viernes, julio 01, 2011

SABER DEMASIADO ES EL PEOR CASTIGO...




-Dibujo: Ray Respall Rojas.



Claridad*



Floto embriagada entre la luz y el viento.
Leve polvo estelar
invade rigurosos
templos de la razón.
No más dolor. Sólo el prodigio
de ver, sentir, soñar.
Vacía de preguntas
soy un momento indefinido
en que habita el amor
soy la actitud de liberar el miedo
esperar y confiar.
Vivo el milagro del lugar inmenso
que quedó en el después desmesurado.
Llegarán mariposas
ataviadas de luz iridiscente
a poblar este cielo,
claridad que se expande
y disuelve la bruma del recuerdo.
El alma es un recóndito santuario
de recobrado sol.



*De María Amelia Schaller. masch@arnet.com.ar











VUELO 1*


"Una magia transforma mis botellas sin mensajes
en manchas de luna sobre el papel!"
Yordan Rey



Sobre su cuna de olas
mece el mar palabras,
pedidos o gritos,
mensajes en botellas
con símbolos en blanco.
Puede albergar silencios
cuando el viento se traga
los signos de plata
o el poeta extraviado
olvida escribir su utopía.
Pero hay señales que la luna
captura en su pícara estela
y arma grandes estandartes
para que la Nodriza Maga
conjure su destino.




"A veces quisiera la libertad de las aves,
el beso alado que devuelva el cielo."

Marié Rojas Tamayo



El alma se parece
al vuelo de la gaviota
impregnado de sal
y bebiendo despedidas,
o tal vez a la alondra
que canta mientras busca
el nido que la espera,
o el invisible aleteo del colibrí
que llega de la nada
preparando su huida,
o el planear del cóndor
que le huye a la tierra
e inventa horizontes
donde sólo hay espera...
Pero no, es vuelo de águila
con refugio en la cima
donde el cielo se alcanza
con un leve suspiro.
Allí están las alas
perdidas una noche
que buscaba la puerta
que oculta el infinito...



*De Emilse Zorzut. zurmy@yahoo.com.ar








POLEN LUMINOSO*


“Amor, tal vez amor indeciso, inseguro:
Solo un golpe de madreselvas en la boca…”
PABLO NERUDA


¿De dónde llega este escondido polen?
¿De qué vientos de agobio?
¿De qué muertes?
¿Qué naufragios trajeron tu pasión arena?
¿Cuáles fueron los puertos, los amores?
¿Cómo escrutar los secretos de tu boca?
¿Cómo acceder al mapa de tus manos?
¿Cómo desvelar los ojos de la noche?
¿De qué graneros viene?
¿De un pequeño alfarero?
¿Un labrador?
¿Una campesina de callosas manos?
¿Alegría de las ramas de abril?

Intento leer vientos.

La resonancia de las hojas que caen.
La madera corteza de tus sienes.
Me contesta una voz, que apenas reconozco.

A veces siento tu respiración en la alameda.
Una respiración.
Respiración casi animal, casi humana
Tu aliento. Una ráfaga.
Un soplido en mi boca.
Un gemido, un latido.
Ay, tu respiración cerca mas cerca.
Respiración cuya profundidad no es mía.
Cae, como fruta madura.
Dobla por la ribera musical de las acequias.
Y deja un hálito, un respiro, una incerteza.

Apoyo mi penumbra.
En las raíces callosas de las rocas
Y presiento
Tu huella inadvertida cerca, mas cerca.
Las manos se levantan en llama y en paloma.
Y vuelan.

A veces creo reconocer tu silueta clara
De pié al pié de la montaña.
Con tu corazón extendido a Capricornio.
Encuentro tu esqueleto de polen luminoso
Las manos sobre el pecho… buscando.
Escombro laberinto jungla liana.
Esperando.
Ay, con las manos sobre el pecho.
Lejos, mas lejos


*De Amelia Arellano. arellano.amelia@yahoo.com.ar







Y hubo uno que nos vio morir*



*Por Juan Forn



En 1991, luego del derrumbe de las repúblicas socialistas soviéticas, el húngaro Imre Kertész llega a Leipzig a dar una conferencia. Faltan aún once años para que reciba el Nobel de Literatura, es su primera salida al exterior “después de cuarenta años sin pasaporte”, casi nadie lo conoce en su país, aunque lleva publicando libros desde 1975, que corren todos la misma suerte: sale una única edición que desaparece sin dejar rastro. Los críticos húngaros no hablan de él, el propio Kertész ignora quién lo lee, adónde van a parar sus libros. Un editor de Berlín Occidental rescata uno de ellos y lo publica, después publica otro. Entonces caen el Muro y la Cortina de Hierro y los alemanes adoptan a Kertész como propio, ya que sus compatriotas no lo quieren (“No es húngaro, es judío”, contesta la Academia de Letras de Budapest cuando los libreros alemanes avisan que quieren invitarlo y premiar su obra). Kertész llega a una Leipzig que ya no es parte de la RDA, sino de la Alemania unificada, y se espera allí de él lo mismo que de cada europeo del Este que invitan: que cante loas al ecumenismo de la Nueva Europa, que contribuya a la cicatrización de las heridas. Pero Kertész decepciona a su auditorio, hace en Alemania lo mismo que en Hungría y en sus libros: rehusarse a que le abran las puertas de su celda.
Me explico: Kertész sale vivo de Auschwitz a los dieciséis años, a los veintiséis se decide a poner por escrito su experiencia, le lleva diez años encontrar el lenguaje justo y otros diez que se lo publiquen. El libro es una patada en los huevos: sólo los azares burocráticos del “comunismo goulash” (cuando el oso soviético desvió su atención a Afganistán y dejó en piloto automático sus satélites europeos) explican su publicación. Kertész escribe en un departamentito subalquilado de 29 metros cuadrados. La cocina es dormitorio y comedor y oficina, el baño está afuera, al final del pasillo, uno por piso. El alemán le parece lengua maldita, el húngaro también, pero son lo único que tiene, lo único que no le pueden arrebatar. Del alemán hace traducciones, que firma otro a cambio de buena parte de la paga; para escribir usa el húngaro y nadie le paga nada. Escribe como si mascara vidrio, literalmente: no le sale tinta, le sale sangre con astillas de cristal. Su prosa es líquida, tibia, familiar; uno ya la dejó entrar cuando se da cuenta de esas astillas que cortan por donde pasan.
Kertész no tiene nada que perder, es inmune al soborno de los buenos sentimientos, en Leipzig dice que a lo largo del siglo “cada cosa se ha vuelto más auténticamente ella misma: el soldado se convirtió en asesino de civiles, la política en crimen, el capital en industria exterminadora, el sentimiento nacional en genocidio; cuando se grita Amor todos saben que ha llegado el momento del asesinato, cuando se grita Ley todos saben que es la hora del atraco”. También dice con una risa seca que su única virtud es no suicidarse. “Mi problema no era cómo vivir en este mundo, sino cómo describirlo. No se trataba de estar con él ni contra él, sino fuera de él: en mi celda. Mi repugnancia era una náusea platónica; nunca participé de la disidencia ni de la oposición. Viví como un perro, encadenado a mis herejías solitarias, aullando de tanto en tanto a la luna.”
Con el cambio de régimen viene el temor a perder su soledad. Ya que ahora puede salir de su país, reproduce el exilio interior en cada lugar adonde va. Las impersonales habitaciones donde se aloja (en Munich, Viena, Verona, Avignon, Tel Aviv) son diferentes variaciones de aquel ínfimo departamento subalquilado en Budapest, al que sigue volviendo cada vez que retorna a su país. También la rutina sigue siendo la misma. En uno de sus libros dice: “El viejo estaba pensando que debería estar escribiendo. Porque el viejo escribía. Era su ocupación. O, para ser más precisos: escribía porque no se le permitía ninguna ocupación”. La frase se hará doblemente cierta cuando le den el Nobel, en 2002: no se le permitirá el silencio. La clase de humor patibulario que tan bien conoce Kertész, que tanto padeció y practicó toda su vida.
Para los húngaros, Kertész no es un compatriota, es un judío. Para la policía austríaca, en un trasbordo que hace en el aeropuerto de Viena, es lo suficientemente húngaro y tiene tal aspecto de ilegal que planea quedarse que lo escoltan hasta el avión para asegurarse de que abandone el país. En Avignon, cuando el coche alquilado con patente alemana en que lo pasean se introduce inadvertidamente por una calle peatonal, una vieja francesa le grita por la ventanilla: “¡Vuélvase a su tierra, nazi!”. Cuando pisa Israel por primera vez, dice: “No sé qué clase de judío soy. No busco ni mi hogar ni mi identidad. Soy distinto de los judíos de Israel y de los judíos que no viven en Israel, porque soy distinto de mí mismo. Esa clase de judío soy”. Cuando vuelve a Budapest y le reprochan que ha perdido profundidad, responde: “¿Mi situación de esclavitud y el infantilismo de la dictadura me conferían profundidad? ¿Vivir durante cuarenta años en contra de mi propia naturaleza y de la naturaleza en general es profundo? ¿Debo demostrarle a alguien que no me haré el ingenioso si no tengo nada que decir?”.
Tenía algo más que decir, pero recién se decidió a hacerlo cuando Primo Levi se desnucó luego de caer por el hueco de la escalera de su departamento de Turín. Kertész dijo de esos sobrevivientes de los campos que se suicidaban diez, veinte, cuarenta años después, aquellos que habían hablado y hablado del tema para exorcizarlo y aquellos que habían callado con el mismo objetivo: “Lo que terminó matándolos no fue ni hablar ni callar. Fue volver a la normalidad del mundo libre, tener que adaptarse a esa normalidad. A mí se me hizo más fácil no salir de mi celda: no se me ofreció opción”. Así terminó labrándose un destino el hombre que tituló Sin destino su primer libro y vivió en consecuencia el resto de su vida: “No puedo ni imaginar la armonía del ciudadano que se identifica con naturalidad con su condición de ciudadano. Yo descubrí a los quince años que era parte de una minoría maldita, me tocó una forma de vida basada en la experiencia negativa de manera tan radical que me ha conducido en última instancia a la única libertad que he conseguido: la llave de mi celda. Y aquí me quedo, aunque todo empuje hacia afuera”. Imre Kertész tiene hoy 82 años. Quizá se muera algún día, pero dudo que se suicide. Yo espero con ansia cada libro que publica y con la misma ansia lo devoro: son los últimos renglones de la última página de ese expediente de iniquidades conocido como Siglo Veinte. Esos últimos renglones de esa página postrera, que dicen en pomposa primera persona del plural: “Y hubo uno que no matamos, ni se mató, y nos vio morir desde su empecinado rincón, y siguió viviendo”.



*Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-171220-2011-07-01.html







OLVIDO*


A Yordán Rey



Dios pega sus estrellas con kola loka,
Ha olvidado la fórmula del primer engrudo
Y han caído demasiadas al vacío.


Alguien olvidó un libro de poemas en mi mesa,
Una página abierta al azar es lectura prohibida.
Marcho en busca de mi almendro, lo encuentro florecido.


El quebrantahuesos mordisquea mi osamenta.
No hay un ciervo azul tras la cortina.
He olvidado mis viejos nombres, mi apellido.


Apenas amanece, creo en ti
Porque hay que creer en algo aunque no sea.
Recurso triste, el del olvido.


Ensayo la magia del junco y la tormenta,
Aprendo a desfibrar mis mediodías.
Lamento solitario, el del olvido.


Es demasiado el espanto del cisne,
En la colina rota la fuente se ha secado.
Amargo remedio, el del olvido.


Se cierne la oscuridad como el azúcar.
He de tirar al estiércol flores secas,
Encender una vela al germen del abismo.


Buda se torna rojo ante la flama,
Acuden mariposas a segar sus alas,
Caen en los amplios brazos de mi nido.


Otros ríen de mi alquimia pobre,
No creen en mis portentos, ni en mis nubes.
Hago crecer la luz con mi abanico.


Frida sonríe desde su tapiz de hojas:
Roca, raíz, sol, collar de espinas,
Espuma, lecho, torso removido.


El bosque es verde, aunque no lo sepas,
Verdes son las almas de los muertos,
Verde el río.


Se abre la puerta entre dos mundos,
El crepúsculo me aterra.
Saber demasiado es el peor castigo.


Esta noche, a la hora nueva, serás otro,
Habrá colinas de sal, soldados ciegos,
Cánticos prohibidos.


Y tú, abrazado a un juguete, tan ausente,
Estás durmiendo, sin saberlo, creces.
Dulce milagro, el del olvido.



*De Marié Rojas.
La Habana. Cuba.





Correo:


CENTRO CULTURAL BERNARDINO RIVADAVIA
San Martin 1080 –Plaza Montenegro- 2000 Rosario
CICLO 2011

"Del derecho y del reves de letras en tiempos de oscuridad”
Declarado de interes Municipal por el Honorable Concejo Deliberante

Mes de Julio


…sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido,
pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.
Rodolfo Walsh. - C.I. 2845022
Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.


Martes 05 /20:00

“Presentación del libro El crimen educativo”
Andres Sarlengo, docente, periodista y conductor de Contrapuntos Fm Nostalgia 92,1 Mhz, autor del libro, junto al Prof. Juan Carlos Sanchez
El crimen educativo es un libro donde el autor recopila articulos periodisticos sobre educacion y politica. Desde el "Debate educativo" previo a la Ley Nacional 26.206 hasta el asesinato de Carlos Fuentealba y las escuelas del Bicentenario es imprescindible realizar un Inventario donde señalar actores, metodologias y fines de las politicas educativas de estos ultimos años. Esperando que nos acompañe los invitamos a compartir esta presentacion para , como dice nuestro amigo: aprender con reciprocidad.


Martes 12 /20:00

“Letras en tiempos de oscuridad”
Ps. Laura Capella
Leer es homenajear cuando esa lectura intenta asir algo de la pulsion que a traves del manuscrito, de la maquina de escribir o el teclado de la computadora o de un agregado a pie de pagina o junto a una firma, el autor ha dejado como presencia más allá de su muerte, haciendonos sus interlocutores. Freud y su Moises y el monoteismo; Freud y su recomendación de la Gestapo , ironia vital.



Martes 19 /20:00

“Walsh: una carta abierta leída por dos generaciones”
Ezequiel Gatto, Historiador. Lleva adelante una investigación sobre Concepciones de tiempo e imaginarios de futuro en Agentina entre 1960 y 1976 con la que tiene pensado doctorarse en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) . Participa del proyecto Universida Rebelde
Hugo Alberto Ojeda ,escritor, integrante del Colectivo Wokitoki.
Un joven historiador y un escritor perteneciente a la generación de los ’70 reflexionarán acerca de la Carta abierta a la Junta militar de Rodolfo Walsh. Pondrán en tensión características personales, generacionales, similitudes, diferencias y por qué no, dos diferentes pasiones , en un dialogo en el que el publico encontrará ocasión de participar.



Martes 26/20:00

"Analistas de tiempos oscuros"
Ps. Sebastián Grimblat , Vicedecano y docente de la Facultad de Psicología, UNR
El disertante nos recuerda las palabras de Hannah Arendt :”Ojos tan acostumbrados a la oscuridad como los nuestros dificilmente seran capaces de distinguir si su luz fue la de una vela o la de un sol deslumbrante". (1968) , para transmitirnos que pretende elucidar aspectos titilantes del pensamiento de la historia reciente del Psicoanálisis Argentino en tiempos de oscuridad, teniendo en cuenta que los tiempos oscuros nos son una época o un período histórico específico, sino un aspecto de la produccion de subjetividad humana.



-Creacion y coordinacion del ciclo: Ps. Laura Capella, psicoanalista
Martes 20 hs. Sala “C”
Entrada libre y gratuita
Se entregan certificados con el 75% de asistencia
Consultas: delderechoreves@yahoo.com.ar
Blog: http://delderechoreves.com.ar
Cuenta facebook: Ciclo Delderechorevés
Auspician:
· Facultad de Psicología, UNR
· Colegio de Psicólogos de la Prov. de Santa Fe, 2da Circ. y su Foro en Defensa de los Derechos Humanos (FODEHUPSI)
· CEIDH (Centro de Estudios e Investigación en Derechos Humanos-Facultad de Derecho. UNR)
· IPF (Instituto de Investigaciones en Cs. Sociales, Ética y Prácticas alternativas "Paulo Freire" - Facultad de Derecho. UNR.)
CENTRO CULTURAL BERNARDINO RIVADAVIA



*Laura Capella. elecapella@yahoo.com.ar


*

Inventren Próxima estación: SANTOS UNZUÉ.

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