martes, septiembre 11, 2007

QUE ESTA VIDA SEA LIBRE Y BELLA...



*


Lo lamento, pero no quiero ser emperador: ese no es mi negocio. No quiero gobernar ni conquistar a nadie. Me gustaría ayudar a todos si fuera posible: judíos y gentiles, blancos y negros.
Todos deberíamos querer ayudarnos: así son los seres humanos. Queremos vivir con la felicidad del otro, no con su angustia. No quere­mos odiarnos y despreciarnos. En este mundo hay sitio para todos, y la tierra es rica y puede proveer para todos. El camino de la vida podría ser libre y hermoso.
Pero hemos perdido el camino. La codi­cia ha envenenado el alma de los hombres y ha construido barricadas de odio en el mundo. Nos ha hecho marchar a paso de ganso hasta la angus­tia y la sangre derramada. Hemos dominado la velocidad, pero estamos encerrados. La maqui­naria que da abundancia nos ha dejado en la privación. Nuestra sabiduría nos ha hecho cíni­cos. Nuestro ingenio, duros y faltos de bondad. Pensamos demasiado, sentimos muy poco.
Más que maquinaria necesitamos huma­nidad. Más que ingenio necesitamos bondad y amabilidad. Sin estas calidades la vida sería violenta y todo estaría perdido.
La aviación y la radio nos han acercado entre nosotros. La misma naturaleza de estas invenciones clama por la bondad del hombre, grita por la hermandad universal, por la unidad de todos. Incluso ahora, mi voz está llegando
millones de personas en el mundo: millones de hombres, mujeres y criaturas, desespe­rados, víctimas del sistema que provoca que los hombres tor­turen y aprisionen a gente ino­cente.
A aquellos que pue­dan escucharme, les digo: no desesperéis. La angustia que nos cubre no es sino el paso de la codicia, la amargura de hombres que temen el camino del progreso humano.
El odio de los hom­bres pasará, y los dictadores morirán, y el poder que arre­bataron al pueblo volverá al pueblo. Y mientras los hom­bres mueren, la libertad no perecerá.
Soldados, no os en­treguéis a los brutos, a hom­bres que os desprecian y es­clavizan, que regimentan vuestras vidas, os dicen qué debéis hacer, pensar y sentir, os reglamentan, os hambrean, os tratan como ganado, os usan como carne de cañón. No os entreguéis a estos hombres artificiales; hombres máquina con mentes mecanizadas y co­razones mecanizados. Voso­tros no sois máquinas. Voso­tros no sois ganado. Sois hom­bres. Tenéis el amor de la humanidad en vuestros cora­zones, no odiáis. Sólo quie­nes no son amados odian; los no amados y los no naturales.
Soldados, no luchéis por la esclavitud, sino por la libertad. En el capítulo 17 del Evangelio de San Lucas está escrito: 'El reino de Dios está en el hombre'', no en un hom­bre, no en un grupo de hom­bres, sino en todos los hom­bres.
Vosotros, que sois el pueblo, tenéis el poder, el po­der de crear máquinas, el po­der de crear felicidad. El pue­blo tiene el poder de hacer que esta vida sea libre y bella, y de convertir a esta vida en una magnífica aventura.
Entonces, en nombre de la democracia, usemos ese poder. Unámonos. Luche­mos por un nuevo mundo, un mundo decente que dará a los hombres una opor­tunidad de trabajar, que dará a la juventud un futuro y a la ancianidad una seguridad.
Por la promesa de tales cosas los brutos han llegado al poder. Pero han mentido. No cumplen esa promesa; nunca lo harán. Los dicta­dores se liberan a sí mismos, pero esclavizan al pueblo.
Ahora, luchemos para cumplir esa pro­mesa. Luchemos para liberar al mundo, para terminar con las barreras nacionales, con la codi­cia, con el odio y con la intolerancia.
Luchemos por un mundo de la razón, un mundo donde la ciencia y el progreso conduzcan a la felicidad de todos los hombres. Soldados, en nombre de la democracia, unámonos. Hannah, ¿puedes escucharme? Dondequiera que estés, ¡mira hacia arriba! ¡Mira hacia arriba, Hannah! ¡Las nubes se están marchando! ¡El sol aparece! ¡Salimos de la oscuridad hacia la luz! Estamos llegando a un nuevo mundo, a un mundo más amable, donde los hombres superarán su codicia, su odio y su brutalidad. ¡Mira hacia arriba, Hannah!
El alma del hombre ha obtenido alas y ahora comienza a volar. Vuela hacia el arco iris, hacia la luz de la esperanza. ¡Mira hacia arriba, Hannah! ¡Mira hacia arriba!.



*Discurso final de la película "El gran dictador", escrita, dirigida e interpretada por Charles Chaplin, 1940.

-Fuente: El Arca del Sur. nº21. (Marzo 1995)






Que esta vida sea libre y bella...





El 11 de septiembre ese dolor que nunca cura*



La noticia estaba por llegar a través de la radio, Hasta ese momento en la cocina de mi casa acunaba en la panza a mi primera hija y a los sueños con que la esperaba. Cuando la recibí, lloré como pocas veces en mi vida. Había estado en enero en Chile y recordaba a los que conocí. Una señora que me contó su orgullo de invitarme a la merienda, por primera vez en su casa había manteca. Contra eso se alzaron con un odio tan feroz, no sólo por el acceso a ciertos bienes de los que nunca los tuvieron, sino contra la
dignidad de ser iguales y merecedores, ahora reconocida. Cuando los que manejan los hilos de poder designan a unos como humanos y a otros como descartables están ejerciendo violencia, una VIOLENCIA PRIMERA, SIMBÓLICA, CONTRA LOS CUERPOS, CONTRA LA POSIBILIDAD DE SOÑAR. Si se rebelan contra esta violencia, los violentos para ellos son los que no admiten ese orden perverso. Lo de Chile era distinto la unidad popular, había ganado las elecciones y caían todas las máscaras. Recuerdo el último discurso de Allende, palabras dichas antes de morir, portadoras de una ética del amor y de la lucha. El tiempo no gasta la intensidad de esa voz, siempre lloré al escucharlo , espero no dejar de hacerlo nunca. Los "adalides de la democracia" que posibilitaron el golpe en Chile contra un gobierno
legalmente elegido, siguen sembrando muerte y tienen nuevos proyectos, siempre en nombre de la libertad, no nos acostumbremos.


*de Cristina Villanueva. pluma@velocom.com.ar









ARGENTINOS - URBANOS - VETERANOS - NO JUBILADOS
Una franja de población en crisis*


*Por el Lic. Alfredo Armando Aguirre

* Nota: Publicado en "La Reforma", de General Pico, La Pampa, Argentina, los días 27 y 28 de Octubre de 1996, Nros. 23.587 y 23.588


1era.parte


No es una novedad que, en esta primavera austral de 1996, las cosas se tornan muy difíciles para muchos
argentinos. Aunque mal de muchos consuelo de tontos, estamos en crisis porque el planeta Tierra esta en
crisis. Y aunque al que la malaria le pisa los talones, le importan mas las consecuencias que las
causas; vale la pena detenerse a ver porque están como están muchos de nuestros hermanos o como podemos estar en cualquier momento otros, porque desde un diagnostico adecuado, podemos sacar consecuencias practicas para resolver nuestros problemas concretos.
Prácticamente se remonta a las épocas posteriores a la batalla de Caseros y la consecuente
constitucionalización del país, que justamente como consecuencia de esa organización constitucional, los
sucesivos gobiernos fueron creando instituciones para cumplir con sus obligaciones, y esa creación de
instituciones redundaba en la creación de puestos de trabajos. Así iban apareciendo nombramientos de
empleados de correo, de maestras, de policías, de empleados de las oficinas publicas nacionales,
provinciales y municipales.
En su tesis doctoral, sobre "La Cuestión Capital de nuestro país" en 1906!!!!!!, de la Universidad de
Buenos Aires, Luis Alvarez Prado, señalaba como un defecto a la "empleomanía", o sea la propensión a
llenar las oficinas publicas de empleados, de dudosa utilidad. Reitero, 1906. Dos años antes, se había
creado la Caja de Jubilaciones y Pensiones del Estado.
A partir de 1930, como consecuencia de la Gran Depresión( algo así como el conocido efecto tequila),
comenzó a incrementarse el forma exponencial, la intervención del Estado, en diversas áreas de vida
argentina. Fue, durante el gobierno pseudoconstitucional, del General Agustín P. Justo,
donde se produjo un incremento substancial de las instituciones del Estado y de comienzo de la extensión de los alcances de la seguridad social. Muchas veces, se adjudica al peronismo este incremento de la intervención estatal, y en realidad, al advenimiento de la Revolución de junio 1943, el proceso de
incremento de la intervención estatal acelerado( no iniciado en 1931), era muy significativo.
Como al pasar vale acotar que ya hacia 1938, la Caja Nacional de Jubilaciones del Estado, ya acusaba
déficit. Desde el punto de vista de los principios, esta corriente culminó con la consagración de la
intervención estatal, sobre todo en la economía, en el texto de la Constitución Nacional de 1949. Esta
intervención comprendía también, las prestaciones en materia de seguridad, asistencia y previsión social,
necesarias para hacer realidad los nuevos derechos que se iban consagrando en favor de los sectores mas humildes de la población
No obstante, pese a los intentos que revertir esta situación en ocasión del Congreso de la Productividad
y el Bienestar Social, que tuvo lugar en el verano de 1955 y en el "rodrigazo" de 1975, llegamos con esta inercia intervencionista a mediados de 1989, donde coincidieron dos eventos : La finalización de la
"Guerra Fría", simbolizada en la caída del muro de Berlín y la asunción del doctor Menem, como presidente constitucional de los argentinos.
La inercia creciente de intervención estatal había obviamente redundado en incremento de los empleados
comprendidos por los presupuestos públicos, y el crecimiento de la población, había incrementado la
demanda de prestaciones sociales. Una cosa era prestar servicios sociales , en épocas de bonanza económica a 17 millones de personas, y otra cosa, era hacerlo, en época de penuria económica al doble de población. Esa mezcla de abultadas plantillas de empleados públicos y de crecientes demandas de servicios sociales, en un contexto de crisis, viene resultando de alta conflictividad.
Como esa corriente de creciente intervencionismo estatal, no estuvo exenta de corruptelas( para ser
suave en la expresión), las inequidades resultantes de esas corruptelas( muchas de ellas legales), en un
contexto de penurias, hizo mas flagrantes las situaciones de injusticia.
Pero tal vez mas grave, que todo lo anterior, viene siendo, que una franja importante de la población, fue
desarrollando su ciclo vital, en un marco cultural, donde era una pauta casi establecida, que el Estado, a
través de sus diversas jurisdicciones, podía resolverle los problemas a la gente. Y esa creencia, se había arraigado, porque durante décadas, hubo mucha gente que pudo satisfacer esas expectativas. Eso,
decantó en una mentalidad. Y esas mentalidades, son las que son renuentes a asimilar, un abrupto cambio de situación. Y esa falta de capacidad de respuesta, muy explicable desde la Psicología, es el principal
obstáculo para capear estos tiempos críticos.
No todos viven estos tiempos de la misma manera. Hay una franja etaria: la de los argentinos de mas de
cuarenta años y no jubilados o pensionados aún, asentada geográficamente en determinadas áreas,
concretamente las ciudades, que es la que lleva el mayor peso de estos tiempos duros.
Son los que se habían acostumbrado a un Estado con amplio espectro de respuesta a las necesidades
colectivas.
Comparando esta franja de población con los jubilados, podría decirse que la situación de ellos, pese a todo lo que se dice esta mas contenida. Tienen magras remuneraciones, pero todos los meses cobran: El PAMI, da muestras de ineficiencia, pero jubilados y pensionados nacionales, tiene cobertura de obra
social. Muchos; demasiados, de la franja etaria arriba señalada, no tienen ni lo uno ni lo otro, o tienen
(tenemos) perspectivas de perder su puesto de trabajo y por ende su obra social en el corto o mediano plazo.
El agobio de situaciones limite, pareciera no ser el momento mas preciso, para encontrar soluciones a esos problemas. Sin embargo, la experiencia del género humano demuestra que la necesidad aguza el ingenio.
Claro que hay que remontar décadas(en muchos casos tal vez un poco más), de formas de subsistencia cotidiana que se fueron sedimentando, anestesiando de algún modo, la consideración que uno podía rebuscárselas, de maneras alternativas.


2da. parte

Porque de eso de trata, de percatarse que hay otras maneras de vivir. Intentando explicarlo de otra
manera, hasta hace aproximadamente dos décadas, se había consolidado un patrón o parámetro de vida
uniforme, que era tomado como marco de referencia para desarrollar las existencias personales. Lo que ahora, pondría en vigencia esta crisis integral, que nos agarra en los prolegómenos de nuestra tercera edad, es que hay formas alternativas de vida.
Eso, que ese parámetro homogéneo se ha roto, y que se abren nuevas posibilidades. Sin pasar más allá del
terreno de la sugerencia o de la insinuación, como cuadra a un mensaje dirigido a personas adultas,
habría un camino, del que apartarse, devendría en un gran costo. Ese camino es el de la educación
permanente. En nuestro caso sería el de la reeducación permanente. Tal vez, valga la pena detenerse en este punto.
Y tal vez sea procedente acotar, antes de seguir, dejar en claro que este mensaje no esta dirigido a
quienes puedan vivir "de rentas", aunque descuento puedan ser pocos.
En el tipo de organización económica y social, en el que creció esta camada en crisis, los mas veteranos,
estaban persuadidos, que la educación era una parte de la vida. Los menos la prolongaban hasta la
universidad. Más allá de los cuestionamientos, acerca de si ese sistema educativo, se adecuaba a las
necesidades del país que quedó atrás. Para los tiempos que se nos vinieron encima, parece que la
capacitación, el reentrenamiento laboral y sobre todo la "educación permanente”, parecen ser una ayuda insoslayable, a la hora de adaptarse a un cuadro de situaciones no previstas.
Las nuevas generaciones, ya están en claro, que el proceso educativo, acompaña todo el ciclo vital. Bueno
eso, no es algo que asuma la generalidad de la franja de población en crisis que es objeto de estas líneas.
Y como se parte de situaciones de carencia. Hay que incorporarse a la corriente de la educación
permanente, allí donde los costos sean mínimos, y en lo posible gratuitos. De allí, a sugerir la
posibilidad de anotarse , a cursos de actividades practicas, que por suerte se están dando en todas
partes, hay un solo paso.
Y aquí cabe consignar, que también aparece como adecuado, dejar los caprichos de lado. Los caprichos
cuestan. Los propios y los ajenos. El tiempo del que venimos, y que no se repetirá tal vez por décadas, era un tiempo de una holgura económica, que permitía financiar caprichos. Hoy eso no es posible. Si uno
analiza la estructura de sus costos cotidianos, se toma el trabajo de anotarlos, vera que hay pequeños o
grandes caprichos, de los que puede prescindirse. Los caprichos andan por el lado del consumo, o por el lado de demostrar a los demás que uno puede( podía). De algún lado nuestros hijos adolescentes y no tanto tomaron, sus pautas de consumo. En el consumismo juvenil, hay una dosis significativas de caprichos.
Claro que se murieron las vacas gordas, y nos quedamos con los caprichos como herencia.....
Pero, a pesar de lo que se fue, todavía nos quedan: tiempo, energía, información y capacidad de decisión.
Metiéndose un poco en honduras, me permito decir que somos eso: TIEMPO, DECISIÓN, ENERGÍA E INFORMACIÓN.
Esta nueva emergencia existencial, podemos abordarla haciendo( decidiendo) de modos distintos como utilizar nuestro recurso mas valioso: el tiempo, dosificando de otra manera nuestras energías y aprovechando las masas de información, que están disponibles en forma gratuita.
Somos sujetos de necesidades. Necesitamos alimentarnos, vestirnos, curarnos organizarnos para
convivir. Durante décadas, el trabajo en empresas o en reparticiones estatales, los sueldos a fin de mes, la obra social y la jubilación segura, formaron parte de nuestro paisaje cotidiano. Sin arriesgarnos a opinar que dejará de haber salarios, obras sociales y jubilaciones, no es aventurado compartir la hipótesis (no es nuestra) que no habrá salarios, obras sociales y jubilaciones para todos, pese a que esto constituye un derecho y un objetivo de toda sociedad que se precie de ser civilizada.
Habrá entonces, que al menos parcialmente que satisfacer las necesidades de la vida, de otros modos.
Entonces, reaparece la herramienta conocida como Economía domestica u hogareña. Aquella que permitía
obtener, elaborar y conservar alimentos; que permitía confeccionar y reparar vestuarios y calzados, que permitía hacer .ampliar o refaccionar nuestras viviendas. También se revalorizan conceptos como los "socorros mutuos" o la "cooperación libre", que trajeron en sus bagajes los inmigrantes que se
incorporaron a la vida argentina a fines del siglo pasado y principios de este. Esos principios aun se
plasman en cooperativas, mutuales, cooperadoras y clubes, y esta emergencia es una invitación a
revitalizarlas.
Como se aprecia, a pesar de todo nos queda nuestra inteligencia, nuestra memoria y nuestra voluntad, en
cuanto potencias superiores del alma. Si hacemos uso intensivo de nuestras inteligencias y fortalecemos
nuestra participación en las instituciones de bien público, que por suerte ya existen en nuestros
respectivos pueblos, los abordajes al futuro inmediato, pueden ser fructíferos.
Tal vez el programa "Pro Huerta" que desarrolla el INTA, es una señal auspiciosa. Pero las demandas son tan grandes, que superaran la acción oficial, aún en el caso que la misma alcance índices de eficiencia, mayores que los demostrados.
Voy concluyendo, estoy compartiendo con mis coetáneos, los ejercicios de imaginación, que hago, por si
tuviera que pasar a las situaciones de emergencia existencial en que compruebo van entrando muchos de
mis conocidos. En estas líneas recojo, sobre todos sus respuestas inadecuadas a sus situaciones y el
consiguiente empeoramiento de las mismas.
Un dato adicional, reitero, que las posibilidades de mejor adaptación a este nuevo tiempo, esta en
proporción inversa a la población donde se viva. Me pareciera (puedo estar equivocado) que cuando menor sea la población en la que vivamos en términos demográficos, mayores son las posibilidades de
desplegar la economía doméstica y fortalecer la organización comunitaria. No quiero terminar sin
añadir, son sugerencias para un adecuado empleo de nuestro valioso e irrepetible tiempo libre ( Que puede incrementarse de golpe por un inesperado despido o no tanto). Caminar mucho y leer todo lo que venga a la mano (no olvidar el recursos gratuito de nuestras bibliotecas populares).
Con creatividad, con participación y teniendo plena conciencia de las potencias que tenemos por el solo
hecho de estar vivos, podremos afrontar estos tiempos durísimos y difíciles, de la manera mas saludable
posible.

(10 de Octubre de 1996)


*De Alfredo Armando Aguirre. choloar@rocketmail.com

Página personal: http://choloar.tripod.com/choloar.html
Mi Blog - Bitácora: http://choloar.tripod.com/Alfredo_Aguirre/








LÁSTIMA*




Cuántas veces refiriéndome a un amigo antepuse la palabra “pobre” a su nombre. Pobre, pobrecito, qué lástima. Me decían que está mal, que es imprudente, que es sentirse superior el sentir lástima por alguien, que es desmerecerlo, disminuirlo, mirarlo desde arriba y quizás por sobre el hombro.
Sentir lástima, sin embargo, es para mí recibir en propio cuerpo la lastimadura del ajeno infortunio.
Un nene me contó sus vacaciones, y, puesto a recordar, entre todo lo visto y lo vivido, por encima de parques o paseos o días de sol, por sobre todo el tiempo feliz y antes de eso me contó que en el colectivo en el que viajaba había un bebé con una mano en la que tenía un solo dedo. Le faltaban cuatro, dijo con lástima, sosteniendo su propia mano como si sostuviese la del nenito en caricia fantasmal.
Le faltaban cuatro, dijo, y pasaba sus dedos sobre sus dedos que eran los dedos que faltaban que eran los dedos que no deberían haber faltado. Pobrecito.
Era lástima. Sintió la carencia en su propia mano, se pudo con-doler por y con el nene desconocido. Condolerse de veras, no demostrar pena frente a la madre ni frente a nadie por obligación o para hacer como que uno es tan humano. En ausencia, desde lejos, desde el recuerdo pudo condolerse, sentir la lastimadura en su propio cuerpo.
No es mala lección, no es mala parábola en la que acecharse a ver cómo nos deja, qué imagen nos devuelve. Hace falta ingenuidad, desprendimiento, sincero corazón y sincero amor por el otro para imitar el gesto. Ese amor que nada pide y que nos asalta desde algún lugar que solemos ignorar. Un amor por el ser humano desconocido que nos toca por serlo, por participar de nuestra especie y por tanto ser parte nuestra, entendible en su fragilidad que nos tiembla hasta los ojos llorosos.
Y, si uno tiene suerte, ante el ajeno infortunio sentirá una genuina lástima, esa cosa extraña de que nos duela la herida de otro. Obtendrá esa temible gracia.


02-07-04

*de Mónica Russomanno. russomannomonica@hotmail.com







Lunes, 10 de Septiembre de 2007
Teoría de Juegos IV*




*Por Adrián Paenza


Tome cualquier juego donde haya interacción y apuestas entre los participantes. Por ejemplo, "truco", "tute" o "poker", por sólo nombrar algunos de los más comunes, pero lo que sigue se aplica en general. Parte de la estrategia es saber "mentir". Pero, ¿qué quiere decir saber mentir en este caso? Me explico: aunque parezca loco, se trata de que quien no tiene una buena mano o no tiene buenas cartas, alguna vez sea descubierto por sus rivales. Lea de nuevo lo que dice: uno necesita que los oponentes lo
descubran (a uno) mintiendo. ¿Por qué?
Sencillamente porque no es bueno para usted que se sepa de antemano que siempre que usted hace una apuesta o un desafío de cualquier tipo es porque tiene buenas cartas. Esto significaría que sus rivales tienen un dato que usted no querría que tuvieran, aunque más no sea porque usted no podría sacar mayores ventajas cuando sí tenga una buena mano. Un buen jugador se deja sorprender. Puede que pierda esa pequeña batalla, pero eso permite instalar una duda en su adversario, y le torna más difícil la decisión. Eso le permitirá, eventualmente, ganar cuando tiene buenas cartas, pero también le permitirá zafar cuando no sea así. Por ejemplo, para quienes juegan al "truco", usted tiene que ser descubierto cantando "envido" aunque sus cartas no lo autoricen a pensar que va a ganar con ellas. Puede que pierda esa mano, pero esa inversión invitará a sus rivales a que "acepten su envite" cuando tenga buenas cartas también. Y allí sacará las mayores ventajas.
La Teoría de Juegos trata de establecer estrategias, y termina siendo una buena mezcla entre matemática y una larga dosis de psicología.
Tomemos un ejemplo muy sencillo: "Piedra, papel o tijera". Este juego consiste en poner una mano detrás de la espalda, igual que su rival.
Tienen que exhibirla simultáneamente con uno de estos tres gestos: la mano abierta representa el papel; con el puño hacia adelante, es el símbolo de una piedra; por último, si uno muestra dos dedos como si hiciera la letra V pero "acostada", indica una tijera.
Como es sabido, la piedra "rompe" la tijera, el papel "envuelve" a la piedra y la tijera "corta" el papel. Esto es un ejemplo de un juego en donde no hay una manera segura de "ganar". Depende no sólo de lo que hace uno, sino de lo que haga el otro. ¿Hay entonces acaso una estrategia? Sí, hay, pero es sutil. Por ejemplo, si fuéramos a jugar a este juego y yo detectara que usted me muestra una piedra con una probabilidad mayor de una vez en tres, entonces yo empezaría a "usar papel" más frecuentemente. Si jugáramos suficiente tiempo, yo "tendría una ventaja" sobre usted, porque usted está poniendo un patrón en su forma de jugar. La estrategia perfecta para este juego es elegir siempre al azar lo que va a exhibir. Si los dos jugaran así, ninguno gana nada, porque se equiparan las posibilidades. Si alguno de los jugadores empieza a usar un "patrón", sea cual fuere, si el otro jugador puede detectarlo, a partir de ese momento tiene una ventaja.
La Teoría de Juegos estudia cómo la gente toma decisiones cuando estas decisiones afectan a los demás y no sólo a ellos. Por ejemplo, si usted entra y compra un kilo de carne, eso no cambia el precio de la carne. En cambio, si una compañía que vende autos decide modificar el precio de uno de ellos para seducir a los consumidores, eso implica un cambio (eventual) en el precio de todos los autos similares. De hecho, cuando uno modifica el precio de la nafta, eso tiene un efecto dominó que afecta a diferentes
sectores de la sociedad.
En algún sentido, uno puede pensar la Teoría de Juegos como el lenguaje matemático que describe cómo interactúa la gente.
Algunas personas actúan en forma más racional (o más irracional) que otras, y la Teoría de Juegos analiza también esas situaciones. Por ejemplo, en las subastas o remates que hay en internet, hay gente que es más profesional y otros que son amateurs y apuestan para poder conseguir algo por primera vez.
Los que "regulan" el remate, se ocupan de que la interacción sea normal, de manera tal que nadie corra ningún riesgo. Por eso son tan importantes las reglas de la subasta, por cómo afectan la conducta de la gente. Más aún: pequeñas modificaciones en estas reglas generan grandes modificaciones en el
comportamiento de los usuarios.
Por ejemplo, podemos comparar las subastas de "e'bay" con las de Yahoo y Amazon. La gente de e'bay tiene una "hora límite". Es decir, ellos instituyen que a "determinada hora" se termina la subasta. Amazon, en cambio, lo hace de otra forma. No es que no tenga un reloj, sino que el remate concluye diez minutos después que se hizo la última oferta. Esto hace que se prolongue el tiempo del remate. Por ejemplo, si usted hace una oferta justo un segundo antes de que el tiempo esté por expirar, el remate se
prolonga otros diez minutos, siempre y cuando no haya ninguna oferta en ese tiempo. Si la hubiere, eso haría correr la finalización otros diez minutos más.
Las diferencias que genera en la conducta de la gente esta variación en las reglas es muy sorprendente. Los usuarios de e'bay acumulan o amontonan sus apuestas a medida que se acerca el final, casi como si fueran francotiradores. En cambio, en Amazon, uno no observa nada de esto.
La Teoría de Juegos es una rama de la matemática que se expande cada vez más, que interviene en la toma de decisiones de las grandes empresas, en los gobiernos y que requiere de un particular cuidado si nuestro país quiere sentarse a negociar cualquier cosa. Hay gente profesional que te hace creer
que vos sos protagonista de algo, cuando en realidad son ellos los que logran que uno haga lo que ellos quieren. ¿No deberíamos prestarles un poco más de atención? En algunas partes del mundo, hace mucho tiempo que dejó de ser un juego. Mientras tanto, en la Argentina, hay que llegar a la universidad para enterarse de qué se trata. ¿Estará bien eso?


*Fuente: Página/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-91140-2007-09-10.html





Correo:


CRÓNICAS DEL TERRAPLEN*


*de Juan Carlos Cena

"Sorpresiva, inquietante e innovadora, de la entraña proletaria y combativa
surge esta rica obra literaria."
Sylvia Bermann


El Centro Cultural "Francisco Paco Urondo", dependiente de la Secretaria de Extensión Universitaria de la Facultad de Filosofía y Letras UBA, conjuntamente con el CICSO Centro de Investigaciones de Ciencias Sociales, invitan a la presentación del libro CRÓNICAS DEL TERRAPLEN de Juan Carlos
Cena, el 25 de septiembre a las 19 horas en su sede de 25 de mayo 221.

La Mesa estará compuesta por:
Beba Balvé: Directora del CICSO, socióloga e investigadora,
Luís Cortadi: ex Vicepresidente de La Fraternidad,
Dr. Floreal Ferrara: Ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, en
la Gobernación de Antonio Bidegain y en 1987 Ministro de Salud de Antonio Cafiero
Rafael Cullen: Historiador e investigador (UBA)
Gabriel Fernández, director de Question Latinoamericana

Juan Carlos Cena fue Secretario General del Organismo Central APDFA Capital Federal
Autor de: El Guardapalabras, Memoria de un ferroviario
El Cordobazo una rebelión popular
El Ferrocidio con premios provinciales y nacionales
Autor de numerosos trabajos de investigación histórica.

Miembro fundador del MONAREFA Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos

Entrada libre y gratuita

Por consultas: Centro "Paco Urondo": urondo@filo.uba.ar
CICSO: cicsoar@yahoo.com.ar
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