*Foto: Joan Mateu I Marti.
“Estas son
respuestas con alas” *
El agudo escritor
catalán explica sus motivos para no redactar una novela. ”Soy vago”, dice.
*Por CARLOS ALBERTO PARODÍZ MÁRQUEZ.
”Di alguna vez
la verdad para que te crean cuando mientas”, hilaba Jules Rostand, y ¿qué tiene
que ver con el entrevistado de hoy? Nada y todo.
Porque del
catalán Mateu puede decirse, casi poeta, casi narrador, casi novelista, entre
multitud de otras porciones. Este barcelonés, a quien cuesta “traducir” en
serio, trasciende por gentilezas diversas que cuenta con irónica modestia y
reticencia, pero vale “apunar” en su altura, durante el breve espacio que su
pereza permite.
–¿Podemos convenir en que es muy difícil ubicarte?
–Amigo, soy muy
vago. Por decirte que escribo relatos cortos, porque una novela la entiendo
como una labor demasiado ardua.
–¿Comodidad?
–Muchas veces
–las que puedo–, en lugar de escribir dicto.
–Tu
cuestionario da para varios libros (si quiere hacerse bien, y en eso sí que soy
puntilloso).
–Sinceramente,
no me atrevo ni con la primera pregunta. Ten en cuenta que tengo 65 años, que
he vivido varias vidas y que en eso no hay quien se ponga a escribir. Sería
como una biografía.
–¿Mucha casualidad en estas decisiones?
–Por otra
parte, mi dedicación a escribir es puramente casual. Escribo cuando me apetece
o lo necesito y dejo de hacerlo igualmente cuando me canso (eso se da muy
rápidamente). Las publicaciones las han tutelado y promocionado mis amigos o
mis hijos (de ambos tengo bastantes).
–Probemos: ¿La noche es la almohada del sol?
–Eso es una
metáfora muy forzada. Definir la noche es como pretender meter el mar en una
cubeta. Tiene tantas vertientes y hay tanta subjetividad…
–Si Dios existe ¿está enojado, distraído o
sorprendido?
–Por el
concepto de Dios que se tiene, ninguna de las tres cosas ya que en su
omnisciencia conoce de antemano todo. Por ello, es imposible que tenga algunos
de estos sentimientos.
–¿Qué sucedería si el murmullo del mar se apagara?
–Nada. Para los
sordos nunca existió y sigue siendo una maravilla.
–¿Alguna premiación?
–Un primer
premio de “no sé qué” de Zaragoza, otro de “no me acuerdo qué” de Madrid, un
par de letras y… no me acuerdo, etcétera, etcétera… Lo cierto es que nunca envié
nada a ningún sitio y los premios fueros por obras que enviaron amigos, hijos.
En fin, esos que dicen que te quieren y luego te dan trabajo.
–¿Tienes mentores?
–No. Escribo
por placer.
–¿Alguna página oficial en internet?
–Ahora, no.
Durante la prehistoria de internet “La Tertulia en Mizar” durante cinco años,
con más de 1.500 personas interrelacionadas que recibían siete textos diarios y
podían responderse. Ahh, yo creo que fue la antesala del Face…
–¿Joan un ángel descuidado que me ayuda son tus
respuestas?
–Respuestas con
alas, pues…
–¿Hurgamos en el origen?
–Bueno, nací en
un pueblo de la provincia de Girona (entre Barcelona y Francia), Cassá de la
Selva. Muy niño mis padres se desplazaron a Barcelona y yo con ellos, pero las
raíces familiares quedaron allí y siguen, claro.
Estudios: en
las Escuelas Pias… con curas y con su educación. Época franquista. A pesar de
eso, con el tiempo he conseguido ser bastante normal. Perito mercantil,
medicina y otras intentonas, pero acabando con Económicas.
Políticas y
empresariales. Doctorado en ellas. Viajero desde los 16 a los 31. Después,
trabajo y trabajo. Empresas diversas para hacer experiencia y, después, en la
familia.
Matrimonio,
niños. En fin, lo suyo… Empresario siempre, librepensador y contra las reglas.
Las reglas hay que contravenirlas desde el momento que se promulgan.
–¿Intimidades?
–Eso deberá
quedar para unas copas frente a frente. Cualquier cosa que ponga por escrito
puede ser usado por ellas contra mí.
–¿Libros publicados?
–Poesía,
Pensamiento, prosa y tonterías varias. Tú preguntas y yo respondo.
*Fuente: La
Unión Espectáculos y Cultura 11/03/12
LOS HOMBRES SON NIÑOS, Y LAS ALMAS SON FUEGO…
-Selección de textos de Joan
Mateu I Marti.
*
Tiene andaluza
la sangre
y la gracia, y
el talante
tiene ochenta y
cuatro abriles
y mira siempre
adelante
y sabe de
poesías
y de poetas
galantes
Los ojillos se
le achican
cuando le piden
que cante
y una sonrisa
se escapa
y parece que se
espante
Luego, dice muy
flojito:
"Sólo
puedo recitarte
lo que
recuerde, no toda
que solo
recuerdo parte...
Recuerdo una
poesía
de Lorca
de Federico
García.."
E inicia tímido
el cante
Y va brotando
despacio
- parece que va
a pararse -
recordando
aquellos versos
y empezando a
emocionarse
y ya los ojos
chispean
mirando de
medio lado
y las manos
participan
y el duende ha
despertado
y palabra por
palabra,
toda la poesía
entera,
entremezclando
suspiros
gitanos y
madreselvas
sintiendo lo
que se dice
y viviendo lo
que cuenta
surgen alfacas
de plata
toros bravíos,
reyertas
sangre color
escarlata
"Corriendo
van por la vega
a las puertas
de Granada..."
Y las manos
van,.. y hablan
y los aires
quietos, callan
el cuchillo
corta el aire
los ojillos se
hacen agua
"El barco
sobre la mar
y el caballo en
la montaña..."
El pelo brilla
precioso
la boca sonríe
y canta
y esa mujer
increible
nos lleva con
lo que narra
a unos mundos
de misterio
y al final,
cuando acaba
se escucha solo
el silencio
y la emoción
que se palpa
el duende y el
sentimiento
que trae con
sus palabras.
La mar está en
calma
La mar está en
calma y las barcas, fondeadas en medio de la pequeña bahía se mecen atadas a
las boyas de color bermellón viejo tirando de ellas suavemente a cada impulso
de las olas y haciendo bailar indolentemente las largas barbas verdes que
cuelgan filamentosas hacia el fondo, producto del largo tiempo que llevan en el
agua.
En total hay
unas 10 barcas. Las otras diez o doce están sobre la arena. Son las más
pequeñas y el esfuerzo de subirlas y bajarlas cada vez que te haces a la mar no
es importante, por ello descansan sobre las "escaleras" de madera
encerada, atadas a las pastecas que se usan para subirlas mediante lo que a los
ojos de un profano sería un entramado de cuerdas sin sentido.
La
"Rosario", con unas nansas en su babor, la "Mariven", algo
desconchada y reseca porque Luis sale normalmente con la "Merçé"; la
"Maria Luisa", recién pintada de blanco y con el fondo y una raya
verde, con su vela latina impresionante y seductora, la "Costa
Brava", con un motor tan viejo como las
rocas que
componen su nombre, la "Formigueta", tan coqueta, mojando su popa con
las olas pequeñas (nunca la acaban de sacar del agua) la "Baldufa",
preciosa pequeña de remos con casco amarillo y escálamos de madera, la
"Atrevida" de Tomás, la "Rosa de los Vientos" de aquel
señor de Pals que va
al calamar, la
"María", la "Marisu", el "Pablo" que es un bote
sin motor para pescar sonsos, "La Cubana"... A su alrededor, redes en
sus "cofas" cuerdas y "llivants" de 60 metros, corchos de
señalización, banderitas, fondales y toda clase de artilugios de pesca.
En la rada,
flotando mansamente sobre el agua, la "Costa Azul", la más grande,
con sus bancos y su palo en cruz, la "Paulina", la barca más esbelta
que nunca vi, con su color verde tan personal, con su motor tan antiguo que
había que calentar durante 5 minutos mediante un soplete antes de intentar
arrancarla, "Carlos", un canot de motor interior, rojo y blanco con
unos cromados rutilantes que sale únicamente el 15 de Agosto pero que estaba
siempre impecablemente cuidado, "Palamós", "Cap de Creus",
la "Estrellita del Sur", la "Libertad", y la
"Mizar", roja y blanca, con las maderas de la borda perfectamente
barnizadas, el tambucho de popa abierto, y los bancos blancos de su bañera que
te invitan a sentarte y navegar.
"Viene
mar" - alcanza a decir Luis mientras pasa por mi lado.
Luis es el hijo
mayor de León, el pescador más viejo y de más rango del lugar. Con la piel
curtida por el sol, su grueso pelo siempre despeinado, la misma camisa azul
marino con las mangas arremangadas por debajo del codo y los pantalones por
debajo la rodilla. Luis tiene el rostro surcado por las arrugas más profundas
que jamás vi. Recuerdo que un día le dejó a mi hermana, por la que tenía un
afecto especial, ver el fondo de estas arrugas, y cuando ella, con sus deditos,
le separó los costados de una de ellas, apareció el fondo blanco, de un blanco
inmaculado, níveo, blanquísimo. Luis era blanco en el fondo.
Y era también
lacónico. Pero ¿acaso hacía falta hablar más?. "Viene mar" ya lo
decía todo, ¿Para qué gastar más palabras?. Yo, con mis once años, estaba
jugando en la arena en un circuito lleno de montañas y complicadas carreteras,
haciendo carreras de ciclistas con unos muñecos montados en bicis que salían en
los paquetes de Chocolates Torras y llevaban en la espalda la bandera del país
al que pertenecían. Levanté la cabeza para ver cómo se alejaba Luis y seguí con
mi carrera porque recoger las barcas lo haríamos al día siguiente.
Los pescadores
"sabían" con dos y tres días de antelación, cuándo viene el mal
tiempo y entonces se preparan y recogen las barcas. Las que están en la playa,
las suben más hacia arriba, incluso a veces hasta por encima del camino que
rodea la cala, (si el temporal va a ser muy fuerte) y las que están fondeadas las
llevan a tierra.
En esta
maniobra, participan todos los habitantes del pueblo usando para las barcas
pequeñas, las pastecas de cada una, pero para las grandes, se usa el
"tambor": En el camino de tierra que circunda la arena de la pequeña
cala, hay clavados en el suelo unos tubos de hierro en los que se coloca un
cilindro de madera. A ese cilindro se le acoplan cuatro palos a modo de astas
donde los pescadores, sus mujeres y cualquiera que esté por allí en este
momento se agarran y comienzan a dar vueltas empujando las varas.
Una cuerda
atada al cilindro se va enrollando sobre él, despacio, al mismo ritmo de las
vueltas que da éste, y arrastra la barca atada en el otro extremo de la cuerda
por encima de unas traviesas que van colocando los pescadores y la van subiendo
lentamente por encima de la arena hasta donde se sabe que va a estar segura.
Normalmente
esta operación se hacía con la calma previa al temporal y era para mí un
orgullo que, a mi edad, los pescadores me dejaran ir a recoger las barcas
fondeadas y llevarlas a la playa para que fueran trincadas por ellos con el
extremo de la cuerda y fueran arrastradas con los "tambores" hasta
lugar seguro. Ir hasta la "Estrellita", ponerla en marcha y llevarla
a la playa, con la confianza de los que allí esperan incluida la del dueño que
está observando, repetir esta maniobra con "Palamós", la
"Paulina", mi "Mizar" y las demás me llenaba de un enorme
orgullo y me hacía sentir el centro del universo.
Algunas veces,
sin embargo, la predicción era más apurada o había un cambio de tiempo por la
noche, y la operación se iniciaba cuando ya había empezado el mal tiempo. Eran
las menos, pero alguna vez pasaba y entonces había peligro. Había que ser muy
hábil y tener los nervios muy templados. Poner en marcha el motor de la barca,
y esperar el momento adecuando para acercarse a la playa. Entrar en ella a
cresta de ola, y depositar con la máxima suavidad la barca sobre la primera
traviesa para que la trincaran rápidamente y con el mínimo tiempo hicieran
rodar el tambor y la subieran a lugar seguro antes de que rompiera la siguiente
ola. En estos casos había que ir nadando a por la siguiente barca, trepar a
ella desde el agua (eso era lo más peligroso ya que podías cortarte con la
hélice o la barca podía golpearte con el oleaje) poner el motor en marcha y
entrar en la cresta de la ola más adecuada.
Muchas veces me
he preguntado después cómo era que confiaban para eso en un chaval de 11 años.
Y también, cómo era que mi madre me dejaba hacerlo. Con el tiempo he sabido la
respuesta de la segunda pregunta: Mi madre nunca supo que lo hacía y en cuanto
a la primera, nunca lo supe.
Pasado el
temporal, las barcas se volvían a sus amarres, en una operación mucho más
sencilla, en la que se necesitaba mucha menos gente. Las barcas se deslizaban
por las pendientes de la arena sobre los travesaños y se llevaban a remo hasta
las boyas. No era preciso ni arrancar el motor.
Todo volvía a
su sitio, y yo volvía a mis juegos. Alguna vez, cuando estaba de nuevo jugando
en la arena con algún amigo a las carreras de ciclistas o a cualquier otro
juego, pasaban dos pescadores y uno le decía al otro, cuidando muy bien de que
yo lo oyera, pero haciendo ver que no sabía que estaba escuchando: "Parece
que el chaval va aprendiendo..." y esa felicitación irónica me llenaba de
satisfacción, pero lo que más me gustaba era que siempre me trataron como uno
de ellos. Yo no era el niño que ayudaba, era uno más de los pescadores, uno más
de ellos.
Y eso, eso me
gustaba.
Horóscopos
En Rouen, en la
Normandía francesa, el 18 de Mayo de 1847 nace, de padres campesinos, Charles
Perigot Damûet que después de una juventud llena de privaciones decide
trasladarse a París con la idea de buscar fortuna.
En la misma
fecha, en Kuala Lumpur, capital de Malasia una joven de la aristocrática
familia Yap da a luz un varón al pone de nombre Woti que es educado en las
mejores escuelas del país y al cabo de los años se traslada a Paris a completar
su formación.
En verano 1869
Mademoiselle Fournarin, trabaja como camarera en una fonda de la Rue Rivoli
donde acaba de incorporarse un normando llamado Perigot por el que se ha
sentido atraída desde el primer instante. Fournarin, mujer de fuerte formación
religiosa, se sorprende a si misma al responder a las insinuaciones de un varón
cetrino de nombre Woti que cada tarde repasa sus libros en la mesita del
rincón.
Ambas
relaciones crecen paralelamente en el corazón de la doncella, hasta el momento
en que los dos galanes descubren el doble juego de la dama lo que les lleva a
batirse en duelo en las inmediaciones del Bois de Bologne.
Únicamente Woti
sale indemne del duelo y la muerte de Perigot cae como una losa de culpabilidad
sobre el corazón de la joven. En el entierro descubre la coincidencia en las
fechas de nacimiento de ambos y se pregunta porque dos personas con el mismo
horóscopo han tenido destinos tan dispares. Uno consiguió el amor y el otro la
muerte.
Decide no creer
en el destino que marcan los astros, pero después de meditarlo detenidamente
admite que puede que no haya error, porque quizás el amor y la muerte sean lo
mismo.
El gran amor
Se apoyaba en
un bastón para ayudarse caminar. Iba al parque cada mañana a tomar el sol y se
entretenía viendo a los jubilados jugando a la petanca. Él nunca había
participado en estos juegos porque no los entendía. Además él no era un
jubilado. Él era un anciano y olvidaba las cosas. Si hubiera querido jugar a
aquel juego le hubieran tenido que explicar las reglas cada mañana.
Con el tiempo
no recordaba donde trabajó. Había olvidado quién era su familia, qué había
hecho en su vida, tantas cosas… Pero siempre había recordado su primer amor.
Hoy era un día
tremendamente triste: Después de tanto tiempo no recordaba quien fue ese gran
amor. Hoy, seguramente, se quedaría en el parque.
La noche de Sant Joan
En la noche de San Joan
Donde comparten su pan,
su tortilla y su gabán
gentes de cien mil raleas...
Joan Manel Serrat
Se trata de una
noche mágica. Durante toda la semana, incluso antes, los niños, en pequeños
grupos y una vez acabadas las clases, van recogiendo por todo vecindario
maderas, cajas y muebles viejos para quemar. Los vecinos colaboran y entregan
lo inservible y a veces cosas que no lo son.
En una plaza,
en un cruce de calles, en un descampado, o en un solar vacío, van apilando
cuidadosamente el botín de maderas recogido, que esperará la noche del día 23
de Junio.
En ocasiones,
es preciso dejar un vigilante, que cuide que otro grupo cercano, no quiera
pasarse de listo, apropiándose de las maderas recolectadas con tanto esfuerzo,
para así ahorrarse el suyo.
La picaresca,
está viva incluso en las fiestas...
Durante la
semana, empiezan a oírse los petardos, primero tímidamente, espaciados, pero a
medida que nos vamos acercando a la noche del 23, las explosiones van
escuchándose con más frecuencia, y en la vigilia, arrecian y se desbocan como
anunciadoras de la gran fiesta del fuego.
Cuando empieza
a anochecer, el nerviosismo es cada vez mayor. La competencia por la hoguera
mas grande, por la que queme durante mas rato, por la mejor, flota en el aire,
y un jurado inexistente siempre te da la victoria, al mismo tiempo que los
competidores reciben la suya.
Se prenden las
hogueras, y se lanzan los petardos, y se danza alrededor de la hoguera con sus
llamas al cielo, y sus crujidos festivos. Se saltan las llamas... se saltan las
llamas... se saltan las llamas...
Los petardos y
cohetes ponen la nota de color, sonido y riesgo a la fiesta.
La hoguera
quema el último vestigio de civilización, y es entonces cuando los inmortales
son inmortales, los hombres son niños, y las almas son fuego.
Es la noche de
Sant Joan.
Salta esta
noche las llamas conmigo, dadme la mano, y vamos allá....
El cura rural
"Del polvo
venimos y al polvo vamos...".
Repetía como
una letanía aquel cura rural mientras caminaba por entre los campos verdes en
los que, animadas por la incipiente primavera, ya apuntaban algunas amapolas.
Ya eran muchos
años de caminar por los caminos de tierra de pueblo en pueblo, para atender las
cinco parroquias que el obispo había tenido a bien asignarle. Él intentaba
llegar a todo, pero el trabajo a veces le podía y le agotaba.
"Del polvo
venimos y al polvo vamos..."
Hoy estaba un
poco deprimido por el servicio en el último pueblo. Le había costado llegar al
fondo y su actuación no había pasado de discreta. Se miró los pies, que iba
arrastrando por el camino, repitiendo absorto:
"Del polvo
venimos..."
Sonrió, sin
embargo, al acercarse a la iglesia del segundo pueblo, y más al ver a Lucía que
le esperaba sentada y sonriéndole. "...Y al polvo vamos". Murmuró.
El Chamán
Aquel Chamán
había pasado toda su vida en Zacatecas, al norte de México, al amparo de la
riqueza que aún ofrecían sus minas de plata y aprovechando la necesidad que
tenían los mineros de sus servicios . Era muy conocido, no solamente en la
ciudad, sino en la práctica totalidad de la provincia y contaba sus
intervenciones por éxitos. El reconocimiento popular se hacía eco de sus
curaciones y, tal como pasa en estos casos, se tendía a exagerar magnificando
el resultado de sus conjuros.
Sus largas
peroratas, invocaciones y rezos, realizados a los dioses mayas acababan, en la
práctica totalidad de las ocasiones, con la sanación del enfermo o la mejora de
la situación problemática.
Hubo dos
motivos por los que se marchó a Noruega. El convencimiento de que había tocado
techo como chamán en la zona y la depresión económica que hacía que sus
emolumentos, aún creciendo, no pudieran cubrir sus necesidades que eran cada
vez más altas.
Su emigración a
Europa conseguiría relanzar su economía y ayudada por la fortaleza del euro lo
haría rico. Al cabo de unos años podría regresar con su fortuna en euros y
vivir placenteramente.
Aquella
aventura duró escasamente un año. Fue un período lleno de problemas y
vejaciones, llegando incluso a pasar hambre cuando se terminaron las reservas
dinerarias. No hacía más que llover en Arendal y en todo el condado de
Aust-Agder y lo hacía a través de una niebla baja y pegajosa. Tuvo que cambiar
sus túnicas por gabardinas y los conjuros, de esta guisa, no imponían respeto.
Creyó haber perdido sus poderes ya que raramente conseguía algún resultado a
pesar de que sus rezos eran más largos y más intensos, y decidió volver.
El fue su
primer cliente cuando regresó. Colocó las piedras calientes en su lugar,
realizó el ayuno pertinente, usó su mejor túnica y oró con un fervor tal que
los que estaban presentes quedaron sobrecogidos. Quería saber el porque de su
fracaso e imploró a los dioses que se lo dijeran. A los tres días de rezos y
conjuros los dioses le respondieron escuetamente: "Nosotros tampoco nos
entendemos con Odín, Freya, Thor, Balder y su grupo, hablan un idioma muy raro.
¿A quien se le ocurre ir a conjurar en noruego?"
El espejismo
Los divisó
apareciendo de detrás de una duna. Venían tambaleándose, completamente agotados
y cayendo sobre la arena de bruces cada seis o siete metros.
Cuando los vio,
salió corriendo rápidamente en busca del ánfora, la llenó con el agua fresca
del lago y poniéndola sobre su cabeza se dirigió hacia los dos hombres saliendo
del oasis. Caminó todo lo rápidamente que le permitía el peso del recipiente
lleno de agua, consciente del precario estado de los dos náufragos del
desierto.
Ellos, al
verla, intentaron acelerar su paso con el fin alcanzarla lo antes posible. La
garganta les quemaba y la piel reseca demandaba sombra y agua. La sombra la
proporcionarían las palmeras del oasis y el agua aquella hembra de cabellos
negros y rizados que se acercaba como una aparición.
- Espero que
eso no sea un espejismo- dijo uno de ellos.
En aquel
momento desaparecieron.
La mujer se
detuvo, dejó el ánfora sobre la arena y se sentó. No entendía porque a pesar de
tener toda el agua que precisaba y la sombra que necesitaba le ocurría esto.
Era el tercer espejismo que había tenido aquella semana. Muy preocupada se
planteó dejar el oasis e irse a vivir a Kuala Lumpur.
Los viajes
No he oído el
reloj esta mañana y cuando me he despertado en el lugar del cuarto de baño
había un trastero. La cama era antigua y hacía frío. ¿Por qué no notaba la
calefacción?. Mi ropa de Armani, la colección de corbatas Plumkier y los
zapatos de Tood's habían desaparecido.
Al bajar por la
escalera ya suponía lo que había pasado pero me acerqué a la calle para
constatarlo. Hay un camino de tierra donde debía haber una carretera de
asfalto. Tampoco hay ningún coche, únicamente un carro al final de la curva.
¡Ya empiezo a estar harto de estos viajes en el tiempo!
Ascender
La empresa se
dedicaba a hacer pruebas de seguridad en automóviles. Me incorporé con el ánimo
de ascender rápidamente. Miré el organigrama y vi que había bastantes niveles
para escalar lo que me animó ya que los retos me gustan y los que van
acompañados de dinero y poder, aun más.
En las
reuniones de objetivos que se celebraban quincenalmente se hacía un resumen de
los logros conseguidos de forma individualizada, por lo que podías darte cuenta
de cual era la competencia y establecer tus estrategias para bloquear el paso a
los demás y magnificar tus acciones.
Estas reuniones
acababan siempre con el mismo eslogan: "Hay que subir hasta lo más
alto"
En la reunión
de esta primera quincena encontré a faltar un muchacho muy activo y que estaba
ascendiendo rápidamente. Al preguntar por él nos dijeron que ya había alcanzado
su nivel más alto, por lo que no volveríamos a verlo. En la siguiente reunión
faltaba otro chico, curiosamente otro de los adelantados, y el motivo fue el
mismo. A mi me gustaba eso porque veía que la progresión era posible y no tan
complicada.
Debido a los
vacíos en el escalafón por la promoción de los ausentes, me tocó pasar a la
fase principal de pruebas de seguridad: Cinturones experimentales. Ahora estoy
sentado en el prototipo de pruebas, un muro de hormigón me espera a cincuenta
metros. Van a lanzarme. Ahora entiendo que en pocos instantes subiré a lo más
alto: al cielo.
Para siempre
Me gustaría
poder decirte que me gusta mucho estar contigo, que te necesito y que acepto
todas tus manías, debilidades y defectos. Casi puedo asegurarte que algunos de
ellos me gustan. Estoy tan a gusto contigo que los paseos me parecen cortos y
cuando vamos a la playa, los dos solos, es el mejor regalo que me haces porque
puedo compartir el mar, el cielo y la arena contigo.
A pesar de que
a veces estás indiferente o absorto en tus cosas estoy a gusto y quisiera que
supieras que estaré toda la vida a tu lado, no importa lo que pase ni el lugar.
Nunca me separaré de ti.
También me
gustan tus silencios y velarte cuando duermes, pero lo que más me gusta son tus
caricias y esa risa tuya encantadora. Quisiera decirte todo esto y muchas más
cosas pero tendré que conformarme con mirarte, dar un par de ladridos y mover
la cola.
El nuevo
miembro
Plumkier, el
gran escritor, tenía una salud de hierro, había demostrado en mil batallas su
temple de acero, sus obras demostraban inequívocamente que tenía un corazón de
oro, lucía en su cabeza una tupida cabellera de plata, tenía azúcar en la
sangre, oro en los dientes y piedras en los riñones.
En lugar de ser
propuesto como nuevo miembro de la Real Academia de la Lengua, ingresó por
derecho propia en La Tabla Periódica de los Elementos.
El Banquero
Al fin alcanzó
uno de los objetivos su mi vida. El de ser enormemente rico ya lo había
conseguido hace años pero tener un Banco, uno de los importantes, de los que
marcan las pautas de funcionamiento del mundo financiero, no lo consiguió hasta
ayer.
En su primera
reunión general expuso los cambios que durante todos estos años había madurado
para que los usuarios puedan utilizar los servicios bancarios de una manera más
cómoda, eficaz y transparente.
La
transparencia era una de las virtudes más importantes por lo que a partir de
ahora las cuentas de los usuarios serían de colores. De este modo, bastaría ver
el color para saber el tipo de titular de la cuenta. Las caras de asombro de
los directores no le detuvieron y comunicó que ese cambio era sólo el primero
de una larga lista.
Así pues, el
saldo en números rojos quedaba asignado a los vampiros, asesinos y comunistas,
el verde para agricultores y ecologistas, el azul para marineros, navegantes y
aviadores, el amarillo para enfermos de ictericia … De esta manera fue
enumerando cada uno de los colores y profesiones.
Al ser
preguntado por uno de los directores a quien asignaría el blanco ignoró una
posible sorna en la pregunta pero quedó un tanto desconcertado porque no había
pensado en esta posibilidad. Meditó durante un largo minuto en el que se podía
cortar el aire hasta que expuso claramente "El blanco para los pobres.
Saldo en blanco: saldo cero, ¿está claro no?" Y encarándose con el que
había hecho la pregunta le miró a los ojos mientras le decía: "Usted será
el primero con números en blanco"
*
Desnuda de tus
vestidos
te meterás en
mi cama
y apretándote
en mi vientre
arrugarás la
almohada
y poniendo
aquellos ojos
de amor, de
pasión sin pausa,
mirándome, mas
sin ver,
te acercarás a
mi cara
y me dirás al
oído
que eres mi
amor
que me amas,
y yo te diré en
tu oído
que es tu amor
lo que regalas,
Y la luna
sonriente
se colgará de
tu enagua,
y te dejará
desnuda
piel blanca
sobre la sábana
y te recorrerán
mis besos
en una gran
cabalgada
en un galope de
amores
esta noche en
nuestra cama...
La Vampira
Procedente de
los Cárpatos, Alexandra, la única hija de la quinceava generación de los Von
Plumkier, la reconocida familia de vampiros, ha sido noticia en las principales
televisiones del mundo. Los periódicos locales ya habían informado de su
extraño comportamiento hace un par de meses, pero en estos sesenta días se ha
comentado el hecho, hasta adquirir el carácter de noticia internacional.
La heredera de
una de las más grandes fortunas de Transilvania está en boca de todos por la
última de sus excentricidades: golpearse contra los espejos.
Fue
fotografiada en un restaurante de Brasov en el que rompió cuatro enormes
espejos embistiéndolos con la frente. Al cabo de un par de días, durante su
estancia en los montes Apuseni, lugar de vacaciones y solaz de Rumania, acabó
con todos los del hotel y en lo que va de este mes, ha roto los espejos de
todos los lugares en que ha estado golpeándolos con la cabeza.
Debido a su
gran fortuna y a que los daños causados son indemnizados generosamente no se
han producido denuncias pero el clamor popular ha llevado a la heredera a una
entrevista televisiva con difusión mundial para explicar porque una vampira de
tan alta alcurnia ha dejado de morder para dedicarse a destruir espejos
golpeándolos con la frente.
Sin embargo y
para desencanto de los curiosos, el morbo va a seguir creciendo ya que A. Von
Plumkier, no se presentará a la entrevista y mantendrá en secreto su pretensión
de pasar al otro lado del espejo para recuperar su imagen.
Tumbada desnuda
Tumbada desnuda
en la cama a mi lado
Notando el
calor que desprende tu cuerpo
Me arrastro y
te abrazo y me ofrezco
Abriendo mi
alma del todo entregado
Siento tu calor
y tu beso anhelado
Tu boca que se
abre y me pone en barbecho
Tu tacto
caliente
Mi mano en tu
vientre
Tu dulce
temblor
Y tu sexo en
flor...
Tu monte de
Venus pegado a mi pierna
Montando a
caballo una noche eterna
Tus pelos
cortados
Tus dulces
costados
Tu mano en mi
espalda
Buscando
arquearla
Tus dulces
gemidos
Sueños
compartidos
Mi ansia final
Mi bien y mi
mal
Ya nada rehuyo
Mi cuerpo es el
tuyo
***
Joan
por sí mismo*
Nací en un pueblo de la provincia de Girona (entre Barcelona y
Francia), Cassá de la Selva. Muy niño mis padres se desplazaron a Barcelona y
yo con ellos, pero las raíces familiares quedaron allí y siguen, claro. Estudios:
en las Escuelas Pias… con curas y con su educación. Época franquista. A pesar
de eso, con el tiempo he conseguido ser bastante normal. Perito mercantil,
medicina y otras intentonas, pero acabando con Económicas. Políticas y
empresariales. Doctorado en ellas. Viajero desde los 16 a los 31. Después,
trabajo y trabajo. Empresas diversas para hacer experiencia y, después, en la
familia. Matrimonio, niños. En fin, lo suyo… Empresario siempre, librepensador
y contra las reglas. Las reglas hay que contravenirlas desde el momento que se
promulgan.
*Fragmento del reportaje a Joan Mateu
realizado por Carlos Alberto Parodíz Márquez para el diario La Unión de Lomas de Zamora.
(11 – 3 - 2012)
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Coiro.
1 comentario:
no es que cueste traducir...
imposible traducirlo...!
letras encadenadas que llegan sin querer....queriendo!
Que el placer y la necesidad estén siempre contigo Joan!
Un verdadero placer leerte
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