sábado, diciembre 25, 2010
ME HAN SACADO DEL MUNDO...
*Ilustración: Walkala. -Luis Alfredo Duarte Herrera- http://galeria.walkala.eu
Happy Christmas*
Me atenaza aquello
con lo que no cumplo
al sentirme feliz
Me recriminan los vahos desasosegantes
-después que sucede-
e interrumpen
Creen que les pertenezco:
en mí, creen que les pertenezco:
creo que les pertenezco:
los creo para pertenecerles
aun cuando mofándome
"¡Feliz Crispación!"
en castellano o en inglés
les grito.
*De Rolando Revagliatti. revadans@yahoo.com.ar
ARMADO DE UN DOLOR CASI PERFECTO.*
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡yo no sé!
César Vallejo.
Trato de que bajes la mirada,
de que pongas los pies sobre la tierra,
para hacerte más suave la caída
y te olvidas
de que el tiempo gira y gira
y sigues empeñado en descubrir nuevas estrellas.
Te invito a escoger las utopías,
a abrir de par en par las puertas y ventanas;
a disfrutar el sol, aun con eclipse
y sigues empeñado en lagrimear bajo la luna.
Trato de consolarte y no hay consuelo
que te lance de nuevo a los caminos.
Tú te empeñas, amigo,
en continuar paseando las veredas
armado de un dolor casi perfecto.
Sé que hay dolores tan fuertes en la vida,
que la fe se pierde así, así de golpe.
*De Miguel Crispín Sotomayor. arcomar@cubarte.cult.cu
-Tomado del poemario “En la redondez del tiempo” (2010)
Editorial Alebrijes, Argentina. redondezdeltiempo.blogspot.com/.../en-la-redondez-del-tiempo.html
El sacado del mundo*
*Por Juan Forn
Si algo me hace pensar en él es el sol pleno del verano. Y sin embargo lo conocí en invierno y de noche: una noche de invierno de 1976, una noche entre semana, porque yo estaba con uniforme del colegio y ella también. Ella era un par de años más chica que yo, se llamaba Verónica y era una de las hijas del poeta Héctor Viel Temperley. Estábamos ahí, en la puerta del BarBaro, porque ella quería que yo conociera a un poeta de verdad, un tipo que había dejado a su mujer y a sus hijos, además de su cómodo trabajo y su
clase social, para dedicarse a escribir poesía. Había poca gente adentro, Hetomín (así lo llamaban sus amigos, así lo llamaban sus hijos) no había llegado, pero igual preferimos esperar adentro, porque uno no se quedaba parado esperando en la calle, de noche, en esos años -era algo que se sabía aunque no se supiera ni el diez por ciento de lo que estaba pasando-. Un rato después, ella vio venir a su padre, nos presentó y, por lo menos en mi recuerdo, nos dejó a solas. Durante la hora que siguió, por primera vez en mi vida yo pude escuchar cómo pensaba un poeta de verdad. En mi recuerdo, Viel fue el primer adulto que me habló como un igual. No fue culpa de él que yo no entendiera nada, que creyera que me estaba hablando sólo de poesía cuando él repetía la palabra riesgo.
Seis años después, a seis cuadras de distancia, volví a encontrarme con él.
Su nueva base de operaciones era un bar con mesas en la calle sobre Carlos Pellegrini, a metros de Santa Fe, al lado del edificio donde estaban las oficinas de la Editorial Emecé, donde yo trabajaba de cadete. A las ocho menos cuarto de la mañana, el único otro habitué de aquellas mesas en la vereda era el Coco Basile, que desembocaba ahí con sus amigotes cuando cerraban el cabaret Karim, en la otra cuadra. Viel iba por el sol: con tal de aprovechar los primeros rayos de sol, a veces llegaba adelantado y se
cruzaba con el Coco y su pandilla, que odiaban el sol pero odiaban más irse a dormir.
En una de esas mesas a la calle, a fines del '82, Viel me dio un ejemplar de Crawl que acababa de imprimirse (me lo regaló de pura chiripa, porque fui el primero con el que se cruzó cuando volvía con el paquete de la imprenta: estaba tomándose un cafecito al sol, con la pila de libros en la silla de al
lado, cuando yo bajé del colectivo a cinco metros de su mesa). En otra de esas mesas esperó mientras yo robaba para él, de la biblioteca de Emecé, un ejemplar de Humanae Vitae Mia, el único de sus libros de poemas cuya edición él no había tenido que pagar de su bolsillo, el único del que no le quedaba ningún ejemplar.
Para entonces yo ya había perdido lo mejor de la inocencia que tenía al entrar en el mundo de la literatura y creía que un poeta que se pagaba la edición de sus libros no era un poeta importante. Además, en esa época Viel hablaba de Dios todo el tiempo, un dios luminoso y panteísta y demasiado
cristiano para mi gusto, aunque él lo hiciera aparecer en sus monólogos interminables entre legionarios y marineros y cosacos y nadadores de aguas abiertas y domadores de caballos. La última vez que lo vi en la terraza de aquel bar fue cuatro años después: tenía la cabeza vendada como la famosa foto de Apollinaire cuando volvió de la guerra, me dijo que su madre había muerto, que él acababa de terminar un libro llamado Hospital Británico y que le habían trepanado el cerebro. Irradiaba luz, hablaba demasiado fuerte, yo creí que estaba medicado: era que se estaba muriendo, a su formidable manera.
Aunque fuese Enrique Molina el primero que tomó a Viel en serio, que lo vio literalmente como un igual (nómada, amante del mar, vitalista ciento uno por ciento), hay que reconocerle a Fogwill el inicio del culto. Es en gran medida gracias a él que hay hoy por lo menos dos generaciones de jóvenes que idolatran a Viel por Hospital Británico, ese libro agónico que según decía le dictó su madre muerta a la luz del quirófano donde un cirujano le estaba abriendo el cráneo con una sierra eléctrica (le habían dado anestesia local; estuvo consciente durante toda la operación). Hospital Británico es un libro que Viel armó casi por completo con frases de sus libros anteriores, aquellas en las cuales anticipaba lo que le iba a pasar en una sala de ese hospital en 1986, acompañado por el espíritu de su madre muerta.
Para sus fans, es un misterio cómo pasó Viel de la normalidad casi anodina de sus libros anteriores a la potencia fulgurante de Hospital Británico ("Tengo la cabeza vendada. Permanezco en el pecho de la Luz horas y horas. Me han sacado del mundo".) Para mí, el verdadero salto, la triple mortal sin red, la había hecho poco antes, en Crawl. Uno de los acápites de ese libro es de León Bloy y dice: "Escucho a los cosacos y al Santo Espíritu". Ese redoble sobrenatural de la tierra es lo que consiguió por fin escuchar Viel cuando estaba a punto de cumplir cincuenta años, y es lo que retumbó en su cabeza hasta hacérsela explotar, menos de cinco años después.
"Soy un hombre que nada", me dijo en una época de bajón, después de Crawl y antes de Hospital Británico. Eso pensaba a veces de sí mismo: tanto dedicarse a la poesía y nada, salvo nadar, y que lo leyeran cincuenta. Para los mozos de aquel bar con mesas a la calle en Pellegrini y Santa Fe, y para
el Coco Basile y su claque de putañeros after-Karim, será siempre el secreto mejor guardado de aquel refugio que ya no existe: el ocupante solitario de la mesita del sol, el sacado del mundo, el demente que parecía tener adentro el sol cuando pedía con voz de trueno su café y decía, a quien quisiera mirarlo, la frase que después inmortalizaría en Crawl: "Vengo de comulgar y estoy en éxtasis, aunque comulgué como un ahogado".
*FUENTE: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-159191-2010-12-23.html
Poemas del mismo barro*
*De MARTA GODDIO. martagt46@yahoo.com.ar
RUMOR DE RÍO
Dicen que de barro somos,
Yo, soy barro del Salado.
Un rumor de río vivo, salado y tibio
Se apodera de la brisa y llama. Atrae.
Convoca a descubrir amaneceres y crepúsculos
por las orillas verdes de sauzales
testigos de embalsados vegetales
lilas camalotales en flor besando las raíces
arrastrando leyendas de pueblos y gentes
historias nómades
memoria caudalosa que viaja
arrasando por rebelión natural
todos los obstáculos.
En las voces de las aves, los insectos, las hierbas
reverbera lo silenciado.
En la resurrección de las voces del agua
se hacer creciente el clamor y el reclamo
Se hace creciente la furia hacia los mercaderes
predadores de la vida, sus colores, sus movimientos,
sus cantos.
Una turba da aguaciles escolta la travesía
hacia el horizonte que cae en espejo
renaciente de vida, el río gravita sobre las bandadas
en los pescadores y sus rituales
de silencios habitados
Un rumor de río vivo, salado y tibio
acuna el sol en el ramaje de un aromito
aviva los trinos de todos sus pájaros
lanza los pensamientos hacia el fondo de sus remansos
librando al agua para que ella lleve
-o dejesólo
lo necesario.
***
Entre dos orillas blancas
por una ancha calle
desierta y azul
ella va
navegando la noche.
Busca mis ojos
y se encuentra luna.
SIGLO
El siglo avanza ciego entre la multitud
se abre paso entre los muros
se mezcla con la humanidad en eterno exilio
Millares de voces los aturden
millares de manos esculpen su abismo
le tienden trampas
pero el siglo avanza, buscador innato
de los signos místicos
de los saberes antiguos
de las huellas perdidas
El siglo avanza con las manos quemadas
herido de guerra vaga por las calles desoladas
mudando historias y personajes
atraviesa sigiloso los submundos ocultos
El siglo avanza reclamando
algo más que la lumbre transitoria de un verso.
Es un desterrado más
sin tiempo para su tiempo.
CONTRASTES
En esta tierra argenta /de barro, desiertos y fronda
de roca y agua
Al Sur de un continente deshollado
hay una Matria que cura llagas
entonando sus antiguos cantos
Memoria viva habitando el viento
abrazando esta tierra de contrastes
de contraluces que confunden
con ilusorias imágenes prefabricadas
Con ciudades saturadas de egoístas
y mendigos en los umbrales
Con niños despojados de infancias
malabareando incertidumbres en sus soledades.
En esta tierra argenta de pueblos fantasmas
de migraciones forzadas
de memorias fragmentadas
de amnesias provocadas
de guerras sucias
de infiernos colectivos sin puntos finales
sin perdones ni olvidos
hay una matria que clama por sus hijos:
por los naturales y los adoptivos
los visibles y los invisibilizados
por los exiliados y los expulsados.
A veces sale a la calle, ahoga el grito
Marcha en silencio y desde allí señala
Otras resiste a viva voz
las embestidas en las noches ciegas
en las madrugadas iluminadas a ráfaga de metralla
bajo los puentes que amparan
la miseria de los asentamientos.
Vidas sin nombrar
habitantes de los submundos
de los bordes inciertos
temblando de horror
por el fuego que mata
por la bala perdida que viene
y hace centro en la columna vertebral
de la humanidad.
En esta tierra argenta
de opulencias y mendicidades
de rostros ocultos tras el antifaz
que se dicen ser la "Ley"
en las horas que nadie ve
está la Matria de pie
resistiendo
al avance furioso y criminal
de las topadoras asesinando montes
a las explosiones que abren tajos mortales a los cerros
al saqueo sistemático y organizado
al despojo cruel
de nuestros ríos, nuestra tierra
nuestra sangre.
A los genocidios cotidianos.
En esta tierra argenta
pródiga y desvastada
de resistencias y obsecuencias
de discordancias y divergencias
de incongruencias y disparidades
de desigualdades infames
hay una Matria solidaria
que se hace polen, pan y palabra.
GRIS DE MAYO
Abrirá la noche una incógnita por cada silencio
cuando las mordazas del miedo desaparezcan
liberando todas las palabras necesarias
al otoño en gris de mayo interpretado por el viento.
Cuando lluevan las verdades sobre las manos
se desatarán los nudos de las infamias
y habremos de escribir los muros
con las consignas de los tiempos nuevos.
Por las injusticias nuevas germinarán nuevas rebeldías
y no será panfleto el signo claro de la herencia
Cuando en las aulas resuenen los nombres
negados por los sicarios de la historia,
cuando decir Che sea el sustantivo propio
de la patria activa y militante
de Castelli, Moreno y Paso
avanzaremos Pueblo
atendiendo lo sagrado impostergable.
CAMPO SAN PEDRO
Rayos huesos crujen amontonados nombres
los extraviados huesos en los tiempos malditos
Huecos rastros de eterno gesto
Perforados sueños sin santo que se apiade
Afiladas manos huesas señalando culpables.
La infame calma de los crueles
cae malherida en la boca del enigma.
Encendidas lluvias son los huesos gritos
Retumban truncas vidas en cada astilla
clavada en las tierras de San Pedro.
De los abismos del espanto emergen
ruidosos molestos inquietos urgentes
vagabundos huesos pesadilla
arrebatados huesos sin flores ni tumba
firmes huesos desenterrando
infamia y olvido.
QUE NO SE TE OLVIDE
Que no se te olvide
Que no te gane el hábito,
la inercia, el ya pasó
Que no se arraigue en la costumbre
Que no te resulte natural escuchar que fue una guerra
Que no la fue.
Que no te parezca ajeno, ni lejano
Que no se te pierda en los tortuosos laberintos
de palabras vacías,. el sentido profundo
del por qué marchamos cada veinticuatro de marzo
y somos pañuelos blancos multiplicados en la calle
Que no se te olviden esos rostros en las pancartas
Que no dejes de preguntar
Que no te conformes con argumentos triviales
Que no se te olviden los nombres
Porque son más de treinta mil
las historias por escribir
Que no se te olviden sus banderas
que aún están caídas y esperándote.
PÁJAROS
En memoria de Maximiliano Kosteki
y Darío Santillán
De pronto la estampida.
Sorpresa negra cubriéndolo todo
Las hormigas huyendo del hormiguero
indiferentes al gorrión en su caída.
Último vuelo sostenido apenas
por otros pájaros asustados procurando refugio
Cazadores de pájaros en la estación
Solidaridad de pájaros bajo los puentes
Solidaridad de pájaros el último aliento al vuelo
La insistencia por la resistencia
La negación al abandono
Las alas alzadas a la furia de los cobardes.
No hay quien detenga el silbato de la negra sombra
anunciando la partida del último tren
No hay perdón para los cazadores
que incendian por la espalda a un pájaro.
No hay quien silencie a los gorriones
en las estaciones
ni en los puentes.
MEMORIA DEL BARRO
Por la memoria que viaja estrepitosa
desde las cimas vírgenes
en torrente inabarcable al entendimiento
el indómito espíritu de la estirpe india
Con tenacidad milenaria viene horadando la roca madre.
Perseverante, socava sus entrañas
comprometiendo la pétrea y natural esencia
con los sedimentos ceremoniales, colectivos
de los pueblos colectores de raíces y frutos
labriegos de las artes nómadas y sus herencias.
Hoy sus huellas son barro profanado
versátil materia para los alfareros de esclavos
mano de obra barata mientras sirva
es el trabajo de sus manos hilanderas
pescadoras, hortelanas.
Ya no hay lenguas talladoras de leyendas
en los arenales encendidos de fuego y luna.
de tanto nombrar silencios enmudecieron los tambores
Sus ritmos mensajeros de historias y trabajos
quedaron atrapados en los raigones de la noche.
Como el río, el espíritu indio
No se resigna a su destino de llanura y mansedumbre
por los errantes recodos que invita el paisaje
ni a sus distracciones seductoras.
Trabaja con paciencia los silencios
la palabra, los sonidos
en cada una de sus criaturas
Hasta que llegue la creciente
y la memoria del barro se desborde.
***
Entre dos orillas
el paisaje se esfuma
en un afuera de sombras
En la íntima región
resplandece el dije natural
joya brillante y blanca.
lágrima del cielo
tallada a luz
precipitando en el río.
AL FIN DE CUENTAS
Al fin de cuentas,
no es tan poderosa la adversidad como aparenta
se debilita pronto su estrategia
al vernos reunidos
otra vez en bandada, enjambre,
tribu, clan, cardumen
a pesar de ella y todas ellas
felices de andar juntos
en paz con nuestras incertidumbres
indeterminados, inacabados,
pero juntos.
En causa común, a pesar de ella y todas ellas
desenmascarando a los traficantes de miedos
o de efímeros deseos
que consumen a mordiscones nuestro discernimiento.
Al fin de cuentas,
no es tan poderosa la adversidad como simula.
Se espanta fácilmente con nuestras risas,
nuestros cantos, a pesar de ella y todas ellas.
Se confunde al ver nuestras manos y sus sombras
labrando una y otra vez
con hilachitas de constancia
la red que nos ampara, nos fortalece y nos anima.
Queda atónita ante nuestra hospitalidad
Nuestro agradecimiento constante
por ofrecernos la oportunidad
de conquistar nuevas y mejores libertades:
cambiar de opinión, por ejemplo,
y de ser necesario
mudar el pensamiento como ella sus disfraces.
No es tan poderosa la adversidad después de todo
si no logra cautivarnos con la aparente seguridad
de preceptos y templos vacíos
No es tan poderosa, al fin de cuentas
si no es capaz de convencernos
de nuestra incapacidad de transformar y transformarnos
De cerrar filas, coco a codo
Corazón a corazón
A pesar de ella y todas ellas.
***
Cantera de estos versos
es cada sol multiplicado
en la fronda luminosa de las moras.
Por ellas trepa el alma viajera
buscadora incansable del asombro
anidando en lo alto de la copa.
Con las alforjas vacías deambula
la existencia azul peregrina
hacia el destino común
donde están todos ustedes
hermanos de lo infinito.
TROVADORA
A Belén Ramet, flor de Santa Lucía
Que ha dejado el perfume de San Juan
Encendido en los olmos de mi patio.
De los orígenes le llega el nombre
de las regiones de los nacimientos viene
de roca huarpe, corazón cordillerano
es la vertiente del canto que trae.
De los albores de sus ríos impetuosos
ella se revela trovadora de la luz
Se derrama en transparencias
desde los desiertos a las pampas.
Con la fuerza impetuosa del Zonda
atraviesa todas las murallas
Areniscas se me hace el alma
remolino vertical que en su voz viaja.
Ella es la trovadora del Sol y de la Luna
de Huarac Hua de los cerros mutilados
torrente de agua clara incitando a las piedras
tornarse poesía, cueca, memoria, tonada.
SUCEDERÁ EL TIEMPO
Sucederá el tiempo
Las mares embravecidas
serenarán su oleaje
Sus lenguas saladas penetrarán
el terciopelo espeso de un cielo diáfano.
Será el tiempo en que la luna
parirá inmaculadas áuras
infranqueables armaduras
luminosas corazas
protegerán a los que aman.
Sucederá el tiempo
donde risa y trino
armonizarán en himnos
Sucederá el tiempo
en que los buscadores
hallarán al fin desnuda a la belleza
y la abrazarán definitivamente
sin pudores.
ESTO DE PARTIR
Esto de partir, este irse hacia cualquier parte
partir cada siempre y cada tanto
abandonar el ropaje inútil, rutinario de lo que obliga
te deshace, te desdice, te desmadra
Abandonarlo todo por la búsqueda imprecisa
de lo que jamás se nombra y sin embargo se pronuncia
en cada mueca de la aurora.
Esto de asumir el riesgo, la aventura sublime
de aceptar sin titubeos la invitación de la vida
a explorarlo todo estrenando sentidos
Esto de partir siempre, sin amuletos, con la maleta vacía
atentos a las señales de la inocencia
Esto de partir hacia la búsqueda
siempre en fuga de los ruidos por los andenes vacíos
con la dicha plena por tu única presencia
y en tu compañía
retomar el rumbo hacia la sagrada y abundante mesa
aquella que nos congrega hermanos de la roca
el agua, el fuego, el aire y sus semblanzas
En unidad con la profunda sabiduría de los árboles
En comunión con la armoniosa danza natural de la cascada,
el mensaje silencioso de los aleteos
las huellas suaves de los escarabajos
los ecos de las antiguas voces que nos nombran
Esto de partir, silenciosos,
¡Maravillosa aventura!
Partir en cada siempre y en cada tanto
naciendo cada vez en la mudanza
De territorios y paisajes deshabitados de fantasmas
esto de partir en un silencio
en un abrazo hondo que ahoga despedida
esto de partir en una palabra que crece verso desde el barro
Partir hacia lo inconcluso
con el asombro prendido en la solapa
y la fuerza del rayo atrapada en la esfera de una lágrima
Esto de partir,
y sin embargo quedarse..
¡Cuánto misterio..!
Marta Goddio
A modo de breve curriculum
Nací en San Jerónimo Norte en 1.962 y desde hace quince años vivo en Llambi Campbell.
Profesora de Nivel Primario. Coordinadora del Taller Literario "La Valija" en el Centro Cultural de Llambi Campbell ( 1.998 - 2000), Promotora de propuestas culturales desde el año 1.998 a la fecha en
Llambi Campbell y Candioti donde ejerzo la docencia .
Producción y Conducción del programa "Nuestras Voces" en FM Llambi desde el año 2.006 a la fecha.
Producción y edición de la revista literaria "Vereda Sur".
Preparo desde hace varios años el "Chocolate Literario" en Llambi Campbell y participo de cuanto encuentro sea posible con los amigos de la palabra, la música y la vida
-Fuente: Cuadernos y Palabras nº 5
*Cuadernos y Palabras. -Colección LuzAzul- es una Edición Cooperativa de los Autores
-Coordina: Oscar A. Agú. oscarcachoagu@yahoo.com.ar
Destino de poste*
*De Ignacio Giancaspro
Tu destino final será el fuego
Crucifixión repetida por las calles
Fraternal esclavitud encadenada
de esquina a esquina
Un manojo de yuyos te acompaña
Nunca una flor...?
Destino amargo
Las manos atadas
por telarañas de cobre electrificado
destino de poste de alumbrado
Recuerdas?
Fuiste selva
erguías tu hermosura guaraní
florecida en cantos
Dialogabas con la seta
que habitó
la humedad de tus raíces
la mariposa que visitó tus ramas
el pájaro que cobijó tu sombra
la hormiga que te contó sus penas
Generoso de murmullos
fuiste sombra agitada por el viento
¿Y aquella enredadera loca
que se enamoró de tí
y envolvió tu gallardía
en abrazos y besos de lianas
donde está?
Ahora, obrero y viejo
proletario agrisado
quieres descansar
y no te dejan
No tienes sindicato
Un día vendrán
hombres
vestidos de amarillo
a cumplir
la sentencia de exterminio
Un día vendrán
cuando apuntalarte cueste más
que dejarte caer
Solo entonces dejarás
la estación penitente del vía crucis
bajaran tu cruz
y hallarás descanso
*Ignacio Giancaspro - poeta porteño.
-Enviado para compartir por ELSA HUFSCHMID. elsahuf@yahoo.com.ar
*
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