domingo, julio 04, 2010
ASTILLAS QUE CONFLUYEN EN UNA NOCHE...
*ILUSTRACIÓN DE FREYJA. freyja_walkyrien@hotmail.com
Yolotl-iztac*
Esta cabeza no se arranca del cuerpo,
Pero se mantiene alejada de los pies.
Me gustas más que el agua
Que da vida a las rocas.
Me gustas más que el cielo
Que deja caer sus estrellas por las escaleras.
Me gutas tanto más y tanto menos
Que es difícil explicarlo...
Pero la cabeza se mantiene en su lugar.
Me gustas más que el pasto
Que saca urticaria en la piel.
Me gustas más que el silencio,
Más que los Soles,
Más que las vidas que ha tenido la Tierra...
Más que el polvo que parece infinito.
Más que los gases raros
Que condensan en espacios cuasiunidimensionales (1 + ε).
Me gustas mucho más.
Aunque esta cabeza no se separe del resto del cuerpo...
Que lo he intentado,
Pero no se puede.
*de hugo ivan cruz-rosas. quetzal.hi@gmail.com
ASTILLAS QUE CONFLUYEN EN UNA NOCHE...
HORÓSCOPO DE MIEDO*
“¡Y que buena es la tierra de mi huerto!:
hace un olor a madre que enamora…”
MIGUEL HERNÁNDEZ
¡Madre! ¡Juro que no elegí!
No elegí, ser la ráfaga vital de tu horóscopo de miedo
No elegí este misterio arcaico. Emboscado. Grotesco.
No elegí ser animal, pradera, dios, hombre, bestia.
Juro que no elegí las huellas dactilares de arena.
Esa fábula de escondido deseo.
Quisiera recordar.
Saber como era cuando aun no era.
Recordar si tus dedos
No fueron, ay, tan macabros y tristes tristes.
Madre pradera rosa, no elegí profanar tu isla de pasión.
Como habrás lamentado la marca del amor paralela al olvido.
Madre valle profundo, como amabas,
Ah, como amabas salvajemente ese amor mentira.
Se, que hubieras podido vivir, sin pan, sin agua. Sin fuego.
No sin el aire que él te respiraba.
Inadvertidamente fui tallando tu vientre.
Juro que no quise romper el triángulo de plata.
El temor, el espanto, la discordia.
Quise anudar en mi cuello la serpiente y la lumbre.
Te consta madre espina mariposa, se que te consta.
Intenté cerrar las llaves y el conjuro.
Casi lo logro.
No obstante no pude evitar este vital retorno.
Madre plural impar único dios.
Ríes madre leche. Pero sé que lloras.
Lagrimas agua gracia. Gracias.
Vida. Vida.
*de Amelia Arellano. arellano.amelia@yahoo.com.ar
Los secretos*
De niña, cuando era inocente y vivaz. Celeste sentía los secretos de las olas... algunas gritaban furiosas y arrogantes, como si quisieran ser las únicas que pertenecían al océano... A otras frías y tímidas las acariciaba cuando las palpaba con los pies desnudos hundidos en la canela de arena.
Se aproximaba, también, a las de color marrón y espuma en su coronilla, que traían a alguna medusa multicolor.
Ella, tranquila y curiosa con el caracol en su oído, intentaba encontrar el sonido que le indicara los misterios de la inmensidad. Pretendía descifrar el idioma, los susurros, la infinitud....
Esa niña de gran imaginar, creía en los cuentos de los héroes y las sirenas, en la maldición de los barcos fantasmas y los piratas con parches en los ojos y su pata de palo. Deseaba encontrar un mensaje en una botella de vidrio flotando por la marea...
Era otra época, cuando todavía esa pequeña ansiaba enseñarle a hablar a su perra, porque no podía soportar que no le contestara, estaba convencida que le entendía todo. Era su gran compañera.
*de Azul. azulaki@hotmail.com
ÁNGEL TRISTE*
Ángel de carita sucia
Que devoras un trozo de pan
Mientras miras al mundo, temerosa,
De que esta dicha también te sea arrebatada.
Conozco tu deambular en las calles
A solas, fugaz compañera de la luna,
Presa fácil de los depredadores
Protegida por las sombras que te acogen.
Sé de tus lágrimas, tu hambre y tus temores,
De la ausencia de besos,
De hogar,
De la falta de todo,
Menos, tal vez, de pesadillas.
Hundiendo los pies en el barro,
Sueñas con Jauja,
Con Nunca Jamás,
Con la Tierra de las Maravillas,
Aunque no sabes nombrarlas.
Mas no hay para ti alfombra voladora,
Ni viajes a través del espejo,
Ni siquiera habrá
Hada o ratón, cuando caigan tus dientes.
No te rescatará de las fauces de la bestia
Un príncipe azul,
Quizás ignores el nombre de tus sueños,
Nadie te lee cuentos.
Si pudiera, ángel triste,
Llevarte donde voy,
Si con un solo verso
Lograra regalarte una sonrisa...
*de Marié Rojas.
La Habana. Cuba.
LEOPOLDO BRIZUELA Y SU NOVELA LISBOA. UN MELODRAMA
"El arte es un palo en la rueda del tiempo que vivimos"*
El escritor traza una minuciosa y compleja trama entre lo íntimo y lo histórico, con la ciudad de Lisboa como escenario. El fado y el tango se cruzan en una historia marcada por la Segunda Guerra Mundial.
*Por Silvina Friera
Una sola noche en plena Segunda Guerra Mundial. Noche inolvidable para los lectores. La angustia aprieta el estómago de un puñado de criaturas desamparadas en la capital portuguesa. Esa noche de noviembre de 1942 pone literalmente la piel de gallina. Hay un cerco, un ultimátum británico para
que se declare la guerra al Eje. Se respira terror de alto voltaje: a la ocupación nazi, al bombardeo aliado. La atmósfera alienta las conspiraciones políticas. Es un tiempo sin esperanza. Los recuerdos asedian. El miedo expulsa secretos inconfesables de cada una de las bocas en esa larga noche.
Cantilo -cónsul de la Argentina en Portugal- decide donar un cargamento entero de cereal a los refugiados y hambrientos de toda Europa que quieren escapar en un barco, el Boa Esperanza. Este hombre acorralado por las evocaciones de un joven que ha muerto no podrá exorcizar la tragedia que se
avecina. Lisboa. Un melodrama (Alfaguara), de Leopoldo Brizuela, "novela total" y monumental de 723 páginas, traza una trama minuciosa y compleja entre lo íntimo y lo histórico. En ese escenario de inminente guerra se cruzan la fragilidad de Enrique Santos Discépolo y la potencia arrolladora de Tania -pareja que por obra y gracia del escritor está de paso por la capital portuguesa- con la cantante Amália Rodrigues.
Como una suerte de Pirandello contemporáneo de la narrativa argentina, en el teatro que monta Brizuela los seres están desnudos. Algunos actores engañosamente secundarios tienen sus momentos de gloria, como el secretario del consulado y su patética mujercita (Ordónez y Sofía), el maestro de canto de Carlos Gardel, Eugénio de Oliveira, y un joven, Ricardo de Sanctis, que asegura ser "refugiado" personal del cardenal de Lisboa, entre tantos otros dentro un elenco inusual para las novelas de estos tiempos.
La primera versión de esta novela de largo aliento arrancó en septiembre de 2003. Brizuela estaba en Iowa (Estados Unidos). El tema de la orfandad fue el abono sobre el que germinaron las historias de Lisboa. Cuando regresó, unos meses después, murió su padre. "Tal vez estaba dando vueltas en mi
cabeza la idea de que me iba a quedar huérfano -dice el escritor a Página/12 calibrando el brillo de sus ojos levemente emocionados-. Hacer esta novela fue una manera de enfrentar la muerte de mi padre." Eduardo, su padre, fue maquinista. Una larga noche en Ensenada, cerca de La Plata, donde ahora vive
el escritor, Eduardo estaba de guardia en un barco, el Islas Orcadas. De pronto vio llamas que lo rodeaban como si quisieran abrazarlo. "Ese barco hizo que explotaran dos más; fue una catástrofe espantosa -cuenta el hijo que entonces tenía cuatro años-. Con mi mamá fuimos a buscarlo; yo miraba el
cielo fascinado por las nubes iluminadas por el resplandor del fuego. Lo encontramos recién a las 5 de la mañana. Nunca tuve la sensación de angustia, era muy chico. Y sin embargo puedo decir que la novela está alimentada por esa historia -admite ante las torsiones del destino-. Cuando imaginé que Tania estaba cantando, hice explotar el barco. La idea salió de lo que le pasó a mi papá. Esa angustia de perder al padre está en la novela.
Es curioso cómo la escritura va canalizando cuestiones tan profundas." El padre vivió para contarla. Hasta recibió a los canales de televisión y al mismísimo José de Zer, según recuerda Brizuela.
-En la novela Discépolo dice que "el tango es música de un tiempo sin esperanza". ¿Lisboa es una novela de aliento decimonónico escrita en un tiempo sin esperanza en la literatura?
-No, no creo. Escribí cosas fragmentarias durante unos diez años, pero en un momento me cansé. En la crisis de 2001 había escrito La locura de Onelli, que era el colmo de lo fragmentario, una novela de 300 fragmentos cada uno con un narrador distinto. Estaba tan angustiado que prefería escribir una cosa por día y no sostener algo que después no pudiera retomar. Cuando estaba en Estados Unidos, empecé a encarar el proyecto de esta novela. La novela está hecha de historias muy entrelazadas y hay una apuesta por la esperanza, por lo menos de reconstrucción. Todos los personajes son fragmentos, son lo que quedó de un mundo, astillas que confluyen en una noche.
-Pero Lisboa se publica en un momento en el que no abundan este tipo de novelas, no sólo por la cantidad de páginas, sino por la estructura. ¿Ahora se incentiva la escritura de novelas "más tranquilizadoras" y breves?
-Creo que se escriben textos cortos porque no hay tiempo. La gente está muy ocupada, pero además éste es un país muy hecho pelota en donde no se puede encarar un proyecto largo y sostenerlo. Argentina no es tan diferente de otros países como creen muchos escritores. Más que las novelas decimonónicas, algunos me dijeron que esta novela les recordaba los proyectos novelísticos latinoamericanos de los años '60, que requerían más espacio vital. La literatura argentina parece que se hubiera acostumbrado a
mirar como característica esencial lo único posible. Pero hay también otras novelas largas como la de (Andrés) Neuman o la de (Marcelo) Cohen. Tampoco quiero decir que sólo hay que sentarse a escribir novelas largas. Uno empieza a escribir y se puede dar esa posibilidad. Pero tengo que aclarar que si no le hubiera mandado tres capítulos al principio a (Guillermo) Schavelzon y no me la hubiera aceptado Suhrkamp, la editorial alemana, no hubiera podido escribirla. Eso tengo que decirlo hasta por una cuestión política. Si la literatura no está apoyada de alguna manera es muy difícil.
Sólo puede escribir quien está mantenido por rentas. Que es lo que pasa. La literatura ha pasado a ser el privilegio de determinada clase. Y me preocupa esta idea de tomar como característica estética la precariedad, como si fuera algo inevitable.
-¿Por qué la precariedad pasó a ser una categoría estética?
-Se supone que se perdió el valor, pero hay una trampa en este argumento. Ha primado un criterio casi antropológico. Algunos plantean que también se escribe en el fotolog, pero me hace acordar a la actitud del antropólogo que dice que "tal vieja en tal rancho canta tal cosa". ¿Es lo mismo un texto en el fotolog que una novela de Cohen? Me preocupa mucho esta especie de dedo levantado: "no estás haciendo lo que debés hacer", "eso ya no se escribe así". El desafío que uno tiene es escribir el libro que uno puede contra viento y manera. La idea que prevalece cada vez más es que hay que escribir la novela que la literatura necesita. Cuando empecé a escribir, se decía que la crítica era la sirvienta de la literatura. Ahora creo que es al revés: la novela es sirvienta de la crítica. De todos los discursos que se llaman
literatura, la ficción es el menos sostenido.
Fado y tango se dan la mano en esa Lisboa construida por Brizuela. Un verso de ese tangazo que es "Secreto", "quién sos vos, que no puedo salvarme", oficia de vector de la historia. "En el contexto del tango ese personaje está por primera vez reconociendo que no toda la culpa la tiene el otro; que algo de su sufrimiento está en él, que eligió lo que lo hace sufrir -explica el escritor-. La novela la escribí a los 40 años y en algún momento me dije: 'Algo debo tener yo, basta de echarles la culpa a los demás'."
-¿Por qué todos los personajes necesitan salvarse de algo?
-Sienten la desesperación de haber llegado a una frontera donde no pueden seguir usando las palabras con que cuentan. Necesitan usar palabras nuevas.
El cónsul consigue hacer un gesto que los demás después toman, como si en el momento en que se acaban las palabras habituales sólo fuera posible un gesto. Es como si ese gesto les sirviera a todos los personajes para nombrarse y para nombrar lo que en la época no estaba nombrado. Ese gesto les permite salir de su ceguera.
-¿Cómo trabajó el tema de las confesiones entre los personajes?
-Creo en el poder de la palabra. Sabía que los personajes iban a encontrar el interlocutor ideal por esa noche; era una intuición. El momento histórico haría que hablaran esa noche o nunca más. Ese decir transforma a los personajes. La escritura funciona cuando uno logra poner en juego lo que no le diría jamás ni al analista. Los personajes de mi novela están en eso. La sensación que tenía mientras escribía la novela es que esos personajes iban a encontrar, por fin, un destinatario. Es el motivo de la literatura, del Decamerón: ante la peste, la catástrofe, te recluís y contás tu propia historia.
-¿Por eso Tania canta en la novela, para conjurar el peligro?
-Sí, es cierto. Portugal era neutral y lo que me atrapó fue la atmósfera de un país que pasaba por una carestía espantosa y no tenía nada. Pero por la noche estaban los clubes nocturnos y la gente trataba de divertirse.
-¿El arte es un palo en la rueda del tiempo como le hace decir a Discépolo?
-Sí, es lo que uno siente al escribir. ¿Podés seguir haciendo más de lo mismo sin entusiasmarte ni disfrutar? Escribir sin disfrute es la mayor deshonestidad. Me entusiasma que la novela instaure un tiempo, a pesar de que digan que en la época de Internet no se puede escribir una novela como ésta. La literatura tiene que dar algo diferente, ¿por qué tiene que dar lo mismo que el blog? El arte es un palo en la rueda del tiempo que estamos viviendo. La novela larga te da la experiencia de un mundo. Algunos poetas se preguntan para qué escribir una novela de 500 o 800 páginas si se puede hacer en tres versos. Pero uno quiere tener la vivencia de un mundo y salir transformado, como hay una vivencia Dickens, como hay una vivencia Bolaño.
Esa experiencia uno se la puede permitir todavía.
-Sobre el trasfondo de la novela se percibe una intervención, una vivencia Brizuela, que se podría traducir en un interrogante de clase sobre qué es un autor. ¿Es así?
-Sí, vengo de una clase social que no leía literatura. Tomo a estos personajes de la cultura popular, Tania, Discépolo o Amália, como figuras de autores. Todo el tiempo estoy preguntándome por el papel de esta gente porque creo que uno lee autores. Yo leo autores, no leo novelas. Esa ilusión de que estar leyendo un autor y no un libro es muy fuerte en mi constitución personal. Puede ser divertida entre los críticos "la muerte del autor", pero lo que más indigna es la muerte del respeto por los escritores. Eso se nota mucho y es una gran diferencia de cuando empecé a escribir, hace 30 años.
Una persona tendría que recibir dinero para dedicarse a escribir.
-¿Cómo sería el mejor lector de su novela?
-No lo sé, pero lo tendría que saber, ¿no? Supongo que el que se abandona a mi novela y la puede disfrutar, el que se puede dejar transformar por ese mundo. Es lo que uno espera de los libros: que te transformen. Nunca resigné la posibilidad de cambiar el mundo; está mal que lo diga, suena a viejo. No
me refiero a transformar el mundo en mayúsculas, pero sí a transformarse uno. Hay una incomodidad esencial que la modifico escribiendo.
-¿Esa incomodidad tiene que ver con la clase social?
-Sí, claro. Llegué a todas las clases sociales gracias a la literatura. Soy como una especie de tránsfuga que pude estar en la Recoleta y en un rancho en Tucumán y al mismo tiempo no ser ninguno. De lo que no se habla es sobre cómo se podría interpretar actitudes de la literatura por la clase social, por los papeles, por los roles. Sobre las clases sociales no se habla en la literatura argentina; da vergüenza. Si entro al Patio Bullrich con Alan Pauls, a mí me paran y me preguntan: "¿A dónde va?" (risas). Nadie lo dice, pero pasa...
La ficha
A once años de la publicación de su última novela, Inglaterra. Una fábula, a la que siguió la nouvelle El placer de la cautiva (2000) y el libro de relatos Los que llegamos más lejos (2002), Leopoldo Brizuela estará en la Feria del libro de Frankfurt invitado por la editorial Suhrkamp. El escritor y traductor platense, nacido en 1963, presentará Lisboa. Un melodrama, que tendrá una tirada en alemán de 30.000 ejemplares. "En algún momento me di cuenta de que ninguno de los personajes tiene hijos", cuenta el escritor.
"En la literatura no se ha abordado la perspectiva de los personajes sin hijos. Los personajes de mi novela se preguntan todo el tiempo quiénes son porque no saben para qué nacieron", subraya el autor de la novela Tejiendo agua (Premio Fortabat 1985) y el libro de poemas Fado.
*Fuente: Página/12
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-18488-2010-07-03.html
Conversación*
(a Selva y Beatriz Vallejos)
Me has convocado ¡oh! Maga.
Habitas la noche con destellos lumínicos,
imprecisos para mí, tenue observador.
Sin embargo estas. Y voy.
- La lejanía no es más que una quimera,
me dictas. Y yo anoto.
- Necesitamos de la distancia para percibir
y la creamos. Es nuestra mente, me dictas.
De esa forma entiendo cómo separamos
todo de todo, olvidando.
Necesitamos; queremos comprender
creamos así una vía larga y dura:
el conocimiento. Y lo hacemos inobjetable.
Tan así que es nuestro muro; nos rodea
exigiendo más y más ladrillos de fortaleza.
Y sé, Maga, porque lo dictas, que no deseas,
que no intentas distraer nuestra tarea,
sólo quieres, sólo pides que veamos
dando un giro a la mirada y no perdernos la fiesta.
18/07/94 (madrugada)
*de Cacho Agú. oscarcachoagu@yahoo.com.ar
EL MAGO*
soy el mago.
ofrezco felicidad momentánea a cambio de un refugio
entre tus piernas.
creo mundos fantásticos,
estatus de vida falsos,
soy capaz de llenarte de lujos
a cambio de que los saques a tu nombre.
trabajo poco, hablo mucho: ese es el secreto de mi éxito.
en un mundo de reglas, yo hago lo que quiero.
si te gusta lo que ofrezco
lentamente disfrutarás mis fantasías.
la idea es que no despiertes del embrujo, porque al hacerlo,
verás que no solo lo hago contigo,
lo hago con varias a la vez.
¿para qué ser mezquino en este truco?
y tú caes porque te sientes sola.
las favoritas en mi fila son las más dulces inteligentes pero tradicionales.
al ofrecer lo prohibido son felices en un instante que parece eterno.
me miro al espejo (mágico) soy un príncipe y tú mi reina.
si miras el reflejo a luz de luna ves mi miseria y tu sumisión hacia mí.
y jamás seríamos felices.
si despiertas, encontrarás el abismo del Seol.
te recomiendo que finjas
y vivirás en paz.
al aceptar mis fantasías
hago de este mundo uno mejor.
un castillo en el aire no es nocivo
para quienes no tenemos oportunidades.
me dicen hago daño,
pero yo digo: mentir es un beneficio
una suave caricia para egos femeninos en mal estado.
yo, el poderoso mago logro poder desde las miserias humanas.
¿podrán decir qué desgraciado soy?
soy un salvador y todos los días salvo:
prometo matrimonios
y extraigo patrimonios.
cada uno sobrevive como puede.
*de Daniela Wallffiguer. danielawallffiguer@gmail.com
Me bartolo*
“...y un malón castrense...”
Luis Franco
Don Bartolo además de una flauta
tenía un complot y sabía latín
Tenía una arenga en la espada
Don Bartolo además de una flauta
con un agujerito solo
con un agujerito solo
tenía un fraude
“y un malón castrense”
Los saladeriles le esponsoreaban los conciertos
y los recitales: letra y música
al presidente de los argentinos
más europeos
Don Bartolo además de una flauta tenía
un poema de amor
ilustrado
Los Bartolomé
si son Mitre
indeclinablemente
venden La Nación.
*De Rolando Revagliatti. revadans@yahoo.com.ar
*
Queridas amigas, apreciados amigos:
Este domingo 4 de julio del 2010 presentaremos en la Radiofabrik Salzburg (107.5 FM), entre las 19:06 y las 20:00 horas (hora de Austria!), en nuestro programa bilingüe Poesía y Música Latinoamericana, tango argentino interpretado por el Trio Macanudo de Alemania, en el estudio estarán presentes Max Reubel y Gundi Veleba con quienes hablaremos sobre "Macanudo".
Las poesías que leeremos pertenecen a Sara Beatriz Vanegas Coveña (Ecuador) y la música de fondo será de Tarpuy (Andes). ¡Les deseamos una feliz audición!
ATENCIÓN: El programa Poesía y Música Latinoamericana se puede escuchar online en el sitio www.radiofabrik.at (Link: MP3 Live-Stream).
Tengan por favor en cuenta la diferencia horaria con Austria!!!!
(Recomendamos usar http://24timezones.com/ para conocer las diferencias horarias).
REPETICIÓN: La audición del programa Poesía y Música Latinoamericana se repite todos los jueves entre las 10:06 y las 11:00 horas (de Austria!), en la Radiofabrik de Salzburgo!
Freundliche Grüße / Cordial saludo!
YAGE, Verein für lat. Kunst, Wissenschaft und Kultur.
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