miércoles, septiembre 05, 2007

EDICIÓN SEPTIEMBRE


INVENTIVASocial
Edición SEPTIEMBRE 2007
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Era el tiempo*



Era el tiempo
en que la luna caía
degollada en los brocales
cuando guardé mi llanto
en aquel cuarto
que olía a azahares, a naftalina
y a cáscaras de naranjas secas.
Era el tiempo
en que los niños
existían como ángeles
o fantasmas quietos
o dormidos
y los grandes se secaban el vino
de los labios con la manga del saco
y cantaban esas canciones
donde siempre una novia italiana esperaba
y sin embargo sonreían sin llanto
aunque la voz se les quebrara
como una rama seca.



Invierno, 2004.

*de Jorge Isaías. jisaias46@yahoo.com.ar
-A los amigos y otros poemas-








EL TRUCO DE OLEJ*



Apreciamos la maravillosa magia poética de la sorpresa, de lo insospechado, de la dulzura del retorno a la emoción sin explicaciones. Apreciamos lo que se presenta a si mismo sin contexto, criatura y color y sonido en un universo propio y coherente.
Un muñeco de trazos sutiles, un personaje sin sombra surgió de la oscuridad para hacer bailar las esferas etéreas que se desplazaban como luces, jugando morosamente sobre sus brazos, acudiendo a sus manos o realizando figuras geométricas en el aire. Con el alma en vilo seguíamos las evoluciones de las esferitas verdes danzando imposiblemente en la oscuridad. La dulzura de ese momento se medía en el silencio de los espectadores, todos nosotros conteniendo la respiración frente a lo netamente bello.
Cada uno de los muñecos estaba creado como desprendimiento de un sueño. Y ese sueño se adivinaba dulce y sereno, coloreado con los distintos y vibrantes colores de la infancia. Rojo, azul, verde. No hacían falta más que tres notas para componer esa sinfonía.
Y en esa hora que duró el espectáculo, no hubo titiriteros vestidos de negro que propiciaran la ceremonia. Las marionetas caminaron e hicieron acrobacias movidas por la fuerza de nuestra imaginación que no quería despertar de su arrobamiento.
No hay mayor logro de un artista que el hacer olvidar las varillas y las tramoyas, los hilos o el enorme esfuerzo del ejecutante oculto por detrás de la representación, que se vuelve realidad única.
Música, relato simple, movimiento. Sólo ocurría en la sala lo que nos atrapaba por completo la atención y el sentimiento.
No había en el público ningún adulto. Todos aceptábamos infantilmente la magia, porque la magia era clara, amable y poética. Y los niños, por fin, los niños podían allí darse a la niñez más entrañable.
Sin gritos ni golpes, sin violencias. Magia.
El teatro negro del grupo Bosquimanos Koryak nos demostró lo que ya sabemos. Nos demostraron que aún en estos tiempos la niñez es poética, los adultos conservamos la ingenuidad, y los seres humanos por definición somos capaces de apreciar la belleza cuando nos la ofrecen.
Olej es el pequeño personaje que una y otra vez intentaba realizar su truco. El enorme presentador una y otra vez se lo impedía para presentar otros ejecutantes. Nosotros, claro, una y otra vez estábamos con Olej, porque, como debe ser, otorgábamos nuestro favor al más pequeño, al más débil.
Olej, finalmente, nos regala para nuestra perfecta alegría la maravilla única de hacer surgir de una caja vacía una paloma. El mejor truco de magia. Porque la magia es magia no porque ocurra por primera vez, sino porque sucede.



*de Mónica Russomanno. russomannomonica@hotmail.com







Personajes*



De Rebecca, Una Mujer Inolvidable, el castillo después del incendio. Acción en todo el predio. Nuestros personajes memorizaron —algunos— sus parlamentos. Hay de los que jamás farfullarán. Incluso un gran puñado no habrá de darse a conocer. Apenas se humedecen cuando diluvia, y las espectrales ruinas no son escondite. Advertimos sobre la conveniencia de aspirar a la aprehensión sintetizadora. Hallaréis acaso humor y descrédito; perspicacia y barullo; fundamentalmente, espejismo. Acaso.
De cara a las olas, La Novia, treinta y nueve años, fogosa. Su vestido anti-inflamable, por detalles en el modelito, nos remite a la década del cuarenta. La fijeza de su mirada se disipa al declarar:
—Mis amigos: en esta escena nos diferimos: para más luego, para otra etapa.
Es de gran estatura, pero no soberbia; es pura, pero no ignorante; sus pestañas son largas, pero no tupidas. Belígera, en ocasiones. Ríe y se desgrana. Ofertaría sus incontables suspiros a sucesivos postores; y a postores para toda la vida. No es todavía de noche.
—Debo enfatizarlo: tengo un entripado. De no ser así no estaría acá. Con ustedes. Resquebrajándome.
Se pasa la lengua por el labio superior.
—Se me murió el poeta. A él fui prometida. Obsequio y musa. No logró captarme como sí otros hombres. Y como las damas. Muy bajo en el ranking mi poeta. Versos menudos, hálito íntimo. Flaco, clásico.
Sus manos unidas en el ramo de novia.
—El no vino: se me murió. Y me mandaron sola. Me arrasaron sin forcejeos. Ataviada. Hubo emoción. Contenida. ¿Por qué nosotros, por qué ahora, por qué aquí?... Los designados. El ser visuales pronuncia el desafío. Señan con una caricia.
Su vestido: es de cola.
—Encuentran abiertas las ventanas o se arraciman. Soy el móvil. O bien, es preciso que lo sea.
Piensa. Solloza. Debajo de su tocado.
—Mi belleza es una confabulación. Paradigmática. Los menos, agonizan. Los escabulleron. Sustraídos y depositados. Pasan letra o la olvidan. Aquí caímos de pie los sobremurientes. Los imperecederos. Se adivina.
Piensa. Solloza.
—Tuve mis encantos laxos cuando jovencita. Hubo contramarchas. Hoy es de un modo, pero mañana... Un gigante triste mi mamá. Un gigante triste en su cumpleaños.
El Hada Madrina no está lejos. Indescriptible a simple vista. Procura aprender un libreto. Nadie distinguiría las frases que desacomoda, que trueca, que zangolotea.
—“El drama de lo monocorde. ¿Y qué del drama de lo monocorde?... Mi hermana me dio el ultimátum, mi maestro se distrae, mi amante me dejó.”
Repite. Dos veces.
—“No soy lo que se espera de mí. ¿Quién es lo que se espera, quién lo logra?”
Memoriza sin voz. Hojea nerviosamente. Se sienta sobre una roca.
—“Sé que me dilapidan invocándome. Sabemos hasta un punto. Hasta un punto final.”
Repite varias veces (como al “padre nuestro” o al preámbulo de la Constitución).
—“Si no nos atuviéramos sería aún espantoso. El desgarramiento. El desgarramiento. El desgarramiento.”
Repite leyendo. Así como:
—“En efecto, soy quien supone. Admitiré errores y poderíos. Me esfumaré sin lágrimas. Elusiva, muy elusiva. Permitiré que me restañe. No cejaré en mi propósito, si lo tengo. Alucinaré, abdicaré. Me constituyo en cada sílaba. Argucia mínima, apretada. El rey asomará y asombrará. Bello como una bandada. Límite para los circunflejos. Tremolantes los enormes senos de La Monja. Los míos en paz. Los enormes, incandescentes. Ahora, beben. Pero los míos, nunca.”
Subido a un árbol, contempla Otelo las estrellas. Se organiza, siempre se organiza. Su vozarrón estremece. Cuelga de sus vestiduras una larga y lacia peluca blonda.
— ¡Ay, qué solos se quedan los vivos! ¡Qué vacilantes, con tanta mocha reciedumbre! ¡Con tanta descomedida lucidez!
Canturrea:
—“Un Antonio me miró
y un José y un Rafael...”
Sigue:
— ¡Qué impávidos, qué solos se quedan! Apelmazados, estoicos. Transliterados. Colinas, inútil terciopelo.
Un mástil, al que se halla atado por una pata, El Pato Salvaje de Ibsen. Con un cable telefónico.
La Novia posa para cámaras fotográficas imaginarias. Estornuda. Arregla su atuendo. Maldice inaudible.
Shakespeare, descalzo. Se despereza. Corretea seiscientos metros hasta donde ha dejado su calzado, en la entrada de la finca. Simula sorpresa al encontrar una bicicleta de carrera (turquesa) al lado de su calzado. Soba a la bicicleta. Retorna cansino a la espesura. Simula dormir. Duerme. Se despabila. Se despereza. Corretea hasta donde ha dejado su calzado. Simula sorpresa al encontrar la bicicleta. La soba. Retorna cansino. Simula dormir.
Personaje de Schiller: más de un cartelito indica: “Personaje de Schiller”. Denota desorientación. Se saca y pone los cartelitos. También sus prendas.
—Soy los hombros de Wallenstein. Los dedos de Amalia de Edelreich, pero, de ningún modo su paladar. El brío y la intemperancia de... Presunto desdichado, romántico y autocompasivo.
Teme a los rayos.
—Temo a los rayos, a la ira.
El Hada Madrina fuma y tose. Los pómulos con esparadrapo.
El Pato Salvaje de Ibsen tironea del cable, lo muerde.
La Novia ha ido descangayándose. Orina creída que lo hace para admiradores.
Shakespeare infla las cubiertas de la bicicleta. Silba. La monta y da vueltas complacido, cabellos al viento. Tiene hambre.
Landrú y La Monja, despatarrados. Una mano de Landrú, debajo de las faldas de La Monja. Palpa.
Otelo palpa su muserola en el ñandubay. Sufre. Se aplica la peluca con esmero exquisito. Se posesiona. Sacúdese, fusiónase. Pronto tendrá sueño.
La Novia ofrenda su ramo a quienes la injurian. Se calman los injuriantes. La besan. La besan y se van.
A El Pato Salvaje de Ibsen le sangran las encías. Traga.
Un corifeo escruta el anuncio del periódico: paredes de una gruta. Pintura abstracta lo matiza. El corifeo no es un lince. Y el periódico —dijimos— no es manuable: “Intelectual rudimentario, aliancista, nada socrático, anhela mantener lazo con joven que se emperifolle dentro de una gama estólida, no afrentosa, alerta a estímulos discontinuos, sin embargo.” “Una Empresa hay que se dedica (la nuestra) a subvertir (al destino sería presuntuoso) un cierto ordenamiento de lo fortuito, dentro del campo del conocimiento entre aquellos cuyos proyectos de vínculo sea la unión sexual.”

El Hada Madrina gesticula, se rasca. Áfona se encamina hacia La Novia, hacia los animalejos que se dispersan junto con lugareños, gnomos e infinitesimales. La Novia, exangüe, yace. El Hada Madrina le alcanza su libreto. Áfonas gesticulan: macabro. El Hada Madrina, febricitante, se zambulle entre las piernas de La Novia. La Novia se inclina. Lee:
—“El drama de lo monocorde. ¿Y qué del drama de lo monocorde?”
Lee gritando:
—“¡Mi hermana me dio el ultimátum! ¡Mi maestro se distrae! ¡Mi amante me dejó!”
Magallanes es un recién venido. Su simpatía, su exultación... ¿pueden criar adeptos? ¿Cree que es una isla este paraje? ¿Es una isla? Formúlase interrogantes de variada incidencia en la cotidianeidad. Lo trajo el mar. Perora. Lo hizo también al descender de su barca, al aposentarse y reconocer la playa. La playa de juguete. Solázase con la gratitud del vecindario. Trénzase con el rufián, con la doncella. Siempre desde su plinto. Incrépase con tonsurados y correveidiles. Desgañítase con las incorregibles, con los bufones. Adora la intemperie. Refriega su prosapia a los empedernidos. Agente viajero.
— ¿Qué es viajar? Viajar es despejar. Desde el lugar común. O la frase: “Nos convendría despejarnos”. Cuando a la aventura de la existencia le birlamos la aventura, no sólo la aventura le birlamos. Hay otro desposeimiento, otro poseer. No se posee la propia existencia si no se la arriesga. Si no se la recorre, si no se la mora. Si no se la viaja, si no se la etcétera.
Landrú y La Monja duermen despatarrados.
Otelo sueña que Shakespeare lo come. Le pasa por arriba, y previamente deshuesado, con parsimonia, lo manduca. Con todos los dientes y en su propia salsa. Ya no sufre, objeto de esa pasión.
Por delante del telón, El Personaje de Schiller, ridículo oriflama.
—Únome a lo prístino de su escepticismo. Y a lo prístino de aquélla... —señala a La Monja—, que no cesa de dormir.
La Monja despierta, sobresaltada. Piel blanquísima. Landrú despierta. La llama, la invita. La Monja sonríe. Sin acudir. El Personaje de Schiller se masajea las sienes. Landrú invita. La Monja acude. Sin sonreír. Se entrelazan encarnizadamente. El Personaje de Schiller se masajea las sienes, ahora, en cuclillas. “Y cae, cae el cielo a terrones.”



*De Rolando Revagliatti. revadans@yahoo.com.ar






XXXVII*




No hay duendes
en la lluvia.
No hay una huella
que caiga
insana
entre los pastos.
Un robledal
arde
en la lluvia
y entre tus piernas
soy el vencido feliz.



*de Jorge Isaías. jisaias46@yahoo.com.ar
-Áspero cielo. Poemas. 2002-








Contextos encontrados*



El hombre entra a la exposición de la escuela de arte escuchando su monólogo interno, ese acompañamiento en silencio al que ya esta acostumbrado como en un matrimonio de viejos.
Ese llevarse a uno mismo con palabras que no tienen voz ni luz, que circulan en algun lugar impreciso de su cabeza. Palabras que no salen pero que se plasman en emociones, en piel de gallina, en palpitaciones inexplicables, en sensaciones que aparecen siempre fuera de contexto. Fuera de lo que le resulta posible verbalizar y explicar a otros. Incluso a sí mismo.
El mundo es tan proyectivo. -se dice.
Tan de poner afuera y ver sólo lo que el mundo interno nos permite ver. -insiste mientras se mueve algo ajeno al desarrollo del evento. Lo invitan a ver trabajos. Quiza a elegir uno para dedicarle algunas
palabras. Se detiene ante una foto, la elige inmediatamente. La chica de la imagen esta tendida sobre un suelo de baldosas oscuras. Su blanca piel de brazos y rostro contrasta con la oscuridad del pudor con la que gran parte de su cuerpo piel se oculta debajo de una manta fucsia que se pierde en sombras de la cintura hacia abajo, hacia un final que no llega a la extensión de ese cuerpo curvado al que hay que imaginarle piernas y rodillas y pies tan blancos como el color de sus brazos.

Ella y su mirada puesta en la naranja que sostiene con su mano izquierda.
Enseguida le surgen ideas imprecisas y una canción cantada en la voz de Horacio Molina.


Era más blanda que el agua
que el agua blanda
Era más fresca que el río,
naranjo en flor


Es por su piel tan blanca en flor, que piensa en ella cómo la continuación de una raíz bien hundida en la tierra. (si uno observa con detenimiento se ven las costuras de flor y flor en los surcos de piel, flor con flor unidas en piel que la costumbre de ver piel y no otra cosa no dan a entrever a la mirada inocente).
Y ese ser de unos 18 años que observa la piel naranja del fruto es también Hegel, y su dialéctica. Árbol humano que sostiene su fruto con dedos finos y delicados.

Hilachas, hilachas de su vida ve. En el negro pelo de la chica, tan negro como el infinito, ve el color del portalaminas donde guarda enrollado su título de sociólogo.
Encuentra en el rostro perfil de la muchacha un rastro de sus labios y ve el color de los labios de un tenue rosa viejo que lo enamoraron de su compañera.
En esas cosas piensa aleatoriamente el hombre, en esos contextos encontrados a partir de la imagen de aquella chica con su piel de Naranjo en Flor.


Y en esa calle de estío,
calle perdida,
dejó un pedazo de vida
y se marchó.


*De Eduardo Francisco Coiro. inventivasocial(arroba)hotmail.com









NARANJO EN FLOR*


Letra: Homero Expósito
Música: Virgilio Expósito




Era más blanda que el agua
que el agua blanda
Era más fresca que el río,
naranjo en flor
Y en esa calle de estío,
calle perdida,
dejó un pedazo de vida
y se marchó.


Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y al fin andar sin pensamiento.
Perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor
que se escaparon en el viento.


Después, qué importa del después
Toda mi vida es el ayer
que me detiene en el pasado
Eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado
como un pájaro sin luz.


Que le habrán hecho mis manos?
Que le habrán hecho,
para dejarme en el pecho
tanto dolor?
Dolor de vieja arboleda,
canción de esquina,
con un pedazo de vida,
naranjo en flor.


*Fuente: http://www.robertogoyeneche.tango-tour.com.ar/naranjoenflor.htm









LA ESCRIBIENTE*



La Leo es la viejita siempre niña, una ancianita que las convulsiones infantiles fijaron eternamente en unos siete años inmóviles de picardía en los ojitos pequeños, siete años de cabecita rizada y risa y llanto fácil.
Llora cuando recuerda a la mamá, que la acompañó en el geriátrico hasta los cien años pero se fue un día, el año pasado, y la dejó solita. Se ríe cuando alguna cosa le hace gracia, y entonces gorjea y cloquea y se dice a sí misma “esta Leo, esta Leo”, la frase que otros le prodigaron a lo largo de sus más de siete décadas de vida.
Y la Leo escribe. Escribe, trabajosa y concentradamente. Escribe en su mesa, ajena a las visitas de los otros, o a los compañeros de vejez, tan próximos y a la vez tan lejanos, que se marchitan a su alrededor y ya renunciaron a la esperanza. Ella escribe porque la niñez no renuncia a la esperanza. La Leo escribe con las manitas de dedos cortos, y cada tanto se levanta con pasos bamboleantes a mostrar cómo escribió allá debajo del punto cruz con lapicera “Leonor Taborda”. A veces copia palabras de libros o revistas. Y esconde las letras debajo de enmarañadas líneas en negro, azul, verde. Otras veces, escribe cartas. Cartas donde cuenta que se murió la mamá, que se murió el hermano, que en su cumpleaños esperó que fuesen a visitarla para tomar té o mate con bombilla, y no fueron. Son cartas de palabras inconexas en las que alguna vez se adivinan frases pero en las que siempre se comprende el llamado, la esperanza de que sirvan de señal luminosa para que algún lejano barco se acerque a su naufragio.
Las cartas ocupan carillas de papeles doblados torpemente. Cuántas cartas, me pregunto, cuántas cartas a esos destinatarios que hace sesenta años fueron niños que su mamá recibía como alumnos particulares en la casa. Y que ahora son también ancianos o que han muerto en lejanas camas y ciudades distantes.
Ella recuerda bíblicas genealogías, recita los nombres de los ausentes, el nombre de los padres y de sus hijos. En su universo infantil siempre se han de nombrar padres e hijos, y los recuerda a todos. La dirección que indica es “Calchaquí”, “Santo Tomé”, alguna vez el nombre de una calle o el lugar preciso: enfrente de la farmacia, justo en la esquina.
Padres e hijos en una topografía de peatón o de vecino. La vida sencilla, los mapas de la infancia, las décadas superpuestas y las cartas que nunca llegarán a los difuntos o los que hace mil años tomaron otros rumbos o se diluyeron en una Historia que sepulta las historias.
La Leo escribe, y entre las palabras indescifrables anota bien clarito “Salta 3534”, para intentar forzar al destino de soledad con su correcto remitente en “Las diamelas”. “Mamá murió”, y otra vez recuadrado en un trazo temblequeante mamá murió. Hay que contar la noticia. Vengan, escriban. Estoy sola. Los niños del segundo grado de hace sesenta años, los fantasmas, los médicos que la atendieron cuando era pequeña y aprendió a cocinar carbonada. Vengan.
Y escribe las cartas para la legión de ausentes que pueblan su memoria exacta con precisiones ingenuas “fue a las cuatro de la tarde, un jueves”. “Llovía”.
Escribe y agota lapiceras, gasta lápices de colores, alegra los renglones con fibras. La Leo escribe al universo, tiende puentes de papel y tiempo elástico. Tiene fe en esos emisarios que dejamos las cartas en cajones, sobre las repisas, cree en la eficiencia de esos extraños devenidos en correos que finalmente desechan las misivas con los residuos cotidianos y los objetos inútiles.
Y yo escribo sobre la Leo para tender puentes de palabras en un universo indiferente, para darle pelea al tiempo, para enviar una señal luminosa que atraiga barcos a su naufragio, a mi naufragio. Pero yo, ingenua Leonor, yo no tengo fe en emisarios ni en misivas. Yo, afortunada Leonor, yo desde mi adulta tristeza percibo la ferocidad de las distancias y la temible ausencia de los destinatarios. Yo, mientras escribo, te veo en tu silla afanándote en tus cartas y, como siempre, envidio la pueril, maravillosa felicidad de los creyentes.


*de Mónica Russomanno. russomannomonica@hotmail.com





Voyager*



La noche soñaba
que no te contenía
y te arrojó cual pétalos
sobre las vías muertas del universo
se aceleraban los núcleos de tus células
se expandía tu corazón
hasta que se convertia en luz
y sus átomos veloces se impulsaban
hacia los brazos en espiral de la galaxia.

En realidad el universo
era tu barrio y los rostros conocidos
multiplicados
los mismos gestos de interrogación
de los que no podías huir tu
ni la noche

la noche soñaba
que te detenías con la expansión
eras un instante de materia oscura
un momento de letargo
superando enseguida apenas a la lava
como un arn
otra vez a miles de años
de trabajar la piedra
y no saber como describir
un horizonte una caricia el dolor
no sabías
la noche no sabía

Hasta
que en un destello un puñado de siglos
veías la ilusión a la luz( veía ella)
con tanta forma
tanto hecho inexplicable otra vez..

-“Cuando
lo onírico mío
te vomite
y aprendas a ser
entonces ángel....(“- Ángel, bella palabra. Pensó la noche)!

-“¡Qué se yo
como registrarán tus pupilas
ni si serán como dicen: puras,
tanta contaminación ambiental,
tanto error humano,
tanto desorden climático,
tantos kilómetros de hijos del hambre?
Yo soy solo la noche.
Tú solo eres producto
de mi ocio desordenado.
El rompecabezas de mi tiempo libre
se lo cedí al hombre.”



*de Victor M. Falco vittoriofa9@hotmail.com











las ángeles no tienen sexo*

a Lord Cheselin y Big Leroy




ayer me morí/
estaba leyendo “Mein Kampf” de un tal Adolf Videla Camps
y de golpe me morí.

subí al cielo volando o algo así
me veía ahí abajo
el velador encendido/ los cigarrillos
los ojos húmedos/ cada vez más pequeño
una hormiguita con una lanza en la mano
hasta que llegué al cielo.

me recibió un viejo barbado con cara de loco
- usted se ha ganado el cielo por ser poeta – me dijo.
- que bueno!/ ésta es finalmente la recompensa
a tantas palabras inútiles intentando decir algo –.
- sí/ ésta es la recompensa
pero hay cada poeta!/ que la verdad
deberían irse directo al infierno – dijo malhumorado.
- usted/ se salvó raspando/ dígame que le apetece? -.
- un ron lento y dos chicas rápidas – le dije sin pensar.
- Ja!/ vaya por ese pasillo -.

el ron estaba bueno
las dos ángeles de alas rosadas mejor
las desplumé de a poco
mientras sonreían tímidamente/
y cuando llegué a lo que buscaba
una etiqueta decía
“Made in Taiwán”.

después/ como en una inmensa pollería
desplumé sin descanso cientos de ángeles rosadas
hasta el calambre total de los brazos.

esta mañana con el cuerpo dolorido
desperté en mi pieza
apagué el reloj/ miré hacia arriba
y entonces me di cuenta
que siempre hay un lugar
donde se puede estar peor.-




*de aldo luis novelli. aldonovelli@yahoo.com
(desde los bordes del cielo)
http://la-sed-infinita.blogspot.com
http://fluidos-virtuales.blogspot.com






EN LA ASOCIACIÓN YAGE Y EL MAGAZIN CULTURAL XICóATL CELEBRAMOS 15 AÑOS DE ACTIVIDADES.*



Queridos(as) socios(as) y amigos(as) de YAGE,
Apreciados(as) lectores(as) de XICóATL en el mundo,



Constituye una alegría inmensa el poder celebrar ahora los primeros 15 años de trabajo ininterrumpido de YAGE, Asociación pro Arte Ciencia y Cultura Latinoamericanos y del Magazín Cultural Latinoamericano XICóATL “Estrella Errante”.



El 29 de enero de 1992 fue presentada a la BPD Salzburg la proposición de fundación de la Asociación por parte de Christine Reisenberger, Thekla Waltl y yo. El 5 de marzo realizamos la primera asamblea general en la sala de actos de la Katholische Hochschulgemeinde Salzburg, en la Wiener Philharmoniker Gasse 2, en la cual participaron más de 60 personas entre latinoamericanos y austriacos. Aquella primera asamblea será siempre uno los recuerdos más hermosos de mi vida: la espectativa generada pues era el primera asociación latinoamericana que iba a ser fundada en Salzburgo, el recital de Joaquín Clerch Díaz con obras de Barrios Mangoré, entre otros, la presentación y discusión de los primeros proyectos, la elección de la primera junta directiva y para culminar la música interpetada por Thekla Waltl, Peter Schwarzenbauer y Jorge Eduardo García, además de la dinámica atmósfera que vivimos y los deliciosos pasabocas vegetarianos servidos para la ocasión. El 11 de marzo fueron aprobados los estatutos por parte de la BPD Salzburg.

El 1. de mayo de 1992 apareció el primer número del trilingüe Magazín Cultural Latinoamericano XICóATL “Estrella Errante”, el cual llega hoy a la edición número 80, un verdadero récord en Europa en cuanto a publicaciones de este tipo se refiere. También el número de autores publicados en nuestras páginas resulta grandioso: exactamente 450 autores latinoamericanos y 17 austriacos hasta la presente edición, presentados en el idioma materno, con traducción al alemán o al español. De los trabajos presentados un 90 % de ellos son literarios, especialmente ensayos, cuentos y poemas, y un 10 % corresponden a otros géneros, especialmente a la protección ambiental.
Durante los 10 primeros años XICóATL se publicó bimestralmente, pero a partir del 2002 aparece trimestralmente debido al desarrollo de otros proyectos, especialmente vinculados con nuestra página en internet. Es de destacar entre ellos los Puentes Culturales que hemos impulsado entre Austria y Argentina, Colombia, Costa Rica, Cuba y México, además de uno latinoamericano general para los países restantes. Mediante ellos hemos logrado presentar internacionalmente una gran cantidad de escritores, artistas plásticos, compositores, músicos y otros creadores latinoamericanos y austriacos. Además de su presentación virtual, hemos mediado también en algunos desplazamientos intercontinentales de ellos a fin de participar en eventos de carácter nacional o internacional.

A nivel de Austria, y especialmente de la provincia de Salzburgo, resultaría demasiado largo y tedioso enumerar el gran número de eventos realizados: conciertos de música latinoamericana erudita y popular, exposiciones de pintura, lecturas de autores latinoamericanos, conferencias sobre temas científicos, artísticos o culturales vinculados con Latinoamérica, exposiciones y conferencias sobre temas ecológicos en universidades y colegios, fiestas y diversos tipos de actividades sociales. A nivel internacional hemos realizado 4 Concursos Literarios, 2 Concursos de Composición Musical y 2 Concursos de Fotografía Ecológica en los cuales han participado más de 1000 personas de más de 35 países. En esta multitud de proyectos, las características principales han sido la eficiencia, el cumplimiento exacto de los planes trazados y el éxito, lo cual nos ha hecho merecedores de la confianza y el apoyo de las autoridades de Salzburgo y de una enorme red internacional de trabajadores de la cultura.

Otro proyecto que deseo recordar en esta fecha especial es nuestra emisión radial “Poesía y Música Latinoamericana” que presentamos todos los domingos entre las 19:06 y las 20:00 horas, con repetición los días jueves entre las 10:06 y las 11:00 horas, en la Radiofabrik de Salzburgo ( www.radiofabrik.at ). “Poesía y Música Latinoamericana” es la emisión más antigua que tiene la Radiofabrik. La iniciamos en los albores de la radio, a finales del siglo pasado, cuando ésta apenas contaba con una licencia de emisión los días miércoles entre las 18:00 y la 24:00 horas. En aquel tiempo “Poesía y Música Latinoamericana” se presentaba de manera intermitente, en audiciones de 15 minutos. Al ser ampliada la licencia de emisión aumentamos a media hora semanalmente, y a partir del 6 de enero del 2002, nuestro programa tiene la duración habitual antes descrita: 54 minutos. A propósito de celebraciones, el próximo 7 de octubre realizaremos el programa número 300, contados desde el 2002, a cuya audición quedan invitados desde ahora muy cordialmente.

Todos los proyectos de estos primeros 15 años de trabajo no se hubiesen podido adelantar sin la cooperación de una infinidad de personas: además de los miembros de los jurados, los participantes en los concursos y el número de autores publicados mencionado anteriormente, en XICóATL han colaborado un total de 78 traductores(as) y 50 moderadores(as) lo han hecho en el programa radial: para todos ellos nuestro más profundo agradecimiento por el impulso brindado, en el momento oportuno. Además, un sinnúmero de personas en Austria, Latinoamérica y Europa han colaborado de manera directa o indirecta en otras pequeñas o grandes realizaciones de la Asociación YAGE, para ellos también nuestras gracias sinceras y felices.

Nuestros agradecimientos se extienden también a quienes conmigo comparten actualmente la dirección de YAGE, esto es, el compositor argentino Juan María Solare, Mag. Thekla Schirz, Wolfgang Hirsch y Dominique von Loebel. Un agradecimiento muy especial merecen quienes desde la fundación de YAGE, o después de la misma, siempre han estado presentes y colaborado en los diversos proyectos: Lic. Angelika Moser, Lic. Ulrike Zomorrodian-Santner, Dr. Jorge Antunes en Brasil, Lic. Judith Moser-Kroiss, Ing. Jorge Martínez Villaseñor en México, Lic. Christoph Lukits, Dr. Nicolás Cosío Sierra en Cuba, Dr. Friedrich Frosch, Horacio Rossi y Eduardo Coiro en Argentina, Mag. Josef Lanner, Chano Delgado de Schlachter, Anna Maria Kalcher, Veronika Gruber, Lic. Silvia Amberger, Waltraud Hostalek-Rehbogen y Renato Vecellio, estos dos últimos, para nuestro infortunio, fallecidos en 2005. Sólo me resta agradecer a mis hijos Krysthal y Leo, fundadores espirituales y quienes ya colaboran activamente en los proyectos; también agradecer vuestra afabilidad y apoyo, queridos socios, lectores y amigos, y desear una larga vida a este emprendimiento que en 15 años ha podido hermanar tantos pueblos, culturas y esperanzas, para la construcción de un mundo mejor mediante el trabajo creativo de sus hijos.



*de Luis Alfredo DUARTE-HERRERA. euroyage@utanet.at

YAGE, Verein für lat. Kunst, Wissenschaft und Kultur
www.euroyage.com






Correo:


Por medio del presente el Com.It.Es. (Comitato degli Italiani all'Estero) Circunscripción Consular de Rosario, a través de su Comisión Pari Opportunità, junto con la Universidad Nacional del Litoral invitan a Ud. a la presentación del libro Homenaje a la mujer italiana - Mujeres destacadas de la colectividad y de la nueva publicación Homenaje a la mujer italiana -
Voces escritas 1, que contiene relatos, poesías y refranes de mujeres de Santa Fe, Recreo, Paranà y Concordia.

La misma tendrá lugar en la XIII Feria del Libro de Santa Fe -Centro de Convenciones y Predio Ferial "Agustín Zapata Gollán", Las Heras 2889 (detrás de Estación Terminal de Omnibus) Santa Fe, el sábado 15 de Septiembre de 2007, a las 16 hs, Sala Luis De Filippo.

Se ruega dar difusión.
A la espera de contar con su grata presencia, saludamos cordialmente.

homenajemujeritaliana@yahoo.com.ar

clareandoazul@yahoo.com.ar


Cav. Erugelio Carloni
Presidente Com.It.Es.

Susana E. Colombo
Coordinadora Comisión Pari Opportunità

Ing. Mario Barletta
Rector Universidad Nacional del Litoral





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La protección de los derechos de autor, o resguardo del copyrigt de cada obra queda a cargo de cada autor. Inventiva solo recopila y edita para su difusión las colaboraciones literarias que cada autor desea compartir.
Inventiva Social no puede asegurar la originalidad ni autoria de obras recibidas.

Respuesta a preguntas frecuentes

Que es Inventiva Social ?
Una publicación virtual editada con cooperación de escritores y lectores.

Cuales son sus contenidos ?
Inventiva Social relaciona en ediciones cotidianas contenidos literarios y noticias que se publican en los medios de comunicación.

Cuales son los ejes de la propuesta?
Proponer el intercambio sensible desde la literatura.
Sostener la difusión de ideas para pensar sin manipulación.

Es gratuito publicar ?
En inventiva social no se cobra ni se paga por escribir. La publicación de cada escrito es un intercambio de libertades entre el escritor y el editor, cada escritor envia los trabajos que desea compartir sin limitaciones de estilo ni formato.

Cómo se sostiene la actividad de Inventiva Social ?
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