domingo, marzo 13, 2011

EDICIÓN MARZO 2011




*Ilustración: Walkala. -Luis Alfredo Duarte Herrera- http://galeria.walkala.eu



REFLEXIONES*


I


Enciendo una vela,
no pido deseos,
quiero ver verdades.
Tal vez sea sacrilegio
borrar los rituales
como rezo esperanzado,
pero la oración murió
cuando el ¿por qué? golpeó el eco
y sólo fue la respuesta
a mis preguntas repetidas
que chocaron contra los límites
y registraron su nada.




II


Creo que he perdido el camino,
me cuesta encontrar mi casa.
La intemperie lo cubre todo
con maleza que lastima la carne.
Me acuso por no haber sabido
levantar muros justo a tiempo,
por haber perdido las palomas
que hacían el amor en mi ventana.
Me dejé convencer por los lamentos
que escondían veneno disecado,
creí que el dolor del otro
anulaba el dolor de mis entrañas
y dejé de soñar; no me perdono
por haberme apartado de mi senda.




III


Atravieso el límite
y llega el silencio.
Allí me percibo
y vibro sin ruidos.
Me cubro, me entrego,
me acuno yo misma,
retozo en sus brazos
e imagino vuelos
a estrellas fugaces
que inventan su viento
sembrando vacíos.
Me voy hacia dentro
sin crear murmullos,
renazco en silencio
dentro de mi alma.



*De Emilse Zorzut. zurmy@yahoo.com.ar







BARRO*

Dedicado con afecto y agradecimiento a Nela Río y Marta Zabaleta.


“Me llamo barro aunque Miguel me llame.
Barro es mi profesión y mi destino, que mancha con su lengua cuanto lame...”
MIGUEL HERNÁNDEZ



De barro soy, y de hojarasca. Y lluvia.
Agua, tierra y aire. Alud de fuego.
Panal de oro en la piel de mi madre.
Aguijón obstinado de mi padre.
Barro, sobre barro derramado.
Barro. Aunque mi nombre sea Mesalina o Lisia.
Aurora o George Sand. Safo, Juana de Arco.


Cántaro que se llena y se vacía.
Y se derrama en los villorrios pobres.
En los ojos de los muertos.
En los adobes tristes, cuna y ataúd
En los nardos de los cementerios
En las nudosas manos de los viejos
En las castas manos de los niños.


En los muros noctámbulos del día.
En los valles de luna y rosedales.
En el furor del viento en tu mirada.
En los arenales de tu boca y la mía.
En la plenitud de pechos impolutos.
En el círculo del cordón umbilical.
En la placenta de la piedra.
En la vida, en la muerte de este barro.
Barro que toma la forma que soy y me contiene.-



*De Amelia Arellano. arellano.amelia@yahoo.com.ar






*

A Rachel


Una enredadera de flores rojas forma una coronita para un pequeño trozo de cielo. En ese recorte una princesa de vestido celeste tiene la cabeza florida en el aire de mi patio, entre escaleras que suben buscando. Es justo, me pregunto, que esto suceda cuando se derrumban casas y olivos por el odio. Es justo me pregunto, creo que no, pero igual la veo .Quiero al menos donarla a las zonas de la desolación, a esos desiertos donde algunos quieren arrancarle la humanidad a otros para quedarse con la tierra o el petróleo o lo que el otro tenga. Hay tantas formas de tatuar números en el brazo del que se quiere despojar. Lo sé, me lastima, pero la rama que se dobla con su carga roja dibuja en el espacio. El arte de los árboles que descuelgan sus flores me desconsuela por los otros árboles heridos en la guerra de la desesperanza.



*De Cristina Villanueva. libera@arnet.com.ar







CONFESIONES*



Pues, ve y confiesa, dice mi imagen… ¿esa es la solución?

Le doy vueltas al espejo y la imagen me dice ¿Quién soy? ¿Acaso tú lo sabes?

Tejo una utopía, brindar con crema irlandesa en el bosque, a los pies del río... Después, se romperá el silencio que tejió una linda amistad. Imagino la perfección: caricias del alma, el café con chocolate, un cariño constante - a mis pies, la mascota lo sabe todo y se aprovecha de mi timidez -... y a la deriva siguen mis sueños. Si saliera algo mal, pierdo una amiga que logró que yo escribiera en los cristales aquello que llevo oculto muy dentro de mi ser.

Llego a mí en el momento preciso, me enseñó a sentirme cómodo conmigo mismo, me regala su sonrisa... Sé cuidadoso, Alexander. No dañes su corazón, el tiempo lo dice todo, sé como la luna... Espera, deja que se retire el sol.

Esto que siempre llevo en mi bolsillo no es una carta, ni siquiera la va a entender, aunque deba entregarla... Un mago, la sacaría de la manga, y un cura me diría, haz lo que debas hacer, si te nace del alma.

No es tan fácil, existe algo especial, si se rompe el silencio, puede perderse el encanto... Sembrar una rosa tiene su dulzura, si la cuidas y la dejas florecer. Es muy triste que algún día la corten para hacer un regalo y muera dentro de un papel de celofán. Y yo, que nunca tuve una amiga, ahora no la quiero perder. No estoy ciego, ni soy frío, solo que llevo dentro, muy amarrado, mi destino, y no me puedo culpar; los golpes recibidos me han hecho guardar frases, y el grito contenido es de valor, no de miedo, porque aguantar es más duro que echarse a llorar sin pensar.

Después de tanto pensar, cuando la vea de nuevo, seré el que siempre fui, su gran amigo… su admirador... y espero que un día, al retirarse el atardecer, la luna me dé una señal, para saber qué hacer.

Habré de seguir las estelas en el cielo.


*De Mario Quiroga Fernández. jossuexy56@yahoo.com






Resurrección*


Maldijo la hora en que su mujer decidió sacarse el título de piloto de avioneta. Por alguna razón desconocida había tenido la premonición de que iba a pasar algo. Aún y así cuando se produjo el accidente quedó terriblemente afectado. La pérdida de su esposa en estás circunstancias y el hecho de encontrarse en un momento en que la vida de ambos era perfecta ayudó aún más a que no quisiera convencerse de que no la volvería a ver.
Pasó un mes deambulando cabizbajo por la oficina y su vida social se diluyó en noches de tristezas y recuerdos.

En una de estas largas noches de duermevela, en las que la televisión quedaba encendida, vio entre sueños una película en blanco y negro en la que un hechicero resucitaba, por medio de un conjuro, a un hombre que había muerto. Ni le pasó por la cabeza plantearse la imposibilidad del tema y se agarró a la opción como a un salvavidas. De forma compulsiva pasó una semana recorriendo librerías a la búsqueda de un libro de conjuros con la idea obsesiva de encontrar la fórmula para resucitar a su mujer.

Finalmente su búsqueda dio frutos. Lo encontró en un local del barrio viejo, en un compra-venta de libros, "Métodos de reanimación" de S.Plumkier.

Pasó dos días sin dormir leyendo los conjuros hasta que encontró el que precisaba. Compró todos los artilugios y materiales que necesitaba para realizarlo y armado de un pico y una pala, a las cuatro de la madrugada, se dirigió al cementerio.

Saltó la valla con facilidad y se dirigió a tumba de su esposa orientándose en la oscuridad entre los parterres y los cipreses. Empezó a cavar en silencio, con un ritmo continuado y sin hacer caso al cansancio producido por el esfuerzo, los días de vigilia y la tensión del momento. Al cabo de un rato, que se le hizo eterno, escuchó como la pala tocaba la tapa del ataúd.
Retiró la tierra de encima mientras le pasaba por la mente el accidente de avioneta y los días posteriores llenos de tristeza y soledad.

Abrió el ataúd con muchas dificultades, haciendo palanca en cada uno de los tornillos que lo aseguraban y saltando finalmente una endeble cerradura dorada. Miró dentro y vio aquella bolsa de plástico gris. Por fin podría verla ya que en el día del entierro no se lo permitieron. Con las manos temblorosas bajó la cremallera y a la luz de la linterna miró al interior.
No se atrevió a intentar el conjuro. Nunca había sido bueno con los puzzles.



*De Joan Mateu. joan@cimat.es





*


No hay necesidad de abrochar las lágrimas en las esquinas
por miedo a soltarlas
y dejar paso a la locura
al fracaso de los sueños
a la mortandad de cada amanecer.

Que no se escuche la monotonía
que no se despalabre la boca
que no huelan los besos a rutina
y que las amapolas crezcan en los bordes de todas las cinturas.

Si ahora es el ahora que ayer buscábamos
y el verbo que nació sin conjugar
vaginar
se hundió para siempre en el preludio
de todos los deseos.

Tal vez alcance un temblor
para avisar al silencio
que nada terminó.



*De María Manetti. dulcemariam6@hotmail.com





Poema sin nombre*


en desplúmao amanecer floreció
Con arrogancia vencía…
Un Fugitivo que muele poetas
Y Corona excepción a la trampa

embriágao de empezar por deponer
Y escupir los nervios de vocablos sin rumiar
embriágao de Avanzar sin echa los corozos pa atras
Móntao en desgracia y quimera
Colgao del crujiente lamento
Asqueado De no dar diente con diente y tragar saliva tirria
Irrítao de narrarme las pocas ficciones que me quedan
y no comprender los tápiales enfróntaos
Que al final del lábreo me han encérrao
De estar al corriente que al clarear la tronada
Mi savia desguarecía posara mis remos dormíos
Entre aliento de traidores adobando con bastones
En Las llagas de mi curso que no lograron curvar..

Arto de estrechar los pasillos y redundar
De tener los nudillos encallados en la cruz
Y De andar márcao mi empédrao, con migajas de tu amor
Ya gastado De caer como arenilla en EL reloj
Y jamás echa a ver pa dar tiempo al corazón
De esperarte fijando alambradas
y despintar de tu sonrisa a quien permita Escucha
De ver la balanza Traquetear suspirando de acuna tanta treta indiferente
de Consolar marejadas y ahogarme con las ramas
de escribir una y otra vez el mismo cuento sin final
y conciente del riesgo concebirlo real


*De Ricardo Rosales. ricardo_rosales78@hotmail.com







cremas and cremitas*




1

recovequitos donde me desmiembro
con soltura noble (sofocada)



2

crudezas donde soy
lo confiado a kim novak fumando



3

secuencias donde corre
mónica vitti a bordo de un desierto rojo



4

la monogamia se defiende a mordiscones
aunque algunas dirían a codazos
dientes o codos sí
pero jamás
reñir a puñadas


5

"durarás lo que debas durar
en la completa incertidumbre"



6

si amiguitos encañonan...
¿qué esperar de los inamistosos?



7

epigrama para manchegos:
hijosdalgos avistados pastores
quijotiz y pancino
en un refrán
e hilando bien



8

¿esquivo mi volver a saber lo que fui?



9

volver para no quedarse
loco
quedarse loco
para no volver



10

soy asimismo el que presiente equivalencias
entre el cutis de una reina nórdica y el hombre flaco
que en zancos e indumentaria de despiadados lunares amarillos
anuncia "pescado fresco"



*De Rolando Revagliatti. revadans@yahoo.com.ar





CACERÍA*


Era día de caza. Preparamos los arneses necesarios, no sin recelo. Debíamos ser rápidos y contundentes. La intemperie era malsana, entre otras cosas, por los hedores. Visualizamos la presa y en diez minutos estábamos celebrando.
Fuimos recibidos como siempre: aplausos y que se repita. Comimos hasta saciarnos. Guardamos el resto, ya cocido. No hay, en esta época, refrigeradores; no hay bosques, no hay animales ni aves y pocos insectos.
Escasea el agua sana.
Debemos estar atentos, dijo el líder del grupo. En cualquier momento somos presa de alguien.


*De cacho agú. oscarcachoagu@yahoo.com.ar





Metapoema I*


La poesía es lo que queda
cuando el eco de la voz se extingue,
cuando se apaga el son de las palabras.


*de Sergio Borao Llop. sergiobllop@yahoo.es






LOS TIEMPOS DE SATURNO*


“...he aquí que retornan los tiempos de Saturno”
VIRGILIO



Insobornables nubarrones, tapan los cielos y la tierra.
El viento no ha cesado.
La noche ha llorado toda la casa. Toda.
Toda una lágrima viva, la casa.
El amor y el odio .La ira y la locura.
Heridas las penumbras más puras.
Las ventanas miran a la mujer.
Quebradizas escarchas en sus ojos.
Vallada.
En los hombros, todos los otoños pasados
Las puertas han flaqueado y los brocales y las sienes.
Un latigazo flagela el agrio espino de su pecho.
Toda una lágrima, la casa. Una pena viva.
Y no hay campanas, ni semillas, ni violetas nuevas.
La lámpara del mundo está apagada y nada queda.
Las flautas y tambores opacan sacrificios y gritos.
Han partido la infancia, los siete mares, los amados muertos.
El dragón ha huido y las trenzas.

Saturno no ha cantado tres veces.



*De Amelia Arellano. arellano.amelia@yahoo.com.ar






LA HORA*



Arturo sintió llegada su hora final. Nunca sabemos cómo será, ni cuándo, ni qué se siente… sin embargo, cuando arriba el momento lo reconocemos. La única explicación plausible es que lo hemos vivido antes, muchas veces, y su huella permanece en nuestras memorias kármicas.

Pero Arturo no se resignaba a partir – pocos lo hacemos -, no porque tuviera asuntos pendientes, ni porque alguien lo esperara en algún rincón del universo, sino por exceso de amor a la vida.

Con toda la intensidad de que era capaz, dirigió su mente al Creador, pidiéndole un tiempo extra… el que fuese.

Sintiendo que no era escuchado, cerró los ojos y exhaló un suspiro.

La paloma, asustada por lo que vio al abrirlos, anduvo torpemente hasta el balcón y se lanzó, extendiendo los brazos, en lo que pensó que sería un vuelo.

Arturo, sin poder creerlo aún, abrió las alas. Ensayó una corta carrera y despegó desde el tejado, con la pericia de una vida de vuelos. Gracias a su nueva visión, pudo reconocer en el pavimento, con apariencia de muñequito roto, al que hace unos segundos era su cuerpo.




*De Marié Rojas Tamayo.

-La Habana. Cuba.







Muerto el amor*



No debió ser, darle lugar al nacimiento.
Para que comprometerse, si en el fondo se sabía.
Ante tanta dificultad, tanta torpeza
No se tuvo madurez, tampoco en cuenta
Ni se consideraron las sabias advertencias.

Acaso la vida en bondad perdonaría?
O quizás los dioses en total, bendecirían?

Cómo fue posible agregar más dolor al ya existente.
Más clamor, más desventura.
Sumar y sumar dificultades.
No poder atender a cada una y seguir, seguir a lo que diera.
O hasta que aguante y estamparse en pedazos contra un muro.

Y la caída, por Dios, se vino encima.
No dejó lugar a la cordura.
No se dio tregua ni perdón alguno.
No soportaron más y el amor fracasó y fue matado.
Muerto quedó, si,¡¡muerto en vida!!!
En llamaradas francas cayó en medio de estrepitoso llanto.
Muerto quedó tendido sobre el lecho.
Muerto por ser el principal autor de tanta pena.
Allí quedó, amordazado, quieto, inerte, atomizado.

Pasión agridulce, dolor.
Lejanía y llanto eterno.

Y las lloronas entonaron sus lánguidos lamentos
Agrupadas de dos en dos acoplan sus voces resonantes
Sus gemidos van girando en pos del muerto.
Desde lejos se escuchan recrudeciendo las heridas
Proyectando sus sombras sobre las frágiles falencias.

Y lloraron las madres de la tierra.
Motivos había, irresolutos.
Mojaron pañuelos con las manos juntas.
Llorando en rezo esa muerte prematura.
Inexplicable fue, intransferible.

Murió el amor, fue muerto en vida!!!
Desgarrado mostró su condolencia.
Vacío de pasión, desmenuzado.
Temblando trémulo agonizó apenas un momento.

Lloraron las lloronas, si, pero también desconsolado lloró el cielo!!!



*De Mirta Gaziano. mirtagaziano@arnet.com.ar





En el jardín botánico*


En el jardín botánico
son las seis de la tarde.
Dos jóvenes hermosos
(ella es morena, él rubio,
no habrán cumplido aún los diecinueve)
se besan bajo el Salix babilónica.

Recuerdo que hace años
yo también era joven
y estaba enamorado
en el jardín botánico
a las seis de la tarde
de un septiembre cualquiera.


*de Sergio Borao Llop. sergiobllop@yahoo.es





El cielo tan deseado*


En mi cielo, las voces de los autores me leen sus textos en lo oscuro. En mi cielo estabas, te preguntaba algo y contestabas o consultabas los libros, esperaba tu explicación con la sonrisa de la que recibe una joya. En ese mismo cielo los picaflores tomaban de tu mano su leche de azúcar y vos plantabas flores cuidando los colores. Pintor - jardinero de lo efímero. El mundo se abría con viajes y libros, antes de las pantallas. En ese mismo cielo Benito, Uma y Huayra aprendían de vos la conversación, cierto arte íntimo para cubrir las paredes de belleza. Todos nos sentábamos a ver cuando por las noches les leías cuentos como salía a volar el pájaro azul que, ahora no tanto, se les pide a los hombres que no muestren .También estaba la plaza de Egipto. en el momento más alto de la alegría de la lucha. En ese cielo no pasaran decíamos y nunca pasaron. En las dietas era indispensable comer pizza .Trabajaba de leer diarios y desparramar a cada cual las noticias que les interesaban, el café salía de las canillas. En lugar de propagandas tiraban en el umbral poemas para que la mañana brille cuando se sale a la calle.. Siempre había una mirada enamorada, salía a festejar, carnavales, la libertad, el contacto. En mi cielo me acunaba en la plaza o lloraba con otros. El cuerpo vivía y contaba, las cirugías no modelaban a las mujeres, la vida si. Mirá esta es la voz, tan casi de niña, con la que dije mis verdades y mis dulzuras. Mirá con estos ojos, descubrí a Miguel Hernández, hace tanto, se me llenaron de rosas en la fiesta de crepúsculo de Kee West, miré caminar a mis hijas y las sonrisas del principio ¿El cuerpo es la perfecta foto de una estrella o ese recorte con forma de corazón en un vestido por el que se busca atrapar una mirada? ¿El arte es lo perfecto o lo que uno hace con lo que le falta?. El cuerpo es revolcarse, tirarse desde la montaña de arena que es un Everest para la mirada de la infancia, y la frescura del agua, alma acariciante, para flotar. Es un llamado, un regalo para otro. A veces uno se envuelve en papel celofán. Y es una fiesta si alguno sabe desenvolverla. En mi cielo una pequeña florcita blanca, se posa sobre el negro fondo de la taza de café olvidada en el jardín, muestra en su contraste, que hay también un luto esperando, un pequeño infierno que la flor de pétalos abiertos atenúa y sobrevuela. Desde mi cielo no se ve el cielo, como lamenta Monterroso, pero sí se lo escribe que es una manera de curarle las heridas o de verdad soportar que no exista salvo por llamaradas.



*De Cristina Villanueva. libera@arnet.com.ar





Pequeñas intuiciones para una ecología libertaria de las afectaciones*


*Por Ludditas Sexuales. ludditassexuales@gmail.com

http://ludditassexxxuales.blogspot.com/


Decirle que si al sexo no es decirle que no al poder
Michel Foucault



I


Como ludditas sexuales orgullosas creemos que los juegos de placer y deseo y la capacidad de afectación son fuerzas fundamentales, actividades con el potencial de fortalecer los vínculos, mejorar nuestras vidas, abrir la consciencia del espíritu, incluso cambiar el mundo.
Como ludditas creemos que cada juego de placer consentido tiene el potencial puede ser una fuerza positiva y creativa en nuestras vidas y nuestros ecosistemas. Una afirmación.
Pensamos como los filántropos acerca de su dinero: tenemos mucha voluntad de poder (capacidad de afectación) y queremos compartirla, porque nos hace felices compartir el cuerpo, hace que el mundo sea un lugar más excitante.



II


Somos aventureras y nos preguntamos ¿Acaso tener menos sexo y con menos cuerpos es más virtuoso que tener mucho con muchas? Nuestra ética no se mide por el número de personas con las que hemos cogido, sino por el respeto y el cuidado con la que las hemos tratado y nos hemos dejado tratar. Nos juzgamos a nosotras mismas por nuestros intentos (muchos fallidos) de vivir hoy de una manera más ética, menos esencial, y más libre. Vivir hoy como nos gustaría fuera el mañana.




III

La economía que mueve al mundo nos hace creer que no hay suficiente para todas. Nos hace creer que si algo es muy bueno –como el sexo con alguien- debo conservarlo solo para mí porque luego no habrá más. Que si comparto lo que tengo, me resto algo en mi economía individual.
Nosotras sabemos poco de economía, pero tenemos intuiciones. Suponemos que más juegos de placer pueden brindar más deseo, suponemos que más juegos de placer pueden brindar más conexiones, más cobertura emocional, más amistades. “Puede” viene a significar “tiene el potencial de”. Hay que ponerlo en acto.
Nosotras las ludditas sexuales creemos en una economía que sea holística y ecológica, una ecología sexual colectivista, del compartir los cuerpos y los sentidos, como deseo positivo y opuesto a esta economía imperante de la hambruna de la monogamia y del miedo.
Nuestra economía se mueve por afinidades…El mundo y la vida en él tiene el potencial para que podamos construir múltiples compañías, compañeras, y acompañantes. Un bosque de fluidos palpitantes porque tenemos como post-humanas la capacidad para que haya suficiente sexo, afinidad, apoyo mutuo, contención y nutrientes alrededor de nuestro suelo fértil que devengan relaciones afectivas relevantes.
Las relaciones afectivas y las sexuales no son balances de contabilidad: no hay debe, no hay haber, no se pasan bienes de una columna a la otra. Es solo recordar lo que sí obtenemos en la ecología de la botánica afectiva que entablamos con esos cuerpos con quienes nos estrechamos. Recordemos lo conmovedor del encuentro afectivo entre los seres y tratemos de afectarnos con alguien más.



IV

Vivimos en una civilización que aún hoy considera aceptable un crimen por pasión (es decir asesinar a alguien por celos, especialmente cuerpos biopoliticamente asignados como mujeres), que acepta como causal de divorcio que alguien haya obtenido placer sexual fuera de un vínculo de pareja con una moral propiamente de la Inquisición. Castigamos con duras penas a quien se le haya ocurrido delinquir despertando la más mínima inseguridad o celos dentro nuestro. Abandonamos hogares, rompemos fotos, tiramos alianzas. Y esto no es algo que le pasa al pequeño-burgués solamente.
Por otra parte, por AmoR prometemos mentiras, mentimos situaciones, tergiversamos hechos, vivimos en el engaño, falseamos datos. Por AmoR y por miedo a la soledad, y al abandono y al castigo vivimos presas. El AmoR es un Amo.



V

Pero la monogamia no es la cura ni para los celos ni para la inseguridad. ¿Quién no sintió celos de que alguien amado juegue mucho en la computadora, vea una película a solas, o hable mucho por teléfono?
La territorialidad sexual es otra norma social a la cual le oponemos la alegría del compartir y regalarnos, puro potlatch. Pero un potlatch no en pos de la destrucción de la otra parte. Sino en post de la destrucción del viejo mundo para construir nuevas formas de vida, nuevas educaciones sentimentales.
Nuestros celos se combaten con la misma ferocidad que combatimos al Estado y todos sus aparatos represivos como el género, la familia, la escuela, las instituciones psiquiátricas, la heternormatividad, la pareja, la monogamia, las cárceles, y la policía.



VI

Las razones para tener sexo con muchas personas, hasta incluso tratar de llevar adelante muchas relaciones afectivas simultáneas son varias:
* Hay distintos tonos y matices de intimidad.
* Hay prácticas de placer que placen a algunos pero no a otros cuerpos.
* Hay necesidades físicas que no todos los cuerpos pueden o desean llevar adelante.
* Hay deseos sin intentos amatorios o amorosos constantes.
* Hay deseos con diferentes géneros que no pueden ser subsumidos a la especificidad de un solo cuerpo.
* Hay deseos en grupos.
* Et cetera.

Por eso, ¿no es acaso no solo imposible sino también cruel demandarle a un cuerpo que cumpla entonces con todo esto? Frente a esos múltiples placeres creemos en nuestro derecho a encontrar múltiples partenaires con quien entablar vínculos éticos libertarios. Otro mundo es posible hic et nunc.



VII

Reclamamos también nuestro deseo a ser solas y volver a ser amicae, amigas para la afectación, amigas para el cariño, amigas para los placeres, y para la conexión íntima y profunda del cuerpo. Y tener el potencial de ser muchas otras cosas, compañeras de lucha, de camino, de andanzas, de aventuras, de carrete…
Ser sola no es ser soltera, ni una condición temporal entre parejas, no es un período de sanación frente a una ruptura traumática.
Ser sola es una manera de vivir, una forma de vida, una construcción sexo-afectiva para no tratar de encajar mejor en la vida de nadie. Significa aprender a vivir con una misma, y disfrutarlo. Significa nuevas formas de vida comunales y en manada.
Nuestra relación y nuestra amistad con nosotras mismas es para toda la vida, hasta que decidamos que nuestro tiempo llegó o hasta que ese tiempo llegué efectivamente. Ser sola y afectarse no es excluyente, sino la oportunidad de construirnos íntimamente y de trabajar por nuestro propio cambio.
Vivimos en una civilización que segrega, margina y señala a quien elige la aventura de la soledad, de la asociación libre por afinidad, de la espontaneidad, de la camaradería amorosa. Creemos que si ser sola no fuera un estigma, la pareja no se desarrollaría como la “opción ideal”, infinitamente sobrevalorada, tabla de salvación frente a la angustia, al descontento, y las neurosis del este mundo.
Ser sola podría permitir, aunque parezca paradójico, el desarrollo de ecologías impensables hoy, inclasificables, múltiples formas de cariño, cuidados, y vinculaciones que hoy no podemos ni imaginar…
Ser solas es devenir lobos, es moverse en manada, ser cazadoras, jauría, disfrutar de la noche y de la mañana, es poder desear y afectarse incluso con quienes son distintas a nosotras, con la libertad de poder disfrutarlas, evitando el gran mito de la completitud.
Ser sola es poder generar usos de placeres reflexivos, excitantes y éticos con las amistades sin que se vuelvan vínculos posesivos donde se promete y se promete y se promete para no perder al ser amado. Es vivir, fundamentalmente vivir, en el abismo del riesgo. Es enriquecernos con conocimientos ajenos. Es una línea de fuga vitalista.



VIII

Las solas debemos recordar, y debemos recordarle a quienes nos dan su cariño o disfrutan de los placeres con nosotras que:
Deseamos ser escuchadas y atendidas y respetadas y asistidas en nuestros sentimientos. No somos ciudadanas de segunda del afecto frente a “los grandes amores”. Los grandes amores deben ser derrocados.
Deseamos poder pedir lo que necesitamos aunque la persona a la quien le pidamos no pueda (que no es lo mismo que no quiera) dárnoslo.
Deseamos ser honradas en nuestros acuerdos y nuestros planes.
Deseamos que se nos cuide si estamos enfermas o sino podemos hacerlo solas, que se nos quiera, que se nos atienda si tenemos una emergencia, como las amigas se atienden las unas a las otras.
Deseamos ser incluidas y tenidas en cuenta en cualquier ecología donde nuestras amantes se encuentren. No somos un secretito sucio.
Deseamos no ser consideradas un problema.
Deseamos ser apreciadas y ser amigablemente bienvenidas.
Deseamos no ser consideradas invulnerables u omnipotentes.
Deseamos ser iguales en nuestra ecología y en nuestro bienestar emocional a los demás cuerpos.
Deseamos la abolución de la pareja en post de la construcción colectiva de afinidad y afectación.
Y la verdad es que todas todos todos los cuerpos con las que decidimos involucrarnos sexual y afectivamente nos merecemos esto.



IX

Deseamos que nuestras amantes tomen juntas el desayuno, que sean amigas, que se conviertan en amantes. Ese es nuestro ideal y como todo ideal, creemos que es materialmente realizable aquí y ahora.
Nuestras amantes tienen mucho en común, ¿por qué no pueden compartirse, y compartirlo? Ser amantes mutuas fortalece las posibilidades de crecer y desarrollarnos en manadas. De abandonar el binomio macho/hembra, la parejita, la monogamia que constriñe los sueños y los deseos, y animarse a la aventura de a muchas. Las redes afectivas se expanden y en algo recuerdan a nuevas formas tribales de afectación y apoyo mutuo.
Si nos tratamos entre amantes como amigas, y permitimos que nuestros afectos y nuestras amantes, nuestras afines y nuestros apoyos en la vida tomen la forma que la espontaneidad les dicte en vez de aquellas normas sociales que forzamos en ellas, nuestros vínculos se acrecentarán. Seremos más prosperas afectivamente. Y menos temerosas de la soledad.
No debería resultarnos raro que entre afines nos gusten los mismos cuerpos o por lo menos no nos resulten amenazantes, o espeluznantes. Si acaso este fuera el caso, y la amante de mi amante me resultara un ser insoportable por razones de peso es momento de replantearse esa afinidad. Y variar.



X

La recompensa por la abolición de celos, envidias e inseguridades contra nuestras amigas-amantes y sus amigas-amantes será nuestra propia libertad sexual. Libertad sexual que encontrará su propia gimnasia y agilidad con quienes deseemos correr mucho tiempo juntas. Esos cuerpos a los que deseamos hoy tan cerca nuestro como el primer día, con ésas estableceremos redefiniciones, resignificaciones y resemantizaciones mutantes a lo largo de nuestro tiempo de vida (Aetatis brevis tempus satis longum ad bene vivendum est).
No nacemos grandes amantes libertarias, nos convertimos, devenimos. Y desaprender los celos, y las inseguridades resulta, como todo entrenamiento, una tarea dura que demanda disciplina, como toda gimnástica, una tecnología del Yo.



XI

Ni los celos ni las inseguridades son crímenes, o secretos a esconder como ropa sucia. No hay por que negar que los tenemos del mismo modo que no hay por que negar que se nos ha biopoliticamente asignado a un sexo/género. Pero todo –menos la muerte- se puede des-hacer. La experiencia del dolor romántico que deviene libertad sexual y afinidad afectiva no es del orden moral: nadie puede acusarnos de “esto está bien” o “esto está mal”. Más aun, aquella que sienta dolor (devenir/modificarse/mutar duele) que se trate indulgentemente. Las varas y los azotes son para las prácticas consensuadas de los juegos sexuales llamados S/M, no para la gimnasia del devenir amantes libertarias.



XII

Sin embargo, quien tenga el compromiso de modificarse en cuanto a lo sentimental debe mirar de frente a los dioses, osar. ¿Qué imagen es la que nos asusta más? Poder verla en toda su dimensión para alejar al fantasma. ¿Tiene un nombre? ¿Se llama soledad? ¿Belleza? ¿Juventud?
Poder invocar la imagen que concita el odio pasional, traerla y amigarse con ella –hasta, quién sabe, podríamos masturbarnos pensando en esa imagen- es nuestro deseo.




XIII

Aprendamos a disculpar, no cristianamente, sino libertariamente, nuestros desaciertos para volver a empezar. Al fin de cuentas somos solo principiantes en el mar de los sargazos.
Quizás la única manera de poder construir nuestra propia homeostasis sea cruzar los límites, desestabilizarnos. Con pequeños pasos, el dolor de la mutación puede ser mínimo: ninguna bailarina elonga en frío, ninguna elonga lo mismo al comienzo de una práctica que al estar ya más avezada en su ejercicio.
No estamos diciendo reformismo, sino cuidados mutuos, afectividades, y afinidades. La aspiración no es la reforma, no es poder alcanzar “yo no pregunto, vos no me contás”, sino poder llegar a la colectivización de nuestro propio cuerpo. Al comunismo del placer y del deseo. Nuevas formas de vida



XIV

Un ejercicio: dejar de pensar psiconaliticamente: lo que no está, lo que me falta, lo que se fue a otra parte. Oponerle a ese pesimismo un deseo activo, un optimismo de la voluntad: lo que si está, lo que si viene, la energía que me envuelve. Las afirmaciones. El vitalismo.



XV

Es esforzado. Lo sabemos. Pero la monogamia lo es más y brinda mucho menos. Nuestra aspiración: emanciparse del concepto propietario sobre otros cuerpos, y eso incluye no solo animales y ecosistemas, sino la biología de los vínculos de placer y por afinidad. Devenir capaces de enfrentar nuestros temores, y desaprender lo aprendido, capaces de administrar nuestras emociones en una ecología vital de disfrute y proliferación. Difundamos el mensaje, y repitámonoslo cuando el pánico nos quiera capturar: Devenimos capaces, devenimos potentes. Podemos re-programar nuestros deseos para atentar contra el estado de las cosas contra las cosas del Estado.



XVI

El afecto es algo que también experimentamos en situaciones donde no hay otro ser humano. ¿Quién no sintió que se le cortaba el aire y tenía palpitaciones frente a la belleza del mar despejado de turistas en una playa desierta? ¿O en la cima de una montaña desde donde vemos un bosque y a la cual nos ha costado ascender? ¿O frente a un plato de comida que nosotras mismas cocinamos y nos salió bien? ¿Frente a palabras escritas y que juzgamos acertadas en un poema, una carta o un ensayo?¿O ante la insurrección popular? ¿Acaso no sentimos grandes pasiones ante gestos de cariño de extrañas y extraños? Alguien que nos indica y nos ayuda a llegar a un sitio en una ciudad que no conocemos. Alguien que nos hace compañía compartiendo su libro en un viaje. Alguien que parte su comida o comparte lo que tiene. Y en estos momentos de profunda intimidad y afectación no existe desesperación, ni deseo basado en la ausencia, ni compañía que sea un remedio contra la soledad. Porque ni la soledad y el miedo que concita son buenas compañías a la hora de elegir acompañantes.



XVII

¿Y si fallamos? Fallamos. Nada pasa. Volveremos a intentar. Nuestras derrotas no nos demuestran equivocadas. Y el dolor por el fracaso amatorio duele, y cala hondo, su herida no cicatriza pronto. Pero cicatriza, y del dolor de un desenlace afectivo que no deseábamos puede resurgir una nueva amistad. No se puede perder lo que no se desea.





Nudos de amor Poemas Des-nudos*


Nudos de libertad y amor, son como dos columnas en andamio, sostienen,
mas no se encuentran nunca.

Cuando la procesión de estrellas
apagaba su brillo
des-nudando la luz
un pájaro cantaba.

Ay, mi pájaro espino,
Des-nudos nos encontró la noche.
Tan des-nudos, amor.
Tan desnudos.
Tan desnuda la tierra, mi sombra fugitiva.
Tu voz y mi mirada.
Tan desnudo mi cántaro escanciado de vino.
Tu boca y mi asombro.
Tan des-nudo mi cuerpo. Des-nudo y desangrado.
Tus trinos. El destiempo.

Canta, pájaro canta,
que el azul malhadado nos anuncia
el exilio del día, del canto
y del amor.

Ay, mi pájaro espino, cuando el dolor lacere, ayer, mañana, nunca.
Me hallarás indefensa desnuda a tu palabra,
a tu canto desnuda.



I
Nudos de Libertad*


Des-nudando tus manos de mi pelo,
cabellera en tristeza despeinada,
los vientos del destiempo van llegando.

La ventisca salada des-nuda de palabras el oído
y devuelve a los pájaros sus trinos
golondrina en invierno, mi cintura
des-nuda de tu abrazo
emigra, felina, rastreando en huellasde agua
Ay, mi pájaro espino.
No cantes, vuelve al monte.
Cuando oscura de adioses veas la luna roja
ayer, mañana, nunca, en silencio o en canto
me hallarás indefensa,
des-nuda, libre y mía.


*De Amelia Arellano. arellano.amelia@yahoo.com.ar




*


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