticia social. El mecanismo de participación es relativamente simple. Primero seleccionar la noticia con texto completo y fuente. (indispensable) y luego reescribirla literariamente en un texto -en lo posible- ultra breve (alrededor de 2000 caracteres).

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